El sueño

Después de una noche de sexting con mi chica, paso toda la noche con fantasías y decido explicárselo para avivar el fuego.

Este es el primer relato que publico. Tiene muchísimo de real y ligeros adornos. Os explico: por un tiempo estoy fuera de casa, por lo que no puedo disfrutar de mi ardiente esposa. Por eso decido explicarle un sueño que me trajo toda una noche de cabeza.

Espero que os guste.


Hola amor, me he decidido por explicarte el final de aquella noche que iniciamos con juegos morbosos. Juegos en los que nos enviábamos fotos de nosotros mismos; sigo recordando tus voluptuosos y turgentes pechos, tus pezones erguidos esperando ser lamidos por mi lengua húmeda. Tu húmedo chochito con su delicioso néctar.

Pues bien, resulta que mi acalorada noche no concluyó en nuestros juegos y nuestras corridas. Parece ser que mi ansia por ti me llevaría a tener el sueño más morboso que he tenido nunca. Sueño que a posteriori he creído que se debe a algo que te sugerí.

Voy a relatarte aquello que me trajo toda la noche de cabeza, que me despertó hasta tres veces. Que increíblemente recordaba con total nitidez cada vez que abría los ojos.

Espero que te guste…

2 de julio, 01:18 de la noche.

Nos dábamos las buenas noches después de una hora de juegos y conversaciones morbosas. Después de corrernos fuertemente, al menos en mi caso, lástima no verte. Situaciones y fantasías a las que me encanta que juguemos. Ya de sobra sabes que me gusta que disfrutemos al máximo del sexo y que vayamos recogiendo vivencias.

Como te comenté, mi corrida fue tan abundante que tuve que ir a ducharme.

Después de esta ducha me encontraba en un estado de relajación que creía me haría caer toda la noche. Nada más lejos de la realidad.

2 de julio, 02:50 de la noche.

Me despierto sobresaltado e incluso un poco sudado. En segundos me viene al recuerdo lo que ha provocado mi estado. Me doy cuenta además que tengo una fuerte erección en mi miembro. La cogí con la mano y notaba mi polla como una piedra.

El desencadenante de todo esto ha sido un sueño muy erótico. Sueño en el que no solo estaba yo, sino que también apareciste tu, ¡y de qué forma!. Nunca antes había tenido un sueño de este estilo, y Dios mío vaya noche pasé.

Sí, es justo lo que estás pensando. Estábamos tu, yo y alguien más sentados en el sofá y tu con nuestras pollas duras en la mano.

Las movías lentamente arriba y abajo, sacando a relucir en cada bajada, nuestros capullos que, debido a la excitación estaban de un color rojo púrpura.

Recuerdo que yo te hablaba y te preguntaba si era aquello lo que querías, pero no obtenía respuesta. Solamente una expresión en tu cara de lujuria que ya me daba a entender.

De pronto soltaste los dos mástiles y te deslizaste del sofá, a lo que tanto yo como el extraño nos incorporamos. Era lo que querías.

Tu siguiente movimiento fue aferrarte de nuevos a las dos pollas duras que tenias cerca, pero esta vez tu de rodillas, nosotros de pie.

Lo comprendí en seguida, deseabas poder mamar a tu antojo lo que tenias delante. I así lo hiciste.

Justo aquí me desperté como te he comentado antes, acalorado, con pulsaciones a mil y mi polla dura de verdad.

Miré el reloj, porque estaba descolocado. Imagino que cuando me calmé caí de nuevo frito.

2 de julio, 04:10 de la madrugada

Otro sobresalto, otra vez las pulsaciones a cien, otra vez el calor que recorría mi cuerpo, y otra vez noto que tengo la polla muy dura, demasiado. La aprieto un poco para que se relaje pero en lugar de conseguir lo que yo quería, noto como un latigazo eléctrico que recorre mi espalda.

Algunas veces pasa que somos capaces de retomar los sueños aunque nos despertemos, imagino que nuestro subconsciente es quien lo provoca. La verdad que no volví al sueño tal como lo había dejado en el primer despertar, debí volver, o eso al menos recuerdo a un punto posterior.

Recuerdo ver como follábamos los tres al máximo, como tu te metías una polla por el coñito mientras chupabas con gozo la otra.

Como íbamos cambiando, a veces te follaba yo, a veces el extraño, mientras tu me mamabas de esa forma tan deliciosa que tu haces.

Era tal la forma en que gemías, gritabas y gozabas que se convirtió en algo hipnótico.

Recuerdo que de tu boca salían expresiones como: “Sí, sí, seguid, no paréis! Folladme fuerte!”

Y de pronto un: “me corro, me corro, ahhhh!”

Por si no fuese poco, nuestro invitado hizo algo que te descolocó, puso su dedito en tu culito. Ejerciendo un poco de presión para que lo notases.

Pero estabas tan sumida en el placer de la follada que estabas recibiendo que no te importó lo más mínimo. De hecho diría que hasta te excito si cabe un poco más. Por supuesto no tardaría mucho en llegar el siguiente paso.

Nuestro extraño saco su polla dura de tu chochito y la posó sobre tu delicioso culito. Inmediatamente empezó a empujar esa masa de carne dentro de ti. Lo que hasta ahora había sido una follada coñito-boca, se convirtió en culito-boca.

Y tu a lo tuyo, a jadear, gemir, gozar….

De esta me costó tranquilizarme, estaba tan alterado y tenia mi polla tan dura que tuve que levantarme a hacer pis y a beber para que se relajase el asunto, pero ni por esas. No tengo ni idea cuánto tarde en volver a dormir.

2 de julio, 7:30 de la mañana

Imposible, madre mía, pensé. De nuevo despierto y debido a lo mismo que toda la noche. Siento palpitar mi polla debajo de los pantalones. La cojo y la aprieto, tengo los huevos apretados. En ese momento siento un fuerte escalofrío.

De nuevo el sueñecito de toda la noche vine a mi recuerdo.

Dios!, seguimos follando muy fuerte. Tu no dejas de gemir y pedir que te demos lo más fuerte que podamos. Las posturas se suceden a cada cual más morbosa. Hemos llegado a un punto que hemos hecho de todo, bueno de todo no, pero lo hacemos en seguida. Tu no te niegas, de hecho lo quieres. Y nosotros te lo damos: una doble penetración sublime, que nos eleva, sobre todo a ti al séptimo cielo.

Te follamos fuerte con una polla en el coñito otra en el culito. Increible.

Tu sigues a lo tuyo correrte y correrte. Estás en un estado de placer continuo. Enlazas una corrida con otra.

Y nosotros te damos todo lo que tenemos, pero estamos llegando ya a un punto de no retorno, en breve nos correremos...Y tu nos pides la leche, la quieres toda para ti.

Y te la damos.

Después de la corrida fue cuando me desperté, sudado, excitado, descolocado, totalmente empalmado.

Apreté mi polla fuerte para que bajase, pero conseguí el efecto contrario. Me excitaba más, y estaba entrando en desesperación.

No pude más. Bajé mis pantalones y mi polla saltó como un resorte. Empecé a moverla rápido, con fuerza, recordando todo lo soñado esa misma noche. Recordando como te movías, como chupabas. En poco más de dos o tres minutos me corrí con una fuerza tremenda. Los chorretones de leche calentita se levantaron más de un palmo de mi polla, que no paraba. No sé si por que me moví, porqué me arqueé del placer, pero incluso un pequeño chorretón me cayó en la comisura de los labios. Quedé tendido y sin fuerzas. Dios, que experiencia, y solo fue soñada.

¿Quieres que la hagamos realidad?