El Senador

Al cabo de unos años me reencuentro con mi amigo Andrés y le ayudo en la campaña electoral de un candidato a Senador. Tuvimos mucho sexo y ademas ganamos las elecciones.

Voy a contaros una cosa que me ocurrió hace un par de años, justo acabada la carrera, soy Juan, muchos ya sabéis de mi por otros relatos. En las últimas elecciones, justo acabados mis estudios de ccpp, ahora soy profesor, un amigo mío me pidió que le ayudara a asesorar a un candidato a senador.

Por supuesto no os diré ni el nombre del candidato ni el partido político al cual pertenecía. Pero sí os puedo decir que cuando lo vi, dije que sí enseguida. Era un tipo de unos treinta y cinco años de casi un metro noventa de alto, un cuerpo de gym, rubio y ojos azules, una sonrisa en la boca que hacía que sus dientes lucieran como el sol, en medio de una cara bien proporcionada, alargada como a mi me gustan y el pelo ondulado y peinado a lo Travolta, es decir hacia atrás. En el mismo instante en que me tendió la mano, creí derretirme y solo pensé que aquel tipo tenía que ser mío, aunque sabía que tenía esposa.

Hola Juan, me ha dicho Andrés que sois amigos y que has terminado de estudiar con muy buenas notas y que nos puedes ayudar.

Si, hace bastante tiempo que nos conocemos, pero no se nada de campañas electorales.

No hace falta entender mucho, solo trabajar duro un par de meses.

Ganas de trabajo no faltan y además pondré en practica toda la teoría que he aprendido. De algo han de servir estos años en la Uni.

Ves, ya no necesitas nada mas. Si quieres puedes empezar hoy mismo.

De acuerdo.

Me tendió de nuevo la mano y al apretar aquella mano dura, grande y firme, mi polla quedó parada y mojada.

Andrés te pondrá al corriente de todo y será tu jefe. Él ya sabe como funciona todo esto

Andrés es un chico que había conocido en la facultad de derecho, cuando yo estaba en primero de políticas, él ya estaba en el último año de derecho, así que me llevaría como cinco años de edad. Me crucé varias veces con él en los pasillos hasta que un día me abordó en el bar, hablamos y antes de que me diera cuenta ya estábamos en la cama. Es un poco mas bajo que yo, sobre un metro ochenta y tres, pelo negro y unos ojos negros enormes y brillantes, con unas cejas que parecen abanicos y un cuerpo que hace que te vuelvas a mirarlo cuando pasa a tu lado. Andrés es pasivo, así que no tuvimos ninguna dificultad en acoplarnos. Por supuesto que ninguno de los dos era virgen, pero sí que en aquel tiempo yo era el mas inexperto sexualmente y de Andrés he aprendido mucho, ahora ya lo supero. Apenas cerrada la puerta de su habitación me beso en la boca de una manera profunda e intensa y me metió la lengua hasta donde llegó, aquello me gustó, nos besamos durante un buen rato, después me quitó el anorak que se cayó al suelo y me empezó a lamer y besar por el cuello y fue bajando a medida que me desabrochaba la camisa, me lamió el pecho ( que tengo lampiño) y los pezones, me llevó hasta el séptimo cielo, Dios como me gustaba, y volvió a subir y besar los hombros y los brazos a medida que me sacaba la camisa que también se quedó en el suelo, y volvió a empezar, pecho, pezones y a bajar hasta el ombligo con los besos, allí paró y empezó a desabrocharme el cinturón y bajar el cierre de los jeans que arrastró hasta el suelo. Me besó la polla, que estaba a tope, por encima del slip blanco, entre la saliva de sus besos y los líquidos que soltaba mi verga, la parte delantera de la tela pronto estuvo toda mojada. Me bajó los slip y se quedó un momento dudando al ver balancearse mis 22 cm de polla en todo su esplendor, pero pasado unos segundos se la metió en la boca, no podía con toda. Dios que mamada me hizo, casi me corrí. Rápidamente se desvistió y se puso a cuatro patas encima de la cama y me dijo: "méteme este cilindro de carne dura hasta el fondo y haz que me muera de gusto", yo no me hice de rogar y le puse el capullo en la entrada de su ano y empuje con fuerza, hasta que después de varios intentos mi verga quedó ensartada en aquel agujero. Hacía unos movimientos de pelvis para que mi polla entrara y saliera de su estuche de carne. Al cabo de un rato Andrés gritaba de placer y yo con un enorme alarido me corrí en sus intestinos de una manera brutal. Al sacar la polla, el semen resbalaba de su culo. Este fue nuestro primer encuentro, pero no el último, aunque hacía mas de un año que no nos veíamos.

Quedé encantado de que Andrés fuera mi jefe, seguro que nos entenderíamos, en muchas cosas.

¿Te llevo hasta tu casa?. Me preguntó Andrés.

Si, me encantaría.

Me gustó mucho que me pidiera esto, pensé que lo que quería era un poco de sexo y no me equivoqué, aunque no fue el sexo que yo deseaba en aquel momento, pues al llegar cerca de mi casa aparcó el coche en un lugar oscuro y me pidió que le hiciera una mamada.

Todavía me acuerdo de cómo la chupas, cabrón, ha pasado mucho tiempo de la última vez y espero que hayas mejorado

Creo que sí que he mejorado, pero no te apetece subir y follamos mejor en la cama.

Hoy no, la campaña durará unos seis meses y tendremos mucho tiempo para estar juntos.

Como que hoy solo le apetecía una felación, se la hice. Le bajé los pantalones y me comí su polla, mi cabeza estaba entre su verga y el volante, pero el tío disfrutó y al cabo de un rato se descargó en abundancia en mi boca y me tragué todo su semen. Joder como se vació, o bien hacía mucho tiempo que no se había corrido o es que le gustaba estar otra vez conmigo, no se lo pregunte, preferí pensar que era lo segundo.

Después de su corrida me ayudo a hacerme un paja, con dos dedos me tocaba el capulo que ya estaba súper mojado, después su mano subía hasta los pezones y también me besaba en la boca intercambiando saliva y hacer que nuestras lenguas lucharan entre ellas.

También me corrí de una manera abundante y mis chorros ensuciaron el parabrisas delantero y el salpicadero así como mis pantalones. Nos volvimos a besar y el se quedó con sus manchas y yo me fui con mi pantalón mojado. Pronto nos volveríamos a ver.

Fueron seis meses de contactos casi a diario. De preparar los lugares a visitar por el candidato y los discursos que debía de pronunciar, ruedas de prensa, contacto con diferentes personas, del mismo partido, entidades, empresarios y sindicatos, pactar estrategias, parlamentos y encuentros y ya mas cerca de las elecciones, preparar los mítines y los lugares donde todavía faltaban votos por ganar. Era mi primera campaña electoral y resultaba agotadora, pero estaba satisfecho por como realizaba el trabajo.

De vez en cuando podía besar o tocar a Andrés, siempre a escondidas. Alguna noche me quedaba en su casa con la excusa del trabajo y entonces sí teníamos sexo.

Recuerdo que una noche que volvíamos de preparar un encuentro que el candidato debería de tener dentro de dos días y de regreso a altas horas de la noche al pasar por un pueblo nos paramos en el único bar que estaba abierto. Entramos y allí estaba él, como esperándonos ( un chico de unos 22 años , de 180 de alto, rubio y ojos claros, delgado y guapo como de calendario) no había nadie mas en el bar.

Podemos tomar una copa.

Iba a cerrar, pero pasad que todavía estáis a tiempo para una última copa. Dejad que cierre la puerta y nadie nos molestara.

Cerró las puertas detrás de nosotros y nos sirvió en la barra, wisqui con hielo.

Bebe con nosotros

De acuerdo. No os había visto nunca por aquí.

No, estamos de paso. Pensábamos encontrar mas ambiente.

A esta hora!!! Y durante la semana!!!. No. Venid el viernes y el sábado que sí esta a tope.

No se si podremos, nos tendremos que conformar.

Bueno, si yo os puedo servir.

Andrés no necesitaba nada mas, lo agarró por encima de la barra y lo besó directamente en la boca, él no puso ningún reparo, es mas parecía que le gustaba. Mientras yo me di la vuelta a la barra y lo agarré por detrás y empecé a frotar mi paquete contra aquel culo tan maravilloso que se adivinaba por encima de la tela del pantalón, así estuvimos un rato, yo tenía la polla dura como el acero y él estaba caliente como un horno a 250 grados.

Paramos y salimos de detrás de la barra, mientras, nos íbamos desnudando, a llegar a Andrés y estábamos prácticamente desnudos. Al tío (no recuerdo su nombre) le gustaba todo, dar y tomar. Si vestido era guapo, desnudo estaba de pan y moja, con un culito respingón y prieto y un cuerpo no muy cachas pero sin un gramo de grasa de mas y con una polla que con 18 cm y un grosor suficiente era una delicia. Andrés chupó aquella verga tan maravillosa y yo me dedique a besarlo y pellizcarle los pezones al tiempo que le arrimaba mi paquetón. Al rato cambiamos, Andrés se tendió de espaldas encima de una mesa. yo me subí y le dejé que me chupara el pene, mientras que le levantaba las piernas y el chico le comía el culo. Disfrutábamos, gritábamos y chillábamos de placer los tres, les tuve que decir que paráramos o nos íbamos a correr. Paramos y cambiamos de postura, el chico cogió las piernas a Andrés y con el culo lleno se saliva le metió toda su verga que gritó de placer al sentirla toda dentro, mientras yo me puse detrás del chico y también le metí todo mi rabo. El chico si que gritó, no se si de placer o de dolor. Al cabo de un buen rato y con grandes gritos de placer nos corrimos uno tras otro, el primero en terminar fui yo, me descargué con abundancia en aquel agujero, a los dos o tres minutos le pasó lo mismo al chico y seguidamente por la paja que le hicimos, acabó Andrés.

Estábamos contentos y satisfechos, nos vestimos y tomamos la última copa, prometiendo al chico que volveríamos a verlo. A y que votara a nuestro candidato.

La campaña fue mas larga y pesada de lo que parecía al principio, pero me compensaba de ver a Andrés y al candidato, cada vez que lo veía solo pensaba en tener sexo con él. Un día se lo dije a mi amigo:

Me encantaría follar al candidato.

  • Olvídalo, es un hombre casado y con tres hijos.

No soy celoso, puede conservar a su mujer.

Que te lo quites de la cabeza. No puede ser.

Eso habrá que verlo. Lo intentaré

Te lo prohíbo, te despediré

Poder follar a este hombre y este culo , bien vale que me despidas.

Esta conversación quedó entre nosotros dos, pero cada vez que veía al candidato mi polla se alegraba.

Así fue transcurriendo la campaña y llegamos al final, casi siempre cada uno se iba a dormir a su casa (yo alguna vez a casa de Andrés), pero para el viernes que era final de campaña, el partido había alquilado habitaciones para todos los candidatos y sus ayudantes en el hotel, en el cual el domingo íbamos a seguir el recuento, así que después de terminar los discursos y cerrar el acto, mas relajados nos fuimos a cenar. Comimos y bebimos. Sobre las tres de la noche, el candidato, Andrés y yo nos metimos en un taxi y fuimos al hotel para descansar. Nuestras habitaciones estaban juntas y al llegar, el candidato dijo:

Tengo cava en mi habitación, os apetece una copa.

Claro que sí. Dije yo.

Andrés no quería, pero yo solo pensaba en follar a aquel hombre tanto tiempo deseado y convencí a mi amigo, que se fue a dejar el maletín a nuestra habitación. Yo entré directamente al cuarto del candidato que ya estaba preparando las copas y cuando me acercaba destapó la botella de cava con tanta mala suerte que se le escapó el tapón y el liquido se cayó encima de mi, casi todo en la bragueta, rápidamente sacó su pañuelo y empezó a limpiarme y secarme la ropa. Secaba por encima del pantalón y pronto se dio cuenta que aquello se movía, era mi polla que no podía estar quieta con aquellas manos tan cerca y rozándola por encima de la ropa, y empezó a crecer y sucedió lo que yo tanto había estado esperando y deseando. No me lo podía creer. Aquel hombre arrodillado delante de mi, me desataba el cinturón y me abría la bragueta, me bajó los pantalones y el slip hasta los pies y al ver el tamaño mi polla se lo pensó un poco, pero se la metió todo lo que pudo en la boca y empezó a chupar. Dios, lo veía, lo sentía y no me lo podía creer. Me restregué los ojos para ver que no estuviera soñando, era verdad, aquel hombre tan deseado durante tanto tiempo me estaba comiendo la polla, y de que manera, no era la primera vez que lo hacía, se había comido mas de una. Se abrió la puerta y entró Andrés:

Pero... ¿Qué hacéis?

Es que no lo ves o estas ciego.

Venga Andrés, desnúdate que siempre he tenido ganas de follarte.

Sr. Ud. también sabe que soy...

¿Gay? . Andrés, pero si lo sabe todo el mundo.

¿Tanto se nota?

No, pero lo sabemos y tu no sabes que también me gustan los hombres que soy bisexual como tu amigo Juan y que desde que me lo presentaste tenía ganas de follarlo.

No senador, a mi no me folla nadie. El follador siempre soy yo.

Da igual, me follas tu a mi y en paz.

Nos desnudamos los tres, el senador tenía una buena polla de unos 18 cm y bastante gruesa, se arrodilló en la cama de manera que el culo le salía de ella y yo le embestí poniendo mi capullo a la entrada del ano y empuje, del primer golpe le metí media polla y con dos empujones más la tuve toda dentro. El tío aulló de placer, gritaba de puro delirio, como le estaba gustando al puto cabrón y yo que había pasado tantos calentones queriendo tirarmelo, Andrés se sentó en la cama delante de él, para que le comiera la verga, y así lo hizo. Cambiamos de posición, el senador se tumbó en la cama y Andrés se le puso encima en la postura del 69 y empezaron a comerse las pollas, mientras yo le metí la mía otra vez al senador, esta vez entro toda de un solo golpe, pues tenía el culo abierto. Al cabo de un rato de bombear, el senador se corrió en la boca de Andrés que se tragó todo el semen, justo en el momento en que levantaba la cabeza, yo me vacié en toda su cara y en la verga del senador y en este mismo instante fue cuando Andrés explotó en la boca del jefe.

Descansamos un rato del esfuerzo que habíamos hecho, ellos tendidos en la cama, yo estaba en la alfombra. Al cabo de un rato Andrés preguntó:

¿Como ha pasado todo esto?

Y cogiendo otra botella de cava, el senador le dijo:

Muy fácil, yo intentaba abrir la botella, el tapón se me escapó y le vacié el liquido por encima, lo quería secar y....oh no, Dios mío ha vuelto a pasar.

El senador me había vuelto a derramar el cava encima, esta vez directamente en la polla ya que estaba desnudo y se pudo a limpiármelo con la lengua, Andrés le ayudó y volvimos a empezar, nuestras pollas se empalmaron. El senador se tendió en la cama e invitó a Andrés que se sentara encima de su polla y se la clavara, se lo tumbó encima de él, dejando el culo a mi vista y me dijo que le metiera la verga y así lo follaríamos los dos. Pensaba que le romperíamos el culo a Andrés, pero no fue así, le gustó al muy cabrón. Después de un buen rato nos corrimos los tres gritando de placer y satisfacción. Disfrutamos como Dios de esta nueva cogida.

Nuestro candidato fue el más votado y ahora es Senador. Yo soy profesor en la Facultad y algunas veces me invita a las fiestas que da en su casa y disfrutamos. En la próxima campaña quiero volver a ayudarles.

Para mi amigo Arturo de México. Que lo disfrutes