El sueño de una tarde de otoño

Lo que comenzó como un juego acabo en una erotica ensoñación.

Hola, este es un cuento que un día dediqué a una amiga muy especial, si teneis cualquier sugerencia, simplemente mandadme un email y contestare gustoso, un saludo.

Como te decía, en ese lugar un chico y una chica se encontraron, se miraron a la cara, y desde el primer momento sintieron la atracción mutua. Fue una situacion harto tensa pues el chico ardia en ganas de tenerla para sí pero en ningun momento supo si ella deseaba lo mismo, más era tal el ardor que ella despertaba en el que una tarde, en un lugar precioso lleno de altos arboles, sentados en un banco al sol, comenzando por el inocente gesto de kitarse los unos a los otros las gafas con la excusa de estar mas comodos la chispa se encendioy lo que empezo como un sutil jugueteo de dulces y fugaces besos en la mejilla, acerandose a la comisura de los labios, desbordó en un arrebato de pasion, donde ambas bocas se encontraron y tras tantear el terreno empezaron a abrirse dispuestas a explorar lo mas interno de sus gargantas, con las lenguas enrelazadas en un continuo baile de lujuria y deseo, las manos, ya fuera de control intentaban abrirse paso po donde podian en busca de la calida y suave piel, del reconfrtante tacto de humano.

Topaban con distintos impedimentos, camisetas, sujetadores y demas ropas inutiles a la hora del sexo, todo era deseo en sus ojos una magico movimiento de uñecay alegremente quedarn liberados los pechos de tan linda chicala sensacion indescriptible, esa calidez, esa tersura... ese no se que que el volvio loco, todo parecia poco pero en una situacion como aquella no podia pasar nada mas.

Fue entonces cuando la imaginacion del chico voló y voló, mas allá del mundo real para encontrarse en una habitacion con una gran cama de matrimonio, una chimenea ardiente y un ambiente incmparable. Y alli, tendida sobre la alfombra estaba ella desnuda, mirandole con ojos ávidos no hicieron falta palabras, pues con una mirada de complicidad todo estaba dicho, el chico se acercó lento pero presuroso, como temiendo que todo aquello fuera a desvanecerse de un momento a otro. Se tumbo a su lado y vio como sus pezones erectos brillaban a la luz de las llamas; estaba tenso, era una situacion incomparable y no queria echarla a perder, la volteó ligeramente hacia el y comenzo a besarla suavemente, como la ultima vez pero ahora sabedor de que todo le estaba permitido, que ninguna mirada ajena estaria curioseando.

La agarró de la cintunra, y aun tumbados de lado juntaron sus cuerpos, los pechos de ella dieron con su torso y sus piernas se entrelazaron, una curiosa sensacion, como de cosquilleo por el roce del bello de ambos hizo que se excitaran aun más, el chico la tumbó boca arriba, cogio sus senos uno con cada mano, y sin dejar de besarla los masajeó cn fuerza, pero sin malicia, todo ere ideal. Bajó sus labios desde la boca hasta el cuello llegando hasta los pechos, donde la lengua empezo a jugar, a moverse sin parar, a apretar allí y allá, a morder aqui y aca, ella tenia la mirada prendida del techo, estaba disfrutando de verás, pero no tanto como él. Tras ese juego comenzó a bajar mas y mas, y pronto sintio su vello cosquilleando en su barbilla.

Risas!!!, risas complices llenaron la habitacion, al cabo de un momento tenia ante el aquel ansiado monte de venus, hinchado, brillante y palpitante, lo besó despacio, con cuidado, enredo sus dedos entre su velloy su lengua empezó a trabajar, al principio solo tocaba y se retiraba, estaba como a la espera de una señal, fue entonces cuando ella empezo a gemir y sus caderas comenzaron a moverse al compás de la musica.

Acarició los labios de su sexo, los separó ligeramente y fue entonces cuando al lengua comenzo su ataque, se lanzó con toda su fuerza hacia aquel puntito, ese puntito magico, lo golpeaba ligeramente, lo chupaba, lo lamia, lo aspiraba con suvidad, y lo recorria rapidamente de arriba abajo.

Los gemidos de ella no paraban de aumentar de intensidad, un dedo juguetón se dispuso a entrar en liza, rondaba por los labios vaginales buscando el momento de atacar; encontró el agujero del placer y se sumergio en el de forma suave, despacio, sin forzar. Poco a poco y adquiriendo el ritmo de los jadeos de ella fue entrando y saliendo sin descanso, era el puro éxtasis, ella cerró sus pienas entorno a su cabeza, estaba a punto de llegar al climax, allí donde nunca antes habia llegado. La lengua y el dedo se apresuraron, sabian que era el momento y despues de unos segundos todos los musculos de ella se contrajeron por unos momentos, y un grito salvage escapóde sus labios, habia tenido un orgasmo...

La impresion fue tal, que el chico despertó de su ensoñación y se dio cuenta que la chica estaba recostada sobre su regazo, aun en aquel baco del parque a la calida luz de un sol otoñal, con una expresion de felicidad, nada habia pasado pero sabia que algun dia pasaría.

FIN.