El semental de saldo da cuenta de mi y mi amiga

Tras aquella gloriosa tarde, se presento una noche loca de sexo y lujuria, donde un abuelo y este semental coparon nuestros gazapos con sus ricas natas.

Habíamos quedado con Marga para cenar, pero antes Diego, había insistido en ir a casa a cambiarse para ponerse otra ropa, aprovechando yo para estrenar la blusa y la falda, esta última por cierto como le gustaba a él, sin ropa interior, pues se empeñó en quedarse con ellas en casa, diciendo que ya pasaría a recogerlas en otra ocasión.

Llegamos a la marisquería donde quería invitarnos tras recoger a Marga por el piso y tras las correspondientes presentaciones nos dispusimos los tres a cenar de forma amigable y como no, picante, pues Marga quería saber cómo discurrió la tarde ya que intuía había sido caliente, tras mi rápida conquista, a la que por cierto no paro de alagar, al igual que el que no cejo en cumplidos hacia nosotras dos.

No me corte nada al contar a Marga detalles y Diego no paraba de reír por los halagos que le dirigía a su péndulo, diciendo ella con una sonrisa pícara, que ya había notado algo al verlo caminar, contándole yo que una cosa era verlo y otra tenerlo dentro, riendo los tres con esta respuesta, a la vez que este semental de pareja que llevábamos, con disimulo y delicadeza comenzó a deslizar la mano por debajo de la mesa para dedicarme alguna que otra caricia en mi sexo.

Marga que no se quedaba corta, en uno de esos momentos lanzo su mano y dijo tengo que testar este aparato yo también, agarrándole el bulto, eso sí, con disimulo pues andábamos en un restaurante con el comedor casi lleno, quedando asombrada del tamaño, casi palidece al sentir con su mano aquel enorme paquetón.

Resoplo y dijo, ¡Dios que tienes aquí, madre mía!, esto no es humano… mirándome seguidamente a mi diciendo.. ¿Te metió todo esto? Chicha tienes que estar abierta en dos.. ufff esto no puede ser real.. Los tres reímos nuevamente y entonces me di cuenta que en la mesa frente a nosotras había un matrimonio mayor .. Por cierto el muy atractivo sobre unos sesenta y tantos años, que no paraba de mirar y además se había quedado con la copla del juego de los tres, mirando además con algo de descaro cuando Diego metía la mano entre mi falda tocando mi almeja que andaba como dije sin ropa interior.

Yo decidí seguir el juego de miradas y añadí incluso algo de picante, pues abrí un poco más las piernas para que pudiera ver algo más, a la vez que juegue con mis labios insinuando con mi lengua un poco de juego erótico.

Su mujer que estaba de espaldas no se quedó con la historia, mientras ya él se tocaba su bulto que parecía crecer con mis insinuaciones, dejando su mano a veces en el paquete para marcar la dureza que ya tenía ese pito, todo esto con sutileza pues seguía hablando con su mujer en la cena.

Decidí dar un paso más pues estaba lanzada y Diego me tenía calentorra como una leona por lo que le traslade a este y a Marga lo que estaba sucediendo, aunque les dije no miraran pues no quería espantar aquel bombón de abuelo que a la vez me estaba calentando, diciéndoles que iba a ponerlo ardiendo.

Cuando vi me miraba, abrí un poco mis muslos a la vez que saque mi lengua con disimulo en forma lasciva, respondiendo el con una mordida de labios y un toque de sus genitales,… ya el juego estaba servido y más cuando le insinué con un gesto mirando al baño si iba para allá.. al principio no me entendió pues hizo un gesto de asombro como preguntando que decía, cuando volví a atacarle , metiendo un dedo en mi boca hice el gesto de chupar y mire al baño otra vez,,,,, resoplo con disimulo entendiendo el gesto y afirmando con la cabeza, le dijo a la mujer algo y se levantó camino al aseo.

Yo les dije a Diego y a Marga, esperen que creo tengo fiesta, regreso en un momento, levantándome también camino al baño donde esperaba este caramelo de hombre, que galantemente disimulaba antes de entrar esperando mi llegada.

Como estaban los aseos apartados tras una curva del pasillo frente al comedor, abrí la puerta de nosotras las féminas siendo este de una sola plaza, por lo que mire al lado viendo había otro de minusválidos, gire la manivela y no había nadie, entre y mirándole dije pasa… entro y sin preámbulo ni nada escrito agarre su bulto y le dije, me tienes ardiendo, estas cañón y yo estoy salida, necesito macho que calme mi seta caliente…. No se cortó un pelo ni se atemorizo, pues me respondió, tú si me tienes a mi cachondo, estoy empalmado como un burro de ver ese coñito caliente y afeitado que tienes que está falto de un buen pollazo y si me dejas te voy a saciar con creces.

Me agache y sin decir nada le saque aquel duro pollon, por cierto de buen tamaño aunque comparado con el de Diego no tenía nada que hacer, pero si era de un estándar grande y hermoso y venoso como le gustan a una.

Alabe el tamaño y comencé a chuparlo a la vez que le miraba a la cara, viendo estaba encendido y jadeando rápidamente tras mi rápida comida, diciendo, no me lo puedo creer que esto me pase a mi aquí,… me dijo come rápido que mi mujer no puede sospechar nada… te voy a dar leche para el postre sigue así veras como te gusta.. La solté tras ver ya estaba casi a punto de descargar tras un par de minutos chupando, y le dije, no vas tu a comer también? Y sentándome sobre el lavabo abrí los muslos y le deje mi almeja abierta para comer.

Resoplo como un miura y agachándose comenzó a jugar con su lengua de una forma increíble, pues no sé si fue el momento o lo bien que lo hacía, pero me corrí rápidamente, levantándose el tras notar mi mojado orgasmo, y dijo, déjame follarte que estoy deseando..

Yo le dije soy tuya, y tras acercar su duro rabo me lo clavo de una estocada certera a la vez que sus pantalones caían al suelo comenzando a bombear con la cadera una sesión increíble de golpes armoniosos y profundos que me tenían loca de placer.

Oímos la puerta de al lado que alguien entro al baño de mujeres, y el ahogo mis quejidos de placer con su boca, metiendo su lengua hasta mi garganta mientras golpeaba con su dura polla dentro de mi almeja en sesiones combinadas rápidas y lentas haciéndome estremecer, por lo que me llego mi segundo orgasmo aun si cabe más fuerte que el primero, lo que animo a este para acelerar y tras decirme si podía correrse dentro, soltar su arsenal de leche que seguro tenia acumulado de varios días.

Yo había clavado mis dedos en su duro y atractivo culo mientras soltaba esa buena descarga dentro de mí , y tras finalizar al sacarla acaricie sus duras y colganderas peludas pelotas que portaban un tamaño bastante gordo, agachándome medio rendida como estaba para arrancarle las ultimas gotas que manaban por aquel cabezón.

Nos vestimos ya casi sin decir nada pues no había que levantar sospechas, dándome su teléfono para que lo llamara en otro momento, a la vez me dio un beso de despedida y salido primero para disimular. Yo me asee y lave mi supurante almeja llena de nata y a los dos minutos salí para volver a sentarme en mi mesa.

Oí como él se disculpaba con su mujer por la tardanza, mientras me miraba aun con deseo tras ese polvo que acaba de pegarme, preguntándome rápidamente Marga que había pasado, diciéndole a Diego y a ella que acaba de tomar un aperitivo de rica nata de esos que saben a gloria, diciendo ambos que no se podían creer que hubiera hecho aquello allí y de esa forma, pero riendo todos de mi pequeña pero jugosa aventura en el restaurante.

Acabaron esa pareja antes que nosotros y el me dirigió un gesto como que le llamara, afirmando yo con mi cabeza,… tras los postres Diego insistió en ir a su casa pero Marga dijo que prefería la suya y para no andar discutiendo decidimos hacerle caso.

Ya en el apartamento comenzaron rápidamente los flirteos y las caricias entres los tres y más con las ganas que tenía Marga de ver aquel enorme mástil en vivo, por lo que entre las dos con un juego erótico lo desnudamos por completo, quedando mi amiga casi sin habla al ver aquel péndulo colgando en todo su esplendor y además creciendo este rápidamente por las atenciones mías.

Yo me quede desnuda al instante y mi amiga no fue menos, resoplando este al vernos a las dos sin ropa, y además ambas rasuradas pues mi amiga también tenía afeitado su conejito, a la vez tengo que decir que tiene una bonita figura pues como yo es de culto al cuerpo, por lo que los años de maduras no se nos notan en demasía.

Pasamos las dos desnudas a su dormitorio junto a el, sin parar ella de mirar asustada aquel mástil que se balanceaba con su enorme dureza a los pasos de su dueño, para subirnos en la cama y comenzar aquella bonita fiesta de sexo.

Comenzamos con juegos orales dedicándole ambas a este semental una comida de escándalo, tanto de pelotas como de rabo, no dejamos centímetro sin chupar ni lamer, agradeciendo el con una dureza de polla insultante, a la vez sus manos sabiamente habían jugado con nuestras almejas mojaditas así como nuestros pechos y pezones a los que pellizco sabiamente.

Marga había sacado de una mesita varios consoladores que solía ella usar, y aunque alguno eran de gran tamaño ninguno se asemejaba ni hacia sombra a aquella polla que ahora nos miraba a los dos pidiendo turno para penetrar.

Insistió ella que era muy grande y que aquello le haría daño, por lo que me ofrecí primera para que viera ella como si cabía y que gusto daba, si bien Diego uso uno de esos consoladores para dilatarme un poco previamente a la vez con otro penetro a Marga, pues estábamos las dos abiertas boca arriba una a cada lado de él que estaba de rodillas frente a nosotras.

Marga que andaba caliente como una tigresa se corrió a las primeras de cambio con el juego del consolador, y esto encendió a este semental que le dedico una pequeña comida tras aquel pronto orgasmo, mientras yo me acariciaba ahora esperando mi turno sin parar de mirar aquel arsenal frente a mí.

Cuando estuvo un rato jugando con el conejo mojado de mi amiga, le dijo, espera que ahora regreso metiéndole otra vez el consolador para que continuara ella dándose placer, a la vez que me abrió de piernas y tras mojarse la cabeza con saliva la froto suavemente contra mis labios rojos y abiertos para ir poco a poco introduciendo aquel misil en la cueva.

Marga se incorporó para no perder detalle mientras el reía viendo la cara de ella, y con sumo cuidado fue penetrándome casi desgarrándome toda, pues el tamaño ahora me parecía algo mayor que en la tienda, eso sí, el placer era indescriptible, y mis alaridos algo escandalosos al sentir como casi toda estaba ya dentro de mí.

Se dejó caer y ahora entro toda hasta la base de sus huevos pues sentí su cuerpo pegado completamente al mío, casi pierdo el conocimiento y más cuando comenzó a moverse, ahí sentía mi carne abrirse casi desgarrándose, pero a la vez el placer era inmenso y no tardaron en llegar mis orgasmos en cadena, pues este semental se movía como los ángeles con aquel enorme rabo, que por cierto tenia asustada a Marga que con la boca abierta y alguna cosa más, miraba aquella apoteósica monta.

Cuando pensé se iba a correr, la saco y me puso de rodillas posicionándose por detrás para meter entre mis piernas aquel misil y volver a penetrar mi abierto gazapo… ahora él estaba cómodo, pues de rodillas me tenía a su merced follándome a la vez que su mano agarraba el consolador de Marga para pajearla fuertemente y abrirle su estrecho conejo.

Me corrí y suplique que acabara pues estaba ya sin fuerzas tras cinco o diez minutos así… pues aquella semental tenía un aguante envidiable, sacándola él y tras darme unos azotes en mi trasero con aquel duro látigo dijo, ahora regreso y acabo la faena que le toca a tu amiga catar esto.

Marga decía no no.. no por dios a mí no por dios no me penetres con eso, no .. No .. Pero sus piernas seguían abiertas esperando la llegada de aquel intruso, que sabiamente jugo con paciencia en la puerta de aquella estrecha cueva antes de meter aquel enorme cabezón.

Al entrar un suspiro y quejido conjunto delataron las ganas de rabo que tenía aquella cueva, y más cuando con mucho tacto y delicadeza este fue metiendo centímetro a centímetro hasta tenerla ensartada por completo, quedándose Marga en esos momentos con los ojos en blanco al sentir semejante intruso dentro de ella.

Los primeros movimientos de cadera sobre ella fueron para sacarle otro orgasmo y este fue el comienzo de una serie multiorgasmica que llenaron la habitación de alaridos de placer, mientras yo ahora embobada veía como aquel pollon enorme desgarraba el estrecho conejo de mi amiga, a la vez veía el movimiento de aquellas dos enormes pelotas que pronto pasaron a mis manos para ser acariciadas.

Marga tras diez minutos de gloriosa monta, suplicaba parara, y yo más pues deseaba ser ahora la penetrada, sacando Diego aquel arsenal para pasar a mi interior nuevamente en otra remesa de embestidas colosales mientras tomaba fuelle Marga que abierta como una flor, esperaba se contrajera su conejo dolorido.

Iba a correrse ya este dios del sexo y avisando dijo quien quería recibir la descarga, pidiéndole yo la repartiera, por lo que acelero ahora a la vez que me besaba y rápidamente soltó el primer chorro, despegándose seguidamente a la vez que la agarraba fuerte con su mano para llevarla al conejito asustado de mi amiga, pero aquel dragón desbocado no paro de soltar ráfagas y estas cayeron sobre la barriga de Marga antes de meter aquella cabeza vomitando leche en la su guarida para terminar de soltar las ultimas dentro de ella mientras el calmaba el ritmo frenético de cadera tras los calambrazos de aquella colosal corrida.

Se desengancho y quedo rendido sobre la cama abierto de piernas con aquel péndulo en medio de las dos , con algunas gotas aun resoplando por su cabeza, a la vez abrió los brazos para recomponer la respiración pues aquel pecho peludo y fuerte, palpitaba con agitada respiración como un semental en celo por la tremenda monta que acababa de darnos.

Tardamos en recuperarnos un largo rato, incluso me quede medio dormida, para pasar a tomar un reconstituyente café antes de meternos las dos con él en el jacuzzi , y aunque la idea era relajarnos solo, los burbujeos del agua y las caricias hicieron despertar otra vez aquel dragón de cómodo y como una no es de piedra tuvimos que calmarlo, eso si esta vez se encargaron nuestras bocas de mitigar la ansia de aquella fiera, y tras una grata comida, con los consiguientes juegos de bolas de billar, aquel volcán soltó su última lava de la noche que paso a ser degustada con pasión por ambas.

A media noche se tuvo que marchar pues tenía este macho hispánico que abrir la tienda por la mañana, pero emplazando a la próxima noche otro encuentro, donde daría un paso mas….