El shari de montse
Unas vacaciones siempre son un placer y si encima compras algo de ropa mejor, lo que ella no esperaba es que la comprar de una pieza pudiera serle tan placentera.
Nuestro viaje a la India
estaba resultando
muy interesante, su cultura, ciudad y templos con sus grabados eróticos, cuna de Kamasutra, era todo fascinante.
El viaje había discurrido como a cualquier turista, habíamos contratado los servicios de un guía que chapurreaba español para visitar Bombay, la última ciudad de tour. Durante todo el viaje había quedado prendada de los sari que vestían las mujeres y había comentado con mi marido que me compraría uno en Bombay, como era el ultima día de viaje no tendríamos que cargar con él todo el tiempo.
Se lo comente a Nusrat, así se llamaba nuestro guía, si conocía algún sitio donde pudiera salirme bien de precio un Sari, pero que a la vez fuera de calidad, me dijo que sí, que no había ningún problema y quedamos para ir esa misma tarde.
El destino o Bhishma en este caso, se pusieron de acuerdo para que me pasara lo que paso aquella tarde ya que mi marido le mal algo de la comida y no podía acompañarme a la tienda.
Así, que a las siete en punto estaba yo sola en la plaza, ya me estaba esperando Nusrat,
que me pregunto por mi marido, le comente que no se encontraba bien y comenzamos a caminar.
Estuvimos, lo que a mí me pareció, un buen rato por las laberínticas calles de Bombay,
-Si me deja aquí sola, no encontrare el hotel. Y empezaba a pensar si había sido una buena idea venir sola.
Finalmente llegamos hasta una pequeña puerta en un callejón.
-Pase, señora, pase. Me dijo Nusrat, a la vez que abría la portezuela y me empujaba, con una cierta insistencia,
para hacerme entrar.
Pasamos a un largo y oscuro pasillo, al final del cual se adivinaba una nueva puerta, llegamos hasta ella y Nusrat hablo con alguien tras la misma en algún idioma que evidentemente no era ingles.
La puerta se abrió y nos hicieron pasar a una sala que
era un taller de confección, donde cinco o seis hombres se afanaban en coser ropa,
escondidos tras los enormes bultos de ropa, ninguno de ellos levanto ni siquiera la vista para mirarnos.
Nusrat hablo con un hombre que debería ser el encargado, que inmediatamente se acerco a mí
y me dijo algo en su idioma que
no entendí.
-Dice, traducía Nusrat, que será un privilegio para ellos hacer un sari muy bonito para usted y que no se preocupe por el precio.
El encargado, que era un hombre de apariencia mayor, aunque había aprendido que en la India
, muchas veces la apariencia física no tenía mucho que ver con la edad, completamente calvo y con un pequeño bigotito, me cogió de la mano y me llevo hasta otra habitación, donde había una gran exposición de Saris, cada
uno que me enseñaba
el encargado era más
bonito que el anterior y no sabía cual elegir.
-Señora, digo Nusrat, la veo indecisa, lo mejor es ver cómo le queda puesto, dice el encargado que elija el que más le guste y se lo pruebe.
Elegí uno precioso, con pedrería, en tonos amarillos y rojos y le pregunte donde podía cambiarme.
El encargo aparto unas cortinas al fondo de la habitación y entendí que era allí donde debía hacerlo.
Realmente no tenía ninguna intimidad, la cortina era bastante pequeña y no había manera de que se mantuviera cerrada del todo, la sujete como pude y empecé a desnudarme, me quite las bermudas y la camisa quedándome solo con las braguitas, estaba intentando averiguar cómo se ponía el sari cuando vi que el encargado me estaba mirando con todo descaro.
Corrí nuevamente la cortina e intente ponerme el sari, pero no había manera, o se me caía o me quedaba mal puesto, así que me lo puse como pude y salí para enseñarles como me quedaba y le dije a Nusrat que no sabía ponérmelo.
-Ponerse un sari
es todo un arte, digo Nusrat, y una ceremonia, no debe vestirse como lo haría una occidental, deje que la ayude, por favor.
Antes de que pudiera ni siquiera reaccionar Nusrat había abierto el sari completamente, dejándome en braguitas, con esa calor no llevaba sujetador, a la vista de ellos dos, no sé que me paso en ese momento, pero en vez de reaccionar tapándome y salir huyendo de allí, me quede inmóvil, paralizada, dejando que contemplaran mi desnudez.
El encargado se acerco a mí, diciéndole algo a Nusrat e intento quitarme completamente el sari, esta vez sí que
reaccione e intente evitarlo.
-Dice que está muy mal puesto y que hay que empezar de nuevo a vestirse y que no se preocupe que es un profesional y está acostumbrado a ver mujeres desnudas.
Mientras él hablaba el otro ya me había quitado del todo el sari, así que estaba solo con mis braguitas delante de aquellos dos hombres.
El encargado se había colocado a mi espalda y se apretaba contra mi culo, el bulto de su polla tras los finos pantalones era más que evidente y al desnudarme había más que rozados mis pechos,
el sobeteo había sido evidente.
El hombre se puso delante de mí y empezó a
vestirme nuevamente, cada vez que le daba un doblez a la prenda la apretaba contra mi cuerpo, tocándome, ahora sí, con todo descaro, yo no sabía que me pasaba, pero
lejos de molestarme me empezaba a encontrar excitada por la situación.
Nusrat se acerco también y empezó a “ayudar” al otro,
los dos hombres me tocaban por todas partes con la excusa de adaptar bien la prenda a mi cuerpo, mi tetas, mi culo, mi coño, no se salvo ninguna parte de mi cuerpo de ser repasado.
Cuando por fin acabaron de vestirme los dos hombres se alejaron para poder verme bien, comentaban algo entre ellos y Nusrat me dijo que me girara para poder verme bien.
Así lo hice, lentamente, para que pudieran verme bien, mientras ellos hablaban.
Cuando se cansaron de contemplarme, Nusrat me digo:
-Creemos que le quedara mejor otro modelo que tenemos en el almacén, pero dice el encargado que debe tomarle medias para dejarlo completamente a su gusto.
Nuevamente se acercaron a mí y
me quitaron el sari, nuevamente estaba prácticamente desnuda ante ellos.
El encargado cogió
una cinta métrica y empezó a medirme, paso la cinta por mi espada y me midió los pechos, tocándomelos y apretándomelos con la escusa de medirme bien.
-Tenemos que estar bien seguros, señora –decía Nusrat.
Mientras, el encargo se había arrodillado delante de mí y pasaba sus manos por mi culo para ajustar la cinta, sentía su aliento directamente sobre mi coño,
con la excusa de ajustarla más por detrás ya estaba metiendo directamente la cinta entre mi culo.
Le digo algo a Nusrat que tradujo como:
-Dice que así no puede medirla bien y no quedara
perfecto, es mejor que se quite las bragas.
El encargado ya estaba tirando de ellas y en un segundo estuve completamente desnuda ante ellos, seguía arrodillado ante mí y sentía su nariz clavarse en mi rajita,
puso la cintra métrica entre mis labios vaginales, separándolos con sus dedos y estiro de ella hacia arriba, se suponía que estaba midiendo la distancia entre mi coño y mis pezones.
Nusrat estaba ahora detrás de mí, sujetando la cinta métrica contra mis tetas, no sabía cómo ni cuándo, pero se había quitado los pantalones y notaba su polla directamente contra mi culo. Separando mis piernas la metió entre ellas frotándose contra mis labios, yo estaba completamente mojada y un poco fuera de control, el encargado se habia levantado y chupaba con fuerza mis pezones estirando de ellos como si quisiera arrancarmelos, él tambien habia metido su polla entre mis piernas y notabas las dos pollas frotandose contra mis labios, lo hacian alternativamente, cuando una salia la otra entraba, frotandose sin parar e incluso introduciendo alguna vez ligeramente el capullo dentro de mi ya empapado coño,
tuve un último momento de lucidez para separarme de ellos y decirles que era una mujer casada y no pensaba engañar a mi marido con ellos, pero por toda respuesta Nusrat me alzo y me clavo la polla de un solo golpe en mi coño, me senti llena por completo, era bastante mas grande que la de mi marido y sin embargo habia entrado en mi como un cuchillo caliente en la mantequilla.
Aquello acabo con toda mi resistencia, sin sacarme la polla me acercaron hasta una mesa donde me tumbaron de bruzes sobre ella, Nusrat metia y sacaba su larga polla de mi, poco a poco, disfrutando de mi estrecho coño, yo notaba como
mis labios se abrian y se cerraban a medida que aquella polla entraba y salia dilatandome el coño, Nusrat se tomo su buen tiempo en darme aquel tratamiento, y yo estaba en la gloria,
él sabia como mantenerme encendida pero sin que llegara a correrme, ya nada me importaba, solo queria disfrutar de aquello.
Nusrat iba aumentado el ritmo de su follada y yo empece a notar como me llegaba el primer orgasmo, pero él tambien lo noto y subitamente dejo de follarme y em saco la polla de mi coño, yo notaba como el coño me palpitaba como buscando aquella polla que me estaba reventando, sentia su capullo frotarse por el ojete de mi culo y la entrada del coño, pero sin llegar a penetrarme, me tuvo asi hasta que noto como el orgasmo se paraba, dejandome con una sensacion de necesidad increible, entonces volvio a metermela con fuerza, agarrado a mi caderas me follaba con ganas,
metiendomela y sacandomela ahora con rapidez, otra vez notaba el orgasmo y otra vez el paro dejandome aquella sensacion inenarrable.
Repitio aquello cinco o seis veces, yo no paraba de estar de apunto de correrme pero no me dejaba hacerlo, lo que hacia que tuviera unas ganas increibles de que me follara mas y con mas ganas.
Siguio follandome hasta que me volvio el orgasmo, una vez mas me la saco, dejandome a medias, pero esta vez me hizo incorporar y cogiendome del brazo me hizo acomparñarlo.
Pense que me llevaba a otra habitacion para follarme mas comodamente, pero me saco completamente desnuda al taller, alli estaban los seis trabajadores, de pie, mirando mi desnudez, intente taparme, pero Nusrat me lo impidio, dejando que todos aquellos hombre me contemplaran a su gusto.
Los hombre me rodearon y empezaron a aciriciar todo mi cuerpo, una decena de manos me tocaban por todas partes, eso si, con delicadeza, como si fuera una figura que se pudiera romper con facilidad, ni un centimetro de mi cuerpo escapo de sus caricias, pecho, cara, espalda y evidentemente mi culo y coño.
Los hombre entonaban una especie de cantico, como una oracion mientras me tocaban y entoces entro el encargado en el taller, la verdad es que no me habia dado cuenta de que no habia estado con nosotros en la otra sala.
Al entrar, los hombres
me dejaron, abriendose como si fueran una puerta dejandome delante del encargado, él tambien entonaba un cantico y mientras lo hacia me puso un collar de flores, uno de los hombre le acerco un bol y
untandose un dedo con un unguento que habia en su interior me pinto un circulo en la frente, despues, unto tambien mis pezoes, dejandomelos de un color rojo intenso, repitio la misma operación en mi ombligo y finalmente,
uno de los hombre se arrodillo ante mi, separo mis labios vaginales de manera que mi
clitoris inflamado que a la vista, el encargado, convertido en sacerdote, hizo lo mismo, y mojando los dedos en el ungüento me lo aplico sobre el clitoris, a diferencia de mis pezones, aquí el sacerdote se entretuvo haciendome una masaje con el ungüento, lo que me hizo estemecer de placer.
Nusrat se adelanto entre los hombre y me dijo:
-Vamos a ofrecerte al dios Shirrat, el dios de la fertilidad, es un gran honor para una extranjera, debe ser la primera vez que ofrecemos a una extranjera en honor de Shirrat, acompañamos, por favor.
El sacerdote se puso a caminar y Nusrat me indico que lo siguiera, el resto de hombres se pusieron detrás de mi y todos juntos nos dirigimos hacia otra habitacion, en procesion, todos los hombres entonaban sus canticos y yo, desnuda, delante de nueve hombres desconocidos, con mis puntos rojos en frente, pezones y clitoris, caminaba completamente hacia aquella ceremonia de la que no sabia nada.
Salimos al pasillo por donde habia entrado antes y el sacerdote abrio una puerta, ante mi aparecio lo que sin duda era un templo dedicado a un dios, solo estaba iluminado por cientos de velas,
el olor a incienso era intensisimo, en las pareces habia grabados del kamasutra, con cientos, miles de posiciones diferentes e inimaginables para mi, solo tenian una cosa en comun entre elllas, siempre era la mujer la protagonista.
Al fondo habia un altar dedicado a un solo dios, era un cuerpo de hombre con cabeza de toro o de buey, el dios estaba sentado en lo que me recordo el sillon de mi ginecologo, el asiento estaba entre sus piernas, los brazos hacian las veces de reposabrazos y las piernas estaban diseñadas para colocar las de la persona que se sentara alli,
que enseguida supe que era yo.
Dos de aquellos hombres me ayudaron a sentarme en el altar, ataron mis brazos a los del dios y entonces pusieron mis piernas sobre las suyas atandolas tambien, una vez bien atada no podia ni moverme, entonces accionaron un mecanismos que hizo que el altar empezar a moverse, poco a poco me fui reclinanado hacia atrás, al avez que mis piernas cada vez quedaban mas separadas, abiertas, un sonoro “clok” parecio finalizar el final de movimiento y quede en una posicion grotesca, mis piernas mas abiertas incluso que cuando habia tenido a mi hija, mi coño y my culo completamente abierto y ha disposicion de aquellos hombres y ademas, completamente imposibilitada a moverme.
Los hombre continuaban orando y uno de ellos acerco nuevamente un bol al sacerdote,
en la posicion que estaba podia ver perfectamente que estaban haciendo en mi coño, asi que pude ver como esta vez no se untaba unos dedos en el ungüento si no toda la mano y entonces me untbaa
el coño con aquello,
su mano me frotaba con fuerza el coño, separando los labios, metiendose en mi coño, en mi culo en mi ano, todo esa zona quedo completamente pringada de aquella pomada y entonces, no habia pasado ni un minuto de tenerlo puesto, cuando un enorme ardor me lleno toda la zona, mi marido me habia puesto alguna vez gengibre en nuestros juegos, pero
aquello multiplicaba por mucha la sensacion,
el calor era muy intenso y una sensacion de placer iba en aumento, hasta que llego un momento que era incluso mas que cuando me corria, solo que no lograba hacerlo, ¿o era un orgasmos continuado?
El caso es que el placer que sentia en mi vagina y ano era indescriptible y al imposibilidad de moverme hacia que la sensacion fuera todavia mas intensa.
Como he dicho, en mi posicion podia ver perfectamente mi vagina, asi que vi como Nusrat se colocaba
entre mis piernas y apuntaba su gran polla a mi vagina, me la metio de un golpe y entonces la sensacion fue increible, me estaba corriendo continuamente, pero sin hacerlo, Nusrat embestia con fuerza contra mi coño hasta que senti como se corria en mis entrañas, sentia su leche inundarme y a la vez seguia con aquella sensacion de orgasmo continuado, se retiro y otro hombre ocupo su lugar, solo
que esta vez su enorme polla apunto a mi ano, nunca lo habia hecho por aqi, a pesar de las suplicas de mi marido, pero nada me importaba, mi sorpresa fue sentir
la facilidad con la que la polla se metio en mi y otra vez el orgasmo continuado en mi culo y coño, el hombre tambien se corrio en mi culo y asi uno tras otros pasaron por mi coño y culo alternadose,
sentia su leche deslizarse por la raja de mi culo, salir de mi empapado coño y mi culo.
Todos los hombre, menos el sacerdote,
me la habian metido por alguno de mis agujeros y todos se habian corrido, pense que aquello habia acabado, aunque la sensacion de orgasmo continuo continuaba en mi coño y culo que seguian palpitando como una almeja, cuando vi entrar por la puerta un gran buey,
estaba completamente engalanado, flores colgaban de su cuello y tenia, como yo, una grna punto rojo pintado en su frente, aunque lo mas rojo era su enorme polla, como el brazo de un hombre, pero con un capullo finito y pequeño, seguramente diseñado asi por miles de años de naturaleza para facilitar la penetracion de la vaca.
-Es el dios Shirrat, adora a tu dios, dijo Nusrat.
El sacerdote acompaño al toro hasta el altra, sin duda no era la primera vez que hacia aquello porque con una ligera señal del sacerdote, el enorme animal acomodo sus patas delantera
en unos alojamiento diseñados para ello en el altar y senti la punta de su polla frotarme la entrada del coño. Seguia viendo lo que pasaba entre las piernas, asi que pude ver como el sacerdote apuntaba aquella enormidad a la entrada de mi coño, el animal, al sentir mi calor, empezo a metermela con fuerza, yo sentia centimetro a centimetro como entraba en mi dilatandome, abriendome, casi rompiendo mi maltrecho coño, pero sin duda aquel unguento,
ademas de estimulante debia tener alguna propiedad dilatadora porque la polla de aquel animal entro completamente en mi, me sentia desgarrada, mezcla de un gran dolor y el placer mas intenso que habia sentido en mi vida, el animal se movia suavemente, pero su polla entraba y salia con fuerza de mi, cuando senti la primera corriada del animal junto con el orgasmos mas fuerte e intenso que habia sentido en mi vida, el animal me inundaba de su leche y yo me corria, una, dos, tres,..... sentia la leche del toro salir a vorvotones de mi coño y entonces perdi el sentido.
Cuando desperte, ya no estaba en el altar, estaba en una bañera con agua perfumada, completamente limpia y tenia un magnifico sari para vestirme, entro Nusrat y me dijo que el sari era un regalo para
mi, me lo puse y Nusrat me acompaño hasta el hotel.
Durante el trayecto tenia una sensacion extraña en el coño, pero pense que era debido a todo a lo que habia pasado esa tarde,
al llegar al hotel mi marido dormia placidamente, fui al baño y entonces pude ver que mis labios, vagina y ano presentaba un intenso color rojo, ademas de una incripcion en sanscrito y mi coño estaba completamente dilatado, me habian ofrecido al dios Shurrat y desde ese momento era su sacerdotisa y me habian marcado para que no lo olvidara.