El soñador. Capítulo 7.-

Recibe Jaime los cuadros de las familias puras y consiguen localizar la nave

Capítulo 7

Día 23 de junio (domingo)

Se despertó Jaime a las ocho y media cuando alguien estaba llamando a la puerta de su dormitorio insistentemente y al abrir se encontró con Cristina que con la cara desencajada le dijo:

-       Jaime, Eduardo, Clo, Eli y Eulalia se han ido esta mañana hasta el lago a explorar la zona para ver si averiguaban algo sobre donde puede estar escondida la nave. Pero a Clo le ha dado una especie de patatús, se ha quedado como idiota y no hace otra cosa que decir que ha recibido vibraciones y que sabe dónde está la nave. La han tenido que traer casi a la fuerza y sigue insistiendo que sabe dónde está y como acceder a ella.

-       Bajo ahora mismo, espérame. – dijo Jaime que entorno la puerta y se puso un bañador y una camiseta de deporte rápidamente y salió de nuevo en segundos – Vamos.

Cuando bajaron a la cocina encontraron a Eduardo con las otras cuatro empleadas y a Clo sentada en una silla, esta con una expresión muy extraña, parecía que hubiese tenido una alucinación, pero nada más ver a Jaime le dijo con una enorme seguridad no exenta de gran nerviosismo y con palabras entrecortadas:

-       Sé dónde …. esta la nave, y creo …. Creo …. saber cómo se puede …. llegar a ella.

-       Pues vamos allí. – dijo Jaime sin ninguna duda – Pero mantén la calma e intenta hablar sosegadamente.

Los siete se pusieron en marcha y cruzaron la finca hasta llegar a un pequeño lago que servía a su vez para regar los jardines y la arboleda y al llegar allí Clo se quedó parada y como buscando alguna señal que ahora parecía no ver. De pronto su cara se ilumino y se agarró de la mano de Eduardo al que cogió por sorpresa, y entonces dijo:

-       Esta bajo el lago, lo presiento. Antes he tropezado y Eduardo me ha cogido de la mano y entonces la he visto y también el pasadizo que hay para llegar a ella. Ahora me ha pasado otra vez, al coger la mano de Eduardo lo veo de nuevo, es como si me conectase a una televisión al tocarle a él.

-       Aquí debajo empieza el pasadizo. – dijo tras una pausa y señalando una losa enorme que había al lado del lago – Y bajando unas escaleras se accede a una enorme sala donde está la nave, que es inmensa.

Jaime ante la seguridad que parecía tener Clo, miro a Eduardo y lo vio como hipnotizado, con los ojos muy abiertos y una expresión de incredulidad enorme, como si estuviese viendo algo fuera de lo común. Jaime le pregunto entonces:

-       Eduardo, ¿Te ocurre algo?

-       Coño, es verdad, yo también lo estoy viendo a través de la tierra y el agua. – reacciono Eduardo de golpe – Tiene razón Clo, está bajo el lago.

Sin dudarlo, Jaime se arrodillo junto a la losa que había indicado Clo y que estaba llena de musgo y empezó a tocarla con la palma de su mano, limpiando sin darse cuenta la superficie de la losa. Fue Eulalia la primera que se dio cuenta y arrodillándose al lado de Jaime empezó a frotar la losa con el delantal hasta dejar medianamente visible una especie de grabado con los mismos símbolos que en la tablilla o caja donde se suponía estaba la gorra de mando. Al darse cuenta de esa grabación, intentaron entre todos mover la losa, pero era demasiado grande y pesada, por lo que a los pocos minutos desistieron de su empeño y decidieron volver a la casa. Cuando llegaron se encontraron a Juani con los dos mastines al pie de las escaleras del porche con cara de enfado y al verlos venir todos llenos de barro, les espeto:

-       Pero donde demonios estabais, y donde os habéis metido, parecéis marranos recién salidos de un barrizal. – y dirigiéndose a las empleadas las dijo – Parece mentira que en vez de estar cumpliendo vuestras obligaciones os dediquéis a explorar, no habéis preparado el desayuno ni habéis dado de comer a los perros, y además hoy tenemos invitados. Ducharos, cambiaros de ropa y preparar el desayuno. Dios que desastre.

-       Juani no las recrimines, - dijo Eduardo – creo que Clo ha encontrado donde está enterrada la nave, bajo el lago. Es raro, pero tanto ella como yo lo hemos presentido, pero no somos capaces de mover la piedra que cierra la entrada.

-       Algo así me imaginaba yo, pero de todas las maneras están hechas unas guarras, y vosotros dos también. – contesto Juani imperturbable – Deberíais, al igual que ellas daros una ducha y cambiaros de ropa, ¡qué aspecto tan asqueroso que tenéis!

-       Yo me ducho en la piscina y nadare un poco para sosegarme. – dijo Jaime – De paso intentare analizar cómo mover la losa sin la ayuda de nadie del exterior.

Eduardo, que al igual que Jaime, llevaba puesto un bañador, se fue con él mientras las muchachas iban a sus habitaciones para asearse y cambiarse de ropa y Juani se sentó en los escalares del porche presa de un súbito abatimiento, pues se daba cuenta de que ahora las cosas eran muy diferentes y que a partir de ese momento su vida, y la vida de los que ella quería, tendría un cambio radical e irreversible. A los pocos minutos bajaron Diana y Erika, que extrañadas de no ver a nadie en la cocina salieron al porche y se encontraron con Juani sentada en las escaleras y los perros sentados frente a ella mirándola fijamente, como intuyendo que algo pasaba fuera de lo común. Tras ellas apareció en el porche Eulalia que dijo:

-       Perdona Juani, ahora mismo preparo el desayuno. ¿Qué queréis, para desayunar?

-       Primero siéntate a aquí a mi lado y explícanos que ha pasado. – dijo Juani golpeando con su mano el escalón donde ella estaba sentada – Creo que algo gordo se avecina.

Así lo hizo la cocinera y les explico lo que había ocurrido, y como habían descubierto la losa con las inscripciones iguales a las de la tablilla. Erika fue la que, tras escuchar las explicaciones de Eulalia, dijo mirando a Juani:

-       Si no recuerdo mal, en el escrito de tu difunto esposo hay una frase que dice “ Para usar la gorra de mando y encontrar donde se encuentra la nave de nuestra rama, deberéis de hacer uso de vuestra intuición y premoniciones , pues no quiero dejar escrito este extremo, pero confío que al igual que yo conseguiréis, con paciencia y sobre todo con amor , descubrir ambas cosas”. - Recalco “premoniciones” y “sobre todo con amor”. - Y o sé que mi hermano siente algo por Clo, algo que ni el mismo sabe lo que es, ya que así me lo ha confesado, aunque no se atreve a decirle nada dada la diferencia de edad entre ellos, pero supongo que al cogerla de la mano se ha producido alguna reacción química entre los dos y han descubierto la nave.

-       Supongamos que tengas razón. – dijo Diana algo sorprendida al enterarse de que su hija tenía un enamorado - Pero ninguno de ellos es descendiente de los antepasados de D. Jaime, ¿Cómo puedes explicar eso?

En ese momento oyeron el ruido de un motor que se acercaba a la finca y a los pocos segundos llamaron desde la entrada. Juani sorprendida y pensando que era alguno de los invitados de Jaime, dijo nerviosa:

-       Pues sí que han llegado pronto, son solo las nueve y media, anda Eulalia abre la cancela.

Así lo hizo la cocinera y una vez abierta la cancela vieron una furgoneta de reparto que se había parado frente a la puerta y un joven con uniforme les enseño un sobre que llevaba en la mano agitándolo. Fue la propia Juani quien se dirigió hacia la entrada y el joven a su vez ando hacia ella encontrándose a medio camino entre la casa y la entrada de la finca. Firmo Juani el recibí del envió y volvió hacia la casa mientras el repartidor volvía a su furgoneta. Cuando Juani llego de nuevo a los escalones y volvió a sentarse la furgoneta inicio de nuevo la marcha y la perdieron de vista. La entrega era un sobre plastificado a nombre de Jaime, y que venía de EEUU al parecer de un bufete de abogados de Seattle.

En ese momento aparecieron Clo, Eli y Aurelia, y esta venia como un ciclón, pues al parecer le habían contado la visión de la nave que habían tenido Eduardo y Clo. Nada más llegar dijo:

-       Vamos a ver si podemos mover la losa y acceder al recinto donde está la nave.

-       Primero ve a buscar a Jaime que está en la piscina quitándose el barro. – la interrumpió Juani – Ha llegado un sobre para él desde un bufete de abogados de América.

-       Pues dámelo y se lo llevo. – dijo Aurelia que estaba completamente activada – Puede ser algo que nos aclare alguna de las muchas dudas que tenemos.

Más que recibir el sobre, se lo arrebato a su madre y salió disparada hacia la piscina, y a los pocos minutos volvía con Jaime y Eduardo. En ese momento estaban sentadas en la mesa del porche Juani, Diana, Erika, Belén, Elena, Bárbara y Esperanza, pues ya habían bajado todas de sus respectivos dormitorios, y estaban esperando que les sirviesen el desayuno. Se sentaron junto a ellas los tres, y Jaime procedió a abrir el sobre plastificado y dentro había otro sobre con su nombre escrito, y que decía: Para Jaime de las Altas Cumbres. Totalmente personal . Procedió entonces a abrir ese otro sobre y su cara cambio de expresión al empezar a leer la carta que había en su interior, y sin darse casi cuenta empezó a leerla en voz alta ante el estupor de los demás. La nota decía:

Resumen del Testamento de José Ferreira

Si yo falto quiero que el destinatario de estas últimas voluntades sea mi nieto Jaime, por eso dejo este escrito en un sobre cerrado a su nombre, y con las instrucciones de que se le haga llegar en el momento que falte. También en mi testamento oficial le dejo a él heredero de todos mis bienes y le nombro presidente de todas mis sociedades con el convencimiento de que él es el único capaz de terminar mi obra.

Todas mis ilusiones estaban puestas en mi hijo Francisco, y al no estar este ya entre nosotros, mis ilusiones lógicamente han pasado a su único hijo, mi nieto, a quien dirijo mis suplicas y ruegos para que como sucesor mío sea capaz de tomar el mando y conseguir lo que yo no he sido capaz.

Mi única ambición ha sido siempre conseguir imponer una forma de vida que desde milenios han intentado poner en práctica mis antepasados, los viajeros del espacio , y que jamás pudieron conseguir a pesar de haber viajado grandes distancias intergalácticas y residido en diferentes mundos. Creo sinceramente que esta forma de vida maravillosa que pretendían nuestros ancestros, no es posible si no se impone por la fuerza, y yo como Gran jefe de la dinastía de los militares era el único capaz de hacerlo, pues ni El Gran maestro, heredero de los místicos, ni el Gran líder, heredero de los políticos, serían capaces de llevar a efecto semejante cambio, pues los primeros su propia moral les impide tomar decisiones drásticas y los segundos son incapaces de ser coherentes en sus actos. De hecho, este último grupo, los políticos, no han sido capaces ni de mantener un descendiente puro, y si hoy en día existe, aunque es solamente uno, es porque yo me preocupe que así fuese, presionando a Eulogio hasta límites insospechados.

Tengo que explicarte en primer lugar que, pese a las normas dictadas por el antecesor de tu familia, El Gran Maestro, casi ninguna de las principales familias ha mantenido puro el linaje, y solamente quedamos unos pocos. Te adjunto tres cuadros de las familias puras de los tres grupos de nuestros antepasados para tu conocimiento, y como verás en ese cuadro estamos al borde de que nuestra raza desaparezca como tal, por lo menos manteniéndola pura. Creo que deberías de tener descendencia con Andrea, la que ahora mismo es El Gran Líder, la única de su grupo que es de linaje puro, y de esa forma unificar en ese hijo o hija, la herencia de los herederos de los tres grandes grupos, ya que tú eres el verdadero Gran Maestro y a su vez Gran Jefe, y por ello debes de asumir toda la responsabilidad de mantener la pureza de nuestra estirpe. No sé exactamente nuestros orígenes, pero parece ser que en la nave del Gran Maestro existen grabaciones de nuestros antepasados que explican cómo ocurrieron los hechos que obligaron a hacer un éxodo a través del espacio.

Yo he podido contactar con el planeta Kabu, y concretamente con uno de sus líderes, y me he enterado de que tienen actualmente tecnología suficiente para poder desplazarse a través del Cosmos, y de hecho están ahora mismo de camino. Sus naves son similares a las nuestras con las que vinieron a La Tierra nuestros antepasados, y que están gravitando en Saturno, pero por lo que me han dicho no son lo mismo de rápidas que las nuestras, pues su viaje hasta la Tierra desde Kabu es de veinte años. Por otro lado, nuestras naves capitanas, las tres, son infinitamente superiores al resto de las naves, tanto en tecnología como en potencial bélico. De esas tres naves, dos las tengo localizadas, una en México y la otra en Argentina, y la tercera solo tu abuelo Jaime sabía dónde estaba y supongo que te habrá dejado su localización, así como la “llave” para ponerla en marcha.

La “llave” es la caja donde se guarda la gorra de mando insertándola en la ranura correcta del panel de mandos, y en ese momento la “llave” se abre y deja acceder a la gorra. La nave se activa, pero solo en cuanto al encendido de todas sus tecnologías, radio, luz, etc., pero no puede ser arrancada si no están presentes los descendientes puros de las tres ramas y haciendo uso cada uno de ellos de las respectivas gorras de mando. Supongo que, en tu caso, tú solo junto a Andrea, podrías poner en marcha cualquiera de las tres naves, pues tus genes unifican la rama militar y la mística. Es posible que incluso tú solo, pues la madre de tu abuela Josefina pertenecía a la rama de los políticos, ya que era hermana de Paz, la madre de Salome.

No tengo ninguna intención de decirte lo que debes o no debes de hacer cuando leas esta nota, pero creo que debes de utilizar tu poder y los poderes que suponen las gorras de mando y las tres naves, para conseguir una forma de vida muchísimo más perfecta, pues estas capacitado para ello, al igual que tus compañeros de estudios y resto de los seres puros de nuestra raza, con los que debes de hacer piña. Pero un consejo si quiero darte, y ese consejo es que no debe de temblarte el pulso y tomar cuantas decisiones sean necesarias para conseguir el objetivo soñado por nuestros antepasados: una forma de vida mucho más perfecta.

Tengo que reconocer que es muy duro ejercer el mando pues yo mismo en determinados momentos he lamentado las decisiones que he tenido que tomar, pero que eran absolutamente necesarias. En momentos me he sentido solo, incomprendido e incluso malvado, haciendo cosas que, según las normas dictadas por los místicos de nuestra raza, no debía de haber hecho jamás, pero que hice. Sé que muchos no comparten mi visión de futuro y que no aceptaban, no aceptan, ni aceptaran, que para conseguir cualquier fin hace falta el coraje suficiente para tomar decisiones, como las que yo he tenido que tomar para preservar nuestra raza. Obligue a mi hijo Frank a que tuviese relaciones con la hija de mi más fiel ayudante, dejándola embarazada, solamente para evitar que ella abandonase, tal como tenía previsto, nuestra compañía, siendo esa nieta mía quizás la más inteligente de nuestra raza, la más perfecta, pues fue concebida por mi hijo con la gorra puesta, y creo que ella ha heredado de forma natural el poder que otorga la gorra de mando. También he tenido que tomar otras decisiones drásticas, incluso dando nuevas instrucciones a mí hijo para que tuviese relaciones con otra mujer, la hija de Jaime, con la que tuvo también un hijo, y ese nieto eres tú. También he tenido que tomar otro tipo de decisiones para buscar soluciones a situaciones que ponían en peligro la consecución de las metas para las que nuestra raza esta predestinada, el dominio del Universo.

Por último y para que te sea mucho más fácil localizar a tus iguales y las naves, te dejo junto a este escrito los tres cuadros citados con las familias puras de cada rama y sus características, así como un plano de donde están las dos naves que yo he localizado.

Te deseo paz y fuerza para conseguir lo que el destino te tiene reservado, cumplir con la profecía.

Cuando Jaime termino de leer, todos quedaron confundidos y callados, y solo Aurelia fue capaz de reaccionar diciendo:

-       Jaime léenos los cuadros de las familias que dice que adjunta. – dijo entonces Aurelia – Ya sabemos cómo conseguir la gorra, pero esos cuadros pueden ser muy clarificadores, por lo menos sabremos quienes somos descendientes de esos viajeros del espacio.

Ojeo entonces Jaime los otros cinco folios que había sacado del sobre y leyó el primero, y que decía:

| Cuadro de las familias puras | | Rama de los Misticos | | Familia Fernandez de la Rivera | Seresmixtos | | Familia Altas Cumbres | Terrestres | | Familia Esparza | | Familia Aguirreche | | Familia Escuzar | | Familia Alcorta | | Familia Araujo | | 1930-1950 | 1950-1970 | 1970-1990 | 1990-2010 | 1930-1950 | 1950-1970 | 1970-1990 | 1990-2010 | | Jaime | Juani | Belén | Blas | | Jaime | *Aurelia | Fermin | | María | Arantxa | Allende * | *Pedro | | Pedro | | Josefina | Jaime | | Vicente | Jesús | | *Josefina | Justa | | Josefina | *Magdalena | Arantxa | | Pedro | Blanca | | Iñaky | | *Margarita | | Pilar | | Dionisio | | Pilar | | *Blasa * |

Tras el cuadro había una serie de aclaraciones, y estas decían: Los nombres con un * son personas ya fallecidas, y cada uno de ellos pertenece o pertenecía a las familias del principio del cuadro según su color. Además, las que siguen vivas están sombreadas.

Tras la lectura del cuadro, fue Jaime el que saco conclusiones y dijo:

-       Es evidente que el viejo no sabía que Bárbara tiene los genes de mi abuelo, pues no la incluye en el cuadro.

-       Sigue leyendo, - insistió Aurelia – y comprobemos el resto de los cuadros.

Procedió Jaime a leer el segundo cuadro, que decía:

| Cuadro de las familias puras | | Rama de los Militares | | Familia Ferreira | Seresmixtos | | Familia Sanmartin | Terrestres | | Familia Acosta | | Familia Castillo | Familia Urdaneta | | Familia Sandoval | Familia Garcia | | Familia Rivera | | 1930-1950 | 1950-1970 | 1970-1990 | 1990-2010 | 1930-1950 | 1950-1970 | 1970-1990 | 1990-2010 | | José | Tomas | | José | Stella | Paloma | Tomas | | *Manuela | Guadalupe | | Francisco | *Jaime | | Ramiro | Pancho | | Ernesto | Andrés | | María | *María | | Maria | Maria | *Susana | | Juan | Jonatan | Crispulo | Esther | | Gonzalo | Crispulo | | Adelina | *Mercedes | | Stella | Susana | | Gil | Manuel | | *Casimira | Antonia | | Casimira | Antonia *** |

Bajo el cuadro había las mismas aclaraciones que en el anterior.

Con cara de estupor dijo Jaime:

-       Ahora resulta que, si este cuadro es cierto, Paloma es mi hermana, y su madre Stella la que quería abandonar el grupo. Resulta que Gonzalo, su mayordomo también es un descendiente puro, y su hija Stella, la esposa de D. Ramiro, quien debió de reconocer a Paloma como hija propia. Este punto deberán confirmarlo ellos cuando lleguen.

-       Lee más. - volvió a insistir Aurelia – Mira el otro cuadro.

Así lo hizo de nuevo Jaime y procedió a leer el tercer cuadro, y que decía:

| Cuadro de las familias puras | | Rama de los Politicos | | Familia Escobar | Seresmixtos | | Familia Romero | Terrestres | | Familia Quiroga | | Familia Avila | Familia Baena | | Familia Molina | Familia Ceballos | | Familia | | 1930-1950 | 1950-1970 | 1970-1990 | 1990-2010 | 1930-1950 | 1950-1970 | 1970-1990 | 1990-2010 | | Jacobo | Perfecto | | Eulogio | Diana | *Clotilde | Paola ? | | Sabina | Raquel | | Jorge | Magdalena | *Aurora | | Soledad | Angela | Eduardo | Alba | | Diego | Erika | | Benjamin | | Salome | Jorge * | | Paz | | Pantaleon | *Andrea | | Pascual | | Serena | | Jacinta | | Prudencio | | *Marisa | | Aitana ** |

Como en los otros dos cuadros, bajo este también estaban las mismas aclaraciones.

Cuando leyó el cuadro, los que realmente quedaron sorprendidos fueron Eduardo, Erika y Diana, que lo último que esperaban era que sus nombres y los de sus hijas apareciesen en aquel cuadro, y aún mucho más para los dos primeros saber que su madre estaba viva, pues según el cuadro así parecía ser. Fue Diana que presa de una repentina lucidez dijo:

-       Ahora si me queda todo mucho más claro, Eduardo, al igual que Clo, son descendientes de esos seres extraterrestres, y quizás por eso cuando se han tocado han tenido la premonición de donde está enterrada la nave. Creo que debemos de intentar acceder a la nave y ponerla en marcha con la llave, que según dice ese viejo majadero es la tablilla que tiene Jaime.

-       Quizás la losa que cierra el acceso a las escaleras para llegar a la nave, también se pueda abrir con esa “llave”. – dijo entonces Elena muy segura – Yo también creo que debemos de ir y comprobar si tiene alguna “cerradura” esa piedra que tiene también los símbolos de la tablilla.

-       ¡Alto! De aquí no se mueve nadie hasta que hayáis desayunado. – era Juani la que de forma autoritaria decía esto. – Y además estamos pendientes de que lleguen nuestros invitados y creo que debíamos de esperarles antes de volver a explorar nada.

-       Tienes razón, yo esperare a mis compañeros y sus familias. – dijo Jaime – Pero Aurelia, que tiene mis mismos genes si puede intentar acceder junto a Eduardo, Clo, Erika y Bárbara. Nosotros, Juani, Belén y yo, como anfitriones esperaremos a las visitas. Cuando desayunemos los demás pueden ir a comprobar si pueden acceder al silo donde parece ser esta la nave.

-       A mí me gustaría acompañarlos. – dijo entonces Eulalia, que junto al resto de las mujeres del servicio estaban allí y habían escuchado todo lo que había leído Jaime - ¿Puedo?

-       Si a Juani no le importa, yo te sustituyo en la cocina. – dijo Diana – A mí no me apetece en absoluto tener más impresiones el día de hoy, ya he tenido más que suficientes.

-       De acuerdo, pero debes de volver como máximo en una hora. – acepto Juani – Hay mucha gente hoy para comer. Y vosotras tres, - dijo dirigiéndose a Eli, Paulina y Cristina – Ir arreglando los dormitorios, quisiera que la casa este en perfecto orden cuando lleguen los invitados.

-       Pues nosotras nos vamos con ellos, - dijeron a la limón Aurora y Alba – Ya conoceremos a los invitados cuando volvamos, si es que ya han llegado cuando eso ocurra. Pero no nos queremos perder ser de las primeras en ver la nave.

Así quedaron, y nada más terminar de desayunar, Eduardo, Aurelia, Clo, Eulalia, Elena, Bárbara y las dos gemelas, se dirigieron al lago para ver si podían acceder hasta la nave. El resto se quedaron en la casa, Diana y Esperanza que se brindó a ayudar a esta, preparando la comida, Eli, Paulina y Cristina, limpiando las habitaciones y Juani, Jaime, Belén y Erika que taciturna se negó a ir, se sentaron en el porche esperando a las distintas familias que estaban al llegar.

Juani entonces le pregunto a Erika que sabía de su madre, y esta que aún estaba en shock y necesitaba imperiosamente hablar y desahogarse empezó a hablar:

-       Según nos contó mi padre a mi hermano y a mí, mi madre era una rica heredera, una mujer caprichosa y bohemia que se casó con él en contra de la voluntad de sus padres, y poco después de nacer Eduardo dejo a mi padre y empezó a trabajar como actriz, llegando a tener cierto prestigio e incluso llego a rodar alguna película en Hollywood. Nunca llego a perder el contacto con mi padre ni con Eduardo, pero los veía escasamente un par de veces al año, y aun así mi padre parece que estaba perdidamente enamorado de ella y la fue fiel siempre. En una de esas escasas visitas volvió a quedarse embarazada, esta vez de mí, doce años después, y al parecer el embarazo término con su carrera de actriz, pero ella sí quiso tenerme y según mi padre sacrifico su carrera y siguió con el embarazo adelante. Al poco de nacer yo, volvió a ausentarse y ya nunca volvió. Las ultimas noticias que mi padre tenía de ella es que al parecer había fallecido en un viaje que realizaba alrededor del mundo en un yate junto a unos amigos de Hollywood, si bien su cuerpo jamás se encontró, si aparecieron el del resto de los cadáveres del yate que exploto y se había hundido cerca de las Bahamas. Eso es todo lo que os puedo decir de mi madre, pero me he sorprendido mucho al ver que en el cuadro de ese viejo demente aparece el nombre de ella sombreado, y según las aclaraciones eso indica que está viva. De todas formas y a pesar de la devoción que mi padre sentía por ella creo que era una mujer muy ligera de cascos y dada a la buena vida que su familia le había brindado siempre. Lo que sí puedo decirte es que era una mujer bellísima, las fotos que tengo de ella así lo dan a entender, y según mi padre era también muy inteligente.

-       Pues tendremos que averiguar porque aparece en la lista como viva. – dijo Jaime – Yo procurare enterarme de todo lo que pueda sobre ese tema, y la localizaremos si es posible y siempre que tú y tu hermano así lo queráis.

-       Sinceramente no sé qué decirte. – dijo Erika – Por un lado, si me gustaría conocerla, pero por otro quizás no sea conveniente, pues supongo que la echaría en cara su mal comportamiento con mi padre, un hombre maravilloso, y su falta de atención a mí y a mi hermano. Pero si algo puedes averiguar será bienvenido y luego ya veremos lo que nos depara la vida.

Siguieron hablando de los cuadros y también de los dos mapas que también estaban en el sobre y en los que aparecía la ubicación de las naves bajo una cruz.  Uno de los mapas era en la Provincia de La Rioja Argentina, y cerca de la ciudad de Chilecito. El otro en México cerca de la frontera de EEUU y a unos 500 Km. De Tijuana.

Por su parte Eduardo y sus acompañantes llegaron hasta el pequeño lago natural en la otra punta de la finca y Eulalia que había sido previsora y traía consigo una escoba, barrio concienzudamente la losa, hasta casi dejarla completamente limpia, y en la que ahora pudieron ver con absoluta nitidez los símbolos grabados, y fue Aurelia la que se dio cuenta al compararlos con los de la caja, que estos estaban grabados en hueco y los de la tablilla en relieve. Comprobó que el tamaño de los símbolos era prácticamente igual, y sin pensárselo dos veces intento encajar las grabaciones de la tablilla en las de la piedra y entonces ante el estupor de todos oyeron un tenue sonido, como el de un despertador y prudentes se apartaron todos de la piedra. A los pocos segundos esta, como por arte de magia, empezó a deslizarse hacia su derecha, y dejó al descubierto una abertura de un rectángulo de aproximadamente un metro por uno y medio, y al asomarse pudieron ver una escalera que descendía hacia una enorme oscuridad. Fue Elena la primera en tomar la iniciativa y con gran resolución empezó a bajar con prudencia las escaleras. Tras ella fue Clo la que inicio el descenso y pidió un mechero o algo similar para alumbrar aquella boca del lobo, pero nadie tenía nada para alumbrarse, y entonces bajando por el décimo escalón Elena, dijo:

-       Habrá que ir a buscar una……

Al sonido de su voz una luz cegadora apareció desde el fondo de las escaleras haciéndola que cerrase los ojos deslumbrada, y poco a poco, cuando fue recuperando la visión, volvió a hablar.

-       Iba a decir que fueseis a buscar una linterna, pero al parecer con el sonido de mi voz se ha activado la luz, que viene de abajo, donde hay una especie de puerta, pero está bastante profunda, como a quince o veinte metros bajo el suelo.

-       Pues tira para delante sin miedo, - dijo Clo casi empujándola – bajemos a ver qué coño hay y si realmente está la nave que yo he visto.

Inicio lentamente el descenso de las escaleras Elena seguida de Clo, y tras ellas Eduardo, Eulalia y las gemelas. Aurelia, recupero la caja con sumo cuidado y comprobó que la piedra no se movía al retirarla del sitio donde la había encajado, y al ver que nada pasaba fue tras Eduardo. Cuando Elena llego al final de las escaleras se encontró una especie de cámara de unos tres metros cúbicos a la que accedía por una abertura del tamaño de una puerta convencional y frente a esta había otra igual y que al parecer daba a otra sala mayor. No sabían de dónde venía la luz, pues no había sombras y las paredes de la cámara eran completamente lisas, y como de un extraño mármol de color azul claro. Con cierto temor Elena se asomó a la cámara principal y soltó un grito diciendo:

- ¡Joder que trasto! Es precioso y parece una escultura.

Efectivamente entraron todos en la cámara principal que tendría unos treinta y pico metros de fondo por unos veinte de ancho y otros diez o doce de altura, y en mitad de esa inmensa sala una nave del mismo color que las paredes y que se sostenía por seis patas de unos dos metros y medio. Pero tal como la describió Elena, más parecía una escultura que ninguna otra cosa, pues no se veía en ella nada que indicase como acceder a su interior, ya que su forma ovalada no tenía asomo de tener ni puertas ni ventanas. Tendría unos veinte metros de larga por unos doce de ancha y con forma de melón, y en la parte más ancha, justo en el centro debería de medir como siete metros de altura. Fue Clo la que primero hizo la pregunta que todos tenían en la mente.

-       ¿Y cómo cojones entramos en la nave? No tiene ni puertas ni ventanas, ni tan siguiera una escalera para subir hasta ella.

- ¡Ábrete sésamo! – dijo entonces Eulalia, y al no ocurrir nada se justificó: - Alguna forma abra de que se pueda acceder.

Aurora y Alba, presas de la curiosidad, fueron las primeras que se acercaron a la nave y justo cuando la primera de ellas se encontraba entre las dos patas anteriores de la nave, automáticamente se abrió una escotilla en la panza de la nave y bajo una escalera del mismo material que el resto del artilugio. Ambas al unisón soltaron un aullido sorprendidas por la súbita aparición de la escalera, y Eulalia que estaba justo detrás de ellas dijo compungida:

-       Me he meado del susto, me he meado. No sé si al ver las escaleras bajar solas o por el grito horrible que han soltado las gemelas.

Efectivamente bajo la cocinera había un charco, evidenciando que la impresión la había hecho perder su control. Pero Bárbara riendo, dijo:

-       Pues menos mal que solo ha sido eso. Si te llegas a cagar aquí no hay quien pare, pues está todo cerrado herméticamente. Supongo que la escalera bajara al aproximarse al centro de la nave. Vamos a subir y veamos qué coño hay dentro de este pepino, que más parece un zepelín que una nave intergaláctica.

-       Si subamos e intentemos ponerla en marcha. – dijo Aurelia muy resuelta e inicio el ascenso por las escaleras hasta que su cabeza entro dentro de la nave a través de la escotilla ovalada de un metro por setenta centímetros más o menos y comento – Está vacía, aquí no hay absolutamente nada, solo paredes.

-       Entra, venga entra, - la apremio Clo que la seguía – algo encontraremos dentro.