El sonido del mar (IV y V)

Ay, no puedo creer que estaremos solas, nos conocemos hace menos de una semana y ya siento que me encanta esta chica.

Josefa: Hasta mañana- dijo devolviéndole el gesto. Y otra vez una extraña sensación les recorrió el cuerpo a ambas, solo que esta vez ambas se trataron de evitar esta sensación mirando para otro lado.

IV.

Josefa: Hasta mañana- dijo devolviéndole el gesto. Y otra vez una extraña sensación les recorrió el cuerpo a ambas, solo que esta vez ambas se trataron de evitar esta sensación mirando para otro lado.

Al llegar a la casa Ignacia dejó en casa a su hermanita mientras ella siguió hacia su cabaña.

No pudo haber sido más raro lo que sucedió, en verdad es como para reírse. En fin, no quiero pensar más en cosas del amor, porque de verdad me tiene apestada el tema. Sólo soy una chica que busca diversión. Ya que tengo todo el amor que necesito, que es el de mi familia y amigos y realmente con eso me basta y sobra – Mientras estaba sumergida en sus pensamientos suena su iPhone y ve que es su amiga Florencia.

Flo: Linda Igna ¿me podrías abrir la puerta?

Ignacia: Ay, obvio, espera que ya voy – mirando su reloj – oh, que rápido pasa el tiempo.

Flo: Wow pero que guapa mi neña y ¿esa carita? – le dice apenas Ignacia le abre la puerta.

Ignacia: es la única que tengo po ajajajajaaj - ¿será que mi cara es muy evidente? No puedo dejar que estos pensamientos interfieran en mis actividades – Pasa.

Flo: No me engañas querida – le dice mientras le da un beso en la mejilla.

Ignacia: Timbre, mejor iré a ver jiji – dijo esto escabulléndose de su amiga

Tere, Cata, Javi: ¡Hola! – dijeron las tres al unísono.

Ignacia: J aja pavas, hola – sonríe y las besa a todas en la mejilla.

Tere: ¡mira lo que traje! - Dijo mostrando una pequeña cajita.

Ignacia: ¿es lo que estoy pensando?

Tere: sii, esta noche me amarás jaja.

Ignacia: Obvio, siempre te he amado pero hoy aún más – le mostró su mejor sonrisa.

Josefa

Ignacia se veía tan linda, como que es típico que las personas más guapas sean huecas por dentro. Algo extraño sentí cuando toqué su piel, no sé… Tengo ganas de ver a Sebastián, muero por verlo. Quiero que ya sea mañana y olvidarme de todo lo que sucedió hoy día.

Mamá: Hija hermosa, por fin te veo – le decía mientras la abrazaba y la llenaba de besos.

Jose: Mamá también te extrañaba – le decía esto abrazándola.

Mamá: Cuéntame que tal tu día pequeña princesa.

Tras esa pregunta, Josefa le contó todo lo que había realizado en el día, omitiendo las furtivas miradas que le había dado a Ignacia en la playa y luego en el centro comercial, de hecho Josefa sólo la nombró cuando le comentó que se había pillado con una compañera en el centro comercial, compañera que tenía una hermana que era compañera de Benjamín.

Mamá: Me interesa bastante esa historia con Sebastián. Si no te conociera diría que quieres ser su amiga, pero como te conozco hija, me atrevería a decir que ustedes terminarán en algo más -  La miraba con una sonrisa pícara en los labios.

Jose: No sé mamá, me da miedo. No quiero perder a más personas. Creo que dejaré todo tiempo al tiempo – respondió cabizbaja al recordar a su primer amor.

Mamá: si, tienes razón. Me sorprende ver lo mucho que has crecido hija, me llena de orgullo ver en la pequeña mujer que te has convertido – dice esto con leve toque de nostalgia en la voz.

María Jesús: Mamáaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, ven – gritaba desde su cuarto

Mamá: jose te dejo que tu hermana me llama – pone los ojos en blanco

Jose: Anda no más que yo me daré una ducha y me iré a dormir luego, estoy exhausta.

Mamá: Pero es muy temprano hija

Jose: Si sé mamá, pero estoy realmente muerta. Necesito dormir – se despide de un beso de su madre y se dirige a su cuarto.

Ignacia.

Todas se encontraban sentadas alrededor de la mesa que estaba en el comedor. Cada una estaba con un vaso de tequila. En la mesa lo que más había era limón, sal y tequila. Tras una hora las cinco amigas se terminaron toda la botella de tequila, todo esto entre canciones, risas, confesiones y uno que otro baile entre ellas mismas.

Ignacia: Niñas, prepárense que haré mi especialidad.

Tere: que rico Ignacia, por eso te quiero tanto j aja – decía un tanto bebida

Ignacia amaba preparar un trago con frambuesas y vodka, ya que era su especialidad. Cuando el trago estaba listo, lo puso en la mesa.

Ignacia: Ya, ahora jugaremos al “yo nunca nunca” ¿les parece?

Flo: Obvio que si, j aja

Tere: uhh, esto me gusta

Cata: Jajaja, ya bacán.

Ignacia: ¿quién parte?

Cata: Tu po, dale.

Ignacia: Yo nunca, nunca lo he hecho en la piscina

Cata: Nacha que erí pesá – dijo esto y tomó un buen sorbo de su “copete” (trago)

Florencia también tomó, cuando lo hacía, miraba a Ignacia, ya que ella también lo había hecho.

Ignacia: Ya, entendí, también tomaré.

Todas: j aja, descaradaaa.

Cata: Yo nunca nunca lo he hecho con el hermano de mi pololo.

Ignacia: cata te odio jaja – dijo esto y dio otro sorbo a su vaso. – Creo que me toca decir otro, mmm, yo nunca, nunca he tenido fantasías con una profesora.

Javi: Pesá, iba invicta – bebió un gran sorbo de su vaso.- Yo nunca, nunca he tirado (tener relaciones) con una mina en un baño.

Ignacia: Yegua – bebió un gran sorbo.- Yo nunca, nunca he salido en ropa interior hasta recepción de un departamento.

Flo: Ay, pero si fue una apuesta.

Ignacia: no sé yo, bebe no más – dijo esto mientras le lanzaba un beso.

Estuvieron así mucho rato, hasta entradas horas de la madrugada en donde las cinco amigas siguieron disfrutando de la dicha de vivir y de ser jóvenes, además celebraban continuamente el hecho de volver a estar todas reunidas, brindaban por cualquier cosa, sinceramente todo brindis era una mera excusa para beber. El alcohol ya no se injería solo, sino que iba acompañado de caladas a los caños que había llevado Teresita. La noche de chicas terminó a las cuatro de la madrugada en donde todas las amigas estaban más bien borrachas, por lo que todas acabaron durmiendo tanto en la cama de Ignacia (una King size) como en los sillones que estaban en el living, cosa que era costumbre en este grupo de amigas.

Ignacia: Mierda, hueonas (modismo para referirse a personas) despierten es demasiado tarde – dijo esto tirándose encima de sus amigas y con una voz que dejaba ver su resaca.

Flo: No molestes – le decía esto tapándose la cara y con un tono de voz casi inaudible

Javi: Noo ¿qué hora es? – se refregaba los ojos tratando de asimilar que pese a cualquier cosa, debían levantarse.

Ignacia: las siete, si no nos apuramos llegaremos atrasadas – comenzó a gritar mientras conectaba su Ipod al parlante.

Javi: ay no, no podemos llegar atrasadas a nuestra primera clase – guardó silencio por unos segundos hasta que agregó – tenemos que hacer pensar a los profesores que somos alumnas responsables – rio.

Ignacia: Yo me voy a la ducha, me demoro poco y te aviso, ridícula – sonreía por lo cierto que era el comentario de su amiga.

Javi: Está bien, mientras tú te duchas yo preparo algo rico para comenzar el día – decía esto mientras se dirigía a la cocina americana que tenía Ignacia.

Ignacia: Me parece perfecto – sonrió mientras se dirigía al baño de su pieza – No sé por qué pero me quiero ver linda, necesito hacerme notar -  Pensaba Ignacia mientras tomaba una larga ducha, como es una mujer un tanto impredecible tiene la costumbre de escoger la ropa después de ducharse, debido a que su humor es un tanto volátil, escogió un skinny jeans negro y una blusa blanca, todo acompañado de unos zapatos plataforma, los cuales fácilmente le hacían ver 10 centímetros más alta.

Javiera: Amiga pero que linda que estás – dice esto cuando ve entrar a Ignacia a la cocina – se nota que te gusta harto la surfista – la mira con una sonrisa burlona.

Ignacia: ¿cómo se te ocurre pensar y decir eso? – dijo esto con una cara un tanto descompuesta, a simple vista cualquier persona que viera su expresión se daría cuenta de lo mal que tomó Ignacia el comentario de su amiga – No puedo creer que tanto se note lo que me hace sentir esa tipeja, aborrezco tanto a esa gente que se deja influir por otro en el ámbito sentimental y yo estoy cayendo en lo mismo, por eso y mil cosas más es que me patea la sola idea de pensar en que yo algún día me pueda llegar a enamorar, por lo mismo la surfista sólo es una entretención, nada de enamoramientos - ¿terminaste el desayuno?

Javi: Ay gansa no seas grave y no te enojes, si te lo dije fue creo conocerte lo suficiente como para saber cuándo sientes algo por alguien – suspirando – en fin, es mejor que me vaya a ducha ¿me prestas ropa?

Ignacia: Sí, saca no más. – Dijo esto tomando sus llaves y yéndose del lugar – No me lo puedo creer, jamás he sido tan transparente con lo que siento y no entiendo cómo es que se me nota tanto. Creo que lo mejor que puedo hacer es llamar al Joaco para que me satisfaga sexualmente, tal vez de esa forma me olvido de esa tal Josefa. Me apesta que mis amigas piensen que ella me gusta, porque sé que no es así, sólo encuentro lindo su cuerpo y sus facciones… Su cuerpo y sus ojos hacen juego debido a que ambos son de un tono medio miel, su cuerpo es atlético y tonificado, sus ojos cambian de color y su boca es simplemente maravillosa, su labio superior es un poco más pequeño que el superior y tienen un color rojo carmín. Su nariz es respingada y pequeña, en la punta tiene un aro en forma de argolla que le da un toque despreocupado a su look. Ay Ignacia deja de pensar tanto en ella – se regañaba mentalmente mientras se dirigía rumbo a la playa para terminar de fumar el último caño que le quedaba. La playa le traía paz y le encantaba ir a esa hora de la madrugada debido que por lo general se encontraba deshabitada, sus ojos deambularon por la arena, hasta posarse en una parte fija del mar.

V

Josefa:

No, no y no, simplemente no puedo darme el lujo de llegar atrasada el primer día de clases, lo mejor que puedo hacer es salir luego del mar, sí, eso haré, total no hay ninguna ola buena para poder surfear un rato – pensaba Josefa mientras braceaba hacia la superficie – me fascina la idea de saber que hoy veré a Seba – al pensar esto una sonrisa se le dibujó en el rostro. Al momento de salir del mar, vio un jeep color negro dirigirse al estacionamiento, cuando enfocó la mirada y vio quién era el dueño/a de aquel automóvil quedó perpleja al ver que se trataba de Ignacia, la observó detenidamente y se percató de lo hermosa que se veía, en ese momento los pensamientos relacionados con Sebastián se vieron opacados por la descomunal belleza que apreciaban sus ojos.

Ya en la universidad:

Sebastián: Joseeee linda – le dice esto mientras la abraza de tal forma que llega a levantarla del suelo.

Josefa: Lindoo ¿cómo estay? – eso lo dijo con un tono un tanto efusivo mientras Sebastián la dejaba en el piso.

Sebastián: bien ahora que te veo – sonríe y mira al piso -  Por lo visto hemos quedado juntos, seremos compañeros – sonríe mostrando sus perfectos y blancos dientes.

Josefa: Ay, que bacán – lo dice mientras mira a otro lado - ¿entremos?

Sebastián: si, obvio – le abre la puerta de la sala, espera que ella ingrese para hacerlo él.

Sebastián y Josefa entraron segundos antes de que lo hiciera el profesor, ambos se sentaron muy juntos uno del otro en los primeros asientos. Instintivamente Josefa miró disimuladamente a su alrededor para ver si Ignacia sería su compañera, pero al no encontrarla por ningún lado se dispuso a prestar atención a la clase.

Ignacia: Disculpe, me he perdido. No me acordaba de cómo llegar – puso una de sus mejores sonrisas para que le maestro no la regañara y la dejara pasar sin problema alguno.

Profesor Smith: No se preocupe señorita, por favor tome asiento.

Ignacia: Claro profesor.

Josefa: ¿Es idea mía o Ignacia no quitó los ojos de mí? No, no creo… se ve preciosa, ahora entiendo por qué todos se quedan embobados mirándola cuando ella pasa, ella sola es capaz de deslumbrar a cualquiera con su belleza – Pensaba Josefa hasta que siente un brazo que roza el suyo y se percata de que la dueña de aquel brazo no es más ni menos que la misma Ignacia.

Sebastián al notar que Josefa no prestaba atención a la clase decide hacerla volver a la realidad – Jose, Jose ¿qué te pasa? – le susurra al oído.

Josefa: No me pasa nada Seba ¿por qué? – responde tensando su cuerpo.

Sebastián: Porque no sé, te pusiste un poco rara y no prestabas atención a lo que decía el maestro – baja los hombros.

Josefa: Ah, es que recordé que tengo que hacer algo – dijo tratando de hacerse la desentendida del tema, pese a que ella estaba más que consciente de que su conducta fue atribuida al cuerpo de infarto que se traía Ignacia.

Mientras tanto el profesor Smith hablaba y hablaba de la materia que verían durante el año. Este era un ramo biológico y a decir verdad a Josefa le gustaba mucho, ya que a ella siempre le interesó la biología. Pero en toda la clase no pudo prestar mucha atención por el hecho de que sus pensamientos estaban en otra parte. En este momento todos sus pensamientos iban dirigidos hacia una persona, hacia Ignacia.

El hecho conciso de que Ignacia decidiera sentarse al lado de Josefa pese a que existían más asientos desocupados, provocó que el corazón de Josefa bombeara un tanto más rápido de lo habitual. Josefa al no ser dueña de sus actos al cien por ciento, miraba cada cierto rato a su lado derecho, debido a que ahí se encontraba la dueña de su conducta irracional. El look intelectual de Ignacia, con anteojos ópticos y cabello tomado en un moño prolijamente desordenado sólo lograban que Josefa se desconcentrara más y más, sin embargo, era capaz de tomar apuntes sólo porque una pequeña voz en su cabeza se lo dictaba.

Ignacia.

Si bien es cierto, cuando llegué al aula lo primero que hice fue mirar de manera directa y un tanto descarada a los ojos de Josefa y me senté a su lado, en el transcurso de la clase no le presté mucha atención. Los ramos biológicos me encantan y como éste era uno de esos, solo me dedique a escuchar y comprender cada palabra que el profesor decía. Como estaba tan pendiente de lo que decía el profesor, lo único que hice fue tomar apuntes y cambiar mi look a uno más intelectual, porque sí, soy una nerd en lo que respecta al estudio. En las instancias en que el profesor hacía pausas, mi mente volvía al presente y al voltear la cabeza veía a Josefa mirándome de reojo, y cada vez que la sorprendía le regalaba la mejor de mis sonrisas.

Josefa es una de esas mujeres que no necesitan un exceso de que maquillaje para verse bien, ella es preciosa al natural, saliendo del agua, o maquillándose lo necesario. Debo admitir que me dejó fascinada verla concentrada, tomando apuntes, con sus puntas sobre las hojas de su cuaderno, pero lo que más me gustó fue verla morder el lápiz cada vez que se quedaba pensando en algo, la forma en que lo mordía era muy sensual y hacía que mis ganas/deseos por ella crecieran exponencialmente.

Profesor Smith: Bien jóvenes, la clase ha llegado a su fin, por lo que pueden marcharse en paz.

Cuando me iba parando del asiento, alguien me jala del brazo.

Ignacia: Ay – mirando a la dueña de la mano que apretaba mi antebrazo.

Javi: Hey disculpa, he llegado tarde y me perdí la clase – le decía mientras le brindaba una sonrisa tierna.

Ignacia: Si me di cuenta jaja. ¿Qué te toca ahora?

Javi: Teorías contemporáneas de la psicología ¿y a ti?

Ignacia: Fundamentos culturales del ser humano. Creo que nos toca separadas amiga – dijo esto haciendo un puchero.

Javi: Mm, sí. Te extrañaré zorra mayor – Mira su celular – Ya es tarde, te amo. Bye – se despide y se aleja de la vista de Ignacia.

Ignacia al entrar al salón de clases en donde dictaban la materia que le tocaba se percata de que en la sala sólo habían pocas personas, por lo que escoge un asiento en los primeros puestos cerca de la mesa del profesor, saca su iPhone, lo revisa  se da cuenta de que tiene un whatsapp de Joaquín, por lo que su sonrisa fue casi inmediata.

Whatsapp Joaquín: Hola preciosa ¿qué tal tu primer día de clases?

Whatsapp Ignacia: Nada de otro mundo, sólo he tenido una clase.

Whatsapp Joaquín: Te extraño linda.

WhatsappIgnacia: Y yo a ti, ¿te parece si hoy vamos al cine?

WhatsappJoaquín: Como gustes bonita, dime ¿a qué hora paso por ti?

Whatsapp Ignacia: Como a medio día, porque a esa hora salgo de clases

Whatsapp Joaquín: Bueno linda, paso por ti a esa hora. Un beso gordo.

Como Ignacia estaba pegada en su celular, al levantar la vista se sorprende al encontrarse con la mirada miel de Josefa, quién recién iba cruzando por la puerta para entrar al salón. Ambas sostienen la mirada, hasta que Josefa se sienta al lado de Ignacia puesto que no quedaban muchos asientos desocupados.

Josefa: Hola – dice mientras acomoda sus cosas.

Ignacia: Hola, por lo visto andas sin tu guardaespaldas jaja – Oj, me carga que siempre ande con ese gil.

Josefa: ¿Lo dices por Seba? – mirando sorprendida.

Ignacia: la verdad es que no sé cuál es su nombre – se encoje de hombros para restarle importancia a la presencia de Sebastián.

Josefa: Ah jajaja, le ha tocado otra clase – sonríe - Y tú, no andas con tu amiguita.

Ignacia: No, a Javiera le ha tocado otra clase.

Josefa: Bueno, llegó el profesor – dice esto de manera cortante.

Ignacia: ajá – se vuelve hacia delante para prestar atención a la clase y no a Josefa.

El profesor se presentó, dio una introducción de lo que se trataría su clase, y comenzó con la materia. Tanto Josefa como Ignacia estaban concentradas en lo que decía el profesor. La hora de clases transcurrió de manera normal, ni muy lenta, ni muy rápida y cada una estaba sumergida en el conocimiento que entregaba el profesor, por lo que no se prestaron atención.

Profesor Fuentes: Para mañana quiero un ensayo sobre las tendencias sociales del país. Será en pareja. Ustedes ven con quién lo hacen. Ahora pueden marcharse.

Ignacia: Eh, debido a que no conozco a nadie más ¿serías conmigo? – preguntó dudosa.

Josefa: Claro… ¿cuándo lo hacemos? – le sonrió de lado.

Ignacia: ¿hoy? Si es para mañana jaja- le decía esto mientras se perdía en esos ojos color miel que cambian de color.

Josefa: Ja jaja claro – dice esto algo ruborizada manteniéndole la mirada a Ignacia, notando lo hermosos que están esos ojos azul intenso. - ¿a qué hora?

Ignacia: Después de las cuatro, antes tengo que hacer – se reprocha por haber sido tan cortante al hablar.

Josefa: Ok, en mi casa.

Ignacia: Mejor en la mía, ten la dirección – le pasa la dirección de su casa – al pasársela otra vez sienten una sensación rara.

Josefa: Está bien. Nos vemos allá – dice esto al darse cuenta que Sebastián la espera en el marco de la puerta.

Ignacia: sí, claro – Ay, no puedo creer que estaremos solas, nos conocemos hace menos de una semana y ya siento que me encanta esta chica. No sé a qué se debe, pero filo, no daré el primer paso ni tampoco esperaré mucho, porque yo sólo la quiero para un revolcón rico no más. Creo que para poder conquistarla tengo que mostrarme como soy. Que rabia me da que se haya marchado con ese idiota de Sebastián – suspiró – mejor me apresuro porque Joaco debe estar esperándome.

Pido disculpas por la demora y muchas gracias por los comentarios :) cualquier opinión, sugerencia será muy bien recibida ¡cariños!