El Sultanato de Adan (2)

Continuación de la PRIMERA PARTE. Se hace una nueva expedición al lugar del hallazgo y se dan a conocer datos reveladores.

De una manera tan complicada como inexplicable, tres semanas después, Cole y Bennett conocieron a la numerosa delegación mexicana en un campamento al que los llevaron, ubicado muy cerca de la costa del Golfo Pérsico, entre grandes montañas, a unos cien kilómetros de Bam. El lugar estaba lleno de casas rodantes; unas cuatro acondicionadas como dormitorios, más cinco adicionales que tal vez serían laboratorios, y un vehículo cocina. Unos doscientos metros hacia la costa, se veían otras cinco casas rodantes y, a lo lejos, se alcanzaban a divisar algunos camiones cisterna y vehículos militares. Una vez pasó frente a la costa una fragata de la Real Armada Británica.

Dos días después, llegó un convoy formado por cuatro camionetas y otras dos casas rodantes, escoltados por dos autos de policía, procedente de Bam. Se detuvieron en el campamento y, mientras algunos hombres bajaban algunas cajas metálicas, Cole se quedó boquiabierto. De la camioneta más pequeña, bajaron dos mujeres: La de la cara hermosa y la de la sandalia que había visto varias semanas atrás en el bar del hotel de Dubai. Aunque claro, ahora no estaban usando atuendos tan provocativos. Ambas mujeres se dirigieron a Bennett, presentándose. Cole se acercó, con un poco de descaro. La chica de la cara hermosa era Patricia Olmos, de origen chileno, arqueóloga, psicóloga y criminalista. Pasó sus veintitantos metida en la universidad. La chica de la sandalia era Valérie Déreims, de origen francés, antropóloga. Sin duda, el caso en el que confluía tanta eminencia era más gordo de lo que Cole y Bennett pensaban. Efectivamente, algo fuera de rutina.

Fue entonces que algunos integrantes del grupo de quince mexicanos (O de catorce mexicanos y una peruana), más los cuatro científicos adicionales, hicieron una fogata en la que predominaron las anécdotas laborales. Cenaron pescado y cordero por primera vez desde su llegada. Habían advertido que en el campamento contiguo hacían fogatas todas las noches. En cambio, ellos contaban con un vehículo cocina lleno de alimentos enlatados, cientos de bebidas embotelladas y pescado seco. Pero los integrantes del otro campamento los obsequiaron con esos alimentos frescos el día de su llegada.

Al día siguiente, un helicóptero militar sobrevoló el campamento durante casi dos horas, al término de las cuales, llegó otro helicóptero, aún más grande, que aterrizó en medio de una planicie. De dicho helicóptero se bajaron varias personas, la mayoría de sexo femenino. Y al acercarse, Cole distinguió a Karola. No la había visto desde Florencia. Sólo la había tratado por teléfono celular desde entonces, si no recibía sus recados por correos electrónicos enviados a Bennett. Más cajas metálicas. Otras dos mujeres atractivas. Una de piel blanca, cara alargada, abundante cabello castaño rojizo, ojos cafés, nariz respingada, con aspecto de española. Se veía grande, evidenciado el hecho por las leves arrugas detrás de sus ojos, pero era muy atractiva y tenía mucho garbo. La otra parecía árabe, de piel morena, con grandes ojos negros, unas enormes y coquetas pestañas, nariz aguileña y labios carnosos, con un cuerpo regordete. Se veía muy joven. Además de sus jeans y una exótica blusa de manga larga, que hacía un extraño contraste con las botas Merrell que calzaba, llevaba una pashmina que le cubría la cabeza. Otra chica, muy joven también, era la italiana que le dio el té en Florencia. Las dos chicas restantes, más jóvenes aún, también tenían aspecto de mujeres italianas. Un hombre, de cabello rubio y rizado, ojos azules, muy alto y delgado, con rasgos faciales muy finos, como de bebé. Y otro hombre, tal vez diez años más grande que él, de aspecto árabe, muy delgado, con las mejillas saltadas, una gran nariz aguileña y piel morena clara. A pesar de lo extremadamente delgado que era, los músculos de sus brazos y piernas estaban muy marcados. Los otros dos hombres, que llevaban las cajas de metal a bordo de un vehículo Polar todoterreno, eran los pilotos del helicóptero. El "vikingo" y el "beduino" también cargaban, cada uno, una caja metálica sobre sus hombros.

Sin dejar pasar un sólo momento, Karola se dirigió a Bennett, e instantes después, hizo llamar a todos los miembros del grupo y los reunió en torno a los vestigios de la hoguera que habían encendido la noche anterior.

"Esto está de locos", pensó Cole. Sabiéndose guapo, y viendo a tantas mujeres atractivas y hombres bien parecidos. Si algunos de ellos no eran tan agraciados físicamente, sí lo eran intelectual y socialmente. Le llamaba la atención que la mayoría fueran mexicanos. Recordó cuando, de recién que entró a estudiar a la universidad, leyó "La raza cósmica", obra del intelectual mexicano José Vasconcelos. Y tantos genios eminentes en sus profesiones... "¿Se irá a hacer un experimento interracial para mejorar a la raza humana? ¿Elaboraremos un caldo de cultivo para crear seres humanos superiores?" Salió de su divagación cuando Karola comenzó a hablar.

-Señores. –Comenzó Karola, a manera de exordio- Todos estamos reunidos a raíz del temblor ocurrido en la ciudad de Bam hace varias semanas. No estamos aquí con la misión de colaborar en la restauración de su ciudadela. En realidad, hemos hecho un hallazgo de una gran magnitud. Mucho más grande de lo que nos podamos imaginar. Les presento a la Licenciada Shumaila Faryal, -dijo mientras señalaba a la mujer musulmana- quien viene en representación del Doctor Mohammed Kasi Said, un paleógrafo que nos ha hecho saber lo que dicen los pergaminos encontrados por la Maestra Bennett. Él no está con nosotros porque por cuestiones diplomáticas no puede ingresar a territorio iraní. La Licenciada Faryal es iraquí y es su asistente personal, en su oficina particular en París. Quiero presentarles también a la Doctora Elizabeth Cevallos. -dijo enseguida, dirigiéndose a la mujer de aspecto español- Ella es de origen boliviano, doctora en hermenéutica por la Universidad Pontificia de El Vaticano y con maestrías obtenidas en las universidades de Yale, Harvard y Michigan. El Doctor Yousef Belloumi, de origen argelino, historiador especializado en el Medio Oriente, quien ya certificó la existencia de algunos vestigios de historias contadas en "Las mil y una noches", y el Licenciado Jon Fjortoft, de origen noruego, especializado en expediciones y excavaciones. Y finalmente les presento a las señoritas Raffaella Sivieri, Claudia Guida y Paola Sosa. Ellas se encargarán de alimentarlos mientras permanecen en el campamento. Vendrá periódicamente un barco de la Real Armada Británica para ver que todo esté bien y para traerles provisiones. No sabemos cuánto tiempo trabajarán juntos, pero, repito, lo que hemos descubierto es de una gran magnitud y, aún cuando no se trata de lo que pensábamos originalmente, parece que esto modificará la percepción que el mundo tiene de la historia universal. Y también les presento a Dandy, para que tengan un gran amigo. –Dandy era un perro pastor alemán- No es conveniente que yo permanezca aquí durante más tiempo. Estaré comunicándome con ustedes vía correo electrónico. Y finalmente, el campamento contiguo está conformado por personas que los apoyarán en las excavaciones y reconocimientos de terreno. Les recuerdo que quien está al frente de los trabajos es la Maestra Bennett.

Acto seguido, Karola se subió a la parte de atrás del Polar, el cual se dirigió de regreso al helicóptero, y partió.

Enseguida, Shumaila tomó la palabra. Había repartido unas carpetas a cada integrante del campamento, las cuales contenían copias de los pergaminos y sus traducciones al inglés y con alfabeto latino.

-Por cierto, debo decirles algo más. –Inquirió Shumaila-. Las señoritas Sivieri y Guida son italianas. La señorita Sosa es argentina. Ellas estudiaron gastronomía en la casa Guerlain, becadas por Maxim’s. Así que comeremos muy bien mientras estemos aquí. Sólo la señorita Guida habla inglés, para que se dirijan a ella por cualquier detalle que deseén tratar acerca de la comida. –Y en seguida, solicitó a los miembros del campamento que leyeran los documentos escritos en inglés.

Árabe antiguo:

Propuesto y cedido por Gulsum, Emira de Take.

Consentido y determinado por Adawar, Sultán de ‘Adan.

Propongo al Sultán a tomar para sus pertenencias y desposar a Nerezda y Svetlana, cedidas por mí como obsequio por agradecimiento a los favores recibidos para procurar la persistencia del emirato al que gobierno.

Propongo al Sultán a tomar para sus pertenencias y utilizar para su diversión y placer personal a siete devotas de mi ser, cedidas por mi como obsequio por agradecimiento a los favores recibidos para fortalecer el linaje del emirato al que gobierno.

Se sella para siempre el destino de nueve muchachas tomadas de Take por libre voluntad de su gobernanta.

Griego cifrado.

He logrado liberarme de las cadenas que me subyugan durante el asalto. Temo padecer el destino de mis compañeras esclavas a manos de los bárbaros. Resguardo la integridad de las amas cuyos cuerpos y almas a cuidar me ha asignado Su majestad el Sultán. Parto de regreso a Constantinopla en pos de mi dignidad perdida. Larga vida a las consortes del Sultán de ‘Adan.

En seguida, Shumaila cedió la palabra a la doctora Cevallos, quien se dirigió al auditorio en un perfecto inglés, hablado exquisitamente con acento de Nueva Inglaterra, Estados Unidos.

-Hemos dado cuenta a la historia de la existencia de un sultanato en apariencia poderoso. Yo he interpretado lo siguiente, y espero que los resultados de sus investigaciones cuadren con los resultados de mi trabajo. Acompáñenme, por favor.

Después de que la Doctora Cevallos comenzara a hablar, el grupo fue invitado a pasar a una de las casas rodantes, la cual tenía dentro varias sillas y un armario que contenía equipos de comunicación y exposiciones muy sofisticado. Se suprimió la entrada de luz al vehículo, se sacó un cañón y se bajó una pantalla.

Resultados arrojados por la investigación de carácter hermenéutico hecha por la Doctora Elizabeth Cevallos.

1.- El Emirato de Take era muy poderoso. Lo suficiente para tener en su corte a dos muchachas de origen en apariencia ruso.

2.- El Sultán de ‘Adan ha proporcionado a la Emira de Take una fuerte cantidad de riqueza para procurar la supervivencia del Emirato al que gobierna.

3.- Se desconoce la ubicación geográfica de Take.

4.- La Emira de Take solicitó al Sultán de ‘Adan que la embarazara para tener un legítimo heredero al trono.

5.- La Emira de Take poseía esclavas con las cuales mantenía relaciones lésbicas, amén de que era una costumbre que su cuerpo fuera adorado con devoción, tal vez porque creía que, dada su situación de Emira, le eran conferidos poderes divinos.

6.- El hallazgo hecho por la Maestra Jennifer Bennett es la escena de un crimen.

Resultados arrojados por la investigación de carácter arqueológico hecha por los Doctores Rubén López y Ricardo Vázquez.

1.- En torno al cofre hallado por la Maestra Jennifer Bennett, se encontraron otras cinco osamentas, las cuales incluyen yugos y brazaletes en muñecas y tobillos.

2.- Mirando hacia un punto opuesto al que se ubican dichas osamentas, se ha trazado una línea recta, en dirección suroeste, que va hacia la costa. Se proporcionan orientación exacta y coordenadas probables.

3.- Además de las osamentas, se han encontrado vestigios de atuendos y otros utensilios, algunos de ellos encontrados a muy pocos centímetros abajo del cofre, bajo tierra, los cuales serán dados a revisar al Doctor John Cole. Subsiguen en la exposición fotografías de ánforas, pomos, peinetas, cadenillas de oro, dos túnicas, dos pantalones, un par de babuchas y un par de sandalias. Se encontraron taparrabos y más sandalias cerca de las otras osamentas.

4.- Se agrega una prueba más a la teoría que sostiene que el Sultanato de ‘Adan era muy poderoso, considerando que dicha ciudad se localiza a más de cuatro mil kilómetros de distancia de donde estamos, en Yemen.

Resultados arrojados por la investigación de carácter antropológico hecha por la Doctora Valérie Dereims y la investigación de carácter criminológico hecha por la Licenciada Patricia Olmos.

1.- Las osamentas encontradas por la Doctora Jennifer Bennett corresponden a las de dos mujeres, una de aproximadamente 19 años de edad, otra de aproximadamente 16 años de edad. Es casi seguro que se trate de Nerezda y Svetlana. Subsigue la exposición de algunas fotografías de los cráneos y las osamentas.

2.- Las mujeres murieron por asfixia al estar ocultas dentro del cofre por un tiempo prolongado.

3.- Los atuendos encontrados, dadas las medidas, corresponden a vestuario femenino.

4.- Las cinco osamentas restantes tienen las siguientes características: Las cinco eran mujeres. Sus huesos aportan como informe que estaban mal alimentadas, lo cual indica que efectivamente eran esclavas; y que fueron obligadas a tener sexo para luego ser brutalmente golpeadas antes de morir. Es probable que sus vaginas y anos hayan sido penetrados con objetos demasiado grandes. Se exponen fotografías de las osamentas, con acercamientos muy detallados.

Bennett pasó al frente y tomó la palabra.

-Señores, ahora tenemos dos objetivos. El grupo se dividirá en dos. El Doctor Vázquez dirigirá a un grupo que se trasladará a la costa, siguiendo las coordenadas que él mismo sugirió, buscando el asentamiento de Take. Cole se quedará aquí, revisando uno a uno los objetos encontrados en la zona arqueológica recién descubierta.

Vázquez partió a la costa, junto con el resto de los científicos mexicanos, Belloumi y Fjortoft, en una expedición hecha con caballos y burros. Cole se quedó en el campamento, entre puras mujeres. Tratando de no pensar en el hecho. Tratarían de buscar más detalles, usando la tecnología de punta con que fueron equipados para trabajar. Todos se habían olvidado de sus atuendos... Bennett ya no usaba vestidos vaporosos, ni Patricia escotes generosos, ni Valérie provocativas sandalias. Todos usaban bermudas y aburridas botas de trekking. Cole usaba su camiseta de la selección nacional de Inglaterra. Y no podía trabajar si no tenía junto a sí un té helado de frutas de la pasión y algunos panecillos. Y su trato con Paola era tan cordial, aunque fuera a señas, que ya comenzaba a pensar en un viaje a Argentina cuando le tocaran sus vacaciones. Así pensaba. Así se formaba una opinión generalizada de las mujeres. ¿Una mujer argentina haciéndole más tibias las duras noches del invierno londinense? ¿O no dejaría de ver a Bennett nunca más? No... Bennett es su compañera de trabajo. No podía pensar en nada más. Es una mujer tan brillante como divertida. Tal vez algo más era algo no escrito en el destino.