El sentirse manoseada no es lo peor
Esta es una experiencia que tuve hace un tiempo, que os voy a relatar. En esta os cuento lo que paso como normalmente en mi en un transporte publico, lo nunca buscado por una chica, ya que no es lo mismo ser manoseada que Ya sabéis.
El Sentirse Manoseada no es lo peor
Me llamo Susana, ante todo gracias a todos los que me habéis escrito. Y aun más a los que me habéis pedido que siga relatándolas, me es fácil relatarlas ya que son cien por cien reales.
Aunque ya me conocéis, para los que no sepa como soy me voy a describir, soy una ardiente chica del sur Andalucía de 21 Años, de cabellos castaños (antes pelirroja), ojos de igual color (aunque me apetece colocarme lentillas), 1.75 cm., de altura, complexión delgada (pero no esquelética). Me definiría como una sin vergüenza integral, aunque muy simpática, fiestera, bastante loca... Vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato. Por mi forma de vestir, aunque no soy ni exhibicionista, ni mucho menos fetichista, ya que me gusta vestir de forma de hacer valer mi cuerpo y mis formas aunque me haga destacable para ser manoseada, acariciada y los típicos silbidos entre otros piropos.
Buenas a todos y todas... Esta es una experiencia que tuve hace un tiempo, que os voy a relatar. En esta os cuento lo que paso como normalmente en mi en un transporte publico, lo nunca buscado por una chica, ya que no es lo mismo ser manoseada que Ya sabéis.
Todo comenzó sobre el mes de Agosto hace un par de años, fue un año muy caluroso. Me levante muy temprano ya que no pude dormir del calor que hizo esa noche, aunque dormí desnuda. Encima tuve uno de mis sueños tan caliente que suelo tener, por lo nada mas levantarme tuve que dirigirme a la ducha directamente para bajar mis ardores, antes de tomar mi café.
Solamente con mis braguitas tipo culotes, me dirigí a mi PC, el cual me conecte al Messenger, chateando con algunos amigos calentándonos. En eso sonó mi móvil, era Andrea la cual me invitaba a pasar el día en su casa del pueblo que tiene piscina, la idea me pareció maravillosa pero tiene una pega, ya que su pueblo esta bastante lejos a una hora de camino más o menos y con este calor es todo un gesto heroico.
Por lo que rápidamente me dirigí al Messenger para avisar sobre todo a un amigo (el cual me pone bastante y lo he dejado muy mal, y teniendo minusvalía aun mas delito), que me iba a casa de una amiga y que no estaría en todo el día. Me dirigí hacia el armario cogiendo el bolso para introducir en el un bikini, la toalla y ropa para mas tarde cambiarme.
Pensé que de camino hacia la estación me pararía en cualquier tienda para comprarle algún detalle a modo de obsequio por haberme invitado. Por lo que antes de salir debía de prepararme. Me senté en una esquina de la cama, enfrente del espejo del armario. Abrí mis muslos, observando al echar hacia un lado mis braguitas que debía de depilarme antes de ir a la piscina. Por lo que coji la maquina de depilar (debo de tener cuidado pues la vibración de la maquina, hace que logre tener asta un orgasmo, si logro apartarla), una cuchilla y comencé.
Estando depilándome, pasaba la maquina muy cerca de la ingle, pasaba una y otra vez sobre mi monte de Venus, la vibración de la maquina que ejercía me calentaba cada vez mas, sintiéndome muy húmeda. Lo peor fue cuando me tuve que ayudar con mis propios dedos ya que debo de estirarme la piel, para favorecer la depilación y no producirme mucho dolor. Por lo que posar mis yemas sobre mi pubis, no pude evitar deslizarlos hacia mi vulva notándola como me picaba empezándola a frotar, hasta notar el preludio de un orgasmo, apague la maquina echándola hacia atrás. Mientras que seguí masturbándome, presionándome fuertemente hasta sentir como me vine, rápidamente pose mis manos a modo de tapón sobre mi vagina, aunque no pude evitar dejar escapar algún que otro gemido, me tuve que quedar un par de minutos tendida en la cama pues hasta me maree,.
Entre lo húmeda que me levante ese día y lo caliente que me he puesto con la depilación, estaba deseando que algún chico en el bus jugará conmigo hasta dejarme a gusto, aunque si fuera una chica sería la gloria.
Una vez finalizado, comencé a vestirme cogiendo un conjunto nuevo de braga Short (tipo short con vuelo y encajes), un sujetador blanco (media copa con apertura delantera, una media tipo pantí (finas con ligas). Seguí con una mini falda de mezclilla con goma ajustable, una blusa blanca y un suéter en mis hombros (aunque hacía calor siempre voy precavida), acabando con peinarme y maquillarme un poco.
Salí de casa en dirección a la estación, notando las miradas hacia mi persona de las hienas de mí alrededor (como si una chica no tuviera el derecho de vestir de esta manera), no dejaban de alabarme con piropos y cumplidos entre otras cosas. Entre en una tienda que me cojia de camino, comprándole a mi amiga un detalle (unos pendientes monicimos), una vez en la estación compre mi billete dirigiéndome al anden donde debía coger el autobús. En la espera me coloque mis auriculares, mirando lo abarrotada que se encontraba la estación pensando como que como que un mes tan caluroso había tanta gente en la ciudad.
Llego el autobús ante mi sorpresa que se trataba más bien de uno tipo cercanías que de los de trayecto rápido (la diferencia la longitud), entre caminando entre los asientos hasta situarme al fondo donde estoy acostumbrada a colocarme, detrás de los últimos asientos. Comenzó a entrar mucha gente por lo que no me extrañe al notar como nada más entrar ya estaban empujando notando los cuerpo chocar contra el mió
En el trayecto muchas risas, por lo que gire mi cabeza hacia atrás echando una vista a los pasajeros, creí haberme equivocado de línea al ver como la gran mayoría se trataba de gente mayor, pensé que mala suerte he tenido el inserso al completo (no tengo nada en contra de las personas mayores, que yo también tengo abuelos). Dentro del bus hacía un calor insoportable por lo que me pegue todo lo posible a la ventanilla a ver si algo de aire me daba en mi cara. Por el traqueteo del viaje, note como empezaban a pegarse a mi más de la cuenta, mirando yo de vez en cuando hacia atrás comentándole que hacia bastante calor, pero de nuevo se aprovechaba de la situación pero esta vez empezaban a acariciar fugazmente sus dedos sobre mis nalgas.
Aunque esta sensación no es nueva para mí, pero con el calor que hacia más el calor del transporte era insoportable, sentía como tanto mi blusa como la falda la tenía pegada a mi cuerpo. El autobús pego un frenazo inesperado abalanzándose sobre todos hacia adelante, pegándose contra mi, de repente en esos momentos note como apoyaron una mano sobre mi muslo, mire hacia atrás para averiguar de quien se trataba, observando para mi asombro que se trataba de un viejo, tendría unos 60 años o mas, en un primer momento pensé que se trataba de un viejo verde, que habría aprovechado el momento para colocar su mano sobre un muslo.
Pero al notar como le costo volver a incorporarse, me hizo sentir culpable por mis pensamientos y aun más cuando se disculpo (pero como estoy acostumbrada, es difícil diferenciar), pensé que lo habría echo sin darse cuenta sin malicia. Como que me gire completamente hacia el ayudándole a incorporarse, le ayude a sujetarse a la barandilla que había detrás de los asientos, una vez echo mi buena acción del día, volví a girarme hacia la ventanilla dándole de nuevo la espalda.
El viaje prosiguió, notaba su respiración no encima pero si cerca, pero en no más de 20 minutos, note como una mano se posaba sobre mi trasero, comenzando a deslizarse muy lentamente por mis nalgas, amasando mis glúteos, por la delgadez de mi falda notaba como tenía grandes y gruesos dedos. Gire mi cabeza hacía atrás mirándole con descaró a ver si se daba por eludido, pero este en vez de retirar su mano, descaradamente seguía acariciándome el viejo, por lo que eche mi mano hacia atrás retirándola.
Volviendo yo a mi postura inicial, note de nuevo esa mano madura comenzar con sus manoseos, sus caricias eran continuas. Hizo un gesto que acelero mi pulsación y mis latidos, no lo esperaba por lo que me cogio desprevenida, coloco una de sus manos sobre la mía, note la vejez sobre mi piel pero también la presión de su mano sobre la mía, me agarraba fuertemente sujeta sobre la barra, mientras su otra mano seguía en mis nalgas.
Comenzó a descender por mis glúteos hasta mi entrepierna, notaba como seguía bajando hacia mis muslos acariciándome sobre mis medias. Sus caricias eran muy suaves se notaba que es un hombre con experiencia, empecé a estremecerme ya que notaba como una brisa caliente recorría mi cuerpo, haciendo cerrar mis ojos por el estremecimiento que me estaba produciendo. Quise retirar mi mano de la barandilla pero me la sujetaba con fuerza por lo que desistí en mi acción, mientras que mi otra mano sujetaba mi bolso.
No quise entregarme por lo menos de esta manera, pues me sentí ser manoseada contra mi voluntad, de esta manera es muy desagradable, el sentir una mano indeseada es muy agresivo, me hace sentirme muy herida y a la vez agredida. Aunque cada vez estaba más mojada, no era lo mismo que otras veces. Su mano comenzó a ascender ahora hacia mi ingle, toco levemente mi pubis por encima de mis braguitas, dándose cuenta de lo fácil que lo tenia, pues al notar como eran mis braguitas empezó a introducir varios de sus dedos por el interior de mis bragas.
Su mano acariciaba mi entrepierna descendiendo y ascendiendo por la parte interior de mis muslos, notando este como le di facilidades separando un poco mis piernas. De nuevo volvió a ascender su mano por mi pierna, notaba la rugosidad de su mano al ser acariciada la parte interior de mi muslo hasta mi ingle y de ahí empezar a acariciar suavemente mi pubis. Empezó a introducir un dedo en mi vagina notando lo húmeda que me encontraba. Comenzó a recorrer mis labios vaginales, subiendo por ellos hacia mi vulva, frotando esta en círculos, tuve que simular mis gemidos que gracias a los auriculares puesto fingí que canturreaba la musiquilla.
En ese momento note como otra mano se poso sobre mi cadera, me entro pánico al no saber de quien se trataba. El señor maduro recorría con su dedo desde mi vulva hacia mi vagina, introduciendo en mi su dedo grueso volviéndolo a sacar, su manera de hacerlo me hizo soltar mi bolsa de mi mano en el suelo para agarrar la barra situada delante mía con fuerza, notaba como frotaba mis labios vaginales recorría mis labios... Tuve que morderme mis labios para evitar gritar de placer, me sentía tan extasiada que tuve que dirigir mi mano sobre mi pubis, sobre la mano del madurito apretando fuertemente pues sentí como logre un orgasmo que me encharco toda.
Pero el no dejo de penetrarme con su dedo, aun más al introducirlo hasta notar chocar sus nudillos, notando de nuevo de manera seguida un segundo orgasmo más maravilloso que el anterior, notando mis jugos resbalar hacia mis muslos. La mano del extraño que acariciaba mi cintura, se retiro volviendo a respirar de momento tranquila.
Pero rápidamente se introdujo por debajo de mi blusa ascendiendo por mi cuerpo, hacia mis pechos, intente girar mi cabeza para protestar hacia atrás, pero el madurito me lo impedía al posar su rostro junto al mió, sentí sus labios muy cerca de los míos hasta lograr arrancarme un beso. De nuevo me sentí asqueada, humillada y hasta vejada. Intente retirar esa mano de mi cuerpo, pero me fue imposible y aun mas cuando mis pechos están a una altura la cual la gente se daría cuenta que algo ocurría.
Notaba esa mano como acariciaba mi cuerpo, como ascendía hacia mis pechos, hasta alcanzarlo empezando a masajearlo uno de ellos con la palma de la mano bien abierta por encima de mi sujetador. Dos de sus dedos agarro mi pezón pellizcándolo, notando lo su dureza. Su mano se poso sobre uno de los casco del sujetador tirando de ellos con sigilo hacia abajo, pero por la imposibilidad recorrió con sus dedos mi sujetador hacia la unión de estos dándose cuenta del broche, soltándolo y dejando mis pechos libres (no los tengo caídos sino bastante firmes).
Fue descendiendo el sostén hasta quedarse en mi cintura, mientras esa mano seguía manoseando mis pechos estrujándolos, uno y luego se pasaba al otro. El madurito saco sus dedos de mi vagina recorriendo mi rajita hacia mi anito, notándolo como me tocaba levemente, pero lo que mas me gustaba en ese momento fue cuando notaba su brazo, para ser exacto su muñeca pues en el movimiento se frotara sobre mi vagina y me hacia notar algo bastante gordo en sus movimiento, al notar como el peso de su cuerpo sobre el mió, me hizo agacharme levemente hacia abajo echando mis nalgas hacia atrás. Creo que mas de uno se había dado cuenta de lo que ocurría, pero en vez de alertar al conductor se quedaban callados observando.
De nuevo tuve otro orgasmo pero este me llegó de una manera rápida, pues estaba tan excitada por la acción de ambos, que por mucho que estuviera en contra de ellos me encontraba muy excitada. Aun más cuando el madurito se frotaba contra mí, llevo su mano hacia mis nalgas pero no la introdujo, notaba como si le costara introducirla. El otro hombre que estaba liado con mis pechos, bajo su brazo hacia abajo hasta sujetarme por mi muñeca, dirigiéndola hacia su bulto posándola sobre el, quise regirla pero me lo impidió pues su fuerza es mayor que la mía.
Note como su bragueta se encontraba abierta, sacándose su miembro fuera, me abrigo a agarrársela, me fue indicando que se la tocará, que se la masturbará. La sensación de ser dominada era muy extraña, no me gustaba nada pero sentía algo extraño, un gustillo una morbosidad, no se. Mientras el madurito levantaba mi falda por detrás, notando un calor en mis nalgas, de su miembro este lo coloco entre mis piernas notándolo en la rajita de mis glúteos. Nada mas notarlo luche, intente moverme pero se acerco a mi oído, susurrándome que me dejara hacer que es el ultimo suspiro de un par de ancianos, a no ser que empezaran a formar tal escándalo, que me tendría que bajar aquí mismo, aparte que nadie me creería aun más como estaba en este momento.
Mire a mí alrededor observando a los pasajeros que estaban cerca de mí, dándome cuenta que sus palabras, por lo que tuve que ceder. Cerré mi mano con el miembro del otro hombre entre mis dedos, comenzando a masturbarle, pues notaba que por su excitación no tardaría mucho en venirle (ya estoy acostumbrada con algunos chicos), que no era muy difícil adivinar. El viejo soltó mi mano de la barandilla, para introducir su otra mano dentro de mis braguitas directamente hacia mi vagina, frotándome mi vulva, e introduciendo su dedo gordo (notaba ciertas asperezas, tendría verrugas), empezó a moverlo de dentro hacia afuera, haciéndome alcanzar de nuevo orgasmo a la vez que el notaba que no tardaría en venirse.
Solté su miembro con la idea de retirar mi mano, cuando rápidamente me la sujeto cerca de su miembro, note como pretendía verter su viscosidad sobre la palma de mi mano. Por lo que quise retirararla, pero sujetándome fuertemente a el, empezó a correrse sobre mi mano la cual la tenía a modo de cuenco. El sentir todo su jugo, viscoso recorriendo mi mano y caliente, estaba con una sensación asquerosa, que me estaba produciendo arcadas, para vomitar.
Lo que mas vergüenza me produjo fue cuando, levante mi cabeza girándola hacia atrás, dándome cuenta del espejo retrovisor que había en la parte alta, por lo que fije mi mirada observando que incluso el mismo conductor no perdía detalle de lo que ocurría en el fondo (no me extraña la cantidad de baches que cojimos), por mi cabeza me paso el pensamiento de "dios donde me meto", quise acabar cuando antes y bajarme de este autobús y me repetía para mis adentro que no lo volvería a hacerlo. El madurito de detrás mía, había colocado su miembro entre mis glúteos empezando a moverse en un vaivén frotando su miembro contra mi rajita, su masturbación me calentaba aun mas, sentía siendo invadida entre una mano en mi vagina y su miembro en mis nalgas.
El sentir el frotamiento de su miembro sobre mi encharcada vagina, el placer que sentía me hizo sentir de nuevo un nuevo preludio, aunque ya había perdido las veces que me había venido. El seguía masturbándose con mi cuerpo, todo húmedo mi parte baja por su liquido presemilar lo cual servia para acelerar sus movimientos, sentí un gran dolor al notar como me penetraba por mi orifico anal. Chocaba con mi orifico varias veces, el cual aunque me gustaba me producía dolor, por lo que tuve que ponerme sobre las puntas de mis pies para evitar mayores. Pero la incomodidad y el cansancio estaban haciendo mella en mi por lo que deje caer mi cuerpo notando en ese momento como se introducía su miembro en mi anito, sintiendo un gran dolor (pasando al placer, del gran gusto de ser poseída por detrás).
Note como la mitad de su miembro dentro de mí, produciéndome un nuevo orgasmo, notando como mis jugos escurrían de nuevo por mis muslos, sintiéndome desfallecer. Al madurito solo le basto un par de vaivenes contra mis nalgas, sintiendo este ultimo como un golpe seco, retirándose lentamente lo justo para dejar dentro de mi parte de su liquido, nada mas sacarla me acabo por correrse sobre mis nalgas y muslos, llenándome por completo de su viscosidad. Me sentí sucia, de nuevo humillada, todavía con semen en mi mano por no poder limpiarme, no pude contener ni mis lágrimas, sentía como viscosidad salía desde mi orificio, recorriendo mis nalgas hasta mis muslos.
Una vez acabaron mientras que uno se limpiaba con mi falda, el otro no dejaba de pellizcarme mis doloridas nalgas. Tenía miedo de girar mi cabeza hacía atrás, pero tuve que hacerlo ya que estábamos entrando en la estación y me tenía que arreglar como pude para bajar. Primero empezaron a bajar los del inserso siendo estos últimos entre risas y miradas lascivas hacia mi, haciendo sentir sucia pero satisfecha. Deje que bajaran todos para agacharme y recoger mi sostén. Una vez baje del bus, mi amiga Andrea me llamo la atención, sorprendiéndose al verme el estado que estaba, tan acalorada pues mi cara la tenía muy enrojecida. Nos dirigimos al coche, relatándole lo ocurrido durante el trayecto, la cual entre risas solo me dijo que eso es lo que yo quería.
Una vez llegamos a su casa, antes de meternos en la piscina fuimos a cambiarnos, cogiendo a mi amiga del brazo hice que viniera conmigo para cambiarme delante de ella y de este modo enseñarle las pruebas que quedaban en mi cuerpo. Comencé a desnudar delante de ella quedándome solo en medias, mostrándole mis pechos enrojecidos por los manoseos, mis nalgas de igual manera pero estaban arañadas, y manchadas de semen reseco al igual que mis muslos, y mi vagina sonrosada de tanto frotamiento, como si hubiera estado horas y no mejor dicho.
Andrea convencida, acercándose hacia mi me dijo, que quería ayudarme a limpiarme por que de alguna manera se sentía culpable de lo ocurrido. Se acerco a mi colocando sus manos sobre mis rodillas separándolas e introduciendo su cabeza entre mis piernas, empezando a pasarme su lengua primero por mis muslo por la parte interior limpiándome poco a poco, subiendo asta mi pubis para irme pasando la lengua por mi vagina, comentándome lo mojada que aun estaba, tuve que echar mi cuerpo hacia atrás apoyándome con mis brazos bien abierto.
Separó mis labios vaginales con la punta de su lengua, recorriendo mi rajita dejándola bien abierta, noto como mi vulva se encontraba muy hinchada, chupándome mis labios muy despacio. Bueno... Nada mas calmarme mi picor, nos metimos en la piscina la cual me vino muy bien y más tarde descansar, por que aun me quedaba lo mejor el volver.
Espero que os haya gustado mi nuevo relato, es un hecho tan real como los odiosos viajes de largo trayecto a pueblos y sin aire acondicionado. Os espero pero os dejo mi email: susanabix@hotmail.com