El socorrista me dobla la edad
Un socorrista de 40 años termina entrenándome en la piscina y en las duchas. Con 20 añitos me llevo una follada después del entreno.
Poco después de celebrar mis 20 años, cumplí una de mis mayores fantasías sexuales: que me follara un maduro. Estaba en la universidad y, entre otras actividades del campus, estba inscrito en el gym de la uni. No era muy amante del fitness, pero me apunté para conocer a gente y practicar deportes: tenis y natación, mis dos pasiones. No tenía un gran cuerpo aun, aunque si muy bonito debido a la natación y al hecho de ser alto. Después de tiempo yendo a piscina un par de días a la semana, decidí apuntarme a una clase semanal con monitor para mejorar mis estilos; sobre todo la espalda. El primer día la monitora nos dividió en grupos por niveles antes de empezar a practicar. Allí conocí a Inés, una chica muy ambale que había aprendido a nadar hacía poco y que estaba obsesionada con la piscina. Nos llevábamos muy bien y en seguida surguió una amistad fuera del agua. Teníamos la misma edad e intereses parecidos. Al cabo de unas semanas, la monitora se puso enferma y la sustituyó un socorrista llamado Ánder. Tenía más de 35 años, 40 quizás, con un cuerpo de nadador excepcional a pesar de no ser muy alto. Con su barba siempre recortada y unos ojos negros, del mismo color que su pelo corto, era muy atractivo. Después del primer día con él, Inés me comentó lo obvio: "Ánder está buenisimo". Estuvimos un rato charlando sobre lo guapo que era y jugando con nuestra imaginación. A la tercera o cuarta clase, según ella, Ánder estaba muy pendiente de mi; siempre con sus ojos en mi. No me di cuenta la verdad, no era mi objectivo ligar con ese hombre. En una clase, cuando todos se habían ido menos Inés y yo, Ánder nos propuso hacer un entrenamiento solos nosotros dos ya que según él, éramos los mejores por lo que quería trabajar las salidas, llegadas y giros. Felices y muy motivados quedamos para un jueves a las 8pm.
Llegó el día del entreno y cuando quedé con Inés me comentó que no se encontraba muy bien ya que le dolía bastante la regla. Intentamos mover la sesión a otro día pero fue imposible, así que ella se ausentó, dejándome a mi solo en las manos de Ánder. Fue un entreno genial, con la piscina casi para nosotros solos y me dio grandes consejos. Mientras me hablaba de cómo saltar y entrar mejor en el agua de cabeza, me cogió los brazos para orientarme y entender qué postura me decía que hiciera. Ese roce que tuvimos, él cogiéndome los brazos des de atrás con su cintura pegada a mi culo, me puso un poco nervioso y cachondo. Al salir de la piscina aun la tenía un poco morcillona por lo que marcaba un poco de paquete. Ánder se fijó claramente en mi bañador ajustado, hecho que me puso colorado. A pesar de ese momento, terminamos el entreno bien y me fui al vestuario a ducharme. Solo había un par de chicos más que ya estaban recogiendo, un jueves a las 9pm en la universidad todo el mundo esta de fiesta ya, así que me duché solo. Mientras estaba bajo el chorro de agua pensé en ese momento que tenía Ánder arrimando su bañador a mi culo, lo que me puso cachondo. Aprovechando que estaba solo y la erección que tenía empecé a masturbarme. Cuando llevaba un rato con la paja apareció Ánder. Entró en la zona de duchas con la camiseta blanca y el bañador rojo de socorrista para darme las gafas que me había dejado en la pisicna y me encontró cogiéndome el rabo con una mano y metiéndome un dedo por el culo.
A: Anda, no sabía que estabas tan ocupado chaval!
Y: Ehhh, no sé, perdona.... pensaba que estaba solo.
A: No pasa nada tio, con ese pollón hay que aprovechar hahaha.
Se me quedó muy cerca con los ojos clavados en mis 19cm mientras se iba mojando la camiseta con el agua que rebotaba. No pude evitar ver como se le marcaban los pectorales y los pezones con la camiseta empapada pegada a su cuerpo. "joder" se me escapó en ese momento mirando su torso.
A: Te gusto? Te estabas masturbando pensando en mi, chaval?
Y: No, bueno, no sé, es que tienes un cuerpazo la verdad.
A: Quieres tocarlo?
Con esa pregunta, me olvidé de mi polla y usé mis manos para tocar ese pecho. Tenía unos pectorales perfectos, muy definidos y duros, además de unos abdominales marcados. Como no ponía oposición, le intenté quitar la camiseta pero al estar mojada se le quedaba pegada. Se la acabó quitando él mismo ante mi torpeza. Tenía mi polla a tope pero en vez de masturbarme no podía dejar de tocar ese trabajado cuerpo moreno que tenía hasta que se me abalanzó para besarme. Me metió la lengua hasta la garganta sin yo esperármelo y casi me ahogo. En ese momento con toda su fuerza me tenía contra la pared y con su lengua jugando con la mía. No daba malos besos, ya que sobre todo usaba muy bien su lengua. Después de estar un rato liándonos, me separé un poquito para ver ese hombre que tenía enfrente. Aun llevaba el bañador aunque su polla erecta quería salir, por lo que se lo quité. Fui bajando de su boca a su polla, recorriendo a besos todo su cuello, pecho, pezones y abdominales. Cuando me arrodillé, me quedé en frente de una polla de unos 17 o 18cm (algo más pequeña que la mía) no muy gruesa pero muy bonita a pesar de estar circuncidado. No tenía ni un pelo en todo el cuerpo, segurante debido a depilación láser, lo que le daba una imagen espectacular aunue menos varonil quizás. No dudé en meterme esa polla en mi boca y empezar una buena mamada. Jugaba con su glande descubierto mentras le cogía los huevos con mi mano. Cuándo le comía los huevos, muy grandes y que le colgaban muchísimo, su cara de placer y gemidos delataban que era un sitio fetiche para él. Así que estuve más rato comiéndole los huevos y masturbándolo que comiéndole el rabo. Se notaba que él disfrutaba al menos igual que yo de esa mamada, aunque al cabo de un rato me cogió de los hombros y me levantó. "Me toca a mi chaval, que este pollón lo tengo que probar" me soltó. Se agachó y empezó a lamerme la base de la polla y el glande. No tenía muchos pelos ya que me había depilado hacía pocos días, así que se me veía un buen pollón la verdad. Después de lamerlo entero se lo metió a la boca. Poco a poco se lo iba metiendo pero no podía con todo, por lo que le cogí la cabeza para empujar. Le daba alguna arcada de vez en cuando y casi le lloraban los ojos, pero aguantaba muy bien que le follara la boca de ese modo. En esa posición, le estaba metiendo mis 19cm hasta la garganta. Para compensar la follada que le estaba dando empezó a meterme un dedo por el culo. No costó mucho de entrar con toda la saliva, sudor y agua que tenía en el cuerpo, así que enseguida me metió un segundo dedo. Me estaba dando mucho placer tener arrodillado a mi socorrista de 40 años con mi polla en su boca y sus dedos en mi culo. Era una posición fetiche para mi, y tenía que parar a veces para no correrme. En una de esas pausas le pedi que me follara. Asintió y me puso contra la pared mientras se escupía en su polla. Mi culo no puso casi oposición y me la metió de un golpe hasta el fondo. Aguantando mis gemidos por si llegaban más visitas en el vestuario, disfruté de una follada rápida y feroz. Ese hombre me tenía de pie arrinconado en la ducha, con mi culo abierto y entrando y saliendo de él a su antojo. Notaba sus brazos tensarse mientras me embestía y me petaba el culito. Mientras me follaba sin parar le iba pidiendo que me diera más y más duro, a lo que él respondía con dureza. Me azotaba de vez en cuando sin preocuparse por los ruidos que estaba provocando. Mi culo temblaba en cada azote y aguantaba su follada sin dolor. Después de azotarme me cogió de la cintura para ponerme un poco a 4 patas y seguir a su bola. Me cogía del pelo y del culo mientras me clavaba su polla hasta mis entrañas. "Te voy a preñar este culito, chaval" me susurró al oído. "Soy todo tuyo" fue mi respuesta. Noté como aumentaba más el ritmo, como un verdadero diablo con la intención de petarme el culo y partirme en dos, hasta que empezó a temblar y a soltar toda su lefa en mi culo. Me dejó el culo bien lleno de semen con 7 u 8 trallazos al fondo. La sacó casi erecta aun de un golpe y me dio un último azote antes de arrodillarse y empezar a chupármela de nuevo. Con la follada que me había dado y que él jugaba con su semen en el interior de mi culo con un dedo, no me costó correrme. Él quería que acabara en su boca pero unos cuantos trallazos de lefa se los llevó en el pecho. Los dos ganábamos así, él podía probar y tragarse mi semen y yo podía ver esos pectorales manchados con mi lefa. "La quería en la boca, chaval, para no mancharme. Límpiame!" me ordenó mientras me cogía la cabeza y me obligaba a lamerle los pezones y el pecho. Terminé tragándome mi propia lefa para dejarle un torso bien limpio. "Acaba de ducharte y el lunes que viene segunda sesión de entreno para practicar tus finales. Los jóvenes tenéis que aprender a acabar mejor" fue su forma de despedirse después de ponerse el bañador. Me dejó con la duda de si hablaba de natación o sexo.