El Tablón Falso

En los planes del destino y en el corazón de mi Karla parecían estar pasando pensamientos muy diferentes...

EL TABLON FALSO

Aún no sé cómo abordar el tema con ella... no sé si vale la pena, la veo tan feliz, tan realizada, tan plena como mujer, que creo que lo mejor es seguir adelante tratando de no recordar mucho el asunto, ya que recordarlo sólo me hace revivir el dolor, la zozobra y la humillacion que viví en ese momento y bueno, tal vez sea parte culpa mía de haber seleccionado por compañera de vida a una hembra tan super caliente, y no tener la capacidad de aplacar todo aquel fuego, acaso porque la quiero tanto pienso que lo mejor es hacer de cuenta que no sucedió, aun a sabiendas de que sucederá de nuevo, así que aprenderé a vivir con esto. Lo que sucedió fué un hecho de la vida real, y aconteció hace aproximadamente un mes, en nuestras vacaciones.

Estábamos en una playita bastante solitaria por las costas de Colombia, ya al final de la tarde, y nos encaminamos tomados de la mano a un muelle para contemplar mejor la puesta del sol, era un buen cierre a un día de compartir en la costa, con actividades muy variadas, y me parecía ideal como romántica antesala de lo que podía ser una noche perfecta llena de amor y sexo, en nuestras vacaciones veraniegas que también se aproximaban a su fase final, por lo que uno aprecia más las horas que cada día te regala, y tratas de aprovechar al máximo cada momento y regresar a casa recargado de energía y repleto de bellos recuerdos, al menos era mi iluso pensar.... aunque en los planes del destino y en el corazón de mi Karla parecían estar pasando pensamientos muy diferentes...

Estando abrazados, de pie sobre el muelle, mi esposa le dio por un momento la espalda al sol y se puso de puntillas para besarme, cuando repentinamente el tablón donde estaba parada ella cedió en parte, al parecer estaba algo deteriorada la madera, y Karla resbaló hacia abajo, yo pude sujetarla con dificultad y al menos para evitar que se diera un golpe o se hiciera daño, así que quedó atrapada en esta posición, apoyada sobre sus brazos en el muelle, de las tetas hacia arriba en la parte superior de las tablas, de costillas hasta los pies bajo las tablas.

-Como estás amor... te hiciste daño!!?- Le pregunté con muchísima preocupacion y algo aturdido, pero seguro mucho más aturdida se encontraba ella

-Estoy bien, estoy bien, pero sácame de aqui papi!

Tomé sus brazos e intenté levantarla hacia mí, pero me detuve en seguida. La madera estaba muy cerca de la piel, y se rasguñaría toda, si continuaba el movimiento

-Creo que necesitamos ayuda- Le dije. Por cosas del destino, dos jóvenes chicos se aproximaban a donde estábamos, y al darse cuenta de la situación, se apresuraron a llegar hasta el muelle donde estábamos nosotros, pero lo hicieron por el agua, hacia la parte inferior de las tablas, y llegaron a donde mi esposa estaba atascada.

-Esta bien, señora, puede respirar bien?

-Si estoy bien, pero no puedo salir de aquí! - dijo ella

-Tiene varios rasguños por aquí- dijo el mas alto de los dos. Y al tiempo que decía eso, iba pasando la yema de los dedos por los muslos de mi esposa, como señalando los daños. Eran unos chicos entre sus 22 y 24 años de edad, yo podía ver la escena por una rendijilla entre las tablas, pero ellos no se percataban de que yo podía ver. El otro joven se incorporó a la inspección, tal vez animado de que no hubo reacción de parte de Karla, quien cerró los ojos por instantes y se mantuvo tranquila. Los chicos poco a poco fueron pasando las caricias a la parte interna de los muslos y a la parte inferior de las nalgas. Yo observaba la escena con atención, de veras se estaban esmerando en la revisión de daños, cuando vi la cara de mi esposa y me quedé de una pieza. Tenía cara de excitada, sus mejillas rojas, su mirada era de placer aunque intentaba disimularlo frente a mí, por supuesto ella tampoco sabía que yo veía lo que estaba sucediendo...

-Papi, ve a buscar algo, un martillo o algo así, para quitar otra tabla y poder salir - me dijo

-Pero estarás bien, mi amor?

-Si, los muchachos me acompañaran mientras tanto - Yo estaba inmovilizado, viendo como las caricias continuaban, algunas ya rozaban la cara interna de las nalgas, y justamente en ese momento mi esposa me manda de paseo!!! Era cierto que me estaba enviando a una solución práctica, pero y qué más sucedería mientras yo me ausentaba? Yo estaba ya pasando de preocupado a indignado de ver que ella no les estaba poniendo resistencia a sus cada vez mas atrevidas caricias, y no contenta con ello me despacha lejos!

Pero la quiero tanto, que decidí que no era yo quien pudiera negarle una posibilidad de alguna situación excitante, aparte no sabía que sucedería.

-Claro amor, Gracias chicos por favor la cuidan bien! -

-Claro jefe, de aquí no nos moveremos!!

Por supuesto que no se irían de alli, teniendo a su alcance unos muslos tan torneados y macizos, y un trasero de campeonato, y que al parecer estaba dispuesto a recibir quién sabe qué de su parte.... hasta cuánto estaría dispuesta mi esposa a seguir el juego? Con resignación, me preparé para irme de alli, no sin una precaución previa: Yo tenía los móviles de ambos (de Karla y el mío) en mis bolsillos, así que con un discreto movimiento le di al Send del de ella para llamar al mío, y dejé su celular en el bolso cercano a ella, de manera que ella me estaba "llamando" y yo podía escuchar lo que sucedía, ya que me estaba llevando el mío

-Bueno ya regreso, tengan cuidado por favor - Y me alejé dejando a mi caliente esposa a merced de esos afortunados chicos, mientras escuchaba lo que hablaban.

-Señora, tiene muchos rasguños

-Si..., donde? - Ya se le escuchaba una voz mas seductora, en una actitud que me tenía sorprendido

-aquí, aquí, ..., aquí, aquí, ....

-cada palabra que decían era una puñalada para mi imaginación, era una situación tan inédita que realmente me costaba hacerme una idea de cómo estaban ocurriendo las cosas, así que olvidándome por momentos del bendito martillo me apuré en colocarme detrás de un arbusto bien cercano, aprovechando que se habían olvidado de mí, y enfoqué la vista para ver la situación, me quedé sin respiración: El de mayor estatura atendía la zona del abdomen, cercanas al ombligo, y daba caricias a mi mujer que iban hacia arriba, sus costillas, luego bajaba, llegaba al borde del bañador, y continuaba rozando apenas la zona de la conchita de Karla y seguía hacia los muslos, mientras que el otro chico se ocupaba de la parte de atrás, muslos internos y nalgas, cada vez mas cercanos a la tanga, mientras repetían, con mucha disciplina, la palabra que les autorizaba a recorrer el cuerpo de mi esposa en todas direcciones:

-... y aquí, aquí un poquito mas, aquí, .... acá, ....

Karla cada vez podía contener menos algun que otro gemido, que tal vez por algun remanente respeto hacia mí no terminaba de exteriorizar, aunque no sabía que yo la estaba escuchando, ... tal vez le quedaba algo de conciencia...

-Si me permite mover un poco el bikini, podemos hacernos una mejor idea señora - se aventuró a decir el que estaba detrás

-Hagan lo que sea necesario - dijo mi esposa, tratando de sonar natural. Los chicos se miraron entre ellos y, con muy cuidadosos movimientos, deslizaron el bañador de mi mujer hacia abajo, casi hasta la mitad de los muslos. La respiración de Karla se intensificó, y comenzó a gemir un poco mas libremente, ya quedaba poco que disimular... los chicos, animados, comenzaron a pasar sus manos por el culo desnudo de mi mujer, ya en otro tono, el mas alto en la delantera iba bordeando el monte de venus con sus dedos, y delicadamente rozaba la entrada de rajita, el otro chico masajeaba y abria las nalgas, mientras continuaban haciendo el profesional "inventario" de los rasguños...

-aqui, ... aqui, ... aca... - los gemidos de placer de mi mujer eran crecientes, y las caricias cada vez mas profundas. Yo estaba furioso y adolorido, imaginando la vista que tenían aquellos dos de las partes íntimas de mi mujer, y además la posibilidad de manosearlas a placer

-No aguanto mis brazos.... dijo Karla

-ya subo, preciosa - Y el "señora", a dónde había quedado?? ya no respetaban ni siquiera las apariencias???? bueno, no sabían que eran escuchados

-El chico mas alto, siempre con la iniciativa, se acercó a la orilla, yo tuve que esconderme mejor porque me pasó sumamente cerca...era bien parecido, tenía una musculatura perfectamente definida, un abdomen de revista, y pude apreciar bajo el bañador un bulto inmenso, con una erección impresionante. Ese bulto se viró hacia el muelle y se fué directo a la cara de mi esposa.

-Ya no aguanto los brazos!- repitió mi señora, el joven se sento con las piernas abiertas frente a su cara, y le pidio ayuda a su socio para que la alzara un poco, cosa que el amigo - el de abajo - hizo desde la parte frontal, pegando su cara al coño desnudo de mi esposa, y de esa manera el chico arriba pudo meter sus muslos bajo las axilas de Karla, para que descansara los hombros sobre los muslos de él... quedando el descomunal pene del chico a 2 o 3 cms de la cara de mi chica. Vaya maniobra!!

-Gracias, han sido de mucha ayuda - le dijo. Imagino que el olor de ese fuerte miembro viril tan cerca de su cara alborotó más sus instintos de hembra y terminó de sacudir sus inhibiciones. Mientras el chico de abajo ya no sacaba sus manos una del culo y la otra ya metiéndole dedos en la concha, mi mujer inclinó un poco la cara hacia adelante, haciendo contacto la boca y la mejilla con la tela del bañador del chico, a la altura de las bolas y la base del inmenso tronco que clamaba por salir, ella le dió un beso en el muslo, y otro en las bolas, sacó su lengua y le dió unas tímidas lamidas a lo largo del tronco, aún sobre la fina tela. Sus brazos ya estaban mas libres, y procedió a acariciar el tronco del chico y lo seguía besando, dejando cada vez mas la timidez a un lado, su cuerpo se torcía de placer con las caricias que recibía por debajo, finalmente movió el bañador del chico hacia un lado dejando al descubierto un pene de mas de 5 cms de grueso y unos 28 de largo, erguido hasta las nubes, ella se quedó viéndolo embelesada, procediendo a lamerlo, primero con suavidad, luego se lo metió a la boca con desesperación, terminó de sacar todo del bañador, y acarició con ternura las bolas del chico mientras le chupaba con avidez el tronco, todo lo que le pudiese caber en la boca y garganta. Con sus muslos, envolvió la cabeza del chico de abajo para que le pudiera lamer bien el coño, y se movía en vaivén para sentir a fondo esa lengua que sin duda estaba haciendo una gran labor en el clítoris de mi Karla.

Yo continuaba realmente sorprendido y dolido al mismo tiempo, jamás había imaginado que mi mujer pudiese comportarse de esa manera, parecía una mismísima zorra, y me di cuenta de que, aunque me considero bien dotado, no llego a las dimensiones que la estaban deleitando a ella de esa manera en ese momento. Por más que me dolía lo que sucedía, decidí que no tenía derecho a privarla de eso, ni siquiera interrumpirle ese momento de extasis que estaba viviendo, así que quedé viendo el acto en su totalidad, y escuchando por mi celular todos sus besos, gemidos, chasquidos, palabras melosas, y pare de contar. Lo único que no podían hacer, afortunadamente (o desafortunadamente), era penetrarla, ya que la posición suspendida en que ella había quedado lo impedía, y me preguntaba si otra hubiese sido la posición, se lo hubiese permitido también? Y pienso que sí, porque teníamos condones en el bolso que estaba allí colocado cerca con el celular que se encargaba de ponerme al día con los tremendos cuernos que estaba recibiendo.

La escena seguía con algunas variantes, el chico de abajo alternaba el culo y la concha en sus atenciones, y arriba mi esposa no paraba de lamer, besar, chupar y acariciar aquel vigoroso miembro, y las grandes bolas de ese afortunado chico, quien cerraba sus ojos y se abría para facilitarle el acceso a mi mujer. Ni corto ni perezoso, el chico aprovechó también para meter sus manos en a parte superior del bikini, y sacó las preciosas tetas de mi esposa al aire, alcanzando a masajearlas con generosidad y pellizcarle con dulzura los pezones, aunque no alcanzara a chupárselas, por la posición que tenía. Transcurrido un tiempo interminable, del cual perdí la noción, mi mujer se arqueaba en intensos espasmos de extasis llegando a un monumental orgasmo, que hizo que el chico de arriba acabara también enviando chorros a la cara de Karla, quien siguió lamiendo, limpiando todo el semen con su lengua y tragándoselo cosas que no le gusta hacer conmigo, pero me imagino que por la excitación de la situación, se dejó llevar siguiendo sus instintos.

Los dejé en su asunto y les dí la espalda,triste, cabizbajo, encaminándome a buscar el fulano martillo que tanta desgracia me trajo, quise darles tiempo de acomodar la escena, asi que me tomé unos 10 minutos en llegar hasta el carro, buscar entre las herramientas, y regresar al muelle. Al llegar, el chico de arriba continuaba sentado frente a mi esposa, pero un poco mas alejado de su rostro, y con su miembro toscamente recogido en el bañador, el chico de abajo le abrazaba los muslos a modo de soporte, el bañador ya de vuelta en su sitio aunque también mal colocado, quedando por fuera uno de los labios de la vagina y parte de sus vellos, las nalgas normal al aire con su minúscula tanguita. En cuanto me aproximé, cerré la llamada telefónica siempre con disimulo dentro de mi bolsillo.

Comencé por remover la tabla que la tenía atrapada, sacando con facilidad los seis clavos que la sujetaban, y entre los tres procedimos a elevar a Karla, quien me abrazó largamente

-Gracias papi, gracias - No supe si era por rescatarla, o por haberle regalado su espacio para esa excitante aventura, hasta las últimas consecuencias, bueno o al menos hasta donde les fué posible hacer. El olor intenso a semen salía de su aliento y de su piel, ella no parecía estarse cuidando de detalles, y me dió un beso en la boca, sentí por completo el sabor de los fluídos seminales del joven que la habían llenado minutos antes, beso con el cual sellaba yo mi aceptación de lo sucedido, al permanecer cariñosamente pegado a ella y a su boca por varios segundos, así que también me metió la lengua, tan hondo como pudo, y como asegurándose de que fuese imposible que no sintiera ese fuerte sabor y olor, hizo varios círculos con su lengua dentro de mi boca, cerca de medio minuto, yo ya comenzaba a tragar todo aquello. Un par de besos más y me besó el cuello. Los chicos quedaron detrás de ella viendo lo que sucedía, y yo le dije a mi mujer, como al descuido

-Mi vida se te movió el bikini - y se lo acomodé, primero bajándoselo por completo de manera de ofrecerles una última vista de su espectacular trasero a los improvisados amantes, me tomé un tiempo prudencial de unos 3 segundos, y lo regresé a su posición, arreglando cuidadosamente la parte inferior, no sin antes mover varias veces a los lados la tela y mostrando sus labios vaginales con generosidad a los chicos. Seguidamente, Con semejante exposición, que indicaba mi apoyo incondicional hacia ella, Karla pareció disfrutarlo y luego volteó hacia ellos:

-Gracias, chicos, han sido un gran apoyo- Y en primer lugar al de bajo las tablas, lo abrazó y le dió un beso en la boca. Al otro, el de arriba, también lo abrazó y le dió un beso en la boca, un poco más prolongado. Volteó y me miró sonriendo, yo estaba en absoluto neutro, ya ella tenía tomado el control total de la situación, y no era yo quien para interrumpirle o dañarle ese momento tan especial. volvió a virar hacia el chico y lo besó de nuevo, esta vez de manera mas sensual, intercambiando lengua y muchos mimos, y con algo de discreción bajó su mano derecha y le acarició el creciente bulto, para arriba, para abajo, para arriba de nuevo, como despidiéndose de un amigo con quien había vivido una extraordinaria experiencia.

-Denme sus numeros, para hacerles un homenaje en nuestra casa- les dijo. Esto los animó, porque de veras se notaba que no querían que se terminara ese momento o dejarla ir, y sin pérdida de tiempo intercambiaron números. Me dí cuenta de que les habían quedado pendientes algunas "asignaciones", y yo estaba aceptando de manera formaml cualquier cosa que pudiese suceder en el futuro, y no muy lejano de seguro dada la proximidad del fin de nuestra estadía en el sitio. De hecho se reencontraron dos días despues, pero ya eso se lo contaré luego....

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