El secreto mejor guardado

No imaginé la sorpresa que mi mujer me había preparado, y lo mejor es la suerte que tuvimos ya que todo acabó tal como ella había deseado.

EL SECRETO MEJOR GUARDADO

En el terreno sexual nunca había sorpresas entre mi mujer y yo, los dos considerábamos personas liberales y sin tapujos a la hora de disfrutar de una buena sesión de sexo. En alguna ocasión habíamos practicado el intercambio con una pareja amiga y las ocasiones en las que más habíamos disfrutado era cuando hacíamos un trío con un vecino al que llamaremos Manolo y que gozaba además de nuestra amistad de los favores de mi mujer.

Antes de comenzar a contaros la última fantasía vivida dentro de mi matrimonio me vais a permitir que os detalle algo de como somos físicamente.

Mi mujer a la que llamaremos Ana tiene 48 años pero he de deciros que para nada los aparenta pues  es una mujer que gusta cuidarse todo su cuerpo y es de las que cuando pasa junto a algún hombre, este de media vuelta a piropearla y sobre todo decirle lo buena que está, para ella son siempre halagos. Es muy guapa, de pelo rubio y media melena, mide 1,65 de altura, tiene una talla de pecho 95 y tiene un culo muy vistoso del que le gusta presumir y unas piernas francamente bonitas.

Yo soy Antonio tengo 50 años y no es echarme flores pero también trato de mantener en todo lo posible mi físico, me cuido y practico algo de deporte que me ayuda a la altura de las circunstancias.

En el terreno sexual somos bastante activos, aunque yo diría que más bien bastante calenturientos, desde hace unos diez años y por motivos que ya iré detallando en otros relatos, terminamos iniciándonos en el tema del intercambio de parejas, como ya dije no con mucho éxito y sobre todo en el mundo de los tríos. A mi mujer le encanta ser el centro de atención en medio de dos hombres, le gusta coger ambas pollas con sus manos y llevárselas a la boca, primero soba una y luego la otra y no da lugar a que nosotros hagamos nada solo permanecer uno a cada lado de ella y verla como las engulle y las disfruta. Algo que solemos hacer cuando estamos los dos solos es tontear con que el próximo chico que llevemos a nuestra cama, sea para hacerme gozar a mí, yo nunca he tenido relaciones sexuales con ningún hombre, pero en nuestros juegos ella utiliza consoladores y alguna vez ha terminado introduciéndomelos por el culo y provocándome unos orgasmos que según ella dice se enteran todos los vecinos.

Era un martes de fin de mes y yo me encontraba en el trabajo como todos los días, Ana se estaba haciendo las tareas del hogar, o al menos eso creía yo pues esto formaba parte de la sorpresa que según me contó ella después le costó varios días conseguir que todo se cumpliera según su plan. En casa algunas veces entrabamos a través de internet en páginas de contactos y fantaseábamos viendo las fotos y los anuncios que publicaban otras parejas, por lo que ella sabiendo lo que buscaba, fue a tiro hecho a la página de contactos de chicos esperando encontrar aquel que se adaptase a unas normas que ella se había fijado. Estuvo chateando con varios y la verdad según me contó, unos iban como motos de salidos pidiéndole tener sexo por Cam, otros que para esta noche, etc. etc. siguió buscando y decidió cambiar de provincia, y al poner el nombre de una ciudad  cercana a nosotros, entro en la sala de chat y solo había en ese momento cuatro personas, tres hablaban entre sí y el cuarto permanecía sin escribir nada, así que Ana le envió un saludo y él no tardó un segundo en contestar, Ana me conto que se estuvo conectando tres días seguidos con él y que cada día le resultaba más amable y sincero por lo que se decidió a contarle todo su plan y que le gustaría que él formara parte del mismo.

Era jueves cuando al llegar a casa por la noche me encuentro a mi mujer vestida de lo mas provocadora (le gusta usar lencería)  había preparado una cena de las que luego acaban en polvo y una vez terminado todo me dice que no haga planes para el fin de semana, que ha visto una oferta en internet para pasar el viernes noche, sábado y regresar el domingo, y que necesitaba un cambio de aires, yo por mi parte nada que objetar, además estaba recién cobrado.

Llegamos al hotel sobre las nueve de la noche, y nos instalamos en la habitación, una ducha rápida, cambio de ropas y bajamos a cenar, Ana me dijo que mejor en un restaurante cercano y después a tomar unas copas, pues todo se encontraba en un centro comercial cercano al hotel y así no había que conducir después, me pareció bien y así lo hicimos cenamos y cambiamos de local para tomar algo. Bajamos unas escaleras y el local se encontraba casi a oscuras, tenía la luz necesaria para situarte y casi que nadie te viera desde sus asientos, solo había algo de luz en la parte central que parecía una pequeña pista de baile y en donde no había nadie, pues todo el mundo permanecía sentado o charlando en la barra. Nos pedimos unas copas y mi mujer dice que va al servicio antes de sentarse, se quita el abrigo y bingo ahora descubro porque durante la cena no quiso quitárselo. Botas negras altas hasta los muslos con un tacón de no menos de diez cm. Minifalda negra pequeñísima enseñando sus piernas que todavía parecían más provocadoras con las medias de red que se le veían debajo y hasta casi su culo, blusa blanca casi transparente sin sujetador y los botones abiertos que cuando se agachaba dejaba entrever sus pechos y yo no pude quitarle ojo durante todo el tiempo que la tuve delante, cosa que pasaba con todos los hombres por donde pasaba.

Estando solo, se acerca hasta mí un chico, me pregunta que si somos de allí y yo le contesto que no (el solo quería entablar conversación) y comenzamos a charlar hasta que llegó Ana, él al verla la piropeo pero con mucho respeto, diciéndole cosas agradables y que no nos molesto a ninguno de los dos y así es como se presentó y nos pidió que lo dejáramos de pagar él  la siguiente ronda.

Todo iba según lo habían planeado ellos y yo sin saber nada. El chico se llamaba Ángel tenía 27 años y estaba en una situación según nos dijo bastante triste pues acababa de romper con su pareja. Nos fuimos calentando con las copas y comenzaron a salir las intimidades de cada uno, nosotros le contábamos algo pero él no se cortaba en detalles y nos conto que ellos también practicaban tríos con un amigo intimo y que llevaba unos tres años de relación y que a veces también había mantenido relaciones con su amigo solo. En uno de los momentos solos que nos quedamos Ana y yo, esta me pidió que lo dejáramos de acompañarnos a nuestra habitación y a ver qué ocurría, le dije que si a ella le apetecía pues que adelante, la cosa ya se iba encendiendo  y entre copa y copa Ángel ya no dudaba en restregarse con Ana o echarme mano a la pierna, yo lo miraba pero no imaginaba los planes de los dos cómplices.

Llegamos a nuestra habitación y Ana como era normal en ella cogió las riendas se puso en medio de los besaba a uno y se daba la vuelta y besaba a otro, le cogí los pechos por detrás y cuando voy a meterle la mano debajo de la falda, noto que la mano de Ángel se me había adelantado estaba a un lado del tanga y le estaba metiendo los dedos en el coño, Ana habría las piernas facilitándole el trabajo, cogió mi mano y la puso junto a la de Ángel este le sacaba los dedos y me acariciaba a mí la mano invitándome a meterlos yo también. La desnudamos y nos tumbamos en la cama, Ana comenzó a desabrocharle el pantalón mientras él se quitaba la camisa, cuando se lo empezaba a bajar observé que no llevaba slip debajo y no pude apartar la vista al ver como debajo del pantalón salía una tremenda polla de no menos de 20 cm. Ana comenzó a tocarla y jugaba con ella pasándole su lengua y chupándole todo el tronco. Yo como pude me fui desnudando pues no quería perder ni un detalle, estaba con un calentón  impresionante. Ángel se inclinó hacia mí y me cogió la polla, la acariciaba suave, me gustaba era distinto me llamaba la atención ver la mano de otro hombre masajear mi polla, y mientras yo imaginaba se la metió en la boca uffffffffffffff que imagen Ana se la comía a él y él a mí, yo le tocaba las tetas o el coño a Ana según podía y aquello estaba a punto de reventar. Ana se puso a cuatro patas y la pidió a Ángel que la follara, la oía como gemía de placer a veces gritaba y le decía la polla tan buena que tenía y métemela hasta el fondo que la note toda dentro, imaginaros como estaba yo la polla dura y el cabezón queriendo reventar. Ana estando follada por Ángel me pide que me tumbe que me la quiere comer. Esa es la postura que cogemos cuando me la chupa y me introduce algún juguete en el culo, pero no le di mayor importancia, me la empezó a comer y mientras jugaba con sus dedos en mi culo, me unto un poco de vaselina que ya había cogido cautelosamente antes sin yo observarlo, y me fue metiendo un dedo, después otro hasta que tenía el culo abierto como ella me lo ponía cada vez que estábamos con nuestros juegos, y terminaba diciendo ya lo tienes pidiendo polla, pero esta vez iba a ser distinto, le dio un suave toque a Ángel y este dejo de follarla, pude ver como se la sacaba y joder como era de grande, tenía todo el cabezón rojo y mojado de la follada que le había dado a Ana, esta no paraba de comerme la polla y seguía con sus dedos, los fue sacando despacio y note como se acercaba Ángel por detrás yo me lo veía venir pero estaba como una moto y quería que pasara, así que me deje hacer, quería sentirlo y vaya si lo sentí. Ana me fue acercando la polla a mi culo note como se lo untaba con vaselina, quería que lo disfrutara yo y que no me provocara dolor, puso todo su esmero y notaba como jugaba con en centro de mi culo y la cabeza de la polla de Ángel, este cada vez iba empujando un poco lentamente, yo notaba como aquello quería abrirse paso a costa de romperme el culo, pero yo no decía nada solo quería que entrara, abrí todo lo que pude las piernas para facilitarle la tarea y por fin noté como su cabeza empezaba a abrirse camino, Ana cambio de postura y comenzó a chupármela mientras con cuidado guiaba a Ángel a seguir introduciendo cada vez un poco más, tuve que decirle a mi mujer que no me la chupara más o me correría por lo que comenzó a tocármela pero sin darme gusto y se dedico a observar cómo era penetrado, Entonces ella comenzó a decirme cosas increíbles que me ponían mas a tope.

Vamos métesela toda

Que la note hasta el fondo

Cariño eso ya no es un consolador

Que note como le follas el culo

Sácasela que quiero ver como le estas poniendo el culo

Y me metía los dedos y decía joder como lo tienes ya ni los notas. Yo me moría y les dije que me iba a correr. Ana se puso a mi lado juntando su cara a la mía y comencé a correrme por todo mi pecho, mi cara el pelo y cuando ya estaba terminando Ángel me mete todo la polla hasta los huevos provocando un grito de dolor mío, su polla comenzó a descargar dentro de mi culo y no paraba yo notaba como me llenaba por dentro hasta que ya no le quedo nada. Ana volvió a ser ella la que dictaba las normas y le pidió a Ángel que la sacara despacio para que yo me pusiera a cuatro patas dejando mi culo arriba pues quería vérmelo abierto y ver caer la leche por mis muslos. Yo notaba como resbalaba por mis piernas y otra vez Ángel me la pone y la vuelve a introducir, me dolía pero era increíble, otra vez estaba con la polla tiesa y la de Ángel aún no estaba  flácida por lo que la follada otra vez era de campeonato, Ana se metió mi polla en la boca y entre la follada de uno y la comida de la otra comencé a descargar en ella otro maravilloso polvo hasta que me saco la última gota, ahora se incorporó y comenzó a besarme con pasión metiéndome la lengua hasta dentro de mi boca, quería que saboreara mi propia leche y otra vez

Mira que burro estas

Te ha gustado como te han follado

Yo no necesitaras el consolador, pues seguro con el ya ni te enteras

Y cosas así, ahora se fue para la polla de Ángel, y ahora ya flácida se la metió en su boca, se tumbo boca arriba y comenzó a masturbarse y gritando: mira como me habéis dejado como una perra en celo, comenzó a correrse yo mientras le lamia el coño por donde podía y terminó mojándome la cara por la cantidad de leche que soltó ella ahora.

Esta fue la noche del viernes famosa que luego fueron contándome los dos con todo lujo de detalles. Y que terminó siéndome para mí de las mejores que he pasado, sin duda gracias a Ana mi mujer que conoce mis gustos y a la colaboración de Ángel nuestro querido amigo (ahora lo disfrutamos ella y yo) que aún seguimos manteniendo su amistad.