El secreto de mi cuñada (Capítulo 14)

A priori sé que el ensayo de la presentación de Leuna para la fiesta veneciana va a ser apoteósico... sobre todo si es mi cuñada la protagonista.

CAPÍTULO 14

Marel, está preparada y se pone en el centro del set y los chicos alrededor de ella, bailan con una música clásica, acorde al traje de veneciana que llevará en el show en vivo... Michael, empieza a besarle en el cuello, mientras que Roberto acaricia sus caderas, hasta que ambos se ponen pegados a ella, uno por delante y otro por detrás. Casi no hace falta ensayar, pues mi cuñada se entrega, dejándose besar, el cuello y las tetas por esos dos esculturales modelos, agarrando de vez en cuando, ambas pollas y sonriéndoles, mientras uno le besa en la boca y el otro en el cuello, los fotógrafos no dejan de inmortalizar la escena con miles de disparos, así como el video para ver posibles fallos. Es solo un ensayo y parece una auténtica obra de arte.

-        ¡Genial, Marel! - le anima Eli en cada postura.

Mi cuñada está cada vez más motivada y más cachonda, porque en la siguiente toma, le han insertado el nuevo “Leuna" en el coño y mientras Eli, le va dando al móvil, distintas intensidades, Marel, se entrega a una mamada a dúo de los dos chicos, aunque alguna vez tiene que soltarlas para dejar escapar por su boca un largo gemido. Se nota que no es nada fingido, porque puedo apreciar, a pesar de la distancia, su piel de gallina cada vez que Eli le da al botoncito que hace vibrar el juguetito en su coño. Ander y yo, también tenemos la aplicación en el móvil, por lo que nos animamos a darle alguna descarga, que va directamente a su clítoris, llegando a caerse de rodillas una de las veces, corriéndose de una manera salvaje, llena de sudor, pero cuando le hacen tres o cuatro fotos más, yo le pego otra descarga, justo cuando se la está chupando a Michael, que ve como desaparece entera toda su polla en la boca, hasta que la preciosa boquita de mi cuñada reposa en el pubis depilado de ese chico, haciendo que al sacarla se corra sobre su cara, como una gran fuente. No lejos de amilanarse, agarra la polla de nuestro hombre de ébano, para meterse en la boca esa enorme polla también por entero.

-        ¡Joder, se la ha tragado completamente! - dice alucinado Ander a mi lado.

-        ¡Ya ves! - contesto y me mira entendiendo que sé de lo que hablo.

Hasta a mí me cuesta creer verla tragar ese enorme cilindro de carne de Roberto, que también la mira alucinado, pero es una de las grandes habilidades ocultas de mi cuñada, que todavía no sé ni cómo hace. Al sacar esa enorme polla negra, empieza a escupir semen por la cara de mi cuñada, que junto con la otra la han dejado totalmente impregnada de esa leche blanca, por todo su rostro, que acaba goteando por la barbilla, manchando sus enormes tetas y algunas gotas se deslizan hasta el suelo. No puede ser más impactante.

-        ¡Madre mía! - exclama Eli, que tiene una mano metida dentro de su faldita, seguramente excitadísima viendo eso.

Roberto y Michael, se disculpan por no haberse podido contener, pero es que les ha pillado por sorpresa y esa boca hace maravillas, les entiendo perfectamente. Entonces Eli, decide suspender la sesión, porque las tomas más importantes ya están hechas y a los chicos se les ha bajado la erección y precisamente ella les tranquiliza.

-        Bueno, no os preocupéis, chicos, tenemos mucho material y en el show intentaremos que eso no ocurra, porque estaría bien que alguno le metiese la polla en el coño para demostrar que “Leuna” puede seguir trabajando en su culito. ¿Verdad Aritz? - me pregunta directamente.

-        Por supuesto. - respondo excitado.

-        Perdonad que nos hayamos corrido tan pronto, pero esa boquita hace maravillas. Intentaremos que eso no ocurra en el show – apunta Roberto disculpándose.

Mientras yo le guiño un ojo a ese chico, Marel se mete en el pequeño baño del estudio para lavarse un poco... y al cabo de unos minutos, sale de nuevo, acariciando su coño con sus dedos, lo que indica que sigue cachonda.

-        Tienes un calentón tremendo ¿no? - le comenta Eli a mi cuñada

Lógicamente, a pesar de que ella se ha corrido también, tantas descargas del nuevo “Leuna” y esos chicos la han dejado demasiado excitada, se le nota en el tono encarnado de sus mejillas, en sus empitonados pezones y el juguito que embadurna sus dedos, tras tocarse su sexo.

-        Si quieres, como tenemos que elegir los complementos que llevarás en el show, vamos a mi despacho que hay un sofá muy cómodo para que te termines de... - anuncia Eli sin necesidad de acabar la frase.

-        ¿No te importa? - pregunta mi cuñada mordiéndose el labio.

-        No, claro, mujer, tendrás que desahogarte. Ponte el albornoz y vamos para allá.

-        No, mejor salgo así... estoy acalorada.

-        ¿Cómo?, ¿Pero vas a ir en pelotas por toda la oficina? - le pregunta Eli sorprendida.

-        Claro, así me voy acostumbrando.

Ander, Eli y yo nos miramos alucinados, viendo como Marel, sale la primera de ese set de grabación, totalmente decidida, mostrando su desnudez total y tras ella, observando el meneo de su culo, vamos absortos nosotros tres... mientras ella luce su hermoso cuerpo paseándose por todas las mesas de los administrativos y colaboradores de la empresa, dejando a todos absolutamente alucinados, que vuelven sus cabezas sin creérselo, ante los voluptuosos movimientos de caderas de ese bellezón. Ella sabe lucirse como nadie, mostrando la mejor de sus sonrisas, haciendo que sus tetas boten a cada paso y marcando el sonido celestial de sus zapatos de tacón. A mí me va a dar algo...

Eli abre el despacho y se mete dentro, mientras que Ander y yo nos quedamos fuera, cuando Marel sujetando la puerta, nos pregunta:

-        ¿No vais a entrar?

-        No, que esto es cosa de chicas – apunta Eli, tirando del brazo de mi cuñada y haciéndola entrar a su despacho, cerrando la puerta detrás de ellas.

Ander y yo nos miramos, algo desinflados, porque sin duda queríamos ver en directo esa culminación del orgasmo de Marel, pero lógicamente Eli también quiere su momento, espero que mi cuñada no salga asustada.

Mi socio y yo nos tomamos un café en la máquina del pasillo, mientras las chicas permanecen encerradas, nosotros charlamos sobre todos los detalles del nuevo juguetito y lo bien que va a resultar la fiesta.

-        Ya tengo ganas de que llegue el día de la fiesta. - me dice.

-        Ya me imagino que vas a follarte a más de una de las modelos.

-        Cómo lo sabes... y si viene Mar, con tu permiso, me gustaría con ella también.

-        Claro, hombre, para eso no necesitas mi permiso, ya sabes que Mar está encantada contigo.

-        Genial, eres un gran amigo. Bueno, te dejo que tengo algo de lío en mi despacho. - dice dándome unas palmadas en la espalda y se despide de mí.

-        Vale, yo me quedo por aquí.

Casi quince minutos después se abre la puerta del despacho de Elisabeth y aparece mi cuñada, pero esta vez no lo hace desnuda, sino con uno de los vestidos de Eli. Se trata de un vestidito azul turquesa muy ceñido hasta las caderas que ya le he visto a mi compañera en alguna ocasión y que es muy sexy, pero Marel, lo llena incluso mejor, porque le queda de maravilla. Es muy escotado en forma de uve y por eso que mi cuñada deja entrever ese canalillo tremendo, con su espalda al aire y la faldita a medio muslo con mucho vuelo. Sus gráciles andares, hacen que esas tetas se muevan juguetonas y el vuelo de la faldita deje entrever una buena porción de sus muslos.

-        ¡Qué guapa! - la digo admirando su cuerpo.

-        Ah, hola, Aritz. ¿Me estabas esperando? - me dice.

-        Claro. - la digo acariciando su culo por encima de ese vestido azul.

A continuación, le doy un beso intenso, sacando mi lengua y enredándome ligeramente con la suya.

-        Bueno, me tienes que contar qué tal ha ido todo ahí dentro. - la digo relamiéndome.

-        ¿Ahí en el despacho? Nada de particular. - responde ella sonriente.

-        Vamos Marel, tienes que contármelo todo... y no hace falta que disimules, tu boca sabe a coño. - la suelto de pronto.

Ella me mira sonrojada y se encoge de hombros, al darse cuenta de que no puedo engañarme y ese gusto que ha quedado de su boca en la mía, es, sin duda, el inconfundible sabor del coño de Elisabeth.

-        Bueno, invítame a un café y te cuento todo. - dice ella volviéndose a encoger de hombros.

Acto seguido le saco un café cappuccino, su favorito y me va diciendo con detalle todo lo sucedido en el despacho de nuestra directora de marketing.

-        Si te soy sincera, Aritz, no me esperaba que Eli se me lanzara encima nada más entrar y eso que me avisaste de sus gustos bisexuales, por cierto, que besa de maravilla. - me cuenta Marel.

-        Lo sé a ciencia cierta. ¿Y qué más pasó?

-        Es verdad que tú y ella… bueno, pues eso, en décimas de segundo se desnudó igual que yo y siguió besándome, juntando su cuerpo al mío, sintiendo el roce de nuestras pieles y al mismo tiempo el sobeteo de sus manos y nuestras lenguas y labios enredados. Me puse cachondísima con ella... en realidad yo ya venía caliente del set con los chicos, pero ella me hizo sentir un gusto increíble por todo el cuerpo.

-        ¿Y qué pasaba por tu cabeza... qué sentiste?

-        Al principio un poco rara, la verdad, ya que como sabes, nunca he estado con una mujer, pero con Eli todo resulta fácil y me dejé llevar, cuando sus dedos atraparon mis pezones, para luego sustituirlos por sus labios, mordiéndolos ligeramente con sus dientes, mientras nuestras manos acariciaban mutuamente nuestros coños empapados.

-        ¡Uf, joder, cómo me hubiese gustado ver eso!

-        Te pone, ¿no? - me dice apretando con disimulo mi polla sobre el pantalón que nota evidentemente dura.

-        Ya lo creo... pero sigue.

-        Pues después, Eli, me ayudó a sentarme en la mesa de su despacho, dejándome con los pies colgando y lo primero que hizo fue comerme las tetas, apretujándolas con sus dedos, al tiempo que me daba lengüetazos y lograba sacarme más de un gemido. Después, bajó con su lengua por mi tripita hasta llegar a mi pubis, en el que estuvo jugando con su nariz, notando sus caricias, rozando mis labios vaginales y mirándome con unos ojos que desprendían deseo.

-        ¿Y tú qué hacías?

-        Yo me limitaba a acariciar su cabello, mientras ella con su lengua empezó a devorarme el coño de una forma que nadie había hecho jamás. Mira que tú me lo has chupado bien y hasta entonces creo que me has hecho la mejor comida de coño de mi vida, pero ahora tengo dudas, después de sentir la lengua y los labios de Eli.

-        Ya te dije que era buena... además tiene lógica, si hay alguien que conoce los puntos clave en una mujer... es otra mujer.

Mi cuñada le pega un sorbo a su café y sigue relatando.

-        Esa boca desde luego logró sacarme un orgasmo increíble, así que quise recompensara y le hice lo mismo. Cambiamos las tornas y la tumbé sobre la mesa, para besar sus pantorrillas, sus muslos, mordí sus tetas, sus pezones y por fin me comí mi primer chochito y de ahí que lo hayas notado en tu boca, porque me dejé el alma haciéndole una comida increíble, porque ¿sabes una cosa?

-        ¿Cuál?

-        El coño de Eli es delicioso.

-        Eso también lo sé. - respondo riendo.

-        Bueno, a pesar de mi inexperiencia, parece que Eli lo ha pasado bastante bien, a tenor de sus temblores, de repetir mi nombre entre susurros y lanzar un pequeño grito acompañado de un largo gemido cuando se corrió en el momento que mi lengua jugaba con su botoncito.

-        ¡Guau!

-        Luego nos tiramos un buen rato besándonos, pero su coño me supo a poco y volví a devorarlo por segunda vez. Nunca había tenido una sesión lésbica, pero tengo que reconocer que me ha gustado esta experiencia con Eli.

-        ¡Guau! - vuelvo a exclamar.

Tras ese maravilloso relato, con todo lujo de detalles, le doy un pico en sus labios carnosos a mi preciosa cuñada, volviendo a sentir ese sabor mezclado de su boca con los aromas de Elisabeth y tras despedirnos, me dirijo a mi despacho para seguir con el papeleo, los informes y la preparación del proyecto.

La cosa se va complicando porque vamos muy ajustados de tiempo y trabajamos a contrarreloj, si queremos que ese viernes salga todo perfecto. Pasan las horas de reunión en reunión, mediante alguna videoconferencia con nuestros asesores y colaboradores, a tal punto que recibo una llamada de Mar.

-        Cari, ¿todo bien? Son las once de la noche - me comenta preocupada.

-        Sí, perdona, cielo, pero es que aquí tengo mucho curro, no me esperes despierta.

-        ¿Pero habéis cenado?

-        ¡Qué va!, ahora picaré cualquier cosa.

-        ¿Y mi hermana también está trabajando?

-        Claro, está metida de lleno con la fiesta, eligiendo el vestuario y todo eso.

-        ¿Vestuario? ¿No vamos a ir todos en pelotas?

-        Bueno, las sorpresas, quería decir...

Aun no le he comentado a Mar, que su propia hermana será la encargada de presentar el nuevo “Leuna” y supongo que se llevará una gran sorpresa cuando lo vea, por eso que me guardo ese secreto, para que lo descubra en directo o quizás no, si no es capaz de reconocer a su propia hermana.

-        Vale cielo, si necesitas descargar la tensión cuando vengas esta noche, me despiertas. - me dice juguetona.

-        Gracias, preciosa. Que descanses.

El hecho de que Mar me haya hablado de cena, me ha abierto el apetito, por lo que me dirijo al comedor de la empresa y me pongo delante de la máquina de vending, para saber qué elijo para picotear. En ese momento vuelvo a rememorar las escenas de Marel y lo ocurrido en el despacho de Eli así que decido llamarla a su extensión.

-        Hola cuñado.

-        Hola guapa. ¿Cómo lo llevas? ¿Has comido algo?

-        Qué va. Hay bastante trabajo.

-        Pues vamos a hacer un “Kit-kat”. Te espero en el comedor.

A los pocos minutos y debido a que es tan tarde, por lo que no hay casi nadie en las oficinas, escucho perfectamente el ruido de los tacones por el pasillo, acercándose al comedor de la empresa. Ese sonido me excita, con solo escucharlo y el resto de mis sentidos cuando mi cuñada aparece en el comedor. Vuelve a vestir ese traje de chaqueta con pantalón que se ajusta a sus muslos y a su precioso culito.

-        Hola preciosa. ¿Te apetece una barrita de cereales o un sándwich?

-        Una barrita está bien y una Coca-Cola Zero, por favor.

-        ¿Cuidando la línea?

-        Sí, jeje... sabes que me gusta cuidarme.

-        Pero si eres perfecta, Marel.

-        Gracias, eres un amor. - me contesta dándome un suave piquito en los labios.

Nos sentamos en dos taburetes a degustar esa improvisada cena y de nuevo observo esas piernas de mi cuñada que cruza ante mi mirada y cómo ella se da cuenta, sonríe juguetona. Mi mano va a su rodilla y avanza hacia arriba queriéndose acercar a la entrepierna, pero ella me retira la mano.

-        Aritz, puede entrar alguien de repente. - me dice.

-        Uf, es que me tienes loco. - digo apretando mi polla que vuelve a estar tensa con su sola presencia y esos pantalones que dibujan sus curvas.

Ella intenta distraerme mientras me muestra en su móvil los complementos para el evento del viernes, que son precisamente los que yo le había escogido, algo que me encanta, pues estoy deseando vérselos puestos...

-        ¡Huy Aritz!... ¡está en línea mi cliente Vip! – dice ella repentinamente.

-        Mándale recuerdos, jeje...

-        ¡Qué tonto eres!

-        ¿Y qué te dice?

-        Me dice que le han aceptado para asistir a la fiesta, con la invitación especial de Eli. Acaba de hacer un pago especial, como me había prometido. Ya sabes que ofrecía una gran cantidad de dinero por ver en directo a Mayder.

-        Genial. Yo también lo pagaría gustosamente...jeje.

-        Ya ves, pero a este paso se va a arruinar.

-        Pues aun así, querida cuñada, habrá merecido la pena.

-        Me dice que prefiere seguir guardando su anonimato, por lo que estará en la fiesta como alguien más y al no poder llevar móvil y todos con máscara, por cierto, me pregunta ¿cómo puede contactar para esa sesión íntima, y disfrutarla tranquilamente sin que nadie nos moleste?

-        Pues he hablado hace un rato con Iñaki, el director del hotel y lo tiene todo pensado, pues la habitación es especial.

-        ¿Especial? - me pregunta ella intrigada.

-        Sí, es una habitación que se activa con un código. Tiene una especie de display junto a la puerta con una botonera para poner una contraseña.

-        ¿Entonces no hace falta llave?

-        No, pon en un mensaje a tu cliente que cuando llegue a recepción, no tiene que hacer reserva, para que no tenga que identificarse. Que vaya directamente a la habitación nº 670, pase el código QR que le habrá llegado por email a través de Mayder_bzk y marque en el teclado el código 6969 y la puerta de la 670 se abrirá inmediatamente y allí puede cambiarse, ponerse la máscara y demás...

-        ¡Qué guay! Entonces... ¿La nuestra será la contigua?

-        Sí, la 669... es todo muy erótico, ¿verdad?, jejeje... En cuanto se active el código de la 670 me llegará un mensaje y sabremos que ha llegado. Podrá disfrutar de la fiesta y luego, sobre la una de la madrugada está previsto que acabe todo y vayamos a nuestras habitaciones.

-        ¿Vale, entonces le digo que vaya a su habitación a la una, después de la fiesta?

-        Exacto. Que disfrute de la fiesta y de la presentación de Leuna. Luego, yú y yo iremos a la habitación 669 que es la contigua para que nos vea desde la suya en plena acción, ya que esas dos habitaciones están intercomunicadas por un gran espejo desde nuestra posición y para su habitación será un gran ventanal, donde tendrá una visión panorámica de nuestra cama.

-        Sí que está bien montado todo...

-        Si, Iñaki tiene clientes que ya lo han usado, ya sabes, los voyeurs... Además, tiene la opción de que pueda hablar con nosotros a través de un intercomunicador por el que podrá decirnos lo que desee mediante su micrófono, que distorsionará su voz y así sigue manteniendo su anonimato.

Marel va escribiendo a medida que yo le voy dando las instrucciones y me va comentando que le está respondiendo a todo “Ok”.

-        ¿Entonces en la fiesta tampoco podrá reconocerme? Recuerda que allí seré Marel y no Mayder, no quisiera que me identificase tampoco... - me pregunta ella preocupada.

-        Cariño, nadie va a saber quién eres, ni tan siquiera tu marido o tu hermana. Solo el equipo de la empresa sabrá que eres Marel y tu cliente pensará en todo momento que eres Mayder, pero estoy seguro de que nadie te va a reconocer, verás que buen trabajo hacen las maquilladoras y peluqueras.

-        Eres un genio, cuñado. - me dice para fundirnos en un beso largo, mientras yo acaricio su canalillo con la punta de mis dedos.

Terminamos nuestro picoteo y decidimos terminar algo más de trabajo en nuestros respectivos despachos antes de volver a casa.

-        ¿Quieres que luego te lleva a casa? No me gusta que vayas sola tan tarde.

-        Eres un encanto, Aritz. ¿No te importa?

-        Será un placer. Tengo abajo la moto.

Casi a las dos de la mañana, decidimos terminar la jornada, pues estamos realmente cansados y me dirijo al garaje con mi cuñada, regalándome una vez más la visión de su culo con esos pantalones y el maravilloso sonido de sus tacones en ese desierto parking. Saco dos cascos de debajo del asiento y ella se coloca uno y yo el otro. Está preciosa con ese casco rojo que deja gran parte de su melena morena suelta y aprovecho para acariciar una vez más ese culazo que sin duda, se debe ver impactante desde su retaguardia una vez que se suba a la moto. Ella lo hace, agarrándose a mis hombros y se coloca detrás de mí apoyando sus largos taconazos en los estribos y sus grandes tetas en mi espalda. Un minuto después nos adentramos por las calles casi desiertas de Bilbao.

-        Cuando llegamos a uno de los semáforos en los que me detengo, un coche se pone a nuestro lado en el que cuatro jóvenes de marcha nocturna parecen impactados con el cuerpo de Marel y la silban.

-         Joder, tío, vaya pibón, nos la podías dejar un rato – dice uno.

Estoy a punto de decirles algo a esos criajos, pero la propia Marel pega su casco al mío, levantando ligeramente la visera para que yo pueda oírla.

-        ¡Déjales que sueñen, a mí me excita! - me dice.

-        Yo me tiraba toda la noche follándola. - comenta otro de los chavales visiblemente bebidos.

-        Yo la partía en dos ese culito – exclama un tercero.

En ese momento Marel estira su mano y aprieta mi polla por encima de mi pantalón dejando a los chicos estupefactos por su descaro y su picardía. Cuando, de pronto, el semáforo se pone en verde, ella les lanza un beso, se une más a mí, pegando sus tetas en mi espalda mientras que yo aprieto el puño de mi Ducati Monster, desapareciendo a toda velocidad de la presencia de esos chavales.

Diez minutos más tarde estoy frente al portal de mi cuñada y ella se baja de la moto, apoyándose en mis hombros.

-        ¿Todo bien? - la pregunto.

-        Una pasada, Aritz, me ha encantado ir pegada a ti en esa moto a esa velocidad por la ciudad.

-        La suerte de no tener tráfico a estas horas en Bilbao.

-        Y el juego con esos chicos me ha puesto tontita... - añade pasándome el dedo por mi muslo de forma juguetona.

-        Yo te follaba ahora mismo.

-        ¿En medio de la calle?

-        Contigo haría mil locuras...  Por cierto, Igor andará algo mosqueado de que vengas tan tarde.

-        Uf, calla, que le tengo enfadadísimo. - me responde despojándose del casco y entregándomelo.

-        ¿Y eso?

-        No hemos vuelto a follar desde antes del viaje... le sigo dando largas y está más cachondo que nunca. Me da hasta un poco de pena torturarle tanto.

-        ¡Joder, Marel... a mí me encanta!

-        Ya, pero no sé si podré tenerle a raya mucho tiempo, porque casi no me habla.

-        Bueno, eso me viene de maravilla para mi plan.

-        ¿Qué plan?

-        Déjalo de mi cuenta. ¿Tú podrás seguir así hasta el viernes?

-        Claro...

-        Joder, me pone super cachondo la idea de que no te lo folles... entiendo que estará desesperado... porque ahora mismo lo hacía yo en tu portal.

-        Jajaja... ¿Qué quieres que me echen del edificio?

-        Mujer, uno rapidito...

-        Mañana, a última hora de la tarde, cuando terminemos toda la tarea y así lo celebramos ¿vale?

-        ¿Prometido?

-        ¡Prometido!

-        Mañana nos vemos. Descansa, preciosa.

-        Adiós, Aritz. Dale recuerdos a mi hermana. - se despide y yo le doy ese último azotazo en su culo que resuena en la silenciosa calle.

Esa noche dormimos poco, porque a la mañana siguiente hay que madrugar pues tenemos nuevas reuniones y los últimos flecos para cerrar el tema de la fiesta y la promoción de nuestro Leuna. Precisamente me encuentro con Marel en el pasillo que da a los estudios de grabación. Lleva un albornoz blanco y cómo no, unos zapatos de plataforma de altísimo tacón.

-        ¡Hola preciosa!, ¡Qué madrugadora!

-        Si, apenas he dormido mucho.

-        Bueno, mañana nos tomamos todo el día libre para descansar, tranquila. ¿Qué tal con Igor?

-        Muy mosqueado... cuando me acosté me quiso meter mano, pero le dije que era tarde y que tenía que madrugar.

-        Genial. ¿Y tú cómo estás?

-        Aritz, estoy supernerviosa y a la vez excitadísima y para colmo los dos modelos se han vuelto a correr en mi cara en cuanto se la he chupado.

-        ¿Roberto y Michael? Eres la caña, nena. Nos dejas secos a todos.

-        Sí, ahora estamos haciendo un poco de tiempo para que se recuperen, los pobres.

-        ¿Y tú, cómo estás?

-        Yo sigo cachondísima. Esta tarde cuando salgamos te hago una de esas gargantas profundas que tanto te gustan. Me encanta comerte esa polla, Aritz.

-        Joder, cuñada, no sé si voy a poder aguantar hasta esta tarde, con solo escucharte se me ha puesto como una piedra.

En ese momento Eli asoma la cabeza por la puerta, avisando a Marel que va en dirección al set, pero antes de entrar se abre de par en par el albornoz ante mí, mostrándome su precioso cuerpo desnudo.

-          ¡Joder, cuñada! - digo eufórico y ella se mete en el set, riendo a carcajadas.

Sigo encerrado en mi despacho unas cuantas horas, ultimando detalles y a media tarde recibo un whatssap de Mar.

-        Hola cari, hoy no nos hemos visto nada. Necesito tu polla. - me dice en su mensaje adornado con unos cuantos corazoncitos.

-        Claro, anoche llegué tarde y esta mañana estabas dormida y no quise despertarte.

-        ¿Te queda mucho? - me pregunta en otro mensaje.

-        Un par de horas más o menos.

-        Bueno, cuando salgas de trabajar esta tarde, ven directamente a casa, que tengo una sorpresa preparada. - comenta en otro mensaje y se despide con una foto de un primer plano de su pezón.

Mar consigue ponerme nervioso también y de fijo que voy a tener una tarde ajetreada con las dos hermanas, pero me centro en los últimos contratos que me trae Pili para firmar, una videoconferencia más con Iñaki, repasando detalles y por último conecto mi ordenador con la cámara del set nº 5, donde está rodando y ensayando mi cuñada.

La escena que veo no puede ser más impactante, con Marel a cuatro patas, con el nuevo juguete insertado en su coño, mientras Michael le come el culo y ella le está haciendo una mamada a Roberto, al tiempo que Eli y los dos fotógrafos rodean a los tres disparando miles de fotos. Al cabo de una hora vuelvo a conectarme a la cámara del set, pero parece que la sesión ha terminado y me confirma Pili que Marel se está probando vestidos en la zona de vestuario. Estoy loco porque termine con esas pruebas, porque una vez visto lo del set, estoy como una moto y quiero quedarme a solas con mi cuñada para que me haga esa mamada prometida en cuanto terminemos el trabajo.

Una vez finalizada esa dura y agotadora jornada con todos los preparativos y transiciones, justo cuando salgo de mi despacho veo pasar a mi cuñada, aunque ella no me ha visto. Ya se ha cambiado de ropa y lleva una blusa negra ceñida y unos pantalones vaqueros, de esos finos “tipo leggings”, que son como una segunda piel y que marcan su culazo de una forma especial. Para colmo escucho el sonido de sus tacones mientras camina con esos andares tan seductores, sabiendo que casi todo el mundo se la queda mirando. Mi polla vuelve a tensarse imaginando la mamada que me va a hacer cuando la recoja. Le entrego un dossier a Pili para que lo fotocopie y le explico los detalles, pero justo cuando tengo intención de pasar por el despacho de Marel para recogerla, recibo un Whassapp de mi socio.

-        “Socio, vete a casa, que ya llevo yo a tu cuñada a la suya. Mañana descansa todo el día. Te lo has ganado, campeón” - dice el mensaje de Ander.

Me quedo bastante desinflado o más bien, algo cabreado, porque me ha desbaratado todos los planes. Le respondo con tres caras sonrientes, pero no dejo de pensar lo mamonazo que está hecho y lo cachondo que sigo yo, pensando en Marel, y en esa mamada espectacular que lógicamente no va a poder regalarme hoy. Cojo la moto, y me dirijo a casa a toda prisa, aparco en el garaje y grito desde allí.

-        ¡Cari ya estoy en casa!

-        ¡Estoy arriba!, ¡sube cielo! - oigo la voz de Mar, desde el dormitorio.

Estoy con un calentón tremendo con la imagen grabada en mi mente de mi cuñada a cuatro patas y sin que me haya podido regalarme las delicias de sus labios y su lengua, ya que mi socio me ha jodido el plan. Subo las escaleras de dos en dos y al entrar en la habitación veo a mi mujer tumbada en la cama. Está espectacular ya que va únicamente vestida con un body de color rojo que le hace resaltar sus tetitas, junto con esos tacones de plataforma rojos que le regalé un buen día y que son los que utilizamos para las escenas porno de nuestra web.

-        ¡Guau Mar.… estás impresionante! - digo admirándola.

-        ¿Te gusta? - me dice agarrando sus tetas haciendo que parezcan más grandes.

-        Me encanta. - afirmo, mientras me voy despojando de la chaqueta, la corbata y la camisa.

-        Igual estás agotado, con tanto lío...

-        Mar, con ese reclamo rojo, no hay nada que me pare.

-        ¡Ven aquí, toro mío! - me dice riendo sentada en la cama con sus piernas abiertas.

Camino a gatas sobre la cama, hasta ella y tras darnos un largo beso con toda la pasión muerdo su cuello, su hombro, y voy bajando muy despacio por todo su cuerpo, dibujándolo con la punta de mi lengua, centrándome en sus redonditos pechos, arrancándole unos cuantos gemidos. Ella me empuja de repente, dejándome tumbado boca arriba en la cama para ponerse a horcajadas sobre mí, frotando su sexo contra el considerable bulto que se ha formado bajo mi pantalón.

-        Veo que estás bien preparado. - me dice al notar esa dureza bajo su sexo.

Con gran habilidad, suelta el cinturón y me baja los pantalones y arrastrando con ellos mis bóxer hasta dejarme desnudo bajo su cuerpo.

-        ¡Dios, Mar! - digo dibujando sus muslos y sus caderas con mis manos.

Mi esposa, aun sentada sobre mis muslos, coge mi polla y empieza a pajearme dulcemente, mirándome a los ojos, con cara de lascivia. De pronto, con su otra mano aparta su micro tanga y pasa mi dura verga por todo su rasurado y suavísimo pubis, para luego embadurnar la punta por toda su rajita. Cuando nota que está totalmente erecta, la orienta y muy despacio, se la va incrustando en su coño. Ella sabe cómo me gusta sentirla, así, lentamente, notando como sus paredes vaginales se abren adaptándose a esa intrusión de mi polla, que consigue toparse con el fondo de su matriz.

-        ¡Uh! - gime ella con la cabeza hacia atrás y sus ojos cerrados al sentirse llena.

Con movimientos circulares, empieza a moverse con mi polla en su interior y entrelazamos nuestros dedos, al mismo tiempo que nuestros cuerpos y dando pequeños saltitos empieza follarme lentamente. La imagen de sus tetitas saltando, su boca abierta, y sus gemidos, consiguen que me sienta feliz dentro de ella, haciendo el amor y no follando como solemos hacer salvajemente otras veces. Mar sabe cómo llevarme al clímax, mientras acaricia mis huevos por debajo de ella, hasta que de pronto, noto como se detiene entre temblores, corriéndose con largos jadeos, con sus manos apoyadas en mi pecho, lo que provoca que yo también lo haga en su interior, llenándola con innumerables chorros, que acaban incluso deslizándose por mi polla.

Mar se acuesta sobre mí, sin sacarla, sintiendo como lo últimos espasmos de mi polla siguen sintiéndose dentro de ella.

Después de ese maravilloso acto, Mar me besa con dulzura, me mira tiernamente y me dice:

-        ¡Te quiero!

En ese momento, arrepentido y algo agobiado estoy a punto de decirle a Mar todo lo sucedido con su hermana, no quiero mentirla, porque nunca lo he hecho, ni le he ocultado jamás con quién me acuesto, siempre sin dejar de quererla, pero lo de su hermana me parece una traición, algo que me deja un mal sabor de boca, incluso sustituyéndola en mis pensamientos, pero ella de pronto, se separa de mí, de un salto se pone de pie en la cama y me dice.

-        ¡Estoy hambrienta!, ¡vamos a ducharnos y a cenar!  - añade tirando de mi mano.

Decido callar por el momento, incapaz de encontrar la manera de contárselo y tras ducharnos juntos, cenamos y acabamos acurrucados en el sofá viendo una de nuestras series favoritas, hasta que veo que ella se queda dormida sobre mi pecho. La agarro por su cintura y la recojo las piernas por debajo para subirla a la habitación, con su cabeza apoyada sobre mi hombro y la deposito lentamente sobre la cama hasta que se queda dormida y yo al rato, junto a ella.

Al día siguiente cuando me despierto, veo que Mar está vestida con su blusa verde, muy escotada, su falda de cuero negro y sus tacones.

-        ¡Joder nena, vas guerrera! ¿Ya te vas?

-        Sí, tengo al jefe un poco enfadado por no dedicarle este fin de semana, así que al menos, que se alegre la vista, ¿no?

-        ¡Estás espectacular, cielo!, Dame un segundo, me ducho, me visto, y te llevo.

-        No cari, hoy es tu día libre. Descansa que te lo has ganado.

-        ¿Entonces estarás todo el día fuera?

-        Claro.

-        Vaya.

-        ¿Qué pasa?

-        Pues que quería llevarte a San Mamés, ya sabes, para el partidazo de esta tarde. Hoy nos jugamos las semifinales.

-        ¡Es verdad!, ¡Qué pena, amor...!, me hubiese encantado, pero no puedo dejar al jefe tirado después de anular mi viaje con el tema de la fiesta. ¿Por qué no te llevas a Ander al campo?

-        Sí, quizás se lo diga a él. – respondo.

Mar, coge el bolso y tras lanzarme un beso, sale por la puerta, dejándome escuchar el sonido de sus tacones bajando cada peldaño de las escaleras, en ese ritmo tan sensual que me encanta.

Efectivamente, hoy tengo el día libre, porque lo hemos dejado todo bien atado. Además, normalmente cuando organizamos uno de estos eventos para presentar un nuevo producto, me cojo un día libre, para despejar la mente relajarme y al mismo tiempo desestresarme, para cuando llega el día poner los cinco sentidos, como ocurre en este caso el juguete “Leuna” que dentro de dos días va a revolucionar, sin duda, esta nueva década a una gran parte de las mujeres de Europa y espero que del resto del mundo.

Este día no iba ser menos y es relajante, aunque me hubiese gustado disfrutarlo con Mar, porque nos gusta hacerlo juntos, sobre todo cuando juega un partido importante nuestro Athletic. Me faltaba la compañía de ella, en este día libre, pero aun así disfruto de un buen paseo por la playa, de una deliciosa comida en un conocido restaurante de Bilbao de tres estrellas Michelín y por la tarde, antes de irme al futbol, mientras me estoy preparando el bocata, bufanda y lo demás recibo una llamada de Marel.

-        Hola Aritz.

-        Dime, preciosa. ¿Cómo estás?

-        Bien, oye, siento mucho lo de ayer por la tarde. Ya sé que tenías ganas de sentir mi boca y al final...

-        No pasa nada. Supongo que te has aliviado con Ander.

-        ¡Huy!, ¿noto un tonito de celos? - me dice riendo, pues sin duda le gusta provocarme.

-        No, con Ander tenemos un pacto de socios y lo compartimos todo. - la digo en bromas.

-        ¡Eres un cerdo! - dice ella totalmente ofendida.

-        Jajajaja... ¿Acaso te has creído eso? - me río yo al haberle dado la vuelta a la tortilla haciéndola creer que la cosificaba.

-        No, ya sé que eres un vacilón, pero tienes que reconocer que estás algo celoso... ¿O no?

-        Mmmm, ¡Paso palabra! - digo, dejándola con la duda.

-        ¡Que bobo eres! Oye, por cierto, ya me han dicho Ander y Eli que hoy no vas a currar, que siempre que hay una presentación te coges el día libre.

-        Pues sí, los privilegios de ser jefe. - - le digo.

-        ¡que jeta, jajaja!

-        Bueno, tú tampoco tendrás mucho lío. Ya va todo sobre ruedas...

-        Sí, la verdad es que estoy algo aburrida ¿Tú qué vas a hacer en tu día libre? ¿Follando todo el día con mi hermana?

-        ¿Celosa tú ahora?

-        ¡idiota!

-        No, mujer... Mar tiene trabajo hoy.  Ahora mismo estoy preparándome el bocata para ir a San Mamés.

-        ¿Al futbol?, Jo que rollo.

-        Eso es que nunca has ido a ver al Athletic.

-        Ya sé que para ti es como una religión.

-        Toda una pasión... bueno, aparte de las mujeres, jajaja...

-        Pues, precisamente, ya que no está tu mujer, ¿no te apetecería que vaya a tu casa, cenemos algo, y acabemos la noche como dios manda?

-        Suena muy bien, preciosa ¿y qué diría tu marido? Si llegas a casa de madrugada otra vez, ¿no se cabrearía? - le pregunto

-        ¿Ahora te preocupas por Igor?

-        Jajaja... sabes que no.

-        No, tranquilo, que precisamente Igor ha empezado un nuevo trabajo y tiene que currar de noche, entonces no se va a dar ni cuenta.

-        ¡Humm, qué bueno, una mujer casada solita para mí!

-        ¡Follando con un casado! - responde ella siguiéndome el rollo.

-        Se me ocurre algo mejor, antes de rematar esta noche como dices... ¿Porque no vienes al futbol? - le digo mientras me sobo la polla.

-        ¿Yo? Si no soy futbolera y sinceramente ver correr a 22 tíos en calzoncillos tras un balón pues no es mi idea de pasar una noche. - me dice.

-        ¡Jajaja, visto así! Pero no es un partido cualquiera, cuando veas la afición del Athletic jugándose una semifinal, es algo más que eso, créeme. Venga mujer, ¿quién sabe?, igual te lo pasas bien y todo.

-        Pero Aritz, yo no soy como mi hermana que a ella le gusta el futbol... me voy aburrir mucho. No sé...

-        Veo que te haces de rogar ¿eh?

-        Además, no llevo una vestimenta acorde para ir al campo.

-        Venga, deja de mi cuenta lo de la vestimenta. Y después del partido te invito a cenar al “Etxegoki” que prepara una comida espectacular.

-        Vale Acepto porque sé que se come de lujo.

-        Lo mejor será el postre en mi casa.

-        Eso me gusta más todavía.

-        Vale, te voy a buscar a la oficina en 20 minutos.

-        Ok. Te espero. Agur.

Recojo el carnet de Mar, una minifalda vaquera y su camiseta rojiblanca, para que mi cuñadita esté cómoda en el campo y me voy a por ella a la oficina. Justo al pasar por el edificio, veo que me está esperando en la puerta. Lleva su ropa de trabajo, con su falda gris de ejecutiva y su chaqueta a juego. Está preciosa y espectacular, como siempre.

Nada más entrar en el coche, me mira con ojos de lujuria y nos damos un morreo espectacular, metiendo mi mano entre sus muslos.

-        Preciosa, ahí te he dejado tu vestimenta. - le digo señalando el asiento trasero.

-        ¡Guau, estás en todo! - me dice recogiendo la camiseta y la faldita vaquera.

Arranco el coche en dirección a San Mamés, mientras ella se quita primero la chaqueta, la blusa y se despoja de la falda en el asiento de al lado, haciendo que consiga ponerme nervioso.

-        Tú no pierdas la concentración, a ver si nos la vamos a dar. - me dice juguetona sabiendo que su cuerpo me pone cardiaco.

-        Joder, es imposible no mirarte, cuñadita. - contesto.

La verdad es que tener al lado a ese pibón, con un sujetador que apenas cubre la enormidad de sus preciosos senos, o esa tanguita que cubre lo mínimo, es algo que me hace ponerme nervioso, a pesar de haberla visto tantas veces, incluso desnuda, Marel es espectacular. Ella me sonríe y con cierta celeridad para que no tengamos un accidente y al cabo de un par de minutos está con la minifalda vaquera de su hermana y esa camiseta de mi equipo, que, debido a sus tetas, le queda más ajustada que a Mar.

-        ¡Uf, hoy ganamos cielo! - la digo acariciando sus piernas y viendo la camiseta dibujando el contorno de sus pechos.

-        Me está todo un poco justo, porque soy más alta que Mar...

-        ¡Te queda de cine!

Durante el trayecto hasta el campo y debido a los atascos que hay para llegar, Marel, me cuenta lo contenta que está con la fiesta de mañana, con unos visibles nervios con la presentación y me cuenta cómo va a ser el vestido que le han elegido para la fiesta, y todo lo que va hacer con los modelos durante el show y puedo comprobar su nivel de excitación, mordiéndose el labio inferior, y restregando sus manos por sus piernas.

-        Ayer te vi en el show. - la digo.

-        ¿Me viste?, ¿Y cómo?

-        A través de las cámaras del set, desde mi despacho.

-        ¿Te gustó?

-        ¡Muchísimo!, ¡Eres la mejor!

-        Ese fue uno de mis mejores shows en video, ¿no?

-        Sí, joder, Marel, estabas espectacular, con el Leuna metido en tu coño, mientras te comían el culo y se la mamabas al otro.

-        ¿Y te excitó?

-        ¿Bromeas? Muchísimo, me puse como un toro y pensaba luego soltarlo todo contigo...

-        Lo sé y lo siento mucho, Aritz. - me dice poniendo su mano sobre mi polla que rápidamente se pone morcillona.

-        Nada, mujer, lo entiendo... Te noto preocupada.

-        No sé, no me atrevía a contártelo, por cómo te lo tomabas. ¿No has hablado con Ander?

-        No, la última vez que ayer me mandó el mensaje diciéndome que te llevaba a casa, pero veo que ha habido temita. Y yo sin enterarme de nada. - digo fingiendo un tono celoso.

-        Yo es que... ¿Quieres que te lo cuente? Pero por favor, no te pongas celoso. Fue todo muy de repente, ya sabes... -añade restregando su mano por mi polla. Menos mal que vamos muy despacio detrás del coche de delante.

-        ¡Vale, suéltalo!

-        Pues Ander estaba allí en el set, viéndolo todo y claro, como te pasó a ti, se cogió un calentón tremendo, y como yo iba muy cachonda con los modelos y las posiciones que iba haciendo en los ensayos, pues acepté a que me llevara a casa...

-        ¿Y allí os desahogasteis? - pregunto.

-        Sí, se la mamé a tu socio en el parking, metidos en su coche, no me aguantaba más...

-        ¿Se la mamaste? - pregunto con mi cara muy seria.

-        Sí, - me mira con su carita de no haber roto nunca un plato - y acabamos follando también. - añade.

-        ¿En su coche?

-        Sí.  - dice ella bajando su mirada.

-        ¡Joder! - digo casi gritando.

Al verme tan serio y malhumorado, me dice preocupada:

-        Sabía que te iba a molestar.

-        Jajajaja... - no puedo aguantar la risa con una gran carcajada.

-        ¿Qué pasa? - me pregunta con los ojos muy abiertos.

Ver su cara sin entender nada, al verme reír, es todo un poema.

-        Te tragaste que estaba celoso. - respondo sin dejar de soltar carcajadas.

-        Serás imbécil. - contesta enfurecida, dándome un puñetazo en el hombro.

-        ¡Auh! - protesto por su golpe.

-        Y yo que pensaba que te iba a molestar y te pondrías celoso.

-        En absoluto, sabía que tarde o temprano iba a suceder, cielo, Ander te tiene ganas desde hace tiempo.

-        ¿Ah sí?

-        Joder, desde que te vio en bikini en mi casa.

-        Ah, jajaja, sí, lo recuerdo, me di cuenta como se empalmaba.

-        ¡Qué mala eres!

-        ¿Yo?, ¡si soy un angelito!

-        Lo importante es que Ander es un buen amigo y además sé que es un caballero y trata muy bien a las mujeres e intuyo por la experiencia de Mar que las hace gozar bastante así que supongo que disfrutaste a tope.

-        La verdad que sí. Fue maravilloso.

-        ¿Cómo conmigo?

-        Sabes que no, contigo es otra cosa bien distinta… lo sabes. - me dice con sus ojos brillantes.

-        Bueno, pues en vista que tenemos atasco para rato, me gustaría que me contaras con detalle, lo que pasó con Ander.

-        ¿En serio no te importa?

-        A priori sé que Ander se ha comportado como un caballero, pero me gustaría saber los detalles de ese polvo que te echó, ya que él mismo me confesó las ganas que te tenía.

-        ¿Y no te molesta nada?

-        Al contrario, me gusta saber que has gozado con él y si me lo cuentas con detalle mejor todavía.

-        ¿Y en cambio que lo haga con Igor te mosquea?

-        Por supuesto. Pero en cambio saber que le has puesto los cuernos de mil maneras me encanta. Venga, cuenta, cuenta...

-        Veo que últimamente te pone cachondo que te cuente detalles... - añade sonriente.

-        Me encanta escucharte contándolo.

Al tratarse de un partido tan importante, el atasco es más grande de lo que cabía esperar. Menos mal que salí de casa con tiempo, pero, aun así, avanzamos unos metros y volvemos a quedarnos atrapados entre coches.

-        Bueno, como sabes, Ander estuvo en la sesión y se puso cachondo. La verdad es que todo el mundo estaba cachondo allí, incluida yo. - me va relatando mi cuñada, visiblemente nerviosa al rememorarlo.

-        Y algunos que estábamos online. - apunto yo.

-        Pues sí, el caso es que Ander me lo dijo en alguno de los descansos, ya sabes, que era preciosa, que lo hacía muy bien, que mis tetas eran únicas, que follaba de maravilla y que lo mejor era mi boca y seguramente mi culito, aunque eso no lo había podido ver.

-        ¡Qué cabrón!

-        Y lo peor es que las palabras de Ander me encendieron aún más. Así, que cuando terminé y me vestí, me dijo que había quedado contigo en que me llevaba él a casa.

-        ¿Qué había quedado conmigo?, ¡Qué cabrón! - vuelvo a repetir.

-        Por eso te decía si él no había hablado contigo. El caso es que bajamos al parking y …

-        Espera, espera... ¿cómo ibas vestida? - la interrumpo.

-        Pues llevaba el vestido que me dejó Eli. Ese azul-turquesa escotado, que tiene una falda con vuelo.

-        Sí, que, por cierto, muestra tus tetas tan apetecibles.

-        Jajaja... sí, ese. Unos tacones negros y pantys....

-        Ufff, ya te imagino, preciosa.

-        Pues ya en el ascensor me intentó besar, pero le dije que se podría abrir la puerta de repente y que no podía ser, pero creo que eso lejos de amilanarle, le calentó aún más y en cuanto nos metimos en su coche, se lanzó de nuevo a mis labios. Yo le dije qué hacía, que si tú te podías molestar y él me dijo que si le importaba más Aritz que mi propio marido...

-        ¿Y qué le contestaste?

-        Que por supuesto que sí, que además con mi marido estaba enfadada y que le dieran por el culo... y él me contestó “por el culo sí que te daba yo a ti", pero con unos ojos lascivos que no te puedes hacer idea.

-        Sí que me hago idea y ya veo que Ander estaba desbocado, pobrecito.

-        Y tanto, cuando me quise dar cuenta, se desabotonó el pantalón y sacó su polla fuera, para decirme con su erección, “mira cómo me tienes, reina”.

-        Así nos tienes a todos, pero sigue, sigue...

Marel me mira fijamente a los ojos y se muerde el labio ligeramente por un costado.

-        ¿En serio que no te pones celoso? - me pregunta ella.

-        Al contrario, preciosa, me encanta verte disfrutar, tanto viviéndolo como contándolo ahora... mira como estoy – digo acariciando mi polla que forma claramente esa tensión bajo mi pantalón.

-        Déjame ayudarte.

A continuación, Marel, desabrocha mi cinturón, mira a los costados asegurando que nadie está atento a nosotros dos y bajando mi bragueta, consigue sacar entre sus finos dedos, mi verga totalmente tiesa.

Continuará...

Raúl & Sylke