El sonido del mar (XIX)

Javiera: ¿Esa que tiene un cuerpo espectacular, una sonrisa divina, unos labios completamente besables, un abdomen planísimo, bronceada, con un pelo perfecto y mirada angelical? – la mira con cara pícara.

Josefa: Y pensar que no querías venir

Elisa: Si jajaj

Ambas disfrutaron de una excelente velada, llena de música y uno que otro tragos hasta que …

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Sebastián: Acercándose por detrás y cubriéndole los ojos, le susurra por la espalda – adivina quién soy.

Josefa: Se queda muda y Elisa entiende porque - ¿Se, Seba?

Sebastián: Sí mi amor ¿por qué no me dijiste que venías acá? Podríamos habernos juntado – se acerca y le da un beso, el cual Josefa no respondió de buena gana.

Josefa: Disculpa Seba, se me fue – mira a Elisa – ya es tarde y Elisa tiene sueño, creo que lo mejor es que nos vayamos.

Sebastián: Pero si recién es medianoche – la mira esperanzado, pensado que ella se quedará.

Josefa: Lo siento – se levanta de su asiento y mira a su amiga para que la siga.

Sebastián: la agarra del brazo y la jala hacia su cuerpo – por último me das esto – prácticamente le come la boca, no fue para nada tierno.

Josefa: Separándose de él, un poco turbada – chao – dicho esto se aleja lo más rápido del lugar.

(Ya afuera)

Elisa: ¿Hey chava estás bien? – le pregunta mientras la toma del hombro.

Josefa: no amiga, estoy mal – dicho esto unas lágrimas bajaron por sus mejillas.

Elisa: No nena, no llores – la tomó y la acunó en su cuerpo mientras le daba besos en su cabeza.

Josefa: Me siento mal – llorando – siento que ya no soy yo, que mis muros ya no existen.

Elisa: está bien que los muros caigan linda – le limpia las lágrimas con los dedos – ven – agarra su mano y la lleva al jeep – dame las llaves, a lo que Josefa se las da – ahora sube

Josefa la queda mirando con una cara extraña – un momento – hace una media sonrisa – tu no sabes conducir – ríe.

Elisa: buen punto, en eso tienes la razón – sonríe – pero era capaz de conducir a cualquier lugar hasta que estuvieras más tranquila.

Josefa: Que tierna Eli – caminando hacia su amiga – ahora ve tu al lado del copiloto, que manejo yo.

Josefa manejó hasta la playa y ahí le habló a Elisa:

Josefa: Ay Eli, me siento tan culpable, si le digo a Seba que quiero terminar con él siento que le haré daño, que él se sentirá pésimo y que me odiará – suspira – de verdad lo quiero, pero Ignacia está metida aquí – señala su corazón – y aquí – señala su cabeza – No me la puedo sacar de ninguno de estos dos lugares, creo que estoy jodidamente enamorada, de a poco estoy perdiendo la cabeza, es como si mi energía se revitalizara cada vez que estoy cerca de ella, es como si no sé, como si le estuviera cumpliendo la palabra a mi José, creo que podría llegar a amar tanto a Ignacia como lo amé a él y sinceramente eso me aterra – suspira y se calla por unos segundos – me da miedo enfrentar a mis padres y decirles que quiero estar con una mujer, me da pavor que mis familiares me rechacen o que toda la sociedad me rechace – voltea la mirada al mar y agrega – toda mi vida he soñado con tener una profesión y formar una familia, quiero tener cinco hijos y casarme de blanco. Durante mis dieciocho años me he visualizado con un hombre, con el hombre de mis sueños, pero llega Ignacia y me derrumba todo. Sin duda ella hizo me cuestionara todo, quizás ya no quiero estar con un hombre, sino que quiero estar con ella. Pero me da mucho miedo que me hagan daño, la verdad es que no soportaría otra desilusión amorosa, me costó superar la muerte de José como para que me partan de nuevo el corazón – al decir el nombre de su primer amor, una solitaria lágrima se le escapó de los ojos.

Elisa: abrazando a Josefa – te entiendo chiquitita, pero tienes que ser fuerte y arriesgar todo que vale la pena – le guiñe un ojo – deja de pensar tanto las cosas y siente, siente todo, haz lo que sientas que te haga feliz, porque créeme que eso es lo que realmente importa – besa su cabeza.

Josefa: Tienes razón española – su brazo derecho lo pasa por el cuello de su amiga, acercándola a su cuerpo para abrazarla, le da un sonoro beso en la mejilla y agrega – eris la mejor. Dicho esto, se pusieron en marcha a la casa, ya que ambas entraban temprano a la universidad.

(Día siguiente).

Ignacia.

Ay que lata despertar, quiero seguir durmiendo. Toma su celular y apaga la alarma, esconde su cabeza bajo la almohada. De la nada se le dibuja una sonrisa en el rostro y su mano izquierda se posa en sus labios, el motivo de esto es porque recuerda los besos de ayer. – Ya sé – se dice para si misma – le enviaré un mensaje a la Josefa para desearle un buen día – sin más, toma su celular y tras un largo rato pensando en qué escribirle decide por enviarle un “Que tengas un lindo día, un besito”. Tras enviar el mensaje se levanta de su cama, conecta su iPod a un equipo de música, le sube el volumen para despertar más animada de lo que estaba, mientras decide qué ponerse suena algo de “die antwoord”. Como ella sabía que este sería un día especial decide sacar lo mejor que tiene en su armario, por lo que opta por un conjunto negro de ropa interior, un skinny jean negro, una polera (remera) blanca un tanto suelta, que le deja ver un poco de piel bajo el ombligo y una chaqueta de mezclilla y para los pies usaba unos zapatos de tacon algo con tachas. Luego de escoger su ropa, baila un poco y se mete a la ducha con el presentimiento de que ese sería un muy buen día.

(En la universidad)

Josefa: Hola Ignacia – le sonríe de manera coqueta.

Ignacia: ¿Qué tal estás Josefa? – le devuelve la sonrisa y se acerca para darle un beso en la mejilla.

Josefa: Veo que amaneces feliz - sigue sonriendo mientras con su mano derecha toma su pelo, jugando con el.

Ignacia: En verdad amanecí demasiado feliz, te mueres el motivo de mi felicidad – le guiñe un ojo y se dirige al asiento que siempre acostumbra usar, el primer asiento que da justo frente al pizarrón.

Josefa: ¿Te molesta que me siente junto a ti? Linda – esto último lo dice más bajo.

Ignacia: moviendo su cabello hacia su lado izquierdo – claro que no – sonríe – es más, debo admitir que me encanta su compañía señorita Echeverría.

Josefa: Que bueno saberlo señorita Lavín – la mira directamente a los ojos - ¿cuándo seguiremos con el trabajo? – lo último lo dice haciendo énfasis en la palabra trabajo.

Ignacia: Mirando su celular – ¿te parece hoy a las cuatro en mi casa?

Josefa: ¡Claro!

Ambas guardaron silencio ya que el profesor apenas ingresaba al aula comenzaba con su clase, la cual era poco dinámica y muy monótona. De vez en cuando Ignacia sorprendía a Josefa mirándola, a lo que ella le respondía con una enorme sonrisa, la cual era sin duda alguna una sonrisa de una persona enamorada. En otras ocasiones, Josefa era la que sorprendía a Ignacia mirándola fijamente, ésta se apenaba y le guiñaba un ojo.

De un momento a otro, Ignacia le dejó en el puesto de Josefa una nota escrita que decía “Me encanta como te ves hoy, I”. Al dejársela, se hizo la desentendida, ya que pese a que fuera muy conocida por sus ligues y por ser frontal, al momento de enamorarse era todo lo contrario a lo que demostraba en público. Por eso, cuando Josefa la miro con una sonrisa de boba, el rostro de Ignacia se volvió rojo y ladeo su cabeza a otro lado, para no ver a la culpable de su enrojecimiento. Al volver a voltear la vista ve un papel sobre su cuaderno, el cual decía “Me tienes loca, te ves riquísima, J”.

Ignacia: oye – susurra mientras mira hacia donde se encuentra el profesor.

Josefa: ¿mm?

Ignacia: te espero en el baño en dos minutos más – le sonríe y se levanta de su escritorio.

Ignacia al llegar al baño se retocó el ligero maquillaje que llevaba y se comenzó a mirar al espejo mientras esperaba que Josefa llegara, mira su celular y ve que han pasado más de los dos minutos acordados, por lo que decide irse, cuando abre la puerta se encuentra con Josefa, quien la empuja adentro del baño, cierra la puerta y la besa lentamente, como disfrutando cada momento en que sus labios chocaban y sus lenguas se encontraban. El beso no subió de intensidad, ya que no era necesario. Estuvieron unos minutos así hasta que sintieron que alguien se acercaba, se separaron y Josefa entró al cubículo para aprovechar de hacer sus necesidades, Ignacia se retocó el labial y se fue con una enorme sonrisa en la cara.

(Al volver al aula)

Ignacia: ¿y esa cara de felicidad Josefa? – le dice mientras la mira a los ojos.

Josefa: No me vas a creer si te digo

Ignacia:¿Cómo estás tan segura de eso? A ver, dime – levanta su ceja izquierda.

Josefa: Está bien, lo que pasa es que me encontré con una galla (mujer) espectacular en el baño.

Ignacia: Ah, que bien – se da media vuelta y vuelve a mirar su cuaderno.

Josefa: Esa eras tu tontita – le roza la mano.

Josefa.

En verdad esta tipa me fascina, es tan delicada, detallista, realmente me tiene enamorada hasta las patas. Hoy hablaré todo con Seba y lo cortaré porque quiero estar con Ignacia y también quiero que mi familia lo sepa para no andar escondidas, pero primero lo tengo que hablar con ella.

Al llegar a la universidad lo primero que veo es a mi ojiazul favorita, le sonrío como boba y me siento a su lado, es que no me resisto a estar lejos de ella. Cuando estábamos de lo mejor prestando atención al profesor, que por cierto es muy estricto, veo que Ignacia está muy concentrada escribiendo algo, al voltear la vista y posarla sobre mi cuaderno, aprecio una nota que decía “Me encanta como te ves hoy, I” al ver esto se me terminó de derretir el corazón, lo único que se me antojaba era besarla y abrazarla y seguir besándola. Creo que rápidamente me hice adicta a sus labios. Cuando Ignacia me dijo que nos viéramos en el baño, quise hacerla sufrir un poco y la verdad es que lo hice, ya que no fui de inmediato a verla, es por esto que cuando iba abriendo la puerta del baño, Ignacia iba saliendo, por lo que la empujo suavemente hacia adentro para poder plantarle un beso tierno, un beso que demostrara lo bella que se veía y lo loca que me volvía al sonreír mostrando ese hoyuelo precioso que se le formaba en la mejilla derecha. Nos besamos unos minutos y debo decirles que ese beso me transportó al cielo y como todo lo bueno no dura para siempre, escuchamos unos pasos de tacones acercarse por lo que nos separamos.  Al llegar y ver a Ignacia sentada concentrada tomando apuntes, me terminé de derretir, me encanta cuando está concentrada porque frunce levemente el ceño, lo que hace que sus perfectas cejas se vean aún más perfectas, además entorna los ojos de tal manera que si te mira estando concentrada ellos te transportan a cualquier otro lugar. En fin, cuando me siento a su lado, ella comienza a preguntarme el motivo de mi sonrisa, la cual era inmensa. Al decirle ella se puso roja y evitó mirarme a los ojos, en verdad me encanta cuando es así de tímida conmigo.

(Al terminar la clase)

Ignacia: ¿Qué harás ahora? – le pregunta volteándose para verla.

Josefa: Tengo clases bonita – hace un puchero – quería estar contigo.

Ignacia: Tras un impulso le acaricia levemente la mejilla y le dice – yo también Jo – sonríe – pero hoy no nos podremos ver porque estaré ocupada con mi pulga hermosa.

Josefa: ¡Ay! Amo a tu hermanita, algún día deberíamos salir los cuatro, tu pulga, Benja, tú y yo – le guiña un ojo.

Ignacia: excelente idea – sonríe y mira su celular – te tengo que dejar – se para y le da un beso en la mejilla.

Josefa: Está bien – esto lo dice cabizbaja.

Josefa pasó casi todo el día en la universidad, ocupó su mente en prestar atención a clases, y en algunos recreos se juntaba con sus “amigas” universitarias. El día se le pasó volando entre tantos deberes, por lo que al llegar a su hogar su padre le beso la cabeza y ella se fue a dormir mientras su amiga española reía con su familia.

Los días pasaban y tanto Josefa como Ignacia estaban ocupadas por el tema de la universidad y del comienzo de las pruebas por lo que solo se veían en clases y no podían conversar mucho, todo esto hasta el día Jueves.

Josefa: Aló Ikkkk – le dice animadamente por su celular, remarcando la K

Ignacia: Hola linda ¿cómo estay? ¿te tinca si hoy vienes a mi casa en la noche?

Josefa: Bueno ¿puedo invitar a la Eli?

Ignacia: Sí obvio, de echo mis amigas también vendrán – silencio – tienen que venir arregladas porque nos iremos a bailar a la disco en donde tuvimos nuestro primer acercamiento – ríe con tan solo recordarlo.

Josefa: Un tanto sonrojada – perfecto, un beso – le tira un beso – nos vemos.

Ignacia: un beso – dice esto y le corta la llamada.

Josefa corrió al cuarto de su amiga y le comentó sobre su salida nocturna.

Josefa: Ya po Eli ¡acompáñame! – le dice mientras la abraza con todas sus fuerzas.

Elisa: ¡Ay pero que jodida Josefa! – riendo – iré solo si me sueltas.

Josefa: Ya, perfect te suelto ahora – le besa su mejilla - ¡ayúdame a escoger ropa que no sé qué ponerme!

Elisa: Obvio que te ayudo pequeña enana – le dice mientras se dirige al cuarto de Josefa – a ver, muéstrame todo lo que tienes.

Josefa sacó toda la ropa de su armario y se la mostraba a Elisa para que ésta la ayudara a vestirse ad hoc con la ocasión.

Elisa: ¡Eso me gusta! – le dice sonriendo mientras Josefa se probaba una linda polera (remera) color blanco con un ancla dibujada en la parte frontal, a esto le sumó unos leggins negros muy ceñidos al cuerpo, unos zapatos creeper color negro con pequeñas tachas. - ¡Que guapa que estás!

Josefa: ¿Tu crees que le guste a la Ignacia como me veo? – le pregunta sonrojada.

Elisa: JAJAJ pero obvio que sí, me iré a cambiar – le dice mientras se dirige a su cuarto.

En ese momento, Josefa decide terminar de arreglarse, por lo que a su look le agrega un colgante en forma de cadena color oro, se aplica una loción en su cabello, la cual simula las ondas que se hacen al salir del mar, se aplica un poco de base y polvos, como no le gusta mucho el maquillaje, decide iluminar sus ojos y aplicar un poco de gloss en los labios, además unas gotas de su perfume favorito y listo. Josefa se veía realmente guapa, ya que ese look de chica mala le sentaba muy bien. Una vez estuvo lista le envió unos snapchats a sus amigas, habló un rato con ellas a través de whatsapp hasta que decidió que era hora de ir por su amiga española.

Josefa: toc toc - ¿se puede? – le preguntó con aquella voz un tanto ronca.

Elisa: ¡Sí! Pasa, ya estoy lista – Le decía esto mientras terminaba de ponerse unos aros de perla cultivada.

Josefa: Pero que mina (linda, guapa) te ves Eli – tras este comentario, Elisa se sonroja un poco – te apuesto que hoy consigues acción – esto último lo dice riendo a lo que Elisa le respondió con un almohadón que cayó sobre la cabeza de Josefa - ¡Hey que agresor guacha!

Elisa: Que niñita más delicada – riendo – yo estoy lista – una vez dicho esto, ambas chicas salieron de la habitación de Elisa, cogieron cada una, una cartera, se despidieron de los padres de Josefa, se montaron en la camioneta Ford de la madre de Josefa y se fueron a casa de Ignacia, no sin antes pasar a una botillería para comprar algo de alcohol.

Vendedor: Señorita, muéstreme su carnet (cédula de identidad) por favor – le dice con un tono no tan agradable y agrega – ya que no está permitido vender alcohol a menores de edad (en Chile si eres menor de 18 años eres considerado como menor de edad).

Josefa: ¿en verda me está pidiendo el carnet? – ríe y lo saca de su linda billetera – tome – se lo pasa muy sonriente ya que era la primera vez que se lo pedían.

Vendedor: Mirándola con cara de pocos amigos – aquí está su carnet señorita, que pase una buena noche.

Josefa: Gracias, usted igual – le sonríe y le guiñe un ojo, toma las bolsas de pisco, hielo y bebida y se va a la camioneta.

Elisa: ¡Tanto que demoraste!

Josefa: Ay sí, es que el gallo (hombre) que atendía me pidió el carnet y eso me hizo demorar – ríe – pero ya estoy aquí linda – le pica un ojo de manera coqueta.

Elisa: ¡Mejor apresúrate que tu amorcito debe estar ansiosa de verte!

Josefa: sí, tenís razón – silencio – estoy nerviosa porque estarán todas sus amigas allá y no sé si ellas saben de lo nuestro.

Ignacia.

Estoy demasiado nerviosa porque esta es la prueba de fuego, si Josefa se lleva bien con mis amigas es porque en verda ella es para mí, creo que no diré nada por ahora porque quiero presentarla oficialmente para mi cumpleaños, me encantaría que todos supieran que estamos juntas y que estoy enamorada de aquella sirena surfista – decía en voz alta frente al espejo mientras pensaba en qué ponerse.

Javiera: Igna ¿estay hablando sola? – entra al cuarto de su amiga sin previo aviso.

Ignacia: Chucha Javi ¿qué hacís aquí? – le dice mientras pone su mano derecha sobre su pecho, el cual latía muy rápido por el susto que se llevó.

Javiera: ay hueona que eris grave – ríe – la Anita me dejó pasar porque me dijo que la niña Ignacia estaba muy ocupada.

Ignacia: Ah, la Anita … - la mira con los ojos entrecerrados - ¿y qué haces tan temprano por acá? ¿pasó algo que yo no sepa?.

Javiera: eh, eh no … fijaba la vista hacia otro lugar lejos de los ojos azules de su amiga.

Ignacia: Ok, haré como que te creo – le sonríe traviesa – pero tú y yo sabemos que no te creo absolutamente nada Javiera.

Javiera: Ay ya po hueona para – ríe de manera nerviosa -¿le avisaste a las demás que hoy es una junta only girls?

Ignacia: Sí, le avisé a todas las niñas y todas me confirmaron asistencia, ah y hoy vendrá la Josefa ¿te acordai de ella? – le pregunta fingiendo que no le interesa mayormente el tema.

Javiera: ¿Cuál? Nuestra compañera – pregunta sabiendo que es ella.

Ignacia: Sí, esa.

Javiera: ¿Esa que tiene un cuerpo espectacular, una sonrisa divina, unos labios completamente besables, un abdomen planísimo, bronceada, con un pelo perfecto y mirada angelical? – la mira con cara pícara.

Ignacia: Ay, que se cree esta tonta que viene a hablar así de MI Josefa – Sí – con tono de enfado –esa misma.

Javiera: ¿y de cuando tan amigas?

Ignacia: Javiera para, muere de vieja pero no de sepa (metiche, fisgona, etc) – le lanza un cojín.

Javiera: Agresiva – se acerca a ella – préstame ropa por favor amiga hermosa – le dice de una manera tierna.

Ignacia: Ok, lo haré solo porque a veces te estimo un poco – le sonríe y la abraza.

Javiera: Igna, no puedo respirar – lo dice mientras ríe.

Ignacia: eres pésima – ríe - ¡Ayúdame a ordenar todo! – le grita mientras la cabaña se empapa de Red Lights.

Ambas estuvieron como una hora y pico ordenando todo, aunque no todo fue orden ya que ambas amigas compartieron chismes, bailes, canciones, secretos y se pusieron al día, aunque Ignacia mantuvo en secreto a Josefa.

Ignacia: Por fin tenemos todo listo – dijo cayendo sobre su sofá negro

Javiera: Sí, menos mal – mirando su iPhone rosa – es mejor que movamos nuestros traseros que falta poco para que lleguen todas.

Ignacia: Tenís razón Javs – me iré a dar una ducha rápida – se dirige a su cuarto – estás en tu casa amiga.

Ignacia tardó alrededor de veinte minutos en ducharse, algo que es totalmente un record para ella, ya que por lo general se demora mucho más. Al salir de la ducha, se encontró con una Javiera que estaba tendida en su cama, durmiendo, por lo que decidió tirarse encima de su amiga, cayéndole con todo el peso de su cuerpo, el cual se encontraba un tanto mojado.

Javiera: ¡TE ODIO MARÍA IGNACIA! – lo decía mientras trataba de sacar a su amiga de su cuerpo.

Ignacia: muerta de la risa – que llorona Javi, mejor anda a ducharte que falta que te hace – le dice simulando un olor desagradable.

Javiera: Que simpática – la mira con odio – te sacaré toalla y todo eso.

Ignacia: Media novedad, si siempre lo haces – se ríe – saca lo que quieras bebé.

Mientras Javiera estaba en la ducha, Ignacia aprovechó para decir qué iba a ponerse. Tras estar un largo tiempo tratando de decidir lo correcto, optó por un short de lentejuelas dorado que le llegaba a medio muslo, el cual dejaba ver sus largas y tonificadas piernas, esto lo acompañó con una blusa semi transparente color negro, la cual era un tanto holgada. Justo cuando terminaba de vestirse, Javiera salía del baño.

Javiera: amiga que estay linda, la cagaste – le dice animadamente.

Ignacia: Como siempre no más – le guiñe un ojo – te dejo para que te vistas, estaré en el patio.

Pese a que Ignacia vivía en una cabaña que quedaba en la casa de sus padres, ésta contaba con un patio exclusivo para ella, el cual estaba rodeado de pasto, tenía dos árboles grandes de los cuales colgaba una hamaca, tenía unas sillas colgadas de unas bigas del techo, las cuales eran como un columpio. Por lo que cuando Ignacia salió al patio, se sentó en una de esas sillas, sacó un porro de marihuana y lo comenzó a fumar lentamente, saboreando cada calada que le daba, se deleitaba con el sabor que tenía, con cada expiración se iban sus nervios y su ansiedad por estar con Josefa.

Javiera: Uf, por lo que veo ya te pusiste a tono – ríe – mejor entra que tenemos que preparar unas cosillas que pronto llegarán las niñas – mira su iPhone y agrega – de echo vienen en camino.

Josefa.

Ay que nerviosssss, no quiero estacionarme, me da mucha plancha (vergüenza) porque estarán las amigas de ella ahí.

Elisa: Eh, tía ¿que no me oyes? – le pregunta divertida.

Josefa: Sorry Eli ¿qué me decías?

Elisa: Que va, mejor bajamos, ¿no? Porque al parecer ya hemos llegado

Josefa se armó de valor y ambas bajaron hasta el portón que daba al patio de la casa de los Lavín.

Josefa: Igna estoy afuera – le decía por celular.

Ignacia: el portón está abierto linda, debes correrlo y podrás pasar – le dice.

Josefa: ok – suspira y corta la llamada. Con una mano agarra la bolsa que contiene el alcohol y con la otra, tomo la mano de su amiga para poder armarse de volar y entrar como si nada a la casa de su chica.

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Sindy18: Hola! La verdad es que ambas se gustan demasiado y eso se hace notar en este capítulo y en los próximos, espero no tardar en seguir publicando :)

Chapis: un beso de vuelta! :*

HombreFX: gracias por comentar

Picxis: Muchas gracias por el apoyo, eres una tierna! <3

Juli: ¡Tierna! La verdad es que se me escapan los modismos jaja, si tienes alguna duda me preguntas y te digo que significa :) En esta entrega hice lo que me pediste, puse el significado en un paréntesis :) Y Que rico que te guste la historia. Un besito pa ti también :*