El soñador. Capítulo 4.- El contenido del sobre

Comparten el contenido del sobre con el resto de los habitantes de la casa.

Capítulo 4 Comparten el contenido con las demás.

Aurelia agarro a su hermana de un brazo y tiro de ella, haciéndola correr y dejando a Jaime que bajase tras ellas por las escaleras. Ya en la primera planta, empezó a gritar llamando a Eulalia y las demás muchachas y diciéndoles que dejasen todo lo que estaban haciendo y que se reuniesen con el resto en el porche, que iban a enterarse de algo inaudito, algo que iba a cambiar la vida de todos los habitantes de la casa. Ante tal griterío al llegar Jaime a la planta baja se encontró con las cinco mujeres de servicio que salían de la cocina tras los gritos de Aurelia, y con un ademán las invito a que le siguiesen hasta el porche. En el habían preparado una gran mesa para comer y estaban ya todas sentadas, Juani, Elena, Esperanza, Erika, Alba, Aurora, Amor y Bárbara, que estaban todas hablando e intentando entender a Aurelia que al final gritando dijo:

- Silencio, coño . Escuchadme y procurad relajaros, pues lo que os voy a explicar os puede crear un trauma de cojones, sobre todo a alguna de vosotras.

Cuando con sus gritos y tacos tuvo la atención total de todas, invito a las que aún estaban de pie a sentarse diciendo:

-       Sentaros todas, pues lo que voy a contaros podría haceros caer de culo al suelo, pues Jaime y yo hemos leído lo que nos dejó nuestro padre y abuelo escrito, y en ese escrito nos decía…

Sin que Jaime pudiese intervenir Aurelia empezó a explicar, primero lo que había contado Jaime del director de su internado, D. José, y luego lo que contenía el escrito, completamente exacto, sin omitir ni una sola palabra, demostrando con ello que efectivamente había heredado de su padre, como mínimo una memoria prodigiosa. A media que relataba lo leído, parte de las mujeres empezaron a asustarse y algunas a mostrar incluso escepticismo, pues conocedoras de las bromas de Aurelia creyeron que se trataba de una de sus muchas gracias, pero terminando y cuando se refirió a la fotografía y exhibiéndola señalo a Elena y dijo:

-       Ella es la reencarnación de Josefina, mi hermanastra y la madre de Jaime, y supongo que la quinta persona que mi padre cita en su escrito. Nació el mismo día que nacimos nosotros y murió Josefina. Mañana hará justo veinte años. También es evidente que solo mi padre y el tal D. José eran conocedores de algo, y supongo que algo habrá de verdad en lo que dijo este al morir y lo que dejo escrito mi padre, de que, junto a una quinta persona, que supongo que será Elena, Jaime, Belén, Bárbara y yo, descubriremos nuestros orígenes. Creo que somos descendientes de extraterrestres.

Todas miraban incrédulas a Elena y la fotografía, y esta a su vez puso una cara de incomprensión absoluta mirando a Aurelia como a un bicho raro. Lo que acaba de decir había dejado a todas sumidas en una especie de shock, y ninguna tenía capacidad de reacción, solo Amor fue capaz de asumir todo como algo natural y dijo alegremente:

-       Me parece estupendo, primero ya me parecía a mí que Jaime no es normal, es como un ser del cielo, y por otro lado las únicas que podían hacerme sombra son Elena y Aurelia, y si como parece la primera es la reencarnación de su madre, y por tanto alguna relación parental tendrá con él, y la otra es su tía carnal, me dejan vía libre para conquistar al extraterrestre. De puta madre.

-       ¿Pero tú te has enterado de lo que ha dicho Aurelia? – pregunto asombrada Erika mirando a su sobrina como a un bicho raro - ¿No te das cuenta de lo que significa? Si resulta ser verdad lo que ha contado es algo que puede cambiar el mundo.

-       ¿Y no dice en la nota donde están escondidas las naves que según D. José están escondidas? – pregunto de pronto sorprendiendo a todos Bárbara - ¿Habéis leído lo que hay en el segundo sobre?

-       Es verdad, quizás exista algún plano o mapa de la ubicación de las naves. – dijo Aurelia muy excitada – Anda Jaime, mira que hay en la bolsa.

Jaime que llevaba aún en las manos, los folios que habían leído junto a los sobres y el saquito de cuero, lo dejo todo sobre la mesa, pero sin hacer caso a la sugerencia de su tía abrió el segundo sobre, quitando al igual que al primero el lacre con minuciosidad, y del que extrajo dos especies de papiros egipcios y un folio, y tras mirarlos fugazmente dijo:

-       Estos escritos antiguos, que deben de ser los originales que cita mi abuelo, están escritos en unos caracteres que no comprendo, pero parece que en el folio está la traducción de estos.

-       Pues lee la traducción – dijo Clo que se levantó y se colocó detrás intentando leer a la vez que Jaime y colocándole sus pechos encima de su hombro – Anda léelo ya.

Jaime miro a todas, y algo incomodo por la cercanía de la rubia, empezó a leer lo que parecía la traducción de aquellos extrañísimos papiros y decía esto:

Esta es la traducción de las normas que dicto “El Gran Señor” al poco de llegar a la Tierra.

Como veréis son dos especies de papiros antiguos, el primero el que se hizo distribuir entre todos los “viajeros del espacio” y el segundo solo para sus descendientes directos. Dicen así:

Primer papiro:

“En esta fecha terrestre, día 22 de junio del año 1.495, hace cuarenta días que llegamos a este planeta y los demás grandes me han investido del poder total para dictar las normas que habrá que seguir por nosotros a partir de ahora, y esas normas serán:

-     Pasar desapercibidos y jamás hacer mención de quienes somos y de dónde venimos.

-     No reproducirnos con los habitantes de este planeta, pues no sabemos qué consecuencias puede tener una mezcla de seres de diferentes mundos.

-     Mantener siempre una relación cordial entre nuestros tres clanes, ayudándonos entre nosotros y procurando mantener nuestros valores morales por encima de todo.

-     Respetar a todos los habitantes de este planeta, ayudando en lo posible a mejorar el sistema de vida actual, intentando impartir conocimientos, pero sin inmiscuirnos en avances tecnológicos.

-     Respetar el medio ambiente, animales y plantas, no contaminar ríos ni mares e intentar impedir que los habitantes de este planeta lo hagan.

-     No volver a nuestro planeta de origen, si no es imprescindible, solo en caso de que nuestra raza corra peligro, por lo que dejaremos las naves de transporte gravitando un planeta cercano y solo nos quedaremos con las tres naves de combate, que serán custodiadas por “El Gran Líder”, “El Gran Jefe”, y el “Gran Maestro”, o los sucesores de estos. Pero estas naves van a ser bloqueadas para que solo puedan ponerlas en funcionamiento conjuntamente los tres grandes o sus descendientes, con las gorras de mando puestas.

-     Solo haremos uso de las naves para salir de este planeta de regreso a Kabu o a otro planeta de condiciones de vida similar, si nuestra descendencia corre peligro, o en el caso que desde Kabu los kabulianos intentasen invadir este planeta, cosa que de momento no pueden hacer pues carecen de tecnología suficiente, pero no descarto la posibilidad que en un futuro la tengan.

Os deseo a todos paz, amor y larga vida.”

Segundo papiro:

“Este comunicado es solo para mis herederos, los descendientes con derecho al uso de la gorra de mando del “Gran Maestro”. Estos son mis consejos para ellos:

-     Respetad las siete normas dictadas para todos.

-     Recelad de los otros dos “Grandes”, pues pueden intentar hacerse con el poder absoluto de este planeta, y nosotros somos los responsables de velar por los valores morales de nuestra raza. Nunca pongáis en marcha las naves si no es por los dos motivos que he dictado en la norma siete.

-     Procurad mantener pura nuestra estirpe, no engendrando con descendientes de los otros dos clanes y mucho menos con habitantes de este planeta, pues ignoramos las consecuencias que pudiesen darse, si en un futuro recayese el título de “Gran Maestro” en un ser mixto, y si este sería capaz de hacer prevalecer nuestros principios.

-     Y, por último, deciros que no debe de temblaros el pulso si tenéis que tomar alguna decisión por muy dura que sea, ya que, para mantener nuestros valores, algunas veces hay que dictar normas extremas.

Os deseo a todos paz, amor y larga vida.”

Suspiro Jaime y miro a todas las mujeres, luego sin que nadie osase decir nada, cogió el saquito de cuero y saco de su interior una especie de tablilla de color caoba, con unas dimensiones del tamaño de un folio, de unos veinticinco por veinte centímetros y un grosor de unos cinco, y en una de sus caras estaba grabado el mismo símbolo que en los lacres, pero desde luego aquello no era ninguna gorra de mando ni nada parecido. Miro a Aurelia como pidiendo ayuda y esta a su vez lo miro a él con cara de incomprensión total, pero fue Amor la que de nuevo tomo la palabra:

-     Creo que eso debe de ser una caja y dentro estará la gorra de mando. ¿Me la dejas?

-     Es una tablilla completamente maciza, no es una caja. – dijo Jaime que no obstante se la alargo a Amor – El símbolo que hay grabado es el mismo que había en los lacres que cerraban los dos sobres, y tú que pareces muy lista ¿Qué crees que significa?

Amor tomo aquella extraña tabla y la sopeso, luego la agito al lado de su oreja comprobando si pudiese sonar algo, y esbozando una radiante sonrisa dijo mirando fijamente la grabación que en ella había:

-     Parece que es realmente una caja, pues casi no pesa y parece que dentro suena como algo que se mueve. Este símbolo debe de ser alguna especie de clave para abrirla, y no es una grabación, es en realidad un relieve, pues sobresale unos milímetros. Además, este símbolo parece que son varios planetas, ¿no lo veis?

Enseño a los que estaban frente a ella la cara de la tablilla en que estaba el relieve y efectivamente el símbolo eran cinco círculos, uno mayor en el centro, otros dos más pequeños pero iguales a los lados, y otros dos más pequeños, uno encima y otro debajo. Elena que era la que estaba justo enfrente de ella dijo:

-     Pueden ser botones, y según el orden y la secuencia con que se aprieten, es posible que abra la caja, pues yo coincido con Amor que eso debe de ser, una caja. Pero las posibilidades de encontrar la clave son tantas que es imposible que podamos abrirla sin conocerla. ¿Hay algo más en el saquito Jaime?

Este sorprendido por la clarividencia de la “reencarnación” de su madre y la tranquilidad que emanaba de su persona a pesar de las circunstancias, volvió el saquito del revés y nada más había dentro, pero ahora fue Bárbara la que se la arrebato, y mirando asombrada un dibujo que había en la parte interior de la bolsa dijo:

-     Joder sí parece un beso, como el de los símbolos del WhatsApp. Son realmente como la señal de los labios de una mujer, ¿qué coño significa todo esto?

-     No son botones, no ceden, ni siquiera se ve ninguna ranura. – interrumpió Amor que estaba comprobando lo que había dicho Elena apretando los diferentes círculos del símbolo – Son un relieve del propio material, pues esto tampoco es madera, más parece aluminio o algo similar.

-     Vamos a verlo. – Clo sin que nadie se lo esperase cogió una cuchara y golpeó la tablilla, que efectivamente emitió un sonido metálico y dando la sensación de que estaba hueco – Pues si es una caja metálica. ¿La rompemos?

-     Pero que bestia eres. – intervino Belén - ¿Cómo vamos a romper semejante tesoro?

-     Ya nos lo dice mi padre en su escrito, - intervino Aurelia recordando una parte del escrito que habían leído - En el saquito hay una gorra. Para usarla debéis de hacer uso de vuestra intuición y premoniciones, pues no quiero dejar escrito este extremo, pero confío que al igual que yo conseguiréis, con paciencia y sobre todo con amor, descubrir ambas cosas.En cuanto a la gorra, si sois capaces de sacarla de su estuche, no se os ocurra utilizarla hasta que D. Simón os entregue el sobre que le deje.

-     Pues nos falta la paciencia, ya que Amor tiene la caja en sus manos. – dijo jocosamente Erika haciendo gala de una enorme gracia - ¿Qué os parece si comemos, y luego, o mientras lo hacemos, intentamos entre todos llegar a unas conclusiones lógicas?, si es que todo esto tiene algo de lógica. – resoplo incrédula y termino diciendo – Extraterrestres, reencarnaciones, gorras de mando …. Bufff.

El razonamiento de la mujer convenció a todos e hicieron lo que ella había sugerido, y mientras comían estuvieron hablando de los extraordinarios acontecimientos que estaban viviendo, pues si la traducción de los papiros era correcta, parte de los allí presentes eran descendientes de seres del espacio exterior, pero sobre todo el centro de sus conversaciones fue como abrir la caja y donde podía estar la nave sideral que al parecer estaba custodiada por D. Jaime. Nada pudieron concretar, ni nada podían averiguar, y Juani al final de los postres, fue la que concluyo con todas las conjeturas diciendo:

-     Si mi difunto esposo decía en su escrito que debéis de tener paciencia y amor, lo primero es no pretender sacar conclusiones inminentes. Creo que hemos de mantener la calma ante todo e intentar averiguar qué significa todo lo que dejo escrito mi difunto esposo.

-     Jaime, creo que deberías de hablar con D. Ramiro, tu maestro, pues al parecer su padre usaba una gorra. -  intervino Bárbara – A lo mejor él tiene alguna idea de cómo consiguió esa gorra, y si en su día estaba en alguna caja similar a la que te ha dejado tu abuelo, eso nos puede ayudar a conseguir abrir esta.

-       Voy a mi habitación y llamare a D. Ramiro, y también llamare a mis compañeras de México y Argentina. – acepto Jaime – Voy a llamarles y les explicare lo que he averiguado, por si sus familias saben algo sobre todo este embrollo. Después ya os contare lo que hable con ellos.

-       Puede ser una solución, y si el tal D. José saco su gorra de una caja similar a la que tenemos nosotros nos puede ayudar a abrirla. – dijo Aurelia mientras Jaime se dirigía a la casa, y cuando este desapareció en su interior y dirigiéndose a Elena le dijo: - Según la nota de mi abuelo debemos de tener una conversación con la madre superiora de mi colegio. ¿Elena, tú conoces a sor Carmela?

-       Si la conozco, - dijo esta – mis padres la respetaban y la tenían un gran cariño, y ella fue la que me facilito conocer a Belén, pues al parecer Juani la había pedido que buscase a dos muchachas de confianza para compartir piso con ella. Cuando fallecieron mis padres me dijo que Belén tenía un apartamento y buscaba compañeras, también me dijo que ella y su familia podrían ser las personas que me ayudasen a superar el trance, e incluso me dijo que podrían llegar a ser como una nueva familia para mí.

-       La jodida Sor Carmela, anda que no es lista. – dijo Amor dando un suspiro premeditadamente cómico – Pero aun así parece que son cosas del destino, que a la vuelta de Jaime y el mismo día que se enterase realmente de quien es, estuviéramos aquí Elena, una desconocida para él, pero igualita a su madre, y yo su desconocida y futura esposa.

-       Joder con la niña, - dijo Belén siguiendo la broma e intentando suavizar la tensa situación que se había creado – realmente crees que Jaime se fijara en ti, estando otras mujeres tan hermosas o más que tú, e incluso mucho más sexis, como por ejemplo Clo. Porque ella también está coladita por el chico.

-       Coño y yo. - dijo Erika rompiendo a reír – El muchacho es un ejemplar único, y encima parece que es el descendiente del mandamás de una raza superior a nosotros. Pero tendrás que tener en cuenta también a tus dos hermanas mayores, pues Alba y Aurora, que nada dicen, también lo miran con cara de bobas, lo que pasa que son mucho más prudentes que tú.

-       Erika, por favor, solo me faltaba que tú también estés dispuesta a soliviantar a Jaime. – dijo en tono molesto Juani – Le llevas doce años, compórtate.

-       Pero si yo no pretendo casarme con él. – rio de nuevo Erika – Pero no me dirás que no sería maravilloso que me hiciese madre, ya que mejores genes no se podrían encontrar, y luego entre tú y yo cuidaríamos de la criatura. ¿No te hace eso ilusión?

-       Estas más loca que Amor. – dijo de nuevo Juani, que parecía realmente enojada y miraba amenazadora a Erika – Déjate de decir tonterías, pues creo que estarás mucho más guapa calladita.

El tono autoritario y el enfado evidente de Juani, hicieron que el resto de las jóvenes dejaran de hacer comentarios, y Érica riéndose alegremente dijo:

-       Me voy a echar una siesta, no vaya a ser que Juani se enfade más y me eche de su casa, vaya carácter, con lo que yo la quiero.

Riéndose desapareció dentro de la casa, pero antes de traspasar la puerta se volvió tirándole un beso con su mano sobre los labios, y Juani, que incomprensiblemente se mostraba nerviosa, respiro aliviada cuando desapareció Erika y centro toda su atención en Elena a la que empezó a hablarle de Josefina, de cómo había sido su relación el escaso tiempo que convivieron, y las demás, a excepción de las muchachas del servicio y Bárbara que se fue con ellas, escucharon atentamente y con gran interés las historias que de la madre de Jaime y de su abuelo le contaba a Elena.

Por su parte Bárbara, dejo a Eulalia y las otras chicas en la cocina, y presa de una súbita curiosidad se dirigió a los dormitorios de la segunda planta buscando a Erika pues se había percatado de que algo extraño había entre esta y Juani, y como la había ayudado a subir sus cosas cuando llego, sabía en qué habitación estaba y sin siquiera llamar a la puerta entro decidida y sorprendió a la argentina recién acostada y completamente desnuda, pues no llevaba puestas ni unas miseras braguitas. Sobresaltada por la intromisión miro a Bárbara con extrañeza y la pregunto:

-       ¿Pasa algo? ¿A qué viene esa forma de invadir mi intimidad?

-       Perdona Erika, - dijo Bárbara – pero es que creo que he descubierto algo que no podía ni imaginarme. ¿Te importa que te haga unas preguntas un tanto indiscretas e íntimas?

-       Ya esperaba yo que antes o después alguien se daría cuenta. – dijo Erika dando un enorme suspiro y dejando caer su cabeza en la almohada – Dispara, pero lo que te diga me has de prometer que será un secreto entre nosotras.

-       No solo te lo prometo, te lo juro. – le contesto la joven sentándose a los pies de la cama y repasando con la mirada el cuerpo de la tía de las gemelas – Soy bastante directa y nunca me muerdo la lengua, y por otro lado soy tremendamente curiosa, por eso te seré franca y sincera, pues me ha parecido observar que Juani se ha molestado muchísimo por tu comentario de tener un hijo con Jaime, pero dándome la impresión de que era porque estaba celosa. Como yo sé que tú has vivido en esta casa durante los meses que han durado las reformas, y que durante ese tiempo has intimado mucho con Juani, me ha dado la impresión de que entre vosotras hay algo más que simple amistad, sobre todo al decirle que entre las dos cuidaríais de ese hipotético hijo. ¿Me equivoco?

-       No, no te equivocas Bárbara. – dijo Erika sonrojada y algo cohibida, pero con gran firmeza - Te voy a contar una cosa que solo Juani conoce y espero que guardes el secreto, no por mí, pues no me avergüenzo de ser como soy, es por ella. Y si se han de enterar los demás prefiero que sea la propia Juani quien lo cuente, pero como tú has intuido algo prefiero que lo sepas de primera mano y no compartas tus dudas con nadie. – Hizo una pausa y tras un profundo suspiro continuo - Pues verás, desde pequeña, desde que vinimos a España, empecé a darme cuenta de que me atraían las mujeres y fue para mí una situación bastante complicada, que supere cuando la mujer de mi hermano lo abandono con las gemelas casi recién nacidas y de alguna manera yo me hice cargo de ellas, olvidando mi problema casi completamente. Luego, cuando ingresé en la universidad volví a tener de nuevo esas sensaciones que me hacían sentir diferente, pues no me atraía ninguno de los compañeros que por cierto me asediaban. Por el contrario, si me di cuenta que me gustaban las mujeres y acabé enamorándome como una imbécil de una profesora bastante mayor que yo y que era lesbiana declarada. Me hizo muy feliz y a la vez enormemente desgraciada, pues en principio me trato de maravilla, me ayudo en los estudios, me quiso mucho y sobre todo me hizo comprender mi forma de ser y me enseñó a amar a otra mujer, pero luego se alejó de mí, cosa que por otro lado yo sabía que ocurriría antes o después, pues tenía pareja, otra mujer de su edad a la que quería con locura y con la que llevaba diez años conviviendo pero que durante su relación conmigo estaba trabajando en Australia. Decepcionada completamente, más que con nadie conmigo misma, procure dedicarme a mis estudios y a mis sobrinas y nunca más busque a nadie.

-       Pero ahora hace un año y medio, - prosiguió tras una pausa en la que Bárbara respeto su silencio – cuando vine a esta casa a supervisar las obras y Juani me invito a quedarme hasta que finalizasen, me fui poco a poco enamorando de ella. Juani es una mujer maravillosa, buena y generosa, y creo que me quiere igual que yo a ella. Todo comenzó una tarde del pasado año, el diecisiete de mayo a las siete de la tarde, lo recuerdo perfectamente, acababan de irse los albañiles y Eulalia, Clo y Eli fueron al pueblo, quedando nosotras dos a solas. Juani me invito a una coca cola en la salita contigua a su dormitorio y nos sentamos en el sofá muy juntas, ignorando ella lo que esa cercanía me hacía sentir, y yo no pude contenerme y se lo dije de pronto, le dije: “Juani, estoy enamorada de ti y me gustaría ser tu amante”.

Erika se quedó callada mirando al techo y dando de nuevo un enorme suspiro, pero dando la sensación de que no iba a decir nada más, por lo que Bárbara sin poder contenerse y presa de una enorme curiosidad pregunto:

-       ¿Y que hizo Juani?, ¿Qué te contesto?, ¿Se enfadó?

-       No, ni mucho menos, - dijo Erika exhibiendo ahora una radiante sonrisa – al contrario, se puso a reír, creo que incluso halagada por mi proposición, y luego me dijo: “Desde que murió mi difunto esposo nunca he tenido relaciones con ningún otro hombre, pues me prometí a mí misma que jamás habría otro hombre en mi vida. Pero realmente tengo necesidad de cariño, necesito que acaricien mi piel, que me besen y me mimen, y también hay momentos que estoy necesitada de sexo. Como comprenderás me he desahogado siempre en soledad y deseando compartirlo con alguien, y si me apeteciera tener un amante no dudes que serías tú, pues jamás dije que no habría una mujer en mi vida. Es una opción que nunca antes había llegado a plantearme, pero cuando vuelva mi “niño” y según vayan las cosas decidiré. Quiero que sepas que me siento feliz a tu lado, me trasmites tu vitalidad y tu alegría y te quiero de verdad e incluso puede que seas la única persona que pueda devolverme lo que me falta desde hace años, besos, caricias y saber que alguien me desea, me quiere, me respeta y me necesita”. Desde esa tarde somos como hermanas, y a pesar de que yo creo que a ella le apetece ser mi pareja, no acaba de decidirse, y esto solo lo sabe mi hermano con el que no tengo ningún secreto. Ella tiene miedo de cómo pueden tomárselo sus hijas y sobre todo Jaime, pues piensa que su “niño”, como ella lo llama, al ser hombre no pueda comprender esta situación si se llega a producir. Quizás ahora que Jaime ha vuelto, y viendo como es el muchacho, decida dar el paso decisivo, por lo menos así lo espero.

-       Joder que fuerte, pero que historia más hermosa. – dijo Bárbara, que se quedó mirando a Erika fijamente – Realmente no me esperaba algo así, quizás di por hecho que simplemente erais amantes, pues yo soy muy liberal y creo en el amor con mayúsculas. También es posible que yo piense así porque con una mujer como tú o como Juani, a mí no me importaría pegarme un revolcón, sería una experiencia nueva y extraordinaria, pues sois las dos extremadamente bellas.

-       Anda, anda, lárgate no vaya a cometer una locura. – rio Erika halagada – Tu si eres una mujer capaz de hacer perder la cabeza a cualquier hombre o a cualquier mujer que le atraiga su propio sexo, pero yo soy fiel a mis sentimientos. Lárgate y guárdame el secreto.

-       Gracia Erika por tu franqueza y sobre todo por tu confianza. – dijo Bárbara que cuando estaba saliendo y con la puerta a medio cerrar la volvió a abrir y dijo: - Como creo que Jaime nunca se decidirá por mí, si algún día te desestima definitivamente Juani, búscame.

Erika se quedó asombrada, pues comprendió que Bárbara hablaba con absoluta sinceridad y en ese momento comprendió el por qué se había dado cuenta de sus sentimientos hacia Juani, ya que además de ser una gran observadora, cabía la posibilidad de que fuese como ella homosexual o como mínimo bisexual. No acabo ahí su asombro, pues en ese momento oyó que llamaban a la puerta, pero a la puerta que daba acceso al servicio que estaba entornada, y tremendamente preocupada dijo:

-       ¿Quién es?

-       Soy Jaime, - se oyó la voz del joven - ¿Puedo pasar?

-       Adelante pasa, - dijo Erika que la sorpresa la tenía paralizada y no fue capaz ni de taparse, recibiendo a Jaime tal como estaba, sentada en la cama desnuda y despatarrada - ¿Qué quieres?

-       Lo siento, de verdad que lo siento, - dijo Jaime que se quedó mirando a Erika embobado – pero no he podido evitar oírlo todo, pues el baño tuyo es compartido con mi habitación y sin pretenderlo, al estar la puerta entornada, he escuchado tu conversación con Bárbara. Pero te prometo que no saldrá de mi boca nada, no se lo contare a nadie, y te diré que tampoco me molesta vuestra relación, al contrario, me alegraría mucho que Juani fuese feliz. No me lo esperaba, la verdad, pero no hay duda de que tu cariño es sincero y me alegro de corazón. Pero por favor, tapate, que eres demasiado hermosa para soportar verte casi desnuda sin sentir la necesidad de acariciarte.

Entonces se dio cuenta Erika de cómo había recibido a Jaime, y precipitadamente se cubrió con la sabana enrojeciendo de forma violenta e intento excusarse diciendo:

-       Perdona, pero con la sorpresa y el sentimiento de culpa que he sentido al comprender que sin pretenderlo te habías enterado de un gran secreto que incumbe a Juani, me ha dejado paralizada. No era mi intención ni mucho menos excitarte.

-       Lo entiendo Erika, - dijo Jaime sonriéndola – supongo que, aunque tú a mí sí, yo no te atraigo, pero no pasa nada.

-       Pues si he de ser sincera, eres el primer hombre vivo que me ha hecho sentir algo. – contesto Erika con gran sinceridad – Solo al ver el retrato de tu abuelo sentí algo parecido, y a veces así se lo he comentado a Juani, siempre le he dicho que comprendía que aún ahora ella siga enamorada de su difunto esposo a pesar de que han transcurrido veinte años. Quizás es porque realmente sois seres diferentes.

-       No sé lo que harás, pero creo que debes contarle a Juani todo lo que ha ocurrido, que sepa que yo sé su secreto y que si ella se decide yo no seré quien opine nada al respecto, al contrario, aceptaría con agrado la situación. – dijo Jaime – Posiblemente eso haga que se sienta liberada de una obligación hacia Belén, Aurelia e incluso hacia mí, y pueda por fin decidirse para declinar o aceptar tu cariño que ahora mantiene en secreto, un secreto que casi con seguridad le está atormentando. Pero no se te ocurra mencionarle que Bárbara te ha tirado los tejos, eso sí podría ser algo más complicado. ¿Tú entiendes que podamos gustarle tú y yo a Bárbara?

-       Yo no sé las tendencias de la muchacha, pero es evidente que a ella le gustan tanto los hombres como las mujeres, - dijo riendo Erika – porque no solo me ha tirado a mí los tejos, también ha dicho que le gusta Juani. Pero los jóvenes de hoy en día sois demasiado liberales y nada me extraña. Fíjate, por ejemplo, en Amor, ella no se ha cortado ni un pelo en besarte estando desnuda, y luego decir que está dispuesta a casarse contigo, y lo decía de verdad.

-       Por cierto, si yo no he oído mal, le has contado a Bárbara que la madre de Aurora y Alba dejo a tu hermano siendo estas muy pequeñas, recién nacidas. ¿Cómo es posible que Amor sea también hija de Eduardo?

-       No es hija de Eduardo, - contesto Erika – Amor es su ahijada, pero vive con nosotros desde que nació. Verás, Eduardo, no sé si lo sabes, era futbolista y fue fichado por el Betis cuando tenía veinte años, en 2003, y nos vinimos con él a España, mi padre que era su manager, yo que tenía doce años y su esposa que estaba embarazada. Poco después del parto ella se fue con otro futbolista y dejo a Eduardo con las niñas, eso unido a que mi padre falleció por aquellas mismas fechas, dejo sumido a mi hermano en una crisis enorme, física y moral, y solo un compañero suyo, Raphael le ayudo a superar esa situación. Se hicieron inseparables y Raphael y su esposa, brasileños los dos, ayudaron a mi hermano, y a mí también, en aquella situación tan espantosa. Cuando viajaban con el equipo Carmelita, la esposa, se quedaba conmigo y con las gemelas, ayudándome y enseñándome cuanto hace falta saber para atender a un bebe. Ella quedo embarazada y cuando dio a luz a una preciosa niña justo al año de nacer Aurora y Alba, falleció en una complicación del parto, y mi hermano fue entonces el que ayudo a su amigo, que incluso se vino a vivir con nosotros. Luego a Raphael lo ficho un equipo italiano y Amor se quedó con nosotros, pero él en Italia, unos meses después, encontró pareja y se casó de nuevo, pidiendo a mi padre que se hiciese cargo de Amor hasta que él se retirase, pues por aquel entonces lo ficho un equipo de Japón y no quería que la niña anduviese de un lado para otro. Cuando se retiró Raphael del futbol, se hizo entrenador y de nuevo viajaba por todo el mundo, primero entrenando a una selección de África, luego a un equipo de Suiza, etc. etc., y ahora Amor solo lo ve de vez en cuando, pero realmente su familia somos nosotros, y Aurora y Alba son como sus hermanas verdaderas, por lo que, a pesar de tenerle un gran cariño a su padre, ha preferido vivir con nosotros. También habrás advertido que ella es muy diferente a mis sobrinas, es mucho más morena, más inteligente, mucho más desinhibida y también mucho más gamberra. Las monjas del internado donde estudio Aurelia la temían de verdad, pues ella y tu tía eran el terror del internado y las gemelas sus más incondicionales secuaces. Ahí conocimos a Juani, en una tutoría que nos pidió la maestra de ellas a las dos familias a la vez, a la que asistí yo porque mi hermano estaba de viaje. Esa es la historia de Amor.

-       Bueno voy a intentar contactar con mis compañeras y contarles lo que he averiguado, ya que con la diferencia horaria no quería despertarlas. – dijo Jaime – Pero creo que tú y yo nos vamos a llevar muy bien, me gusta hablar contigo, tu forma de ser, tú sinceridad y también como has reformado la casa, creo que tienes un gusto exquisito, incluso al buscar pareja, pues Juani para mi es y será la mujer más encantadora del mundo, si te acepta quiérela mucho y hazla inmensamente feliz.