El sicario ~Cap 1~
Lea se convierte en sumisa a cambio de que un misterioso joven la proteja. (Situado en una época medieval)
Capítulo 1
Sangre, desesperación y muerte, muy pocos saben acerca de la guerra y de los múltiples pueblos que asediados han sido víctimas de la misma. Los soldados mataron a todos los varones y se llevaron a las mujeres para venderlas como esclavas ¿la razón? El placer.
Los soldados se han quedado dormidos, una joven de apenas diecinueve años logra deshacerse de sus atadura, su padre así le ha enseñado y sale disparada en dirección al bosque.
Es una muchacha pelirroja, no es especialmente alta; pero si delgada. Tiene unos perfectos pechos y su trasero siempre había sido la envidia de la aldea... Pero era virgen. Pronto unos pasos detrás de ella la alertaron de que pronto la atraparían y entonces apareció, apenas era una silueta recortada entre la niebla nocturna, apenas podían distinguirse sus largos cabellos y el arma que sujetaba con su mano izquierda.
Justo cuando el primer hombre se me echaba encima él actuó y asestó una violenta puñalada en el vientre del mismo, provocando el desmayo de la muchacha.
Cuando abrió sus ojos grises descubrió que se encontraba en una estancia más bien pequeña, el hogar junto a una tosca mesa de madera y la incómoda cama de paja en la que se encontraba, el hombre habló por primera vez.
_Te encontré en el bosque, te desmayaste y no me quedó otra opción que traerte a mi casa._ Su voz era especialmente fría y sus ojos un témpano de hielo, era un hombre más bien atractivo._ las personas como yo no podemos tener acogidas a niñas comunes como tú.
_ pero..si me dejas...me atraparán._ pudo articular ella con dificultad, su corazón por alguna razón parecía quererse salir de su pecho.
_Ese no es mi problema, Soy un sicario y no puedes pagar mis servicios. Es mi última palabra._ Espetó y se volvió a meter al cuarto, la joven recordó entonces el principio de todo sicario y planeó la forma en que el hombre la aceptara y se convirtiera en su protector, una luz la iluminó y pensó algo descabellados... Esos hombres la habrían utilizado de peor forma o se equivocaba?
A la noche mientras hambos cenaban, la muchacha rompió el silencio:
_ Acepta el pago que te ofrezco._ la mirada era muy significativa y puede que una mente menos despierta no lo hubiera entendido, pero su mente no era la de un simple.
_ ¿Ser mi sumisa a cambio de mi protección?._ casi escupió el agua, escandalizado._ Si lo que quieres es sexo busca en un burdel.
_ Porfa, Maestro acepta mi pago._ suplicó esta mientras veía el horror en su mirada, el hielo estaba derritiendose.
_ No puedo hacer eso._ Susurró tajante._ O mejor dicho...
L
a mirada de ella era desesperada, cierto era que le había salvado la vida y eso bien merecía una recompensa y entonces asintió, la frialdad volvió a sus ojos claros.
_ Desnudate y ofrecete en esa silla._ Señaló la que tenía al lado._ súbete en a cuatro patas ofrecete.
La muchacha llevó la mano hacía l as ataduras de su vestido y este calló al suelo con lentitud, sus grandes y redondos pechos hicieron sonrojar al amiguito que el sicario guardaba en su entrepierna; pero solo asintió mientras ella se colocaba a cuatro patas sobre la silla y dijo:
_ Maestro, me ofrezco ante ti._ lo decía aliviada._ aceptame como tu sumisa.
_ Acepto._ y se agachó para observar su coño, mordió con lentitud la nalga derecha y poco a poco su boca tapó su concha y subciono, su lengua pasó por el clítoris y el interior..._ Córrete.
Y ella lo hizo, sellando así el pacto con aquel desconocido.