El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (13)

La estancia de Jordi y Merche estaba resultando especialmente “gozosa”, no nos equivocamos cuando los elegimos como amigos “muy” especiales, además de discretos eran tan amantes del sexo como nosotros, incluso más pero teníamos una carta todavía en la manga, mi amiga Ana y no nos decepcionó.

No nos privamos de nada, desde el primer momento pusimos toda la carne en el asador pero siempre hay un paso más que dar y lo dimos.

En un principio Ana me recibió con un gesto de reproche, sabía de la visita de nuestros amigos de Cadaqués y como le había comentado todo lo que hicimos en nuestra estancia en la Costas Brava con la pareja esperaba que la incluyéramos en las “reuniones”, Susana tenía un pronto un poco “difícil” aunque era un trozo de pan, a mi me preocupaba el encuentro de Susana y Merche, eran completamente el Yin y el Yang.

Sabía que la dulzura permanente de Merche podía chocar con las, a veces, reacciones cortantes de Susana, cómo yo la conocía no hacía el menor caso pues sabía que no había persona más dulce que ella (cuando quería, que era casi siempre) pero es que Merche era siempre una cucharada de miel, un algodón de azúcar, nunca ni en persona ni por teléfono le noté una mala cara o una respuesta un poco arisca.

No le quise advertir a Merche pero no hizo falta, nada más verse, la sonrisa de la chica menuda conquistó a Susana, era tal la dulzura que desprendía que era imposible no quererla desde el primer momento, lo cierto es que se “enamoraron” nada más conocerse, lo mismo ocurrió con Jordi, era muy amable y pronto conectó con mi amiga.

La expresión que hizo Susana al vernos a Merche y a mí no dejaba lugar a la duda, íbamos con unos minivestidos a medio muslo y con unos escotes que nos llegaban más abajo de donde terminaba el canalillo, Merche se podía permitir no llevar sujetador con lo que las curvas de las tetas parecían dos medias lunas, en cambio yo tuve que ponerme sujetador aunque era una preciosidad de prenda y en deferencia de la estatura de Merche calcé unas sandalias planas y ella otras con tacón.

La llegada de Susana fue espectacular, lucía una minifalda de cuero negro que apenas le cubría las nalgas y un top también negro y tan ceñido que le calcaban las tetas como una segunda piel, tampoco llevaba sujetador y para más efecto iba subida en unos zapatos de tacón de aguja de 16 cm. con su melena morena y los labios rojo fuego impactaba.  Los hombres quedaron boquiabiertos cuando se les acercó y en vez de darles los cordiales pares de besos los abrazó contra ella dándoles un morreo que los dejó sin respiración.

Nosotras nos reímos sin parar al ver la cara pasmada de los chicos, de allí salimos a cenar al restaurante de un amigo y paciente de Iñaki, estaba a las afueras y era especialista en pescado, nada más vernos nos acomodó en un reservado donde estuvimos más desapercibidos, nos sirvió toda clase de mariscos de la zona regados por un vino de Albariño (muy adecuado para el marisco).

A la cabecera de la mesa se sentó Susana, a los lados Merche y yo y a nuestro lado Iñaki con Merche y Jordi al mío, lo primero que hizo Susana fue proponer un brindis, nos levantamos con las copas llenas y pudimos apreciar lo guapas que íbamos todas pero de pronto Susana se puso seria, yo me atraganté con mi sorbo y muy despacio dijo…

  • ¡Que conste que estoy muy enfadada con vosotros cuatro!, mucho jiji, jaja pero no habéis contado conmigo para nada, sólo hoy como consolación me invitáis justo cuando ya os vais.
  • No sabes cómo lo sentimos, lo cierto es que se nos han pasado los días como un suspiro pero no te preocupes, cuando vengas a Barcelona te resarciremos adecuadamente.

Para más énfasis Merche le pasó la mano por la pierna hacia arriba hasta tocar el tanga y pasear la mano por su pubis.  La cara de Susana cambió radicalmente y dijo mirando a los ojos a Merche.

  • ¿Y porque no hacemos una cosa… en vez de esperar hasta no se sabe cuando podríamos aprovechar esta noche?, si no tenéis otros planes, claro.

Jordi y Merche aceptaron inmediatamente pero dejaron que opináramos nosotros, por supuesto nos pareció perfecto el plan.  Cenamos entre risas, anécdotas y por qué no decirlo con manoseos por debajo de la mesa.

Cuando terminamos fuimos paseando hasta casa, Susana se apoderó de los dos chicos, los abrazó por la cintura y ellos le pasaron los brazos por los hombros, Susana se preocupaba de rozarles con las tetas a cada momento y de paso les apretaba los cachetes del culo.  Nosotras íbamos detrás de ellos abrazadas y nos besábamos apasionadamente cuando no nos miraban.

Al llegar a casa los chicos prepararon unas copas, mientras nosotras fuimos a la habitación para ponernos “cómodas”, la vuelta al salón fue apoteósicas, los hombres apartaron la mesita baja para hacer sitio en el centro, las tres íbamos sólo con los tangas y los zapatos de tacón altísimos, en el centro del salón comenzamos a bailar y una a la otra fuimos quitándonos los tangas.

Susana parecía impaciente y cogió en alto a la pequeña Merche, le dio un beso en el que le incrustó la lengua hasta la campanilla y la dejó tumbada sobre la alfombra, le pellizcó los pezones con rabia, bajó entre sus piernas y las separó, su boca recorrió el coño de la chica que se retorcía de placer.  Susana era especialista en comer clítoris y Merche lo comprobó enseguida, le aplicó “el tercer grado” cuando le metió dos dedos en el coño a la vez que su lengua recorría de arriba abajo entre sus labios, no tardó nada en correrse, fue tan fuerte el orgasmo que por un momento se desvaneció.

Mientras tanto me senté en el sofá rodeada de los chicos, los desnudé en un segundo y los besé alternativamente, les cogí las pollas y las puse como estacas, ellos me atraparon una teta cada uno hurgando con los dedos en mi vagina y en mi culo, no tardé nada en correrme también aunque no tan fuerte como Merche, manché el sofá con mi corrida y los chicos me tumbaron separándome las piernas y uno en el coño y otro en el culo lamieron mis jugos y corrida.

Cuando Merche pudo reanimarse Susana probó las “habilidades” de Merche, ésta sin tanta “vehemencia” le hizo una demostración de cunnilingus que la misma Susana alababa entre gritos y gemidos, su orgasmo tampoco se hizo esperar y tirándose de los pezones, regó la cara de la mujer de Jordi.

Me senté en el sofá y Susana lo hizo sobre mis piernas, sentí la humedad que desprendía su coño todavía después de la comida de Merche, se escurría su flujo por los muslos pero no le dije nada porque delante de nosotros Jordi le propuso a Iñaki que se sentara en el sillón, Merche se arrodilló frente a él y le lamió los huevos y la polla no sin hacer un gran esfuerzo porque mi chico tenía la polla más gruesa que nunca, cuando ya la tenía como una barra de hierro se levantó y con el coño empapado se sentó sobre los muslos de Iñaki y se movió deslizándose por ellos hasta clavarse la polla de una vez hasta los huevos, lo folló como si no hubiera mañana.

Jordi no estuvo quieto, se arrodilló detrás de su mujer y le lamió el culo metiéndole dos dedos a Iñaki en el suyo, aprovechó que Merche se levantó demasiado, cogió la polla vacante y se la quitó a su mujer metiéndola en su boca.

Las dos estábamos excitadísimas, Susana me besó las tetas y metió un dedo y después dos en mi coño, no se conformó y haciendo embudo con todos los dedos logró hacer dilatar mi vagina hasta que entró hasta los nudillos, yo quise corresponderle y mis dedos fueron a su culo y vagina al mismo tiempo que mordisqueaba su cuello, su punto débil.

Mientras Jordi estaba relamiendo la polla de Iñaki de los jugos de Merche ésta se corrió de pie, abrazada a mi chico, él la sujetó besándole las tetas y acariciándola como a una muñeca mientras ésta se sacudía gimiendo lastimosamente, cuando se le pasó se retiraron los dos dejando a Iñaki con la polla vertical reluciente.  Susana no perdía detalle y al ver la verga de Iñaki vacante me dejó y fue hacia él, tiró de sus piernas dejándole recostado en el asiento del sofá con el culo en la orilla, subió sobre sus muslos de espaldas y cogiendo entre sus piernas la verga de mi chico la encaró en su culo.

Merche vino a mi lado y la abracé porque todavía estaba acalorada del orgasmo reciente, miramos la cara de Susana concentrada dejándose caer sobre el capullo grueso de Iñaki, en su cara se notaba los progresos de la polla en su esfínter y cuando se relajó supimos que acababa de entrar lo más difícil, aunque en Iñaki no era real pues el tronco era tan grueso o más que el glande, ya más relajada se dejó caer lentamente y con una sonrisa celebró el éxito, ya estaba empalada por aquella verga grandiosa.

Jordi delante de ellos se pajeaba manteniendo la polla larga en condiciones óptimas y cuando mi pareja le cogió las tetas por detrás, la atrajo hacia él y la besó en la nuca, todos vimos cómo los pezones se le marcaron y para Jordi fue la señal, se acercó a ellos y se incrustó entre las cuatro piernas.  Susana ofrecía su coño abierto totalmente y la polla, larga como una lanza, se dirigió directa al coño abierto con los labios menores mostrando la entrada y el clítoris como baliza de llamada.

Jordi no erró, directamente apoyado en los hombros de mi amiga le fue metiendo lentamente su polla hasta la mitad, luego mirando a los ojos de la empalada le clavó el resto de un sólo golpe, Susana gimió, acababa de cumplir su fantasía, la estaban follando dos polla a la vez y ella misma fue la que inició el movimiento oscilante metiéndose las dos al mismo tiempo.

Los huevos de los hombres chocaban entrando y saliendo de Susana, Jordi con una mano acariciaba el clítoris que se presentaba solitario entre los labios abiertos de par en par, Susana levantó las piernas del suelo y logró que todavía entrara algún centímetro más de carne dura pero no se conformó con eso, le dio un beso en la boca a Jordi de premio y le dijo que saliera, quería aprovechar el tiempo y se levantó sacándose a Iñaki de adentro, dio la vuelta y volvió a sentarse sobre él pero ésta vez de cara, la polla de Iñaki se abrió paso agrandando la vagina todavía más pero en su culo y con cierto relax recibió la larga lanza de Jordi.

Entró suave pero interminable, ya creía que estaba llena cuando pasó la mano por detrás queriéndole tocar los huevos y descubrió que todavía le faltaba casi la mitad, Jordi se lo mostró de un empujón y el grito lleno la casa, ésta vez fueron los hombres los que se movieron, cada uno a su compás la sacudían de adelante hacia atrás como una muñeca de trapo, a veces coincidían en el movimiento y parecía que estaba cabalgando al recibir los dos miembros a la vez.

El orgasmo de Susana fue explosivo, a las pollas empapadas de espuma blanca del flujo de Susana se añadió la regada que les propinó, el sofá se mojó y el suelo recibió el charco que la chica descargó, todavía tardó en levantarse pero cuando lo intentó Jordi la sujetó de las tetas y Iñaki lo hizo por las nalgas, entonces empezó la carrera de los dos hombres a ver quién se corría antes y mejor.

Merche y yo alucinadas asistíamos de espectadoras de lujo, nos pusimos de rodillas detrás de los culos de los tres y cuando llegó el momento Iñaki le dio una palmada en el culo a Susana para que se levantara, lo hizo e inmediatamente las dos pollas apuntaron hacia nosotras, dos mangueras escupiendo leche a la vez nos llenaron las tetas y el pecho, Susana vino a nuestro lado y nos lamió los pezones a la vez que repartía el semen por todo el cuerpo.

Un estallido de orgasmos chillidos, gemidos y jadeos a coro llenaron el piso pero cuando todo pasó un silencio demostró que estábamos agotados, nos fuimos a acostar, Iñaki y yo lo hicimos en la habitación de invitados porque les dejamos la cama grande a los tres que se fueron juntos.  Conociendo a Susana no acabaría allí la noche, seguro que conseguiría algún orgasmo más.

Por la mañana desayunamos desnudos como siempre, después nos fuimos a la ducha, Merche vino conmigo, las dos intercambiamos “ fluidos” como colofón a la fiesta pero Susana se duchó con los dos hombres, entre los dos cumplirían la otra fantasía de mi amiga, en la estrechez de la ducha Iñaki tuvo la deferencia de meterle la polla en la boca y dejar el culo para la delgada polla de Jordi.

Los dos se encontraron dentro del cuerpo caliente de la morena, las tetas las tenía llenas de moratones y los labios del coño rojos de irritación pero no por eso despreció la doble penetración que le propinaron los dos hombres, ellos también le tenían ganas a Susana, la eyaculación fue controlada y por la boca y el culo derramaba leche en abundancia pero después de un enjuague salió sonriente y feliz.

Según habíamos acordado fuimos “esclavas sexuales” de nuestros chicos, los complacimos en todo lo que quisieron, en realidad era un mutuo acuerdo por el que ellos también se adaptaban a nuestros caprichos, desde el primer día estuvimos en un estado de alto voltaje, follando a placer sin ningún límite ni tabú.

Al despedirnos prometieron volver a juntarnos y por supuesto invitaron a Susana a su casa de Barcelona para que pasara unos días con ellos, mi amiga aceptó encantada, había quedado muy contenta con la “fiesta” y estaba encantada con sus nuevos amigos.

Cuando llevamos a la pareja al aeropuerto de vuelta Iñaki le regaló un ramo de violetas a Merche, fue lo que colmó el vaso, un chorro de lágrimas empañaron los siempre alegres ojos de la vivaz Merche, me lo contagió a mí cuando nos abrazamos, no pudimos aguantarnos y delante de todos nos comimos las bocas, ellos se abrazaron jurándose que no tardaríamos en juntarnos otra vez, Jordi me abrazó pegándome la polla entre mis muslos, yo me apreté contra su pecho, noté como se restregaba contra mis tetas y al momento se le ponía la polla dura.

Merche tuvo que auparse para besar a Iñaki, él le cogió la cara por las mejillas y le propinó un beso cariñoso en los labios, ella con el ramillete en la mano le agarró la bragueta sujetándole la polla y bajándola para descubrirle el capullo, el efecto fue inmediato cuando se separaron los hombre marcaban una erección más que exagerada.

En los días siguientes de lo único que hablábamos era de Merche y Jordi, un día cenando en casa en la conversación entró también Susana que pese haber llegado a última hora no quedó descontenta de nadie, nos confesó que la sensación de tener dos pollas en el cuerpo sólo podía ser superada por… tener tres, nos reímos a gusto con la salida de Susana.

Mi amiga se deshacía en elogios a Merche, le encantó la chica, se arrepentía un poco del trato que le dio la primera vez, convinimos con ella de que había sido un poco brusca sin conocerla pero ella nos convenció de que había gozado como una loca hasta perder el sentido.

De Jordi dijo que también le había impresionado, el chico se cuidaba y tenía un cuerpo envidiable, nada más verlo supo que lo iba a follar a lo salvaje y lo hizo, se corrió con él muchas veces y cuando le metió dos veces la polla por el culo lo saboreó como si fuera la primera vez, a Iñaki lo conformó diciéndole que su polla todavía era mejor por lo que la llenaba y de paso se sentó sobre una pierna de él y le besó la oreja, Iñaki siguiendo la chanza le cogió una teta y le pellizcó el pezón.

Las bromas se fueron sucediendo y al final Susana le sacó la polla y se la puso dura como a ella le gustaba, entre risas por mi parte y manoseos a las tetas de ambas Iñaki se calentó y escupiendo en el capullo puso a Susana contra el sofá y se la metió por el culo para reafirmar su “ventaja” sobre la de Jordi, por lo menos en grosor.

Susana medio en broma medio en serio gritaba al notar aquella berenjena entrar sin compasión ya que yo lo animaba para que no dejara nada afuera, cuando Susana se corrió le puse la mano en el coño y me mojó toda, me demostró que no es acaparadora y se quitó para que mi chico me follara mí, prefirió por el coño y abrió los labios empujando con el capullo, no tardó en encontrar el agujero húmedo y me hundió con la misma fuerza la polla, Susana me “atacaba” el clítoris y entre los dos me procuraron un orgasmo brutal, luego como nos gusta nos regó de leche las tetas a las dos que esparcimos de lado a lado.

La vida laboral nos absorbió al volver de las breves vacaciones, mi amiga Susana volvió a su tienda de decoración, siempre ha tenido mucho gusto y visión artística, además de los artículos que vendía en la tienda a veces recibía el encargo de decorar una casa o estudio, por eso no nos extrañó que estuviéramos bastante tiempo sin saber de ella, cuando por fin le llamé interesándome por ella me dijo  que no podía atenderme, que me llamaría en el momento que estuviera libre.

No me preocupé porque habían momentos en que en la tienda esperaban varios clientes para qué les atendiera pero cuando me llamó por la noche le noté algo extraño en su forma de hablar, me dijo que tenía que contarme algo importante, me puse alerta enseguida porque conocía desde niñas a Susana y para ella “ algoimportante” lo era de verdad.

Me contó que había atendido a un cliente especial, era arquitecto y quería montarse un despacho, la idea era en una casa antigua del centro con unos grandes ventanales para tener mucha luz, el proyecto la ilusionó mucho porque representaba un espaldarazo a su profesionalidad y por otra parte le había gustado el cliente, de una educación exquisita, una buena planta, muy bien vestido y casi lo más importante, unas manos con unos dedos largos muy bien cuidados (cómo me gustaban a mí también) , a todo eso se podía añadir que olía un perfume muy viril sin ser estridente y su voz según ella la comparó a la de Iñaki, grave y pausada.  Yo enseguida la corté…

  • ¿Y no te lo has follado?
  • Jajaja, ¡cómo me conoces!  Claro que sí, a la segunda entrevista me propuso ver el piso, estaba sin amueblar preparado para qué entraran los pintores con las directrices que yo les diera.
  • ¡Cuenta, y qué pasó!
  • Jajaja, te veo interesada.
  • Interesada y mojada ya.
  • Imagina cómo estaba yo, iba vestida bastante “discreta”, bueno… ya me conoces… falda larga estrecha pero sin sujetador y la blusa un poco despasada, el estar a su lado ya me ponía caliente, se me cayó el bolígrafo dos veces que él recogió galantemente, nos encontramos a medio camino y su mirada estaba las dos veces en mi escote holgado que enseñaba hasta las areolas.
  • Uf, ¡qué nervios! ¿y qué pasó después?
  • Pues nada, que sin querer moví una escalera de pintor y le manché el traje de blanco, instintivamente intenté sacudirle el polvo pero… la mancha no estaba en el mejor sitio, o sí, pasé la mano por la bragueta y me encontré que no se notaba nada, a la segunda pasada seguí más abajo en el camal del pantalón y ¡oh sorpresa!, pegada a la pierna izquierda colgaba la polla más larga y gruesa que conozco.
  • ¡Madre mía!  Lo estoy imaginando, qué apuro.
  • Eso creí yo pero él me miró a los ojos y me quitó la mano de la polla y la llevó a mi teta, me atrajo hacia él y me besó de una forma que los pezones le arañaron el pecho.
  • Susana me tienes en ascuas, sigue por favor.
  • Como no habían muebles y estaba todo diáfano me empotró contra la pared, le solté el cinturón y los pantalones le cayeron al suelo, me levantó como una pluma y me subí la falda a la cintura, con los dientes tiró de mi blusa y la rasgó, las dos tetas saltaron frente a su cara, ya las conoces…
  • Sí, si las conozco bien, deliciosas del todo.
  • No me quité las bragas porque él las ladeó y metió la verga de un empujón, la tenía arqueada hacia arriba y sin prepucio, cerré los ojos para no ver aquella enormidad pero cuando me fue bajando sentí como me llenaba de carne caliente, me mordió los pezones antes de tocar el suelo y ya tuve el primer orgasmo, lo mojé todo, creí que me moría de vergüenza pero él solamente sonrió.
  • ¡Qué barbaridad, quedarías empalada!
  • ¡Y tanto casi no podía respirar!, notaba la polla  tocarme hacia adelante dentro de mí de la curva que tenía, cuando la metía y la sacaba parecía un cuerno de rinoceronte, me colgué de su cuello para que no me rasgara el coño y lo besé.
  • ¡Con una polla como esa, te haría daño!
  • No, qué va, me corrí otra vez al mismo tiempo que él, no aguantó mucho, por un lado quedé desilusionada porque imaginaba que me pediría el culo pero por la otra aliviada porque de pie con aquella estaca me habría colgado como en una percha.
  • ¿Y qué pasó luego?
  • Nada, me arrodille y le comí la polla para que siguiera follándome pero se le hacía tarde para una reunión y sólo pude ponerla a media asta.
  • ¿Y no habéis quedado más veces?
  • Sí pero se ha ido a una convención en Alemania y a revisar unas obras que tiene muy importantes, cuando vuelva ya le tendré preparado el proyecto de su estudio, espero que le guste.
  • Con la follada que te ha dado, seguro.
  • Si lo hace seré yo quien lo folle a él, jajaja.

No tardamos en recibir noticias de la pareja de Barcelona, nada más llegar llamaron para contarnos que el vuelo había sido bueno y para agradecer nuestra hospitalidad, en las siguientes ocasiones hablamos ya comentando lo bien que  lo habíamos pasado.

  • He quedado encantada con Iñaki, es todo un caballero, me hizo llorar con el detalle de las violetas, no sé como acertó, son mis preferidas, y follando es todo un semental, su polla gorda me trae por la calle de la amargura, me llenaba de tal forma que tenía que hacer esfuerzos para tragarla y no digamos por el culo…
  • Pues no te cuento la sensación cuando me metió tu marido la suya por el culo, creí que no acababa nunca.
  • ¿Qué te la metió entera?
  • Enterita y de un golpe.
  • ¡Qué bruto, mira qué se lo tengo dicho!, poco a poco y pregunta primero pero es que…  ¡Luz tienes un culo que…!
  • Normalito, no como el tuyo claro, Iñaki me lo recuerda siempre, “el culo de Merche es para no parar de follarlo”, ya ves, jajaja.
  • ¡Uy! pues si oyeras a Jordi con tus tetas, chica, lo tienes hipnotizado, creo que sueña y todo con ellas.
  • ¡No será para tanto!, normalitas…
  • Eso no me lo digas a mí porque me las comí muchas veces y cada vez están mejor, jajaja.
  • Tenemos que repetirlo pronto, la próxima vez lo organizaremos mejor, por supuesto no me olvidaré de Susana, no veas lo que disfrutó y si tengo suerte llamaré a un amigo, es una maravilla de hombre, te encantará como folla también, nosotras estamos encantadísimas con él.
  • Tomo nota, otra polla siempre es bienvenida.

Las llamadas eran casi semanales, a veces se ponía Jordi y siempre salían mis tetas a colación, si estaba Iñaki le comentaba lo bien que follaba su mujer y los dos estaban de acuerdo en todo.

Una tarde vino Iñaki con la cara rara, me miraba y sonreía, no sabía porqué pero parecía querer intrigarme, al final no pude aguantar y le pregunté…

  • Venga tonto, dispara que se te nota que tienes algo que decirme…
  • No es nada… es sobre aquello que me contaste del Club Liberal, hablé con un amigo de la infancia que vive en Bilbao, me ha dicho que conoce uno que es una maravilla, de toda confianza y súper discreto.
  • ¿Pero… él ha ido?
  • ¡Claro, es asiduo!, es soltero pero a veces va con una amiga que según dice folla como los ángeles.
  • No sé… ahora estamos bien, tenemos buenos amigos, lo pasamos de maravilla y nadie conoce nuestras costumbres, con Jordi y Merche fue el azar quien nos presentó.
  • ¿Y mi amigo Pedro?  Es mi amigo y no creo que os disguste.
  • Tienes razón pero Pedro es una persona excepcional…
  • Ya lo sé por eso no le puse peros y este otro amigo también es buena persona pero eso no quiere decir nada podemos ir por libre sin él, posiblemente ni nos lo encontramos y si quieres le digo que no vaya cuando lo hagamos nosotros y punto.
  • No hace falta tanto, si nos lleva con él nos trataran mejor y estaremos más informados.
  • Eso, de todas formas ya lo hablaremos, sólo ha sido una pregunta que le hice.

El caso es que quedó en eso, una pregunta simple pero a la semana Iñaki vino con noticias de su amigo, en el club organizaban una fiesta más especial de lo normal, según le contó era una fiesta de disfraces, en un principio me vino a la cabeza unos disfraces al uso más o menos eróticos, vestida de enfermera (sin problemas) y de cupletista o doncella del siglo XIX, en fin algo curioso y morboso, sobre todo para los hombres pero luego me aclaró que en realidad era más sencillo, en el club habían previsto para todos los eventos que organizaban toda clase de accesorios.

También le comentó que todos los días que estaba abierto ofrecían unas fiestas dedicadas a un tema, en ellas podía elegir y en la que más te sintieras atraída podíamos acudir sin problemas, el tema de la entrada estaba resuelto porque el amigo de Iñaki era socio bastante conocido y no hacía faltas referencias externas, una de las cosas que más se llevaban a rajatabla era la discreción y la seriedad porque todo era posible adentro pero con el consentimiento explicito de los clientes.

Le explicó, por encima, el ambiente reinante, había una sala con una barra con una ambientación que ya sugería intimidad y complicidad donde los clientes se conocían y entablaban conversación, incluso los clientes que iban solos, mujeres u hombres podían entrar en contacto con cualquiera, después el siguiente escalón ya era una cosa privada entre ellos.

Las instalaciones al ser una clientela de clase media-alta era acorde al ambiente y el local estaba dividido en varios “ambientes”, estaban desde los de parejas, intercambio de parejas, tríos, (con hombres o mujeres), jacuzzi, sala oscura, incluso sala de bondage o también una sala con un tatami por piso que cubría toda la estancia donde se podía reunir mucha gente en una orgía total.

Habían cosas que por curiosidad estábamos casi convencidos para ir, lo del bondage la verdad es que no, era un tema que me negaba en redondo, en cambio  los cambio de pareja o tríos o incluso la sala oscura me daba un punto de morbo, no le contestó que sí pero tampoco nos negaríamos en redondo, si nos animábamos iríamos con Susana, estaba segura de que a ella también le causaría el mismo efecto que a mí.

Ya me imaginaba el efecto que haría yo vestida de enfermera o mejor todavía de criada con un delantal con peto por toda indumentaria, con las tetas saliéndose por los lados, aunque imaginaba que la iluminación sería tenue habría muchos ojos pendientes de mí, eso ya me ponía cachonda.  Se lo comenté a mi chico y él me dijo que a él también lo pondría a mil y seguro que también habría alguna madurita o jovencita con uniforme de colegiala merecedora de un buen polvo, el comentario me dio un poco de “celitos” sanos, morbosos, ya me preparaba para ver quien tendría más éxito de todos porque mi chico cuando mostrara su polla de gran calibre tampoco pasaría inadvertido.

Esta conversación la teníamos mirando por internet las páginas web de diferentes Clubs Swinger, queríamos ir “preparados” para dar buena impresión sobre todo al amigo de Iñaki, estábamos uno al lado del otro frente a la pantalla husmeando los servicios de varios clubes, lo cierto es que con las fiestas que ofrecían continuamente era tentador, había días dedicado a tríos, a desnudos, a trasparencias incluso el día de mayor actividad se podía recorrer libremente sobre todo los chicos, todas las estancias incluso “actuar” de voluntarios en el “agujero glorioso” donde sacaban la polla y cualquier chica (o chico) que le apeteciera le haría una mamada incluso con “final feliz” como anunciaba el programa.

La mano de Iñaki se posó sobre la mía que manejaba el ratón y lo hizo de una forma que sentí una descarga eléctrica, lo miré y lo vi mirándome las tetas con ojos de “cuanto antes”, al ofrecerme el ratón sus manos quedaron libresy me hizo señas de que me sentara sobre sus piernas en el sillón de la computadora, por el bulto que levantaba su bragueta sabía que aquello iba a tener un final “lógico”.

En previsión de posibles “accidentes” lo hice levantar y puse una toalla sobre el asiento, nuestras miradas se cruzaron, no hacía falta hablar, se quitó la ropa y yo hice lo mismo excepto las bragas, sabía que le hacía ilusión quitármelas y lo hizo cuando fui a sentarme sobre él, de espaldas frente a la pantalla, con los dedos corazón pasados por debajo de la cintura elástica tiró hacía abajo y las sacó por mis tobillos, para más claridad de sus intenciones las dejó colgadas de una esquina del monitor del PC.

Estuvimos ojeando páginas sobre tema de swinger, las había de todo tipo incluso miramos de otras ciudades por si habían novedades “regionales”, más o menos todas seguían los mismos cánones, lo que sí que notaba eran cambios entre mis piernas, la polla de Iñaki estaba dando señales de vida, entre mis muslos iba “llamando como una ariete” a la puerta de mi coño, por mi parte notaba la humedad que me producía pues no se contentaba con mirar sino que me tenía cogidas las tetas con las manos desde atrás, para indicarme algún detalle interesante no se molestaba con señalar la pantalla, sin soltarme el pezón alargaba la mano provocando que mi tetas se alargara como un embudo.

Quise provocarlo y busqué una página porno en el que habían tríos, intercambios y reuniones liberales, a mí también me hacía efecto la visión de aquellas escenas, me imaginaba por un momento en aquellas situaciones, aquellos momentos de “seducción” que aunque ficticios bien podrían ser reales y sentía entre mis piernas además del golpeteo del capullo caliente cómo mis labios estaban tan lubricados que habían despertado el clítoris.

Cuando una de aquellas pollas “enormes” se metía en un coño no menos hermoso quise ladear el monitor para que Iñaki pudiera ver mejor, me levanté un segundo pero cuando me volví a sentar noté como la polla de Iñaki ya vertical se abría paso entre mis labios que aunque cerrados no ofrecieron resistencia, él separó un poco los muslos y mi culo se clavó sobre su regazo metiéndome la polla hasta los huevos.

Eché la cabeza hacia atrás y me besó la nuca al mismo tiempo que pellizcaba los pezones, le contesté contrayendo los músculos pélvicos, estrujé la polla como lo hubiera hecho con la lengua, lo oí resoplar en mi espalda, le hizo efecto igual que él a mí.

La polla del tipo del porno se metía sin parar hasta adentro pero mi chico lo hacía igual o mejor, yo apoyada en el canto de la mesa me levantaba ayudada por las manos de Iñaki en mis tetas, me salía con cuidado y me dejaba caer de golpe, sabía que a mi chico le gustaba clavarla hasta el fondo de una tacada y a mí no me disgustaba.

Cerré los ojos gozando de aquella verga que empujaba la matriz hasta más allá de lo teóricamente posible, cuando abrí los ojos la película había acabado y anunciaban productos “milagrosos” para hacer crecer 7 cm. la polla, no me interesaba aquello, la que tenía taladrándome me bastaba y me sobraba por lo que decidí olvidarme del ordenador y me volví hacia mi hombre, di media vuelta y me senté sobre las piernas que con la silla giratoria me esperaban separadas y con la verga apuntando al techo.

Monté sobre ella como la mejor jinete del Far West, la polla entró si se quiere todavía más o es que como ahora era yo quien “administraba ” la cantidad y la dirección le sacaba más partido, buscaba el roce con mi punto G, rodeaba las paredes rugosas de la vagina procurando pulsar el frenillo de la polla contra todos ellos, Iñaki me cogió del culo y ayudó a saltar sobre él y pasé los brazos por su espalda para abrazarlo pegándome a él.

Fue un movimiento reflejo pero le marqué las diez uñas en la espalda cuando me corrí, me deslicé pegándome hacia él, pubis contra pubis, la polla desapareció entre los dos, era mía más que suya y me corrí escandalosamente, salté, lo arañé, lo besé y me oriné sobre él, sobre el sillón y hasta el suelo, con la silla giratoria aparecimos en el medio de la habitación en un “viaje” de puro placer.

Él no esperó, otras veces se retenía para que consiguiera otro orgasmo antes de correrse pero esta vez lo hizo cuando más profunda tenía la polla, su leche, mis flujos espumosos y mi corrida no cabían en mi vagina y salieron manchando más el sillón negro, lo reclinó al máximo y lo bajó a fondo, yo tocaba con la punta de los pies el suelo y sin darme cuenta “andaba” por la habitación mientras me corría, un reguero de líquidos quedaron como testigo de la ruta que hicimos.

Miramos el ordenador pero el monitor se había “cansado” de esperarnos y se había ido a “negro”, no nos importó y levantándonos perezosamente nos fuimos a seguir follando a la cama.

Continuará.

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