El Sobrino (II): Sábado -Parte 5: La piscina-

Continuación del relato El sobrino, esta vez nuestra protagonista se encuentra en medio de los hombres que la desean, justo frente a toda su familia.

Después de correr por el pasillo a la sala salí a la piscina, allí me esperaba mi cuñada y el resto de la familia, al parecer mi cuñado y yo éramos los únicos en la casa, me sentía muy afortunada pues así nadie habría podido ver eso que acababa de pasar. Marta me preguntó por qué había tardado tanto y yo tuve que decirle que estaba en el baño, una mentira piadosa pues imagínense la cara que habría puesto si le digo ''me demoré porque le estaba haciendo una paja a tu esposo''.

Como les comentaba antes, nos acostamos ambas en piso sobre toallas, Marta se quitó su bata pero yo decidí dejarme la mía para poder meter mi mano y masturbarme libremente, no saben lo agitada que estaba por todo lo que había pasado, me salían gotas de la vagina, estaba tan mojada que solo pensaba en meterme los dedos y acariciarme hasta venirme, entonces me di a la tarea, disimulando siempre, me encantaba estar en la mitad de todos masturbándome sin que ellos lo supieran, era mi momento íntimo, la intimidad que necesitaba estaba llegando y yo estaba calmando mis deseos sexuales, al fin y al cabo no necesitaba a mi esposo, yo solita me daba placer.

Sentía que los muslos se me doblaban, la piel estaba erizada, los pezones a reventar, las manos temblando y yo haciendo mi mayor esfuerzo por no moverme o hacerlo en lo mínimo para que nadie sospechara lo que pasaba bajo mi bata, yo solo podía pensar en la noche bailando con mi sobrino y como mis tetas le rozaban y me pegaba a su cuerpo para sentirme, luego en el baño cuando había visto su pene, esa cosa gruesa, venosa y virginal que deseaba con tantas ansias, deseaba ahora más el pene de mi sobrino, deseaba probarlo, pasarle la lengua por todos lados, lamer sus testículos, metermelo todo a la boca y luego montarlo de arriba a abajo, cabalgarlo tan fuerte que rebotaran mis tetas en su cara y él me las chupara... oh sí, que rico sería tenerlo así.

Pero a mi mente también llegaban imágenes de mi cuñado, de sus miradas, su deseo que escondía y del que yo me había aprovechado para saciar mis fantasías... oh, hace años te conozco Hernán pero no sabía que me deseabas tanto, que envidioso eres con tu hermano si deseas hasta su mujer, pero bueno tu hermano no debe ser como tú, a lo mejor quiera compartir contigo... de todas formas ya te di una pequeña probadita, quién diría que su pene fuera mejor, más grande, tal como lo pensaba, bien erecto y grueso, que excitante era pensar en que los dos habíamos estado solos por primera vez en un cuarto y yo terminé masturbándolo... oh sí, que bien resbalaba tu pene por mi mano cuñado, se nota que estabas bien lubricado, te gustó cuando puse mi saliva, mmm quería escupirlo y empezar a hacerte una mamada como Dios manda, pero el miedo me detuvo. Qué pensarían mis suegros si supieran que no solo te conozco el pene a ti, sino a tu hijo y mucho más escandalizados se pondrían si supieran lo que acababa de hacerte... te gustaron mis tetas? se sentían ricas ahí abajo?

Oh, casi se me escapaban los gemidos, sentía que ya venía el orgasmo, mis dedos estaban muy húmedos y yo tenía ganas de gritar, de vez en cuando abría los ojos para vigilar la situación pero nada era extraño, todos seguían sin darse cuenta, entonces yo podía seguir imaginándome cabalgar a mi sobrino, sintiendo su pene duro entrar y salir a toda velocidad así oh oh oh oh sobrino métemela más fuerte, quiero sentirte bien adentro, pero qué es esto, qué son estas manos tocándome por la espalda, oh eres tu Hernán, qué haces aquí, porqué te pegas tanto, oh que haces Hernán por qué tienes el pene en las manos... entonces en mi fantasía mi cuñado llegaba por la espalda mientras me penetraba mi sobrino, me inclinaba hacia adelante dejándome casi en cuatro, con la verga de su hijo adentro mío y me lo metía por el culo, tenía ahora las dos vergas adentro y el orgasmo se apoderaba de mi cuerpo, me hizo dar un pequeño salto, morderme los labios para no gritar y respirar muy fuerte... oh oh oh oh si si así me gusta métanmela bien fuerte si...

¡Splash! un sonido fuerte de agua seguido de una gran salpicada sobre mí interrumpió lo que prometía ser uno de los mejores orgasmos de mi vida, ahora no solo estaba mojada de placer, también había quedado empapada de agua, pues alguien se había lanzado a la piscina y mandó agua para todas partes, cuando abrí los ojos para mirar todos se estaban riendo, había sido JOAQUÍN, mi sobrino y nos había empapado a mí y a su madre.

Joaquín

: Perdón, ma, perdón tía, fue sin querer.

Ten más cuidado amor, le dijo Marta. Yo solo fingí reírme, como si nada estuviese pasando.

Mis hijos, mi esposo y hasta Marta se reían, Joaquín solo nos miraba desde adentro del agua sin decir nada.

Martha

: Ahora sí te tocó quitártela jajaja

Yo

: Tarde o temprano jajaja...

Entonces miré muy fijamente a todos, parecían seguir disfrutando de la piscina y el sol, pero Joaquín, no, él estaba con ellos pero su atención estaba fija en mi, me miraba disimulando pero yo notaba sus ojos encima mío, incluso encima de su madre que estaba al lado mío, estoy segura que escuchó lo que ella me decía y esperaba con ansias verme sin aquella bata. Del otro lado de la casa venía caminando Hernán con una pantaloneta y una camiseta deportiva, parecía que venía a unirseles en el agua, así que este era mi momento. Me quité la bata muy lentamente de nuevo haciendo que mis pechos rebotaran, Joaquín me seguía mirando de lejos, sonreía como si todo hubiese sido un plan y este estuviera saliendo a la perfección.

Con el bikini puesto sin la bata varias miradas fueron a mí, como les dije antes las mujeres notamos esas cosas y varias personas de la famila de esposo me voltearon a mirar, pero en especial pude ver como Joaquín no me despegaba la mirada, seguro pensaba en que había tenido mi cuerpo muy pegado la noche anterior, mi esposo apenas me volteó a mirar un poco y ya, no me esperaba más. En cambio Hernán también dirigió la mirada a mi cuerpo y lo pasó de arriba a abajo un par de veces antes de sentarse muy cerca a Marta y a mí, allí se volteó hacia ella y le dijo:

Hernán

: Por qué te pusiste eso, se te ve todo...

Marta

: Amor fue Tati la que me lo recomendó, nos vamos a broncear.

Hernán

: Bueno está bien, pero cúbrete porque te van a ver todos.

Marta

: No seas tonto, quién se va a estar fijando en mí más que tú, hoy nos quisimos poner sexys para nuestros maridos, verdad Tati?

Yo fingí reírme del comentario de Marta, estaba muy incómoda con Hernán ahí, yo sabía que él había estado despierto mientras lo que le hice en el cuarto, pero él no sabía que yo sabía, entonces me sentía segura.

Yo

: Jajaja, sí además deberías sentirte orgulloso de esa mujer que tienes, cuñado.

Hernán

: Usted también está muy destapada, cuñada.

Marta

: No seas amargado, déjala que quiere mostrar todo lo que tiene.

Hernán no me miraba a los ojos, me hablaba mirando a otro lugar, siento que estaba confundido, yo pensé que se iba a meter a la piscina pero se quedó sentado junto a nosotras.

Marta

: Amor, untarme la espalda de bloqueador? no quiero quemarme.

Hernán

: Bueno pero rápido porque yo también me estoy quemando, luego tu me pones.

Marta

: Claro amor.

Yo

: Hernán si quieres te unto yo mientras tu le untas a Marta.

Hernán se quedó en silencio, solo levantó la cabeza y me miró, pude ver nerviosismo en su mirada, pasó un buen rato sin decir nada

Marta

: No escuchaste amor? Que tati te unta mientras tu me untas, estás sordo?

Hernán

: Perdón, no cuñada, no se preocupe yo me espero a que mi esposa lo haga.

Yo

: No te dé pena, cuñado, no muerdo

Marta

: Jajaja si amor, yo no soy celosa

Jajaja, menos mal que no eres celosa cuñada porque si supieras lo que ya había hecho con tus hombres, no me lo perdonarías...

Yo no me esperé a que mi cuñado respondiera, inmediatamente me puse de pie y caminé hasta quedar detrás de él, tomé una botella de bloqueador, me unté todas las manos y se las puse sobre su espalda. Apenas me sintió se estremeció todo, como si sintiera mis manos por todo su cuerpo, era increíble ver como se ponía solo con tener mis manos por la espalda.

Entonces yo poco a poco empecé a acercarme más y más hasta que mis senos rozaban con su cabeza, yo me movía a propósito para que los sintiera bien pegados mientras acariciaba su espalda con la excusa de untarle bloqueador, podía sentir como temblaba suavemente a veces torcía el cuello, se le ponía la piel de gallina, en fin... estaba muy alterado al parecer.

Marta

: Amor estás bien, qué te pasa, te quedas como inmóvil a ratos.

Hernán

: No, amor perdona es que estoy pensando.

Marta

: En qué piensas...

Hernán

: No, nada, solo estoy desconcentrado.

Yo

: Pero como vas a estar desconcentrado si le estás untando bloqueador a ese cuerpazo de tu esposa, solo te lo acepto si estas pensando en ella.

Marta

: Jajaja si espero que estés pensando en estas.

Y Marta se agarró fuerte sus senos, los levantó para que se notaran más y un pezón se le alcanzó a escapar.

Hernán

: Cúbrete no te da pena que te estén viendo

Marta

: Quién me va a ver si todos son de la familia y están jugando en la piscina, no exageres es solo un pezón.

Hernán hizo cara de disgusto, no le agradó mucho el comentario, pero lo entiendo porque Marta no tenía razón y aunque Hernán no se diera cuenta sí había alguien muy pendiente de la escena que estaba pasando ahí: Joaquín. Él estaba viendo como a su madre se le escapa un pezón y como yo masajeaba a su padre con bloqueador, no sé si estaba celoso o simplemente quería saber qué ocurría allí, de todas formas su cara no era de mucha felicidad.

Yo

: Deberías disfrutar de lo que luce tu esposa, se ve muy bien así, no crees cuñado?

Hernán no dijo nada, solo se quedó callado mientras yo seguía pasando mis manos por su espalda y apoyando mis senos contra su nuca. Luego pase mis manos por arriba del cuello y le unté en las orejas, se estremeció una vez más, luego en la parte alta del pecho, eso lo estaba poniendo a mil, pues yo espiaba por encima su pantaloneta y cada vez se notaba algo más grande ahí. Habría podido seguir y seguir cada vez más abajo pero me parecía ya muy arriesgado en frente de toda la familia, así que paré de inmediato.

Yo

: Listo Hernán, quedaste bien cubierto.

Hernán

: Gracias...

Entonces me pasé para el frente de los dos, justo en frente de Marta y le dije que me untara ahora ella en la espalda mientras yo me untaba las piernas y el pecho. Marta aceptó y empezó el espectáculo.

Lentamente empecé por mis piernas, de arriba para abajo masajeandolas suavemente, de las rodillas para arriba, en mis muslos pasaba el bloqueador para que brillaran más, luego en mis nalgas o lo que se veía de ellas que no era poco. Joaquín seguía observándome cada vez más atento, miraba mis movimientos, disfrutaba ver como me ponia bloqueador en las piernas, luego cuando subí al abodomen y luego cuando lo ponía sobre mis tetas me di cuenta que no podía dejar de mirarme, incluso cuando lo veía yo se tardaba en reaccionar, no sé si quería que me diera cuenta que me miraba o no podía disimular. Yo volví a mis senos para darles una segunda pasada esta vez con más crema y más lentamente, debía aprovechar para captar tantas miradas como fuera necesario, entonces volteé y Hernán también me miraba, claro que con más cuidado que su hijo pero yo lo notaba perfectamente.

Cuando levanté la cabeza buscando a Joaquín ya no estaba por ningún lado, no lo veía en la piscina ni afuera, se habrá ido al baño, pensé. Pero en menos de nada vi que volvió y en vez de entrar de nuevo a la piscina se sentó cerca a nosotros a la orilla, con su celular en la mano. Todos continuaron haciendo lo de cada uno, nosotros bronceádonos, Joaquín en su teléfono, mis hijos y mi esposo en la piscina con el resto de la familia. La mañana terminó con nosotros ahí.

Yo estaba acostada con los ojos cerrados cuando mi esposo se paró junto a mí y me dijo que ya todos iban a entrar, entonces abrí los ojos y me levanté, junto a mí se levantó Joaquín y yo vi como se notaba una erección por encima de su traje que luego trató de disimular pero antes de eso la pasó muy cerca a mi cara. Luego corrió hacia adentro de la casa. Yo me levanté y fui al cuarto para cambiarme de ropa.

En el cuarto estaba mi esposo desnudo, cambiándose de ropa, en cualquier otro momento habría intentado hacer un movimiento para tener sexo con él, pero ya con todo lo que había pasado no me apetecía mucho. Entonces no le dije nada, solamente puse mi bata sobre la cama, desconecté mi teléfono que había estado cargando y lo encendí para ver que tenía muchas notificaciones de mensajes nuevos, abrí whatsapp y de primero había un mensaje de una persona muy inusual, una que había recibido pocos mensajes y que tuviera uno exactamente en ese momento resultaba particularmente raro.

Era de Joaquín y en él un texto que de la emoción no leí, simplemente bloqueé el teléfono pensando en que mi marido podría darse cuenta, pero él seguía secándose el cuerpo entonces yo me fui para el baño.

Yo:

Amor voy a cambiarme al baño y a ducharme, regreso en un momento.

Mi esposo no contestó nada, simplemente dijo que sí con la cabeza, yo me salí solamente con el celular en la mano y me encerré en el baño. Allí adentro abrí el mensaje de mi sobrino y quedé sorprendida:

Entonces para eso había tomado su celular... no sabía como sentirme después de eso pues estaba muy sorprendida, así estaba confirmando que mi sobrino se sentía atraído por mi como también que estaba interesado en dar el primer paso.

Entonces yo le respondí que por qué había tomado esa foto y él me respondió que no podía dejar de verme con ese cuerpo que despertaba muchas cosas en él que lo hacían sentir confundido. Leer eso me paralizó de nuevo, mi sobrino me estaba confesando que algo pasaba pero yo no sabía como actuar entonces le dije que qué pretendía y me respondió que necesitaba hablar conmigo pero a solas, yo estaba por responderle pero tocaron a la puerta.

Era mi esposo y me pidió entrar, entonces yo bloqueé el celular y lo puse aparte, luego abrí la puerta.

Esposo:

Amor dejaste la toalla en el cuarto con qué te ibas a secar?

Yo:

Sí amor, estoy muy distraída

Esposo:

Ven y nos duchamos juntos antes de ir a almozar

Y me jaló hacia la ducha, allí me quitó el brasier del bikini y comenzó a besarme apasionadamente.

Esposo:

Que deliciosa te ves hoy amor

Yo:

Yo pensé que ya no te gustaba...

Esposo:

Como que no amor, mira como me tienes

Y se quitó su traje de baño, traía la verga parada, pero no era nada en comparación a la de su hermano hoy, ni siquiera a la de su sobrino anoche cuando casi la pone sobre mi cara, pero bueno, yo debía cumplir mi deber como esposa, entonces empecé a masturbarlo mientras él apretaba y chupaba mis tetas.

Me estaba calentando un poco pero nada en comparación a como ya había estado antes por lo que tuve que fingir un poco hasta que sentí un chorro caliente que se derramó sobre mi estómago. Mi esposo gimió un par de veces y yo miré para darme cuenta que en efecto se había venido sobre mi abdomen.

Después de eso se lavó y salió de la ducha diciendo que me esperaba en el cuarto mientras me duchaba, la verdad me sentía más insatisfecha, que facil había sido hacerlo venir sin yo sentir absolutamente nada, en este punto ya había perdido todas las ganas de tener sexo con mi esposo, pero quería seguir el juego de mi sobrino a ver hasta dónde era capaz de llegar.

Pensando en la foto y en la conversación de Whatsapp mientras me limpiaba el semen de mi marido y me terminaba de duchar. Cuando ya había acabado me di cuenta que mi esposo se había llevado la única toalla, ya que yo la había olvidado por completo, entonces sin otra opción más que usar el vestido de baño de nuevo, me lo puse y salí del baño.

Justo afuera, en el pasillo entre el baño y la habitación donde me quedaba con mi esposo estaba parado Joaquín, yo lo miré a los ojos pero inmediatamente preferí ignorarlo y pasar a mi cuarto pero él me agarró fuerte del brazo y me detuvo.

Joaquín:

Tengo que decirle algo tia

Yo:

Tiene que ser ya? Tengo afán...

No se imaginan lo nerviosa que estaba más porque estábamos en la mitad del pasillo y cualquiera podría aparecer en cualquier momento o mi esposo podría salir del cuarto. Yo quería irme pero él insistía mucho.

Joaquín:

No aguanto más tía, tengo que decirselo...

Yo:

Qué cosa...

Joaquín:

Usted sabe tía, no se haga que no, no e quedó claro con la foto?

Cuando mencióno la foto un escalofrío me corrió por el cuerpo, no sabía cómo responder ni qué hacer así que no le dije nada y simplemente intenté pasar para mi cuarto pero él de nuevo me agarró fuerte la mano y me dijo que no me fuera.

Yo:

Joaquín suéltame me tengo que ir no sé de qué hablas...

Joaquín:

De esto hablo tía...

Y entonces puso mi mano sobre su traje de baño, más exactamente en su entrepierna y pude sentir su pene totalmente erecto, se sentía muy grueso y duro, me quedé unos segundos ahí mientras recorría su pene con mi mano de arriba a abajo y me decía:

Joaquín:

Mire como me tiene Tia, me voy a estallar.

Pero yo reaccioné y me solté de su mano, caminé hasta la puerta de mi cuarto y entré sin tocar. Estaba muy agitada y asustada, ni siquiera había notado que adentro estaban mis hijos y mi marido.

Hija:

Mami, te pasa algo?

Yo:

No amor, es que me vine rápido para que no me vieran así...

Esposo:

Viene toda agitada, seguro que está bien?

Yo:

Que sí, no pasa nada...

Mis hijos y mi esposos ya vestidos y secos salieron a la sala mientras yo dije que me quedaba cambiándome de ropa, cuando ya se habían ido del cuarto me tumbé en la cama, estaba excitada, no puedo negarlo, pero sentía que algo no estaba bien, una cosa era haber fantaseado con mi sobrino, pero otra muy diferente había sido tenerlo en frente y que me hiciera tocarle su pene, no me sentía del todo bien, tampoco me sentía bien por haber hecho lo que hice con mi cuñado, creía que había cometido un error solamente por dejarme llevar por la calentura pero eso tenía que cambiar, no podía ir más lejos pues aún faltaba el resto del sábado incluída la noche donde sería la fiesta de mi cuñado, el domingo entero y el lunes en la mañana. Casi dos días en los que no sabría qué pasaría y podría poner en peligro mi familia.

Estaba excitada, pero muy confundida, así que cerré los ojos para intentar no pensar en mis deseos incestuosos que empezaban a nacer allí.

Continuará...

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