El Sex Shop del pasaje de Sierpes

Me penetró por completo con sus embestidas, comenzó su ritmo lento y a medida de su disfrute fue acelerando, llegando a escucharse más los golpes de sus pelvis contra mis nalgas que la misma película.

El Sex Shop del pasaje de Sierpes

No recuerdo bien cuál fue mi primer sex shop... pero si por lo que entre, mirad os voy a poner en antecedentes en la edad que tenía y no tendría más de 17 o 18 años, motivos obviamente son claros… la curiosidad. Si... curiosidad, curiosidad por aquello que era prohibido… curiosidad por aquello que escondía entre esas cuatro paredes, curiosidad por lo que vendían y por saber quienes entran. Mi primer sex shop podría ser ese que había en el interior del Cristina, cuando entre me quede sorprendido y al mismo tiempo excitado, nunca había visto tantos artilugios destinado al sexo... hoy día lo llaman pornografía.

Aunque mis frecuentes visitas fueron claro está para comprar preservativos y vaselina, vale lo se... sé que para esto esta las farmacias, es de sobra lo que pensareis de mí… pero comprarlos en la farmacia me producía respeto. Como haceros ver que cuando entraba y esperaba que me quedara a solas para poderle pedir una caja de “preservativo” y me miraba como si yo fuera culpable de algo (joder que vergüenza), no quedándome otra que buscar otros sitios. Aunque por aquellos tiempos también encontré una pequeña tienda en la Calle Rivero cuyo nombre creo recordar era "Higiene" o algo parecido. Donde uno podía comprar cualquier marca con unos precios muy asequibles, pero la verdad es que yo solía comprar aquellos llamados raros, ya sabéis con estrías o con protuberancias o con ambas cosas.

Con el tiempo y ante la curiosidad que estos me daba, comencé a indagar si habría mas en mi ciudad por lo que supe de algunos más, por ejemplo había uno en la Calle Trastámara a la espalda de la calla Marques de Paradas, pero la verdad solo entre una vez y no me pareció tal cosa. Encontré en la Calle Almansa… pero era muy pequeño, otro en la calle Trajano, otro en la esquina entre la calle Sauceda y la Calle Monsalves… a día de hoy creo que está el sex shop “El Corte Sex”, dos más en el pasaje que hay entre Calle Sierpes y la Calle Tetuán... el “Sex Shop Pikante” y el “Fantasías Sex-Shop”, y por ultimo otro en el interior del Centro de Ocio Cristina donde estaba el Cristina Multicines… situado en este edificio entre la Puerta de Jerez y Avenida Paseo de Cristina.

Comenzando a visitar por aquel tiempo el que estaba en el interior del edificio del Cristina donde este se podría decir que era muy inocente, tanto que ya entraba en compañía de unas amigas. Con el tiempo encontré de pura casualidad el que se encuentra de esquina entre la calle Sauceda y la Calle Monsalves, donde mis visitas fueron muy numerosas tanto que allí no solo compraba preservativos, películas, CD-ROM de juegos o comic sino que llegue hasta comprar una muñeca hinchable… claro está para tiempos de sequia.

Una de las cosas que tanto me gustaba de este sex shop son las cabinas donde podía visualizar porno pero la verdad es que era por un coste elevado, pues el tiempo lo marcaba la maquina quizás cinco minutos. Llegando a llamar mi atención en una ocasión una habitación donde pude comprobar su interior y que está en vez de haber un butacón, había un diván o podría una cheslón… un butacón de esos raros de siquiatra.

Pero fue en el interior del pasaje que hay entre la Calle Sierpes y la Calle Tetuán el que llamo mi atención... el “Fantasías Sex-Shop”. La primera vez que entre ignoraba su interior pues piensas que es como todos, cuando me entere que al fondo de este había cabinas pensé que era como el de la Calle Saucedo… pero no. Aquella primera vez me adentre hasta el final, pase un arco y observe un pasillo donde las puertas estaban enfrente… a mi izquierda había un servicio y al fondo un expositor, donde mostraba todas las películas que proyectaban y varios hombres que te miraban de arriba hacia abajo a modo de ver la mercancía.

Nervioso escogí una cabina y entre… cerrando el pestillo tras de mí, me deje caer en el butacón y me sorprendí al ver dos pequeñas puertecillas circular a ambos lados, naturalmente estaban cerradas. Eche mi primer euro y apareció las escenas de sexo fuerte… que por cierto estaban con el volumen muy alto, cortado con rapidez intente bajar el volumen y tras chatear entre los 20 o más canales, comencé a masturbarme

Los alaridos de placer proveniente de las películas que estaba visionando… debieron llamar la atención de mis vecinos de cabinas, pues comencé a escuchar como llamaban a las puertecillas. Recuerdo que esa primera vez estaba muy cortado tanto que no tendría ni que tocarme para correrme, pero finalmente abrí una de las puertas… la que estaba situada a mi izquierda, mire por ese círculo y me vi golpeado por una polla… para ser exacto por su glande, no pudiendo ver el aspecto de su propietario, aunque sinceramente no podía creerme que eso fuera verdad. La apariencia de este miembro no era del otro mundo… más bien os puedo asegurar que era normal, no tendría más de 16 cm.

Recuerdo que la tome con mi mano y comencé a pajearsela con delicadeza, el dueño de ese miembro suspiraba y acabo pidiéndome que se la chupara cosa que hice, no mas darle un par de bocaditos en su glande, acabo viniéndose y tras sacarla… cerro la puertecilla, dejándome a dos velas. Entonces abrí la puertecilla de mi derecha y de esta apareció dos dedos, os explico… me explicaron más tarde me esto se hacía para que yo introduzca mi miembro. Cosa que hice y que disfrute muchísimo… tanto que tras avisar que estaba llegando, no solo no se aparto sino que acelero al tiempo que esa lengua me hizo estremeces, haciéndome correrme en su boca y este succionaba hasta tragar y dejármela limpia.

Ese día mi visita a este sex shop acabo para mí… comenzando a visitarlo no con tanta ganas que deseaba, pero si con la asiduidad que correspondía pues encontré una Sala X precisamente en el pasaje que hay entre la Calle Trajano y la Calle Amor de Dios. Esta Sala X emulaba entre un cine X, un bar y una zona para sexo. Cuyo precio por entrar era de 6€ y que mi primera vez fue todo un éxito, pues aunque iba con temor y los nervios por ignorar que se cocía allí, acabe disfrutando como nunca.

Bueno continuo, mí visitas a ese sex shop eran puntuales pero en cada una de ellas disfrute del poco tiempo que estaba, utilizando esos agujeros en la pared que bien supe después que eran "Glory Holes", siendo yo el que disfrutaba o el que estaba disfrutando .

No os podría precisar el número de sables que he limpiado… ni de los colores que estos eran, pero eso sí… cuando salía de mi cabina y me marchaba, no dejaba de alabarme por mi manera de hacer… marchándome satisfecho y empachado.

Hasta que hace apenas tres años decidid dar un nuevo paso y este no era otro que no echar el pestillo, me fascinaba la idea de esos desconocidos maduros abriera la puerta y sin llegar a escuchar invitación. Me imaginaban que llegaran a acercarse tanto que colocaban sus mangueras delante de mi boca para que pudiera hacerles disfrutar, pero no del todo era cierto… pues los mismos nervios me traicionaban y velozmente cerraba la puerta, acabando por echar el pestillo.

También no había vez que llevado por la misma excitación mientras devoraba sus miembros llevándolos al placer, estos me proponían acabar en mi cabina y tras aceptar su sugerencia de abrirles la puerta, comenzaba nuevamente en mi cabina llegando incluso a ser follado allí mismo por algunos de ellos al tiempo que me preguntaban

  • “Estas casado putita”, me preguntaba.
  • “Si… si… aaahhh”, contestaba.
  • “Te gusta que un hombre de verdad te folle”, volvía a preguntar.
  • “Siiii”, contestaba.
  • “Crees que le gustaría a su mujer mi polla”, preguntaba.
  • “Si… ooohhh”, contestaba.
  • “Convéncela para quedar los tres y os follo a ambos, déjame romperle el culo como te lo rompo a ti”, me preguntaba.

Lógicamente mi contestación es para todo que “SI”… pues no estaba en esos momentos para mucho más, no he encontrado hombre que no desee más que follarse a la mujer del que esta follando, no os niego que me pone mucho ver a mi querida y bella esposa follar con alguno de estos, pero ella ya tiene su propia agenda de amantes.

Hasta que no hace más de un año… estaba chupando una tremenda polla a un maduro, no había sido nuestro primer encuentro pero este deseaba que continuara en mi cabina, como a otros le abrí la puerta y tras cerrar la puerta tras de sí. Se me echo literalmente encima… intento primero besarme, cosa que yo soy un poco reacio a hacerlo de primera y más ante un extraño. Por lo que este comenzó a besarme mi cuello e ir descendiendo hasta mi vientre, besando y lamiendo cada centímetro de mi cuerpo al tiempo que me fue despojando de mi prendas, desnudándome allí mismo completamente… quedándose el con tan solo los pantalones bajo las rodillas.

No dejamos de masturbábamos continuamente y no dejando de dar de comer a esa máquina de recrear sexo, la verdad es que tiene un miembro enorme no tanto por el grosor, pero lo suficiente para tragármela por completo y más aun cuando se venía… pues su leche caía directamente en el estomago. Tras correrse descansábamos unos minutos… minutos en que él se arreglaba y sin esperar a que yo lo hiciera, acababa marchándose con un “hasta pronto”.

Cada uno de nuestros encuentros era más de lo mismo… eso sí, yo había comenzado a degustar de otras e incluso llegue a comerme la de tíos de color que menuda trancas tenían… mmm, ya os contare. Os puedo asegurar que literalmente me entregue a esta persona, trague y devore su largo miembro de casi dieciocho centímetro o algo más, trabaje con mi lengua y labios de tal manera que hasta que tuvo que detenerme en varias ocasiones, sugiriéndome seguir con sus genitales e incluso orificio anal.

Acabando por intercambiar pero con la diferencia que él cuando me la chupaba, este utilizaba sus hábiles dedos... taladrando mi orificio anal hasta con tres de sus dedos, hasta hacerme explotar de placer y dibujar en mí cuerpo con mi propio semen. Luego se vestía y se marchaba dejando la puerta abierta a la vista de otros sin que me haya dado tiempo vestirme, pues eso según él le ponía aun mas y claro está… a mí también, pues tenía esa sensación de "puta".

Nuestros encuentros aquellas veces solo se limitaba a eso... a sexo oral, llegando a introducir la variante de abrir una puertecilla e incluso la dos y entre uno de nosotros o ambos, hacer disfrutar a los dueños de las pollas que aparecían. Hasta el día que deseaba comerme el culo como bien decía el… “como Dios manda” y tras arrodillarme sobre el asiento del sillón, comenzó a comerme mi orificio y tal era su maestría que por poco no me corro, pero dejándome mi culo totalmente preparado.

Note su el calor de su vientre pegarse a mis nalgas… sentí sus cálidas manos en mi cintura, temblé cuando su lengua recorría entre mis glúteos y como se introducía en mi orificio. Deseaba lo inesperado y no tuve que esperar mucho mas, pues sentí su glande recorrer mis nalgas e ir descendiendo hasta quedarse delante de mí orificio. No hizo falta palabras… ni peticiones para aquello, pues tras notar la presión de su miembro contra mi orificio, poca resistencia puso y sentí como una mezcla de dolor y placer, como se me fue introduciendo.

Tras darme un par de embestidas fue la tercera en la cual me penetró por completo, comenzó su ritmo muy lento y a medida de su disfrute ir acelerando… llegando a escucharse más el golpeo de sus pelvis contra mis nalgas que la misma película. Hubo momentos en que pensé que este me destrozaría, pues como os he dicho es tal la longitud de su polla, ya que notaba su glande golpear mis intestino.

Hasta que por fin se vino… no sin antes sacarla y verter toda su leche sobre mis nalgas o a veces mi pecho, tras descansar y limpiarnos… nos vestimos y se marcha el, pues yo soy de lo que deseo degustar de alguna que otra más. Desde ese día nuestros escasos encuentros son muy parecidos, me convierte en su “putita”… follándome hasta vaciarse, dejando su semen por la parte del cuerpo que le apetece, incluso dentro de mi boca. En nuestro último encuentro, llego a pasarle por la cabeza el hacerlo en una cama pero no solos, sino que deseaba que hubiera otros… ya sea para compartirme o para penetrarme entre dos al mismo tiempo.

Bueno hasta aquí llega esta nueva confesión… quizás más adelante os haga saber cómo salió, antes de finalizar os debo decir que es verídico… tanto como ha día de hoy me expongo en el portal de www.pasion.com , apartado contacto gay y me ofrezco a dar placer como un sumiso que soy a maduros de más de 55 años. Bueno espero que os haya gustado tanto como me gusto a mí… obviamente habréis notado que soy pasivo y algo sumiso, siendo mis preferencia hombre maduros. Bueno os dejo y espero que no seáis muy crueles conmigo, aunque sea una buena putita que dicen que soy, mi email es Jhosua 1970 @ gmail . com , hasta pronto.