El sonido del mar II y III
Y otra vez una extraña sensación les recorrió el cuerpo a ambas, solo que esta vez ambas se trataron de evitar esta sensación mirando para otro lado.
Josefa.
Jose: ¿En qué auto prefieres, el tuyo o el mío?
Seba: El mío no lo traje, pero si quieres lo pasamos a buscar.
Jose: Eres un loco, mejor nos vamos en el mío pero tu manejas.
Seba: Mmmm, no sé ah … - mirando la carita tierna que ponía Josefa – Si me miras así es imposible decirte que no.
Jose: Ups – sonriendo y abrazándolo – mejor será que nos vayamos luego – dicho esto, le lanzó las llaves a Seba, quien de manera ágil las agarró.
Ambos salieron de la universidad con camino al estacionamiento, Sebastián le abrió la puerta de copiloto a Josefa y luego éste comenzó a manejar sin rumbo fijo.
Jose: sé que tu manejas pero me encanta poner música mientras voy en el auto o me aburro – le decía esto mientras sintonizaba su ipod.
Seba: creo que no saco nada con decirte que no – respondió con una sonrisa de medio lado.
Jose: Pretty girl, wreckin' bar, Ra ra ra ra yeah you are! – cantaba al son de la canción moviendo las manos.
Seba: la miró asombrado y canto junto a ella - Growin' up, I'm twice the man, Yeah yeah yeah yeah, yeah I am.
Jose: Wooow, no sabía que también te gustaba esta canción.
Seba: ¿pero como no gustarme? Amo esa música. Creo que hay muchas cosas que no sabes de mí y hay muchas cosas que no sé de ti - Le decía esto con una gran sonrisa y mirándola directo a los ojos, lo que provocó que Josefa se ruborizara y bajara la vista.
Siguieron el camino cantando juntos, el viaje se hizo muy ameno para ambos ya que descubrieron que tenían gustos musicales similares, por lo que cada canción que cantaba Josefa, Sebastián la coreaba.
Jose: Eh buen sabedor de música ¿para dónde me llevais?
Seba: Es una sorpresa mi linda dama
Jose: No me gustan las sorpresas lindo – le decía mientras le hacía pucheros
Seba: Pese a que te ves muy tierna no saldrá nada de estos labios.
Jose: ¡Que injusto! – Me cargan las sorpresas, no me gustan, no entiendo cómo es que mis pucheros no dieron resultado con Seba.
Ignacia.
Llegué a mi casa, me fui a mi cabaña para darme una ducha ya que no había alcanzado a dármela cuando llegué de la playa por la mañana, por lo que mi cuerpo seguía impregnado de olor a playa (arena y mar). Cuando entré a la ducha y sentí el agua recorrer mi cuerpo mi mente volvió a la mañana en donde conocí a aquella niña que entró al mar justo cuando yo iba saliendo, ¿quién será esa mujer que se adueña de mis pensamientos?
Hace un tiempo que mi sexualidad dejó de ser un tema tanto para mí como para mi familia y más cercanos, pero cada vez que me preguntar con respecto a mi “orientación sexual” les respondo que soy hetero – curiosa, no me defino como bisexual simplemente porque no me gusta caer en categorías. Más bien me defino como una amante de la belleza humana, por lo mismo hay varias mujeres que me llaman la atención y como sabrán, cuando quiero una noche de placer con alguien la consigo a como dé lugar jaja. A veces me siento extremandamente bendecida con la belleza que poseo, sé que suena un tanto narcisista de mi parte pero es verdad, soy bella y gracias a alguna divinidad tengo todo lo que quiero. En la actualidad estoy saliendo con un chico que es uno de los más codiciados de la ciudad, muchas tipas han intentado tener algo con él pero Joaquín solo tiene ojos para mí. Él es el típico hijo de papi que tiene todo lo que quiere, su cuerpo es atlético musculoso sin caer en el exceso, tiene todo su abdomen marcado, debido a que ama ir al gimnasio y practicar deporte, igual que yo. Es alto, moreno y de ojos claros, tiene barba de cuatro días y es un encanto de persona, es amable y muy atento, en fin, es el sueño de toda mujer, menos el mío. Todos nuestros amigos dicen que somos la pareja perfecta, ya que ambos somos guapos y nos movemos en el mismo ambiente, pero pese a eso hay algo que me impide tener más sentimientos hacia él.
El sonido del celular logra sacarme del trance en el que me encontraba, al ver la hora solo pensé en lo rápido que avanzan los minutos y en que mis amigas están por llegar y yo sigo en toalla. Para lucir mi buen cuerpo usaré un bikini pequeñísimo para poder broncearme bien, es un conjunto de color crema que hace que mi piel se vea más linda, esto acompañado de un short corto color blue jeans pero cómodo con unas chalas bajas y un crop top blanco.
Ignacia: Ustedes jamás son tan puntuales ¿qué les pasó? – Menos mal llegaron, no quería seguir pensando en mi relación con Joaquín, me gusta pero no para tener algo serio con él – Espérenme aún me falta algo.
Cata: Pucha la Ignacia que es demoronaaaaaaaaaaaaaa
Javi: J aja ja así es, más le vale que se apure
Ignacia: Hey las oí, me estaban pelando. Oh, tocan la puerta. Catita linda podrías abrir? – mirándola de manera tierna.
Cata: Ya oh, está bien. Sólo para que no digas que no te quiero. – abre la puerta
Tere: Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – dice esto de manera efusiva dándole un abrazo y un beso en la mejilla a cada una de las que se encontraban en casa de Ignacia.
Javi: ahora sólo falta la Flo y estaríamos listas para una rica tarde de playa.
Tere: Le mandaré un whatsapp para saber dónde viene.
Todas: buena ideaaaaa
Whatsapp Tere: Negra ¿dónde vení?
Whatsapp Flo: Estoy casi afuera, ábranme
Tere: dice que le abran
Todas miran a Javi para que abra la puerta.
Javi: ya está bien, yo la abro. No se preocupen – dice estas últimas palabras de manera apenada.
Flo: Holaaaa linduras ¿me extrañaron mucho? – dijo en un tono efusivo abrazando a cada una de sus amigas.
Ignacia: Si, te morí todo lo que te extrañamos jajaja. Ya, mejor vayámonos moviendo para alcanzar el sol.
Josefa.
Seba me ha dejado gratamente sorprendida, hace mucho que no compartía con alguien que tuviera gustos de música similares a los míos. A decir verdad el único ha sido el Jose…
Seba: Hemos llegado linda.
Jose: Oh, que hermoso ¿dónde estamos?
Seba: En mi lugar preferido, este es mi pedacito de cielo y lo quiero compartir contigo Jose.
Jose: ay que lindo Seba. Haces que me sonroje- Sebastián estacionó el jeep en una playa que se notaba poco explorada por el hombre, se encontraba un tanto alejada de la ciudad y parecía perfecta para meditar. Era una playa mediana con arena clara, estaba rodeada de arbustos y árboles enormes, había rocas y dunas gigantes, lo que la hacía tener un atractivo único. Claramente ganó puntos por traerme a un lugar así.
Seba: Y dime Jose ¿qué me cuentas de ti? – Pregunta esto mientras le abre la puerta del auto.
Jose: Mm mejor dime qué es lo que quieres saber, así te respondo – le dijo esto con una sonrisa en los labios mientras bajaba del jeep.
Seba: Mm pues a ver ¿estás de novia?
Jose: Eh – se le cambiaron los ojos al pensar en José, ya que le bajó la nostalgia. – La verdad es que no, mi único novio importante falleció hace un tiempo.
Seba: Oh, disculpa, no sabía... – Jose lo interrumpe.
Jose: Vale que no importa, era imposible que lo supieras – Se encoje de hombros, y le entrega una sonrisa tímida a Sebastián mientras que éste se pone nervioso.
Seba: Hey linda, que rápido se ha pasado la hora. ¿Te parece si nos vamos? Que quedé con mi hermanito.
Jose: Mirando su reloj – oh, tienes razón tres horas pasan volando.
Ignacia.
Todas iban en el jeep de Ignacia, que era un regalo de sus padres. Iban cantando y bailando una canción muy pegajosa y movida. En lo que un semáforo las hace parar se encuentran con el coche de Josefa, coche que iba manejando Sebastián. Ignacia al ver la escena de Josefa y Sebastián en el mismo automóvil, hace que casi se le llene de rojo la cara. Miró hacia el lado, y pisó el acelerador, haciendo que las chicas se percataran de que algo extraño sucedía.
Pese a que todas se dieron cuenta ninguna dijo nada, ya que todas conocían el genio de Ignacia. Al llegar a la playa bajaron con sus cosas y se acomodaron en un lugar en donde llegara el sol.
Cuando ya todas estaban instaladas en sus respectivas toallas tomando sol, Javiera miró a sus demás amigas alzó la voz:
Javi: Igna, sé que te enojarás, pero ¿qué onda?
Ignacia: haciéndose la loca, ya que sabía a qué venía la pregunta - ¿con qué?
Javi: Con tu reacción de hace un rato.
Ignacia: ah, pues no sé.
Javi: si no te conociera quizás te creería, pero te conozco. Tú a mí no me engañas.
Ignacia: Me dio calor, me iré al agua – Lo único que me faltaba, que mis amigas se percaten de lo que me hace sentir esa rubia, menos mal pude zafar del interrogatorio, espero poder seguir haciéndolo.
En lo que Ignacia se mete al agua, comienza a nadar para alejar cualquier tipo de pensamiento de su mente. Nada hasta donde se encuentra una claraboya, cuando para ahí para descansar y poder sentarse a meditar se da cuenta de que ahí estaba su misteriosa chica. De lejos es capaz de apreciar que llevaba un bikini que hacía que su cuerpo se viera espectacular. Ignacia solo entrecerró los ojos y se subió arriba de la claraboya para poder respirar aquel aire marino que tanto la tranquilizaba.
Josefa.
No sé por qué estar con Sebastián hace que recuerde al José. Menos mal me dijo que tenía cosas que hacer, porque me sentía un poco incómoda estando sola con él. Por lo mismo, lo primero que hice al llegar a casa fue ir a ponerme traje de baño para ir al mar un rato. Necesito despejarme y aclarar mis ideas.
En el camino solo pensé en lo linda que estaría la playa. Al llegar, bajé mi tabla y me saqué la ropa arriba, para bajar sólo en traje de baño. Ya que lo único que quería era llegar luego al mar. Cuando iba caminando por la arena, veo a cuatro niñas tomando el sol y me fijo en una, ya que su rostro se me hacía familiar. Ella vio que la miraba y me sonrió, a lo que yo le devolví la sonrisa.
Cuando iba entrando al mar, me doy cuenta que una chica se estaba subiendo a una claraboya - Qué raro, por lo visto hay alguien que disfruta de esta paz tanto como yo -Me pude adentrar al mar tras un largo rato de braceadas, sólo me dedicaba a esperar la ola perfecta, estuve mucho tiempo en la tabla esperando el momento indicado, hasta que por fin apareció. Era una ola grande y perfecta para el día y la ocasión, el mar venía con mucha potencia por lo que al agarrarla falló mi coordinación y terminé cayendo al agua y mi tabla saltado un poco lejos.
Ignacia.
Cada vez que vengo aquí me convenzo aún más de lo tranquilo y pacifico que es este lugar, es el único lugar en donde puedo detener el tiempo y pensar tranquilamente - Oh, veo que la chica se acerca. Mejor dejaré de mirarla, no quiero que lo note.
Transcurrió un lapso de tiempo en el que mantuve los ojos cerrados. Al abrirlos me doy cuenta que la chica de la tabla estaba cerca de mí, se veía espectacular arriba de la ola, haciendo “piruetas”. Cuando cayó y se incorporó pude distinguir su rostro y casi me dio un infarto al ver quien era. Era ni más ni menos que ¡Josefa! ¿Es que el destino está empeñado en joderme el día? Necesito salir de aquí rápido, me parece insólito que hasta mi templo personal se vea invadido por su presencia.
Ignacia: Hey cuarteto de lagartijas ¿qué pasó con la tarde – noche Mexicana? – Dice esto animada tras llegar a donde se encontraban sus cuatro amigas tomando sol.
Tere: Pues órale, que tengo ganas de un buen tequilazo – dijo esto imitando el acento mexicano.
Flo: jajaj Tere por fa nunca más vuelvas a hablar así, que no te sale – todas rieron al unísono
Tere: Está bien, sólo les haré caso porque tienen razón – mira con cara de cachorrito triste.
Ignacia: Me encanta que sean tan motivadas, podríamos quedarnos un rato más acá hasta que me seque para después comprar todo lo necesario para nuestra gran noche – Me fascina que mis amigas sean tan prendidas, estamos a mitad de semana y aun así me acompañan a beber, las amo tanto – Pensaba Ignacia mientras se tendía al lado de Florencia.
Josefa.
Oh, necesitaba tanto despejarme. Pero creo que ya es hora de irme, para estar con mis hermanitos - Mientras salía del agua se percata de que ya no son cuatro las chicas que estaban tomando sol, sino que una más se agregó. Todas se encontraban de espaldas a la arena, con los ojos cerrados. Al pasar por el lado de las chicas una le llamó la atención - Pero qué cuerpo se gasta Ignacia ¿así se llamaba? Por lo visto aparte de unos hermosos ojos, tiene un cuerpo envidiable, lástima que no sea igual de perfecta por dentro como lo es por fuera.
Al llegar arriba, montó su tabla en su coche, sacó su toalla para secarse y posteriormente ponerse ropa encima del bikini mojado. Mientras se ponía el short, mira hacia abajo, hacia donde estaban las chicas y se da cuenta de que una la mira. Y esa una era nada más ni nada menos que Ignacia, a lo que Josefa le mantiene la mirada de una manera desafiante hasta que se percata que la dueña de esos ojos color mar la deja de mirar.
Ignacia.
No lo puedo creer, cuando me tendí de espalda a la arena sentí que alguien me miraba fijamente, pero me dio pereza abrir los ojos que seguí como estaba. Eso fue hasta que me entró curiosidad, abrí los ojos para buscar quién era el dueño de aquella mirada intensa y me encontré con la penetrante mirada de Josefa, obvio yo no me quedé atrás y le mantuve la mirada por mucho tiempo, hasta que ella la bajó y siguió con lo suyo. Tiene un cuerpo ESPECTACULAR. Si supieran mis amigas que pienso eso, me molestarían todos los días de mi vida jajaj. Ya que no me caracterizo por ser una chica que muestra sus sentimientos y mucho que dice lo guapa que es otra chica. Pero debo admitir que se me revolvió todo mi interior al sentir la mirada de aquella “nueva”. Odio esta sensación, nunca antes me había pasado. Pero obvio que es un capricho … Si María Ignacia es conocida por ser una roca, nunca me he enamorado – se repetía esto último a cada rato como para poder internalizarlo y creérselo.
Flo: J aja amiga, se un poquito más disimulada para mirar, porque me di cuenta jajaj – Le susurra al oído.
Ignacia: Ay tonta, ¿qué dices? No miraba a nadie …
Flo: Mm, haré como que te creo ¿ya?
Javi: al ver que Ignacia estaba en apuros quiso ayudarla - ¿les parece si nos vamos moviendo para ir a comprar? – Mira a Ignacia con una cara de “me tienes que contar todo”
Todas: yaaaaaaaaaaa.
Cata: Sí! Vamos que se nos hará muy tarde y aún tenemos que comprar y arreglarnos – dice esto entusiasmada.
Las cinco amigas se dirigieron al jeep de Ignacia, iban bastante entusiasmadas ya que una semana que no se reunían todas debido a que sus tiempos no coincidían. Se dirigieron a un Kamadi (un supermercado de alcohol), compraron dos tequilas, una vodka. Luego pasaron a un supermercado en donde compraron fresas y limón, mucho limón, además de fajitas y alimentos para ponerle a las fajitas. Luego de esto, Ignacia fue a dejar a cada una a su casa, para que se alistaran y fueran a su cabañana más tarde.
Cuando Ignacia llegó a su parcela, ingresó a la casa de sus padres y se encontró con su hermanita menor, Trinidad. Ella sin duda era su regalona, ya que desde el nacimiento de Trinidad, Ignacia se había acercado mucho a ella, cuidándola y malcriándola, Ignacia se desvivía por consentir a esa pequeña. Trinidad era una dulzura de cuatro años, tenía unos ojos azul intenso similares a los de Ignacia pero su cabello era rubio como el sol y con rizos que caían desde su cuero cabelludo, pese a los cuatro años hablaba bastante bien y sabía lo que quería. Justo ese día había sido su primer día en el jardín.
Trinidad: Achaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – De cariño le decía acha, mientras le decía esto corrió para colgarse en el cuello de su hermana.
Ignacia: Hola princesita ¿cómo estás? – le dijo esto mientas la cargaba y le daba vueltas alrededor de ella.
Trinidad: Muy bien, mira. Hice un dibujo para ti – le mostró un dibujo en donde salían Ignacia y ella.
Ignacia: Ay pulga hermosa, te amo de aquí al sol ¿lo sabías? – le sonría y la miraba con amor
Trinidad: shi.
Ignacia: Mi amor, me iré a duchar y después vuelvo para que juguemos y comamos algo por ahí ¿te parece?
Trinidad: Sólo si es un helado
Ignacia: Mm, sólo si me das un besito – le decía esto mientras acercaba su mejilla a los labios de su pequeña hermanita.
Trinidad: yaaa, muack – le dio un sonoro beso que sacó una enorme sonrisa del rostro de Ignacia, ayudado a que ésta olvidara todo lo sucedido con Josefa por un momento.
Ignacia se fue a su cabaña para darse una ducha ya que quería salir con su hermanita y de paso arreglarse para esperar a las chicas - Oh mierda, tengo todo tan desordenado, pero me da lata ordenar, odio ser tan desordenada -
Pese a que Ignacia vivía con sus padres, ellos le habían hecho una casa apartada, que se encontraba en el jardín de la parcela. Era una cabaña bastante amplia, tenía de todo. Se la habían regalado por sus excelentes calificaciones, además le querían dar más espacio ya que consideraban que ella debía independizarse un poco debido a que comenzaría con una nueva etapa de su vida.
Josefa.
Que mala hermana soy, no he estado en el primer día de jardín de Benjamín. Mi enano lindo, quizás como le fue - Pensaba esto mientras aparcaba el automóvil en la acera de su casa. Al abrir la puerta se encontró con Benjamín.
Jose: Hola Benjita – decía esto mientras corría a abrazarlo.
Benjamín: Hola Jo, suéltame – se lo decía mientras trataba de zafarse de los brazos de su hermana mayor.
Jose: Es que no puedo soltarte guatón, mira, viene el mounstro de las cosquillas – decía esto persiguiendo a Benja, quien corría alrededor de la casa.
Benjamín: No jajaj, no me alcanzarás – decía esto agitado mientras corría alrededor del living.
Jose: ¿Quieres apostar? – decía esto mientras corría intentando atrapar a su ágil hermano, quien corría riéndose y gritando cosas tales como ¡No me atraparás!
Cuando por fin Josefa pudo atrapar a su hermano, lo tumbó en la alfombra y lo atacó a cosquillas, ambos se revolcaban en la alfombra riéndose hasta que Benjamín habló.
Benjamín: Quie quiero helado
Jose: Bueno guatón, déjame, saco mi cartera y nos vamos al centro comercial – Decía Josefa mientras contemplaba su pequeño hermanito que aún seguía tumbado en el piso.
Benjamín: Yaaaa – con una enorme sonrisa de triunfo
Ignacia.
Una de las cosas que más amo es estar con mi pulga, ella saca todo mi lado tierno. Ella es una de las únicas personitas que han llegado a mi corazón, la amo y hago todo por hacerla feliz.
Trini: Ya puu acha apuraaaa – le decía mientras corría por el centro comercial.
Ignacia: Pulgaaa, cuidado no quiero que te caigas.
Trini: Apuraaaaa
Cuando por fin Ignacia llegó a donde se encontraba su hermanita, se percató que Trinidad estaba hablando con un niñito de aproximadamente cuatro años, la misma edad de su hermana.
Trinidad: Benja, hola – le decía esto sonrojada.
Benja: Ho hola – le respondía de manera tímida
Trinidad: Vienes por helao – le estiraba su manito para tomar la de Benjamín.
Benja: siii igual tú? – Le tomó la manito.
Trinidad: shii, vamos
Ignacia: (carraspeo) Interrumpo algo? – miraba divertida a su hermanita quién al verla soltó la mano del niñito.
Trinidad: acha él es min, min ella es acha mi hermana mayor
Ignacia: Hola, mucho gusto guapetón – le decía esto mientras estrechaba la pequeña mano de Benjamín – viniste solito?
Benjamín: Noo mi hermana está ahí – señaló a la fila de la gelateria, en donde se encontraba una muchacha parecida a Josefa.
Ignacia: ahh, pues ¿te molesta si te acompañamos?
Benjamín: Nooo, noo – decía mientras caminaba hacia donde se encontraba su hermana.
Josefa: ¡Guatón, guatón! – Decía Josefa mientras buscaba a su hermanito entre la multitud.
Benjamín: Mi hermana me llama, voy y vuelvo – dijo esto mientras corría.
Ignacia: así que por él andabas tan contenta eh – le decía esto a su hermanita mientras le hacía cosquillas en su pancita.
Trini: J aja bastaaaa
Benjamin: ven ven Jo, mira – decía señalando a Trinidad y a su hermana – Ella es la Trini
Josefa: Uuuuuuh por fin conoceré a mi cuñadita – Le decía en son de burla. Cuando llegaron a donde se encontraba Ignacia y Trinidad, Josefa no puede evitar su cara de sorpresa.
Benjamín: Jo ella es trini y ella es la hermana de Trini – le decía esto a su hermana señalando a cada una respectivamente.
Josefa: No puede ser, ¿otra vez Ignacia? No será mucho… Me haré la loca, haré como si no me acordara de ella - Hola – decía esto mientras le extendía la mano.
Ignacia: Es que el destino me ODIA, que linda se ve con su hermanito, ay Ignacia qué estás pensando. Mejor la saludo, no quiero que piense que soy una boba - Hola – dijo tomándole la mano – Oh, que suave su piel, pero que sensación más extraña, me ha dado como la corriente.
Josefa: qué onda, es inevitable perderse en esos ojos… Me traen paz. Ay no, ¿qué me pasa? Ah, me dio algo raro cuando sentí su cálida piel contra la mía. – Hola Trini – decía esto mientras se agachaba para saludar a su pequeña nueva cuñada.
Trini: Hola – dándole un besito – vayamos a juegar Benjamín?
Benja: yaaaa – dijo esto y Salió corriendo.
Ignacia: pero que incómoda situación, dentro de todos los compañeritos de mi hermanita justo teníamos que encontrarnos con el hermano de Josefa, justo. Lo peor es que ahora estoy sola con ella. Oh, se ve tan mina, es que su piel color miel me encanta. Se ve tan linda con su short hecho de blue jeans y su blusa color blanca que lleva arremangada y su collar de plumas, y su pelo, que le cae de una manera tan linda. Toda ella combina, creo que me encanta y la necesito dentro de mi lista de conquistas.
Josefa:
No sé qué me ha pasado con Ignacia, creo que tan solo me perdí en sus ojos, en esos enormes ojos color azul mar, con solo sus ojos me transporta a otra dimensión. Pero, no puedo dar mi brazo a torcer, ella se parece mucho a esa arpía, así que mejor no me acerco mucho a ella. No quiero ser su amiga, no quiero ser su conocida ni nada - Pensaba esto mientras miraba el suelo, y al levantar la vista se percató de cómo iba vestida Ignacia - No lo puedo creer, esta nena está de infarto. Su top azul le hace juego con sus ojos y qué decir de sus jeans ajustados, creo que tiene un muy hermoso físico.
Ignacia.
Este silencio me mata, mejor lo rompo.
Y, que chistoso que nuestro hermanos también sean compañeros, ¿no?
Josefa: disculpa ¿qué dijiste? – menos mal ella habló.
Ignacia: Mm, esta chica se estará haciendo? – mm pues, que paradójico que nuestros hermanitos seas compañeros
Josefa: Ah, eso. Si, pues es bastante cómico – Silencio incómodo. - ¿tienes más hermanos?
Ignacia: sí, tengo cinco más – diciendo esto con una bella sonrisa – y ¿tú?
Josefa: Pero que bella sonrisa tiene – Si, también tengo más hermanos, pero sólo tres mas
Ignacia: Que interesante, quizás nuestro demás hermanos también sean compañeros – dijo esto soltando una carcajada con la cual Josefa también se rio.
Josefa: A estas alturas te juro que no me sorprendería – sonrió dejando ver la margarita que se le formaba en la mejilla derecha – El destino al parecer está empeñado en presentarme a Ignacia en cada momento del día – Pensaba Josefa mientras caminaba con Ignacia.
Ambas chicas iban caminando por el centro comercial para dirigirse al sector de juegos en donde se encontraban sus hermanitos. En todo el trayecto solo cruzaron las palabras justas y necesarias, aunque ambas se miraban de reojo, quizás lo hacían por temor o tal vez por el miedo a romper la pequeña pero grata charla que habían tenido minutos antes.
Al llegar al lugar en donde se encontraban sus hermanitos, Ignacia fue por Trinidad ya que se hacía tarde y aún tenía que limpiar la cabaña para cuando llegaran sus amigas.
Ignacia: Trini, nos vamos, despídete de tu amiguito y de su hermana – dijo esto mientras miraba fijamente a los ojos a Josefa y por momento se perdía en esos ojos que le eran cálidos.
Trini: buchaaaa, no quiero – le decía esto mientras hacía pucheros.
Ignacia: Pulga, tengo cosas que hacer, si quieres otro día te traigo
Josefa: Ignacia, si gustas puedes dejar a tu hermanita conmigo y después la paso a dejar a tu casa
Ignacia: Ay no, que tierna – Mm , gracias pero no, pulga nos vamos
Trini: Haciendo pucheritos – chao Min – caminaba con la cabeza gacha.
Ignacia: Chau campeón – le dio un tierno beso en la mejilla.
Benjamín: chau
Ignacia: hasta mañana Josefa – dijo esto extendiéndole la mano.
Josefa: Hasta mañana- dijo devolviéndole el gesto. Y otra vez una extraña sensación les recorrió el cuerpo a ambas, solo que esta vez ambas se trataron de evitar esta sensación mirando para otro lado.
Picxis muchísimas gracias por tus palabras, me motivas a seguir escribiendo