El soñador. Capítulo 20.-
La Patrulla secreta.
El Soñador –
La Patrulla secreta.
Capítulo 20
Sábado, día 22 de junio de 2.024
El mismo día que Jaime de las Altas Cumbres volvía a España, el Inspector Zacarías Zapata Zurita, no podía ni imaginarse lo que a partir de ese momento le esperaba. Acababa de volver de siete días de vacaciones, tras haber cerrado su último caso brillantemente, y nada más llegar a la comisaría le habían indicado que el Comisario Garrido, su jefe inmediato, quería hablar con el urgentemente y antes de que volviera a retomar sus actividades normales.
Pidió permiso antes de cruzar la puerta del despacho del comisario quien le indico que pasase y cerrase la puerta, cosa que sorprendió a Zacarías, pues normalmente estaba siempre abierta. Con un gesto le indico que se sentase y entonces le dijo:
- Hace dos días he recibido instrucciones de que cuando te reincorporases deberías de presentarte en la Dirección General de Madrid, en el departamento de Formación y Perfeccionamiento, pues al parecer tienen un destino nuevo que quieren ofrecerte.
- ¿Y de qué destino estamos hablando? – pregunto sorprendido Triple Z, pues así lo llamaban sus compañeros - ¿Y cuándo debo de presentarme en la Dirección General?
- Como comprenderás yo no sé cuál es, ni tampoco me hace mucha gracia perder a mi mejor hombre. – le contesto Garrido – Pero supongo que solo te propondrán lo que sea, y tu deberás de aceptar o no. Debes de presentarte mañana a las cinco en la Avenida Pio XII, 50 en Madrid. Todo es muy extraño, el secretismo de tu destino, del que no quisieron decirme nada, y la cita en domingo que es inusual ya que raramente citan en un festivo. En fin, espero que no tenga que enterarme por conducto reglamentario si decides aceptar ese nuevo destino y que, si no puedes venir, por lo menos me llames para comunicármelo personalmente.
- Por supuesto, nada más terminar con la entrevista te llamare y te contare lo que sea. – dijo ZZZ – Ya sabes que aquí estoy muy contento y que he rechazado ya dos destinos, incluso declinando un ascenso, por no ser de mi interés la zona a que me querían enviar. Y si la oferta que me hacen es lo suficientemente buena como para depender de otro jefe que no seas tú, ten por seguro que lo sabrás de primera mano.
- Entonces vuelve a tu casa y prepara tus cosas para viajar a Madrid. Allí deberás de justificar los gastos de viaje y hotel, ya que según me han dicho, aceptes el puesto o no, los gastos de ese viaje corren a cargo de la Dirección General y no de esta comisaria de provincias.
- Bueno, pues me voy a preparar la maleta para mañana estar allí, ya que iré en tren.
Se levantaron ambos y tras estrecharse la mano, ZZZ salió del despacho y luego de la Comisaria, pensando mentalmente que nuevo destino le podrían ofrecer que ni su propio comisario sabía cuál era.
Zacarías era un hombre de treinta y dos años, alto, 1,87, no mal parecido, pelo castaño, ojos grises y un físico atlético muy bien conservado por una vida sana, con ejercicio físico a diario y comidas lo más naturales posibles. Hacía diez años que formaba parte de dicho cuerpo tras haber superado brillantemente el acceso directamente a Inspector, tras ser el número uno de su promoción, y desde entonces estaba muy bien considerado por los mandos de la policía, tanto a nivel de su destino, como en la cúpula superior, hasta donde había trascendido su olfato de investigador, así como su eficacia y rapidez en resolver casos complicados. Además, tenía estudios universitarios que termino estando ya en el cuerpo, pues era licenciado en Medicina Legal y se había especializado en Medicina forense y Criminología, pero había preferido dedicarse a la investigación, y por eso seguía en la policía. Hacía tres años, una vez terminados sus estudios, había asistido a unos cursos de formación en Washington D.C. que impartió el FBI a distintas policías europeas, y allí también había sido reconocida su valía, pues así lo hicieron constar ante sus superiores tras terminar dichos cursos de forma brillante y por los que había obtenido un diploma, una mención para la policía española y una gorra del FBI que solía ponerse cuando estaba resolviendo algún caso.
Durante el día se dedicó a hacer varias compras, y tras comer recogió y limpio el apartamento y preparo en una maleta y un par bolsas de deporte su ropa de temporada, sus artículos de aseo, el portátil, sus documentos personales, la pistola reglamentaria, un par de libros que estaba leyendo y el uniforme de gala reglamentario, único que tenía. Dejaría en su apartamento, que desde hacía seis años tenía alquilado en el centro de Burgos, ciudad a la que pertenecía la comisaria a la que él aún estaba asignado, el resto de sus cosas. Había previsto no tener que regresar de inmediato si el nuevo destino era inminente y lo aceptaba, y una vez instalado volvería para recoger el resto de sus pertenencias y cancelar el alquiler del apartamento. En cuanto a vehículo no tenia, pues en las recientes vacaciones había vendido a un primo suyo el coche, ya que tenía pensado comprarse uno nuevo.
Lavo toda su ropa, limpio el apartamento, recogió todo, coloco las maletas al lado de la puerta y una vez todo preparado, bajo a cenar a un restaurante cercano y volvió a su apartamento, quedándose dormido a los pocos minutos, pues el trajín del día lo había agotado.
Domingo, día 23 de junio
A las nueve se levantó, se ducho y bajo a desayunar a la cafería donde solía hacerlo todos los días. Luego, recogió la maleta y las bolsas y se dirigió a la estación para coger un tren que le llevaría a Madrid. Poco antes de las doce ZZZ salía de Burgos con un destino incierto, y a las dos y media llego a la Estación de Chamartín, muy cercana a la dirección donde a las cinco tenía la cita. Comió en la cafetería de la estación y se dirigió a la cita caminando, a la que llego bastantes minutos antes. Allí tras identificarse le indicaron que le estaban esperando, le invitaron a que se sentase en una salita un momento y que en breve le recibirían. Solo una vez había estado en ese departamento de Formación y perfeccionamiento, cuando le seleccionaron para asistir a los cursos del FBI, y allí había sido donde le habían citado de nuevo y donde en su día le habían ofrecido la posibilidad de asistir a los cursos. Ahora allí sentado pensaba si esta vez también sería algo similar, en cuyo caso no le parecía mal que le seleccionasen para un curso o algo parecido, pues en ese momento de su existencia, y a pesar de lo que se involucraba en los casos que le tocaban resolver, creía que le vendría bien dar un cambio drástico a su vida, más teniendo en cuenta que hacía dos meses se había separado de su pareja, ya que Mabel, que era como se llamaba, estaba harta de sus horarios, de sus imprevisibles salidas a media noche, de sus llegadas de madrugada o bien de no ir ni a dormir. Un día hacía poco más de dos meses, le había dicho: “Ya no puedo más, contigo no es convivir, nunca estás conmigo, me acuesto sola, me levanto sola, los fines de semana no sueles estar y solo vives por tu trabajo. Te quiero, pero no puedo soportar por más tiempo esta forma de vida, y eso si dentro de unos días, un mes o un año, no me dices que te trasladan, en cuyo caso romperíamos igualmente, pues yo no voy a dejar mi trabajo en el Ayuntamiento. Además, ante tus ausencias he encontrado a otra persona que me atiende como a mí me gusta, que está a mi lado casi siempre y con la que me voy a vivir desde hoy.”
Por eso estaba dispuesto a aceptar cualquier oferta que rompiese su monotonía y que de paso le hiciese cambiar de ciudad y olvidarse de Mabel, a la que echaba de menos, ya que aun sabiendo que su ruptura había sido definitiva seguía, o creía seguir, enamorado de ella perdidamente. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por un muchacho joven que le pidió que le siguiese y le llevo a través de varios pasillos hasta la puerta de un despacho, donde tras llamar y anunciar a ZZZ, le invito a entrar y el salió cerrando la puerta.
En el despacho había cuatro personas, un alto cargo del cuerpo completamente uniformado, un General de Brigada de la Guardia Civil, un alto funcionario del Ministerio de Interior y una mujer joven de entre veintidós y veintiséis años, pelo castaño, alta, bellísima, con ojos azules que traspasaban al sentir su mirada, una boca grande y sensual de sonrisa matadora, y con un cuerpo de infarto, que no podía disimularlo ni el uniforme que llevaba puesto de teniente de la benemérita. Entonces pensó que había cometido una imprudencia habiéndose presentado de paisano, más aún con unos tejanos, pese a que llevaba una chaqueta sobre su camisa de cuadros. Se disculpó de su atuendo y señalando su maleta y las bolsas dijo que acababa de llegar a Madrid.
Su superior, acepto sus explicaciones y tras darse a conocer le presento a los otros tres, y entonces supo que la mujer se llamaba Alba Arriaga Abad, y que iba a ser su compañera en el nuevo destino que le ofrecían si aceptaba la oferta. La propuesta que le hicieron le lleno de estupor, pues ni en el más remoto de sus sueños podría habérselo imaginado, ya que ni más ni menos le ofrecían la posibilidad de formar junto a Alba un nuevo grupo dedicado a estudiar casos de difícil explicación, que es como los definió el General, pues era este quien le informaba de cuál era el puesto que le ofrecían.
La cara de evidente sorpresa que puso ZZZ, hizo que el General, le dijese:
- Parece que la oferta le ha cogido por sorpresa, pues tiene una cara de no entender nada, que así lo evidencia. Creo que como todos tenemos cosas urgentes que hacer, por eso la reunión de hoy día festivo, lo mejor será que la teniente Arriaga le explique cuál sería su cometido y una vez enterado, si está interesado en el puesto, se reunirán los dos conmigo, y entonces matizaremos todo lo demás. Quiero que tenga en cuenta que caso de aceptar solo dependerá de mí, quedara desvinculado completamente del Cuerpo Superior de Policía, mediante un convenio de excedencia de cinco años que podrá interrumpir cuando usted quiera. De aceptar, pasara a pertenecer a una empresa privada, que es una tapadera de los cometidos extraordinarios y secretos que dicha empresa lleva a cabo, pero de alguna forma dependiendo del Ministerio del Interior y estará exclusivamente bajo mis órdenes. La teniente ya ha aceptado sin condiciones, pues le ha parecido un cometido diferente, interesante, muy emocionante e incluso una aventura extraordinaria. Tienen ustedes dos días, hoy y mañana, el martes me llaman y si acepta quedamos para comer y planificar todo, la teniente tiene mi móvil.
Dando por terminada la reunión, el General se levantó y los demás hicieron lo mismo y tras despedirse salieron Zacarías y Alba del despacho. Nada más salir ella dijo:
- Si no te importa vamos primero a mi casa que quiero quitarme el uniforme y ponerme algo menos llamativo. ¿Has traído coche?
- No he venido en tren y desde la estación he venido andando.
- Entonces vamos en mi choche que lo tengo en el aparcamiento. Vivo cerca, en quince minutos estamos en mi casa, me cambio y vamos donde tú quieras, donde podamos hablar tranquilamente.
Zacarías, aun sin ser capaz de racionalizar todo lo que le estaba ocurriendo, no puso ningún inconveniente en hacer lo que la joven teniente le proponía y la siguió sumisamente hasta el aparcamiento y allí su asombró aún fue a más al ver que Alba abría la puerta de Porsche rojo y le invitaba a subir, cosa que hizo cada vez más cohibido y más extrañado, tras colocar sus bultos en el asiento trasero. Durante el trayecto no hablaron nada, ella iba conduciendo tranquilamente y él se dedicó a mirarla, más bien a admirarla, pues era realmente una mujer fuera de lo común, tanto por su físico extraordinario como por su carácter que parecía muy fuerte, se la veía segura de sí misma, también simpática y trasmitía confianza y seguridad.
Ya en las afueras de Madrid en una urbanización de lujo, Alba desde el coche abrió con un mando a distancia la cochera de una casa unifamiliar, más bien una mansión que estaba rodeada de jardines. Entro en la cochera que estaba en un semisótano bajo la casa y tras bajar una pequeña rampa aparco junto a un lujoso jaguar y un todo terreno negro de última generación y se bajó del automóvil diciéndole a Zacarías:
- Vamos, te presentare a mi madre, y mientras me cambio la das un poco de conversación. Es muy simpática, te caerá bien.
Zacarías todavía en shock, la siguió sin decir nada, y desde la misma cochera y por unas escaleras accedieron a un recibidor amplio que a su vez era la entrada principal de la casa y Alba en voz alta, dijo:
- Mama, ya estoy en casa, vengo con un amigo, ven a saludarlo, es muy guapo y creo que te va a gustar.
De una puerta que parecía que era la de la cocina, salió una mujer de unos cuarenta y pocos años, unos ocho o diez centímetros más baja que Alba y que a pesar de su edad, pues al parecer era la madre de la joven, seguía siendo una mujer de bandera. Tenía una cabellera larga, lacia y negra, y una cara bellísima con una sonrisa en la boca un tanto burlona. Llevaba puestos unos pantalones cortos muy ceñidos y una blusa anudada por los faldones y con los botones sin abrochar, dejando apreciar parte de sus perfectos y abundantes senos, y su cintura al aire al igual que sus hermosas piernas indicaban que a pesar no ser ni mucho menos delgada, no tenía ni un gramo de grasa de más. Al ver a Zacarías se acercó a él y tras soltarle dos besos inmensos y sonoros en sus mejillas, le dijo:
- Menos mal que por una vez trae mi hija a una amistad que a mí también me gusta. ¿Sales con mi niña?
- Mama, déjate de bobadas, - dijo Alba sonriendo divertida – es un compañero de trabajo con el que debo de hablar de eso, de trabajo. Me cambio y nos vamos. Mientras es todo tuyo.
- Y por qué tenéis que iros, - dijo la mujer dirigiéndose a Zacarías – Si solo tenéis que hablar lo podéis hacer aquí mismo. Por cierto, me llamo Piedad.
- Zacarías, para servirla. – dijo cohibido él – Es un placer.
- Pues claro que puedes servirme. – dijo ella soltando una alegre risa – No me habían dicho eso jamás, y también sería para mí un verdadero placer si me sirvieses en lo que necesito. ¿Quieres tomar algo? Un café, un refresco….
- Pues un café con hielo, - dijo Zacarias enrojeciendo violentamente ante las palabras de la mujer - se lo agradecería, de verdad.
- Ven conmigo a la cocina y nos tomamos uno que es lo que estaba haciendo cuando me ha llamado mi hija.
Entraron por la puerta que ella había salido y accedieron a una enorme cocina con una mesa central en la que había una cafetera humeante, una jarra de leche, un azucarero, una taza y un plato con pastas. Piedad saco de una estantería un vaso y del frigorífico unos cubitos, y se los puso a Zacarías delante de una silla a la vez que con un gesto le invitaba a sentarse. Le indico que se servirse y empezó a hablar:
- Cuando te he visto me ha dado un vuelco el corazón, pues he creído que por fin la independiente de Alba se había fijado en un hombre, y no me ha extrañado, pues eres un espécimen bastante guapo y justo lo que ella necesita. – y tras un suspiro profundo siguió diciendo – Bueno, lo que ella necesita y yo también, por eso me ha hecho gracia cuando me has dicho para servirla. Por cierto, ni se te ocurra llamarme de usted, para ti yo soy Piedad.
- Mi marido me dejo hace tres años, - continuo Piedad al comprobar que Zacarías con su silencio se sentía algo incómodo ante su desparpajo y sonriendo guasona termino: - se fue con una muchacha de veintiún años, uno menos que su propia hija.
- Entonces, - calculo Zacarías intentando serenarse – Alba debe de tener ahora veinticinco años, muy joven para ser teniente.
- Chico listo. – le miro con picardía Piedad – No solo es teniente, también es psiquiatra, y muchas más cosas, es muy polifacética y muy inteligente. Y tú ¿Cuántos años tienes?
- Treinta y dos. – contesto lacónico Zacarías.
- ¿Y también eres guardia civil? ¿Qué cargo tienes?
- No yo soy inspector jefe de la policía nacional.
- ¿Y qué tienes tú que ver entonces con mi hija?
- La verdad es que aún no lo sé. – contesto Zacarías – Ella tiene que contármelo, por eso ha dicho que tenemos que hablar de trabajo.
- Pues si lo que tenéis es solo que hablar, podéis hacerlo en el jardín y luego cenáis conmigo.
En ese momento entraba en la cocina Alba que oyó lo que su madre estaba diciendo y comento:
- Pues, aunque no te lo creas eso mismo estaba pensando yo. Que mejor sitio que esta casa para tener la intimidad suficiente que nuestra conversación requiere. Pero yo había pensado en la biblioteca. Si a ZZZ no le importa …
Dejo sus palabras en suspenso mientras cogía una taza y se servía un café y luego miro interrogante al inspector que a su vez la miraba intrigadísimo.
- Como comprenderás a mí me da lo mismo, lo único que me importa es lo que tienes que contarme para que me entere, por fin, de cuál es la propuesta que me están haciendo.
Tras decirle a Piedad que si cenarían con ella, Alba le indico a Zacarías que la siguiese y al otro lado de la entrada, justo enfrente de la puerta de la cocina, accedieron a otra habitación, enorme con librerías en dos de las paredes y unos ventanales amplios que daban al jardín. Allí había unos sillones y un sofá de tres plazas en el que se sentó Alba, que ahora llevaba puestos unos tejanos y una camiseta sin mangas y muy corta, dejando al aire su ombligo y parte de sus caderas. Zacarías se sentó en uno de los sillones frente a ella y de sopetón la pregunto:
- ¿Por qué has dicho si a ZZZ no le importa?
- Tío, se todo de ti. - respondió sonriendo Alba – Así te llaman tus compañeros, pero no te incomodes, a mí me llaman la triple A o AAA, por que al igual que te pasa a ti, mi nombre y mis apellidos empiezan por la misma letra.
- Ya, - dijo Zacarías – y que más sabes de mí.
- Pues que eres Médico forense, criminólogo, que prefieres ejercer de policía investigando crímenes, los que resuelves siempre de forma rápida y efectiva, que asististe a un curso del FBI, que vives en Burgos, que tu pareja te ha dejado hace dos meses por una mujer….
- ¿Cómo has dicho? – exclamo ahora asombrado Zacarías - ¿Qué me dejo por una mujer?
- ¿No lo sabias?, pues así es, y lo siento que te enteres por mí. – dijo Alba como disculpándose – Ahora está viviendo con una compañera, una abogada que es de su edad y que parece que habían estudiado juntas.
- Joder, seguro que es con Blanca. – exclamo Zacarías – Y yo como un gilipollas sin darme ni cuenta. Pero tenía que haberlo, como mínimo sospechado, pues siempre estaban juntas, y ciertamente ahora que lo dices hasta hacían manitas delante de mí. Seré gilipollas.
- Bueno, por lo menos ahora que sabes que no te ha dejado por otro tío, debes de sentirte menos frustrado, tú no podías darla lo mismo que la tal Blanca.
- Muy bien, está claro que sabes muchas cosas de mí, incluso más que yo mismo, eso es evidente. – cambio de conversación Zacarías bastante compungido - Ahora me gustaría que me explicases que función debe de desempeñar el grupo al que me han ofrecido integrarme, cual será mi papel, cual el tuyo, y si contaremos con más miembros. También me gustaría, ya que conoces todo de mí, que me digas algo de ti misma, pues tu madre me ha dicho que eres psiquiatra y recalcándolo, no sé porque, muy polifacética.
- Bien empezare por decirte quien soy. – cruzo las piernas y se retrepo en el respaldo del sofá mirando a Zacarías con aquellos ojos azules que le hicieron estremecerse – El General es primo hermano de mi madre, más bien como un hermano mayor, pues sus madres siempre han estado muy unidas. Por ello con veinte años, y animada por él, ingrese en la Academia Militar, luego los tres siguientes en la Academia de Oficiales de la Guardia Civil de Aranjuez, y tengo recién estrenado el cargo, solo hace dos meses que me gradué. Mientras hacía eso también estudie medicina y tengo la intención especializarme en psiquiatría, pero sin terminar aún ni la una ni la otra, o sea que mi madre no te ha dicho la verdad completamente. En cuanto a lo de que soy polifacética es una forma con la que ella define lo que cree que son mis tendencias sexuales. Tienes que saber que ella cree que no me gustan los hombres, pero la verdad es que hasta ahora no he encontrado ninguno que merezca la pena. Solo tengo amigas, algunas muy íntimas, y ahí está la creencia de mi madre, que por otro lado no he querido sacarla de su error, pues así no me acucia para que busque pareja.
- Joder, cada vez estoy más asombrado. – Zacarías la miraba con cara de imbécil – Ya solo me faltaba esto, lo último que esperaba oír es que la mujer más hermosa que he conocido en toda mi vida me diga de sopetón que ni se me ocurra mirarla, que no le interesan los hombres y que a su madre le cabe la duda de que sea lesbiana.
Alba rompió a reír alegremente ante el comentario de Zacarías y entonces le dijo:
- Anda ven siéntate a mi lado, y ni se te ocurra no mirarme. Me ha gustado lo de la mujer más hermosa, no has dicho la tía más buena o alguna otra vulgaridad por el estilo. Sinceramente me halaga que te parezca guapa, tú a mí también me pareces un hombre realmente guapo, interesante y creo que debes de ser cariñoso y romántico, además de que me da la impresión de que eres un hombre muy fiel. Y no soy lo que cree mi madre ni lo que tú has interpretado.
- Bien, una vez aclarados los puntos sobre nosotros, deberíamos hablar del motivo por el que nos hemos conocido. – Zacarías se sentó en el mismo sofá que Alba, pero al otro extremo encarándose a ella – Cuando quieras. Soy todo oídos.
- Veras, mi tío, bueno el General Araujo, es una persona con una dedicación a su trabajo absoluta, reconocido en todos los ámbitos de la Guardia Civil, del Ministerio de Interior y de otros muchos estamentos nacionales e internacionales. Su dedicación es completamente desinteresada, pues su familia, y también la mía, son personas con unas fortunas considerables, motivo por el que también tiene una cierta independencia dentro de sus obligaciones y el respeto de los políticos de turno, estos últimos quizás más por sus influencias y sobre todo por su “pasta”.
- Una vez aclarado esto, - prosiguió Alba – mi tío lleva años asesorando a los mandos superiores del Ministerio de Defensa, del Ejercito, de la Guardia Civil, de la Policía, e incluso de los Mossos y de la Ertzaintza, en definitiva a cualquier fuerza del orden público sobre sucesos extraños, anormales o paranormales que suceden, pues esa es además su gran afición, ovnis, fantasmas, apariciones, etc. Mi tío venía desde hace años pretendiendo, y ahora por fin se lo han autorizado, a formar un grupo completamente independiente para investigar esos fenómenos. Para dirigir a ese grupo, y tras muchos expedientes analizados, te ha elegido a ti, un hombre que todo indica tiene un sexto sentido, que tiene la habilidad de encontrar pruebas en cosas que para otros pasan desapercibidas, trabajador infatigable, que no se da nunca por vencido y que en estos momentos está libre sentimentalmente.
- Ese grupo que tu dirigirás será completamente secreto y los componentes del mismo tendremos diferentes identidades, como periodistas, arqueólogos, inspectores de hacienda, lo que haga falta en cada momento para las investigaciones de aquellos casos que de alguna forma se salgan de la normalidad. Algo parecido a “Expediente X” y nuestro centro de mando será un chalet en una urbanización de Nerja, donde pasaremos desapercibidos dado el gran número de turistas que residen en dicho pueblo. También estaremos dotados de cualquier tecnología que precisemos, principalmente de tipo informático, para lo que están intentando captar para el grupo a un hacker, una joven que al parecer es un genio a pesar de tener solo diecinueve años y por otro lado a un experto en defensa. Para este último puesto aún no tienen decidido candidato, pero debe de ser además de un experto en artes marciales y defensa personal, una persona de absoluta confianza y con una serie de cualidades que encajen en el perfil del grupo.
- Es obvio, y con esto termino de exponerte cual es la función del nuevo grupo, que aún no tenemos ningún caso y solo nos lo asignaran una vez consolidado el grupo de no más de cinco personas. ¿Tienes alguna pregunta?
- De momento dos, luego puede que muchas más. – dijo Zacarías al que se le veía bastante interesado. – La primera ¿Por qué te han elegido a ti y que papel desempeñaras en el grupo? Y segunda ¿La hacker encaja en el perfil?
- Mi papel será de ser tu segundo, aprender de ti y sustituirte en el momento que tú no puedas o no quieras estar al frente y te retires. A mí me han elegido por mis cualidades físicas y psíquicas. En cuanto a la hacker además de su elevado conocimiento de informática, es una persona de total confianza y tiene una gran preparación física, corre los 100 metros en 12 segundos y el récord de España está en 11.06, también practica natación y otros deportes. Puede seguirnos en campo abierto perfectamente cargando con los aparatos informáticos si fuese necesario, y además es una consumada motorista, eso es lo que se de ella.
- Me has dicho que el grupo puede ser de cinco personas, ¿Qué características debe de tener el quinto componente?
- Ese punto está pendiente, para que una vez empecemos a funcionar, tú decidas quien puede ser ese nuevo miembro y que características crees que debe de poseer. ¿Qué opinas del puesto que te ofrecen?
- Parece algo atractivo y por supuesto como cualquier nuevo puesto que se crea, un verdadero reto personal, más aún en este caso dadas sus peculiares objetivos. En principio no me parece nada desdeñable la oferta. Solo quedara matizar la parte económica.
- Eso está ya matizado, te pagaran todos los gastos generados por nuestra actividad, la vivienda en que tendremos que vivir, incluida la comida, el servicio de limpieza y mantenimiento. También los viajes, estancias en hoteles, gasolina, etc. y previa justificación de los gastos, cosa que en principio será una de mis obligaciones, pues yo seré la tesorera. En cuanto a tu sueldo será el doble que el actual, independientemente de los casos que nos puedan asignar, y aparte un fondo para un plan de pensiones del 30% del salario bruto. Económicamente creo que es una buena oferta, pues te quedara limpio el sueldo, ya que solo necesitaras comprarte la ropa y pagar tus gastos personales. Si aceptas eso será con carácter retroactivo desde primeros de este mes, pero si más adelante renuncias y te acoges a recobrar tu actual puesto dando por finalizada la excedencia, volverás a tu actual salario.
- Joder, lo tenéis todo planeado, parece que no voy a poder negarme. Y si acepto ¿Cuándo empezamos?
- Tú y yo desde mañana, ya tienen vista la casa en Nerja y solo están pendientes de cerrar el contrato que estará a nombre de una Sociedad. Nosotros a todos los efectos, ante los vecinos y ante la Agencia tributaria, seremos empleados de dicha Sociedad y que al parecer se dedica a la fabricación de cremas de belleza y protección solar, y nuestro trabajo oficial será el estudio de las radiaciones solares en la zona del sur de España.
- Conforme, como no tengo que consultar mis decisiones con nadie, y en principio estoy de acuerdo, puedes llamar al General y decirle que estoy conforme, que empezamos cuando él lo crea oportuno, mañana mismo si quiere.
- Pues le llamare y si está disponible le diré a mi madre que lo invite a cenar y se lo dices tú mismo.
Así lo hizo y le comento que dentro de una hora estaría allí, que incluso traería la documentación necesaria para que el firmase la aceptación de las condiciones de su nuevo destino, para que justificase sus gastos y le diese una relación de sus necesidades personales para tenerlas en cuenta en la casa que para ellos iban a alquilar desde ese momento. Luego le dijo que ella estaba muy contenta de que aceptase, que le parecía un buen compañero para la odisea que iban a emprender y poder empezar sin más dilación a consolidar el proyecto. Hasta la llegada del General estuvieron hablando de como viajarían hasta la Costa del Sol y como Zacarías no tenía coche propio, ella se ofreció a acompañarlo hasta Burgos para recoger sus pertenencias con el todo terreno, ya que en el podrían trasportar lo más urgente, cancelar su contrato de alquiler y encargar a una agencia de trasporte para que llevase en los siguientes días a la casa de Nerja el resto de sus pertenencias.
A las ocho y media llego el General Pedro Araujo, por supuesto vestido de paisano con un elegante conjunto sin corbata, saludó efusivamente a Piedad y a Alba, muy diferente a la actitud que había tenido con la teniente en el la reunión, y estrecho la mano de Zacarías de forma enérgica y diciéndole que estaba muy satisfecho de que hubiese aceptado el puesto, más que por el hecho en sí, por la celeridad con que se había decidido.
Durante la cena les explico que ya estaba solucionado lo de la casa en Nerja, y que al día siguiente se reuniría con Andrea, el hacker que ya había aceptado el puesto, y que el martes por la tarde estaría en la casa de Nerja con ellos. También tenían decidido el cuarto miembro, otra mujer, que reunía todos los requisitos necesarios para ocupar esa plaza. Después de la cena le hizo entrega a Zacarías de un dosier y le dijo:
- Ahí tienes todos los documentos necesarios. Parte de ellos, la excedencia, la aceptación del puesto y la confidencialidad de tu nuevo cargo me los debes de firmar. Tienes también una copia del dosier de las tres compañeras que te he asignado, que deberás de leer minuciosamente y a través de Alba, que será vuestro único contacto conmigo, me harás llegar cualquier incompatibilidad que encuentres en tus nuevas compañeras, al igual que los gastos que por el desplazamiento se os puedan haber generado, y para lo que hay también un sobre con efectivo. Solo falta que tu decidas el quinto miembro del grupo, pero me gustaría que me lo solicitases lo antes posible. Desde mañana mismo podéis haceros cargo de la casa de Nerja y cuya dirección está también entre los documentos que te entrego.
Zacarías le firmo, tras leerlos detenidamente, cuantos documentos le pidió y acepto el maletín que el general le entrego con el resto de la documentación que había dicho y entrego el sobre a Alba para que ella se hiciese cargo del dinero como tesorera del nuevo grupo creado.
Cuando Pedro Araujo se despidió de ellos, se notaba que Alba tenía enormes ganas de empezar y por ello planeo que fuesen aquella misma noche a Burgos a por las cosas de Zacarías, y al día siguiente, lunes, tras encargar a una agencia de trasportes la mudanza del resto de sus cosas y cancelar el alquiler del apartamento, volverían a Madrid, harían noche allí mismo en su casa, y al día siguiente martes saldrían para Nerja pues su madre se encargaría de mandarle a ella sus pertenencias. Sin objetar nada en contra, pues a Zacarías no le pareció mal la idea, y en el todo terreno que había visto en la cochera se dirigieron de nuevo a Burgos.
Durante el camino, mientras Alba conducía, él se dedicó a leer los dosieres de las tres mujeres que iban a componer el grupo, y que eran la propia Alba, Andrea la hacker y Bárbara la especialista en defensa personal.
La primera de las carpetas, la de Alba, nada nuevo le aporto, pues se recogía en el informe lo mismo que ella le había contado sobre su formación y estudios, un informe médico y otro psiquiátrico que indicaban que no padecía ninguna alteración ni física ni mental. Solo le aclaro la fecha de nacimiento el día de Navidad del año 1.999, su altura 1,75 y su peso de 65 kilos.
La segunda la de Andrea decía:
Andrea Maspalomas Mas, natural de Barcelona, nacida el 23 de abril del año 2.005 (19 años recién cumplidos). Altura 1,70, Peso 63 kilos. Estudiante de Ingeniería Informática en la Universidad de Barcelona, segundo curso y campeona universitaria de 100 metros el año anterior. Informes médicos y psiquiátricos, también correctos y un informe de dos antecedentes policiales y que correspondían a una detención por manifestación no autorizada y a una intromisión en la red privada de la universidad mediante medios no autorizados. Luego había una nota que decía: “Joven rebelde y bastante descarada, con muchos incidentes por desobediencia en los colegios y la universidad, pero con unos fundamentos morales extraordinarios, aunque no muy ortodoxos. Es no obstante una gran experta en temas de informática”.
La tercera carpeta, el informe de la tal Bárbara, decía:
Bárbara Fernández Wood, natural de Tudela, Navarra, nacida el 29 de diciembre de 2.001 (actualmente 22 años). Altura 1,85, peso 73 kilos. Aprobada la selectividad con un 9,6, luego accedió a la Academia General del Aire y ha obtenido recientemente el título de piloto de combate, siendo el número tres de su promoción. Gran atleta y experta en artes marciales, tiene una gran capacidad de concentración y es una mujer con muchos recursos. Informes médicos y psiquiátricos excelentes.
Cuando acabo de leerlos le pregunto a Alba:
- ¿Tú conoces a Andrea y a Bárbara?
- No, ¿porque lo preguntas?
- Pues porque la tal Bárbara debe de ser algo como su nombre. Tiene una altura casi igual que la mía y es piloto, al parecer piloto de combate.
- Joder, ¿y es guapa? – pregunto Alba mirándole de reojo - ¿De qué color tiene el pelo?
- Pues sí, esta es rubia y la otra morena, y además de guapas son bastante atractivas, porque has de saber que las fotografías son de cuerpo entero. – contesto Zacarías – Son unos informes bastante peculiares.
- Cosas de mi tío. – contesto riendo Alba – A pesar de que te ha dicho que le informes de cualquier incompatibilidad que encuentres en ellas, creo que tiene muy claro que no las habrá, o si las encontrases, el sabrá disuadirte. Ten en cuenta que el grupo es su “criatura”, que él se ha peleado para formarlo desde hace muchos años y por lo tanto que debe de ser totalmente a su gusto. Lo único que no entiendo es que te deje elegir a ti al quinto componente.
- Pues algo de razón debes de tener. – dijo Zacarías mirando el resto de la documentación del maletín – Aquí hay un dosier grande con cinco posibles candidatos a ese quinto puesto, y estos dosieres si son completos y bastante más exhaustivos que los otros tres.
- Pues mira a ver si alguno de ellos te parece idóneo.
- No, yo creo que ese quinto componente lo debemos de elegir entre nosotros dos, si eres mi segundo, debes de opinar también. Cuando lleguemos los estudiaremos. De todas formas, yo no conozco a nadie que pueda encajar en un grupo tan extraño.
- Pues yo creo que debería de ser alguien experto en sucesos extraños. – le comento Alba – Un ufólogo o algo similar, pues si hemos de investigar sucesos “raros”, deberíamos de tener un experto en ese campo.
- Algo así había pensado yo, - contesto Zacarías – bien un periodista especializado en esos temas o bien un arqueólogo, personas que sean capaces de ver cosas que a otras se les pueden escapar. Pero desde luego el plazo que me ha dado parece bastante corto, y supongo que pretenderá que elijamos a uno de estos cinco a los que él, supongo ya ha dado el visto bueno.
Siguieron comentando las posibilidades de su nuevo destino, divagaron sobre posibles casos que les podrían ser asignados y sin darse casi cuenta llegaron a su destino, ya pasada la medianoche. Se dirigieron al pequeño apartamento de Zacarías, que nada más llegar se dio cuenta de que si debían de dormir allí los dos no había más que una cama, la de su habitación, y por no tener no tenía ni un sofá, pues en el salón solo había dos butacas abatibles. Así se lo dijo enseñándola el apartamento y se ofreció a llevarla a un hotel, pero ella contesto:
- Por Dios ZZZ, si la cama es muy grande, podemos dormir los dos. Lo único que deberás hacer es prestarme alguna camiseta tuya para dormir, pues yo normalmente duermo desnuda. ¿Tienes algún inconveniente?
- ¿En qué duermas desnuda? – pregunto asombrado Zacarías – Ninguno.
- No, me refiero en dejarme una camiseta. – dijo riendo alegremente Alba a la vez que se sentaba en una de las butacas – Anda, vamos a ver los cinco expedientes esos, luego me duchare y entonces me dejas la camiseta.
Se sentó ZZZ en la otra butaca y se dedicaron a estudiar los expedientes, y ambos se asombraron pues los cinco eran de mujeres, y las cinco muy jóvenes ya que ninguna superaba los treinta años. Ninguno de ellos correspondía a ningún varón. Comento entonces Zacarías:
- Bueno, al parecer, tu tío el General está dispuesto a que me dé un infarto, pues quiere hacerme jefe de un grupo del que todos sus miembros son mujeres jóvenes, y si todas las mujeres son igual de bellas que tú, cosa que así parece por las fotografías de los expedientes, y además están dispuestas a dormir conmigo, me puede dar un patatús.
- Yo creo que la de mi edad, la periodista arqueóloga, es la ideal. – no podía Alba evitar una sonrisa por el comentario de Zacarías – Además es la más guapa de las cinco.
Efectivamente la fotografía que se adjuntaba era de una mujer rubia, ojos verdes, una sonrisa muy atractiva, un cuerpo muy bien formado y dando la impresión de ser un poco tímida. El expediente era similar al resto de las ya aceptadas, pero más exhaustivo, y resumiendo decía:
Aurora Baena Ceballos, natural de Castril (Granada), nacida el 4 de mayo de 1.999 (25 años). Altura 1,75 y peso 66 kilos. Periodista licenciada en la Universidad de Granada con el número uno de su promoción. Informes médicos y psiquiátricos correctos. Mujer muy extrovertida, simpática y sociable, perfecta para relaciones públicas, muy inteligente y físicamente muy bien dotada para el deporte. Es soltera y sin compromiso, pues es una mujer muy independiente, ya que su única pasión es el periodismo de investigación y está especializada en temas esotéricos, descubrimiento de yacimientos arqueológicos, apariciones, milagros, avistamientos y cosas similares, y cualquier tema que investiga, por muy difícil explicación que tenga, procura siempre sacarlo a la luz sin importarle las consecuencias, actitud que por otro lado le han cerrado las puertas a más de un periódico, estando en la actualidad por dicho motivo en paro.
A los dos les pareció que era perfecta para ser la quinta persona del grupo, aunque también ambos opinaron que según la foto parecía algo tímida, cosa que se contradecía con el informe. Aun así, decidieron que al día siguiente llamarían al General para darle su candidato, para que, desde el momento en que fuera posible, pudiera empezar a funcionar el grupo con todos sus miembros ya elegidos.
Decididos a acostarse Zacarías se ducho y salió con un pantalón de pijama, luego le facilito a Alba una Camiseta de baloncesto, muy larga calculando que con ella estaría medianamente tapada, pues el solo hecho de que estuviese demasiado sexi le perturbaba. Alba entro en la ducha y unos minutos después salió con la camiseta puesta que le rebasaba las rodillas, pero lo que no había tenido en cuenta Zacarías era la longitud de los tirantes, y por entre ellos quedaban casi completamente al aire los pechos de la mujer, unos pechos perfectos, ni grandes ni pequeños.
Sin decirse nada se acostaron y Zacarías inquieto se revolvía en la cama, por lo que Alba le dijo:
- ¿Estás incomodo, te molesta mi compañía?
- No ni mucho menos, ni estoy incomodo ni me molesta tu compañía. Lo que pasa que tu cercanía me está excitando, lo siento, no sé si voy a poder dormir.
- Entonces, pero sin que sirva de precedente, y solo como terapia de relajación, si quieres echamos un polvo. – dijo Alba dejando asombrado a Zacarías – A mí también me servirá de relajación, pues por primera vez en mi vida la cercanía de un hombre me está causando una extraña excitación.
- Es que veras, - dijo entonces Zacarías completamente azorado – en toda mi vida solo he estado con tres mujeres, mi novia del instituto en Logroño donde nací, con otra novia que tuve en Zaragoza mientras duraron mis estudios universitarios y con Mabel, con la que he convivido los últimos seis años, y en todos los casos me acosté con ellas porque estaba enamorado o creía estarlo.
- Pues sería el momento de que comprobases que sin estar enamorado te puede resultar gratificante. – dijo suspirando Alba – Y a mí me habría servido para comprobar si lo que dice mi madre es verdad. Ella dice que el sexo con un hombre tierno es extraordinario. Creo que eres realmente tierno y me habría gustado comprobarlo.
Zacarías acaricio con el dorso de su mano la mejilla de Alba, y le dio un tierno beso en los labios a la vez que se acercaba a ella y la abrazaba temblando. Luego la dijo:
- Vamos a convivir juntos en la casa de Nerja, y creo que no debemos mezclar el trabajo con la vida privada, y ahora mismo lo más fácil sería hacer lo que me has propuesto, pero si lo hiciese acabaría enamorándome de ti. Puede que incluso sin hacer nada termine haciéndolo, pues me pareces una mujer maravillosa. Otra cosa muy distinta es lo que tú puedas llegar a sentir por mí, si es solo curiosidad o algo más. Buenas noches.
Se dieron la vuelta y dándose la espalda se durmieron, el al poco rato profundamente, pero no así Alba, que no entendía por qué se sentía tan a gusto compartiendo la cama con aquel hombre al que casi no conocía, y pensó que quizás se sentía así por lo cariñoso que se había mostrado con ella Zacarías, lo delicadas y tiernas que habían sido sus dos escasas caricias al igual que sus palabras, y todo ello a pesar de haberla rechazado, y aunque de forma muy elegante, con gran seguridad.