El suegro de mi hermana
Como conozco al suegro de mi hermana y le recuerdo lo que es tener a una mujer en su cama.
Hola a todos, me presento, mi nombre es Amanda y tengo 22 años, soy de una ciudad de Mexico llamada Puebla, es una ciudad bonita, muy clásica y conservadora.
Físicamente soy delgada, de estatura media, piel morena clara, cabello a los hombros color negro con las puntas rosas, tengo unos senos algo grandes para mi cuerpo (34 c) y caderas normales, no soy muy nalgona, me gusta usar escotes pronunciados y vestir coqueta, desde adolescente aprendí a usar mis encantos a mi beneficio y hoy en día soy muy liberal y de mente abierta.
Lo que hoy les voy a contar sucedió cuando recién acababa de cumplir los 18, mi hermana se iba a casar y era un gran evento, vino familia de muchos sitios del país y del extranjero, yo solo Conocia a su prometido, no tenía mamá ya que había muerto cuando el era pequeño y solo vivía con su padre, al cual conocí una noche antes de la boda.
Su nombre es Alejandro, y en cuanto lo vi me impactó lo bien conservado que estaba para su edad (62 años) y lo tonificado de su cuerpo, tenía brazos fuertes y nada de panza, también era muy alto y canoso, con una barba bien cuidada y unos bellos ojos azules que destacaban por su piel morena, cuando me saludó apretó mi mano con fuerza y me dio un beso en la mejilla que me hizo temblar.
La noche transcurrió con calma, cenamos y dieron varios discursos para la pareja, todos estábamos en mi casa, ya que el hotel de el les había cancelado de último momento y tuvimos que acomodarnos todos en los cuartos de la casa de mis padres, mi hermana dormiría fuera de casa esta noche ya que ella tenía un cuarto especial en la hacienda donde sería la boda y se había ido con mi mamá después de cenar, nos quedamos en la casa mi papá, Alejandro y yo solamente, mi papá en su cuarto del segundo piso y Alejandro en el cuarto de visitas al lado del mío.
Después de cenar todos nos despedimos y nos fuimos cada quien a su cuarto, me puse la pijama que solo era una playera larga sobre mis bragas, no suelo dormir con sostén, estaba nerviosa por saber que Alejandro estaba al lado mío, hacía mucho que no tenía sexo, más de tres meses y mi cuerpo me pedía algo de acción, de pronto alguien tocó mi puerta, pensé que era mi papá y cual fue mi sorpresa al ver que era Alejandro, que me pedía ayuda con la lámpara del cuarto de visitas que no se podía apagar.
Lo acompañe y cerró la puerta tras de mi, de inmediato supe que pasaba, voltee a verlo y me dijo todo con su mirada, sin mas, me beso apasionadamente y simplemente me dejé llevar, acaricié su barba mientras mi lengua jugaba con la suya, sus manos se posaron en mis nalgas y las apretaron con fuerza, mi mano fue directo a su miembro que ya estaba duro y grande, me arrodillé y con destreza lo saqué de su boxer y lo metí a mi boca, olía delicioso y sabía a hombre, sus manos guiaban el movimiento de mi cabeza y lo oía gemir de placer, mis manos comenzaron a tocar mi húmeda vagina, me urgía sentirlo, así que baje mis bragas y me puse en cuatro sobre la cama, ahí estaba mi vagina depilada a su disposición y fue delicioso sentir ese trozo de carne palpitante entrando en mi, contuve mi gemido para no despertar a mi papá, era una verga deliciosa, sentía sus venas, su humedad, su calor, sus manos en mi cadera comenzaron a jalarme hacia el con fuerza y empezó el vaivén, era un experto, se notaba.
Estuvo un rato dándome de perrito, después me volteó y puso mis piernas en sus hombros, chupaba mis senos, mis pezones estaban duros, oía como sus huevos chocaban contra mis nalgas, estaba empapada, tuve varios orgasmos que callaba mientras mis uñas se clavaban en su espalda, me estaba matando de placer, de pronto llegó el momento de su orgasmo y salió de mi, puso su verga en mi boca y se vino de una forma abundante, llenó mi boca con su semen tibio y delicioso, el cual trague con placer, estaba encantada, le di un beso y salí de la habitación con mi pijama en las manos, todo menos mis bragas que se las dejé como regalo de una bonita amistad.