El sirviente y el principe azul 2

Con la llegada del principe azul Asier conoce a su enemigo, pero mientras mas lo conozca mas dificil le sera odiarlo.

Hola chicos, se que en el episodio anterior tuve fallas, pero fue porque en verdad no me lo tome en serio, solo fue algo que me nació rápido con un poco de inspiración, pero en vista de les agrado ya comenzare a tomarme en serio el asunto.

Les agradezco a los que me valoraron y comentaron y agradezco a los que mandaron mensajes a mi correo, tomare en cuenta sus opiniones.

Olvide mencionar en el relato anterior que esta historia podría parecer hetero o bisexual al comienzo, pero no, es gay y desde este episodio comenzaran a notarlo más.

Disfruten de este episodio.

El sirviente y el príncipe azul.

Capitulo 2: La llegada del príncipe, cercanía agradable.

-Princesa Miku, yo te amo, escapa conmigo, yo te daré todo lo que necesitas, te daré todo el amor que poseo.

-JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, no seas tonto, tu me gustas mucho, pero nunca serás mas que un simple sirviente, además ahora que mis padres han llegado dentro de un mes será boda con el príncipe azul, estoy muy emocionado por eso ya que seré reina, si gustas podemos seguirnos viéndonos a escondidas, pero solo eso, TU SIEMPRE SERAS MI JUGUETE FAVORITO.

¿Un juguete? ¿Un objeto al que desechara? Solo soy eso para la princesa Miku, no pude reaccionar, no puede decir nada luego de esas palabras que notablemente me rompieron el corazón.

No dije nada, solo me comencé a vestir con mi ropa lujosa digna de un príncipe y ella también se comenzó a vestir con la mejor gala para recibir a su prometido.

Bajamos las escaleras, ella iba con un gran vestido largo y un peinado con coletas a cada lado que hacia lucir su lacio pelo verde, yo llevaba un traje blanco con azul y una bufanda amarilla en el cuello.

Llegamos a la parte de abajo, ya estaban todos los sirvientes del castillo en fila a cada lado de una alfombra verde que se extendía en el suelo desde la puerta principal del castillo hasta los tronos reales, la princesa se fue a sentar a su trono y me indico que me colocara con los demás sirvientes, yo era el único con ropa fina allí, me sentía raro. Las puertas del castillo se abrieron y en ese momento llego un carruaje verde decorado con esmeraldas, abrieron la puerta del carruaje y se bajaron los imponentes reyes del reino verde, un hombre alto y musculoso con una barba corta, y una mujer madura con un pelo verde corto.

Avanzaron lentamente por la alfombra con su imponente mirada en alto hasta llegar a los tronos donde se sentaron en silencio.

El carruaje verde se fue y llego un precioso carruaje azul lleno de zafiros azules, eso debe ser lo que dominaba en el reino del príncipe, el anunciador real grito.

-CON USTEDES, EL PRÍNCIPE AZUL, OMAR DEL REINO DE ZAFIROS.

La puerta del carruaje se abrió y pude distinguir como un precioso chico se bajaba, un chico con un traje de seda azul que parecía danzar con el viento, su pelo era corto y azul, se veía tan suave que provocaba tocarlo por horas, abrió sus ojos, unos preciosos ojos azules acompañados de una mirada provocadora que derretiría a cualquiera, no se si los demás lo notaron, pero cuando abrió los ojos hubo un brillo en su cara, su belleza era casi sagrada, ahora entiendo porque la princesa lo ama, es el chico mas hermoso que he visto en mi vida… pero no… ¡NO! El es mi enemigo, aquel que me ha quitado el amor de mi princesa.

Llego hasta el trono y saludo a la princesa con un beso en la mano, como todo un príncipe, luego de las formalidades de presentación el rey verde anuncio.

-A partir de hoy el príncipe Omar vivirá en este castillo, su boda con mi hija será en un mes, todos su deseos deben ser ordenes y deben ser cumplidos de inmediato ¿ENTENDIDO?

-¡SI SU MAJESTAD!

Gritamos todos los sirvientes, el príncipe recorrió con la mirada toda la sala y cuando me vio volví a ver esos ojos azules profundos, Woao tanta belleza en una sola mirada… un minuto me esta viendo fijamente, el príncipe me ve fijamente y yo lo estoy viendo a él, emitió una sonrisa ligera, se acerco al rey y le dijo algo al oído a lo cual el rey solo asintió y luego se fue a sentar, el príncipe se poso en el centro y dijo.

-Quiero un sirviente personal, uno que pase conmigo las 24 horas del día. –Me miro. – Tu, el rubio, tu serás mi sirviente.

-¿Yo? – Mire a la princesa y ella desvió la mirada así que solo dije. –De acuerdo majestad.

-Estarás a mi lado todo el día y me servirás en lo que pida ¿entendido?

-Si su majestad.

Que bien, ahora debía ser el sirviente de mi enemigo, aunque eso me podría dar ventaja, podría averiguar su debilidad y destruirlo para que así la princesa vuelva a ser mía, jejeje perfecto.

Luego de las horas que duro la bienvenida todos debía retirarse a sus habitaciones, el rey ordeno que el príncipe Omar y la princesa Miku no deberían dormir juntos hasta después de la boda, así que a el príncipe Omar se le asigno un cuarto aparte.

Llegamos al cuarto el cual ya había sido preparado, tenía una enorme cama digna de un príncipe, y más allá una pequeña cama, supongo que era para mí.

El príncipe hasta ahora se había comportado muy elegante y refinado, por eso la actitud que tomo al momento de entrar al cuarto me descoloco. Se quito las botas azules de golpe y se lanzo a la cama desordenándola por completo, para ser un príncipe de 18 años no actuaba como tal.

Yo camine y me senté en la cama pequeña esperando que me diera alguna orden, pero en vista de que se quedo quieto, parecía que quería dormir, yo también me quede dormido en mi cama a pesar que solo eran las 2 de la tarde, pero de seguro él estaba cansado por el viaje y yo debía dormir para despejar mi mente.

3 HORAS DESPUES

-Oye… oye sirviente… despierta…

Escuche como el príncipe me llamaba y desperté.

-Disculpe su majestad, solo tomaba una siesta.

-Bueno yo también lo hice, no tiene nada de malo que lo hagas, es de tarde y quiero tomar una ducha, indícame donde están los baños reales por favor.

-Si su majestad.

Me levante de la cama y comencé a caminar hasta la tina real, no vi a la princesa en todo el camino. Llegamos a la tina la cual era circular y de unos 3 o 4 metros de diámetro.

-Aquí es su majestad.

-Muy bien.

Se quito su camisa de seda y la puso a un lado, su espalda se veía tan suave y lisa, era provocativa. Me gire para cerrar con llave la puerta de entrada a ese lugar, el príncipe necesitaba su privacidad, yo no podía irme ya que mis ordenes era estar a su lado todo el día.

Cuando me gire de nuevo ya estaba sin pantalones, pude ver esas piernas fuertes y unas nalgas redonditas y firmes, no pude evitar sonrojarme, esa vista era preciosa, sin voltear el príncipe se metió en la tina y se relajo, yo solo me fui a sentar en uno de los banco que estaban en ese cuarto y me puse a ver al suelo, no quería seguir sonrojándome al verlo, mientras mas lo veía se me hacia mas difícil odiarlo e intentar destruirlo para poder amar a Miku.

-Oye sirviente ¿Qué esperas?

Me dijo el príncipe apoyando sus brazos en el borde de la tina y viéndome fijamente.

-¿Disculpe?

No entendí lo que había dicho.

-Se supone que debes pasar conmigo las 24 horas del día y no quiero a un sirviente que huela mal.

-Ósea que…

-Seré mas directo, cuando yo me bañe tú también te bañas, ahora ven.

-O… ok…

Que extraño, con la princesa también tenia que pasar todo el día, pero ella me daba 1 hora al día para irme a bañar a las duchar de los sirvientes, pensé que el príncipe también lo haría, pero no… bueno son sus ordenes y debo obedecerlas.

Me quite la ropa y no pude evitar sonrojarme al ver como el príncipe me miraba fijamente con una sonrisa en el rostro. Deje mi ropa en un lado y me metí en la tina, era de un tamaño idóneo para que entraras 2 personas, me metí y me puse al frente de él, desde esta posición podía ver su pecho totalmente lampiño adornado con 2 pezones marroncitos resaltando en esa piel de un blanco bronceado, en su abdomen unos abdominales ligeramente marcado, para ser príncipe al parecer se ejercitaba, no pude ver mas abajo ya que las burbujas y las espuma de la tina cubrían lo demás... y creo que era lo mejor. El también se me quedo viendo el pecho fijamente y luego mirándome a los ojos sonrió, eso me hizo sonrojar mucho.

Luego de una hora allí totalmente relajados sin decir una sola palabra el se levanto y salió de la tina, cuando abrí los ojos ya estaba afuera y se estaba secando de espalda hacia mi. Yo hice los mismo y fue cuando note que no habíamos traído ropa limpia, ese era mi trabajo y lo había olvidado, voltee a mirarlo y el con la toalla enrollada en la cintura también me miraba.

-Lo siento su majestad, olvide la ropa.

-Mmm ya esta oscureciendo, ¿A esta hora hay sirvientes en este piso?

-No… ellos ya deben haberse ido.

-Entonces no hay problema.

Abrió la puerta de la habitación y salió, yo con la toalla en la cintura lo seguí, caminamos rápido hasta llegar al cuarto donde dejo caer la toalla y abrió el closet donde ya estaban sus ropas y también habían unas para mi de color blanco, el se vistió y luego lo hice yo. Una vez mas el príncipe se acostó en su cama por lo cual yo me acosté en la mía, era hora de dormir.

11 HORAS DESPUES

El príncipe dormía como piedra, yo en la noche me desperté y me volví a dormir varias veces ya que no podía dormir tantas horas seguidas, pero supongo que en fin debía estar agotado por los preparativos para venir a este reino, su reino quedaba a unas 3 horas de distancia del reino verde y a 1 hora del reino amarillo, estaba mas cerca de mi reino pero esta era la primera vez que lo veía.

Eran alrededor de las 5 de la mañana cuando me desperté una vez más y miré hacia su cama… pero… no estaba… me levante rápido de la mía y me acerque hasta la suya para asegurarme removí las enormes sabanas y en efecto no estaba, de las sabanas desprendía un aroma divino ¿ese era su olor? No se, pero me encantaba.

Salí corriendo de la habitación buscándolo, se supone que debo estar a su lado, recorrí la planta alta del castillo hasta que lo encontré en uno de lo balcones, estaba recostado allí mirando hacia el cielo y hacia el horizonte, se veía tan relajado y tan concentrado que no quise perturbar su paz… se veía tan hermoso con la luz de la luna iluminado esa cara tan bella, sus ojos se iluminaban con esa tenue luz y resplandecían como zafiros.

Esos ojos se giraron y me vieron fijamente, no puede escapar a su mirada.

-Disculpe príncipe, no quise perturbarlo.

El no dijo nada, solo me hizo un gesto con la mano para que me acercara. Me acerque hacia el y le dije.

-Lo busque porque debo pasar todo el día a su lado.

-Lo se, pero cuando me desperté te vi durmiendo tan plácidamente, no quise despertarte, te veía muy…

Se sonrojo y se callo en ese momento, yo igual me sonroje, luego le pregunte.

-¿Qué hace aquí?

-Desde pequeño me ha gustado ver el amanecer, no me lo he perdido ni una sola vez y lo quiero seguir viendo por siempre, y mi sueño es… ver el amanecer la persona que ame.

Dijo eso ultimo con algo de tristeza, yo de forma irónica y con algo de amargura le dije.

-Bueno, en un mes podrá ver el amanecer con la princesa Miku, su sueño se cumplirá.

-Si… no lo creo…

Se puso algo triste y dirigió la mirada al suelo, ¿acaso no amaba a Miku? Eso era bueno para mí. En ese momento recordé algo, hace unas 2 semanas yo me levante temprano y me puse a recorrer los jardines del palacio, justo cuando estaba frente a la fuente principal del palacio comenzó el amanecer, la luz del sol reflejada en el agua fue hermosa, así que le dije.

-Príncipe, por favor sígame.

-¿Adonde vamos? Me perderé el amanecer.

-Solo sígame.

Lo tome de la mano, su mano era suave y cálida, justo cuando la tome el apretó mi mano, me sentí bien en ese momento, lo mire a los ojos y el a mi, fue un momento raro pero… lindo…

Con su mano agarrada comencé a correr o el sol saldría, el me seguía rápidamente, bajamos las escaleras y salimos al jardín, llegamos a la fuerte que escupía un chorro de agua de unos 3 metros hacia arriba y a su alrededor otras fuentes pequeñas lo acompañaban con chorros mas pequeños.

-¿Qué hacemos aquí?

-Espere y vera.

Aun estábamos agarrados de las manos, a mi me gustaba aunque no se porque, y el tampoco me soltaba.

Pasaron unos minutos y el sol comenzó a salir detrás de una montaña y la luz apuntaba directo a la fuente.

-Observa.

Le dije y volteo hacia la fuente la cual si veías el sol a través de ella el agua hacia que luz se distorsionara dándole un toque hermoso y… romántico. Apretó mi mano y sus ojos se iluminaban, su sonrisa brillaba y su cara parecía la de un niño feliz, era tan hermoso verlo.

-Aun falta lo mejor príncipe.

-No puedo creer que haya algo mejor que esto.

-Espere y lo vera.

El sol siguió saliendo y la luz se intensifico e ilumino las demás fuentes, la luz reflejada creaba pequeños arcoíris a nuestro alrededor, parecía mágico.

La expresión de sus rostro no podía ser mas bella, me soltó y comenzó a correr, brincar, saltar alrededor de las fuentes, yo solo me lo quede mirando, me hacia feliz verlo feliz, en este momento no pensaba en el odio que le tenia, por el contrario sentía otra cosa por el, no sabia que sentía, pero no era odio.

Dejo de saltar y se quedo viéndome, con una sonrisa se acerco hacia mí y me dijo.

-Gracias, esto es lo mas hermoso que he visto, quiero que ver esto cada día, quiero ver esto cada día… a tu lado…

Una vez mas sus ojos azules penetraban mis ojos amarillos y me derretían todo el odio que sentía por el. ¿A mi lado? ¿Quería ver el amanecer a mi lado? Pero…

Se escucho un ruido, alguien veía, de seguro los sirvientes que comenzaban su día de trabajo. Omar me tomo de la mano y me apretó fuerte y comenzó a correr llevándome de nuevo hasta su habitación para así fingir que no había pasado nada y que nos acabábamos de levantar. Era un nuevo día que había empezado de maravilla, pero ¿Seguiría todos así?

Continuara…

Bien eso fue todo por hoy espero que les haya gustado y me den sus valoraciones criticas y comentarios.

Adelantos del Próximo episodio.

Asier: Lo vi, vi a Omar besando a la princesa Miku, me dolió mucho… pero ahora no se si me dolió por lo que siento por Miku, o me dolió ver a Omar con ella y no conmigo.

Omar: Deber ser bueno ser un sirviente como tu, al menos tu puedes elegir de quien enamorarte, yo debo amar a alguien que no me gusta.

Miku: Pronto tendré a Omar en mis manos, mis planes van muy bien, pronto me apoderare de todos los reinos.

Kaira: ¿Qué? ¿La odiosa de Miku se casara con Omar? ¿Por qué no sabía nada de eso? Omar debe ser mío, Miku debe pagar por esto, la hare pagar.

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