El secreto de mi cuñada (Capítulo 17)

La cara de Igor al ver enfrente a mi mujer es digna de enmarcar y me encanta fabricar esta perversa venganza, darle su merecido, además de volverme a follar a su mujercita

CAPÍTULO 17

Supongo que por la cabeza de Igor están pasando demasiadas cosas, tal y cómo yo había planeado desde un principio. La primera, haber disfrutado de una buena mamada, de forma aparentemente improvisada, pero al mismo tiempo con una gran contradicción, de descubrir atónito quien se la ha hecho, ya que se trata nada menos que de su cuñada…  logrando hacerle sentir más culpable aun, pues ha quedado en evidencia. Al mismo tiempo veo la carita de Marel, que también parece de alucine total y creo que le cuesta hasta creer lo que acaba de suceder. Yo, todavía estoy alucinado de que todo esté saliendo tan bien.

-        Eres un cerdo. ¿Cómo me has hecho esto? - añade ofendida mi mujer poniéndose de pie en su mejor pose dramática, que hasta me parece como si realmente se sorprendiera de encontrarse cara a cara con su cuñado.

-        Mar.… yo... – intenta él hablar totalmente aturdido.

-        ¿Y cómo le haces esto a mi hermana? - añade ella, en plan “cabreo total”, siguiendo nuestro perverso plan.

-        Yo... pero... tú... - tartamudea él.

-        Desde luego, mientras ella está trabajando duro tú estás aquí y te la acabo de chupar, Dios, qué asco, Igor... - dice ella retirando restos de semen de su boca, con aparente indignación y repugnancia.

-        Mar...  - intenta explicarse de nuevo mi cuñado, pero ella le interrumpe una vez más, sin dejarle replicar demasiado.

-        No me creo que le hayas hecho esto a mi hermana. Eres un cabronazo.

-        ¿Pero tú? - dice él, queriendo ponerle a ella en evidencia.

-        Yo tengo el permiso de Aritz y me puedo follar o se la puedo chupar a quien me plazca, ¿pero tú?... joder, no creo que tengas el permiso de Marel. ¿Me equivoco?

-        No... yo…

En ese momento Igor debe estar recordando cuando le comenté que Mar y yo tenemos un acuerdo tácito de darnos libertad y hacemos una vida sexual totalmente abierta y ahora él es el único pecador, tal y como yo quería dejarle, como la mierda que es y en donde se merece estar.

-        Verás cuando se lo diga. - añade Mar poniéndose de pie dispuesta a irse.

-        No, Mar. - dice él sujetando su muñeca.

-        ¡No me toques, joder! – protesta ella airada retirando su mano.

-        No puedes hacerme esto.

-        ¿Seguro? Yo lo tengo claro. ¿No quieres que le cuente a mi hermana que eres un cerdo, que te la acabo de chupar y que te has corrido en mi cara? Porque además, estoy segura de que ni siquiera sabe que has venido a esta fiesta.

-        Pero tu marido… me ha invitado.

-        A mi marido no le metas en esto. Desde luego él habrá intentado querer poner algo de racionalidad o paz en vuestra relación, con toda su buena fe, pero vas tú y se la devuelves a mi hermana de esta manera traicionera y vil.

-        Yo…

-        Además, traicionas la confianza de Aritz una vez más, que de seguro que si se entera de esto... uf, no lo quiero ni pensar.

Yo no estallo a reír, porque no quiero ser descubierto, pero mi mujer está desarrollando su papel a la perfección. Luego, tras limpiarse esos restos de semen que aún le quedan por sus tetillas y tirándolos con cara de asco, continúa:

-        Para que te quede claro, Igor… Aritz ha demostrado ser mucho más hombre que tú en todos los sentidos… y no hablo de ser más macho, que evidentemente también lo es… y no un machista asqueroso como eres tú, aunque no sé si todavía entiendes la diferencia entre una cosa y otra...

-        Sí… - intenta hablar mi cuñado, pero ella le corta con su tono enfadado.

-        Para empezar, para ser un hombre hay que ser alguien íntegro, empático, comprensivo, leal, atento, romántico, caballeroso… no creo que cumplas ni uno solo de esos requisitos… ni uno solo, por eso Aritz es un hombre que se viste por los pies y tú vas a ser toda la vida un troglodita.

Mi mujer se despacha a gusto, pues además de planificar mi venganza, está soltando lo que ella misma ha querido siempre decirle a la cara y todo eso, aun estando fuera de nuestro guion, me demuestra la gran mujer que es… y por qué la quiero cada día más.

-        No me dejas más remedio que contarle esto a mi hermana y por supuesto a Aritz. Me parece una traición en toda regla. Todavía no me creo que te la haya chupado.

-        No, no, Mar, déjame que te explique…

-        A mí no me tienes que explicar nada, en cambio sí le debes una explicación tanto a Aritz como a Marel y de todos modos, yo se lo diré claramente, a pesar de que les voy a dar el gran disgusto a ambos.

-        No, Mar, por favor… haré lo que me pidas. – añade él, pero esta vez en un tono mucho más suplicante, además de notarse cierto temblor en la voz.

Ella se queda pensativa, aunque, según lo que hemos hablado, tiene muy claro lo que va a decirle. Tarda unos segundos bien pensados y afirma:

-        De acuerdo, no le contaré nada a mi hermana ni a mi marido, pero te pongo con dos condiciones que tendrías que aceptar sin rechistar.

-        Dime.

-        Primero, que empieces a tratar a Marel con el máximo respeto, el que ella merece, además de dejarla total libertad para hacer lo que quiera, que no estés encima de ella todo el día, ya me entiendes.

-        Pero…

-        Sin imponerle ninguna objeción. Ella no puede estar controlada por ti a cada momento, mi hermana es una mujer libre, no sé cuándo te vas a dar cuenta de eso y no quererla atar como si fuera una yegua, con esa manía persecutoria obsesiva, casi sicópata… diría yo. Por cierto, ya me dijo Aritz que montaste una buena en la oficina…

Igor permanece callado pero acaba afirmando, aun en shock.

-        Sí, bueno, se me fue un poco la pinza.

-        ¿Un poco?

-        Vale, me pasé tres pueblos, pero joder…

-        No, no intentes darle una explicación a algo que no la tiene, ni a que humilles así a mi hermana, haciéndola pasar una enorme vergüenza en su propio trabajo, no lo voy a permitir, ¿Me entiendes?... por eso, si no quieres que le cuente lo que acaba de suceder, la primera condición es que empieces por respetarla, por dejarla vivir. ¿Aceptas o no?

Igor está contra las cuerdas y conociendo bien a Mar, sabe que si no cumple su parte, ella sí que cumplirá su palabra. Igor tarda un rato en pensarlo, pero al final acaba cediendo.

-        ¿Y la segunda condición? – pregunta entonces él.

-        La segunda es que no folles con tu mujer en lo que queda de año.

-        Pero... ¿qué dices?, ¿has perdido la cabeza?

-        Tu cabeza es la que está perdida, Igor… y todavía no sé cómo alguien no te la ha pateado o te la ha partido hasta ahora.

-        Pero eso que dices es una barbaridad, Mar. ¿Cómo voy a estar todos estos meses sin sexo con mi esposa?

-        No hay negociación posible. ¿Vale? Lo tomas o lo cuento todo, que has venido a esta fiesta y que te has corrido en mi cara, así de simple.

-        Mar… yo… no sé a qué viene eso.

-        ¿Te parece poco? De momento tienes que cumplir tu primera condición, me lo tienes que demostrar, primero que la quieres y que eres capaz de cualquier cosa por recuperarla de verdad, incluso sin tener sexo con ella… si no eres capaz de renunciar a eso… pero bueno, ese respeto y ese cambio de actitud se lo tienes que demostrar sobre todo a ella.

-        Pero…

-        Te he dicho que sin peros... y no hagas trampas porque le preguntaré directamente a ella. Voy a controlarte, cabrón. Esta vez no le vas a hacer más daño a mi hermana. ¿Te queda claro? – añade Mar disfrutando como una niña con esa perversa venganza.

En ese momento Mar, muy airosa, da por hecho que el otro va a cumplir esas promesas y le deja sólo, aun abatido mientras ella se encamina hacia nosotros con su garboso caminar y el sonido de sus tacones, guiñándonos un ojo cuando pasa por nuestro lado. Una vez me siento más que orgulloso de mi inteligente y preciosa esposa.

Marel, que ha observado toda la escena boquiabierta, sigue paralizada, supongo que le cuesta asimilar que eso es una venganza en toda regla y no una infidelidad oculta, como ha hecho ella hasta ahora con su esposo, porque Igor merece más que el hecho de ser engañado de forma oculta, el mínimo sufrimiento que ella ha padecido constantemente, habría que hacérselo pagar con creces a él, aunque harían falta varios siglos para conseguir superar las cabronadas de este asqueroso tipejo… el caso es que con este plan, creo que ha sido una buena manera de empezar a demostrarlo.

A continuación, tras haber permanecido un par de minutos pensativo, es Igor el que se encamina hacia nosotros y al pasar a nuestro lado, se queda sorprendido al verme y tarda un rato en reaccionar, para después saludarme.

-        Ah, hola Aritz.

Se le nota todavía aturdido, incluso no se esperaba verme allí, aunque no sabe que he visto toda la escena de cabo a rabo y por ende su esposa también, que sigue agarrada a mi brazo alucinando y temblando, en una mezcla de sensaciones que deben invadirla. Todo está minuciosamente planificado, para que ahora él vuelva a sentirse mal, por el solo hecho de verme allí. A su mujer, lógicamente no la reconoce.

-        Hola Igor, ¿Te estás divirtiendo? - le pregunto sibilinamente a ese cerdo.

-        Sí. - responde tímidamente

Él, que todavía no debe estar centrado en lo que acaba de suceder e ignora que yo sé qué mi mujer se la ha mamado, que lo he visto todo pormenorizadamente y mucho menos debe sospechar que todo esto ha sido idea mía.

-        ¿Te vas ya? - le digo mientras él mira el cuerpo de su mujer que lógicamente sigue sin reconocer, algo que resulta súper morboso y divertido a la vez.

-        Sí, creo que me voy para casa. - añade él cabizbajo pero admirando el cuerpo desnudo de esa supuesta modelo, que no es otra que su esposa oculta bajo esa máscara y ese cuerpo tatuado y lleno de brillos.

-        Vaya, qué pena, pues yo me voy a follar ahora mismo a esta preciosidad. - añado estrujando una teta de Marel, mientras él me mira sin sospechar nada, algo que hace que se me ponga más dura la polla.

Me agarro por detrás a mi cuñada y acaricio el contorno de sus curvas, restregando mis manos por sus tetas, delante de su marido mientras la muerdo ligeramente en el cuello y ella gira su cabeza hasta que su boca se encuentra con la mía y nos besamos con todas las ganas. Noto como la boca de Marel tiembla al sentir mi lengua enredada con la suya… sin duda está impresionada, pero tan excitada como yo por la situación y por ponerle una buena cornamenta a ese cabron, pero además delante de sus narices.

-        ¿Quieres ver cómo la chupa esta diosa? - le pregunto con toda la mala intención al palurdo de mi cuñado.

Igor se queda callado, pero sin duda quiere verlo... tras haberla visto actuar en el escenario y tenerla ahora mucho más cerca, sin duda es un espectáculo verla. Si él supiera de quién se trata realmente, de fijo que le daba algo…

Esta sensación no puede ser más morbosa y sé que lo es también para ella. Entonces, tras sonreírme, se pone en cuclillas delante de mí y se traga mi polla por entero, empezando a mamarla como ella sabe y la cara de asombro de Igor es de alucine cuando yo agarro a su preciosa esposa por la cabeza y me follo su boca con toda la energía, haciendo que su garganta resuene el eco de mis acometidas intentando coger aire mientras mi pubis choca contra su máscara una y otra vez. Ella traga sin rechistar, mientras yo sigo follando su boca.

-        Seguro que tu mujer nunca te la ha chupado así. – afirmo, al tiempo que sujeto la cabeza de Mar por su pelo y sigo follándome su boca de forma enérgica con movimientos contundentes de mi pelvis haciendo que mi polla entre hasta lo más profundo de su garganta.

Igor niega con la cabeza y veo como su pollita empieza a tensarse de nuevo. El muy cretino, se está excitando con la mamada que me está realizando su esposa y solo con eso estoy pletórico de excitación, sabiendo que no reconoce ese cuerpo y esa boca que está chupando mi tronco de esa manera. Es tanto el ímpetu de mis acometidas en su boca, que si sigo así me correré en poco tiempo, por lo que se la saco y la ayudo a levantarse alzándola para girarla cerca de mi cuñado, de la forma más rastrera, lo sé, pero que tanto puedo disfrutar por fin. Puede parecer cruel, pero él se merece el máximo castigo.

-        ¿Has visto cómo la chupa esta diosa? – pregunto.

-        Sí. – responde aún impresionado.

-        Pues porque no has visto como se traga ese culito mi polla... - añado con toda mi maldad – pero bueno, eso ya lo verás en otro momento - digo y me despido de él dejándole allí tirado agarrándome a la estrecha cintura de su escultural esposa para encaminarme hacia nuestra habitación del placer.

Sé que mientras caminamos en dirección al pasillo que da a las habitaciones, Igor debe estar observando ese culo de mi acompañante, sin sospechar quien es su dueña, que además se mueve lascivamente gracias a esos taconazos que lleva mientras ella no deja de mirarme y sonreír… yo acaricio su barbilla y el contorno de sus labios, que es lo único que se ve de su cara, excepto sus ojos.

-        ¿Qué te ha parecido, cuñada?

-        Uf, Aritz. – dice ella, suspirando.

-        ¿Ha sido fuerte?

-        Mucho, estoy como un flan... todo esto…

-        ¿Arrepentida?

-        No, no es eso, pero no sé si te has pasado.

-        ¿Tú crees?

Detengo nuestro avance para mirar a esos ojazos que me miran expectantes y es entonces cuando le explico:

-        ¿Te parece poco lo que te ha hecho él hasta ahora? Después de cómo te ha tratado ese cabrón, después de las humillaciones continuas y de su desprecio, por no hablar de cómo te ha engañado... esto se queda corto, te lo aseguro, preciosa- - añado yo.

-        No lo niego, Aritz, pero…

-        Mira, cariño, sé que todo esto te confunde y que tú no hablas por ti, porque eso es precisamente lo que siempre ha querido Igor, manipularte, que pienses y hables por él, que incluso te sientas mal por cada cosa que hagas, nunca te ha dejado hacer lo que tú querías… no es por comparar pero ¿me has visto negarle algo a tu hermana alguna vez?

-        La verdad es que no. – añade ampliando su sonrisa.

-        Pues eso, tú en cambio te has visto obligada a hacer lo que él ha querido siempre, manipulándote y no dejándote ser tu misma, te ha robado la personalidad, la dignidad… ¿Realmente es eso lo que deseas que siga ocurriendo? Es ahora tu gran oportunidad, para que vueles y cuando puedes empezar a ser realmente libre, poder hacer lo que tú quieras sin que nadie te diga lo que tienes que hacer y por supuesto, sin que te hagan tanto daño como hasta ahora, ¿No crees que Igor se merece, como mínimo, un aviso y un escarmiento cómo este?

Marel se abraza a mí, por esas palabras reconfortantes, pero que no son más que la pura verdad. Y eso que sin duda, mi cuñada no debe saber ni la mitad sobre su marido, porque estoy indagando en esa historia truculenta de Igor y descubriendo otras muchas cosas que no se parecen del todo a lo que ella sospechaba o conocía, que ya es bastante, pero en cuanto lo sepa… En fin, tengo ganas de contárselo todo, pero aún estoy recibiendo más información y espero hacerlo en breve y destapar esa vida oculta de Igor.

De camino a nuestra habitación las miradas de la gente que hay por los pasillos es sin duda de admiración hacia mi cuñada, con ese increíble cuerpo desnudo y haciéndoles recordar el espectáculo tan maravilloso que ha ofrecido, hace unos minutos en ese escenario, derrochando glamour en el show de la presentación de “Leuna”.

Algún aplauso se escapa a nuestro paso, incluyendo también algún piropo a ese cuerpo desnudo que camina a mi lado con su paso firme marcando el sonido de sus taconazos y haciendo que sus enormes tetas se muevan como flanes. Ella, además, sabe lucirse de una manera especial, contoneándose de forma sensual y sabiéndose admirada.

-        Cuñadita, estoy más que orgulloso de ti... - le digo amasando una de esas preciosas tetas de camino a la 669 observando los ojos envidiosos de todos con cuantos nos cruzamos a nuestro paso.

-        Y yo de ti, y sobre todo estoy orgullosa de esto – dice agarrando mi polla que se tensa al instante entre sus largos dedos.

-        Sabes que es toda tuya.

-        ¡Qué ganas de tenerla dentro de mí! - añade mordiéndose el labio.

-        Pues ahora, vas a tener la oportunidad, tú y yo solos… bueno y ese cliente tuyo tan especial, que disfrutará también, aunque de otro modo.

Llegamos frente a la habitación 669 en donde daremos rienda suelta a nuestra pasión y casi con las mismas ganas o más que la primera vez. Ambos estamos nerviosos, es como traspasar una puerta que nos lleva al paraíso, porque desde luego vamos a disfrutar al máximo.

-        ¿Preparada? - la digo agarrando su mano y la noto temblar

Veo que su pecho se hincha, cogiendo aire e intentando calmar sus nervios, antes de contestar:

-        Estoy nerviosa, Aritz, es curioso, acabo de hacer un show delante de un montón de gente y ahora estoy como un flan por hacerlo contigo, pero, además delante de mi cliente VIP.

-        Bueno, tú déjate llevar... le harás un buen regalo a ese tipo, que se ha dejado una pasta contigo, pero un regalo mejor para mí… yo sí que recibiré el mejor premio, que es tu cuerpo. - añado dándola un abrazo y fundiéndonos en un beso.

-        Y yo el tuyo… estoy demasiado enganchada a ti, Aritz, no quiero que esto se acabe nunca.

Con esas palabras, mi polla ya se ha puesto dura de nuevo y tras meter la tarjeta nos metemos en la habitación que por cierto no es muy grande, como ya había podido observar yo desde el otro lado, aunque no requiere de mucho, tan solo una gran cama que ocupa casi toda la estancia y ese gran espejo que, al otro lado, sé de primera mano que es como una gran ventana. Me pongo frente a mi cuñada y le saco la máscara, descubriendo de nuevo la extraordinaria belleza de su rostro y hace lo propio con la mía, mirándonos frente a frente y fundiéndonos en otro beso, esta vez pausado, sentido, mientras sus manos acarician mi nuca, las mías amasan sus redondas posaderas, para luego observar ambos nuestros cuerpos desnudos abrazados, reflejados en el espejo.

-        Hacemos buena pareja – me dice mi cuñada juntando sus rotundos pechos pegados a mi torso, mientras mis manos siguen amasando su culo.

-        Sí, que la hacéis. - se oye de pronto a través de un interfono, una voz notablemente distorsionada que nos asusta en principio.

Por un momento Marel y yo nos quedamos paralizados sin saber qué hacer, pues el hecho de no ver que hay al otro lado del espejo resulta bastante extraño... Sin duda su cliente VIP ha debido ponerse cómodo para situarse hace rato esperando nuestra llegada. Vuelvo a sentirme algo intranquilo, principalmente por desconocer la identidad de ese cliente VIP.

-        Estad tranquilos que yo desde aquí disfrutaré de vuestra pasión. Vosotros hacedlo como si yo no estuviese... - añade esa voz cacofónica.

-        ¿Nos oyes a nosotros? - pregunta Marel.

-        Por supuesto... alto y claro.

-        ¿Qué quieres que hagamos? - añade mi cuñada, esperando algún tipo de orden, sugerencia o capricho de ese usuario especial.

-        Sed vosotros mismos, yo os iré haciendo peticiones... - suena la extraña voz.

Seguimos abrazados por un momento, mirándonos fijamente o volviendo la cara hacia ese cristal, en el que nosotros sólo podemos ver nuestros cuerpos reflejados.

Entonces, Marel, me empuja para que quede sentado al borde de la cama, al tiempo que ella se arrodilla entre mis piernas, estimulada con ese exhibicionismo exclusivo para su gran cliente VIP que la ha seguido desde el principio de su trayectoria de Mayder, mucho antes de que yo mismo la descubriera... bueno, yo la conocí antes, al tratarse de mi cuñada pequeña, pero se puede decir que ese tipo conoce su cuerpo desnudo antes que yo, aunque la diferencia es que yo tengo la suerte de tenerlo en vivo y disfrutarlo de primera mano y eso me encanta.

Marel y yo volvemos a mirar al espejo, para ver nuestra imagen reflejada, pero sabiendo que ese anónimo estará seguramente desnudo y masturbándose expectante a nuestros movimientos. No niego que me produce un morbo añadido en lo de ser observados por ese voyeur al que nosotros dos no conocemos... y no niego que me gustaría ver su cara, ¿cómo será?

Noto la suavidad de la piel de mi cuñada entre mis piernas y cómo sus enormes tetas acarician mis huevos, rozándolos continuamente, mientras ella se contonea moviéndose sobre mí, al tiempo que da pequeños besitos por mis pezones y mi vientre y sus manos acarician mis brazos. Se lo toma con calma, porque ya no tenemos que echar un polvo rápido, robado y prohibido, como hasta ahora, el hecho de estar solos o casi, nos permite tomárnoslo con calma, de hecho debemos hacerlo para ofrecer nuestra mejor versión. Ahora es nuestro momento y lo vamos a disfrutar como nos merecemos, en una entrega total para nosotros dos y también para nuestro admirador secreto.

Mi polla está apuntando al techo y la mano de Marel agarrándola por la base, haciendo parecer que mi verga luzca más grande que nunca, mientras que su pequeña mano comienza a pajearme lentamente, mientras sus labios se posan por mis abdominales. Luego gira su cara hacia el espejo, mostrando ese lado de gata salvaje y demostrándole a ese tipo, que soy yo el único afortunado que está sintiendo la mano a esta bella diosa, mientras él se tendrá que conformar con observar. A continuación mi cuñada empieza a darle besitos a la punta de mi miembro, muy suaves, solo apoyando sus carnosos labios, algo que hace que mi glande parezca hincharse, para luego pasar su lengua por toda la parte del frenillo, logrando sacarme varias gotitas de líquido pre-seminal que ella recoge entre sus labios y degusta como si fuera un manjar.

-        Tienes una buena polla, Aritz. - se oye de repente decir a esa voz a través del altavoz.

Tanto Marel como yo, nos quedamos petrificados, pues no esperábamos eso.

-        ¿Cómo es que sabes mi nombre? - pregunto entre confuso y molesto.

-        Bueno, sé muchas cosas... pero tú tranquilo, Aritz, Mayder sabe que soy de máxima confianza - añade la extraña voz.

-        Pero...

Por un momento intento explicarme pera la extraña voz distorsionada me interrumpe.

-        Tranquilo Aritz, de verdad, como te digo, sigo a Mayder hace mucho tiempo y ella sabe que no hago nada que ella no desee, por eso quiero agradecerte especialmente que seas tú quien haga con ella este show exclusivamente para mí. Creo que lo mejor de su trayectoria ha sido encontrarse contigo. Eres la parte perfecta para completar ese círculo y el cuerpo que tiene esa diosa, con un cuerpo tan fornido como el tuyo. Lo digo de verdad, os admiro a ambos, porque juntos sois únicos y como bien decís, hacéis la pareja perfecta. Seguramente estáis de acuerdo conmigo en que sois un complemento el uno del otro y os habéis convertido en dos amantes especialmente compenetrados.

Marel y nos miramos, sin poder evitar sonreír por ese comentario y ella sigue pajeándome, mientras yo vuelvo la vista hacia el espejo, como si quisiera adivinar quién es ese tipo, aunque solo veo la imagen de nuestros cuerpos desnudos, pero estoy intrigadísimo de saber cómo es ese tipo y al mismo tiempo queriendo averiguar cómo puede saber tanto de nosotros, especialmente cómo ha llegado a adivinar mi nombre, pero entonces la incógnita voz continúa su explicación.

-        Tengo que agradeceros esos buenos regalos de vuestro viaje a Tokio, fue realmente apoteósico. - añade - además de disfrutar vuestra pasión, fue alucinante ver como estrenaste ese culito Aritz, la cosa más impactante que he podido ver nunca. Te lo digo de verdad, he disfrutado tanto, como si yo hubiese estado ahí, con vosotros dos.

Mi polla se tensa al oír esas palabras y recordar el momento. Por la sonrisa de mi cuñada, veo que ella también se estremece rememorando aquello, de hecho, se anima para meterse la mitad de mi polla en mi boca y como suele hacer siempre, mirándome fijamente a los ojos. No hace falta decir nada, pero nuestra compenetración va mucho más allá. Es difícil describir todo eso que nos une, pero ni siquiera hacen falta las palabras, pues es cierto lo que dice ese cliente VIP nuestra compenetración va mucho más allá que la de dos personas que se desean… estamos hechos, como dos piezas del puzle, completamente enganchados.

Ella, sin dejar de sostener mi polla por la base, pasa su lengua por toda su largura, empezando por la punta y luego arrastrándola, formando un gran río de saliva, hasta llegar a mis huevos, que se mete alternadamente en la boca y los succiona, haciendo ese ruido a modo de chupón y luego vuelve a subir para recorrer ese camino andado y lamer mi glande que parece querer reventar de lo inflamado que está. Esa preciosidad, se lo vuelve a tragar, pero esta vez, consigue metérsela por entero y sale un momento para respirar y volver a tragar hasta que su naricilla choca contra mi pubis. Esta mujer es única haciendo eso.

-        Así, preciosa, chúpasela a tope, cómo tú sabes. - se oye al cliente también animando a mi cuñada.

Ella estimulada, una vez más, comienza a chupar metiendo mi duro pene en su boca hasta hacerlo desaparecer en cada una de sus fuertes engullidas… yo lo sigo viendo y me sigue pasmando, porque no acabo de creérmelo, sino fuera porque veo desaparecer mi miembro incesantemente dentro de su boca.. Ella solo descansa unos segundos, toma aire y vuelve a tragar, siempre mirándome fijamente a los ojos o de vez en cuando girando su cara hacia el espejo, como si quisiera tener la aprobación de su cliente.

-        ¿Lo hace bien, Aritz? - pregunta el anónimo, aunque es más que obvio.

-        ¡De puta madre!, ¡Es la mejor! - digo entre hipidos.

No miento en absoluto, pues la boca de Marel es realmente increíble mamando, con una destreza prodigiosa, tragando al máximo, algo que ninguna mujer ha conseguido hasta ahora y en cierto modo, con eso también quiero darle envidia a ese tipo que sólo se limita a ver lo que yo estoy disfrutando en vivo y en directo. Él puede dar todas las indicaciones que quiera, pero la única polla que se va a comer mi cuñadita, en este preciso momento, es la mía.

Cada vez que mi polla sale a relucir fuera de su boca, arrastra tras de sí, un montón de babas que cuelgan como hilos irrompibles entre ella y yo, luego los recoge minuciosamente, bien con sus dedos o con su lengua, para posteriormente volverse a tragar mi verga con total dedicación, pues está haciendo lo que más le gusta, mamarme la polla y hacerlo en plan exhibicionista ante su cliente anónimo. Sin duda que es excitante y estoy cogiendo gusto a esto de mostrarme, aunque sea para un fan desconocido.

-        ¡Sois geniales! - se oye a través del interfono. - ahora Aritz, agarra esa cabeza y ayúdate para que trague. Hazlo como tú sabes…

Entiendo lo que ese tipo quiere y a tenor por lo que ha visto en mi viaje a Japón, desea volver a ver toda mi energía clavando mi polla hasta lo más hondo de la garganta de ella y cogiendo de los costados de la cabeza a mi cuñada acompaso las acometidas, haciendo más potentes las penetraciones hasta el fondo de su garganta y eso me anima a acelerar yo mismo el ritmo que marca el sonido de mi polla entrando en esa estrechez. Por un momento vuelvo a recordar la cara de Igor, cuando su mujercita engullía mi polla al pie del escenario, gracias a mis propios empujones o sujetándole la cabeza firmemente, mientras él desconocía quien era ella.

-        ¡Eso es Aritz, fóllate esa boquita! - me anima esa voz extraña.

Tanto ímpetu y tanto ánimo además de una boca maravillosa, hacen que no pueda aguantar más ese desenfreno y agarrando de la nuca a Marel, sostengo su cabeza contra mi abdomen, sin que ella casi pueda respirar, pero tantas sensaciones en este día, desde ver a mi cuñada a través del cristal, luego en el show o ver a mi mujer chupándosela a Igor me tienen completamente encendido. Por un momento suelto su cabeza para que ella pueda volver a respirar, pero tras una bocanada llena de fluidos, no parece rendirse y aprovecho su predisposición para volver al ataque, esta vez agarrando con fuerza su moño, al tiempo que mi pelvis se clava contra ella, de forma brusca y enérgica. Esta mujer es una virtuosa del sexo y no me explico cómo su marido no ha aprovechado nunca ese tremendo potencial. Definitivamente, es gilipollas.

-        Es increíble que se la pueda tragar entera ¿no Aritz? - pregunta de nuevo animado el VIP.

-        ¡Joder, es increíble! - digo entre hipidos mientras los labios de mi cuñada hacen lo posible por alcanzar mis huevos cada vez que la engulle.

-        ¿Tu mujer no la chupa así? - se oye por el altavoz

Su comentario vuelve a dejarme sorprendido, ya que ese tipo parece conocerme bastante bien, quizás lo he dicho en algún comentario que se me haya escapado, pero ni siquiera sé cómo él conoce el hecho de que yo esté casado. En ese momento no puedo evitar pensar en Mar y que ella en cambio siga sin saber de mis “aventuras” con su hermana, creo que no he sabido afrontar mi sinceridad de siempre con ella, porque si me viera ahora... Bueno, ahora resulta, que ese desconocido lo sabe incluso antes que ella, algo que me hace sentirme mal, como el hecho de que quiera compararla con su hermana y además que sea él quien lo diga.

-        Mi mujer la chupa muy bien. - le digo con orgullo, en tono seco y ofendido porque él no sabe ni por asomo lo bien que lo hace Mar.

-        No te molestes por mi comentario, Aritz, pero las cosas como son, tu mujer puede ser una gran mamadora, no lo pongo en duda, pero creo que la preciosa Marel es invencible y única… eso, no lo puedes negar.

La verdad, estoy algo molesto con ese nuevo comentario y no niego que lo que dice es absolutamente cierto, pero sigo pensando que  Mar es una auténtica delicia mamándomela, de las mejores felaciones que he recibido en toda mi vida, la mayoría de esas magistrales e inolvidables han sido gracias a la boca de mi esposa, no hay ninguna duda al respecto. También es cierto, que no es capaz de tragarla como su hermana, pero su técnica no es para nada peor, es espectacular chupándola, lo digo con total sinceridad, empleando lengua y labios con una habilidad mágica y única. Creo ambas hermanas son increíbles no solo mamando, son una auténtica delicia, tanto en su fisonomía deliciosa y perfecta, como su forma de entregarse en el sexo. En este caso, Marel gana de calle en eso de tragarse mi tranca completamente, eso es verdad.

Por un momento me sonrío a mí mismo y me digo en mis propios pensamientos: “Si supiera este tipo que son hermanas”-

-        Son sencillamente diferentes y al mismo tiempo se parecen mucho. – intento ser ecuánime y valorarlas sin menospreciar la habilidad de cada una de ellas para dejárselo claro a ese tipo.

Mi cuñada sonríe ante mi comentario, creo que en el fondo disfruta de compartir esa polla con su hermana y de ser casi un reto importante para ella, satisfacerme tanto o más que ella, porque de siempre ha sabido que mi mujer me vuelve loco en la cama y ella quiere aplicarse al máximo, no hay duda de que lo hace más que bien.

El ímpetu de Marel es bestial, cada vez más enérgico, acompañado por el sonido de su garganta comiéndome la polla que resulta tan atrapantemente seductor, pero... como siga así, voy a correrme en su boca antes de lo que quisiera, porque menudas ganas le pone la condenada.

-        ¡Preciosa, detente o harás que se corra! - dice la voz, atendiendo a la evidencia de lo que está a punto de pasar y creo que lo nota en mi cara.

Sin embargo, mi cuñada no hace caso y sigue dale que te pego apretándose a mí, una y otra vez, como si fuese lo último de su vida, comiéndome esa verga palpitante hasta hacerla desaparecer y yo, claro, feliz de sentir la calidez y estrechez de esa garganta. Por un lado no quisiera correrme tan pronto, pero por otro, me siento tan bien… que no quiero que se acabe y desparramarme en su garganta.

-        ¡Marel, detente! - dice la voz de pronto de forma autoritaria.

En ese instante mi cuñada saca toda mi polla de su boca, repentinamente y se queda petrificada mirando hacia el espejo, pues se ha dado cuenta de que ese tipo la ha llamado por su nombre y no Mayder como hace normalmente. Yo estoy igualmente impactado, pues hemos intentado ser muy cuidadosos con la identidad de ella, hasta en los momentos más nuestros, pero evitando desvelar su verdadero nombre, de hecho son muy pocas personas las que lo saben… pero ahora  lo cierto es que ya me mosquea que él sepa tanto sobre nosotros, creo que demasiado y me preocupa mucho que pueda tratarse de un pervertido o un sicópata que haya indagado demasiadas cosas en nuestras vidas...

-        ¡Ahora quiero veros follar! - ordena la voz sin tiempo a que reaccionemos.

Marel y yo nos miramos, queriendo entender de dónde saca ese tipo toda la información, pero al verla morderse el labio entiendo que está deseando cumplir los deseos de su cliente y los suyos propios, por no hablar de los míos, que estoy loco por clavársela hasta el fondo, con las mismas ganas que la primera vez. En ese momento lo que más nos motiva es entregarnos a la pasión y follar como condenados, lo que más deseamos, para al mismo tiempo complacer a ese tipo, luego ya nos dará las explicaciones oportunas y averiguaremos, por qué sabe tanto.

En ese instante, cojo a mi cuñada de sus axilas para levantarla a mi altura y arrastrando su cuerpo desnudo sobre el mío la pego un buen morreo delante de ese desconocido, como diciéndole que él se limitará a seguir estando detrás del cristal sin probar los carnosos y jugoso labios de esta lindísima diosa, tan solo deberá limitarse a desearla, soñándola o fantaseando con cada una de sus curvas, pero yo seré el único que me la folle esta noche y eso, inevitablemente, me hace sentirme poderoso.

Marel parece seguir mi juego, pues se ve que también quiere demostrar a ese tipo que él se quedará ahí, al otro lado, como un simple mirón, mientras yo la voy a perforar todos sus agujeritos. Entonces, ella se tumba en la cama, para que mi cuerpo esté encima y la penetre, pero se coloca de tal forma que queda tumbada boca arriba, con la cabeza en los pies de la cama, casi colgando y sus largos tacones de aguja apoyados en el cabecero de la misma. Yo, naturalmente sobre ella tengo una buena perspectiva de su extraordinario cuerpo delante de mí y al mismo tiempo verme reflejado en el espejo a punto de clavársela a mi preciosa cuñada.

Vuelvo a mirarle a ella, que ahora está con los ojos cerrados mientras mi glande juega con su rajita, embadurnándose con sus juguitos… y luego vuelvo a mirar al espejo para que ese tipo vea como me la follo. Supongo que, desde su posición, verá claramente como la penetro y verá también sus tetas bailando al compás, al tiempo que tendrá un primer plano de su cara colgando a los pies de la cama, con su cara de placer.

La sonrisa de Marel junto a una leve caída de sus párpados me indican que me adentre por fin a ese lujurioso placer y así lo hago, de una fuerte embestida se la clavo de repente, haciendo que todo su cuerpo se desplace con esa contundente embestida. El gemido de ella retumba en esa habitación y de mi garganta sale una especie de rugido al sentir ese coño apretado y estrecho contra mi polla, envuelto en una calidez increíble.

-        ¡Alucinante! - añade la voz, que parece disfrutar de nuestra follada.

A partir de ahí me recreo, sacando mi polla lentamente hasta dejar solo mi capullo y penetrarla de nuevo con brío hasta que sus tetas se mueven al compás de mi nueva clavada y así lo repito una y otra vez, follándome con fuerza a mi cuñada mientras ella gime sin parar, echando su cabeza más atrás. Sin duda ella se está viendo en el espejo y al mismo tiempo ofrece a ese cliente especial lo mejor de su repertorio, siendo follada en exclusiva para él con un primer plano de su bello rostro gozando al máximo.

Mientras se la clavo, oigo el sonido de mi pelvis chocar contra suya y al mismo tiempo el sonido de sus tacones contra el cabecero, lo que indica la fuerza de mis embestidas y ella ha vuelto a darme por el gusto, porque sabe que ese sonido me hipnotiza. Y así seguimos en ese polvo salvaje, pero yo bajo la intensidad de mis penetraciones, pues como continúe con ese brío y esa entrega, explotaré demasiado pronto y es entonces cuando las convierto en más lentas, pero igual de profundas, notando como llego hasta el fondo de su matriz y cómo sus músculos vaginales se aferran a mi polla como nunca. En ese momento estamos follando con una entrega total, ella se agarra a mi cuello y se ayuda a elevarse para que nuestras bocas se junten y esa lucha de lenguas se acompase a cada una de las penetraciones. Es un polvo en toda regla, lento, sentido y profundo, como lo son las propias penetraciones.

-        ¡Aritz! – suspira ella con su boca prácticamente pegada a la mía.

-        ¡Marel! – respondo yo, pues ya no me importa decir su verdadero nombre, ya que nuestro voyeur también lo sabe.

Por un momento quedamos cara a cara en unas folladas a cámara lenta y volvemos a besarnos, ofreciéndole a ese espectador anónimo una de nuestras mejores folladas, con mi cuerpo sobre el de ella y adentrándome en su coño con toda la energía, como dos amantes que están solos en el mundo, entregados a ese amor y esa pasión de forma desenfrenada, mientras nuestras lenguas se cruzan incesantes en un beso apasionado.

Ambos miramos por un momento hacia el espejo, pero solo podemos ver nuestro reflejo, algo que nos hace sentirnos aún más unidos y excitados, viéndonos follar... y nuestras lenguas se cruzan fuera de nuestras bocas. Por un momento se podría decir que estamos ella y yo solos en esa habitación y en el fondo, así nos comportamos, disfrutándonos, ajenos a ese cliente, pues cuando abro los ojos para hipnotizarme con esa mirada apasionada de ella, jugueteando con nuestras lenguas sin dejar de follar de forma lenta, pero profunda. Un hilo de saliva sale de mi lengua y ella lo recoge en un acto lascivo, salvaje y único. La entrega es total y eso hace que mi polla se hinche a punto de soltar todo dentro de ella.

-        ¡Ordéñale, Marel, vacíale esos huevos! – ordena el cliente en esa ocasión viendo nuestro nivel máximo de excitación.

Mi cuñada, arquea las cejas al volver a escuchar su verdadero nombre, pero excitada y alentada por esa orden, me indica que nos pongamos de costado, de tal forma que su cuerpo desnudo queda ladeado frente al espejo. No hay duda de que ella quiere quedar de frente a él, desafiante ante ese VIP que siempre ha acompañado cada una de sus aventuras de webcamer y ahora le está ofreciendo lo mejor de ella, en exclusiva, por eso se pone de cara a él, en primer plano, para que pueda disfrutar de sus armoniosas curvas, mientras yo me sitúo tras ella, a modo de cucharita, dispuesto a follármela de nuevo, pero esta vez por detrás y ambos mirando al espejo. Levanto su muslo hasta ponerlo sobre mi cadera y la penetro de costado, para que ese tipo tenga un primer plano de mi venosa y dura tranca entrando en ese delicioso chochito, algo que él nunca podrá tener. Al mismo tiempo Marel y yo vemos nuestros cuerpos unidos en el espejo y el hecho de que pueda ver que me estoy follando a esa preciosidad en esa postura es como estar en un sueño.

Cierro por un momento los ojos para sentir esas profundas penetraciones y disfrutar de la calidez de ese coño palpitante y luego volver a abrirlos para admirar a la diosa que me estoy follando reflejada en el espejo. La verdad, nunca habíamos follado en esa posición y a ambos parece encantarnos, pero lo más curioso es que el coño de Marel hace algo desconocido hasta ese momento, pero esa postura le permite abrir y cerrar sus músculos vaginales de una forma diferente y está literalmente ordeñándome, tal y como le pide el cliente, apretándome con su coño intentando que lo suelte todo dentro de ella. Nunca he sentido nada parecido, pero ella sabe cómo succionar mi polla con sus músculos de forma magistral y desde esa posición aun noto más esa energía que emerge poderosa de esos músculos succionándome, al tiempo que mueve su pelvis y echa su culo contra mí. Las penetraciones son intensas y profundas pero esa forma de estrujarme la polla no me va a dejar mucho más, sin que estalle, sobre todo porque veo que ella se está corriendo en este preciso momento, lo noto en sus temblores, en esos pezones que se endurecen entre mis dedos o en la fina piel de su cuello que yo lamo... y sobre todo en su cara reflejada en el espejo, con sus ojos cerrados y su boca abierta jadeando. Marel está gimiendo como nunca intensificados con sus propios espasmos contra mi polla. ¡Me encanta ver a Marel correrse…!

-        ¡No puedo más, tengo que verlo en vivo! - dice la voz aunque nosotros estamos a lo nuestro disfrutando de uno de nuestros mejores polvos.

Ambos levantamos la mirada, pero volvemos a vernos reflejados sin poder ver más. La imagen sigue siendo bestial, con esas penetraciones de costado, viendo como mi verga, que parece más grande que nunca, se adentra en ese coño que no deja de palpitar y abrazar mi tronco. Sin duda el cliente también está extasiado y por lo que dice, le gustaría estar al otro lado del cristal, pero estoy seguro de que no puede entrar por esa puerta que une ambos cuartos, porque Iñaki, el director del hotel, me aseguró que es blindada y que permanecería cerrada con total seguridad, además del cristal que nos separa, que es irrompible.

Mi cuñada sigue en éxtasis apretando su pelvis, corriéndose entre gemidos, por lo que no duro mucho más, tan solo veo la imagen de su precioso rostro en el espejo en mitad de un orgasmo que la hace más bella, más atrayente, mientras veo como mi polla abre ese coño cada vez que la penetro profundamente y esos propios músculos se aferran a ella una y otra vez. Entonces yo cierro los ojos y tras un largo suspiro, convertido en una especie de grito, estallo dentro de ella con una embestida brutal como si quisiera atravesarla y empiezo a soltar innumerables chorros de semen que inundan su matriz entre las convulsiones de su estrecha vagina. Creo que es una de las veces que más cantidad de semen he soltado en mi vida pues parece que no dejo de emanar y emanar mi leche caliente dentro de ella.

-          ¡Sí, Marel, joder, qué gusto! – gimo totalmente desbocado, acariciando esas armoniosas caderas y esos pechos perfectos.

Cuando abrimos los ojos, lo que ambos observamos, aun unidos, nos deja petrificados, La puerta que comunica las dos habitaciones está abierta de par en par y asombrosamente el cliente VIP ha entrado en la nuestra, pero...

¡Joder, joder, joder! Delante de nosotros está... ¡El cuerpo desnudo de Mar que nos observa a los pies de la cama!

-        ¿Mar? - decimos Marel y yo al unísono, con nuestros cuerpos aun enganchados, mientras mi polla sigue dando espasmos y soltando los últimos chorros dentro del apretado coño de mi cuñada.

¿Cómo es posible?

Continuará...

Raúl & Sylke