El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (5)

Con la “felicitación” que le dedicamos a Cesar no terminó el fin de semana, seguimos estrechando lazos con la pareja. Por fin conocí al chico de mi vida

SEGUIMOS AMPLIANDO NUESTRAS EXPERIENCIAS.

Cuando Susana vio los preparativos me miró con sus ojos verdes, imaginaba cómo íbamos a disfrutar con aquel “invento”, sobre la sábana volvimos a besarnos, nos gustaba sobre todo nuestras caricias mientras nos besábamos, para nosotras el componente cariñoso era vital, nuestra piel tenía mucha más sensibilidad cuando nuestras bocas se unían notando el aliento y la humedad y cualquier roce nos erizaba él vello.

Las tetas de mi amiga eran preciosas y aunque un poco más pequeñas que las mías no por eso eran menos apetecibles, con la ventaja de tener los pezones más grandes y más visibles, aunque igual de sensibles que los míos.

Nuestras manos recorrían las tetas apretándolas hundiendo los dedos en ellas, a Susana le encantaba chuparme los pezones y dármelos para que yo también lamiera adónde ella había dejado la marca colorada, estiraba de mis tetas hasta que me llegaban a la lengua, ella no lo podía conseguir pero escupía sobre sus pezones para que yo bebiera su saliva cuando resbalaba sobre ellos.

Susana tenía una sensibilidad especial sobre todo en su hombro derecho, lo descubrí hace mucho cuando le besaba todo el cuello pero al llegar a su hombro fue como si tocara un cable pelado, los pezones se le hincharon de una forma tremenda, me cogió la mano y la llevó al coño para que siguiera agitando los dedos sobre el clítoris y entre las dos caricias tuvo uno de sus mejores orgasmos.

No tardamos en rodar en la cama buscándonos los puntos más sensibles y entre jadeos nos corrimos las dos, mojamos la cama con nuestras “eyaculaciones” , parecía que nos orinábamos pero era un flujo abundante que nos salía de la vagina a impulsos irrefrenables.

Con los coños mojados cogí la crema hidratante, necesitábamos imperiosamente meternos algo y después de ver cómo se clavó la polla de Cesar en el culo de Aurora no lo dudamos, teníamos que probar y mis dedos no tardaron en intentar entrar con cuidado en el culo de Susana, aún estando mojada de su último orgasmo la unté igual, desde el perineo hasta la rabadilla, extendí la crema y con los dedos engrasados fui probando, primero lo intenté con el más delgado presionando con el meñique, mi amiga apenas lo notó y me pidió que aumentara el calibre, ya con el dedo corazón le gustó más sobre todo por la longitud y cuando ya no pude meterle más me pidió que intentara con dos dedos.

Suspiró al notar cómo su esfínter se revelaba, con paciencia fui venciendo el natural rechazo y noté que al sacar los dedos quedó un poco dilatado y ya no se cerró herméticamente.

Susana estaba de rodillas en la cama y yo sentada con las piernas abiertas a sus costados intentaba con cuidado ir dilatando cada vez más para usar el frasco de desodorante, ya parecía que podía caber cuando repartí más crema sobre el tubo forrado con el condón y lo puse sobre la entrada, mi amiga sintió un estremecimiento aunque me dijo que fue al notar el frío del tubo, en eso no había pensado, imaginé el calor de una polla de verdad, a Aurora seguro que la quemaría por adentro al entrarle y puse el tubo entre los labios de mi coño, lo notaba grueso, aunque no como la de Cesar.

Intenté por todos los medios que el ano de Susana no se cerrara, con dos dedos movía por todos lados acariciándole el interior, gemía porque le daba un placer nuevo, mi coño notaba la sensación de aquel tubo que rozaba el clítoris y estuve a punto de “calentarlo” dentro de mi coño, mi vagina también estaba deseando que la llenara con algo duro y aquello era lo más duro que tenía cerca.

Besé las nalgas de mi amiga y pasé la lengua por el agujero medio abierto, lo agradeció con un gemido largo, con la cabeza ladeada sobre la sábana y las tetas apoyadas tenía una postura ideal para follarla.

El tubo ya atemperado fue entrando un poco, Susana aguantaba la respiración notando como le invadía el recto.

  • Ten cuidado cariño, noto que me abre las carnes, ufffm la crema es estupenda, resbala con suavidad, sigue un poco más, ¡ay, para un momento, me toca en el vientre y me duele!
  • Tranquila, voy a buscar la trayectoria del recto, avísame si te hago daño.
  • Vale, espera ahí que me haces daño ¡ay!, gira un poco hacia abajo así, así mejor.

Encontré la dirección del recto paralelo a la vagina y cuando lo conseguí casi se cuela, Susana al notar que ya no dolía succionó con los músculos y casi se tragó el tubo entero, tuve que sujetarlo del nudo del condón porque se hundía todo en su culo.

  • Espera Susi, es demasiado corto, te lo has tragado todo, ¿no te ha hecho daño?
  • No, al revés me da mucho gusto, al principio sí pero cuando has cogido la ruta buena me ha sabido a poco.
  • Tienes razón, espera un poco, ahora vuelvo.

Saqué de mi bolso el cepillo del pelo, tenía un mango bastante grueso ya que para mi melena necesitaba un cepillo fuerte, estaba brillante y suave y me pareció aceptable, cuando volví al lado de mi amiga se asustó un poco porque sólo vio el cepillo lleno de púas pero al enseñarle el mango sonrió.

Debidamente lubricado sustituí el desodorante por el cepillo y al principio le resultó demasiado grueso pero cuando vencí la entrada ya fue como por una autopista, ella misma me animaba para que siguiera metiéndole el rabo de madera.

  • Esto sí, ahora lo noto de verdad, es mucho más parecido a una polla real, muévelo Luz, no pares.
  • ¿Así te gusta más?
  • Sííí, mucho más, muévelo y gíralo de paso, lo noto adentro del todo.

El temblor que le dio me indicó que había tenido un mini orgasmo y esperé a que se le pasara el temblor.

Estaba expectante cuando me puse en su misma postura, ahora era la que metía el dedo, me regaló de paso unas caricias en el clítoris que muy cerca asomaba entre los labios de mi coño y se lo agradecí profundamente, metió dos dedos también y luego el tubo desodorante como “aperitivo” pero cuando entraba el cepillo en el culo, tuve que suspirar para no gemir y alarmar a la pareja de la habitación contigua.

Susana quiso que disfrutara del pene-cepillo, ya sabía cómo encontrar la ruta correcta y lo hundió hasta las púas, notaba cómo me llenaba y el placer llegaba al coño vecino, noté cómo me llegaba una sensación de desasosiego desde la nuca, ¡me iba a correr estrepitosamente sólo con el cepillo! y no podía parar.

Grité con un gemido que me salió del alma y unos temblores me invadieron por completo, por eso no oí abrirse la puerta de la habitación.

  • ¿Qué os pasa chicas?  Vais a despertar a Cesar… ¡oh ya veo!, ¿a ver?, jajaja, no me digáis que os metéis eso.
  • Claro, nos gustó ver cómo te corrías con la polla de mi hermano.
  • Ya pero no es igual, no tenéis idea del gusto que da una verga caliente, sus venas, el capullo y luego cuando te llena de leche, es una maravilla.
  • ¡Lástima que no lo podamos disfrutar!  Jajaja.
  • No digas nunca jamás.  Jajaja.

Al entrar Aurora me encontró despatarrada y con el cepillo asomándome por el culo y Susana a mi lado desnuda como yo y con la entrepierna bañada de jugos.  Luego nos dejó riéndose y volvió con su novio que dormía como un bebé

Nos duchamos y arreglamos, me cepillé el pelo después de adecentar mi nuevo juguete y salimos a dar una vuelta, estuvimos por la zona de “vinos”, había un ambiente muy bueno cuando Susana encontró a unos amigos y nos unimos a ellos, fuimos como de costumbre de bar en bar, tomando unos vinos con tapas, conociendo y saludando a amigos pero en uno de estos bares vi por encima de todas las cabezas a una cara conocida, era el médico que me llamó la atención en la Facultad, me di cuenta por la voz, ya que tenía un tono muy grave pero armonioso y dulce, estaba rodeado de amigos y sobre todo de amigas, él con su camisa arremangada sujetaba una copa de tinto mostrando sus brazos velludos.

  • ¡Susana, mira a aquel chico, es el médico que te conté, me encanta, ya está en el último curso si no ha terminado ya! ¿lo conoces?
  • No pero espera a ver si alguno de mis amigos lo conoce… ¡sí, Daniel lo conoce, me dice que si quieres te lo presenta!
  • Vale pero otro día, me pondré más guapa, no se me va a escapar.

Seguimos con los amigos de Susana y ya tarde volvimos a casa, creímos que la pareja ya estaría en la cama pero nos equivocamos, estaban viendo una película en la tele, él llevaba un pijama corto y ella una camiseta gigante de “baseball” , al ver lo guapas que estábamos Aurora encendió la luz para admiradnos, les gustó como íbamos sobre todo a Cesar, noté como su mirada se clavó en mis tetas, sentí como se calentaban mis pezones pero con su hermana tampoco pudo disimular al dar un giro para mostrarnos el vuelo de la falda y enseñó las braguitas de tanga.

  • ¿Qué tal la tarde?, nosotros aquí aburridos, Cesar se acaba de levantar, se ve que ha pasado una tarde muy agitada y no ha querido salir, si queréis, acompañadnos y charlamos un rato.
  • Estupendo, deja que me quite los zapatos que me matan y vengo con vosotros.
  • Y yo también y de paso voy a hacer unas palomitas que a mi hermano también le gustan…

Volví descalza con una faldita corta que me dejó Susana y ella se puso unos pantaloncitos anchos, nos sentamos en otro sofá frente a ellos y dejamos el bol de palomitas en el centro de la mesita al alcance de todos, las manos acudían a picotear el bol y cuando nos rozamos con Aurora nos miró con mucha sensualidad señalándonos la bragueta de Cesar, se notaba el bulto hinchado que con la mano no le bastaba para disimularlo.

La pareja ya había agotado la bebida de dos vasos largos y Aurora nos preguntó si queríamos acompañar las palomitas con algo, Susana pidió un GinTonic y nosotros tres unos whiskys con cola, la conversación se fue animando y la polla de Cesar también, cuando me agachaba para alcanzar el bol Cesar miraba descaradamente mi escote, el sujetador que llevaba mostraba las tetas que desbordaban por encima y por momentos le crecía el bulto, Susana no se escapada de las miradas porque entre los camales anchos de su pantalón corto se veía la oscuridad de su melena rizada, con las piernas plegadas sobre el asiento no se cuidaba de enseñar aquella maravilla.

A Aurora no le era indiferente la visión que tenía y quiso acompañarnos, se sentó de forma que la camiseta larga que llevaba quedó por la cintura y aunque en un primer momento estaba sentada sobre ella poco a poco se le fue levantando también por detrás.  Al abrir las piernas para ir al bol nos mostró que no se había puesto bragas después de ducharse y tenía ya brillantes los labios del coño, Cesar la miró de reojo y creímos que le advertiría pero le gustó y calló.

Los vasos largos se agotaron pronto y Aurora volvió a levantarse para reponer las bebidas, cruzó el salón con la camiseta enganchada en la cintura con el culo al descubierto, se le movían las nalgas al andar de una forma muy sensual pero cuando volvió vimos el triángulo del pubis perfectamente recortado.

Su novio se removía cambiando de postura para que la polla no se le notara tanto pero era imposible, le salió por la pierna abajo hasta casi salirle por el camal del pijama.  Apagamos la televisión pues ya a nadie le interesaba y Cesar se encontró sin la excusa de mirar algo que no fuera a nosotras.

Mis tetas se marcaban escandalosamente, los pezones eran imposibles de disimular y los camales de Susana ya no escondían nada, se habían plegado como un abanico y tanto por un lado como por el otro se asomaban los labios del coño.

Aurora no se bajó la camiseta, al contrario se desperezó al ir a sentarse y la camiseta se le subió más alta del ombligo y perezosamente dijo…

  • ¡Qué tarde más aburrida, no hacen nada en la tele!, ¿Qué os parece si jugamos a algo?
  • No sé, no tenemos cartas, ni parchís, ni dominó...
  • Se me ocurre una cosa, podríamos jugar a las prendas, he oído que se pueden poner “castigos” en un papel y a suertes los cumplen quien pierde …
  • Pero no tenemos dados tampoco…
  • Es igual, haremos rodar la botella de ginebra que ya se ha vaciado y a quien señale será quien pague la prenda.

Aurora miró con una cara “inocente” que derretía mis tetas y Cesar la apoyó con ojos de “cuanto antes” .

Entre los cuatro arrimamos la mesa a un lado del salón y sobre la alfombra repartimos almohadones, Cesar se encargó de partir hojas de papel e ir poniendo las diferentes “pruebas” que se le ocurrieron, luego le pasó los papeles a Aurora y ésta a nosotras, cada uno desconocía lo que había “inventado” el otro y pronto nos sentamos en los almohadones alrededor de la botella vacía de ginebra.

Iniciamos la partida entre risas nerviosas, nos mirábamos preguntándonos hasta que punto Cesar había apostado por pruebas más o menos “fuertes” al estar su novia delante.

Cuando le “ayudamos” a correrse fue más una “obra de caridad” que otra cosa pero ahora la cosa era diferente, estábamos todos “muy alegres” con las bebidas y le habíamos demostrado que debajo de las pocas prendas que llevábamos no había ningún secreto escondido.

Acordamos que empezaría yo por ser la “más joven”, en realidad lo era aunque por pocos meses, tuve suerte y el cuello de la botella apuntó a Susana, sin dudarlo se levantó y vino hacia mí y me besó en la boca, su hermano abrió los ojos sorprendido pero lo achacó al buen ambiente que había siempre entre nosotras, el segundo juego señaló a Aurora y esperaba confiado que el beneficiado sería él.

Al leer el “castigo”(salió:darle un beso en la teta derecha a Luz) , la mirada sorprendida de Cesar nos dio risa a las mujeres, sobre todo cuando vio que la beneficiada fue su novia que se levantó y esperó a que me subiera la camiseta y bajara el sujetador, mi teta salió al exterior y Cesar estiró el cuello como una tortuga para ver mejor, se le notó tragar saliva al ver mi pezón entrar en la boca de Aurora, aquello fue más que un beso,  la chica absorbió la areola entera y con la lengua rodeó el pezón y cuando lo soltó Cesar vio lo brillante y duro que estaba.

Se movía inquieto porque la polla le molestaba, ya que no podía acomodarla en ningún sitio, la siguiente tirada la hizo su novia y me tocó a mí darle un beso en la boca a Cesar, él saboreó mis labios con suavidad quedándose con la boca abierta esperando más.

La siguiente tirada le tocó a él y un silencio expectante llenó el salón, Aurora levantó el papel de manera triunfal a la vez que lo leía.  Debía darle un beso a su hermana en… el culo.

Susana se levantó y se acercó a él, la cara se puso roja al ver a su hermana en actitud sexi cuando dio la vuelta y bajó los pantalones, las nalgas morenas quedaron a pocos centímetros frente a su cara, Cesar dudó unos momentos, no era la primera vez que le veía el culo a su hermana, pero en la playa llevando bikini, ahora estaba agachada y le veía hasta la oscuridad alrededor del ano.

Cesar cerró los ojos sin pensar demasiado y cogió las nalgas y en vez de dar el beso a una de ellas, lo dio entre las dos, enterró la cara en el culo y la besó con lengua.  Lo notamos por el sobresalto que le dio a ella al notar la lengua caliente y húmeda.

Todos aplaudimos con algarabía el atrevimiento del chico mientras él se sentía eufórico por su gesta.  Las pruebas se iban cumpliendo sin muchos problemas pero los ánimos se iban calentando, por eso cuando me tocó a mí darle una lamida debajo de la camiseta a Aurora no lo dudé, se subió la prenda hasta la cintura y se acercó abriendo las piernas, cuando le pasé la lengua de abajo arriba noté que se le encogía el vientre en un espasmo dando un gemido profundo.

A Cesar se le salió al capullo por la bragueta del pijama sin darse cuenta, ensimismado en la lamida de coño que le había regalado a su novia, ya no pudo guardarla porque la siguiente prueba fue que tenía que darme él una lamida en la teta izquierda.  Quise darle una alegría y me quité la camiseta y el sujetador dejando las tetas completamente sueltas delante de su boca.  Hundió su cara entre las dos y pasó la lengua desde el canalillo hasta el pezón izquierdo y lo aspiró poniéndolo igual que su novia había hecho con el derecho, al separarse de mí tenía la cara mojada con su saliva.

Cuando salió el siguiente papel la polla se le encogió, le tocaba a su hermana chuparle el capullo “duro”, la que había escrito aquello había especificado que estuviera duro previendo que la cosa fuera mal, Cesar no sabía a dónde mirar pero ante los gritos de todas no le quedó más remedio de bajar los pantalones y tumbarse en la alfombra.

Susana se acercó a él que tenia la polla desmayada como si le hubiera dado un sincope, a él se le veía como cerraba los puños y los ojos pero su hermana estaba decidida  y nosotras más aún animándola, cogió la polla blanda y la sostuvo derecha, tiró hacia abajo el prepucio y dejó el capullo descubierto, abrió la boca y aspiró quedándose con todo el glande dentro, se le oyó gemir y se relajó, la polla tardó un poco en dar señales de vida pero Susana ponía empeño y chupaba la polla con muchas ganas y poco a poco tuvo que ir dejando salir carne dura de su boca, Cesar demostraba la potencia de su verga llenándole el paladar a su hermana que seguía chupando como si no hubiera mañana, cuando la dejó salir estaba brillando el glande marcando el anillo del frenillo sobre el tronco venoso.

Todas aplaudimos a Susana mientras que su hermano se incorporaba, ya no se puso los pantalones y la polla quedó cabeceando entre sus piernas y lo que no esperaba ya que de ahora en adelante su polla no tendría ocasión de bajarse.  Aurora, su novia del alma le tuvo que lamer el coño a su hermana y ésta chuparme el culo a mí, sentí su lengua tibia mojarme y casi me derrito, Cesar se puso a mi lado para ver de cerca como su hermana me chupaba el culo y su novia buscó su polla y se  la metió en la boca, la mamada que le dedicaba su novia le animó para poner sus manos en mis nalgas y separarlas para que su hermana me lamiera mejor.

Mi coño estaba mojado a dos dedos del culo y Cesar veía como salía flujo que goteaba por el clítoris, la polla la tenía tan dura y grande que a Aurora le resultaba difícil mantenerla en la boca y al ver la lengua de su hermana mojarme el culo no pudo aguantar más, las tetas me caían sobre mi almohadón y él las cogió apretándolas, su novia notaba cómo le palpitaba la polla, estaba desesperado por meterla y la sacó de la boca y la acompañó cogida con la mano hasta donde estaba su hermana, su polla pedía coño y en ese momento era el más cercano y al ver que Aurora le bajaba el mini pantalón a Susana se arrodilló detrás de ella y cogiéndose a su cintura se hundió de dos golpes.

Noté en mi culo la sensación que le había hecho la polla de su hermano en su coño, pero siguió lamiéndome con más devoción, yo me derretía aguantando los empujones de Cesar que me trasmitía Susana en mi culo, empujaba dando golpes certeros y furiosos, le clavaba la polla cada vez que empujaba y ella cogida a mí aguantaba jadeando cada vez que la llenaba.

Aurora se puso sobre otro almohadón, se había despojado de la camiseta gigante separando las piernas frente a mí, me ofreció su coño, todavía lo tenía un poco irritado de la follada que le había dado su novio por la tarde como revancha después de hacerle sufrir con los ojos cegados.

Cesar ya había clavado su polla en caliente, pero quería más y la sacó de su hermana y la apartó poniéndome en su lugar, de momento pasé de sentir la lengua de mi amiga en mi culo a notar como la barra ardiente de Cesar me taladraba el coño, al estar mojada de flujo de mi amiga junto a los míos no fue nada difícil que entrara pero mis labios menores fueron arrastrados con el capullo, noté cómo me hundía el útero cuando llegó al fondo de mis entrañas y al empujar mi boca se incrustaba entre los labios de su novia.

Susana se sentó sobre la cara de Aurora que lamió los flujos que le había provocado Cesar y de paso le lamió el agujero moreno.  Me corrí entre las metidas del

chico y las lamidas a su novia pero él tenía una fijación, era el culo y al verlo quiso meterla en uno y Aurora quiso ser la primera, me quité de su coño y ella levantó las piernas sobre su cabeza elevando la cadera, su novio no miró más, aquel agujero era su ilusión de siempre y no dudó, escupió en el glande y se acercó aplastándolo contra el agujero fruncido, Aurora sabía relajarse lo necesario y le dejó entrar sin problema, los huevos se pegaron contra la rabadilla de la chica al tocar fondo.

Yo le acariciaba los huevos con una mano a la vez que metía un dedo en el culo de Susana, quería que cumpliera su deseo y la dilaté en previsión, hice bien porque Aurora cuando se corrió temblándole todos sus músculos sacó, la polla que le atravesaba y la guió hacia Susana que ya esperaba en cuatro, Cesar no se llegó a arrodillar detrás de su hermana, se agachó rodeando las caderas con las piernas, a Susana la polla le llovió desde arriba, apenas sintió cuando la tocó, su preocupación era si aquella barra dura le iba a acertar la trayectoria una vez adentro y se relajó,  Cesar fue bajando hasta aplastar el capullo entre las nalgas duras de Susana, el culo tan redondo y duro que tenía mi amiga lo guió hasta el objetivo y al apoyarse en todo el centro le hundió de un golpe todo el glande.

  • ¡Aaaggg, qué grande la tienes hermano, es más gorda que creí!

Cesar se movió y cuando notó que tenía vía libre le fue clavando la verga suave pero ininterrumpidamente, su hermana sentía como aquella polla la atravesaba, no era nada parecido al tubo de desodorante ni al mango del cepillo del pelo, aquello era una polla de hombre de verdad y además una polla grande y gruesa, en aquel momento el que fuera de su hermano era lo de menos, le estaba dando un placer inenarrable y se iba a correr de un momento a otro y eso era lo que importaba.

Cuando le llegó el orgasmo, su vagina fluía cantidad de líquido, se estaba corriendo a la vez que la polla le llenaba el culo y se derrumbó sobre su cojín, la polla de Cesar quedó a 45º cara a todas, no sabíamos a quien se la iba a meter pero se dirigió a mí, lo recibí tumbada boca arriba con las piernas abiertas, se arrodilló frente a mí y a gatas me comió el coño, tenía una lengua ancha que cubría todo a la vez, hizo vibrar el clítoris con maestría y siguió a mis tetas, noté su polla entre mis mulos y esperé que de un momento a otro me llenaría la vagina de verga pero no llegó, se centró en mis tetas, para él eran un sueño, las lamió, mordió y chupó con avidez, la polla saltaba entre mis piernas sin decidirse, la notaba caliente y dura pero él seguía chupándome las tetas y de momento saltó sobre mí y me puso la polla entre ellas, las cogí y enterré entre las dos a aquella polla dura, él empujaba y yo escupía entre ellas para que resbalara fácilmente, noté las venas hinchadas y calientes cuando unas contracciones me avisaron que iba a regarme las tetas.

Quedó erguido e inmóvil mirando el techo al mismo tiempo que empezó a ducharme el cuello y las tetas, las sacudidas me cubrieron de leche, los pezones apenas se veían debajo de la capa blanca y repartí por todas las tetas el semen que me había ofrecido.

Cesar rodó rendido, al mismo tiempo aparecieron a mi lado Susana y Aurora, cada una se ocupó de una teta y las lamieron hasta quitar la leche que las cubrían hasta dejarlas más brillantes todavía, los pezones me dolían de tan duros.

Aurora me ofreció las suyas para que las chupara también, aunque era más fácil para lamer los pezones porque le salían en punta, nos acarició los coños a Susana y a mí al mismo tiempo y nos proporcionó dos orgasmos gemelos, tenía una habilidad en masturbar admirable, sabía adónde debía acariciarnos y lo hizo con verdadera maestría.

Como premio le dedicamos una mamada en el coño y las tetas, las dos sobre ella que se dejaba hacer, le chupamos y le metimos los dedos hasta que no cabían más, en el culo los tres de rigor y en el coño casi el puño entero, el punto G no era ningún secreto para nosotras y el de ella estaba justo adónde lo pulsamos, se corrió escandalosamente al mismo tiempo que Cesar se incorporó y le dio un beso en la boca.

Ahora la vida había dado un cambio radical en nuestras experiencias, apenas sin esperarlo habíamos conseguido la polla de Cesar que nos había llenado completamente, incluso a su hermana se la había metido en el culo cumpliendo un deseo de los dos.

De vuelta a nuestra habitación después de ducharnos quedamos desnudas sobre la sábana, teníamos la piel un poco irritada sobre todo las tetas, el coño y el culo ya era otra cosa, estaban dilatados de aquella polla pero de eso estábamos seguras que se “curaba con el tiempo” .

Después de dormir toda la noche nos despertamos nuevas, por la mañana en la cocina encontramos a la pareja que nos acercaron las tostadas, el café y la mermelada, ninguno de nosotros comentó lo que había pasado la noche anterior, Cesar seguía con su aspecto serio de siempre y Aurora con su viveza y su alegría de vivir pero ni mención de la follada colectiva.

Por la tarde salimos de paseo las dos, hacía una tarde preciosa y por las calles estrechas de Santiago llenas de bares los grupos de chicos y chicas se remolineaban entre risas y voces,  Susana me dio con el codo, entre un grupo de jóvenes estaba el chico que a mí me gustaba, era más alto que todos ellos y enseguida lo descubrí, en un escaparate me miré y me gustó como lucía, mi amiga me dio una palmada en el culo para animarme, al lado del grupo del joven estaba el otro grupo de amigos de Susana y nos dirigimos a ellos, Susana le pidió a su amigo Daniel que nos presentara y éste me cogió de la mano y se abrió paso entre los jóvenes y me plantó frente a aquel mocetón, nos cruzamos la mirada y sonreímos, nos habíamos gustado.

Nos dimos dos besos en la mejilla, se presentó y me dijo que se llamaba Ignacio aunque los amigos en broma le llamaban Iñaki por su altura y corpulencia, por el cuello de la camisa vi que le sobresalían los rizos del vello en el pecho igual que de los brazos, su voz me arrulló cuando me pidió que me uniera a ellos, me presentó a todos sus amigos, los chicos miraban las tetas antes que mis ojos y ellas lo hacían al revés, desde aquel momento Iñaki no se separó de mi, estuvimos hasta la madrugada hablando sin parar, sin duda teníamos una buena sintonía y las horas pasaron sin sentir, era sábado y la calle estaba llena de gente y cuando me dijo…

  • Te acompaño a casa si quieres.
  • Es que no vivo aquí, vivo en un pisito en la ciudad, no está cerca, a 80 Km., no quiero molestar.
  • No es molestia, mañana es domingo y no tengo que madrugar, mi coche no está lejos.

Durante el trayecto lo miraba de reojo, cada vez me gustaba más, sus manos grandes y bien cuidadas con los dedos largos eran un primor y cuando cambiaba de marcha al coche me moría de ganas de que me rozara la pierna, cuando llegamos a mi casa se apeó y me abrió la puerta, con aquel detalle me venció del todo, nos quedamos mirándonos y alargó la mano para despedirse, le miré a los ojos y con un impulso irreprimible lo abracé y lo besé en la boca, sus labios eran fuertes y suaves a la vez pero cuando de verdad me conquistó fue cuando me dijo…

  • ¿Me invitas a desayunar?...

Continuara.

Si les gustó valoren y comenten.

Gracias.