El soñador. Capítulo 26.- Último

El desenlace. Último capítulo.

Capítulo 26

El desenlace. Ultimo capitulo.

Viernes, 16 de agosto de 2.024

Al poco de amanecer, sobre las siete y media, Verónica y Andrea bajaron a la cocina cada una con un portátil y dispuestas a enseñar a Carmen o cualquier otro que lo desease la información recopilada por Piedad, por lo que llevaban el disco duro externo en el que estaba todo grabado. Antes de entrar en la cocina se encontraron con Bárbara, Aurora y las gemelas Julia y Erika.

Allí se encontraban ya parte de los residentes, y entre ellos Jaime, Carmen, Elena y Amor, al igual que Pedro y Piedad, estos últimos sumidos en una especie de shock pues su desayuno había sido algo alucinante, ya que cuando Eulalia les pregunto qué les apetecía, los platos, las tazas, las cucharillas y el azucarero habían salido de sus armarios hasta colocarse en la mesa, y luego las jarras con el café y la leche se habían colocado solas delante de ellos, y poco después las tostadas, igualmente solas, salían de la tostadora y se colocaban sobre una fuente, que luego volaban hasta el centro de la mesa, al igual que la mantequilla y el aceite. Cuando las recién llegadas les preguntaron por su evidente asombro, les dijeron que le pidieran a la cocinera lo que iban a desayunar y lo verían.

Y vieron al igual que Zacarías y Alba que llegaron en ese mismo momento, como el desayuno se servía solo, con un solo gesto del dedo de Eulalia, y entonces Andrea dijo:

-     No encaja su uniforme, no debería ir vestida de cocinera, debería de ir como vimos a Piedad, pues ella si es de verdad una bruja.

-     Además, con lo buenorra que esta, - rio Aurora – estaría espectacular.

-     Yo de verdad cada día que pasa creo que estoy viviendo un sueño, - dijo Zacarías restregándose los ojos – y parte de esos sueños son casi una pesadilla. ¿Cómo demonios se consiguen hacer lo que acabamos de ver?

-     Es todo poder mental. – le contesto Jaime – Todos los humanos tenemos una capacidad mental enorme, pero utilizamos una mínima parte, con las gorras esa capacidad se multiplica, llegando a poder utilizar la mente en un porcentaje entre el 75% y el 95%.

-     ¿Y yo me la puedo poner? – pregunto Andrea – Si ahora soy la ostia en el campo de la informática, podría llegar a ser la reostía.

-     Pues ya que la niña lo dice, - intervino Carmen – no estaría de más que se pusiesen ellos también las gorras, las cuatro y dos minutos cada una. Con ello es posible que Piedad, que es capaz de conseguir formulas realmente buenas, potenciase su capacidad lo suficiente para ayudarnos a conseguir nuestro fin, a terminar la fórmula de la inmortalidad.

-     Pues después de desayunar, - dijo Jaime – si ellos están de acuerdo se las pueden poner, y de paso comprobamos que ven con ellas, si tienen también alguna visión, y si es así, comprobar si es diferente a la nuestra.

Quedaron en eso, todos sin dudar aceptaron colocarse aquellas gorras mágicas durante dos minutos, y luego intentarían los diez tener alguna visión o como mínimo comprobarían su efecto. Por su parte Carmen le pidió a Piedad que mientras ellos se ponían las gorras, ella podría ir viendo los avances que habían logrado en sus investigaciones, y esta le indico a Verónica que le prestase su portátil donde la rusa había enchufado el disco duro.

Al terminar de desayunar estaban ya todos los habitantes reunidos, y tras salir al porche Carmen junto a Mary y Elena, se pusieron a curiosear el portátil que les habían dejado. Al abrirlo comprobaron que entre los diferentes íconos que aparecían en la pantalla, uno de ellos estaba nombrado con “Charlas del Marques”, y a Elena le llamo la atención e indico a Carmen que si no le importaba lo abriese para saber a qué tipo de charlas se refería. Resulto que en ese icono Verónica, que en su día había grabado las dos disertaciones que les había dado Pedro, las había transcrito literalmente, además de haber grabado el audio, y procedieron a escucharlas con curiosidad.

Mientras tanto los diez que no habían utilizado las gorras, procedieron a ponerse las cuatro, una tras otra, dos minutos cada una de ellas. Una vez hecho esto, Paloma les pregunto si se encontraban bien y que sensaciones tenían, si habían percibido algo. Fue Alba la primera que hablo y mirando a Jaime y Amor, explico:

-     Yo he tenido una visión, que voy a tener una hija con Zacarías, y que esa hija junto al hijo que también tendrán Jaime y Amor, serán dentro de unos veinticinco años los líderes de una nueva generación en unos mundos lejanos, creo que en otro lugar del cosmos.

-     Pues yo he tenido, no diría una visión, pero si una enorme seguridad que junto a Carmen yo ayudare a descubrir la fórmula de la eterna juventud. – dijo Piedad – Realmente creo que es posible conseguir la inmortalidad.

Los demás también habían tenido sus visiones o premoniciones, Pedro el Marques, solterón empedernido, había visto que viviría en un lejano lugar junto a seis esposas, Bárbara que pilotaría naves extraordinarias, Julia y Erika que viajarían junto a Esther, Susana, Aurora y Alba, las otras gemelas a un mundo lejano para formar allí una gran familia, Aurora que podría investigar monumentos antiquísimos en lugares muy lejanos, y Andrea y Verónica habían tenido la misma visión, que juntas se harían cargo de un extraño y gigantesco ordenador en el que programarían cosas extraordinarias. Por su parte Zacarías, dijo:

-     Pues yo he visto que ahora mismo hay un despliegue de tropas vigilando esta finca, que estamos siendo vigilados desde tierra y aire, y también que han desviado las observaciones de un satélite para rastrear toda esta zona minuciosamente. Debemos de ser muy precavidos si queremos que esto no trascienda. También he visto que hare realidad las ilusiones de Piedad, dándola una nieta.

Nada más decirlo, oyeron el motor de un helicóptero, que Bárbara reconoció como un colibrí, y que efectivamente podría estar haciendo un rastreo del terreno, incluso fotografiando la finca. Jaime resto importancia al hecho, pues de momento se sentían seguros habiendo escondido la esfera, y tal como Carmen había dicho no podría detectarse estando parada. Entonces fue Arantxa la que animo a los que habían tenido la reciente experiencia para que los diez juntos, dándose las manos, intentasen tener alguna visión, igual que la habían tenido ellos, cosa que hicieron estos formando un círculo allí mismo y sentados en el suelo al estilo hindú.

Al igual que había ocurrido con los cuarenta y uno, un hilo eléctrico unió las cabezas de los diez y sobre el que circulaban luces del color de las cuatro gorras, a la vez que en la frente se les formaba el símbolo dorado. Cuando pasados unos minutos se separaron, la opinión unánime de todos ellos era que habían recibido una cantidad enorme de información procedente de las mentes de los otros nueve, e incluso Aurora, que en su día había reconocido su ignorancia en plantas y demás especies de las recetas de Paulina, ahora sabía perfectamente que era cada una de ellas, pues tenía en su mente todas las ideas de los otros, y los demás así lo ratificaron, pero fue Andrea la que poniéndose de pie, quiso comprobarlo y dijo:

-     Pues si hemos recibido toda la información de Piedad, yo podré hacer lo mismo que ella. Voy a convertirme en bruja.

De pronto todos pudieron ver a la muchacha con la misma apariencia con la que Piedad en su día se les mostro, enormemente sexi, enfundada en un conjunto de lencería trasparente de color negro, con medias del mismo color sujetadas por ligueros y unos zapatos de alto tacón rojos. Al igual que ocurría con Piedad su pelo suelto aparecía bajo un gorro puntiagudo de bruja y en su mano llevaba una escoba. Pero pasados unos minutos no volvía a su anterior estado, por lo que ante eso Piedad dijo:

-     Creo que con el poder o la magia que otorgan las gorras, no solo puedes simular una cosa, también puedes conseguirla, hacerla realidad. Tendría que analizar las propiedades del material con el que están confeccionadas esas prendas.

-      Eso lo hemos intentado durante siglos, - dijo Carmen – pero hasta ahora no hemos conseguido averiguar nada. Al parecer y por lo que estos días hemos averiguado, las gorras fueron fabricadas de un mineral extraño, indestructible pero maleable y muy escaso, conseguido de un minúsculo meteorito, y del que únicamente consiguieron el suficiente material para la fabricación de esas cuatro gorras, pues no quedo ningún resto de ese extraño mineral.

-     Por cierto – volvió a hablar Carmen – Hemos oído en el ordenador que nos habéis dejado, unas conversaciones que por lo visto Pedro tuvo con todos vosotros, y me han llamado la atención.

Ante la mirada de extrañeza de todos, pues no entendían como podía Carmen haber accedido a lo que Pedro les había dicho verbalmente, Verónica les aclaro que ella lo había grabado y luego transcrito, explicando que era su forma de aprender y que todo lo que creía interesante lo grababa, para repasarlo y escribirlo después y enterarse así mejor de las explicaciones recibidas. En este caso por la importancia que ella dio a esas charlas, además de grabarlas, las había trascrito literalmente. De nuevo Carmen dirigiéndose ahora a Pedro le dijo:

-     De la primera lo que me ha llamado la atención, son las fechas en que tú dijiste que se organizaron los grupos, entre 1.520 y 1.560, pocos años después de venir los antepasados de Jaime desde Kabu, por lo que podría ser que fuesen parte de los venidos del otro planeta, o bien sus primeros descendientes. Pero de la segunda charla lo que más me ha impactado es que mencionases a los alquimistas como promotores de ello. Como es lógico nosotros en nuestros laboratorios y ordenadores tenemos muchos datos, y también tenemos conocimiento de los logros de estos, y que tu mencionas como que fueron logrados por “falsos alquimistas”. En lo que si estamos de acuerdo es en su verdadero fin, la búsqueda de la piedra filosofal, que convertía la piedra en oro y que con ella se conseguía el “aqua vitae”, el agua de la vida. Desestimamos en nuestras investigaciones todo eso pues nos considerábamos muchísimo más avanzados científicamente, más aún cuando también hablaban del Santo Grial y mezclaban el Templo de Salomón y el arca de la alianza, ya que consideramos que eran tan solo supersticiones. Por eso desestimamos investigar a fondo sobre el tema. Pero creo que ahora deberíamos tomar más interés en todo lo referente a los alquimistas, y sobre todo al agua de la vida. ¿Qué opináis vosotros?

-     Pues que deberíamos de traer todos los documentos antiguos y volver a leerlos nuevamente, - dijo el Marques – pues quizás ahora que nuestras mentes tienen mayor capacidad podamos interpretar muchísimas cosas que hasta ahora nos eran totalmente incomprensibles, y algunas aún no están recogidas en la base informática. Pero es posible que hayamos descubierto algo importante, que las gorras son realmente la piedra filosofal, pues como ha dicho Carmen proceden de un meteorito y los primeros alquimistas, si realmente eran parte de los viajeros llegados del otro planeta, podrían haber asociado la piedra filosofal a las referencias que sus antepasados les podrían haber contado de las gorras que daban gran poder, que estaban confeccionadas con un mineral extraordinario y eran enormemente influyentes en la filosofía o poder de la mente.

-     Cabe esa posibilidad, pues encajan ambas deducciones. – dijo Piedad – Pero yo tengo una propuesta que nos incumbe a todos. Si concentrándonos los diez hemos traspasado nuestros conocimientos a los demás, ¿Por qué no hacemos lo mismo todos los que estamos aquí? Seriamos muchos más para tratar de entender todas las recetas.

-     Eso facilitaría mucho las cosas, - dijo entonces Bárbara, la hermana biológica de Jaime – Si todos poseemos los conocimientos necesarios para interpretar esos documentos, tendremos muchas más posibilidades de conseguirlo. Yo personalmente creo que sería interesante.

-     De todas formas, lo primero que deberíamos de hacer es traer todo eso aquí. – comento Zacarías – Y como es lógico no podemos cometer la imprudencia de ir a buscarlos con la esfera. Creo que podríamos salir ahora y antes de anochecer estaríamos de vuelta.

-     ¿Y con nuestros nuevos poderes no podemos hacer que vengan los documentos solos? – pregunto Julia – Ahorraríamos mucho tiempo.

La sugerencia de la gemela hizo que todos sopesaran la posibilidad, pues si habían conseguido localizar un agujero de gusano que los unía a otras constelaciones y conectarlo al silo de la nave, quizás pudieran lograr eso que en teoría era mucho más sencillo. Fue Erika, la tía de las gemelas la que propuso interconectarse los 39 que moraban actualmente en la mansión, y que de paso que se traspasaban sus informaciones mentales, podrían intentar traer todo lo que pudiese interesar para las investigaciones, incluido todo aquello que tenían almacenado en el laboratorio.

Con el fin de no llamar la atención por si alguien pudiese estar vigilándolos, bien desde lo alto del muro de piedra, o desde alguna loma cercana, decidieron formar el circulo en la planta diáfana que había sobre las cocheras, y que, según la propia Erika, que es la que las había diseñado en su día, era lo suficientemente grande para albergar todo lo que pretendían traer con sus mentes. No obstante Belén dijo:

-     Pero tendremos que ver como traemos todo eso, pues si ocurre como cuando recogemos las mesas, y vienen los ordenadores, los libros y los tarros en procesión por el aire, detrás vendrán los que nos espían, infinidad de periodistas y miles de curiosos.

-     No es así como yo lo proponía, - explico de nuevo Julia - lo que tendremos que intentar es que allí desaparezcan y aparezcan aquí. Como hacen los magos, pues algo de eso tenemos nosotros ahora.

-     Tiene razón la chica, y creo que se puede, - dijo Eulalia señalando la mesa en la que había aparecido una cerveza – Esta vez en lugar de mentalmente pensar en traerla he querido que se esfumara del frigorífico y apareciera en la mesa, y no ha venido volando, ha aparecido, ¿Lo veis?

Efectivamente de pronto desapareció la cerveza de la mesa, y ella explico que había pensado en que apareciese en la nevera y desapareciese de la mesa. Mucho más animados por la prueba, y ante la duda de que funcionase en una distancia mucho mayor y un numero de objetos muy superiores y de mayor tamaño, se dirigieron a las cocheras y allí en la planta superior, que, aunque tenía una altura de dos metros escasos, se dispusieron a hacer lo planeado. Decidieron que solo Piedad mentalmente decidiese donde debían de aparecer las estanterías y demás cosas del laboratorio pues ella era conocedora de las dimensiones de todo ello, y que Andrea hiciese lo mismo en cuanto a los aparatos que tenían en la sala informática. Como aquella planta era inmensa decidieron que en un extremo colocarían el laboratorio y en el otro los equipos informáticos, si lo que tenían previsto hacer funcionaba.

Una vez de acuerdo en cómo colocar todo lo que pretendían trasladar con sus mentes, se sentaron en dos círculos, el de afuera con veintiséis y el interior con los doce restantes y en el centro Jaime, y concentrándose conectaron sus mentes, primero trasmitiéndose mutuamente las informaciones y luego centrándose en que apareciesen el laboratorio y el equipo informático. Volvieron a unirse sus cabezas con el hilo conductor, las estrellitas de colores, y en sus frentes volvió a aparecer el símbolo. Una vez pasados diez minutos y al abrir los ojos pudieron comprobar que allí estaban el laboratorio completo, incluidos los frigoríficos, las mesas y las estanterías con todos sus tarros y cajas, y al otro extremo todo el equipo informático incluidos cables, antenas y enchufes. Piedad y Pedro se acercaron para comprobar que estuviese todo, aun asombrados por lo que habían logrado, y Verónica y Andrea también se dirigieron hacia el otro extremo donde estaban todos los aparatos informáticos, pero la última, en lugar de comprobar nada, bajo corriendo a la cochera y volvió a los pocos segundos alborozada y diciendo:

-     Si esta, “relámpago” esta abajo, y eso lo he hecho yo solita.

-     Eso es lo que tú te crees, - dijo Mary – todos hemos leído tu mente y todos hemos aceptado a que se efectuase la trasmutación de tu moto. Tu solo has decidido donde ponerla igual que los ordenadores y creo que si nos concentramos e intercomunicamos funcionamos como una sola mente.

-     Ahora que has dicho lo de trasmutación, - intervino Pedro – esa es una de las propiedades que buscaban los alquimistas, y que hoy en día se estudia por los mejores científicos en las pruebas de la fusión nuclear. Es posible que consigamos cosas importantes, pero realmente lo que hemos hecho es una trasportación.

-     Lo importante ahora mismo, - dijo Carmen – es quitarnos de encima a los que nos vigilan, para poder acercarnos a la ciudad submarina.

-     No creo que debamos correr el riesgo de que detecten de nuevo la nave. – dijo Elena – Si no la utilizamos se cansarán de vigilarnos, y supongo que, aun así, siempre dejarán a alguien vigilando, por lo menos durante un tiempo.

-     Efectivamente tiene razón. – corroboro Bárbara la piloto – No dejarían de vigilarnos, aunque detectasen que desde aquí ha vuelto a salir lo que ellos detectan, y que es evidente que no saben lo que es. Además, cuando detectasen de nuevo la vuelta, aquí se montaría la mundial.

-     Es que me gustaría ir a mi ciudad. – dijo Carmen – Y no poder usar mi esfera me intranquiliza. Allí podríamos comprobar muchas cosas que aquí no podemos por falta de medios.

-     ¿Y si intentamos configurar un agujero de gusano desde el contenedor de la esfera hasta la ciudad submarina? – pregunto ahora Erika la gemela de Julia – Si pudisteis lograr uno hasta otra galaxia, será mucho más fácil uno al fondo del mar, digo yo.

-     Estas niñas son una joya. – dijo Piedad – A una se le ocurre como traer mi laboratorio y a la otra como puede ir Carmen a la ciudad submarina.

-     Puede ir, no, podemos. – dijo la aludida – Yo quiero utilizar la esfera para llevarte a mi ciudad y que veas lo que allí tenemos. También que vengan Andrea y Verónica para que vean nuestros equipos informáticos. Vamos a intentarlo.

De nuevo se concentraron y tras un ritual similar al anterior, Carmen, Piedad, Verónica y Andrea, a las que acompañaron, la piloto que quería volver a subir en aquella nave extraordinaria, y Elena, que volvería a avisar a los demás si todo había resultado según lo planificado, se dirigieron a la piscina y una vez allí Carmen con  su mente abrió la escotilla del nuevo zulo, por la que las cinco bajaron hasta la cámara contenedora de la nave, cuyas paredes eran iguales a la que había bajo los jardines, incluso su misma iluminación. Una vez dentro comprobaron que igual que ocurría en la otra cámara en uno de sus laterales se había formado un agujero, por lo que supusieron que había funcionado lo que pretendían. Subieron las cinco a la esfera y cuando esta desapareció en cuestión de milésimas de segundo, Elena volvió para comunicar a los demás que había funcionado todo de acuerdo a lo planificado.

Cuando volvió, encontró al Marques enfrascado en comprobar que todo lo que habían traído con su mente estaba exactamente igual a como lo habían colocado en el Chalet de Nerja, y a las dos gemelas rusas intentado poner en funcionamiento los ordenadores, para lo cual Zacarías, Alba y Aurora con sus nuevos poderes estaban reforzando la red eléctrica que subía desde las cocheras y que tenían ya prácticamente terminada. Una vez puesto en marcha el equipo, la pantalla gigante se ilumino y en ella apareció la cara de Andrea, que sonriendo decía:

-     Ya estamos en la quesera gigante, porque esta ciudad parece una quesera, rodeada de agua y peces. Sus ordenadores son infinitamente mejores que los nuestros y me he conectado con vosotros para que podáis estar comunicados con nosotros en todo momento.

-     Dice Piedad que el laboratorio es algo inaudito, - intervino Verónica que asomo su cara a la pantalla – En un rato intentaremos que también podáis verlo, pues Andrea ahora, que tiene alucinadas a los técnicos de este ordenador, está intentado conectar con los que detectaban los movimientos de la esfera, para ver si de nuevo han detectado nuestro viaje. Por cierto, aquí solo hemos visto mujeres y por lo que nos han dicho algunas tienen casi mil años. Dejaremos abierta la conexión y ya os diremos algo.

Las gemelas Esther y Susana y Aurora y Alba, se acercaron al Marques, que estaba junto a Paola repasando las estanterías, y le preguntaron qué diferencia había entre trasmutación y transportación, y el encantado las contesto:

-     Veréis preciosas, trasmutación es cambiar en un mismo objeto, sea mineral, vegetal o animal, sus cualidades, por ejemplo, lo que los antiguos alquimistas pretendían, cambiar el plomo en oro. Sin embargo, la trasportación es conseguir que un objeto, sin variar sus cualidades cambie de lugar. Supongo que habréis visto las series o películas de Star Trek, en la que los personajes se tele transportan, pues eso es lo que hemos hecho nosotros con el laboratorio, los ordenadores y la moto de Andrea. ¿Lo entendéis?

-     Por cierto – le pregunto entonces Susana – Has dicho que cuando te has puesto la gorra has tenido la visión de que vivirías en un lejano lugar junto a seis esposas, y cuando nos hemos conectado todas las mentes, yo he creído ver en la tuya, que esas seis esposas éramos nosotras cuatro y las otras dos gemelas, Julia y Erika, ¿Es esa la visión que tuviste?

-     Madre de Dios, - exclamo Paola que estaba escuchando lo que decían – ahora resultara que hasta nuestros más escondidos secretos estarán al descubierto por los demás. ¿Es verdad Pedro lo que dice la niña?

-     Pues no del todo. – dijo el hombre un tanto avergonzado – En mi visión no había ninguna en particular, pero si es cierto que pensé que en caso de ser cierta la visión, no estaría mal que fuesen ellas seis. Lo siento, no os lo toméis a mal, fue solo un pensamiento pasajero.

-     ¿Pasajero? – dijo Paola rompiendo a reír – Menudo viejo verde estas echo, pero de alguna manera no me extraña, pues realmente son unas criaturas inmensamente hermosas. La única duda que tengo – y volvió a reír estrepitosamente – si con tus años serias capaz de complacer a mis dos nietas y a las otras cuatro.

-     ¿Y por qué no? – sorprendió Esther a Paola que dejo de reír y miro con sorpresa a las jóvenes – Es un hombre encantador, y las seis estamos de acuerdo en que, si llegamos a ser inmortales, podríamos ser muy felices los siete juntos.

- Hay que joderse . – no puedo evitar exclamar Paola – Ahora sí que no entiendo nada. ¿No preferís a Jaime, Johnny, Zacarías o al otro Pedro? Son mucho más jóvenes, y bastante más guapos.

-     Puede que tengas razón abuela. – volvió a sorprender a la mujer ahora Aurora – Pero lo cierto es que ninguno de ellos nos ve con la admiración con las que nos mira el marqués, y por lo que nos contó mi tocaya Aurora, él nunca ha tenido pareja, pero sí que ha sido toda su vida un conquistador irresistible, por lo que debe de tener muchísima experiencia en tratar a las mujeres.

-     Eso digo yo, - puntualizo su hermana Alba – y si a ti te parecen los otros más guapos elige a uno de ellos, pues creo que, a pesar de tus años, ninguno te rechazara, eres una mujer realmente hermosa. Y si consiguen la inmortalidad supongo que también encontraran alguna píldora para recobrar la juventud.

Paola se quedó mirando a las cuatro muchachas con los ojos abiertos, lo que acababa de oír la había dejado totalmente atónita, incluso más asombrada que con todo lo ocurrido con anterioridad y que había sido realmente alucinante. Resoplo y dio media vuelta buscando con la mirada a su hija Erika que estaba con Juani, y fue a reunirse con ellas para explicarlas lo que acababa de escuchar.

En ese momento apareció de nuevo en la pantalla gigante la cara de Andrea que les decía:

-     Pues resulta que no han detectado el movimiento de la esfera, parece ser que sus radares detectan un movimiento totalmente inusual por su velocidad de desplazamiento y como al iniciar o al parar sus trayectos ralentiza esta velocidad, pueden determinar el inicio y fin de los viajes. En el último viaje parece que no han podido detectar nada, ni la trayectoria, ni la salida, ni por supuesto la parada, por lo que creemos que bajo el agua sus radares son totalmente ineficaces. Se están volviendo totalmente majaras, creen que esta vez el artefacto invisible que no saben que es, se ha escondido en la finca. Por eso están muy pendientes de todos los movimientos que hay, pues acaban de desviar la óptica de un satélite de observación y han llevado varios drones con los que están peinando todo el terreno de la finca. Yo he conseguido la misma señal que ellos y vemos lo mismo que ellos y voy a enviaros a uno de los ordenadores nuestros esa señal, para saber también desde ahí en todo momento que están viendo.

-     ¿Y cuándo pensáis volver? – pregunto Jaime - ¿Han conseguido algún avance?

-     De momento no hay variación. – dijo Andrea - Pero vamos a digitalizar todo lo que aún no está en el disco duro y lo trasmitiremos a los ordenadores de aquí, que dada su tecnología analizaran todo lo recibido y descartaran automáticamente los que no puedan ser útiles para conseguir los fármacos de la inmortalidad. Para digitalizar todo vamos a llevar una especie de impresora que lo hace muchísimo más rápido que el escáner nuestro.

-     Vamos a ir dentro de un rato, y procuraremos no utilizar durante un tiempo la esfera para evitar que nos puedan detectar. – dijo asomando su cara Carmen – Andrea está dejando todo preparado para que tengamos una conexión constante entre la casa y la ciudad sumergida, y así, tanto ellos como nosotros, estaremos al corriente de todo puntualmente.

-     Pues estoy viendo ahora mismo lo que los drones peinan. - dijo Jaime – y deberíais conectar también la esfera con nosotros para que cuando salgáis del zulo no estén peinando esa zona, pues si ven abrirse la escotilla en el suelo vendrían para averiguar de dónde salíais.

-     Ya lo hemos previsto, - dijo Barbara asomando su cara a la pantalla – Se le ha ocurrido a Andrea. Cuando lleguemos os avisamos y cuatro de vosotros vais con Elena, que sabe dónde está la escotilla, llevando una lona grande, como si estuvieseis jugando a algo, y nosotras volvemos con esos cuatro escondidos debajo de la lona.

-     Pensaran que estamos como cabras, - dijo Alba – pero hay que reconocer que es una magnifica idea y que además confundirá a los que nos vigilan. Si creen que somos unos jóvenes descerebrados que hacen estupideces y juegos absurdos, antes dejaran de vigilarnos.

-     Lo dudo, el coronel Paniagua es un sabueso de cuidado y un fanático convencido de que existen cosas fantásticas e inexplicables. – dijo entonces el Marques – No creo que renuncie a vigilarnos, más ahora que sabe que yo estoy aquí, pues él siempre ha creído que yo era un infiltrado de algún poder económico mundial interesado en mantener a la opinión pública al margen y a su vez para disuadir a los mandos españoles y europeos, e incluso a los americanos, de cualquier posible suceso extraño. Supongo que es el quien me ha sucedido en el mando del “grupo de sucesos inexplicables”, que es como se denomina el comando que nos vigila, y que casualmente yo promoví. Como, ahora tiene el apoyo tecnológico de EEUU y estos están muy interesados en los viajes de la esfera, nos seguirá vigilando con lupa, y cualquier suceso que ocurra en la finca, por muy peregrino o ridículo que sea, lo tendrá en cuenta e intentará averiguar a que se debe.

-     Pues salimos unas cuantas en pelotas correteando por los jardines. – dijo Aurelia – Seguro que todos los drones se fijarán en nosotras y dejarán de vigilar el resto de la finca y así podrán salir del zulo sin problemas.

-     Tu siempre con tus salidas de tono. - dijo Juani – Tengo una hija que por muy inteligente que sea, no piensa nada más que en tonterías y estupideces. Además de los drones pueden tener observadores sobre el muro, cerca de la piscina, y ver en vivo, por un lado, la salida del zulo y las viajeras de la esfera, y, por otro lado, a ti y a las que quisieran acompañarte en pelota picada.

-     Tienes razón en tus argumentos, - dijo Zacarias – y en ese caso, tampoco serviría para nada la lona, pues desde el muro verían lo que ocurre bajo esa lona. Hay que buscar otro medio.

-     No hay ningún problema. – dijo Clo – Podemos intentar con nuestras mentes hacer que el zulo de la esfera cambie su escotilla de sitio, y que se pueda entrar y salir desde las cocheras.

Así lo hicieron y unos minutos después el zulo de la esfera estaba conectado por un pasadizo bajo tierra con las cocheras, cosa que pudieron comprobar Clo y Elena que fueron a buscar a Carmen y sus cuatro acompañantes que les habían comunicado que ya volvían.

-     Es alucinante la ciudad submarina, - dijo Verónica – pero yo no viviría en ella jamás, me agobiaría.

-     Tiene razón Vero, - dijo Barbara – es impresionante pero falta la luz del sol, el aire, las nubes ……

-     Bueno, deberíamos de comer. – dijo Eulalia – Pero hay un problema no tenemos pan y habría que ir a comprar al pueblo. También haría falta comprar carne, huevos y alguna cosa más.

-     Pues Elena y yo vamos con Clo. - dijo Aurelia – Decirnos que hace falta y lo traemos enseguida, y así, de paso vemos que están haciendo los militares que nos vigilan.

A pesar de que Jaime propuso que se quedaran de guardia junto a los ordenadores un par de ellos, Andrea le dijo que había conectado su portátil y que desde la casa podrían estar en contacto con la ciudad submarina, por lo que todos se fueron a la casa menos Aurelia, Elena, Clo y Barbara, que se fueron al pueblo a comprar lo que Eulalia les había anotado en una lista de compra.

Eran ya más de las dos de la tarde cuando volvieron de la compra, comunicando que no habían visto a nadie vigilando la finca, ni de uniforme ni de paisano, y que en el pueblo nadie había notado nada raro, a excepción del estruendo de los cazas. Eulalia, sin más dilación y con los poderes que ahora poseía preparo en un momento una deliciosa comida, con entrantes y carne a la brasa. Ya en los postres Zacarias le pidió a Jaime que le enseñase la nave con la que habían viajado a los planetas gemelos y acompañados por los otros nueve componentes de la firma “Belleza Natural” y Jonatan bajaron al zulo y accedieron a la nave. De nuevo fue Barbara la que más impresionada quedo a la vista de aquella extraordinaria nave y dijo que era capaz de pilotarla sin problemas, pues ahora tenía los mismos conocimientos que Carmen o Paloma en su manejo, pues al conectar sus mentes había recibido sus conocimientos, que, unido a su experiencia como piloto, podría hacer que en un futuro fuese ella la piloto oficial de esa nave, cosa que encajaría con la visión que había tenido.

Andrea y Aurora por su parte no dejaron escapar la oportunidad de ponerse uno de los uniformes y a la vista de lo bien que les quedaba, las gemelas Erika y Julia, Verónica, Barbara, Alba e incluso su madre Piedad, no pudieron resistirse a la tentación de ponerse ellas también uno.

Una hora después volvieron a subir a la casa, Andrea y Aurora aún enfundadas en el traje, y con sus ropas en la mano. Mientras contaban sus impresiones, ya en el ático y cómodamente sentados, sonó el móvil de Aurelia que tras hablar un momento colgó, y mirando con cara de asombro a Elena, la dijo:

-     Es tu madrina, la madre superiora. Dice que está en el pueblo y que vayamos a recogerla.

-     La que faltaba, - dijo Erika – éramos pocos y pario la abuela, en este caso la monja.

-     Entre tú y Aurelia no hay día sin alguna barbaridad. – dijo Juani con aire taciturno - ¿Qué querrá la madre Carmela? ¿Qué la decimos?

-     Lo que está claro es que se va a enterar de todo. – dijo Belén – De tonta no tiene nada.

-     Voy a buscarla. – dijo Elena resuelta y levantándose – No tengo ni idea de porque aparece sin avisar. Cierto es que Aurelia y yo la invitamos a venir, pero creíamos que llamaría antes.

-     Coño, pues ya ha llamado. – dijo Mary riendo – lo que pasa es que no ha dado opción a decir que no. Como Jaime nos contó la historia de esa monja tengo curiosidad por conocerla, ¿puedo ir contigo?

-     Si claro puedes venir. – era Aurelia la que la contesto – Iremos con Elena e intentaremos que nos diga que quiere antes de llegar, aunque poco tiempo tenemos del pueblo hasta aquí.

Todos tenían conocimiento de quien era la monja, tanto por lo que les habían contado, como por el conocimiento adquirido de los demás uniendo sus mentes. Mientras Elena, Aurelia y Mary iban a por la monja, los demás se quedaron haciendo conjeturas de que podría querer, y sobre todo que deberían de contarla, pero fue Barbara, la hermana biológica de Jaime y Elena, la que dijo:

-     Yo creo que la monja se ha cansado de serlo. Al faltarle Elena su vida ha perdido interés y supongo que viene a pedir asilo, vamos a quedarse con su niña.

-     Otra que tal baila. – dijo Juani – Yo no sé qué puede pretender sor Carmela, pero con Aurelia, Erika y tú, es posible que acabe bañándose en la piscina.

-     Pues ya que me nombras, - intervino Erika – yo opino lo mismo que Barbara, y no lo dudes, intentare convencerla de que se bañe en la piscina, pero en pelotas.

-     Pues por lo que yo aprecie cuando la vi, - dijo Belén – no creo que hiciese el ridículo, debe de tener un tipazo, y mínimamente arreglada debe de ser una mujer de bandera.

-     Ya es lo último que me faltaría por ver. – dijo Paola sonriente – No es que a mí me escandalice nada, pero solo falta en esta casa una monja en cueros, y que la graben desde los drones que nos vigilan.

-     Menos mal que no está aquí mi madre. – comento Arantxa riendo – Si oye lo de la monja se habría escandalizado, con lo beata que es.

-     Después del viaje intergaláctico que hizo, no creo que la escandalice nada. – dijo Diana – Por lo menos a mí ya no me asusta nada ni nadie, ni siquiera el coronel Paniagua. Por cierto ¿Dónde estarán escondidos los del grupo especial ese?

-     Estarán camuflados, - comento Pedro el marques – Si lo que pretenden es pasar desapercibidos, es difícil que ninguno de nosotros y mucho menos los del pueblo puedan verlos. Y, por cierto, Eulogio Paniagua es una excelente persona, por lo que no debe de asustar a nadie, el único problema es que es una persona extremadamente honesta y si sabe lo que aquí pasa se verá obligado a comunicarlo a sus superiores.

-     Pues a lo mejor habría que explicarle todo, decirle la verdad de la forma más cruda. – dijo Zacarias sorprendiendo a todos - ¿Vosotros creéis que si le enseñamos la nave intergaláctica lo iría corriendo a decir? Yo creo que no, y me explicare; si es lo honesto que dice Pedro ¿Qué ganaría con que se supiese? ¿Qué iba a hacer el gobierno de nuestro país, o de cualquier otro? ¿Sería bueno que se supiese? ¿Está la sociedad preparada para asumir estos hechos? Estas y muchas más preguntas que supongo se haría, al igual que yo mismo me he hecho en las últimas horas, pues también me considero un hombre honesto y yo no creo que se deba de saberse nada de todo esto, por lo menos de momento.

-     En eso tiene toda la razón Zacarias. – era de nuevo Pedro el que intervenía – Una de las virtudes por las que los seleccione a ambos, era su honestidad y su evidente respeto a las leyes que juraron defender.

-     Pues a lo mejor sería interesante hablar con el tal Eulogio. – dijo Jaime – Siguiendo el razonamiento de Zacarias es probable que considere que, si todo esto llega a saberse, el resultado sería negativo, los dirigentes de los países más avanzados, las grandes multinacionales e incluso algún excéntrico multimillonario, intentarían conseguir la tecnología de las naves, de la ciudad submarina, de las gorras, y todo ello sin importarles el precio por conseguirlo, o la guerra o guerras que supondría llegar por delante de los demás para conseguirlo. ¿Puedes localizarlo y decirle que venga?

Esto último se los preguntaba a Pedro, pero no hubo lugar a respuesta pues en ese momento entraban en el ático Elena, Aurelia, Mary y la monja, pero la monja era más bien una actriz de Hollywood, y todos se quedaron mudos por la sorpresa. A sus cuarenta y cuatro años, Elvira, que era su verdadero nombre, era una mujer espectacular, bellísima, ojos grises, pelo rubio rizado, unos labios que parecían dibujados en su hermosísima cara, y un atuendo nada convencional para una monja, pues llevaba una camiseta de tirantes gris y unos tejanos del mismo color, pero más oscuros y ceñidos a sus caderas. Calzaba unas sandalias que dejaban ver sus perfectos pies y toda ella en conjunto, era una verdadera belleza y que ni mucho menos aparentaba su edad, ya que más bien parecía que tendría treinta y pocos, dada su complexión más bien delgada. Fue Aurelia la que explico, a su manera, a que se debía la visita de la que fue su directora, explicando:

-     Elvira, pues así quiere que la llamemos, ya que ese es su nombre real, ha decidido colgar los hábitos y disfrutar de la vida ahora que aún está de buen ver. Yo diría que, arreglada como está ahora, sin sus vestidos grises y sosos, no está de buen ver, esta buenísima. Como Elena le dijo que lo suyo era también de ella, tras pensárselo detenidamente, ha aceptado y aquí esta, y a partir de ahora espera vivir divirtiéndose todo lo que pueda.

-     Me ha dejado enormemente, pero a la vez gratamente sorprendida. – dijo Elena – y desde ahora quiero que sepáis que todo lo mío es también de Elvira, de alguna forma mi madre, a la que adoro.

-     Madre del amor hermoso. – exclamo Juani – Estás preciosa, realmente el cambio es espectacular, vestida así se te ve fenomenal, se bienvenida y considérate en tu casa.

-     Gracias, he aceptado el ofrecimiento de Elena, con la convicción de que los demás miembros de la familia me aceptaríais. – dijo Elvira – Pero si a alguno de vosotros no le parece bien, mañana mismo me mudare a un hotel.

-     Si Juani, que es quien manda en esta casa, ha dicho que bienvenida, nadie osara decir lo contrario. – dijo Jaime – Además, creo que como a mí a los demás no solo no les importa, sino que nos agrada compartir contigo lo que tenemos, cosa que a mi abuelo seguro que le hubiese complacido.

Belén, Barbara, Aurelia, Elena, Jaime y Juani, uno por uno le dieron la bienvenida y la aceptaron como un miembro más de la familia y luego Aurelia dijo:

-     Bueno, viniendo desde el pueblo le he dicho a Elvira que le contaría una historia de la ostia, increíble, fuera de toda lógica, pero que una vez la conozca le cambiara la vida, y ahora con el permiso de todos vosotros se la voy a contar, pues si desde este momento es una más de la familia no debemos tener con ella ningún secreto.

-     Y no sería más fácil que se coloque las gorras y luego nos conectamos con ella mentalmente. – era Amor la que hacia esa propuesta – Y posiblemente con la clarividencia que le den las gorras todo será más fácil, menos traumático.

Así lo hicieron y tras colocarse las cuatro gorras, dos minutos cada una, volvieron a conectar sus mentes y solo quince minutos después, Elvira ya era conocedora de todos los sucesos acaecidos en los últimos meses y poseía los conocimientos de los otros treinta y nueve con los que había conectado su mente. Pero de todos los hechos fuera de la lógica humana, lo que más la llamo la atención fue la edad de Carmen, a la que miraba alucinada. Tras varias preguntas sobre lo que le habían trasmitido a su mente, y comprobar que, si eran ciertas todas las cosas que ahora sabia, pregunto:

-     Entonces si lo que me habéis traspasado es todo real, lo último que pretendíais cuando he llegado era llamar al tal Eulogio Paniagua ¿No es así?

-     Efectivamente, eso era lo que yo preguntaba a Pedro. – dijo Jaime - y ahora se lo vuelvo a preguntar. ¿Puedes localizarlo?

-     Supongo que sí, hare unas llamadas e intentare que me den un teléfono para comunicarme con él. – dijo Pedro - ¿Pero que le digo?

-     Pues que te has enterado de que esta por esta zona y que lo invitas a cenar. – le contesto Piedad con una mueca de impaciencia – Que más da, lo que hace falta es que venga y le expliquemos todo. Luego supongo que si reacciona como Zacarias intentara por todos los medios de que su grupo se retire definitivamente.

-     Eso mismo es lo que yo pienso. – dijo Jaime – Hemos de convencerle, primero que las señales que recibían no suponen ninguna amenaza para nadie, todo lo contrario, a lo que pasaría si se supiese la verdad, y luego de la necesidad de mantener en secreto todo hasta que tengamos claro que debemos hacer en el futuro. La profecía no dice nada de este planeta, solo de volver a los planetas gemelos. Lo que pueda pasar aquí en la Tierra lo hemos de averiguar nosotros y actuar en consecuencia en los próximos años.

-     Voy a hacer unas llamadas e intentare que venga a cenar. – Pedro se dirigió a la otra ala del ático y dijo – No acabo de ver claro el futuro que podamos tener con nuestros conocimientos en este mundo de locos.

Se alejo intentando que sus conversaciones no recogiesen el rumor que los otros hacían hablando, sobre todo intentando aclarar a Elvira parte de sus muchas preguntas sobre lo que ahora recogía su mente, y así trascurrieron varios minutos hasta que el marques volvió a unirse al grupo y dijo:

-     Al parecer están acampados detrás de la finca, y alguno de los hombres incluso dentro, junto a un pequeño estanque, ya que han empezado a peinar la zona con localizadores de residuos radioactivos. Al parecer los americanos están convencidos de que en esta finca hay algún aparato con una tecnología desconocida hasta la fecha.

-     No obstante, Eulogio ha aceptado mi invitación y viene hacia aquí con su segundo. – todos estaban pendientes de lo que Pedro estaba contando y en el silencio más absoluto – Es un experto en parapsicología y no es militar.

-     ¿Y cuánto van a tardar? – pregunto Juani - ¿Dónde vamos a cenar y quienes estarán con ellos?

-     No creo que les queden ganas de cenar cuando les contemos lo que ocurre. – dijo Jaime – No te preocupes por eso, y si no pierden el apetito siempre esta Eulalia que puede solucionar ese problema.

-     Pues en menos de diez minutos supongo que estarán aquí. – dijo Pedro – Venían en el jeep desde la parte de atrás de la finca.

-     Vamos a bajar a recibirlos. – dijo Jaime – Iremos Pedro y yo y le acompañaremos hasta aquí.

Cuando llegaron abajo oyeron el timbre de la cancela de entrada, Jaime abrió y salieron ambos a recibir a los invitados al porche. Llego el Jeep a la altura de las escaleras y allí los recibieron, Pedro efusivamente saludo a Eulogio y a pesar de que ya se conocían le presento a Jaime, y a su vez Eulogio presento a ambos a su acompañante como una experta en psicología, ya que era una mujer de unos treinta y cinco años y que al contrario de Eulogio iba vestida de paisano, con unos tejanos y una blusa de manga corta. Era muy hermosa, pero daba la sensación de ser extremadamente seria y parecía que estaba a la defensiva. O bien estaba alerta por la situación o bien era que percibía algo extraño y por ello miro con una desconfianza excesiva a los que les recibían, sobre todo a Pedro, no obstante, en su mirada se podía apreciar una admiración más que evidente hacia Jaime, bien por su físico o quizás por las vibraciones que trasmitía su personalidad.

Cuando los saludo estrechando la mano a ambos con energía, y se presentó a sí misma como África Smith, comprobaron que era extranjera, posiblemente americana, aunque con un casi perfecto castellano. Aprovecho Jaime para dirigirse a ella en un perfecto inglés preguntándola de que parte de USA era, y ella le contesto que, de Portland, a la vez que le preguntaba que como se había dado cuenta de que era de Estados Unidos. Jaime, camino del ático, aprovecho para romper el hielo con ella y le conto que estuvo siete años en su país, y relativamente cerca de donde ella era oriunda.

Cuando entraron en el ático, les estaban esperando los demás habitantes de la casa con expectación, y fue Zacarias el que absolutamente asombrado y dirigiéndose a la recién llegada y acercándose a ella, le dijo:

-     África, que placer volver a verte. ¿Qué haces tú por estos lares?

-     Hombre, Zacarias, es a la última persona que esperaba encontrarme en estos momentos. ¿Y tú, que haces aquí? Algo extraño habrá para que tu olfato de rastreador indio te haya traído hasta aquí. – la mujer expresaba en su cara una enorme extrañeza, pero acercándose a Zacarias le dio un enorme abrazo – Me alegro mucho de volver a verte.

-     Anda coño, - intervino Alba con evidente curiosidad - ¿De qué conoces tu a esta mujer?

-     La conocí en Quántico, cuando fui a un curso que daba el FBI. – contesto Zacarias – Ella era una de las que impartía los cursos, ya que es una experta en psicología criminal y una eminencia en psicología étnica, o sea el comportamiento de grupos de individuos o pueblos concretos. Por lo que se, es una gran investigadora del comportamiento de los indios americanos.

Ante aquella enorme coincidencia, todos quedaron un tanto perplejos, pero Jaime tomando las riendas de la situación, procedió a presentar a los recién llegados a todos los habitantes de la casa, y a su vez presento a estos a los recién llegados. Y sin más dilación y dirigiéndose a Eulogio, le dijo:

-     Supongo que África será la persona que ha mandado Estados Unidos para colaborar en las investigaciones de los sucesos que ocurren los últimos días en esta finca, o sea, la evidencia de sus equipos que desde esta finca salen y llegan naves, a las que sus radares no pueden controlar.

-     ¿Cómo saben ustedes ese dato? – Eulogio miraba entre intrigado y asustado a Jaime - ¿Qué nos pueden contar sobre ese tema?

-     Os ruego que os sentéis, os pongáis cómodos, tengáis paciencia y escuchéis tranquilamente los que vamos a contaros. – Jaime con un ademán los invitaba a sentarse en los sillones, donde ya estaban la mayoría de los habitantes de la casa – Os anticipo que es algo difícil de creer, también un largo relato, y una vez terminada la historia que vamos a contaros, os demostrare que es cierto cuanto os relataremos.

Eulogio quiso decir algo, pero con un gesto África le pidió que dejase hablar a Jaime, y este sin más dilación les conto todos cuanto había ocurrido desde el día 22 de junio, tanto a él y su familia, como a los demás, pues era conocedor de la memoria de todos ellos desde el uso de las gorras y la unión de sus mentes.

Cuando acabo el relato estaba anocheciendo, y Eulogio daba la sensación de haber asumido la historia como una realidad irrefutable, no así África que tenía cara de incredulidad absoluta, y cierta sonrisa socarrona, y dijo:

-     Lo que acabas de contar es increíble, ni yo ni nadie se puede creer semejante cuento. Pero no sé lo que opinarán mis superiores, porque por si no la sabéis llevo un micrófono escondido y habrán escuchado todo lo que habéis contado.

-     Tus superiores han estado escuchando sonidos de la TV todo el rato. – dijo Jaime sonriendo a la mujer – Subiendo hasta aquí he percibido que tenías ese micrófono y mentalmente lo he mandado a la planta baja al lado de la TV que he puesto en marcha.

África busco en su cinturón algo que no encontró y mirando asombrada a Jaime le pregunto:

-     ¿Cómo lo has hecho?

-     ¿Quieres asombrarte más aún? – la pregunto Jaime mirándola guasón – pues si quieres te invito a que veas la nave de mi “cuento”. ¿Quieres verla?

Asintió la mujer sin ser capaz de pronunciar palabra y junto a Pedro, Eulogio y Zacarias, siguieron a Jaime hasta la planta baja, y luego a través de la cocina hasta las escaleras que llevaban al zulo donde estaba la nave. Jaime le invito a subir a la esfera, les enseño su interior, incluso los minúsculos uniformes que había explicado en su relato, y una vez que termino de enseñarles todo, les dijo a los dos:

-     ¿Creéis que alguien debe de saber esto?

Ante el silencio de África y Eulogio, continuo Jaime:

-     Si se enteran, sean los gobiernos de vuestros países, personas de esos mismos gobiernos, o cualquier otra, ¿Qué harán?

-     Os lo diré – continuo ante el silencio de ambos – Intentaran lo primero conseguir la tecnología de la esfera, de la ciudad submarina, de las gorras y de cuanto puedan beneficiarse. Y si todo quedase en el más absoluto secreto de los dos países, seria menos terrible que si se enterase la prensa, u otras potencias mundiales, pues la disputa por obtener esa tecnología podría montar la tercera guerra mundial. Todo esto debe de quedar en el más absoluto secreto, por lo menos de momento.

-     Ahora debéis de ser vosotros dos los que convenzáis a vuestros superiores de que aquí no pasa nada y dejar de vigilarnos, y si os apetece uniros a nosotros para buscar soluciones de cara al futuro. – termino Jaime su alegato - ¿Qué me decís?

-     Yo estoy anonadado, aún debo de asumir todo lo que he escuchado y visto, - dijo Eulogio - Pero ¿cómo decimos ahora que las señales que evidentemente se han percibido en esta finca no existen? ¿Qué argumentos podríamos esgrimir para decir que retiren la vigilancia?

-     En la ciudad submarina y previniendo algo parecido a lo que está ocurriendo, - dijo Carmen – tenemos unos aparatos muy sofisticados, que son una especie de juegos, un come cocos o similares, que cuando se juega y se gana la partida, emite un sonido que se reproduce en el juego del que pierde durante unos pocos minutos, y que puede simular perfectamente lo que captan vuestros radares. Voy con mi esfera y traigo aquí uno, luego dejo otro en el rancho de Ramiro, otro en la Rioja, en casa de Diego, otro en casa de Pancho y por último uno en el hotel de mi hija en Cancún. El de aquí lo podéis usar para convencer de que lo que han captado es producido por el juego, y de paso si quieren comprobarlo, en los otros sitios que han detectado mi esfera, podrán verificar que tienen unos juegos iguales. Con eso podríamos quitarnos de encima la vigilancia y yo podría seguir viajando libremente con mi esfera.

-     De todas formas, mis superiores deben de estar preocupados ante la falta de noticias. – dijo entonces África que había estado callada y como meditando – Debes de devolverme el micrófono y yo les contare que creemos que hemos averiguado algo.

-     ¿Y no los puedes llamar por teléfono y decirles que lo has perdido? – Era Aurelia la que preguntaba – Seria más convincente, y si te dicen lo que estaban oyendo, justificas que se te debió de caer al sentarte en un sillón.

-     Pero no te has pronunciado de cuál es tu postura. – intervino entonces Elena - ¿Estas dispuesta a guardar el secreto y no contárselo a nadie?

-     No solo eso, - contesto África – estoy dispuesta a ponerme las gorras que tenéis, a montarme en vuestra nave y unirme a vosotros en esta Odisea, que me parece extraordinaria. Renunciare a mi puesto y me vendría a vivir con vosotros si me aceptáis.

-     Pues entonces vente conmigo a la ciudad submarina, - dijo Carmen – Vamos a buscar los juegos. Los repartimos en los demás sitios y luego venimos aquí. Entonces y una vez en nuestro poder el juego, conectamos con Cancún, y hacemos que suene la alarma en los dos lados. Para entonces ya estarán majaretas por nuestro viaje a Usa, México y Argentina.

-     Eso es, y entonces llamas preguntando si han percibido algo, y como te dirán que sí, les dices que crees que ya has descubierto el problema, un aparato muy extraño, un juego de millonarios excéntricos, único y excepcional. – dijo entonces Amor – Vamos con vosotras Elena, Barbara y yo, y procuraremos dar una apariencia extrañísimo a esos aparatos o juegos, para que sea creíble que Eulogio y África lo han detectado por su extraña apariencia.

-     Bien, entonces para que nadie se preocupe, - dijo entonces Eulogio – yo voy a llamar a mi segundo, el Capitán Fernández, diciéndole que estamos cenando con el General Araujo y que nos han invitado a dormir aquí. Que creemos que todo está controlado y que se retiren hasta nueva orden. ¿Os parece bien?

-     Me parece estupendo, - dijo Pedro – pero, dime ¿tú también estas dispuesto a volar en la esfera y ponerte las gorras?

-     Por supuesto - contesto Eulogio – y mañana me voy a Madrid, pido la excedencia y me vengo con vosotros, ya que al igual que a África, me parece algo que nadie con dos dedos de frente puede rechazar. Y también tengo que decirte que lo que ha dicho Jaime es una verdad irrefutable, lo que aquí ocurre no puede saberlo ni Dios.

Tres cuartos de hora después volvieron Barbara, Elena, Amor, Carmen y África, esta enfundada en uno de los uniformes de la esfera, y con el que pudieron confirmar que era una mujer muy bien formada, y ahora sin la preocupación de cuando llego, y con una sonrisa de oreja a oreja, parecía mucho más hermosa y bella, incluso más joven. Traían también un artilugio realmente llamativo de color amarillo chillón, con una pantalla de TV y un teclado sin letras ni números solo con símbolos, monedas, animales, caras, muebles, etc. Realmente era tan extravagante que no podía pasar desapercibido, y al parecer habían dejado otros cuatro iguales en los diferentes sitios que habían visitado.

África venia alucinando de cómo había ocurrido todo, y quiso ponerse las gorras antes de llamar por teléfono a sus superiores. En base a su deseo procedieron a ponerles las gorras a Eulogio y a ella, dos minutos cada una, y luego al igual que hicieron con la monja, les traspasaron toda la información que poseían en sus mentes. Entonces llamo África por teléfono a su contacto y este la confirmo que habían detectado los movimientos en Cancún, Tijuana, Idaho y en La Rioja Argentina, y ella procedió a hacer que el artilugio que habían traído hiciese su función, y pregunto entonces si habían recibido señal de la finca donde ella estaba. Recibida la confirmación, les explico que era una especie de juego de unos millonarios excéntricos, todos ellos socios de una multinacional con sedes en casi todo el mundo y cuyas residencias eran precisamente donde estaban los juegos que producían aquellas inexplicables señales.

Ante la sorpresa de todos, que no sabían si su explicación era por su propia experiencia o bien propiciado por el uso de las gorras, explico que se había encontrado con uno de los alumnos que habían asistido en Cuántico a unos cursos en las que ella había disertado, y con el que comento los extraños sonidos que percibían en las diferentes zonas del Planeta, y que entonces el dueño de la finca le comento que justo en esos puntos vivían sus amigos, y le enseño el juego, que ella definió como algo realmente llamativo y verdaderamente horrendo, pero que confirmaba que era lo que producía las extrañas señales. Parece ser que, en el puesto de mando, alguien le dijo algo y ella entonces dijo con una voz realmente de enfado:

-     Pues si no le parece bien que yo haya comentado los puntos donde se percibían las señales, desde este mismo momento acepte mi dimisión sin vuelta atrás, no consentiré que cuestionen mi proceder, máxime teniendo en cuenta que gracias a mis comentarios se ha despejado una incógnita que traía de cabeza al Pentágono, la Nasa y a la Casa Blanca. – tras escuchar unos segundos, volvió a decir – No, NO y No. Mi dimisión es irrevocable y de todas formas no voy a tolerar que cuestionen mi proceder. No obstante, acepto reunirme con usted la semana que viene, y pueden mandar a recoger el “juguete” cuando quieran, se lo entregaran sin ningún problema.

-     Joder, ha salido bordado. – dijo cuando colgó – Sabia que, si les decía que de alguna manera había revelado secretos, me llamarían la atención y entonces yo tendría justificación para dimitir sobre la marcha. Punto y final.

-     Cojones con la psicóloga, - dijo Aurelia – Que bien se ha montado su despido.

Pospusieron para el día siguiente decidir cuales serían los siguientes pasos a seguir y también que todos deberían descansar, motivo por el que se retiraron a sus habitaciones. Jaime tardó mucho en conciliar el sueño tras el día tan vibrante y especial que habían vivido, pero no era por lo sucedido, sino por los pensamientos que en ese momento asaltaban su mente. Pensamientos que surgieron tras recibir en el traspaso de la mente de África, una mujer pasional y totalmente liberada de prejuicios y que, al parecer, desde el momento que le conoció le apetecía solazarse con él. Entonces pensó Jaime que no tendría ningún inconveniente en complacer a la americana, pero profundizando sobre ese tema, recapacito y se dio cuenta que tampoco le causaría ningún problema complacer a cualquiera de las demás mujeres que esa noche se alojaban bajo el mismo techo que él, pues repasando lo que ellas tenían en sus respectivas mentes, todas tenían las mismas apetencias que África, incluida la monja, su prima, su sobrina y sus propias hermanas.

Al final, pero con un calentón tan extraordinario como el día que acababa, pudo Jaime conciliar el sueño.

Epilogo

Año 2.024

Día 22 de junio (sábado)

Jaime que se había dormido profundamente nada más salir del aeropuerto de Barajas camino de su casa, en un momento del viaje, se despertó sobresaltado e intento ver donde se encontraba, y en ese momento se dio perfecta cuenta de que todo lo que había pasado, todo, absolutamente todo era solo un sueño, pero un sueño tan real que aún conservaba la bestial erección que la última parte del sueño le había provocado. Tardo unos minutos en darse cuenta de donde se encontraba, hasta que por fin reacciono y serenándose le dijo al conductor del coche:

-       ¿Cuánto queda para llegar?

-       Una hora escasa, acabamos de pasar Zafra, hace unos minutos. – le contesto el chofer – Ha estado durmiendo profundamente desde que salimos de Barajas, unas cuatro horas, pero muy inquieto, debía de estar soñando.


Nota del autor:

Ante todo, gracias a los lectores que han tenido la paciencia de leer este relato, y sobre todo a aquellos que me han animado a seguir publicando los siguientes capítulos.

En la actualidad estoy intentando escribir la segunda parte de esta historia, que titulare:

El soñador, “Rescatando sueños”

En esta segunda parte voy a intentar resaltar más los momentos eróticos, y la relación del protagonista con cada una de las mujeres, para adecuarla un poco más a las expectativas de los lectores de Todo Relatos, pagina que me ha permitido subir mi libro sin pedir nada a cambio.

Como la primera parte, de momento ha tenido una buena acogida, y lógicamente si termino el nuevo proyecto, procurare subirl también El soñador, “Rescatando sueños” por capítulos en cuanto lo tenga acabado.

Gracias de nuevo a todos.