El sonido del mar (XX)

Josefa: ok – suspira y corta la llamada. Con una mano agarra la bolsa que contiene el alcohol y con la otra, tomo la mano de su amiga para poder armarse de volar y entrar como si nada a la casa de su chica.

Ignacia.

Cuando le abrí la puerta a Josefa, casi se me cae la baba. Se veía preciosa con esos pantalones tan apretados que no dejaban mucho a la imaginación, además con esa polera sensual que dejaba a la vista una parte de su abdomen. Debo admitir que la miraba lentamente, olvidándome de que ella no venía sola y que de paso, yo tampoco me encontraba sola, por lo que al darme cuenta de aquello me apresuré a saludarla.

Ignacia: hola Jo – la saluda con un beso en la mejilla.

Josefa: Sonriendo – Hola Ignacia – sonrisa de medio lado - ¿podemos pasar?

Ignacia: obvio que si gansa – mirando a Elisa con cara de pocos amigos – Tu debes ser Elisa – le sonríe – Pasen.

Josefa y Elisa pasaron, mientras Ignacia cerraba lentamente la puerta, lo cual, hacía a propósito, ya que su fin era mirarle el trasero a Josefa, el que estaba muy bien formado y parado.

Ambas, caminaron hasta donde se encontraban las chicas, quienes estaban sentadas alrededor de una mesa de madera que estaba llena de botellas de alcohol y de cartas para jugar.

Cata: Hola – sonriendo – Soy Cata Achondo, la mejor amiga de ésta niñita – apuntando a Ignacia, tras esto las saluda con un beso en la mejilla a cada una.

Josefa: mucho gusto Cata, yo soy Josefa – sonríe.

Elisa: Ya que esta chica no me presenta – mira a Josefa – yo soy Elisa y estaré por todo este año en Chile – sonríe mostrando sus hoyuelos (margaritas)

Florencia: Hola yo soy Florencia Kast y también soy la mejor amiga de Ignacia – ríe y la saluda con un beso en la mejilla a cada una.

Teresita: Y yo soy Teresita Bihan, un gusto – sonríe y le da un beso en la mejilla a cada una.

Ignacia: Veo que ya se presentaron – ríe con risa de persona un tanto tomada y agrega – que comience la diversión que no nos queda tanto para salir de fiesta.

Dicho esto, Ignacia saca dos vasos de un bar que tenía en su cabaña y se los pasa a Josefa y a Elisa, se acerca al equipo de música y pone algo de Calvin Harris como para entrar en calor.

Ignacia: Ya en la mesa – Propongo que hagamos un salud – dice alzando su vaso que tenía tres hielos, pisco hasta la mitad y el resto con coca cola zero.

Javiera: quién salía de la pieza – hey espera linda, que aún no me preparo un vaso – decía mientras se dirigía a la mesa y se sentaba al lado de Ignacia.

Flo: Ay Javi, siempre es lo mismo contigo – ríe – mejor prepárate una piscola (pisco + coca cola) luego.

Javi: Si, tranqui – le decía mientras se servía igual que su amiga Ignacia – listo guachas – le decía a sus amigas mientras miraba con ojos lujuriosos a esa hermosa pelirroja que acompañaba a Josefa.

Ignacia: Ya, propongo un salud por la amistad – mirando a Josefa – y por el amor.

Todas: Salud

Las copas iban pasando, el pisco iba bajando, el ambiente se iba calentando y todas sin exceptuar alguna se desinhibía.

Cata: Ya que tenemos las cartas ahí, podríamos jugar a algo – decía entre risas.

Javi: ¿qué se te ocurrió Catalina? – le decía mientras levantaba una ceja.

Cata: Juguemos al reloj, con eso si que quedamos perfect pa ir a la disco – más risas.

Flo: sí, que choro (entretenido) me tinca.

Ignacia: Ok, jugaremos.

Dicho esto, Catalina saca los dos mazos de cartas que habían en la mesa, comienza a escoger doce cartas distintas para ponerlas formando un círculo en la mesa, una vez el “reloj” estuvo listo procedió a explicar el juego.

Cata: Ya, es super fácil, a cada una le entregaré tres cartas y si no sé, justo en la primera manecilla que marca las 2 sale un as, y una de ustedes tiene tanto un as como un 2, tira esa carta sobre la otra a la cuenta de tres diciendo el nombre de quien quieren que pierda. Entonces la idea es que todas botemos las cartas y la última que tira la carta hace que la que quiere que pierda tome sorbos de su trago, onda si hay cuatro cartas abajo, la persona tiene que tomar cuatro veces ¿me entienden? – a lo que todas asintieron – y si hay más de siete cartas tiene que hacer un farol (tomar todo el trago de un sorbo) – ahhh y cuando tiran la carta tienen que robar otra. Tras decir esto, partió el juego, cada una lleno su respectivo vaso y partieron con el juego.

Todas: Uno, dos Ignacia – gritaba Florencia tirando su carta sobre la otra – uno, dos Ignacia – gritaba Javiera tirando su carta – uno, dos, Ignacia, decía Josefa mientras miraba a Ignacia – uno, dos, Ignacia decía Josefa – uno, dos Josefa, dijo Ignacia.

Cata: Vaya, Jose te tocará tomar cinco sorbos – esto lo decía mientras la miraba – lo siento nueva amiga.

Josefa: Tranqui – sonrisa – no importa. Tomó un sorbo más del que le correspondía.

Todas siguieron jugando hasta que el celular de Florencia comenzó a sonar.

Florencia: Amigas, mi pololo dice que está llenísimo y que si no nos apuramos no podremos pasar.

Ignacia: Ay amiga – hablando no tan normal – jurai que un guardia no nos dejará pasar – le guiñaba un ojo.

Florencia: riendo – en verdad tenís razón – todas rieron.

En un momento comenzó a sonar una canción que estuvo demasiado de moda este verano (solitaria de alkilados) por lo que todas se pararon y comenzaron a cantar y bailar.

Ignacia: Si él ya no te responde cuando lo llamas si estás necesitando un hombre aquí estoy yo, tu solo dime cuando y donde y yo le llego – todo esto lo cantaba (solo como el alcohol permite cantar) y miraba a Josefa fijamente a los ojos, cosa que no pasó desapercibida ni para Elisa ni para Javiera.

Josefa: se acerca a Ignacia y le susurra en el oído – me encantas – dicho esto se alejó y se dirigió al baño.

Teresita: Amo esta canción – lo decía casi gritando por lo fuerte que se encontraba la música.

Elisa: yo también – riendo y bailando mientras sentía la mirada de Javiera sobre ella.

Estuvieron un rato más bailando y riendo hasta que encontraron que ya era hora de irse al club. Como todas estaban tomadas, decidieron llamar a un transfer, el cual llegó en unos quince minutos. Todas hablaban y cantaban las canciones que el chofer les ponía para que siguieran en su estado de fiesta. Una vez llegaron al famoso club/disco Ignacia se acercó al guardia quien de inmediato las dejó ingresar, pese a que habían muchas personas esperando por poder pasar.

Florencia: Está con todo acá – le gritaba a sus amigas para que éstas la escucharan.

Javiera: Sí, está cuático – gritaba.

Teresita: Vayamos a bailar – dicho esto, tomo a Florencia de la mano y ambas fueron a bailar a la pista. Las dos bailaban como bailan las mujeres que son amigas, hacían pasos chistosos y ponían caras.

Cata: ¿ustedes no quieren bailar? – le preguntaba a Ignacia, Javiera, Elisa y Josefa.

Ignacia: Obvio que si po, mamerta – le tomó la mano y la jaló hasta la pista de baile por lo que quedaron Javiera, Elisa y Josefa.

Elisa: Hey, vayamos a bailar las tres – dicho esto las tres se pusieron a bailar entre Ignacia y Florencia.

Todas bailaban muy animadas, ya que había buen ambiente y el dj estaba excelente, cada cierto tiempo llegaban hombres a pedirles bailar con ellas (con todas) ya que eran las chicas más guapas de la disco y porque todas se movían de manera fenomenal.

Ignacia que ya había visto bailar a Josefa, se moría por bailar con ella, la miraba disimuladamente mientras ésta se contoneaba con sus amigas. Solo quería sentir su cuerpo y ver como ambas se complementaban a la hora de bailar, pero no se animaba a bailar con ella porque le daba ¿vergüenza? Sí, por eso no se animaba a bailar con ella.

Josefa: hablándole a Elisa en el oído – me iré a bailar con Ignacia, ya no aguanto más.

Elisa solo asintió con la cabeza y se acercó un poco más a Javiera, quién se movía de una manera muy sensual que provocaba sensaciones extrañas en la española.

Cata: diciéndole en el oído a Ignacia – amiga, voy por un trago y quizás me pille con Pedro Pablo así que no me esperes – le sonreía.

Ignacia: No te preocupes Cat – cuando Catalina se dio la media vuelta, Ignacia le dio una palmada en el trasero. Ignacia siguió bailando, pero estaba vez sola, ya que sonaba algo de música electrónica (welcome to the jungle) la que le provocaba bailar dejándose llevar, tenía los ojos cerrados y se movía al ritmo de esta música,  hasta que siente que alguien le toma la mano derecha, sigue con los ojos cerrados mientras saltaba lo más alto que podía, la sensación que le producía aquella mano era agradable y sabía que no necesitaba abrir los ojos para vez que esa mano le correspondía a Josefa.

Josefa.

Ver bailar así a Ignacia me fascina, me encanta ver como se deja llevar, es como si sintiera la música, como si ésta la poseyera. Mis hormonas están a tope, creo que el alcohol ayudó un poco y bueno, no soporto más así que me acerqué a Ignacia y le tomé la mano, es inexplicable describir la sensación que me hace sentir con solo tocarme, o en este caso con solo tocarla.

Josefa: Hola – le grito mientras ella se queda estática mirándome y sonriendo.

Ignacia: se acerca a Josefa – hola – le susurra en el oído.

Dicho esto, cambiaron un poco el ritmo, comenzó a sonar más reggeaton el cual como todas saben se baila más sensual, en ese momento sonaba “travesuras” canción que Josefa bailaba lento, haciendo que cada parte de su cuerpo se moviera al ritmo de esa melodía, de a poco se acercaba a Ignacia y le bailaba mientras la miraba fijamente a los ojos. Por su parte, Ignacia no se quedaba atrás, ya que aprovechaba de acercarse más a Josefa, sin llegar a lo grotesco. Ambas aprovechaban de tocarse disimuladamente, había momentos en los que Ignacia le tocaba la espalda a Josefa, llegando a la espalda baja, mientras que Josefa le tocaba los brazos desnudos y de vez en cuando los muslos. En momentos, Ignacia se volteaba y pegaba su trasero a la pelvis de Josefa, la cual por dentro se encontraba al mil, y se movía de una forma un tanto sugerente, lo que hacía que las pantys que llevaba en ese momento se mojaran por culpa de una inminente excitación.

Josefa: susurrándole al oído – Igna para.

Ignacia: volteando su cara mientras le seguía bailado - ¿y si no quiero?

Josefa: me voy, no puedo seguir así – dicho esto se separó de Ignacia y salió al patio que tenía la discoteca. – No puede ser, la Ignacia me tiene demasiado caliente, quizás es porque hace mucho tiempo que no me excitaba tanto, todo esto se me ha ido de las manos. Tenía muchas ganas de devorarla a besos, de besarle cada centímetro de su piel, pero si es que llegamos a tener relaciones quiero que todo sea espacial, además estoy con alcohol en el cuerpo.

Ignacia.

Se que tal vez me pasé un poco de la raya, la verdad es que quería probar a Josefa, quería saber cuál era su límite y me sorprendió, mi guagua tiene límites y es capaz de decir que no, aunque claramente eso no me favoreció mucho a mí, ya que me tenía loca sentir sus pechos en mi espalda y sentir como sus manos se aferraban a mi cintura para apegarme más a su cuerpo. Toda ella me vuelve loca. Cuando me dejó acá me descoloqué un poco y preferí ir al baño, para refrescarme un poco. Iba llegando y veo una cabellera roja como la de Elisa con la Javi y la situación me dio demasiada risa, porque la Javi logró su cometido, se estaba comiendo (literalmente) la boca de la española, aunque esta última no se quedaba atrás.

Ignacia: tapándole los ojos a Josefa - ¿adivina quién soy? – le dice a ras del oído de Josefa, con la voz más sensual y provocativa que pudo sacar en ese momento.

Josefa: Mm no sé ¿Camila? – le dijo entre risas.

Ignacia: No linda, equivocada

Josefa: Ya ¿cuál era tu nombre? – esta vez lo dijo seria - ¿Isabel?

Ignacia: Destapándole los ojos – eres una pesada, heriste mi corazón – lo dice en un tono semi serio y se aleja.

Josefa: corriendo detrás de ella, le toma la mano y la jala hacia ella – perdóname ¿sí? – la abraza, rodeando su cintura – todo era una joda preciosa – le da un beso muy corto en los labios, junta su frente con la de Ignacia.

Ignacia: imposible estar enojada contigo guagua – le sonríe y le da un beso en su respingada nariz.

Josefa: ¿Me has dicho guagua? – levanta su ceja derecha mientras le pregunta.

Ignacia: Ríe – sí eres mi guagua preciosa – la abraza más fuerte y en una fracción de segundo baja sus manos hasta los glúteos de Josefa y lo aprieta.

Josefa: roja de vergüenza – nunca más hagas eso María Ignacia – la mira con el ceño fruncido – o de lo contrario.

Ignacia: la interrumpe y le dice mientras la mira de una forma coqueta – o de lo contrario ¿qué? Me lo harás a mi? – le guiñe un ojo.

Josefa: acerca su boca al oído de Ignacia y lame la oreja de ésta – no, o si no te dejaré con las ganas. Dicho esto se dio la media vuelta y volvió a la discoteca.

Ignacia: mierda, Josefa, me dejaste demasiado mal, siento fluidos en mi panty, es incómodo. Odio cuando me dejan así, pero reconozco que me lo merecía – pensaba Ignacia mientras encendía un cigarro y lo disfrutaba mientras un hombre se acercaba peligrosamente hacia donde se encontraba ella.

Hombre: Hola preciosa

Ignacia: ¿Joaquín?

Hombre: Sí ¿quién más – se acerca y la besa de golpe.

Ignacia: Aléjate. Tenemos que hablar.

Joaquín: Prefiero tener más acción linda.

Ignacia: Aparte de dar malos besos también eres bruto? Te dije que no, no quiero verte más, olvídate de mí. Nunca más tiraremos (tendremos sexo)

Joaquín: No te creo.

Ignacia: Me da igual si me crees o no – tiró su cigarro – hasta nunca, le lanza un beso y mira de reojo a donde se encontraban todos los amigos de Joaquín, quienes de seguro tras este desplante lo molestarían.

Josefa.

Tal vez hice mal con dejarla afuera sola, mejor iré a estar con ella, para seguir como estábamos.

Cuando Josefa por fin logra ver a Ignacia, se percata de que ella no está sola, sino que un hombre con el que la había visto antes la acompaña y la besa. En ese momento le entró coraje y da grandes zancadas para llegar a donde se encontraba Ignacia, en el trayecto evita a todo ese molesto jote (persona cargante) que la invitaba a bailar hasta situarse frente a Ignacia, quien se sorprendió al verla.

Ignacia: Jose -

Josefa: Josefa, mi nombre es Josefa – la mira con rabia – así que me calentai la sopa y después te comes con ese hueón – le dice – ándate a la mierda María Ignacia.

Ignacia: ¡Para Josefa!- Le grita mientras esta camina hacia la discoteca y como la escucha, corre para detenerla – para te dije

Josefa: Déjame en paz

Ignacia: No – dicho esto, la tomó de la cara y la besó, la besó sin importar todos esos curiosos espectadores que miraban con una mezcla de recelo y lujuria la escena, la besó transmitiéndole todo el amor que sentía por ella, le besó lento, disfrutando el momento, la besó saboreando el gusto a alcohol que tenía su boca, la besó bebiendo del néctar que era su saliva. Terminando el beso – Ese imbécil era Joaquín, el hueón con el que tiraba (tener sexo) de vez en cuando y cuando me dio el beso le dejé bien en claro que no estaba ni ahí con él, que no me interesaba, pero parece que no viste eso – le sonrió.

Josefa: saliendo de su estado de estupefacción – no, en verdad no vi eso – agachó la cabeza.

Ignacia: Ay mensa, ¿por qué te pones así? – le sonreía de manera más amplia.

Josefa: Porque te traté pésimo po, además porque dimos el medio show acá – evitaba mirarla a los ojos y jugaba con su anillo midi.

Ignacia: No seas gansa jose, me da igual si miran mientras le doy un beso a la personas más linda de la tierra, total todos esos hueones – mirando a todos los que estaban a su alrededor – se mueren de envidia por esto – le hace una mueca.

Josefa: Se acerca y la abraza – eres lo más lindo que he visto acá – besa su cuello – gracias – le muerde el lóbulo de la oreja, se separa de Ignacia y la toma de la mano – vayamos a donde están las demás, no quiero que Elisa me odie por haberla dejado sola con la Javi – ríe.

Ignacia: Si supieras como vi a esas dos – se ríe.

Cuando ambas llegaron a la discoteca no pudieron encontrar a sus amigas, por lo que se dispusieron a bailar, pero esta vez lo hicieron como dos amigas, sin lujuria ni deseo de por medio porque cada una pensaba que la primera vez entre ambas debía ser especial, y por eso decidieron no bailar de forma sensual porque sabían que si jugaban con fuego se podían quemar.

Josefa: Mi amor – dicho esto se tapó la boca.

Ignacia: ¿Cómo me dijiste? – le dice sonriendo.

Josefa: Roja de vergüenza – te dije mi amor – agacha la mirada – porque eso eres – le sonríe.

Ignacia: Mi amor, mi guagua, mi todo – le sonríe y le besa la mejilla.

Josefa: ¿Vayamos a buscar a las demás? Es tarde y estoy cansada.

Ignacia: Yo igual estoy cansada – le sonríe – enviaré un whatsapp al grupo para que nos juntemos afuera.

Ambas salieron de la disco con las manos entrelazadas, riendo como dos tórtolas enamoradas.

Ignacia: ¡Menos mal las pillamos! – le decía a sus amigas mientras las veía.

Cata: jaja, es que Pedro Pablo me secuestró y vine para decirles que él me irá a dejar – se acerca a Ignacia y besa su mejilla y le susurra en el oído – me cayó muy bien la niñita, está aceptada.

Ignacia: risa nerviosa – gracias amiga, saludos a Pedro Pablo.

Cata: acercándose a Josefa y dándole un beso en la mejilla – chao Jose, un gusto.

Ignacia: se acerca a Josefa y le susurra – mira quienes vienen caminando ahí.

Josefa: se voltea rápidamente – no, la Eli nunca me dijo que le gustaran las mujeres – se ríe.

Ignacia: La golpea con el codo – sé mas disimulada – ríe.

Josefa: auch – sobándose el brazo – tienes razón – ríe – seré más indiscreta.

Javiera: soltándole la mano a Elisa – eh, hola Igna ¿llevan mucho tiempo acá?

Ignacia: la mira divertida y alza su ceja derecha – más o menos ¿por qué Javierita? – la mira con cara acusadora.

Javiera: no, por nada ¿dónde estuvieron todo el rato?

Josefa: estuvimos bailando solas, ya que no encontramos a ninguna – la mira de forma de divertida y le pregunta - ¿y ustedes?

Elisa: Eh estuvimos bailando

Javiera: Sí, bailando.

Florencia: Hasta por fin las encuentro – lo dice con un tono que deja entrever su estado.

Ignacia: J aja amiga parece que se te pasaron las copas – le dice mientras la sostiene de la cintura.

Florencia: nada que ver amigaaaaaa – se tambalea.

Josefa: llamaré al transfer para que nos venga a buscar luego.

Ignacia: Excelente idea – el entrega la mejor de sus sonrisas – Flo ¿viste a la tere?

Florencia: Sí, se fue hace un rato, dijo que no se sentía bien.

Ignacia: ya, perfecto, nos podemos ir entonces.

Josefa: Sí, dijo que en menos de cinco minutos llegaba – queda embobada mirando los expresivos ojos azules de Ignacia.

Tras esto, las amigas estuvieron esperando un momento al llegada del transfer, el cual tal como lo había dicho Josefa, se demoró menos de cinco minutos en llegar a donde ellas se encontraban.

Ignacia le da su dirección al chofer y le pregunta a sus amigas - ¿alguien se quedará a dormir conmigo?

Javiera: Amiga, creo que yo me quedaré, porque salí sin llaves de la casa.

Ignacia: perfecto, ¿alguien más aparte de la Flo? – pregunta mirando a Josefa.

Elisa: creo que nos podríamos quedar ¿cierto Jo? – la mira

Josefa: no lo sé, no le avisé a mis papás – siente la mirada de Ignacia sobre su rostro – pero no hay nada que un whatsapp no solucione – sonríe mirando de reojo a Ignacia – igna nos quedamos también.

Ignacia: Perfecto, ahí tendremos que ver como nos vamos a distribuir para dormir.

Javi: Ay hueona, eso es lo de menos.

Al llegar a la cabaña de Ignacia, la división fue la siguiente: dejaron a Florencia durmiendo sola, porque era la que más mal estaba, por lo que durmió en el sillón que se encontraba en el living de la cabaña, mientras que las otras cuatro amigas durmieron en la cama super King.

Ignacia: creo que les tendré que prestar pijama a todas – ríe y se acerca al closet – toma Javi – le pasa un pijama que tenía Javiera en su cabaña – mmmh, toma Eli – le pasa un pijama de dos piezas a Elisa – se detiene a pensar que pijama le pasará a Josefa y opta por un pijama bien inocente, como para que no se revolucionara – toma Jo.

Josefa: Gracias – le sonríe.

Javi: Shotgun al lado de la Elisa – la mira de forma coqueta.

Elisa: ríe y se acuesta al lado de Javiera.

Ignacia: creo que tendremos que dormir cerca – sonríe.

Josefa: Pucha que lata – lo dice con falso enojo.

Josefa quedo entre Elisa e Ignacia, aunque le daba la espalda a Elisa y sentía el aroma que emanaba del cabello de Ignacia.

Ignacia: ¿te quedaste dormida Jose? – le susurra antes de darse vuelta

Josefa: No – sonríe mientras se pierde en esos ojos azul mar.

Ignacia: te ves linda así – besa su frente.

Josefa: sonrojada – tú igual Ignacia, eres preciosa – le da un beso en la nariz.

Ignacia: ¿te puedo abrazar? – la mira con cara de súplica

Josefa: estira los brazos y agrega – menos mal lo pediste.

Ignacia la abraza de tal manera que su cabeza queda sobre el pecho de Josefa, mientras que su brazo rodea su cintura.

Josefa: me encanta como huele tu cabello – le dice muy bajito, tan bajito que solo Ignacia la podía escuchar.

Ignacia: a mi me encanta como besas, como hueles – Josefa la interrumpe.

Josefa: Ya basta, que me sonrojas – la mira detenidamente.

Ignacia: mirándola – te ves linda así, con las mejillas rojas – la abraza más.

Josefa: le hace cariño en el pelo y le da un beso en la cabeza – buenas noches – suspira, bosteza y se queda profundamente dormida.

Mientras tanto, Javiera pasaba su mano por los muslos cubiertos de la tela del pijama de Elisa.

Elisa: hey tía, ¿qué coño haces? – le susurra en el oído.

Javiera: haciendo caso omiso sigue deslizando su mano por las piernas de la española, quien le responde poniendo su mano derecha sobre el abdomen de Javiera.

Elisa: que rica tu piel – besa el lóbulo de la oreja de Javiera.

Javiera: que rica tú, me vuelves loca – le susurra y escucha un pequeño gemido por parte de la española.

Elisa: tomándola mano traviesa de Javiera – para que podemos despertar a las chicas – se acerca a Javiera uniendo todo su cuerpo al de ésta.

Javiera: Que rico es sentir tus pechos sobre mi espalda.

Elisa: buenas noches.

Javiera: buenas noches rica.

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