El sueño hecho realidad

Desperté en un lindo cuerpo de chica.

Poco a poco me iba atreviendo… a vestirme de niña, a maquillarme… a dejar salir a Lupita a jugar.

Entonces pasó. Fue una borrachera horrible con los amigos del trabajo.

Desperté en casa ya entrada la mañana del día siguiente… con un dolor horrible de cabeza y la sensación de haber masticado paja en la boca.

Me había quedado dormido con pantalón, camisa y corbata.

Me incorporé lentamente… ¡qué crudota!

Entonces sentí ese peso en el torso y esa extraña ligereza húmeda entre las piernas.

Voltee al espejo y me descubrí mujer.

¿Se imaginan que maravillosa experiencia sería? ¿Cuántas interrogantes y dudas quedarían resueltas en forma mágica?

Cuántas cosas nuevas sentiríamos!

Cosas simples e insignificantes, pero de mujer...

La sensación de vacío entre tus piernas... la pesadez

de unas tetas...

La humedad permanente entre tus piernas... tu primera

meada sintiendo tu orina mojar tus vellos púbicos...

La regla... como dice el comercial de la tele... el

"bajón"... (¡qué rico! una fantasía que nunca

realizaré).

Tu primera mamada... una rica, larga, gruesa y jugosa

verga... mmm... con una cabezota como ciruela gigante

y un tronco venoso (¿o venudo?) y unos huevotes... mmm

La penetración lenta o violenta... la verga (¡VERGOTA

RICA!) abriendo los labios de tu intimidad y empujando tus entrañas...

ooohhh¡

¿Verdad, qué sería maravilloso saber qué se siente?