El Sueño Americano (04: Ampliando horizontes...)

La Meca del Cine será, en este caso, La Meca del Goce Sexual para nuetro grupo de jóvenes protagonistas.

El Sueño Americano

Tras la... Parte I: INTRODUCCIÓN, Parte II: DESVIRGADO EN SEATTLE y Parte III: ENAMORADO EN SAN FRANCISCO

llega la... Parte IV:

AMPLIANDO HORIZONTES EN LOS ÁNGELES

Estaba eufórico. Pocos lunes recuerdo haberme levantado de tan buen humor. Estaba deseando llegar a las clases de inglés (quien lo diría) para encontrarme de nuevo con Arancha. Definitivamente estaba enamorado.

Escuché los pitos del coche. Es la señal de aviso de que Katie espera abajo ya para llevarnos a las clases. Llamé a mi hermana que todavía estaba en el cuarto de baño y fui bajando las escaleras. Entonces caí en la cuenta. Va a ser la primera vez que hable con Reby desde que estoy con Arancha. Durante el fin de semana ella me ha evitado o al menos nuestros caminos no se han cruzado. Ahora vamos a ir juntos en el coche durante media hora. Supongo que algo me dirá.

Me subí detrás como siembre junto con mi hermana. Katie estaba al volante y Reby en el asiento del copiloto. Nos saludaron como todos los días y emprendimos la marcha. Al principio los temas de conversación eran banales. Katie nos preguntó si nos había gustado San Francisco. Y yo incluso participé en la conversación esforzándome por hablar inglés y exponiendo ante Katie toda una opinión razonada sobre los encantos de la ciudad de los terremotos. Se notaba que estaba de buen humor. Aun así, la conversación no daba para más. Tras unos minutos en silencio fue Reby la que me preguntó...

  • Bueno, ¿y qué tal Arancha?

  • Supongo que bien- respondí yo asépticamente. No me molestaba la pregunta pero no quería hablar de mi relación delante de mi hermana. Aunque en San Francisco Arancha y yo nos habíamos mostrado cariñosos en público y todo el mundo de nuestra edad conocía ya el rollete, tenía esperanzas de que Sandra no se hubiera enterado todavía. Es demasiado bocazas como para darle información sobre mi vida privada. De hecho si aún no me había realizado ningún comentario es porque desconocía mi relación con la dulce pelirroja. Pero Reby insistía:

  • Se os ve muy bien a los dos- y luego dirigiéndose a Katie le explicó- Jaime has a girlfriend.

La americana se limitó a esbozar una media sonrisa. Tan escueta reacción se debe sin duda a que ya había sido informada por Reby de todos lo detalles. Pero la que no perdió su oportunidad de meter baza fue mi hermana Sandra.

  • ¿Cómo que tienes girfriend? ¿quién es Arancha?

Me calle como respuesta. No quería seguir con esto. Pero Reby sí.

  • Si, Sandra. Tu hermano se ha echado una novieta ¿sabes?. Se llama Arancha. Es la pelirroja que está en la clase de nivel advanced.

  • Qué fuerte. Te has enrollado con la pelo panocha

Aquello ya empezaba a molestarme. Con mi hermana ya ajustaría cuentas. A la pija de Reby me daban ganas de decirle cuatro cosas bien dichas. Mi enfado aumentó cuando soltó...

  • Pero yo no le veo mucho futuro, A tu germano le gustan las relaciones muy rápidas- y soltó una carcajada. Su ironía sólo la pude entender yo. Mi hermana lógicamente no sabía a que se refería con lo de "relaciones muy rápidas" y Katie no entiende español.

Decidí ponerme borde y mirando a mi hermana dije:

  • No te creas Sandra. Las relaciones rápidas las tengo con las pijas, gordas y culonas. Pero las relaciones largas, intensas y satisfactorias las dejo para las que de verdad me atraen, tanto como personas como físicamente.

En realidad no tenía nada en contra del físico de Reby pero sabía que tenía complejo de culo gordo y eso era darle donde más le podía doler. Y efectivamente di en la diana. Ya no se reía y su mirada era más bien de odio. Se lo tenía merecido. Eso sí, había callado a Reby a costa de que mi hermana supiera, no ya mi relación con Arancha, sino también lo que tuve con Reby. Menos mal que creo que no había descifrado del todo las claves. Espero que no se enterara de a que nos referíamos con los de "relaciones".

Al llegar al School Reby seguía sin hablarme. Decidí limar asperezas.

  • Bueno, ¿dejamos ya de tocarnos las narices mutuamente?

  • Vete a la mierda pichafloja- me respondió y añadió- El otro día mi culo gordo y pijo te puso 100 y te corriste enseguida. No creo que dures mucho con la panocha, pero porque te dejará ella.

Pues que te den, pensé yo, lo que está es celosa. Pero no me molesté en discutir más. Mi mente estaba ya centrada en Arancha. La fui a buscar y cuando nos vimos nos saludamos con un morreo de buenos días. Acabábamos de llegar de San Francisco y ya estaba deseando llegar a Los Ángeles para compartir de nuevo habitación con ella. Mientras tanto tenía intención de disfrutar de la semana.

Y vaya si lo hice. Arancha y yo pasábamos el máximo tiempo posible juntos. Echamos dos polvos en los servicios de los profesores que solían estar siempre vacíos y en una ocasión me la chupo en un rincón poco visible del patio del centro escolar donde dábamos las clases. El morbo aumentaba día a día. Nos besábamos por todas las esquinas. Yo estaba muy enamorado y creo que ella también. La verdad es que nos compenetrábamos como si nos conociéramos de toda la vida.

Con Reby mantuve toda la semana un tira y afloja simpático. La verdad es que tenía una lengua afilada pero he de reconocer que, en ocasiones, también era ingeniosa. En el fondo nos llevábamos bien. También tuvimos tiempo para nuestros amigos. De hecho planeamos conjuntamente el viaje a Los Ángeles. Esta vez llevaríamos alcohol. Luis había congeniado con el hijo mayor de la familia que le hospedaba. Tenía 23 años y había prometido comprarnos un buen cargamento de bebidas para llevarnos a L.A. y montarnos una fiesta. A mí la verdad me daba igual. Tenía suficiente con Arancha.

El jueves nos reunimos de nuevo con el soplagaitas del leader español para que nos explicara los detalles de la excursión a la ciudad del cine. La reunión deparó una noticia mala, una buena y otra muy buena. La mala es que esta vez las habitaciones no iban a ser para dos personas. La buena es que las plazas iban a ser seis. Esta vez no nos alojaríamos en un hotel sino en una especie de albergue juvenil, pero al menos cabíamos todos los del grupo en el mismo cuarto y además no nos iban a adosar a nadie más. Arancha y yo pensamos que iba a ser fácil convencer a nuestra pandilla para que nos dejaran momentos de intimidad.

Y la noticia muy buena es que no volveríamos hasta el lunes. Nos quedaríamos un día más en Los Ángeles y eso suponía más horas con Arancha.

Y llegó el deseado viernes. Al igual que la semana anterior nos tocó pegarnos un buen madrugón para coger el avión. Recién desembarcados iniciamos nuestra ruta turística por L.A., es decir, Hollywood Boulevard, las estrellitas y manitas de famosos, los pabellones de los oscars, algún que otros estudio, cines emblemáticos, museos sobre el tema y el típico paseo por Beverlly Hills por las mansiones de los famosos. Todo muy interesante aunque yo me quede con una cierta sensación de que Los Ángeles no es una ciudad sino un conjunto de urbanizaciones, unas más ricas que otras, (aunque a los suburbios no nos llevaron) con un barrio donde se ruedan pelis y por la noche se ponen las putas y un centro de negocios con algunos rascacielos. No me dio sensación de unidad. San Francisco me pareció una ciudad mucho más acogedora que Los Ángeles.

Ya cayendo la tarde, es decir a eso de las siete y media, llegamos a nuestro albergue donde nos ofrecieron una dinner de rancho. Y tras la cena... la fiesta.

Arancha y yo teníamos ganas de estar solos y de echar un polvo de órdago pero como nuestros amigos tenían unas ganas terribles de emborracharse no quisimos ser los aguafiestas del grupo y nos unimos sin rechistar a la party.

Montamos la fiesta, claro, en nuestra habitación de seis camas. Pero no estábamos solos los del grupo. Se había ido pasando la voz de que teníamos bebidas, y algunos se habían apuntado, unos invitados otros, se autoinvitaron. El caso es que llegamos a estar unas 20 personas aunque la mayoría se tomaba una copa y se iba. Las habitaciones eran una especie de barracones unos a cierta distancia de otros, en un recinto que por lo visto antes había sido propiedad del ejercito. A mí me recordaba a los campos de concentración de las pelis de la II guerra mundial. El albergue estaba a las afueras de lo que llaman L.A., y decir a las afueras de Los Ángeles supone que estábamos a casi 80 kilómetros del centro. Aunque la fiesta producía bastante sonoridad no molestábamos a nuestros vecinos. Además habíamos tenido la suerte de encontrarnos bastante alejados de las cabañas de los adultos encargados de controlarnos en este viaje, entre ellos el majadero del leader.

Llevábamos ya unas tres rondas de copas, el ambiente era bastante divertido. Llamaron a la puerta. Como yo estaba cerca me encargué de abrir. Cual fue mi sorpresa cuando veo a Reby y otra dos amigas suyas pijas.

  • Hola Jaime. Me han dicho que tenéis montada una fiestatuki. Venimos a ver si nos invitáis a una copa.- me dice con cara de cínica, ante lo cual yo decido tocarle un poco las narices.

  • Sí pero es una fiesta privada- Me encantó ver su cara, porque no se esperaba esa respuesta. Se quedó cortada y por una vez sin saber que decir. Me dio pena y finalmente las invité a pasar- Bueno. Por ser tú haremos una excepción.

  • Gracias muy amable no esperaba menos de ti, guapito- dijo esbozando una sonrisa sarcástica.

Arancha observó la llegada de las pijas se acercó a mí y me preguntó...

-¿Y ésta?

Caí en la cuenta entonces de que a lo mejor a Arancha no le sentaba muy bien la presencia de Reby. La verdad es que todavía no sabía si Arancha era celosa.

  • Pues se ha colado, pero no la iba a dejar en la puerta. ¿A ti te importa?

  • No, a mi no. Incluso me hace gracia que venga. A lo mejor quiere reconquistarse- sugirió con una sonrisa maliciosa.

  • No tiene nada que hacer cariño. Sólo tengo ojos para ti. ¿No estarás celosa?

  • Yo no soy celosa amor- terminó su afirmación dándome un beso en la boca y metiéndome la lengua, para inmediatamente después darse la vuelta e ir a servirse otra copa.

Me gustó que me dijera eso, lo de que no era celosa. Me gustan las chicas que no son celosas. De hecho en mi exigua trayectoria amorosa no había sentido nunca celos. Por la cabeza incluso se me pasó la posibilidad de un trío Reby Arancha y yo. No eso no puede ser. Eres un depravado. Pero estaba siendo un verano muy intenso y mi descerebrado cerebro empezaba a dar muestra de desgaste.

Arancha se estaba sirviendo su copa (ya estaba un poco colocadilla) cuando se acercó Reby a servirse ella también. Observé divertido la coincidencia (o no.) Reby saludó amablemente a Arancha y ésta respondió con una sonrisa. Comenzaron una conversación que yo no pude escuchar pero sí ver que las dos se reían mucho. Estuvieron así un buen rato mientras yo me limitaba a observarlas. Decidí acercarme. La curiosidad me pudo.

  • Hombre, amor- me recibió Arancha.

  • Se os ve muy bien a los dos- me dijo la cínica de Rebeca.

  • Sí, ¿verdad?- me límite a responder.

  • Por cierto que ya me ha dicho Arancha que le has contado lo nuestro- Me quedé de piedra y miré a Arancha que sonreía con cara de maliciosa- Y además- siguió Reby- se lo has contado todo, todo, incluyendo tu rapidez de acción- y se descojonaba mientras hablaba. Yo no sabía como tomarme esto. Pero ya empezaba a estar un poco harto del temita- Aunque también me ha dicho que debiste tener un mal día porque me cuenta que eres un auténtico monstruo en la cama con ella.

  • Ya ves- dije como toda respuesta, esforzándome por evidenciar que estaba forzando la sonrisa.

  • No te cabrees Jaime- Arancha debió notar que no lo estaba pasando bien con esta conversación- Te estamos tomando el pelo- me dio un piquito y se alejó.

Nos quedamos solos Rebeca yo.

  • Arancha es una tía estupenda- me dijo muy seria. Yo no respondí, así que ella insistió- Te lo digo en serio. Me parece majísima. Y como en el fondo me caes bien, pues me alegro de que estéis juntos.

No, si al final se van a hacer amigas la pija y la hippy. En cualquier caso las palabras de Rebeca me relajaron. Me serví otra copa y me reincorporé al grueso del grupo que comenzaba ya a desvariar a causa de los efectos del alcohol.

Transcurrieron algo más de dos horas. La fiesta proseguía. Yo estaba contentillo pero desde luego mi nivel de alcohol era bastante más bajo que el de mis compañeros incluyendo Arancha que estaba bailando como poseída. Media hora después la habitación se fue vaciando. Decidí salirme un momento con Arancha para besarnos en la intimidad. Empezaba a descartar la posibilidad de hacer el amor esa noche.

Estuvimos un buen rato compartiendo lenguas y metiéndonos mano fuera. Ambos estábamos calientes.

  • Quiero follar amor- me dijo para calentarme aun más Arancha.

  • Y yo, pero la cosa está difícil. Podemos hacerlo fuera pero nos pueden ver desde otras habitaciones.

  • Mmmm, yo quiero follarte en una cama, y que el polvo dure horas- Esta chica tiene la capacidad de ponerme a 100 con estos comentarios.

  • Pues como no lo hagamos delante de todos.

  • Pues no lo descarto, total están todos borrachos.

Decidimos entrar de nuevo en el barracón. La fiesta había cambiado de ambiente. Se había marchado casi todo el mundo y sólo quedaban nuestros cuatro amigos y... ¡Reby! Que además daba muestras de estar bastante borracha. Ya no bailaban y estaban lo cinco sentados en un par de camas. Como hacía bastante calor Jorge y Luis se habían quitado la camiseta y estaban en pantalones cortos de deporte. Las chicas iban todas ataviadas con shorts y camisetas frescas de tirantes.

  • Arancha, Jaime... uniros al grupo que estamos con conversaciones calientes y vosotros podéis aportar mucho- gritó Jorge al vernos.

  • ¿Qué tipo de conversación?- pregunté

  • Estamos aquí contando experiencias sexuales- dijo Bea

  • A ver, pues ponernos al día- pidió Arancha y fue Jorge el encargado de actualizarnos

  • Pues mira. Bea, Reby y yo ya no somos vírgenes, Ana y Luis están todavía enteros y desesperados...

  • Oye que yo sólo tengo 15 años- protestó Ana- Soy muy joven.

  • Bueno, pero Ana dice que ha hecho de todo lo demás, pajillas, sexo oral...

  • Bueno tampoco hace falta que cuentes mi vida sexual a todo el mundo

  • Joder son Arancha y Jaime hay confianza

  • Sois unos degenerados- Sin duda el alcohol les había desinhibido, y yo en cualquier otro momento me hubiera mostrado muy interesado en esta conversación, pero con el calentón que llevaba lo menos que necesitaba era hablar sobre sexo, para luego no poder hacer nada con Arancha.

  • Y tú un estrecho- me espetó Bea- Claro como vosotros estáis servidos.

No me sorprendió que Bea fuera tan proclive a hablar de sexo. La verdad es que si Arancha no se hubiera cruzado en mi vida, Bea sería mi favorita entre las chicas, sobre todo por su carácter abierto, su fresca belleza y por qué no decirlo, por sus tetillas con una forma puntiaguda muy excitantes. Había notado que estos días se había producido una aproximación entre ella y Jorge pero de momento no terminaba de fructificar.

  • ¿Y ahora con qué estábais? – preguntó Arancha a quien sí parecía motivar la conversación. Fue Jorge quien de nuevo respondió.

  • Pues estamos contando nuestra experiencia sexual más fuerte. Iba a empezar Bea.

Bea narró el polvo que echó, sería el tercero de su vida, en una playa, a la vista de cualquiera que pasara. Al final les pillaron unos chicos pero ella, con su novio veraniego del año pasado, siguió follando hasta terminar, a pesar de los mirones. Una bonita historia, que aumentó mi cachondez.

  • Bueno ¿quien se anima ahora?- dijo Jorge, y yo, me quedé blanco cuando oigo la voz de Arancha...

  • Venga Reby cuenta tu alguna experiencia que eres la mayor.

  • Vale pues voy a contar la historia de un polvo muy excitante.- Todos animaron efusivamente a que siguiera. Todos menos yo claro, que me temía lo peor.

Efectivamente se cumplieron mis temores. Reby comenzó a relatar el polvo que echó conmigo. No dio nombres ni lugares así que, de momento, mis amigos no sabían que yo era el protagonista y Seattle el escenario hacía tan sólo dos semanas.

La historia iba calentando bastante al personal, además la contaba muy bien a pesar de su tono pijo. Cuando llegó al momento de la parte en la que las tres parejas follábamos a la vez, pude observar el empalme de Luis y Jorge y cómo Bea y Ana la escuchaban con suma atención, mordiéndose los labios en un gesto nervioso.. Miré a Arancha y también aparentaba estar disfrutando. Yo temía el momento en el que contara como me corrí a pesar de que permanecía sin identificar la identidad del amante de Reby. Pero me sorprendí al escuchar su narración:

  • Entonces me senté encima del chico, me la metió y me hizo gozar de placer. La pena fue que estábamos tan calientes que el polvo duró poco. Aún así había sido maravilloso. El chico quiso darme aún más y se bajo hacia mis partes y me las lamió de forma deliciosa, como nunca me lo habían hecho.

Vaya no sé si Reby estaba ahora diciendo la verdad o estaba dulcificando la historia, pero a mí me resultaba bastante agradable escucharlo dado las puyas que he tenido que estar soportando todo este tiempo por haberme corrido tan rápido.

Cuando Rebeca terminó la historia todos estaban muy cachondos, se les notaba, sobre todo a los tíos. Arancha volvió a tomar la palabra

  • Yo sé algo más sobre esa historia pero no tengo permiso para contároslo.

Todos gritaron, y le exigieron a Arancha que contara eso que sabía, que no se podía tirar la piedra y esconder la mano

  • Bueno, bueno, dijo mientras me miraba y observaba mi cara de estupefacción- Solamente puedo decir que la historia ha sido en Seattle.

  • Que fuerte- dijo Ana- ¿Entonces fue con un chico del grupo?

  • No puedo decíroslo porque el interesado no quiere que se sepa- contestó Rebeca.

-Pero Bea que no tiene un pelo de tonta, se dio cuenta de las miradas ente Arancha, Rebeca y yo.

  • Tú, Jaime también lo sabes ¿no?

Me quedé sin saber que responder.

  • Yo no digo nada.

  • Venga hombre contárnoslo todo, no nos dejéis así ahora

Como Rebeca me había dejado en buen lugar, Arancha parecía que incluso disfrutaba con la situación y yo estaba animadillo, me decidí a sorprender a mis amigos

  • Bueno, veréis. Resulta que antes de estar con Arancha tuve una noche de pasión con Reby, y esa noche fue la que ha contado ella.

Todos se quedaron de piedra.

  • Qué fuerte, tío, deja alguna para los demás- gritó Luis.

La verdad es que no estaba acostumbrado a interpretar el papel de follador rompecorazones. Era una situación inédita para mí. Aunque, según opiniones femeninas, estoy bastante bien, nunca he sido un ligón y mucho menos follador. Pero ¿qué queréis que os diga?, me encontraba a gusto siendo por una vez el envidiado del grupo.

Pero el deleite de mi ego duró poco porque Arancha de nuevo me dejó con la boca abierta.

  • Pues tiene que ser divertido lo de follar todos juntos.

Por unos segundos nadie supo que responder. Los tíos como siempre a la hora de la verdad nos quedamos paralizados tuvo que ser Bea la que recogiera el envite

  • Ya te digo, yo quiero vivir una fiesta de esas. Jorge, tío, desnúdate ahora mismo- El tono empleado por Bea fue medio en broma pero yo percibía que había bastante seriedad en la propuesta. Estaba expectante a ver la respuesta de Jorge.

  • Yo, cariño me desnudo ahora mismo y comienzo una orgía contigo cuando quieras

  • A qué no hay narices- provocó Bea

  • Eso, a qué no empezáis una orgía- animó Arancha

Jorge se levanta. Con mirada voraz se acerca a Bea. La tumba sobre en la cama en la que también estábamos sentados Ana y yo. Se pone a su lado y se morrean insaciablemente. Todos nos quedamos mirándoles.

El siguiente paso lo da Arancha. Se sienta a mi lado y comienza también a besarme con cierto grado de lujuria. No sé como va a acabar esto. Cuando Arancha me deja respirar miro hacia nuestros compañeros. Ana, Reby y Luis nos miran sonriendo y Bea le está metiendo ya la mano a Jorge dentro del pantalón. Le está agarrando su polla. Arancha toma la iniciativa en el grupo.

  • A ver, Ana y Luis, que pasa ¿no queréis besaros?

Ana y Luis se miran y se funden en un primer y tímido morreo. Resuelto ese problema, Arancha se levanta, se dirige hacia Reby, la coge de la mano y se la leva a otra cama libre. Con la otra mano me hace un gesto para que me una a ellas. La cosa promete. Reby se tumba. Arancha me sitúa a su lado y ella se coloca a mi izquierda.. Beso a Arancha pero aparta su boca y me dirige la cabeza hacia Reby. Beso a Rebeca. Vuelvo a notar el sabor de su lengua jugosa. Esta situación es increíble. Mientras Reby y yo seguimos besándonos Arancha se levanta, se quita su camiseta. No lleva sujetador así que deja sus pequeños pezoncillos al aire. En otro rápido movimiento se quita el pantalón y las bragas y se queda totalmente desnuda, deja ver ante todos su precioso y pecoso cuerpecito. Se vuelve a tumbar reclama mi boca y yo se la regalo gustoso.

Reby aprovecha nuestros besos para imitar a Arancha. Se incorpora, se desnuda y se vuelve a colocar en su sitio. De repente me encuentro entre dos chicas desnudas. Una delgadita, dulce y preciosa, el amor de mi vida. La otra voluptuosa, con provocativas curvas y unas embaucadoras tetas. El sueño dorado de cualquier hombre y no digamos adolescente. Saco la lengua y la sitúo entre las dos. Ellas aceptan la invitación y mezclamos las tres lenguas en un beso de superlativa excitación.

En el otro extremo de la habitación puedo ver como Bea está arrodillada ante Jorge que ya desnudo permanece sentado en la cama. Bea está llevando a cabo una tremenda mamada en el pene de su compañero.

En la otra cama Ana y Luis, los virginales, tampoco se quedan a atrás: En este caso es ella la que se ha quedado con sus grandes pechos al aire y deja que Luis se los lama con pasión.

Pero me centro en lo mío. Me separo de mis chicas y me bajo a sus montes, las junto. Sus piececitos se tocan. Beso el chochete de Arancha. Doy otro beso en el mismo lugar pero en este caso en el de Reby. Vuelvo al de mi chica y comienzo una suave lamida mientras observo con tremenda satisfacción que ellas se están besando. Mientras lamo la dulce joya de Arancha con la mano masajeo suavemente la vagina de Reby. Arancha comienza a removerse nerviosa. Intensifico tanto la lamida como la masturbación. Para ser justo intercambio las técnicas. Acerco mi boca a Reby y a Arancha, ya muy mojada, le introduzco suavemente un dedo. Tras unos minutos en los que disfrutan sin dejar de besarse entre ellas, Arancha me quita la mano y se levanta. Yo sigo lamiendo con dedicación el coño de Rebeca.

Arancha ha ido a coger condones. Se nos habían acabado pero gracias al amigo americano de Luis, el mismo que nos había conseguido las bebidas, también disponemos de gomas. Fui yo quien se encargó de pedirle a Luis que lograra preservativos, aunque en un principio solos iba a utilizarlo yo.

Arancha viene directa a mi polla. Me incorporo y me quedo sentado mostrándole la polla para que me ponga el condón pero ella decide que prefiere primero chuparla. Se arrodilla junto a la cama y se mete directamente la polla en su boca. Reby se da la vuelta y se tumba acercando su cabeza hacia mis genitales. Arancha se la saca de la boca, la coge con la mano y se la ofrece a Rebeca que la recibe con ganas. Entre las dos me están provocando nuevas e intensas relaciones. Yo creía que eso era ya imposible, pero no, estas chica son increíbles.

Mientras disfruto de sus mamadas veo a Bea desnuda, tumbada y espatarrada dejando paso a la lengua de Jorge que se trabaja su coño con especial interés. Ana y Luis están también los dos desnudos ya y se pajean sin parar de besarse.

Veo que Arancha se incorpora y Reby detiene su mamada. Se tumba sobre mí Y directamente me inserto en ella. Me besa apasionadamente mientras iniciamos un polvo que comienza con ardor. Los empujones son rápidos y Arancha jadea sin rubor. Todavía no tengo el condón puesto. Rebeca se ha quedado en un segundo plano y nos mira sonriendo.

Para prevenir imprevistos aparto a Arancha cojo la goma y me la coloco en mi izado pene. Veo que las dos se comentan algo. Se dan la vuelta, se ponen a cuanto patas y me ofrecen la maravillosa visión de sus nalgas. Me coloco detrás de Reby. Ella no ha recibido todavía. Le meto la polla en el coño y le doy suaves empujoncitos mientras magreo sus hermosas y generosa nalgas. Después de un par de minutos es a Arancha a quien penetro y recibe con cierta ansiedad me pene. Le toco también sus nalguitas y le rozo el ano todavía algo irritado por la penetración del otro día. Ella se retuerce de gusto. Veo como Reby se echa hacia la parte de arriba de la cama, se coloca delante de Arancha y se tumba situando su coño a la altura de la boca de Arancha. Ésta responde a su sugerencia e inicia una serie de lametones en su coño.

Miro hacia mi izquierda y observo como Bea cabalga ya sobre Jorge y Ana y Luis están haciendo un 69. Yo sigo a lo mío. Al tiempo que Arancha recibe mi verga y lame el coño de Rebeca echa su mano para atrás y se toca también el clítoris. Su habilidad da para todo. A los pocos minutos inicia una serie de convulsiones y se corre con gemidos mitigados por el chocho de Reby sobre el que presiona su boca. Una vez terminada la corrida se aparta de mí y se coloca junto a Rebeca a quien le da un ardiente morreo. Mi mira y con un gesto me señala el coño de nuestra amiga pijita.

Levanto las piernas de Rebeca y la penetro con facilidad. . Ella jadea con fuerza y yo creo que estoy llegando al climax pero esta vez me centro en hacerla gozar a ella. Quiero que se corra con mi pene dentro. Observo que Arancha ha perdido el interés en nosotros y tumbada como está al lado de Rebeca mira sonriente a los otros cuatro. Desvío mi mirada y veo con sorpresa que Jorge y Luis están de pie juntos meneando sus pollas sobre

Las bocas de Bea y Ana respectivamente.

Los jadeos de Reby me devuelven a lo mío, noto que está a punto. Aumento la velocidad y el empuje y ella se corre animadamente. Yo me dejo llevar también y en un par de movimientos me llega el orgasmo. Los dos nos corremos de forma prácticamente simultanea.

Me quedo mirando a las dos bellezas que me dibujan una sonrisa en sus bocas, me hago un hueco entre ellas. Le doy un beso con lengua a Rebeca. Me giro hacia Arancha y la morreo lo más amorosa y apasionadamente que puedo. En el momento en el que tengo la lengua libre aprovecho para susurrarle un sincero "te quiero" a lo que ella responde...

  • Yo a ti más.

Tras unos segundos, vuelvo a ser conciente de mi entorno y veo como Bea y Ana se alejan riéndose hacia el baño. La dos van desnudas ya sin vergüenza y con toda la cara y el pecho lleno del semen de Jorge y Luis.

Otra jornada increíble en los Estados unidos y ya he perdido la cuenta de cuantas van.

Después de la orgía estamos algo cortados todos. Aunque seguimos desnudos. Rebeca es la primera en incorporarse y vestirse.

  • Bueno chicos, ha sido todo una experiencia estar con vosotros pero me voy a dormir a mi cama.

La despedimos entre bromas y risas. Son las seis de la mañana y nos tocan diana a las 9. Arancha y yo lógicamente dormimos juntos, pero nuestros compañeros también se emparejan. Luis compartirá cama con Ana y Bea con Jorge. Los seis vamos a dormir desnudos y satisfechos de la experiencia.

A la mañana siguiente a pesar de apenas haber dormido, estamos todos de muy buen humor. Nos duchamos por parejas. Y nos hacemos bromas sobre lo ocurrido anoche que no dejan de provocarnos cierto rubor. El caso es que para todos ha sido una experiencia muy satisfactoria.

Ese día vamos a Disneyland. A mí el mundo del cursi de Micky y el pesado de Donald me aburre. No te digo ya el drama de Bamby que ha creado traumas infantiles en varias generaciones o la exaltación del capitalismo que representa el tío Gilito. El caso es que a pesar de mis prejuicios nos lo pasamos en grande. Montamos absolutamente en todas las atracciones. También disfrutamos de los espectáculos que montan en el parque. Aunque hay que reconocer que esta gente no escatima medios, a nosotros todo este despliegue nos produce más carcajadas que admiración. Lo cierto es que disfrutamos de la visita.

Al llegar al albergue. Ana y Luis nos piden un favor. Han decidido desvirgarse juntos y quieren que les dejemos un par de horas el barracón. Nosotros aceptamos gustosos y les animamos a hacerlo. Además como mucha gente nos pide que repitamos la fiesta de anoche y todavía queda mucho alcohol, decidimos poner como condición que sea en otra habitación. Nos vamos a otro de los barracones a celebrarlo y de paso no ensuciamos el nuestro.

La fiesta es más multitudinaria que la de ayer. Ya se ha enterado todo el mundo y ha acudido prácticamente el grupo de españoles al completo. Seremos unos 40. Y entre ellos mi hermana que veo como se acerca a mí y me dice

-¿No me vas a presentar a Arancha?

Y como la tenía cerca la llamo y procedo.

  • Arancha, mi hermana Sandra. Sandra, esta es Arancha.

  • Hola que tal- se dan dos besos y tras unas palabras de cortesía mi hermana se marcha

  • Ahora que la veo de cerca, es muy guapa tu hermana. Se parece a ti- me dice Arancha

  • Mira hay que poner límites a tu vicio. Me niego a hacer un trío con mi hermana

Ella se descojona ante mi ocurrencia y me responde:

  • Dame tiempo y verás- y se aleja a seguir con la conversación que mantenía con otro grupo antes de que la interrumpiera para presentarle a mi hermana.

Nada más marcharse Arancha, me topo con Reby. Habíamos hablado en Disneyland, pero como siempre contábamos con la presencia de otras personas todavía no me había hecho ningún comentario sobre lo de anoche. Ahora, sin que nos escuchara nadie, me dice en voz baja:

  • Que sepas que he cambiado mi concepto sobre ti ¿sabes?. Eres un gran amante y ayer entre Arancha y tú me hicisteis disfrutar como loca.

  • Me alegro. Tú tampoco lo haces mal. Además tienes un culo estupendo.

Los dos nos reímos y seguimos hablando de otras cosas.

La fiesta estaba siendo divertida pero yo ya tenía ganas de volver a disfrutar de sexo con Arancha. Estoy insaciable. A la dos horas de haberles dejado la habitación veo aparecer por la puerta a Luis y Ana. Los dos sonrientes. Arancha y Bea también les ven. Cogen a Ana y se la llevan al servicio. Luis se acerca a Jorge y a mí y nos confirma la noticia. Ya no son vírgenes. No es que haya sido el superpolvo del siglo pero no ha estado mal, según palabras de Luis.

A las tres horas de fiesta Arancha me pide que la lleve a la cama y yo lo hago encantado. Aprovechamos la soledad del barracón para querernos e iniciar un polvo romántico ¡los dos solos! Pero cuando estábamos en ello irrumpen en la habitación Bea y Jorge. Vemos que los cuatro tenemos las mismas intenciones, y como después de lo de ayer ya nada nos impresiona, nos ponemos los cuatro a ello. Arancha y yo follamos con ganas y pasión y acabamos los dos a la vez en un intenso orgasmo. Cuando ya habíamos terminado llegaron Ana y Luis que se habían quedado hasta el final de la fiesta para compensar que se habían perdido el principio.

Al día siguiente domingo nos llevaron a los Estudios Universal. Disfrutamos igual que en Disneyland y fuimos testigo de toda una exhibición de efectos especiales en directo.

Por la noche ya no quedaba alcohol y los seis estábamos cansados. Tras una tranquila reunión en el barracón de otros chicos, nos fuimos al nuestro. Esa noche follaríamos los seis. Cada uno con su pareja pero embargados por el morbo que nos producía la situación. Sin duda Arancha y yo fuimos los que más gozamos de nuevo. Ambos estamos ya compenetradísimos. Nos dormimos abrazos, yo en un estado algo melancólico porque no podía dejar de pensar que al día siguiente volvíamos a Seattle comenzando así nuestra última semana en los Estados Unidos.

Sí queréis comentar algo: Superjaime1@hotmail.com

"El Sueño Americano" continuará con la Parte V (y última): TEENAGER PARTY