El sexo con una chiquilla
De mi experiencia con una chiquilla de 18 años.
El sexo con una chiquilla
Bueno, pues yo tengo 26 años casi 27, y hace un tiempo que conozco a Jessica, hija de unos amigos de mis padres que hace poco cumplió 19 años. La historia que les voy a relatar ocurrió hace aproximadamente 1 año, ella apenas tenía 18 años y yo tenía 23.
Jessica es una niña bonita, de pechos firmes aunque un poco pequeños, unas nalguitas preciosas, de tez morena clara y cabello negro.
Estábamos en una fiesta en mi casa y ella había ido, mis padres no estaban y mi hermano (que tenía 12) tampoco, entonces teníamos la casa para todos nosotros solos. Éramos unos 15 chicos y chicas, entre los 18 y los 25 años, ella era la más pequeña. Después de unas horas y unos cuantos alcoholes nos pusimos a jugar unos juegos extremadamente cachondos, la botella con castigos de quitar prenda, o de dar besos, etc.
Todos estábamos muy calientes debido a los juegos, y entonces me toca darle un beso a la niña, y se lo di. Al momento de darle el beso la niña se puso muy caliente, pero ahí todavía no pasó nada.
Como ella vive a dos edificios yo la iba a llevar a su casa, y como soy de toda confianza para sus papás, pues no había problema.
Al pasar las horas los invitados se fueron yendo hasta que quedamos solos ella y yo. Fue entonces cuando empezó lo bueno.
Ella me dijo que si le podía dar otro beso, y yo ni siquiera le respondí, se lo di. Ella se volvió a excitar de manera impresionante y empezó a jadear. Entonces noté que ella quería más. Con tranquilidad le quité la blusa y le empecé a agarrar las tetitas, lo cual la calentó más. Le agarré los pezoncitos excitados lo cual la prendió más, mientras le besaba el cuello e iba bajando hacia su pechos. Con la boca la seguía besando hasta que llegué a sus lindos pechos y los empecé a besar y a morder suavemente sus pezones. Eso la llevó a dar unos leves gemidos de placer.
Antes de llegar a su vagina, ella me dijo: Oye, quiero aprender a mamar vergas. Entonces me quitó los pantalones y la ropa interior, sacó mi verga y me empezó a mamar. Para ser una novata no lo hacía naaaada mal, a lo que mi verga reaccionaba a cada momento. Después de tanto mamar y jalar terminé viniéndome en su boca. Ella degustó el líquido y lo saboreó. Fue entonces cuando yo proseguí con mi trabajo.
Le quité los pantaloncitos y los calzoncitos que tenía puestos y le empecé a meter los dedos. Ella se excitó aún más de lo que ya estaba y me dijo: dame con la boca, por favor.
Ante tal súplica no pude resistir y le metí la lengua moviéndola lento y después rápido, y así sucesivamente, mientras yo hacía eso ella gemía de placer, hasta que llegó a un punto en el que ya no aguantó más y tuvo su primer orgasmo mientras yo disfrutaba los fluidos que de allí provenían. Sabían deliciosos.
Ella ya no aguantó más y me dijo: métemela, por favor. Entonces lo hice. Empecé suavemente a meterle la cabeza erecta de mi pene en su vagina que ahorita ya estaba bastante abierta de la excitación. Entonces empezó a gemir conforme mi pene iba entrando lentamente por su vagina. Cuando llegué al tope fue cuando empecé a entrar y salir mientras que su cuerpo juvenil no quería dejar pasar a mi miembro pero por más resistencia que puso no pudo contra mis embestidas, que cada vez aumentaban debido a la excitación del momento. Mientras tanto ella gemía y gemía de placer hasta que llegó a su segundo orgasmo y dio un último gemido más estruendoso que todos los anteriores. Fue entonces que al sentirla venirse fue que le puse mi verga otra vez dentro de su boca y me vine de nuevo.
No hemos repetido la ocasión debido a que no se ha presentado el momento oportuno, pero ella ya me dijo que quiere que repitamos el sexo. Yo sigo esperando ese momento con ansia.