El señor Anquela 4

Compartido

-Lo ha pasado bien en el lago?.- preguntó Héctor totalmente átono.

Miré a Julián mientras se alejaba en el quad.

-Ha estado bien Héctor.

-Me alegro, ya está la cena, donde la va a tomar?

Después de acordar con Héctor donde cenar me fui a mi cuarto a cambiarme, bajé con un pantalón corto ajustado que se me metía en mi raja y una camiseta algo más larga para taparlolo justo, la mesa estaba puesta enfrente de la televisión, cené sólo y luego me puse una copa y subí a mí habitación a tomarla en la terraza, hacía una noche perfecta, cielo despejado y temperatura apacible, estaba recordando el día que había tenido cuando Héctor pidió permiso para entrar, venía hablando por teléfono, le hice el gesto de que entrara

-.... sí señor Anquela, entendido, ahora se lo paso,...  Buenas noches

Extendió la mano ofreciéndome el móvil

-El señor quiere hablar con usted

-Si?- enseguida escuché la voz del señor Anquela al otro lado

-Cómo está mi musa?. Te diviertes?

-Te echo de menos

-Seguro que han ocupado bien mi lugar

-Bueno… sí-contesté mirando a Héctor que me medio sonrió

-Me alegro, de verdad, tengo un poco de tiempo y quiero que hagas algo

-Lo que pida

-Mira a Héctor, qué hace?

-Se está desnudando

-Estáis en la terraza?

-Sí. -Héctor se había quitado la ropa, su cuerpo se recortaba contra la luz de la habitación y la de la luna

-Me está girando para que le dé la espalda

-Qué obediente es este Héctor…. Y qué más hace?

Héctor me levantó la camiseta y bajó mis pantaloncitos, despacio, sus manos me dibujaban las nalgas, el aire de la noche y el roce de sus dedos erizaban mi piel, suspiré al teléfono

-Me está desnudando…. Despacio….

-Cuéntame putita…. Cuéntame todo

Héctor había empezado a morder mi espalda por debajo de la camiseta, su lengua bajaba hacia mi cintura y sus manos sobaban mis pechos…

-Me está recorriendo con sus manos, me pellizca los pezones..uffff…. Su boca…. Ha llegado a mi culo - me arqueé apoyado en la terraza arrimando mi culo más contra esa boca que me devoraba y esa lengua que me invadía, sus manos apretaban mis caderas - aaaah… me acaba de dar una cachetadaaaaa!!!..

Héctor me acababa de palmear mis nalgas con sus dos manos a la vez

-Te gusta pequeña?

Héctor aprovechó para empezar a follarme con uno de los dildos que usó el primer día, y fue directamente al tercero, al que vibraba

-Siiiiiii…. Se está tocando?...

-No, aún no,.... Me reservo… sigue contándome

-Me está metiendo un dildo….

-Cuál?

-El que vibra..ufffff…

Seguía agarrado a la barandilla mientras Héctor desde atrás me atravesaba con el brutal juguete y su mano libre y su boca me recorrían por encima y por debajo de la camiseta, yo sólo bufaba y gemía y sollozaba… pero aún quedaba otro paso más, Héctor agarró mi pecho con fuerza y me introdujo un nuevo dildo, sin mecanismo solo un trozo macizo de látex enorme y duro, su diámetro era dantesco, mi culo se fue abriendo, gracias a Dios el mayordomo lo había untado previamente en vaselina de sobra para que, a pesar de su tamaño, resbalara decentemente, creí que me

mataba y grité a la noche

-Aahaahhaaaa…. Hay uno mayorrrrrrrrr!!!!!

-Perfecto...aguanta perrita… aguanta..

-Bffffghh!!!. Ohooooh... Héctor!!!

El consolador siguió siendo empujado por mi amante adentro y afuera, notaba mi ano dado de sí, gigantesco, me llenaba cada cm de mi interior, notaba su forma al milímetro.

Después de un rato así en el que creí que me acabaría desmayando y con mi polla tiesa y cabeceando Héctor sacó el intruso y lo sustituyó por sus dedos, cuatro de golpe!

-Noto sus dedos,...mmmf.. me está matando… me entran hasta la mano….uffff...me está follando con ellos….

-Cuántos tienes dentro?

-Cuatrooooo

-Pásale el móvil un momento

Acerqué el móvil al oído de Héctor que aprovechó el movimiento para hundirme los dedos aún más adentro y de un solo golpe arrancándome un grito. Empujó el móvil hacia mí y metió de nuevo sus cuatro dedos untados en vaselina, mucha vaselina, noté mi culo pringoso, resbaladizo.

-Sabes lo que va a hacer?

-Creo que Siiii….mmmmffff

-Quieres que lo haga?

-Mmmmf… síii….Siiii…

-Quiero oír como se lo pides

-Héctor…..mmmmmfrr… hazlo… hazloooo

-Dime como lo sientes… dime…. perrita..

Héctor empezó a empujar y a girar sus dedos en mi ano

-Me está empujando…. está entrando… me está abrieeeenndoooo nnnnnnmmmm….vaaaaa.ya...vaaaa….

La mano de Héctor se hizo con todo mi interior, noté como su puño daba paso al ancho de la mano y enseguida noté el vacío de la estrechez de la muñeca, no tuvo miramientos, penetró sin parar ni un segundo hasta completar la invasión

-Yaaaa...aaáaaaaaahaammmmm..

Me incliné contra la barandilla de la terraza, mi pecho apoyado sobre ella, la mano de Héctor empezó a moverse dentro de mí, me follaba con ella

-Aaahmmm...me está follannnnnnn…..

-Sí, te gusta?. Dime

-Siiiiii...me mataaaaa..bbbbfffffffff…

Yo me retorcía sobre aquella mano que ya se había adueñado por completo de mi culo

-Notas su puño?

-Siiiiii…. Oooh .. me está violando.. me abre enteraaaa…. más….. Héctor…..dameeee...maaaaaa-Mi polla estaba tiesa dando cabezazos, la notaba dura- Me duele la pollllllaaa...aaaahh…. Cada vez que…

-Cada vez que te mete el puño eh?

-Siiiiissiii…..

-Quieres correrte?

-Por favorrrr..Siiii….

-Pídeselo a Héctor

-Quiero correrme Héctor!!! Yaaaaa- Héctor enterró su mano hasta el fondo de mi ser y tiró de mi polla a la vez haciendo que estallara a chorros- Joderrrr….. aaáaaaaaahaammmmm…..

-Así pequeña… así…. córrete

Mi polla llenó la mano de Héctor de leche,también salpicó la piedra de la barandilla de la terraza y algún chorro fue hacia el jardín de debajo, sacó su mano de mi culo despacio y yo caí de rodillas al suelo, desde el móvil a mi lado en el suelo aún sonaba la voz del señor Anquela, lo acerqué a mí oído

-Aún no ha acabado la noche, atiende a Héctor.

No había acabado de escuchar al señor Anquela cuando Héctor acercó su mano manchada de mi corrida a mi boca y yo como un autómata fui lamiendo dedo a dedo hasta dejársela limpia, a continuación cogí su polla tiesa y babeante y me la metí en la boca, loco, fiero, devorándola, él no se movía al principio, yo chupaba y lamía y succionaba y m deleitaba con esa polla, agarraba sus muslos, acariciaba su abdomen

-Dame tu leche… Héctor…

Seguía chupando como loco, buscando meterla hasta el fondo, quería notar sus huevos contra mi cara, de repente agarró mi cabeza y yo, ya con experiencia, me dejé hacer, me violó, me forzó, me folló la boca como un loco y yo me dejé, como una buena perra, y él, como un buen macho, siguió y siguió hasta explotar en mi boca, me llenó hasta desbordarme, yo trataba de tragar lo máximo, chupé y lamí hasta dejarla limpia y acerqué el móvil al oído

-Pregunta a Héctor sí está satisfecho

-Estás satisfecho?- Héctor solo asintió- dice que sí

-Lo suponía, notas tu culo bien receptivo?

Aún con miedo a lo que podía significar aquello, visto lo visto, contesté

-Sí.

Lo cierto es que mi culo estaba más abierto que nunca, me escocía, latía, era como si algo impidiera que se cerrara pese a los esfuerzos de mi ano de volver a su tamaño normal.

-Ve con Héctor, él sabe lo que toca en cada momento, nos espera una noche larga y placentera

Héctor me tendió su mano y me ayudó a levantarme, mis piernas me temblaban, caminé descalzo detrás suya hasta la habitación, una vez allí me quitó la camiseta y me quedé desnudo en medio de pie en medio de la estancia, por la puerta apareció una silueta conocida, mis ojos se abrieron como platos y mi culo pareció boquear más intensamente, Julián, el guarda, entraba quitándose la ropa, de nuevo aquel cuerpo, esos músculos y ese pene que iba cobrando vida se presentaban ante mí.

-Ya ha llegado el otro invitado verdad?.

-Sí

-Has probado ya su hombría?

-Siiii

Julián estaba ya frente a mí mientras Héctor me agarraba por detrás y mordía mi cuello y me sobaba

-Pon el altavoz

Mientras activaba el altavoz las manos del guarda me pusieron un anillo en la base de mi pene y después se unieron a las del mayordomo en eso de recorrer mi cuerpo y mi boca fue directamente a ese torso de atleta, los dos machos me apretaron entre ellos y me hacían notar como sus pollas crecían pegándose una a mi culo que estaba tan abierto que casi de resbalarse se metía en él y la otra apretada contra la mía, endureciéndose y superándola, mi boca era invadida primero por la de Héctor y luego por la de Julián, lengua contra lengua, mis manos apretaban aquellos dos cuerpos, esos machos desnudos que me estaban llevando al cielo, notaba como algunos dedos entraban en mi culo con facilidad, como mis manos agarraban sus falos, acariciaban sus huevos y como mi polla quería reventar el anillo que la apretaba y le impedía vaciar mis huevos adoloridos

-Ponte de rodillas entre ellos- sonó por el altavoz del móvil

Me tiré al suelo y agarré sus pollas con fuerza, estaban húmedas de precum, la de Héctor olía a corrida reciente, las froté por mi cara, ellos agarraban mi cabeza y buscaban metérmelas en la boca, y lo consiguieron, primero uno y luego el otro, me llenaban la boca, a veces hasta el fondo, otras metiendo y sacando sus cabezas rápidamente, yo estaba arrodillado entre ellos con mi polla tiesa babeando y sus pollas relucientes de mi saliva y sus pre fluidos, se hinchaban en mi boca, en mis manos, sus huevos golpeaban mi cara, los chupé, los metí uno a uno en la boca

-Oigo como chupas zorrita…. Me encanta,... Me encanta como bufan...como suena cuando sacan sus pollas de tu boca

Mis amantes parecían animarse con esas palabras de su jefe, los azuzaba a seguir invadiendo mi boca y a mí a saborear sus miembros, Héctor me separó la cabeza y me hizo mirarle, abrí mi boca y él escupió en ella, luego me giró hacia Julián que hizo lo mismo y me volvió a obligar a felarle su polla ya al máximo esplendor, así estuve hasta que Héctor me tomó de las orejas y clavando su polla al fondo de mi garganta empezó a correrse de nuevo, esta vez fue menos que la anterior y apenas se me escapó leche de la boca, Julián en cambio se meneó la polla hasta que ésta explotó llenando mi cara y mi torso con su semilla, apenas podía abrir los ojos pues parte del semen había ido a caer en ellos

-Oooooh .. se han corrido como toros verdad?- se escuchaba al señor Anquela- dime musa mía como te sientes

-Mmmmmf, usada, sucia…-a veces no podía hablar porque los dos se turnaban en recoger los restos de semen de mi cara con sus miembros y los metían a continuación en mi boca para que se los limpiara-... Bffff… estoy untada en semen y me quiero correrrrr

-Tendrán que limpiarte entonces, lo otro tendrá que esperar aún pequeña

Y según dijo eso el señor Anquela Julián me arrastró a la bañera y una vez allí, tanto él como Héctor se orinaron sobre mí, noté sus orinas calientes caer sobre mi cuerpo, estaba totalmente sometida y mi excitación rozaba la locura, quería que me follaran, que me dejaran correrme, quería dar placer a mis machos, que el señor Anquela se sintiera orgulloso de su zorra.

Cuando acabaron de mearse sobre mi abrieron la ducha y con cuidado me fueron bañando, sus manos me enjanonaban, sus dedos mantenían mi culo abierto, yo me dejaba hacer y de vez en cuando acariciaba sus entrepiernas buscando que sus pollas resucitaran, las quería follándome, llenándome…

Me sacaron de la bañera con los dedos de Julián dentro de mi culo mientras nos morreábamos, Héctor esperaba en la cama tumbado bocarriba meneándose su polla que volvía a la vida

-Ahora viene el plato fuerte de la noche amor

Yo fui hacia el mayordomo y empecé a chuparle la polla mientras Julián me comía el culo, su lengua entraba sin problemas en mi culo, lo llenaba de saliva, a veces metía sus dedos y me mordía las nalgas, Héctor empujaba sus caderas contra mi boca.

Cuando noté que la polla que estaba chupando ya estaba dura me subí a horcajadas sobre ella y me la clavé de una estocada, Héctor bufó en mi oído y yo gemí bien perra

-Oooooh. . Estoy montando en la polla de Héctor… -comenté para el señor Anquela

-Siiii, cabalga putita, cabalga, enseguida llega tu sorpresa

La polla de Héctor entraba y salía de mi culo sin problema, yo gozaba y mi polla amenazaba con reventar en mi abdomen, Julián comía mi boca desde atrás y poco a poco fue inclinándome contra mí otro amante, cuando mi pecho se pegó contra el del mayordomo éste tomó mi boca al asalto con la suya y su lengua y ahí llegó mi sorpresa

-Aaaaaah...Diossssssss…..oooohhhh

-Siiiiii, goza mi diosa, goza

Julián empezó a meter su polla a la vez que la de Héctor permanecía dentro de mi ano, ambos machos me tomaban a la vez, ambos falos hinchados al máximo y calientes como hierros al rojo me invadían, mi culo luchaba por adaptarse a semejantes asaltantes, ambos se sincronizaron y empezaron a moverse follándome, mi polla se aplastaba entre mi cuerpo y el de Héctor, me ardía el culo y la polla, mis huevos dolían y aquellos sementales me estaban llenando con sus falos y sus movimientos de placer, me aserruchaban primero uno luego el otro, sus penes se frotaba dentro de mí, los notaba crecer, los notaba hincharse y notaba como mi culo se abría y se llenaba cada vez más

-Oooooh .. siiiii….folladmeeeee…. Me mataaaasnnnnn...

-mmmmmf

-Tommmmaaa,.  Bfff

Yo gritaba, ellos bufaban

-Goza de sus pollas llenándote, goza!!!! Y luego podrás correrte

-Aaaaaaashhhhh

No sé cuál se corrió antes ni cual después pero fue casi simultáneamente, el semen explotó dentro de mí y salió a chorros entre las paredes de mi culo y sus pollas, Julián la sacó primero y luego Héctor, al desconectarse este último el guardia quitó el anillo de mi pene y me corrí hasta perder el sentido, me desmayé chorreando semen por mi culo y mi polla.

Cuando desperté al día siguiente estaba en mi cama, limpio, desnudo, notaba en mi culo cierto alivio, como frescor, noté que no estaba solo en la cama, me giré un poco

-Hola pequeña, ya he vuelto

El señor Anquela estaba en la cama conmigo, desnudo, mi boca se lanzó a la suya y nos besamos tiernamente durante un tiempo que pareció eterno, sus manos me acariciaban, las mías le buscaban

-Lo pasaste bien ayer?

-Sí, pero me desmayé

-Ya me dijeron- me acariciaba la cara- te lavaron y curaron el culo

Toqué mi ano y efectivamente estaba muy bien para la salvajada de la noche anterior.

Me coloqué bocarriba con mis piernas abiertas, el señor Anquela se colocó entre ellas y yo llevé su polla que ya estaba levantada a la entrada de mi culo

-Quieres que te la meta así?

-Sí por favor

-Claro mi musa

Y así, ayudado por la crema que me habían aplicado al culo para curarlo la polla del señor Anquela fue resbalando hasta llenarme, acercó su cara a la mía y nos besamos, yo abrazaba su espalda y él empujaba suavemente, despacio, haciéndome notar su penetración cm a cm

-Te he deseado tanto pequeña

-Y yo a usted. Le amo

Él me miró, me sonrió y empujó hasta el fondo su polla

-Eres mía para siempre

Nos besamos y siguió bombeando dentro de mí hasta que nos vinimos a la vez, yo entre nuestros cuerpos y él dentro de mí, llenándome