El sobrecargo (1)

El primer vuelo de mi pareja, nuestra luna de miel y de semen.... y el sobrecargo tremendamente hermoso... Sé que disfrutarán mi narración.

EL SOBRECARGO

En el mes de octubre de 2003 hice un viaje de placer al Puerto de Acapulco, yo vivo en Monterrey, fui casi como de luna de miel con mi muchachote, el hombrazo del que tanto he contado en mis relatos.

Seguro de que la íbamos a pasar de fábula, abordamos el vuelo asignado, él jamás había volado así que denotaba en su semblante el nerviosismo propio de la primera vez……. volando, claro, porque en lo otro tiene "muchas horas de vuelo".

A la hora del servicio de cortesía, nos atendió directamente un hermoso muchacho de unos 28 años, moreno, alto, con un trasero notable, un bulto frontal bastante apetecible, enfundado en su uniforme de vuelo….. yo lo sentí sumamente atento, quizá más que lo habitual…. Volvió varias veces a preguntar si nos hacía falta algo….los high balls menudearon y fue un vuelo muy placentero que calmó los nervios de mi acompañante.

Al llegar a tierra y estar frente a la banda para retirar el equipaje, el sobrecargo pasó muy cerca y expresó con voz muy varonil: ¡Buenas noches señores, feliz estancia!. Qué voz y qué tipo tan agradables.

Nos registramos en nuestro hotel, nos dimos un baño juntos sin gastar las "energías" íntimas porque como todo nos comentamos, la idea era irnos de farra y disfrutar de lo que pudiera aparecer en el escenario donde estuviésemos esa noche.

La experiencia fue formidable: primero el paseo en el yate Bonanza, atiborrándonos de bebida "de cortesía", música en vivo, baile en grupo con hombres y mujeres, luego algo de lo nuestro, baile en grupo con varios muchachos de entre 23 y 35 años, todos iban juntos, nos integramos con ellos y compartimos las bebidas…. Nos invitaban a acompañares con un "pomo" a la playa y aceptamos, sin conceder, desde luego. Estoy enterado que esos "chilangos" que se quedan en la playa van a ver qué consiguen: roban, violan y asaltan a quienes tienen la desgracia de caer en sus garras.

Terminado el paseo abordamos un taxi, y aunque conocíamos nuestro destino, pregunté como no queriendo si conocía un lugar de ambiente abiertamente gay…. El hombre sin más ni más mencionó dos sitios que era precisamente a donde pensábamos ir….. "inocentemente" le pregunté si estaban bien, si había buen ambiente y nos contestó que sí, que él algunas noches de su descanso iba a esos lugares….. pero que había mucha calentura, que siempre salía "servido".

Le pedí explicación más detallada y entonces dijo: "Sí, mire, va uno, ve a los pelados encuerados, con las vergas bien duras, gruesotas y grandotas, entonces, pues a uno se le para…. Mire cómo ando nomás de imaginar todo lo que van a ver y hacere"… Dicho esto, acarició su paquetote que se advertía bajo la tela del pantalón….. sin preguntar más le metí mano, le acaricié y pude darme cuenta que era en realidad una gran verga….. ni tardo ni perezoso le dije a mi muchachote: "Mira nomás lo que carga este amigo", y entonces él también se dio gusto acariciando aquella tranca. Nos apendejamos y no lo invitamos al hotel, por tener la calentura de llegar al Picante o al Demas….. seguro muchos de los lectores conocen estos deliciosos y calientes sitios.

Llegamos al Picante y estaba cerrado, nos fuimos al Demas…. Allí la cosa cambió, nos sentamos en los bancos que rodean la barra y empezó la pasarela….. no sé, vimos quizá 20 cabrones mostrando sus nalgotas y unas vergas de colección….. Pablo mi amigo que en su ciudad no había visto espectáculo igual, cuando los pelados se acercaban pidiendo un billete en el hilo de su tanga, se animó a tocarlos y más aún…… les propinó sendas mamadas que endurecieron más sus vergas.

Como Pablo tiene la nada despreciable longitud de 22 cm. de verga, y ya metidos en la "peda" , es decir, medio borrachos, me atreví a sacar su arma frente a los parroquianos y hubo un aventado que se acercó a propinarle una rica mamada hasta que lo hizo soltar su carga de semen…… el tipo se levantó escurriendo mecos por los lados de la boca, pero feliz y satisfecho.

En el tiempo que pasamos en el Demas, alternadamente fuimos al baño en varias ocasiones y en cada vez, el roce, el toqueteo, se dieron continuamente, allí pude sentir vergas de todos tamaños, algunas muy gordas y cabezonas, otras largas y delgadas, otras cortitas y gruesas, en fin, fue un agasajo total. Luego me comenta Pablo que a él también le tocó probar esas delicias.

Todo tiene un fin y nos retiramos del lugar a las 3 de la mañana…. Llegamos a nuestra habitación, preparamos una copa más y empezamos a desvestirnos. Los dos estábamos con las vergas duras….. entonces empezamos a acariciarnos, a meternos los dedos en los culos, a mamarnos nuestros armamentos y fue cuando él me pidió que sacara de la petaca el "solitario", una verga de goma de 25 cm. que nos acompaña para acrecentar los momentos de placer….. la mamó un rato, le pusimos un condón y dijo que quería sentirla en el culo….. así lo ayudé: lubriqué bien su culo con una buena sesión de lengüeteo, luego dos y finalmente tres dedos ensalivados y posteriormente el solitario….. le entró todo y emitía frases como: "Este culo es tuyo, disfrútalo, destrózalo….. quiero verga, quiero sentir el culo lleno de verga….."

Para terminar, su enorme verga fue engullida por mi golosa boca y finalmente me la dejó ir en el orificio anal…. Me colocó de espaldas a la cama, me levantó las piernas, puso mis tobillos sobre sus hombros y deslizó hasta el fondo de mi culo aquella vergota que tanto amo, que deseo y que disfruto….. me hizo sentir un placer largamente esperado….. sin tocarme solté todos mis mecos mojando la pelambre de mi pecho y luego de sacarme su verga del agujero trasero, tomó mis mecos con sus dedos, los llevó a su boca y vino a darme un beso donde compartimos el gusto de mi leche de hombre caliente

Fueron muchas más las vivencias cachondas que vivimos en ese nuestro viaje de luna de miel… y de mecos…. Conocimos muchos hombres, cogimos mucho, mamamos mucho y nos mamaron y nos cogieron delicioso….Fueron cuatro días espléndidos….

Al abordar nuestro avión de regreso, coincidimos de nuevo con el sobrecargo hermoso…. Se portó de nuevo de lo más amable y entonces fue que dirigiéndose a mí específicamente me dijo: "Señor, en lo que pueda serle útil…. Mi nombre es Ariel; también soy de Monterrey"

Terminó nuestro viaje y todo volvió a la rutina cotidiana…..

Sólo que hay mucho qué platicar de los encuentros posteriores con Ariel, el sobrecargo, motivo y origen de este relato…. Pero por hoy es todo…. En EL SOBRECARGO II referiré mis experiencias con él, no menos calientes…..

Me gustaría mucho reencontrar un espacio en su gusto por este tipo de relatos. Agradeceré comentarios, críticas y sugerencias en

hermes_2003@hotmail.com

Julián.