El secreto de papá

Mi primer relato, espero les guste.

Hola amigos mi nombre es Claudia (no real, ya saben por eso de seguridad), tengo 23 años, y vivo en la capital de México, debe decirles que después de pensarlo un poco me he animado a mandar mi historia, espero les guste y me manden mensajes ;)

Me describo, soy una chica guapa de 23 años, piel blanca, tersa y suave así como a los hombres les gusta =D, tuve la suerte de ser delgada, y bien proporcionada (si no es q muy bien), tengo un hermoso par de senos que me encanta, ya que aunque no son muy grandes son redonditos y caben perfectamente en las palmas de mis manos, cintura pequeña, cara bonita, con pecas en los hombros, no muy alta, apenas 1.65 aprox, con unos ojos color miel que mi papi me heredó, unas hermosas piernas algo delgadas pero con bonitos muslos y lo que más me gusta de mi misma, un culito redondito y bien parado que con pantalones apretaditos llama la atención de muchachos y señores por igual y una que otra señorita =D

No hace falta decir que en la escuela me iba bien con los compañeros, pero la verdad nunca me he sentido tan atraído por ellos, poco a poco y después de algunas relaciones con algunos de ellos me di cuenta de que me atraían más los hombres mayores, y cuando puse más atención noté que me gustaban más los que se parecían a mi papá.

El darme cuenta de esto al principio me impacto bastante, todos los sentimientos y remordimientos que pueden caber en una persona normal, pasaban por mi mente, sin embargo era cada vez más frecuente la cantidad de vez en que fantaseaba teniendo relaciones con él.

Mi padre no era un modelo como muchos de los que suelen describir en varios relatos, pero para mí siempre había sido el más guapo de todo el mundo, actualmente tiene 44 años, de piel blanca igual que yo, alto, alrededor de 1.80, medio calvo, con un bigote y una barba que le dan un aspecto muy masculino, un poco pasado de peso, pero aún con músculos que revelan el hecho de que alguna vez jugó futbol americano, con una hermosa barriga y un trasero aún duro y paradito, y todo esto cubierto en una muy sexy capa de vello café claro que le da un toque muy rico y sensual.

Haciendo memoria, recordaba que en varias ocasiones había tenido la oportunidad de verlo casi desnudo, en toalla, en bóxers, en trusas o en traje de baño, este ultimo mi favorito ya que el traje se le pegaba bastante mas con el agua y podía adivinar sus genitales, los recuerdos que más me gustan son una ocasión en que un domingo viendo una peli juntos estaba en pants y lo vi como se acomodaba su paquete que se le marcaba todo, mientras yo estaba sentada a su lado, o cuando un día en la playa salía de la alberca y yo iba llegando, pude ver como sacaba de su culito peludo el traje antes de correr a abrazarlo por detrás y darle un beso en la nuca.

Él siempre fue bueno conmigo, decía que me amaba más que nada en la tierra, y siempre me trató muy bien, cuando era más pequeña siempre jugaba conmigo, me dormía abrazándolo e incluso me bañaba con él, siempre trataba de cumplir mis caprichos de niña mimada ya que aunque no éramos ricos, teníamos la suerte de que era dueño de la casa que le dejaron los abuelos al morir y poseía un trabajo que aunque le demandaba mucho tiempo al menos no nos preocupábamos por tener un ingreso constante, a estas fechas vivimos él y yo solos, esto por que mamá nos abandonó después de innumerables discusiones que nunca alcancé a entender y en una ocasión, al preguntarle directamente la causa, él sólo miró hacía el piso y con lágrimas me dijo que no podía decirme las razones, pero que podía estar segura de que nunca había tenido ninguna aventura con ninguna otra mujer. Al ver la tristeza que mi pregunta le había provocado me sentí culpable y solo pude abrazarlo y dejar el tema por la paz.

Después de que ella nos abandonó el sufrió bastante, pero para mi sorpresa se recuperó más pronto de lo que yo esperaba y comenzó a salir de vez en cuando con sus amigos a tomar un trago, esto pasó cuando yo tenía alrededor de los 18 años, para entonces yo ya me encargaba de varias de las tareas de la casa, pero cuando él podía me ayudaba a recoger, lavar trastes y todo lo rutinario.

Pasó entonces que en una ocasión cuando yo tenía 18 años, me avisó enviándome un mensaje de texto que saliendo del trabajo iría con sus amigos a ver el futbol a un bar en el centro, aquel día me sentía especialmente caliente y ya para entonces había notado lo mojada que me ponía al pensar en él, fue entonces que me metí a su cuarto el cual nunca cierra y desnuda me acosté un su cama mientras me acariciaba todo el cuerpo pensando que era él quien me hacía todos esos cariños. Entonces una idea cruzó mi mente y busqué en su ropa sucia rápidamente, encontré sin problemas mi objetivo, una trusa usada, nunca antes se me había ocurrido algo así, la lleve conmigo a la cama, pero ésta se me cayó al piso me agache por ella pero antes de levantarla pude ver que debajo de la cama había una caja de madera café, tenía un candadito pero éste estaba abierto, pensé que por error se había olvidado cerrarlo bien.

Con la curiosidad poseyéndome abrí rápidamente la caja y vi dentro de ella un vibrador color carne y un consolador morado de buen tamaño ambos, ya los conocía pero por que los había visto en unos anuncios de tiendas sex shop que me habían mostrado mis amigas, pero lo que me turbó era el por que se encontraban ocultos en una caja que tenía candado y que seguramente se abría constantemente.

Al pensar mucho en ello recordé de pronto una de las peleas que habían tenido mis padres antes de separarse. Yo tendría alrededor de 8 años, cuando me asomé a la puerta entre abierta del cuarto de ellos al escucharlos pelear, asomándome podía ver como mi madre sostenía en su mano ese mismo consolador morado y escuché que decía: "… Te he dicho que no dejes estas porquerías por ahí pervertido, la niña puede encontrarlas, para mí sería mejor que te la dejarás en culo todo el día antes de que ella lo encuentre".

Aquel recuerdo sólo trajo a mi más dudas de toda la situación pero en ese momento escuché el claxon del auto de papá, ya era tarde, no me había percatado de cómo había pasado el tiempo tan rápidamente, me apresuré a guardar los juguetes en la caja y traté de ponerla como estaba antes, también tomé la trusa y la guardé la metí en la ropa sucia mientras salía corriendo a mi cuarto.

Después de unos minutos mi padre tocó la puerta de mi cuarto:

– Preciosa, ya vine – dijo.

– Sí papi, salgo en seguida – contesté – me estoy poniendo la pijama

– Ok, veré que hay de cenar –

– Sip –

Tarde un rato en salir ya que tenía miedo de que mi rostro pudiera delatar el descubrimiento que había hecho pero después de algunos minutos me decidí no sólo a salir, sino a descubrir la verdad de todo aquello.

Continuara

Espero les guste el relato, aún tengo mucho que contar, espero sus comentarios, besos.