El sonido del mar . (VII)
Sus lenguas jugaban, sus labios se fundían y formaban solo uno.
Ignacia: Que tierna escena, esto es lo peor que me puede pasar. – pensaba Ignacia.
Trini: Siiiii
Josefa.
Amo a los niños chicos, y ver a Ignacia entrando con su hermanita en brazos hizo que me diera una ternura inmensa, cuando ella ve a su hermanita los ojos le brillan como nunca he visto que brillan. Ambas se ven tan lindas juntas. Cuando me acerqué a la Trini sentí como la mirada de Ignacia se posaban en mí. La verdad es que no me incomodó mucho .. no sé, es tan extraño todo. Cuando entré a su cabaña y escuché que cantaba una de las canciones que más me gusta de Portugal fue inevitable ponerme a cantar. En un momento pensé que ella se podría haber molestado, pero me sorprendió de manera muy grata el hecho de que me haya mirado de manera sorprendida y haya seguido cantando. La verdad es que lo pasé muy bien ordenando con ella, en uno que otro momento nuestros cuerpos hacían contacto. Se sentía tan raro .. no sé qué es lo que me sucede con ella. Al parecer no es la típica mina (mujer) hueca. Aunque admito que lo que más me derritió fue cuando me preparó esa ensalada de frutas, fue tan dulce de su parte. Creo que eliminaré las barreras que había levantado para con ella. Quiero conocerla, te quiero conocer María Ignacia Lavín.
Trini: acercándose al oído de Josefa – dale mis saludos a Min –
Jose: Obvio que lo diré cuñis favorita jijij
En ese momento Josefa bajó a Trinidad y comenzó a hacerle cosquillas en la panza, a lo que Trini respondía con gritos de risa. Ignacia observaba toda la escena con enorme sonrisa dibujada en la cara. Ya que ver eso le hacía muy feliz.
Ignacia: Ya Jose, para o matarás a mi hermanita jajaja
Trini: siii – jajaja
Jose: bueno, está bien – dijo esto poniendo cara de apenada.
Josefa dejó de hacerle cosquillas a Trinidad, a lo que la dejó libre, Trini se le lanzó y la atacó con cosquillas.
Jose: Ya po Ignacia ayudameeee jajajja – decía esto mientras se reía.
Ignacia: Ah no sé yo, el juego es de ustedes jajaja
Trini: Veeeen, ayúdame.
Ignacia: no pulga ¿cómo se te ocurre
Trini: ya pu, ya pu
Debido a la gran insistencia de Trinidad, Ignacia accedió a hacerle cosquillas a Josefa. En un comienzo Ignacia le tocaba los costados un poco tímida, porque ese contacto le producía algo en su interior. Josefa se revolcaba en el piso, tras un rato sólo era Ignacia quien hacía que Josefa se riera, todo iba bien, Trinidad miraba la televisión mientras la atacada se revolcaba en el piso.
Ignacia: Ay me encanta como se ríe, parece una niñita pequeña.
De la nada Josefa reúne fuerzas y tumba a Ignacia debajo de ella y la comienza a atacar con cosquillas, ambas estaban en una guerra interminable, hasta que quedaron frente a frente, a pocos centímetros una de la otra, ambas podían sentir la respiración de la otra.
Jose: en un momento las fuerzas de los brazos me flaquearon y como la Ignacia me hacía cosquillas los doble un poco y así quedamos separadas por escasos centímetros, podía sentir su respiración. Me perdí en esos ojos color mar, nos miramos por segundos que para mi parecieron años, mi boca deseaba la suya.. no sé que me pasa, era inevitable mirar sus ojos y su boca .. boca que mojaba con la lengua incitando a que probara el fruto prohibido, me miraba de una manera coqueta, o por lo menos eso es lo que pienso ..
Ignacia: Ay no, esto es lo mejor que me ha pasado, quedar así de cerca con Josefa .. no sé como me pude controlar, es que tenerla a escasos centímetros de mi hizo que mi corazón se acelerara de una manera impresionante, de manera instintiva mi boca abrió paso para que mi lengua mojara mis labios, esto lo hice semi consciente, quería provocarla, nuestras miradas eran fijas, me perdía en esos ojos color miel que me llevaban al más profundo deseo. Deseo que no sabía que tenía dentro de mi. Su largo pelo estaba sobre mi, me hacía cosquillas el hecho de que estuviera en mis hombros desnudos. De no ser por la pulga no sé que hubiera pasado. Sinceramente no sé.
Trini: Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
Ignacia: Saliendo del transe - ¿qué pasó? – dijo esto mientras se paraba raudamente
Trini: No me gusta esta película – decía esto mientras hacía un puchero
Ignacia: Ay linda, creo que ha pasado la hora y con tu cuñada debemos trabajar, te voy a dejar donde los papás.
Trini: Bostezando – ya bueno – se acerca a donde se encontraba Jose.
Trini: Chau Jose- le decía esto mientras le daba un tierno beso en la mejilla.
Jose: Chau princesita, nos vemos. Le diré al guatón que estuve contigo. Que tengas dulces sueños – le decía esto con una enorme sonrisa.
Ignacia tomó a su pequeña hermanita y la cargó hasta llegar a la casa de sus padres, quienes se encontraban en la cocina.
Papá: ¿cómo está la favorita de esa casa? – le decía su padre mientras la abrazaba
Ignacia: ay papá, no digas eso .. bien, pero ahora tengo que volver a trabajar – mientras se lo decía ponía caras de niña pequeña.
Papá: ay mi bebe está tan grande, vaya hija.
Ignacia se despidió de su pulga, le deseo las buenas noches, mientras que abrazaba y besaba a su padre quien también le deseo las buenas noches y volvió a la cabaña.
Ignacia: Disculpa por la demora, pero bueno estaba mi papá
Jose: Mensa (es como tonta pero con cariño) No te preocupí, si en verda yo hablaba con mi mamá por teléfono.
Ignacia: Jaja, por lo visto eres media mamona
Jose: con que moral me lo dices Ignacia
Ignacia: Con la mía po jajajajaja – ambas se rieron.
Ignacia y Josefa comenzaron a investigar para el trabajo que les había dejado el profesor, mientras Ignacia buscaba la información, Josefa redactaba, ambas estaban sentadas en la mesa, una frente a la otra. Cada cierto tiempo Ignacia miraba a Josefa, quien se encontraba concentrada trabajando, y en otros momentos Josefa era quien miraba a Ignacia, quien se encontraba con esos anteojos que le hacían lucir un look algo intelectual. Ambas se fascinaban mirando a la otra, pero claro, con disimulo.
Transcurrieron las horas hasta que eran las doce de la noche y aún les faltaba un poco para concluir el trabajo.
Jose: mirando su reloj – oh, que tarde es.
Ignacia: ah, ha pasado el tiempo volando, y lo peor es que aún nos queda
Josefa: Sí, pero nos queda poco.
Ignacia: Oye, si quieres te puedes quedar a dormir acá.
Josefa: Mm, gracias, le avisaré a mis padres.
Texto Jose: Mamá, me quedaré en casa de mi compañera, mañana estaré en casa antes de que se despierten. Un beso, te amo.
Josefa: Listo, le avisé a mi mamá.
Pasaron los minutos hasta que terminaron el dichoso trabajo, ambas tenían un poco de sueño.
Ignacia: quieres algo?
Jose: Mm, tienes leche?
Ignacia: la miraba de manera tierna – Sí, ¿quieres leche?
Jose: jajaaj sí, si no fuera mucha molestia.
Ignacia: claro que no, - le decía esto mientras abría el refrigerador y sacaba una leche que había ahí, le sirvió un vaso de leche descremada. – Ten.
Jose: Muchas gracias – después de beber un gran sorbo, le quedó un bigote de leche.
Ignacia: Eh, tienes algo.
Jose: ah?
Ignacia: Aquí, le decía esto mientras sus dedos limpiaban de una manera muy dulce el “bigote de leche” que se le había formado. Ahora no tienes nada – esbozó una sonrisa.
Jose: gracias- tras ese contacto directo Josefa se estremeció un poco y estaba avergonzada ya que temía que Ignacia se hubiera percatado de aquello.
Ignacia: Quizás es muy apresurado, pero creo que Josefa me gusta, o por lo menos me sucede algo con ella, esto no es habitual en mi.
Mientras Ignacia estaba concentrada en sus pensamientos, suena el móvil de Josefa.
Texto Sebastián: Sirena hermosa que tengas una linda noche, espero verte luego para poder vengarme por lo que hiciste. Sueña con la playa. Un beso en la frente y un abrazo de oso.
Al ver el mensaje que le había enviado Sebastián, a Josefa de manera inmediata se le dibujó una gran sonrisa en el rostro.
Ignacia: uh, veo que algo bueno pasó – decía esto para que Josefa le contara quien le había escrito, ya que se moría de ganas de saber.
Jose: Seba me envió un mensaje muy tierno – decía esto con una sonrisa enorme.
Ignacia: Ah, que tierno. – pero por qué, todo iba tan bien. Creo que es mejor que me olvide de ella. – ven, vayamos a mi cuarto para que te pase algo de ropa.
Jose: bueno.
Ignacia se acerca a su closet y saca una polera (remera) a tiritas y un short- ten, te paso esto porque hace calor.
Josefa: Gracias.
Ignacia comenzó a desvestirse frente a Josefa, esto lo hizo con una segunda intención, quería provocarla aunque supiera que a ella no le iban las chicas. Primero se quitó su polera, luego el short. Todo esto lo hacía de manera lenta y relajada.
Josefa: ay no, esta gaya no tiene pudor, es que está como quiere… No puedo evitar mirarla.
Ignacia terminó de desvestirse y se puso su pijama, cuando lo hizo se fue hacia el baño para lavar sus dientes.
Josefa: Uf, mientras ella va al baño yo me cambio de ropa.
Ignacia: Mirándose al espejo: ¿qué te pasa con esa niña? Se decía esto mientras mojaba sus manos para ponerlas en su cuello. No sé que me pasa, no me reconozco, todo es tan extraño. Pero filo (da igual) creo que no tengo nada que perder, haré que ella me busque, que me desee. Pensaba mientras cepillaba sus dientes. Al salir del baño ve a Josefa de espalda poniéndose el short. Pero que buenas pompas tiene, pensaba Ignacia.
Josefa: Por lo visto tendré que dormir con ella, es tan sensual. No sé por qué tengo este tipo de pensamientos. El mensaje que me envió Seba fue tan lindo, en verda él de por si es lindo. Creo que me gusta. Pensaba mientras terminaba de ponerse el pijama prestado.
Josefa.
Me acosté junto con Ignacia en su cama, la cual era bastante amplia. Ambas estábamos en silencio, ella me dio las buenas noches, puso la alarma en su celular y se dio media vuelta. Me daba la espalda, yo tan solo miraba hacia el techo, no sé por qué razón pero no podía dormir, estaba incómoda, me sentía extraña. Tenía una mezcla de emociones, por una parte en dos días mis emociones se habían visto alteradas por culpa de Sebastián y un poco por Ignacia, aunque por ella lo que siento es admiración, sí, es eso. La admiro por ser tan regia (linda) y por ser tierna con su hermanita, sólo eso. En cambio, con Sebastián me sucede algo distinto, encuentro que él es perfecto, su mirada penetrante llena de ternura, sus ojos color verde que me hacen sentir como en casa, sus abrazos reconfortantes que provocan tantas cosas en mí. Su olor, su olor indescriptible que se impregna en mi piel cada vez que estoy cerca de él. Tengo miedo, las cosas van rápido, no quiero sufrir, además me prometí a mi misma nunca olvidar al Jose, y eso es lo que quiero hacer, nunca olvidarlo.
Mientras pensaba estas cosas Josefa se fue quedando dormida, cayó en un sueño profundo, en el cual soñó varias cosas, soñaba con Sebastián y con Jose, su ex fallecido. Soñaba con la playa, con el día en que vio a Ignacia en la playa, tendida en la arena.
Ignacia.
Apenas nos acostamos le di las buenas noches y me hice la dormida, lo digo porque pese a que me di vuelta y cerré los ojos, no podía dormir pensando en que esa chica estaba a mi lado, a centímetros de mí. Su olor a playa me cautivaba, sus labios me provocan deseo, para mi son como la manzana que mordió Eva, quizás algún día me gustaría ser Eva para probar ese fruto prohibido. También pensaba en Joaquín, mi Joaco, quien es un maniquí con corazón y cerebro, es el hombre perfecto, es un buen hombre y un muy amante. Cada vez que estamos juntos me hace llegar al cielo. No quiero pensar más en Josefa, quiero ser libre. Creo que en unas horas más llamaré a Joaco, lo quiero ver, quiero estar con él. Debo sacarme este deseo que tengo dentro de mí.
En un momento se volteó y vio que Josefa se encontraba dormida, tenía una sonrisa dibujada en la cara, se veía tan angelical que a Ignacia le provocaba ternura, le daba paz verla así. Contemplándola se quedó dormida. Soñó tantas cosas, pero de ninguna se acordaba.
Al despertar Ignacia se dio cuenta que Josefa se había apegado a su cuerpo, quizás en busca de calor. Sentía sus manos largas y finas posadas en su abdomen plano. Al darse cuenta de esto sólo quiso que tiempo siguiera y que su celular no sonara para que no se despertara Josefa.
A las seis de la mañana comienza a sonar Lover’s Carvings, lo cual indicaba que era la hora de despertarse.
Josefa: Oh, disculpa – dijo esto mientras sacaba su mano del abdomen de Ignacia.
Ignacia: jaja, no te preocupes, me tenías calentita – dijo esto mientras le regalaba una linda sonrisa.
Josefa: Algo avergonzada le pregunta -¿qué hora es?
Ignacia: son las seis, si quieres puedes seguir durmiendo mientras me voy a duchar. Decía esto mientras salía de la cama y buscaba su traje de baño.
Josefa.
No puedo creer que dormí abrazada a ella toda la noche. Al despertar se veía tan linda y mas cuando me regaló una linda sonrisa al yo pedirle disculpas por estar con su mano en su abdomen. La verdad es que siempre he tenido esa manía de abrazar a la gente mientras duermo, pero nunca pensé que a ella también la abrazaría. Cuando sonó su alarma me di cuenta que era una de las canciones que me ha gustado desde siempre, eso me sacó una sonrisa mental. Lo mejor que puedo hacer es mientras ella se ducha, hacer el desayuno.
Busqué en el refrigerador cosas para poder cocinar, al final me decidí por hacer huevos revueltos acompañados de tostadas, jugo natural y café.
Cuando salió Ignacia con su traje de baño no pude evitar mirarla, se veía maravillosa, la verdad es que el color rojo le quedaba muy bien. Al ver que yo no me encontraba en la habitación salió a buscarme.
Ignacia: No te dejé durmiendo – dijo esto con la cabeza ladeada mientras con una mano tomaba su pelo mojado.
Josefa: Mm sí, pero quería prepararte esto
Ignacia: Uh que linda que eres Jose, te ganarás el cielo – decía esto con una enorme sonrisa.
Josefa: jajaja, si tu lo dices lo creeré.
Ignacia: Hey gansa, anda a ducharte, dentro del baño hay toallas limpias para que las ocupes, te esperaré.
Josefa: bueno.
Tomé la ropa que traía ayer y entré al baño, me di una ducha rápida ya que no quería llegar tarde a casa, cuando salí del baño me encontré con Ignacia vestida de manera muy linda y sentada en la cama secándose el pelo.
Ignacia: pero qué rápida, ya saliste.
Jose: Sí, jajaja, es que tengo unas cosillas que hacer en un rato mas, además no quería que comieras sola.
Ignacia: Muero de hambre, comamos lo que hiciste.
Ambas comieron en silencio, pero de vez en cuando se miraban y se dedicaban sonrisa cómplices.
Ignacia: Estuvo muy rico esto Jose, te pasaste.
Josefa: Ay, no es nada.
Ignacia: Te parece si te llevo a casa?
Josefa: No muchas gracias Igna, traje mi auto.
Ignacia: bueno, ¿vamos?
Josefa: bueno.
Ignacia fue al baño a lavarse los dientes mientras se aplicaba brillo labial y alistaba su cartera con algunos cuadernos que ocuparía durante el día.
Ambas salieron de la cabaña de Ignacia, todo en silencio, al llegar a la calle, se despidieron y al despedirse por un error de cálculo de ambas, el beso que se tenían que dar en la mejilla, se lo dieron en la comisura de los labios. Al darse cuenta de esto, ambas se fueron a sus respectivos automóviles en silencio, sin decir nada, ni mucho menos mirar a la otra.
Ignacia.
No lo puedo creer, sentí sus labios, fueron segundos pero algo es algo, ese contacto hizo que mi corazón galopara como un caballo de carrera. Me avergoncé por lo que sucedió y por lo visto ella igual, ya que tras ese bochornoso incidente ninguna pronunció palabra. Mientras pensaba esto, escuchaba música fuerte y sonaba Only girl. El trayecto de su casa a la casa de su amiga Florencia se le hizo algo corto, ya que iba sumergida en sus pensamientos y en las canciones que sonaban.
Ignacia texto: Amor, sale de tu casa.
Florencia: Bueno primor, un beso.
A los pocos minutos se asomaba la menuda silueta de Florencia, quien vestía unos jeans ajustados que resaltaban su figura, esto acompañado de una polera a tiras y un blazer azul marino. Florencia era bastante guapa, poseía una belleza exótica, sus facciones eran algo árabes, su cabello era castaño bordeaba entre el castaño oscuro con el claro, sus ojos cafés pero expresivos, sus labios rojos y bien definidos, una nariz hermosa y un cuerpo espectacular. Su descendencia era árabe, ya que su padre era de allá.
Ignacia: Pero que guapa que andas amor mío.
Florencia: Ay primor no sigas que no respondo – le decía esto de manera coqueta.
Pese a que Florencia estaba en una relación bastante estable con Simón, en algunas oportunidades lo engañaba con Ignacia, ya que siempre han tenido una química impresionante, que no siempre va mas allá de la amistad.
Ignacia fue en búsqueda de Florencia porque ambas entraban a la misma hora, y cuando podían se juntaban para desayunar, como Ignacia había comido antes, fueron a una tienda en donde vendían café. Pidieron uno cada una, y se fueron a la playa, para tomárselo disfrutando el sonido del mar.
Florencia: Negra dime que te pasa, te veo muy pensativa.
Ignacia: No me pasa nada, son ideas tuyas.
Florencia: María Ignacia no me engañas.
Ignacia: Bueno, quizás tienes algo de razón, pero no quiero hablar. – Le decía esto mirándola de manera muy coqueta.
Florencia: deja de mirarme así, o no respondo María Ignacia.
Ignacia: Me provocas Florencia.
Dicho esto, Florencia se acercó a su amiga y ambas se fundieron en un beso cargado de pasión, pasión que Ignacia tenía contenida. Sus lenguas jugaban sus labios se fundían y formaban solo uno, su intensidad subía. Una disfrutaba del sabor de la otra, hasta que la magia se fue.
Florencia separándose de Ignacia. – Wow, nena estás cargada de deseo sexual jajaajaj
Ignacia: ¿Tanto se me nota? Hoy Joaquín no se salva jajajaj.
Ambas se rieron y se dirigieron hacia donde se encontraba el jeep de Ignacia. Llegaron a la universidad, se tuvieron que separar así que se despidieron con un tierno beso en la mejilla, un abrazo y un “te veo después amiga”.
Cuando Ignacia entró a la sala en donde le tocaba clases se dio cuenta de que Josefa ya había llegado y que sólo había un puesto desocupado adelante, y era el que estaba al lado de ella.
Ignacia: Hola
Josefa: eh, hola.
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Holi, disculpen la demora, pero estaba algo ocupada. Son muy tiernos sus comentarios, como siempre les digo, me motivan ene para seguir con el relato. Ojalá sea de su agrado. Un beso.