El sueño

Desde hacía un tiempo tenía ese mismo sueño recurrente, me estaban haciendo sexo oral y eso me volvía loca, porque nunca lograba reconocer de quien se trataba, solo que en esta ocasión todo parecía mucho más real, en el sueño logre ver el rostro de mi cuñado. (LA VERSIÓN ANTERIOR, APARECIO CORTADA)

Todo esto sucedió el año pasado por estas mismas fechas, pero lo tengo tan fresco en la mente, que lo puedo evocar como si hubiera pasado ayer mismo.

Noté como tantas otras veces, que me separaban los muslos con delicadeza y las caricias en su interior no tardaron en prodigarse, con suma atención notaba cada lametón, que cada vez inflamaban más mi ánimo, mis manos bajaron hasta alcanzar su cabeza y mis dedos se enredaron en su rizado cabello, detalles estos que nunca había apreciado, o al menos en los que no había reparado.

Desde que me casé, hace ya unos diez años duermo desnuda, al principio porque la ropa de dormir me duraba poco tiempo puesta y después de los dos primeros años, con la esperanza de que no fuera un impedimento para que Carlos, se luciera conmigo y aceptara de buen grado que soy una mujer muy apasionada y necesitada de sexo.

Era noche cerrada y hacía rato que dormíamos todos, cuando comenzó ese divino-maldito sueño, que por una parte me satisfacía, pues terminaba despertándome con una de mis manos o ambas, jugando con mi sexo y o pechos, pero por otra se reducía solo a eso, un sueño en el que era yo misma con mi imaginación y mis manos quien me proporcionaba dicho placer, pero algo fue diferente esta vez.

Abrí los ojos o eso es lo que me pareció soñar, me encontraba en la habitación de casa de mi hermana Nieves, entonces pensé que en los sueños no se reflexiona, simplemente “se viven” las circunstancias que nos llevan a él. Quien me hacía vibrar en ese momento era mi cuñado, y en el marco de la puerta vi apoyada a mi hermana sonriendo, alcancé un fuerte y prolongado orgasmo que no cesaba, y gracias a los sabios manejos de quien me lo había provocado cada vez se hacía más intenso, al extremo que perdí totalmente el sentido, todo esto en lo que consideré mi sueño.

Por la mañana al despertar, me noté mucho más relajada de lo que había estado en mucho tiempo, me puse una bata y salí al salón, donde encontré a mi hermana con su marido a punto de desayunar, me sirvieron a mí también tan solo un café, pues les dije que no quería nada más y entonces preguntó Nieves que tal había dormido.

Muy bien gracias, realmente necesitaba estar unos días lejos de Carlos, y tomar perspectiva de cómo iba a afrontar mi futuro inmediato.

Callé en ese punto, pues solo había hablado con Nieves por encima, del problema que se estaba gestando en mi relación de pareja. Ante mi silencio me apremió Nieves a seguir, diciéndome que ya había puesto al tanto a Cesar, sobre lo poco que le había contado.

Entonces comenté a ambos.

Carlos solo se ocupa de hacer crecer la empresa, cuando en realidad tenemos más que suficiente ahora y no necesitamos más, hace ya tiempo que le planteo lo mismo, que lo único que necesito, es más atención por su parte, pero su respuesta siempre es la misma.

Lo único que necesitas es encontrar algún hobby, que te mantenga ocupada

.

Haciendo una pausa para evitar llorar, y continué explicándoles.

Aunque él no quiere entender algo, lo que más necesito en realidad es calor humano, y eso solo me lo puede dar otra persona.

Entonces fue Cesar el que intervino sorprendiéndome, ya que siempre ha sido muy callado permitiendo que sea Nieves la que hable cuando estamos juntos.

Algo semejante nos comenzó a suceder a nosotros, pero tu hermana es mucho más lista que yo y supo encontrar la solución, ahora todo nos va muy bien y además nos podemos permitir cosas que en muchos ámbitos no están bien vistas, pero que nos satisfacen plenamente.

Nieves se acercó, y apoyando una mano en mi hombro me dijo.

¿Anoche que tal te fue?…………….. ¿Necesitaste somníferos para dormir, o has pasado una noche tranquila? Al parecer Cesar te tomo bien la medida, yo le dije que necesitabas algo más, pero él insistió que para ser la primera vez era suficiente.

Me quede en shock, realmente lo de la noche anterior no había sido todo un sueño, tan solo alguna de las partes, ante mi mirada inquisitiva, Nieves con una gran sonrisa me aclaró.

En nuestro caso, era yo la que se preocupaba más del bufet que de Cesar, hasta que una clienta me abrió los ojos, una tarde lo hice esperar más de dos horas mientras la atendía a ella, al salir y verlo en la sala de espera, entro otra vez al despacho y me preguntó dónde podía conseguir un boy así, entendía que con tanto trabajo no tuviera tiempo de mantener una relación normal con nadie como era su caso, pero que tener a un tío así esperándome hacía que el trabajo fuera más llevadero.

Desde ese momento, los días que voy al bufet salgo a las 5 de la tarde, si no es que quedamos para comer, y después Cesar me propone o lo hago yo alguna gamberrada, desde regresar a casa y no salir en dos días, como tomar un billete de ida y vuelta en tren a Guadix para poder follar en el baño, y poder decir repetidas veces

OCUPADO

, en algunas ocasiones incluso a dúo, o irnos a un club liberal y participar de un intercambio de parejas.

Entonces y casi indignada fue cuando les pregunté.

¿Pero cuánto hace de eso, y más importante, cuando decidisteis que eso sería bueno para mí, para nosotros?

Sin inmutarse, Cesar me tomo de las manos y después de responder, que dos años después de establecerse en Almería, me hizo levantar y junto sus labios con los míos, me sentí rara pero no me molestó, y menos cuando Nieves me guiño un ojo y se dio media vuelta abandonando el salón. Besarme con alguien que no fuera Carlos no lo hacía desde que estábamos juntos, pero Cesar supo muy bien cómo manejar el asunto, me comía los labios con pequeños mordiscos, hasta que reaccione y comencé a responder a su juego.

Pronto eran nuestras lenguas las que entraron en desigual combate, pues él sabía muy bien como dejarse “vencer” para darme alas y que fuera yo, la que a cada instante que pasaba me sintiera más y más animada a continuar por ese camino, que por otro lado resultaba tan placentero transitar, cuando mis manos actuando de forma instintiva, abrieron su albornoz y mi bata, quedando nuestros cuerpos ardientes pegados, noté como su sexo presionaba sobre el mío, que a estas alturas estaba totalmente mojado y deseoso de ser penetrado.

Como algo mecánico y usual entre nosotros, me encontré medio tumbada en el sofá y él estaba apoyado en el con una rodilla, mientras me besaba los pechos y dos de sus dedos jugaban sobre mi vulva, penetrándome con ellos cuando al levantar la cabeza para verme el congestionado rostro, con una mirada de súplica le indique que no me hiciera sufrir más. Fue mucho más que sexo, eso se puede decir sin ningún género de dudas que fue hacerme el amor.

Después del primer orgasmo, esperó a que me serenara un poco, antes de tomarme entre sus vigorosos brazos y llevarme de vuelta a la habitación, me tendió en la cama de lado y se colocó junto a mí, con suma facilidad coloco mi cabeza sobre su pecho, los míos estaban apoyados contra su cálido cuerpo y me acurruque en él, en ese momento me sentía feliz y tranquila, nada malo me podía suceder. Con una suave voz, que en poco o nada era la habitual en el susurró.

Nada de lo que vivas aquí será malo para nadie, y no te precipites en tomar una determinación, quizás Carlos lo único que necesita, es descubrir algunas de las cosas que se está perdiendo. Cuando tu hermana comento que venias desde Tarragona, a pasar estos cinco días sola con nosotros, antes de que viniera él ya intuyo que algo os estaba distanciando, que sea dos años menor que tú no la hace menos intuitiva como habrás podido comprobar.

Después de eso y sin esperar respuesta, simplemente comenzó otra vez a acariciarme de forma sutil, nada demasiado agresivo pero si muy efectivo, ya que entonces fui yo quien tomo la iniciativa, como tantas otras veces había intentado con Carlos, solo que en esta ocasión me encontré con la respuesta esperada, y después de cabalgarlo durante lo que me pareció una eternidad, alcanzamos un orgasmo de forma simultánea, algo que hacía mucho tiempo que no lograba, quede tendida encima de Cesar totalmente rendida y satisfecha.

Al rato, salí del sopor en que me había sumido, y fue a causa de sus caricias en mi columna, cuando logre fijar la mirada en sus ojos, me propuso ir a la ducha y vestirnos, teníamos que salir a comer a un restaurante donde ya habían reservado mesa. Fue una ducha rápida y sin más juegos, entre otras cosas porque el tiempo apremiaba, eran ya cerca de las dos del mediodía.

Me puse un vestido vaporoso, a pesar de que estábamos a principios de abril la temperatura era muy buena. Al mirar a mi hermana, solo vi una mezcla de comprensión y satisfacción en sus ojos, ella también había optado por un vestido totalmente estival, agarradas una en cada brazo de Cesar salimos al jardín y nos dirigimos hacia el garaje, cuando llegamos junto al coche me dijo Nieves, que si aún me mareaba al ir en el asiento de detrás me sentara delante.

Así lo hice, imaginé que se trataba de una maniobra para que estuviera más cerca de Cesar, pero no era el caso ya que en el trayecto él se limitó a conducir, y solo apartaba la mano del volante para cambiar de marchas y nada más, fuimos hasta una “venta” a las afueras, donde la comida fue muy animada y abundantemente regada con vinos de la tierra.

Cesar tomo algo más de la cuenta, de modo que para regresar la que conducía era Nieves y él se colocó en el asiento de detrás medio adormecido, en ese trayecto Nieves fue charlando flojito, casi como para sí decía que al llegar lo más indicado seria acostar a Cesar para que durmiera la trompa que llevaba, y que nosotras podríamos hacer también la siesta, como tantas veces cuando aún vivíamos en casa de nuestros padres.

Eso trajo a mi recuerdo, una serie de escenas que deseche pues considere que eran ya “cosas del pasado” y que no tenían por qué repetirse, ya habíamos crecido y desde que termino esa época, jamás habíamos hablado del tema entre nosotras, al menos yo con nadie nunca hasta el momento, aunque visto lo visto no descartaba que lo hubiera comentado con Cesar, por otro lado tampoco me importaba demasiado ahora, después de lo sucedido desde que llegue esa casa y “caí en sus manos”.

Llegamos a casa y tras atravesar la verja, en lugar de dejar el coche en el garaje, paró frente a la puerta principal y dijo que así sería más fácil ayudar a Cesar a llegar a la cama, después ya guardaríamos el coche alguna de las dos, porque ella se iba a tomar en algún momento, las copas que le apetecían tomarse en el restaurante, pero que no lo había hecho para que las tomara Cesar que bien se las había ganado, (Esto último lo dijo haciéndome un guiño)

Poco después de llevar a Cesar con penas y trabajos hasta la habitación más cercana al salón, que era en la que había dormido yo la pasada noche, Nieves me tomo de la mano y subimos al piso de arriba que es donde tienen su habitación, me propuso tenderme a su lado para hacer “la siesta o lo que nos apeteciera”, sin esperar respuesta soltó el lazo del cuello que sujetaba el vestido en su lugar, y este cayó al suelo quedando totalmente desnuda, ya que no empleaba ropa interior.

Me desnudé por completo también, entonces me ofreció la mano para atraerme hacia sí y besarme en los labios de forma fugaz, para decirme a continuación mientras nos tumbábamos en la amplia cama.

Cesar no nos molestara, tenía muchas ganas de tenerte cerca, como cuando éramos más jóvenes y me enseñaste tanto, nunca te estaré lo suficientemente agradecida.

Al parecer para ella, “todo aquello” estaba muy fresco y quería rememorarlo, paso por paso me fue recordando con hechos los diversos episodios que vivimos juntas, desde el que fue para ella el primer beso con lengua, me pidió que la instruyera porque había quedado con un chico y no quería pasar la vergüenza de no “saber besar”, también la primera vez que nos masturbamos juntas, como ella no atinaba a acariciarse el clítoris de forma suave, y le molestaba hacerlo de forma brusca, fui yo quien le hizo alcanzar el que fue su primer orgasmo.

En esta ocasión, tan solo me dijo que me relajara y me dejara hacer, aclarando que ella en este tiempo sí que había tenido unas cuantas experiencias muy enriquecedoras y sobretodo satisfactorias. Estaba claro que era así, pues consiguió hacerme ver el firmamento en varias ocasiones, y al decir varias, me refiero a que me resulta imposible precisar cuantas más de cuatro fueron, pero lo cierto es que cuando me permitió dormir fue la primera vez en años diría yo, que no soñé nada en absoluto, nada que recuerde al menos, cuando desperté a la mañana siguiente, eso fue toda una novedad, igual que encontrarla a mi lado mirándome embelesada.

Bajamos a desayunar cubiertas con unos “negligé” casi transparentes, Cesar al vernos así ataviadas nos jaleo, ya tenía el desayuno preparado y mientras lo tomábamos, nos dijo que había guardado el coche y añadió.

¿Te encuentras mejor esta mañana? Imagino que sí, al menos por el semblante que luces ¿A que ya no ves las cosas tan negras? Ten fe y confía en nosotros, yo sé muy bien cómo hacer que Carlos reaccione y todo se enderece entre vosotros.

Le miré un tanto escéptica, pero a estas alturas ya nada podía sorprenderme y simplemente le sonreí, me levanté y le di un beso con toda la pasión que fui capaz de transmitirle. En los siguientes días hasta el jueves por la noche que llego Carlos, estuve como “La falsa moneda” de mano en mano, igual me acostaba sola y despertaba acompañada por uno de los dos, como me acostaba con Cesar y me despertaba con Nieves o viceversa, eso igual en las siestas que en las cálidas noches.

Tan solo el martes salimos un poco de esa grata rutina, Cesar dijo que tenía algo que hacer y nosotras fuimos a la esteticien que suele depilar a mi hermana, siguiendo sus instrucciones nos dejó solo un pequeño penacho en la parte alta de la vulva.

El jueves después de cenar, Cesar nos sorprendió a todos con una sugerencia un tanto inusual, quería mostrarle a Carlos un sitio muy divertido pero “no apto para señoras”, Nieves fue la que respondió algo airada, que nosotras también saldríamos aunque fuera tan solo a tomar una copa, por ello propuso que se fueran en taxi igual que nosotras, de ese modo si bebíamos no tendríamos problemas para regresar.

Llamaron a dos taxis, ellos marcharon enseguida pero el nuestro también esperaba en la puerta, Nieves entro en “mi habitación” y apareció con un par de vaporosos vestidos en el salón, los tenía preparados y me “ordeno” ponerme uno de ellos, pero después de sacarme la ropa interior igual que hizo ella, de modo que salimos apenas unos minutos después que nuestros maridos, al entrar en el taxi, le dio una dirección que desconocía pero le prometió una buena propina si nos llevaba deprisa, al llegar pudimos ver como nuestros maridos, entraban por una puertecita que no tenía ni cartel.

Casi corrimos para llegar a la puerta con celeridad, entramos y nos encontramos en un amplio vestíbulo, donde nos atendió una joven muy simpática, con la poca luz que había reconoció a Nieves y le ofreció un par de máscaras que dejaban tan solo la boca al descubierto, diciendo que ya arreglarían en otra ocasión lo del tema económico.

Tal y como habían acordado, les estaban dando un “paseo” a los caballeros, para que “conocieran las instalaciones”,

entonces nos ofreció unas toallitas desmaquilladoras para retirar el pintalabios, y un spray de perfume para disimular el nuestro, también nos indicó donde terminarían el recorrido los caballeros.

Como en los últimos días, me deje llevar por ellos pues al parecer habían planeado todo aquello sin dejar nada al azar, en unos minutos llegaron los dos, cubiertos con sendas mascaras que dejaban también los labios al descubierto, entonces su guía les recordó que siempre tenían que respetar las normas, y solo podían hacer aquello a lo que fueran invitados, no tomando nada que no se les ofreciera por la fuerza, o serían expulsados y quizás algo más.

Nos quedamos solos en una habitación que tenía una cama enorme y una luz bajo la que nuestra piel tomaba un color azulado, entonces vi como Nieves se acercó a ambos y sin decir nada, les comenzó a acariciar la verga por encima del pantalón, como es natural los dos se pusieron a mil. Entonces ella se retiró un poco y con un gesto me invito a escoger, el afortunado en principio fue Cesar, sabía que no me delataría y además estaba segura, que era muy difícil que con los tres tragos que había tomado Carlos antes de salir de casa, fuera capaz de reconocer nada del cuerpo de Nieves, que en unos instantes se había despojado del vestido mostrando su espléndida anatomía.

Vi cómo se agachaba e imagino que le debió hacer una media mamada, solo para asegurarse que respondería llegado el momento, para seguir con la pantomima les colocamos sendos condones, algo que no habíamos empleado en esos días, entonces Cesar sin las contemplaciones que había tenido en las ocasiones anteriores, me penetro de forma salvaje incitando a Carlos a hacer lo mismo, mientras repetía una y otra vez esta cantinela.

Si soy demasiado brusco, por favor dímelo y aflojare un poco el ritmo.

Pero lo cierto es que cada vez aumentaba la frecuencia y potencia de sus envites, tan solo se oía esto y un concierto de jadeos por parte de todos, de forma que cuando con un sordo bramido comenzó a correrse como si fuera una señal, todos respondimos de igual forma quizás estimulados por él, poco después los cuatro estábamos derrotados y mejor que un rato antes, entonces se ofreció a cambiar de pareja, si nos apetecía seguir con ellos y cuando estuviéramos en condiciones.

Nieves, se limitó a sacarle el condón y arrodillándose comenzó a limpiarle la polla a Cesar, aceptando así el cambio de pareja, para no ser menos la imite y cuando apenas quedaba nada para extraer de Carlos, este alargo una mano con intención de sacarme la máscara, vi como con celeridad le agarro la muñeca Cesar diciéndole.

¡

Imbécil

! ¿Acaso quieres que nos echen de aquí? A mí me conocen y me tratan muy bien, eso no hay ni que pedirlo siquiera, si fuera su intención mostrar su rostro ya lo habrían hecho, o lo harán si es que realmente les apetece.

Dirigiéndose a nosotras se disculpó en nombre de los dos y todo quedo ahí, nunca antes le había visto tal demostración de carácter como en esa ocasión, eso me animo a seguir sin recelos ni temor, pues se notaba que a pesar de todo, estaba pendiente de cuanto sucedía y lo controlaba perfectamente.

Cuando la situación lo permitió, les colocamos otro par de condones, y esta vez apoyadas en la alta cama, mientras que ellos nos follaban y magreaban, nosotras nos liamos en un morreo que los enardeció más si cabe, al menos a Carlos, pues Cesar sin participar, ya había visto escenas semejantes en casa, cuando Carlos ya no podía más y note que se tensaba, quise premiarlo y apartándome de Nieves, guie sus labios hasta mi cuello, lo beso y cuando trato de apartarse le dije tratando de disimular la voz.

Hazme un chupetón, no te mostrare mi rostro pero quiero conservar tu marca.

No se hizo de rogar, tan solo en una ocasión hace ya muchos años, me hizo un chupetón y después él mismo se lo recriminaba, pues fue al principio de unas vacaciones estivales, y tuvimos que ir a una cala prácticamente desierta casi cada día a bañarnos, y para ir a comer o a cualquier otro sitio, tenía que emplear maquillaje y un fular para que no se notara.

Descansamos un poco al terminar, propusieron la posibilidad de futuros encuentros ahí o en otro lugar, pero nosotras apenas dijimos nada, tan solo Nieves disimulando la voz, algo a lo que contribuía mucho la música ambiental, les dijo que la vida da muchas vueltas, quizás si nosotras les veíamos el rostro a ellos, en alguna ocasión se podían llevar una grata sorpresa, sin pensarlo ambos se despojaron de la máscara unos instantes, en los que les acariciamos las facciones a ambos y les prometió que no los olvidaríamos fácilmente.

Después de eso nos colocamos el vestido y con un pico nos despedimos de ellos, a quienes no habíamos besado en serio en ningún momento, salimos hasta el vestíbulo donde la chica nos pidió un taxi que apareció de inmediato, tras asegurarnos que el siguiente tardaría en llegar, nos dirigimos directamente a casa y al llegar nos dimos una ducha rápida, frente al espejo pude comprobar que el chupetón no pasaría inadvertido a nadie.

Nos vestimos con ropa de calle, y sin ropa interior como venía siendo costumbre estos últimos días, nos servimos una copa y apenas tomar el primer sorbo, siendo cerca de las cuatro de la madrugada oímos llegar un coche, es una urbanización muy tranquila por lo que solo podían ser ellos, al entrar al salón que estaba a oscuras salvo por una única lámpara sin pantalla, que desprendía una luz azulada semejante a la que había en el club nos vieron sentadas en el sofá.

Cesar en un segundo plano sonreía, mientras Carlos no daba crédito a lo que estaba viendo, sobre la mesita de centro, estaban las dos mascaras que habíamos empleado para estar con ellos, entonces y sin decir palabra alguna se acercó a mí y mirándome el cuello, pudo comprobar que ahí estaba “su marca”, me miro y con un semblante avergonzado me dijo.

Soy un cretino, he estado a punto de perder lo que más quiero, y solo por tratar de amasar algo más de fortuna, cuando el mayor capital eres tú, que te has sacrificado para que reaccione, al igual que tu hermana y Cesar, que no han dudado en ayudarte en esta difícil empresa.

Cesar le puso una mano en el hombro y entre carcajadas le dijo que todo tenia solución AÚN, solo se trataba de la actitud que tuviera de ese momento en adelante, entonces Carlos rememorando la “otra ocasión” en que me marcó con un chupetón, me dijo que tendríamos que estar unos días sin salir para evitar que se me viera, a lo que conteste enérgicamente.

De eso nada, saldré con mi gente donde nos plazca, y a lo sumo, levantaremos algo de envidia entre quienes nos vean, e imagino que a estas alturas no comenzaras con temas de celos, por si paso algún rato con alguno de ellos, a fin de cuentas, son los que han hecho posible que estemos así ahora.

Lo que quedaba de esa noche la pasamos juntos, pero las siguientes hasta que acabaron las vacaciones de semana santa, fue siempre una incógnita el “quien con quien” hasta la hora de acostarnos.

Ha pasado este año, en que Carlos ha delegado en el gerente, y solo va a la empresa alguna mañana sin horario fijo, con el resto del tiempo hemos disfrutado de momentos muy interesantes, hemos conocido a algunas personas de nuestra ciudad, que también han descubierto lo que realmente es importante en la vida. Hemos visitado en varias ocasiones a Nieves y Cesar, quienes han pasado a ser muy importantes en nuestra relación.

Ayer en su casa, celebramos el primer aniversario de nuestra nueva vida.

El acto central de la celebración, fue proporcionarnos una doble penetración a las dos, que ha sido un paso más en este grato sendero que estamos recorriendo, y que tan solo augura que habrá muchas más cosas por descubrir, por el momento esperamos que hoy se compenetren un poco más “

nuestros hombres

”, Nieves me ha prometido que mientras ellos se encargan de mí, ella también participara de alguna forma.

Espero impaciente conocer, que es capaz de inventarse ese diablillo que tengo por hermana.