El soñador. Capítulo 8.-
Llegan sus compañeros de estudios con sus familias.
Capítulo 8
Llegan sus compañeros de estudios con sus familias.
Una vez dentro de la nave pudieron observar que, al finalizar la escalera, la escotilla tenía una barandilla en forma de U dejando solo la abertura en el último escalón. Rodeando la barandilla había un pasillo de un metro aproximadamente a cada lado, delante y detrás, y cuatros puertas que permanecían cerradas. Eduardo asombrado comento:
- Lo que no entiendo es de donde procede la luz, pues ni en las cámaras ni aquí en la nave se puede apreciar que haya bombilla alguna. Parece que la luz procede de las propias paredes.
- Ten en cuenta que la tecnología que este aparato debe de tener es inconcebible para nosotros, - dijo Bárbara – pero es posible que tengas razón, que el propio material con el que está construida la nave y quizás también las paredes de las dos bóvedas, sea el que nos ilumina.
Elena empujo la puerta que estaba frente a las escaleras y esta cedió sin impedimento alguno y accedieron a uno de los extremos de la nave. En un principio creyeron que estaban en la cabina de mando, pero pronto se dieron cuenta de que aquella parte de la nave debía de ser la popa, pues a pesar de que tenía ocho sillones formando un semicírculo y encarados hacia la parte exterior, más bien parecían puestos de defensa, pues delante de cada sillón había una especie de monitor y dos mandos a cada lado de este que semejaban los manillares de una bicicleta en forma de cuernos, pero con un botón en cada extremo que daba la impresión de ser un disparador. Así lo comento Aurelia, y salieron de esa parte de la nave atenazados por una evidente desazón. Procedieron entonces a entrar en la parte opuesta, y aquí si era evidente que estaba la cabina de mando ya que, pese a que al igual que en la parte posterior había diez sillones encarados al exterior, delante de los cuatro del centro había una serie de paneles y monitores que daba la impresión de ser el centro neurálgico de la nave. Buscaron en esos paneles alguna señal que les indicase donde podría insertarse la “llave” y fue Bárbara la que observo que en la parte más baja de esos paneles había una plancha que tenía los símbolos, y que al igual que en la losa de la entrada eran grabaciones al hueco. Pero había tres grabaciones, una al lado de la otra a una distancia suficiente para poder insertar tres tablillas o “llaves” simultáneamente. Inserto Aurelia con gran precaución la tabilla en la primera de las grabaciones y en ese momento se encendieron un sin fin de luces en los paneles y se pusieron en marcha los monitores.
Su asombro creció y su desasosiego también al comprobar que lo que en los monitores aparecía eran una serie de símbolos, algo similar a una escritura antigua, y que ninguno de ellos había visto en su vida. Aurelia instantáneamente los asimilo a los papiros que su padre les había dejado y que luego tenían la traducción efectuada por D. Jaime, por eso dijo:
- Creo que toda la tecnología de esta nave está basada en la escritura de los viajeros del espacio, pues creo que los símbolos que aparecen en las pantallas son similares a los que hay en los papiros originales que mi padre nos dejó y que luego están traducidos. No sé quién podrá entender ni manejar este trasto, pues no creo que Jaime sepa leerlos, pues así lo dijo cuándo abrió el sobre que contenía los papiros originales.
- Pues entonces debemos de volver y comentar este inconveniente. – dijo Elena – Es posible que los maestros de Jaime puedan tener alguna idea o conocimiento de esa escritura. Y debemos de darnos prisa en poder entender los paneles para prepararnos por si hemos de defendernos, pues según indica en sus últimas voluntades D. José, podrían estar de camino los habitantes de Kabu.
- Anda coño, la gorra de mando. – dijo eso Bárbara a la vez que cogía una prenda de color azul que había salido de la tablilla al ser insertada esta, y sin encomendarse a nadie se la coloco y su cara cambio completamente, pues de pronto parecía que se había vuelto diferente, más sensata, más seria e incluso se diría que más inteligente, y comento – Ahora si entiendo lo que pone en los monitores, la gorra parece como si fuese un traductor que hace que sean comprensibles esos caracteres para mi mente.
Todos la miraban atónitos, pues la gorra de mando más bien parecía una capucha antigua de lana con tres aberturas para la boca y los ojos, tapando completamente el resto de su cabeza, casi como si de un terrorista se tratase. La gorra era de un color azul, muy parecido a los colores de la nave y las paredes del silo. Ella tras un par de minutos en que estuvo mirando fijamente las diferentes pantallas, tradujo para los demás, diciendo:
- La pantalla central tiene varias opciones, y os las voy a traducir.
- 1) Trasparencia visual.
- 2) Conexión radiofónica.
- 3) Reproducción de mensajes.
- 4) Desbloqueo de utensilios.
- 5) Programación de viaje. - Introducción de coordenadas.
- 6) Arranque de la nave. - Pendiente de desbloqueo . (La segunda parte parpadea como veréis).
- 7) Desbloqueo arranque nave.
- Coño, pues dale a la opción 1 y a ver qué pasa. - dijo Aurelia que parecía junto a Bárbara las más osadas de todos – Así comprobaremos si realmente eres capaz de traducir.
- Por Dios no toquéis nada. – Eulalia estaba realmente asustada – A ver si le dais a un botón y nos ponemos en órbita. Por lo menos esperar a que yo me vaya.
- Creo que por ahora ya hemos visto bastante y debemos de volver. – dijo Eduardo – Creo que es Jaime el que debe de decidir cuándo y cómo hay que hacer las cosas.
De pronto comprobaron que veían a través de las paredes de la nave, y veían nítidamente la cámara, como si la estructura de la nave fuese de cristal, y a su vez podían ver el resto de la nave pues hasta las divisiones de los diferentes compartimentos se habían convertido en un material transparente como el cristal, hasta el suelo que pisaban, y a través del cual podían ver el suelo de la bóveda. Riendo alegremente dijo Bárbara:
- Hay tienes lo que quiere decir “trasparencia visual”. La pantalla es táctil y he presionado en el número uno.
- Basta, ya es suficiente. – ahora era Elena la que se dirigía a Bárbara – Quítate la gorra y vámonos. Hemos de decirles a los demás nuestro descubrimiento y que sean junto a Jaime, sus maestros y compañeros, que para algo han recibido una formación específica, los que decidan qué es lo más conveniente que debamos de hacer.
- Joder que cosa más fantástica. – dijo entonces Bárbara que se había quitado la gorra y la tenían entre sus manos – Sin la gorra sigo entendiendo y comprendiendo lo que dicen los monitores.
Ante tal afirmación, Aurelia cogió la gorra y se la puso y tras mirar atentamente a los monitores se la volvió a quitar, y dijo:
- Efectivamente con solo ponerte la gorra un momento se puede comprender y entender la escritura, ponérosla los demás.
- Quietos todos. – dijo Elena – Aurelia y Bárbara tienen los genes de D. Jaime y parece que ellas pueden hacer uso de esta gorra, pero los demás no sabemos que nos pasaría, recordar el consejo que hay en el escrito de D. Jaime, y estas dos majaderas no han tenido en cuenta que les podría perjudicar. Vamos a ser sensatos y volvamos a la casa.
Saco Aurelia la tablilla de su sitio, se apagaron todas las luces y las paredes volvieron a ser opacas, y todos fueron descendiendo de la nave. Cuando la última se alejó de debajo de la nave, las escaleras de forma automática subieron y desparecieron, volviendo a quedar la nave como cuando la encontraron, como una simple escultura. Volvieron por el pasillo e iniciaron la subida al exterior, siendo Eulalia la que iba la primera, ya que al parecer tenía más prisa que ninguno en abandonar aquel lugar, pero cuando empezó a subir las escaleras exclamo presa de pánico:
- Se ha cerrado la entrada, la losa se ha vuelto a poner en su sitio. ¿Y ahora como salimos de esta jaula?
- Sigue subiendo, - dijo Elena – es posible que al estar cerca se abra sola, igual que la nave que al acercarnos ha abierto la escotilla y han bajado las escaleras.
Efectivamente, así ocurrió, cuando le faltaban diez o doce escalones para llegar arriba, volvió a sonar aquella especie de alarma y la losa volvió a moverse hacia un lado. Salió Eulalia como un tiro y no se paró a esperar a los demás, pues corriendo como un gamo se dirigió a la casa sin volver la mirada. Clo, riendo comento:
- No sé si se va tan deprisa porque tiene miedo o porque esta incomoda con las bragas meadas.
Riendo los demás siguieron a Eulalia que, no obstante, se perdió entre los árboles en segundos dada la prisa que tenía por regresar a la casa. Cuando llegaron a la mesa del porche, donde les esperaban los demás, eran las doce y media, y aún no habían dado señales de vida ninguno de los invitados, pero cuando intentaron contar lo que habían visto, y antes de poder articular palabra, sonó el móvil de Jaime que contesto a la llamada y los demás guardaron silencio. Debía de ser alguno de los invitados, pues Jaime estaba indicando como se llegaba hasta la casa y cuando colgó, dijo:
- Son los padres de Arantxa que están ya en el pueblo y vienen para aquí. Me han dicho que su hija que venía con Diego y su familia desde Argentina ya han llegado al aeropuerto de Sevilla, y tienen previsto que en una hora o poco más estarán aquí.
- Pues se van a encontrar con una enorme sorpresa. – dijo Aurelia – Hemos descubierto la nave y hemos entrado dentro. Además, ya tenemos la gorra de mando, que es alucinante.
- ¿Cómo que habéis estado dentro de la nave? – pregunto asombrada Juani - ¿No me diréis que realmente hay una nave en esta finca?
- Si, efectivamente está en esta finca, bajo el pequeño lago. – conto Elena – Veréis, al llegar allí, Eulalia, muy previsora, se había llevado una escoba…….
Les conto con detalle lo que había pasado, el susto de Eulalia, como Bárbara se había puesto la gorra, y cuando acabo de relatar los hechos oyeron un claxon al otro lado de la verja, señal de que los padres de Arantxa acababan de llegar. Abrieron la cancela y lentamente entro una vieja furgoneta, destartalada y llena de bollos, y nada más verla, Belén comento con Elena, Bárbara y Esperanza, presa de un asombro inaudito:
- O estoy loca perdida o esa es la furgoneta de Pedro, ¿qué cojones hace este aquí?
- No tengo ni idea. – comento Bárbara y dirigiéndose a Esperanza, la espeto: - ¿No le habrás dicho dónde estamos?
- Yo no he dicho nada a nadie, - respondió la aludida – solo a mis padres.
No pudieron seguir hablando pues la furgoneta paro frente al porche, chirriándole los frenos y haciendo un ruido infernal, y de ella bajaron una pareja de unos cincuenta años, una muchacha muy joven y por fin el conductor, un joven de unos veintiocho años, alto, moreno y con pinta de atleta, que nada más ver a Belén y sus compañeras abrió los ojos denotando un gran asombro y dijo presentándose a todos:
- Buenos días, soy Pedro Esparza, el hermano de Arantxa, y estos son mi padre Pedro, mi madre Pilar y mi hermana pequeña Blanca.
- Bienvenidos a nuestra casa. – dijo Jaime que le estrecho la mano y después hizo lo mismo con su padre, beso a Pilar y a Blanca - ¿Os apetece un refresco? Os veo acalorados.
- ¿No vamos a estar acalorados? – dijo en tono de enfado Blanca – Mi hermano tiene una mierda de coche, vaya cacharro, no tiene ni aire acondicionado. A mí lo que me apetece es darme un baño.
Jaime hizo las presentaciones de todos los presentes a los recién llegados y Juani les invito a sentarse en la mesa del porche, diciendo:
- Tomar algo fresco y luego si os apetece podréis daros un baño en la piscina. Realmente es un día muy caluroso.
- Perdonar mi impaciencia, pero quiero haceros muchas preguntas. – dijo Pedro, el padre de Arantxa - ¿Qué hay de cierto en lo que mi hija me ha contado? ¿Somos realmente descendientes de unos seres venidos de otro mundo?
- Vamos a sentarnos primero. – dijo Belén y dirigiéndose a Pedro hijo, dijo: - Así que tú eres hermano de la compañera de Jaime, joder que casualidad.
- ¿Sabéis que Pedro, es amigo mío? – dijo entonces dirigiéndose a sus familiares – Lo conocimos Elena, Esperanza, Bárbara y yo en Sevilla. Es profesor de ética y moral en la Universidad y allí le conocimos y debéis de saber que es cura.
- Joder que pena. – soltó sin pensar Aurelia – Un tío tan guapo ¿es cura?
- No ha jurado sus votos aún. – dijo entonces Pilar, hablando por primera vez, al tiempo que tomaban asiento los invitados en la mesa del porche – Y tengo la sensación que no lo hará nunca, pues demasiado se lo está pensando. Ahora mismo está ejerciendo de profesor y asignado al arzobispado de Sevilla, pendiente de que se decida a volver al convento y jurar los votos.
- Pues viendo a las amigas que tiene en Sevilla, no es de extrañar. - dijo su hermana Blanca, y luego dirigiéndose a Pedro le pregunto: – ¿Cuál de las cuatro es la que te hace dudar? Son las cuatro muy guapas y entiendo que tengas dudas de ser célibe.
- Yo creo que esta coladito por Elena. – dijo Bárbara riendo – Se lleva con ella muy bien, y además la mira con ojos de ternero degollado.
- Mira quien hablo. – dijo Belén – Lo que tú tienes es envidia, ya te gustaría a ti que te mirase como mira a Elena.
- Yo no quisiera ser mal educado, ni parecer grosero. - dijo Pedro hijo, con muestras de sentirse bastante incomodo por los derroteros que tomaba la conversación – Pero al igual que a mi padre me gustaría saber qué hay de cierto en toda esta historia, que perdonarme, yo no puedo aceptar. Solo he venido con ellos porque así me lo ha pedido mi padre.
- Tienes razón, vuestra presencia aquí es debido a otras circunstancias diferentes a la amistad que pueda unirte a Belén y sus amigas. – Dijo Jaime que percibió la tensión que tenía Pedro – Pero creo que es mejor esperar a que este aquí el resto de los implicados, mis profesores, mis compañeros de internado y sus familias. Entonces explicare detalladamente todo lo que ha ocurrido desde que volví ayer del internado, y entonces creo que perderás tu escepticismo. Pero ahora me gustaría saber algo de ti. Según los datos que tengo, unos datos que he recibido esta misma mañana, tú no eres hijo de Pilar ¿Me equivoco?
- No, es cierto lo que dices. – dijo Pedro – Mi padre está casado en segundas nupcias con Pilar y yo soy hijo de su primer matrimonio con mi madre Allende, que falleció en un accidente. Luego se casó con Pilar, a la que quiero como a una madre, y con ella tuvo otras dos hijas, Arantxa y Blanca. ¿Pero de dónde has sacado esos datos?
- Creo que deberíais dejar vuestras cosas en los dormitorios que os han asignado, poneros un bañador, y daros un baño. – le contesto Jaime – Así la espera será más llevadera. Y por favor tener paciencia, cuando estén los demás aquí explicare todo, incluido de como tengo en mi poder esos datos.
No muy convencidos, los invitados aceptaron la sugerencia de Jaime y acompañados por Juani, Aurelia y Belén, procedieron a sacar sus maletas de la furgoneta y a subir a las habitaciones que tenían asignadas, mientras Bárbara aparcaba en la cochera el vehículo de Pedro. Un cuarto de hora después, bajaron los invitados y se dirigieron a la piscina para darse un baño. Allí les esperan los demás, y pudieron comprobar que los componentes de la familia Esparza eran unos seres muy especiales, bellos, inteligentes y educados, salvando a la hija menor, Blanca, que era una muchacha de 18 años un tanto alocada y de actitud provocadora. Aparecieron los cuatro, los padres con unos batines de baño, Pedro con una camiseta de tirantes y un bañador y Blanca con una camiseta amplia que se quitó nada más llegar y se zambullo en el agua sin dudarlo. Pudieron apreciar la belleza de la muchacha, que, pese a sus 18 años, tenía el aspecto de una mujer completamente adulta, perfectamente desarrollada y muy segura de sí misma. Era morena de pelo corto, ojos azules y una cara bellísima, y su cuerpo no tenía nada que envidiar a su hermosa cara, ya que era prácticamente perfecto, cosa que se podía comprobar pues llevaba solamente un minúsculo tanga. Nadaba como una sirena, rápida y sin chapotear, y cuando llego al otro lado de la piscina, saco la cabeza y reto a su hermano:
- Venga Pedro, te reto a una carrera. Diez veces el largo de la piscina.
Su hermano sin dudarlo, tras quitarse la camiseta, se lanzó al agua en una perfecta zambullida y se acercó con fuertes brazadas hasta llegar al lado de su hermana menor, y entonces ambos iniciaron una frenética carrera, girando como nadadores profesionales al llegar al lado opuesto. Los demás miraban admirados la facilidad de los dos hermanos para nadar, y fue Jaime el que comento:
- En las pruebas de ejercicios físicos que teníamos en el internado, Arantxa era la mejor en natación. Debe ser cosa de familia.
- ¿Y qué tipo de ejercicios físicos practicabais allí? – era Eduardo el que se interesaba por ese punto – Supongo que al futbol no jugaríais.
- No, no éramos suficientes para un deporte colectivo. – contesto Jaime – Las pruebas que teníamos eran individuales, natación, hípica, saltos, carreras cortas y de fondo, esgrima, tenis y sobre todo artes marciales, judo y karate. El único deporte que se puede decir que era de grupo, era el tenis cuando jugábamos a dobles.
- Realmente estoy inquieto y necesito quemar mi ansiedad. – dijo Pedro padre – Mientras esperamos a que vengan el resto de las personas invitadas a esta extraordinaria reunión voy a nadar con mis hijos a ver si me calmo.
Al igual que su hijo, se zambullo en el agua y se unió a los dos jóvenes, demostrando que poco tenía que envidiarlos a pesar de los años que los llevaba. Pilar suspiro y volviéndose a Juani y Erika entablo con estas una amena conversación, alabando las cualidades de su esposo y de sus hijos, aclarando que, para ella, Pedro era como su verdadero hijo, al que quería y admiraba mucho y se justificó de la prenda usada por su hija pequeña diciendo:
- No sé a quién habrá salido Blanca, pero es impredecible, no entiendo su desvergüenza y falta de moral, pues está bañándose prácticamente desnuda. Pero tanto su padre como su hermano parece que no le dan a eso importancia, y eso que el segundo es casi cura.
Pasaron los minutos y sobre las 13,35 sonó el móvil de Jaime, y tras hablar con la persona que le había llamado, dijo:
- Es Andrea, están llegando, voy a recibirlos a la entrada.
- Yo voy contigo, - dijo Pilar – quiero abrazar cuanto antes a mi Arantxa, hace tantos años que no la veo.
Se dirigieron a la entrada de la finca, Jaime y Pilar acompañados por Aurelia que se unió a ellos, y al llegar a la cancela, tras abrirla y salir a la explanada frente a la puerta, vieron acercarse un microbús y simultáneamente oyeron un helicóptero que se iba acercando a la zona donde ellos estaban. Sonó de nuevo el móvil de Jaime y esta vez le llamaban desde el helicóptero, era Johnny y en el venían Ramiro con su familia y con ellos la familia de Pancho, a los que había recogido con su avión privado Ramiro. Le pidieron que dejase espacio en la explanada y tras colgar Jaime índico al microbús que entrase en la finca a fin de dejar espacio para que aterrizase el helicóptero.
Tras unos momentos de descontrol, saludos, preguntas y abrazos, partieron el helicóptero y después el microbús, quedando todos ya dentro de la finca. Estaban por fin todos, y por fin podrían plantear la situación de forma conjunta, pues según los cuadros recibidos aquella misma mañana, Jaime comprobó que, en el helicóptero, junto a Ramiro y su esposa venían sus suegros, Gonzalo y Casimira, los padres de Stella, y sus dos hijos Johnny y Paloma. Por otro lado, venían Pancho, su esposa Susana, sus dos hijas gemelas Susana y Esther y el padre de Susana, Crispulo, al que habían recogido de la clínica mental. En cuanto a los que habían llegado en el microbús, venían Diego, su madre Salome, su esposa Soledad y su hija Angela, así como Jacinta, la madre de Andrea y esta misma, y con ellos por supuesto Arantxa.
Camino de la casa, con las maletas y bolsas a cuestas, Jaime mentalmente pensó que según las listas que había recibido aquella misma mañana, solo faltaban de los que figuraban como vivos, Paola, la madre de Erika y Eduardo y la esposa de este Magdalena. Y sin embargo estaban también Bárbara y Elena, las únicas de las que al parecer D. José no tenía conocimiento de su existencia.
Cuando llegaron al porche, el resto de los residentes en la casa salieron a recibirlos, y durante un rato aquello fue un caos, presentaciones, abrazos, preguntas sin respuesta, comentarios, etc. Por fin Juani fue la que impartió un poco de cordura, e impartiendo órdenes a todos, consiguió que los recién llegados fuesen a las habitaciones asignadas, se aseasen y cambiasen de ropa y a los demás les indico que entre todos debían de preparar las mesas en la piscina, donde iban a comer. Después, según dijo a todos, ya tendrían tiempo de hablar y decidir qué hacer.
Cuando los recién llegados estuvieron acomodados, Jaime le dijo a Aurelia mientras colocaban las mesas en el jardín:
- La hija de Diego y Soledad, Ángela, es igual a Amor, la de mis sueños, la que creía que era la ahijada de Eduardo.
- Coño, pues es verdad, es tal como la describiste. – dijo Aurelia – Y de verdad que es monísima. ¿Te ha saludado como en tu sueño? ¿Te ha pegado un morreo de pelotas?
- No seas malvada, aunque parece bastante desenfadada, se ha comportado de forma tímida. – dijo Jaime – Además viste como un muchacho.
- Oye, una curiosidad. – le pregunto Belén que los estaba oyendo y se acercó a ellos - Si Soledad es la esposa de Diego, y Jacinta la madre de Andrea, ¿qué pintan juntas? Además, parece que son intimas amigas, eso me intriga.
- Pues no lo sé Belén, no tengo ni idea. – la contesto Jaime – Pero supongo que tú ya procuraras enterarte de todo. Cuando lo sepas, me lo cuentas.
Terminaron de colocar todo en las mesas, manteles, servilletas, platos, vasos, etc. y cuando ya estaba todo preparado fueron apareciendo los recién llegados ya duchados y con ropa limpia, y se les notaba mucho más relajados tras el largo viaje que todos ellos habían hecho. Fueron colocando a todos en los lugares que Juani había previsto, pero Crispulo, el suegro de Pancho, pidió expresamente sentarse al lado de Jaime, cosa a la que Juani accedió colocando a Elena, que en principio estaba junto a Jaime, entre Susana y Esther que es donde tenía previsto sentar a Crispulo. Mientras Eli, Paulina y Cristina, servían la comida, pues Clo junto a su madre Diana, y por expreso deseo de Jaime, estaban entre los comensales, Juani levantando la voz dijo:
- Me gustaría que durante la comida no se hablase del tema por el que estamos reunidos y que lo pospongamos a los postres. Ahora solamente debemos de hablar de nosotros e intentar conocernos un poco más. Buen provecho.
Tal como pidió la anfitriona, nadie menciono nada del tema principal, pero si entre ellos hablaron de sus propias vidas, una de ellas Salome, la madre de Diego, que estaba sentada entre Diana y Belén, y quizás provocada por alguna pregunta curiosa de esta, comento:
- Pues mi difunto esposo Eulogio era un pequeño tirano, un hombre que tenía que salirse siempre con la suya. Era en el fondo un dictador, excesivamente autoritario, un verdadero patriarca convencido de que él era el único que podía dar órdenes y que los demás debían de obedecerle sin replicar. Se peleó con nuestros dos hijos, con los dos por casarse sin su consentimiento, el mayor, Jorge, con una muchacha española, y Diego con Soledad en lugar de con Jacinta, que es la que él tenía previsto que fuese la esposa de uno de los dos. De hecho, cuando mi Jorge falleció en un accidente de avión, pues era piloto del Ejército, no consintió, ni tampoco me permitió a mí ir a su funeral, ni conocer a mi nuera que estaba embarazada. En cuanto a Diego, a Soledad y a Jacinta, les obligo a aceptar una relación entre mi hijo y Jacinta, pues tenía una verdadera obsesión en que su nieto fuese hijo de ella. Los amenazo a los tres, a mi hijo y su esposa con desheredarlos, y a Jacinta con arruinar sus empresas, e incluso creo que los amenazo de muerte si no cumplían sus deseos.
- Gracias a Dios, - siguió narrando tras una pausa para beber un trago de vino – todo resulto mejor de lo que yo creía en aquellos momentos, pues a pesar de que los tres se sometieron a su voluntad, mi marido falleció estando embarazada Jacinta de Andrea, y sin llegar a saber que el nieto que él esperaba iba a ser una mujer. No obstante, en su testamento dejo muy claro que todos sus bienes serian dados a una ONG, si su nieto no asistía a la formación en un internado en USA, cosa que Andrea ha hecho. No lo sé cómo paso, pero lo cierto es que Diego, que estaba perdidamente enamorado de Soledad, se enamoró también de Jacinta, y a su vez las dos mujeres estaban perdidamente locas por mi Diego. La cuestión es que ambas aceptaron esta situación, y tanto Soledad en su momento, cuando nació Andrea, como después Jacinta cuando nació Ángela, se ayudaron mutuamente a criar a sus hijas.
- Creo que entre ellas también están enamoradas. – esta primera frase la dijo bajando mucho la voz, para que solo la escuchasen Diana y Belén, y luego continuo en tono normal – Pero lo cierto es que los tres son muy felices, y eso me hace también a mi muy feliz. Sin pecar de maldad, creo que el fallecimiento de mi marido, con el que me case obligada por mi padre, me libero, y la felicidad de mi hijo vivo me hace sentir muy bien, solo tengo una laguna en mi vida, conocer y abrazar a mi otro nieto o nieta, al hijo de mi Jorge al que añoro muchísimo, pues era una excelente persona y un buen hijo.
Diana sin poderlo evitar empezó a sollozar de forma convulsiva y se abrazó a Salome, y está sorprendida, creyendo que le había conmovido su historia correspondió a su abrazo, dejándola que se desahogase completamente, mientras miraba extrañada a Belén, que la decía:
- No te preocupes Salome, te prometo que vas a poder abrazar a la hija de Jorge y también a su madre. Las vas a encontrar muy pronto, seguro, nosotras te ayudaremos a que así sea.
- ¿Crees que podre conocer a mi nieta? – pregunto asombrada la mujer - ¿Y cómo tienes la certeza de que es una nieta y no un nieto?
- Dentro de un rato se desvelarán todas tus dudas. – dijo Diana aun llorosa – Y entonces volveremos a abrazarnos las dos.
Los demás comensales tenían sus propias conversaciones, y solo Crispulo no siguió los consejos de Juani, pues en varias ocasiones intento que Jaime le avanzase algo sobre lo que iban a hablar en los postres, pues él le dijo, ya sabía de la existencia de una nave intergaláctica y que eran seres de otra Galaxia. En todas esas ocasiones, Jaime muy amable, de pidió paciencia, y le dijo que muy pronto se enteraría de todo.
Al terminar de comer, y tras retirar los platos de las mesas, llego la hora de los postres, y trajeron pasteles y cava, y entonces Jaime dijo en voz alta, y atrayendo la atención de todos:
- Hoy es un día importante para todos nosotros, y lo primero que voy a hacer es contaros lo que ha pasado los dos últimos días……
De nuevo Jaime empezó el relato por la reunión que con los alumnos mantuvo D. José, luego su vuelta a casa, su premonición para abrir la puerta, la entrega del sobre que su abuelo le había dejado a Juani, su sueño, la confirmación de su sueño con la lectura real de los escritos que su abuelo le había dejado, la premonición de aquella misma mañana de donde estaba la nave, el descubrimiento de la losa con las mismas inscripciones que la tablilla, y por fin el sobre que había recibido como últimas voluntades de D. José, su otro abuelo. En ese punto acabo su explicación y el conocimiento de los cuadros produjo una verdadera conmoción, por un lado, Casimira, la madre de Stella, que empezó a lanzar juramentos propios de un camionero, y termino diciendo:
- Que hijo de puta, y permitió que todos creyésemos que todo había sido cosa de Frank. Pobre muchacho, si ahora resulta que no era lo que creíamos, ya que por lo que decía de él D. Jaime, fue capaz de enamorarse de su hija, y ahora si entiendo lo de su suicidio. Dominado por su padre, acusado de seducir y luego abandonar a su novia y a su propia hija, despreciado por Ramiro, que pese todo se casó con Stella, odiado por mí y mi esposo, y sintiéndose responsable de la muerte de su amada. Solo mi hija no le odiaba, siempre ha dicho Stella que no lo creía capaz de hacer nada premeditadamente.
- Pues tiene razón Casimira, y se queda corta. – intervino Salome, que se abrazó a Diana – También parece que tenía dominado a Eulogio, y fue él el que ordeno que mi hijo actuase por coacción. Menos mal que todo salió bien y ahora me queda el consuelo de conocer a la mujer que mi hijo amo con toda su alma y a la nieta que hasta hoy no había conocido. Ven Clotilde, ven y dame un abrazo que me compense de todos los años que te he añorado.
Se fundieron en un abrazo descomunal, Salome, Diana, Clo y Diego, a los que se unieron Soledad, Jacinta, Ángela y Andrea, recuperando en ese momento una familia que había estado separada por causas ajenas a ellos. Cuando los ánimos se serenaron, volvió a hablar Jaime, y de nuevo captando la atención de todos, dijo:
- Bueno, ahora viene la parte más importante de todas, hemos descubierto la nave que correspondía al Gran Maestro, está escondida en esta finca, y mi tía Aurelia junto a otros ha estado dentro de ella. Os dejo que ella os esplique como ha ocurrido.
Tras una serie de expresiones de sorpresa y un rumor de voces, pudo por fin explicarles a todos como habían descubierto la forma de entrar en la sala excavada bajo tierra y como era la nave, también como consiguieron la gorra de mando y como con ella Bárbara había sido capaz de descifrar el extraño lenguaje que aparecía en los monitores de la cabina de mando. Por fin les comento que dejaron todo pendiente hasta que entre todos decidiesen como actuar, y que ella creía que ahora era el momento en que entre todos debían de tomar decisiones, sobre todo teniendo en cuenta que, tal como decía el fallecido José, pero sin especificar cuándo podrían llegar, ni cuantos podrían ser los que viniesen, parecía probable que habitantes del desconocido planeta Kabu estuviesen dirigiéndose a la Tierra.