El secreto de mi cuñada (Capítulo 13)

Dejar a mi cuñada y encontrarme a mi mujer desnuda en la piscina, es demasiado para mí y a pesar de estar agotado, aun me quedan pilas para rato.

CAPÍTULO 13

Así como estamos coloco a mi esposa contra el borde la piscina y de pronto, la giro, poniéndola de espaldas a mí. En esa posición la digo al oído.

-        Joder cari, echaba de menos tu culito. - digo a la vez que le masajeo los glúteos con mis manos.

-        Sabes que es todo tuyo y cuando me penetras me encanta cómo me haces gozar, como una auténtica perra.

-        ¡Mmm.....!

Aprovecho para meter mi mano entre sus piernas y tocar su coño, con esa suavidad tan increíble que guarda mi esposa entre sus piernas, entonces agarro mi polla, le doy dos movimientos rápidos para que se ponga más tiesa y la enfilo directamente a su agujerito. Creo que, al estar bajo el agua y tanta juerga encima, al tenerla solo morcillona no acaba de entrar, entonces mi mujercita que cuando quiere es un poco malvada, me comenta.

-        ¿Qué pasa cari que las orientales te la han dejado seca o directamente para el arrastre?, jajajaja.

-        Vas a ver si me la han dejado seca. - respondo entrando al trapo de su provocación.

En ese momento me viene a la mente el culo que he estrenado a mi cuñada y que, por cierto, tanto se parece al de su hermana por lo que, ante esa imagen y esa provocación, mi polla se tensa al instante y agarrándola por la base, de un golpe se la incrusto en su apretadito culo notando como se abre para mí, como una flor, a medida que avanza mi tranca en su interior.

-        ¡Jodeeeeeer! - exclama con un gran suspiro al notarme totalmente dentro.

-        ¿Qué?, ¿ahora no te parece que las orientales me han dejado la polla seca y para el arrastre? ¿No? – la digo apretando mi pelvis contra ella y aferrándome a sus pechos.

-        ¡Joder, qué gusto...! En absoluto cari, sigue así. - gime ella.

Mientras agarro sus pechitos con mis manos fuertemente, sigo embistiéndola cada vez a más velocidad, dándole fuerte a ese estrecho ano, disfrutando del chapoteo de nuestra follada en la piscina y de sus gemidos de placer.

-        Cari, ¿te gusta cómo te estoy follando ese culo? - la pregunto mientras muerdo el lóbulo de su oreja.

-        ¡Si, qué rico!

-        ¿Ander te lo hace así?

-        ¡No, tú me llenas mucho más, no compares! - dice cuando casi la levanto sacando medio cuerpo fuera del agua en una de mis embestidas.

-        ¿Echabas de menos el pollón de tu maridito... y estas embestidas?

-        ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiii cari!, dame más fuerte hasta que me incrustes tus pelotas en el culo!

Sus palabras son órdenes para mí, a tal punto que saco mi polla de su culito y de nuevo le embisto salvajemente llegando a oír nuestros cuerpos chocando y nuestras respiraciones acompasadas en cada una de ellas. Me encanta escuchar a Mar gemir de esa manera, casi gritando y cada vez más fuerte, por lo que me animo a seguir clavándosela brutalmente, como a mí me gusta y a ella, no hay más que ver, que también. De pronto, noto como su ano se contrae tanto que mi polla queda aprisionada por sus músculos, reteniéndomela y exprimiéndomela. Es entonces mi mujer, la que me lleva a sufrir un tremendo dolor cuando intento, tanto sacarla como penetrarla. Se queda quieta, con su culo para afuera, apretando cada vez más sus músculos y a la vez girando su cara sonriente. Ahora es Mar la que lleva las riendas, porque es ella la que quiere seguir con ese juego bestial... pero no puedo aguantar más, ya que consigue hacerme gritar de dolor y de placer al mismo tiempo.

-        Joder, si sigues apretando tus músculos de esa manera contra mi polla vamos a tener que ir al hospital para trasplantármela.

-        ¡Jajajaja... Que exagerado eres!, ¿Qué pasa, que ya no aguantas? - dice riéndose totalmente provocadora.

-        Si, coño, pero tu culo es asesino.

-        Yo creo que estás desentrenado... ¿o quizás demasiado entrenado? - pregunta apretando una vez más su esfínter, ahogando mi polla en esa estrechez.

Yo noto como mi verga da espasmos, mientras ella de perfil me muestra su pérfida sonrisa y su culito sigue apretándose sin parar.

-        Esas japonesas te han estrujado demasiado, cari... por eso no me aguantas como antes.

-        ¡Uf, sí! - me quejo yo.

-        Y la pobre Marel, sin que nadie la estrenara su culito... podrías haber aprovechado tú. ¿No te hubiese gustado?

Esa pregunta, añadido a esos habilidosos músculos cerrándose, logra que toda la sangre se concentre en mi polla, notando como se hincha cada vez más, hasta que otro gran espasmo, indica que estoy a punto. Mar sonríe y me vuelve a oprimir con fuerza llevando a correrme dentro de ella, gritando y gimiendo, a la vez, soltando uno tras otro, innumerables chorros de mi semen caliente dentro de su culo.

-        ¡Joder, cabrona, me matas! - digo aun con mis piernas temblorosas bajo el agua.

-        ¿Y ahora? ¿Cuál es el mejor culo que te has follado? - me pregunta y aunque en mi mente vuelve a aparecer el de su hermana, acaricio su espalda y digo terminando de soltar un largo suspiro.

-        El tuyo, amor mío, el tuyo...

Cuando nos separamos le digo.

-        Cari me has dejado la polla completamente seca, voy a tardar unos días en recuperarla

-        Jajaja. - Se ríe y al girarse hacía mí, me vuelve a besar apasionadamente.

Me agarro al borde de la piscina y de un salto logro salir de ella, para dirigirme a la cocina y servir dos copas de vino y regresar de nuevo a la piscina observando a mi chica nadar como una sirena y cuando vuelve al borde se queda mirando mi entrepierna.

-        ¿Qué miras? - la pregunto.

-        Tu polla... ¡Me encanta!

-        Uf, casi me la partes, amor.

-        ¡Jajajaja... qué exagerado!

Todavía está algo morcillona, pero creo que voy a necesitar un descanso con tanta sesión desenfrenada, especialmente después del trabajo que me ha hecho Mar con su culo.

-        Cari ¿todavía tienes fuerzas para nadar después de la sesión que hemos tenido? - la pregunto mientras me siento en el borde.

Ella regresa nadando hacia mí, poniéndose entre mis muslos y recogiendo una de las copas que se lleva a la boca. Le da un sorbito, y me dice mimosa:

-        Sabes que a mí me quedan fuerzas para dar y tomar.

-        Jejeje. Eres tremenda Mar y tu culo es demoledor.

-        Ya veo que te he dejado K.O., jajaja, como a Ander. - dice con toda su maldad.

-        ¿También le has hecho a él una de tus llaves anales? - le pregunto con curiosidad.

-        Sí, le encantan. Un día de estos le tengo que enseñar la técnica a mi hermanita, para que la pruebe con alguien que no sea el tonto de su marido. ¿Tú crees que ella sabrá hacerlo tan bien cómo yo?

Me limito a sonreír, aunque disimulo todo lo que puedo y vuelvo a pensar en el culo de Marel, que, si ya hace maravillas, no quiero ni imaginar si emplea esa técnica de Mar...

-        Por cierto, hablando de Ander, ¿qué tal en mi ausencia con él? - le pregunto intentando salir del “callejón”.

-        De maravilla, amor... ya sabes que tu socio es un cielo. No tiene tu polla, claro, pero no lo hace nada mal, además, como siempre, se portó como un caballero fuera y dentro de la cama.

-        Me alegro, porque te mereces que te traten como a una reina.

-        Lo hizo, Y, por cierto, ¿no me tienes que contar nada de mi hermanita?

Cuando oigo esa última frase casi me ahogo con el vino.

-        ¿Qué te pasa cielo? - me pregunta ella.

-        Nada, que me ha entrado por mal sitio el vino – digo intentando disimular.

Mar apoya sus tetas en mis muslos y rozan ligeramente mi entrepierna, consiguiendo despertar un poco a mi polla que empieza a coger tamaño.

-        ¿Y, bien? - me pregunta.

-        ¿Bien, qué?

-        Hijo, lo de mi hermana...

-        Ah, bueno, ¿qué quieres que te diga amor?

-        Pues que si le ha puesto Marel los cuernos al tonto de mi cuñado, que para eso le he dado mi culito a Ander. - dice ella mientras empieza a acariciar mis huevos con la punta de sus dedos.

-        ¡Pues no se!

-        ¿Cómo que no sabes Aritz?, quedamos que te encargabas de eso tú concretamente y de que me lo ibas a contar todo.

-        Si, bueno... más o menos lo que te conté por teléfono. Un día se follo a un japonés, después se la chupó a unos cuantos más de sus socios y luego se ligó a un tipo el día de su aniversario... se lo llevó a la cama.

-        Espera, ¿Se ligó a un tipo? - me pregunta agarrando mi polla que se va poniendo dura entre sus dedos y yo, la verdad, no puedo olvidar ese momento en el que le estrené el culo a Marel.

-        Sí. - respondo temblando entre mis recuerdos y los hábiles dedos de Mar.

-        No, pero a ver... ¿qué tipo? ¿Era europeo, americano? - me pregunta con insistencia al tiempo que me pajea suavemente.

Nunca le oculto nada a Mar, pero en ese momento, suelto con la voz temblorosa:

-        Americano, sí, creo que era americano.

-        ¿Y qué hicieron? – pregunta ella pajeándome lentamente.

-        No sé, por la noche estando borracho su marido, lo metió en su habitación, y me imagino que no haría palomitas, jajaja - le digo.

-        ¿En serio?, ¡Qué bueno y que orgullosa estoy de mi hermanita!... ¿sabes si ese tipo la estrenó el culito? Esa parte es importante.

-        No sé tanto... - respondo titubeante.

-        Hijo, no me aclaras nada. Mañana la voy a llamar para que me lo cuente con todo lujo de detalles- me dice sonriendo como una niña a la vez que me da un beso en mi glande y suelta mi polla de repente, castigándome por no contarle más.

Una vez dentro de casa, tras bebernos la botella de vino y picar algo, todavía desnudos, nos damos una ducha juntos, con mimitos y caricias, para acostarnos a continuación, aunque yo estoy roto por el viaje y tanto ajetreo, por lo que me quedo dormido enseguida y es inevitable que vuelva a soñar con el espectacular cuerpo de Marel, a la que me vuelvo a follar en sueños...

A la mañana siguiente me despierto desnudo sobre la cama, estirando mi mano, pero al palpar la sábana veo que Mar no está, me coloco una camiseta negra y solamente con ella, bajo hasta la cocina, en donde oigo canturrear a Mar una canción que suena en la radio. Al entrar la descubro allí, de espaldas, descalza, bailando una música pegadiza, con sus movimientos sensuales, mientras se prepara un par de tostadas sobre la barra de la cocina, ofreciéndome una buena visión de sus piernas, ataviada únicamente con la camiseta del Athletic.  Sin duda no me ha oído entrar y avanzo sigilosamente hasta ponerme justo detrás de ella cuando le doy una palmada en el culo y se gira asustada.

-        ¡Huy qué susto! - dice ante mi sorpresa.

-        ¿Esperabas a otro o qué? - la digo bromeando y aprovechando su confusión le cojo una de las tostadas que tiene en su mano y me la llevo a la boca.

-        ¡Oye tú prepárate las tuyas! - dice quejosa.

Me limito a sonreírla y acariciar sus curvas bajo esa camiseta descubriendo que es lo único que lleva puesto encima.

-        Joder, cari, me pones mucho con esa camiseta. - la digo apretujando sus posaderas con mis manos.

-        Eso es porque es la de tu equipo del alma...

-        Sí, pero también porque no llevas nada más. - digo adentrando mis manos por detrás y acariciando su culo desnudo.

-        Oye, no te entretengas que es muy tarde y los dos entramos pronto. - me regaña.

-        Bueno, ya sabes que me gusta desayunar fuerte. - la digo, al tiempo que le doy un bocado a la tostada y a continuación, de forma súbita, la siento sobre la barra de la cocina, dejándola con sus piernas colgando.

-        ¡Aritz no empieces! - me dice, aunque sé que será fácil convencerla.

Cuando mis manos empiezan a acariciar sus muslos y van abriendo más porción de sus piernas hasta que se la subo hasta las caderas viendo sus piernas ligeramente abiertas ofreciéndome su coño brillante. Y la miro con esos ojos que sabe lo que quiero.

-        ¡Serás cabrón! - me dice lanzando un suspiro pues se va a tener que rendir.

Cuando mi lengua recorre esa rajita de arriba abajo unas cuantas veces, ella no puede evitar cerrar los ojos y agarrar mi cabeza mientras mi lengua sigue jugando en cada uno de sus pliegues y mis dos manos se adentran bajo esa camiseta de mi Atletic, para sobar sus pechos desnudos y estrujarlos pellizcando sus pezones... hasta que de pronto consigo que ella se estremezca, cuando mis labios atrapan su garbancito y la punta de mi lengua choca varias veces con él, provocando un orgasmo intenso de Mar, que me abraza con sus piernas rodeando mi cabeza.

-        ¡Ay, cariño, como chupas, Dios! - dice ella corriéndose y llenándome el paladar con sus ricos juguitos.

Cuando levanto mi propia camiseta para mostrarle lo dura que se me ha puesto con ese desayuno especial, ella abre los ojos como platos al verme que no llevo nada más, pero me deja sorprendido una vez más, bajando de un salto de la encimera para salir corriendo de la cocina diciendo entre risas.

-        Me ducho primero, que no quiero llegar tarde...

-        ¡Serás cabrona! - la digo agarrado a mi polla con un calentón tremendo viéndola desaparecer de la cocina, dejándome plantado y totalmente empalmado.

Justo cuando me dispongo a perseguirla hasta la ducha, recibo una video llamada de su hermana.

-        Hola Aritz. - me saluda y tan solo ver su bello rostro en mi pantalla, más el calentón que llevo encima, mi polla da un respingo.

-        Dime cuñadita.  ¿Todo bien? - la pregunto, aunque noto un rictus serio.

-        ¿Qué le has contado a mi hermana del viaje?

-        ¿A tu hermana? Pues lo normal.

-        Aritz, me dijiste que mi hermana estaba al tanto de todo lo nuestro, que lo aprobaba...

-        Yo... esto... sí...

Lo cierto es que no sé cuánto sabe Mar del rollo que nos traemos su hermana y yo... Por lo que me dijo Ander, hablando con ella, estaba al tanto del todo, incluso que le iba a estrenar el culo en este viaje, pero ahora mismo no estoy del todo seguro de que mi esposa lo sepa y no sé si porque no sabe tanto o realmente Ander me ha engañado, solo para animarme. Lo cierto es que nunca le he ocultado nada a Mar sobre mis rollos, sabe que me he follado a un montón de clientas, a las modelos de la empresa, incluso sabe que lo he hecho con compañeras o la propia mujer de Ander, pero en cambio con su hermana... ¿Qué sabe Mar de todo eso con mi cuñada?

-        Aritz, ¿Me estás escuchando? - insiste Marel, al otro lado del teléfono, que me sigue preguntando mientras mi mente no deja de dar vueltas.

-        Sí, perdona, preciosa.

-        ¿Que eso de que me follado a un americano el día de mi aniversario y que me ha estrenado el culo?

-        Joder, jajajaa, qué rápido te ha puesto al día tu hermana – digo riendo a carcajada limpia.

-        ¿Te hace gracia?

-        Sí, mujer... ¿A ti no?

-        Te recuerdo que el único que estaba en esa habitación, aparte de mi marido totalmente bebido, eras tú... y fuiste tú, precisamente el que me rompió el culo y no ningún americano... - dice moviendo su cabeza de lado a lado.

-        No te alteres mujer... ¿Qué le iba a decir?

-        ¿La verdad por ejemplo? - dice ella.

-        Marel, cielo, ya sabes que tu hermana prefiere jugar a no saberlo, como si esto realmente fuera con otro, por eso me inventé lo del americano.

De nuevo vuelvo a pensar en esa traición a Mar.… porque incluso aunque ella no deje de provocarme, animándome a que fuera yo quién se follara a su hermana o la sodomizara por primera vez, sin embargo... ¿y si todo lo dice a modo de broma? Tengo que pensar el momento de hablar con ella y contarle todo con detalle... ni siquiera sé cómo se lo va a tomar. ¡Es su hermana, joder!, pero es que tengo algo dentro, que no creo que pueda aguantar mucho con este secreto... ¡el secreto de mi cuñada!

-        ¿Tú estás del todo seguro de que Mar lo sabe? Por sus palabras con lo del americano, parecía que se lo había tragado, o al menos fingía muy bien, casi me pilla... menos mal que pude salir airosa, pero...

-        Tranquila amor, debemos seguir con ese juego, claro que yo estaba contigo, y sabes que fue un placer disfrutar esa noche contigo... como todas las demás veces.

Noto que Marel empieza a mostrarme una de sus bonitas sonrisas y empieza a tranquilizarse. Y yo la sigo apaciguando sus nervios.

-        Ya sabes cómo es tu hermana, cuando quiere saber, empieza y no para hasta querer conocerlo todo. Espero que la pusieras al día, aunque la ocultases lo que realmente ocurrió esa noche.

-        Bueno, creo que disimulé bien, porque ella fue la que me comentó lo del americano y supuse que era cosa tuya.

-        ¿Ves, mujer?

-        Ya, pero me ha dicho que quiere todo lujo de detalles... pues he quedado para comer con ella hoy mismo, a ver por donde salgo.

-        Bueno, seguro que se te ocurre algo creíble. Eres una mujer de recursos.

-        Sí, algo se me ocurrirá, de cómo conocí a ese chico, como le puse caliente, cómo me metió mano y como me reventó el culo ese guapo americano rubio de ojos azules... y le pondré por las nubes, jajaja

-        Vaya, coño, ¿Qué quieres? ¿ponerme celoso o cachondo? - pregunto dirigiendo la pantalla del móvil a mi miembro que sigue tieso.

-        ¡Guau! - dice ella al ver mi tremenda erección, causada entre el calentón de mi mujer y sus propias palabras.

-        Esta quiere estar dentro de ti, otra vez – la digo.

-        ¡Serás guarro! - dice, pero veo que se relame.

-        Y a ti te encanta... - la digo.

Inmediatamente subo la pantalla y la digo.

-        ¿Dónde estás, preciosa?, ¿en un coche?

-        Sí, en un taxi camino al trabajo, que, por cierto, tu tendrías que salir ya.

-        Te recuerdo que soy el jefe.

-        Eso es verdad. - añade sonriente.

-        Venga enséñame las tetas, y así le das una alegría al taxista también.

-        ¿Qué dices, Aritz? ¡Estás loco!

-        Si loco por ti, mira cómo me tienes.

Vuelvo a bajar la cámara enfocando mi glande en primer plano en el que ya salen las primeras gotitas y puedo ver en la pantalla se muerde el labio inferior.

-        ¡Venga, hazlo! - le ordeno mientras empiezo a agitar lentamente mi polla.

Marel, mira a ambos lados, luego mira al taxista y veo como desabrocha su blusa negra y se saca sus protuberantes y tersas tetazas, pudiendo percibir esas preciosas aureolas oscuras y sus pezoncitos que tiene totalmente empitonados.

-        ¡Mmm... que ganas de volverlas a comer! - digo relamiéndome.

-        ¡Qué fuerte, Aritz! - dice ella nerviosa mirando de reojo al taxista.

-        ¿No es morboso que él te pueda ver esas tetas y no las pueda catar?

-        Ya sabes que son tuyas. - me responde juguetona.

-        Sí, por cierto, ¿tu maridito no te ha dado caña?

-        Todavía no. Le dije que estaba muy cansada del viaje.

-        ¡Joder, qué bueno! - digo exultante - ¿Entonces estarás cachonda perdida?

-        ¡Sí, joder! ¡Y ahora contigo más todavía! - dice ella en un susurro pellizcando su propio pezón.

-        ¡Uf nena, qué tetas tienes!

-        ¡Hemos llegado, Aritz! - responde ella cuando el taxi se detiene frente a las oficinas de la empresa.

Veo en el espejo los ojos desorbitados del pobre taxista, con un calentón como el mío supongo.

-        Nos vemos en la ofi, jefe. - se despide ella sonriente, tras haberse abotonado la blusa y pagando al taxista, que parece estar embobado.

-        Agur, preciosa.

Subo a la habitación y mi polla sigue todavía a tope con tantas sensaciones matutinas.

-        ¿Todavía estás así? - me pregunta Mar, cuando sale del baño envuelta en una toalla.

-        Sí, me dejaste a medias. - respondo.

-        Pues has tenido tiempo de aliviarte...jajaja... - dice mientras se despoja de la toalla y me ofrece su desnudez.

-        No he tenido tiempo de aliviarme, porque estaba hablando por teléfono con tu hermana.

-        ¿Con Marel?... pobrecita, menos mal que no ha visto tu pollón, porque si no le da algo.

Afortunadamente, Mar desconoce que su hermana sí que la ha visto y a tope precisamente.

-        ¿Y qué quería mi hermana? - pregunta Mar mirando mi polla todavía tiesa.

-        No, nada importante una cosa del trabajo.

-        Pero si os vais a ver ahora, ¿no?

-        Pues sí, cariño, por cierto, no puedo ir a la oficina con esto así. - la digo acariciando mi polla que sigue a tope.

-        Cari, vamos a llegar tarde los dos. - me dice sin dejar de mirar la tensión de mi miembro.

-        ¡Vamos, mujer...!

Mar, mira la hora en el reloj de la mesita y luego mira mi polla, empujándome hasta que quedo sentado en la cama y arrodillándose a mis pies, me mira con cara de vicio.

-        Qué conste que lo hago por mi hermana. - dice ella, guiñándome un ojo dejándome descolocado.

-        ¿Cómo? - pregunto confuso.

-        Claro, si ella te ve con esto a tope, igual le da algo. No creo que haya visto nada igual.

-        ¿Qué crees que haría tu hermana con esto? - la pregunto para ver por dónde sale.

-        Volverse loca como yo. Ojalá tuviera la pobre algo como esto.

Inmediatamente empieza a mamármela, con todas las ganas.

-        ¡Joder, cariño, qué boca tienes! - digo acariciando su cabeza, mientras ella me lame toda la largura de mi tronco y de vez en cuando mi mira con sus ojazos provocando que el gusto aumente más y más.

-        ¿Lo hago bien o hay alguna putilla por ahí que se lo traga todo? - me pregunta sibilinamente pajeándome lentamente.

-        Lo haces muy bien, cari. - me limito a decir nervioso y excitado.

-        Mi hermana dice que se la traga entera la pollita de Igor, pero con esta no podría, ¿no?

Las frases de mi mujer, acompañadas de esa rica mamada o de sus toqueteos por todas partes, consiguen que todo mi cuerpo tiemble.

-        ¿Te imaginas a Marel comiéndose una polla como esta? Es imposible que la tragase entera.

-        Sí... - digo jadeante cuando ella da un chupón a mi glande.

-        ¿Sí a que te lo imaginas o sí a que es imposible que se la trague? - insiste ella, porque cuando se pone no para.

-        No creo que pueda. - digo forzando una sonrisa y cerrando los ojos cuando mi perversa esposa se mete alternadamente mis huevos en su boca pero pensando en Marel que, por supuesto que puede, lo que no ha conseguido ninguna hasta ahora.

-        A mí me cuesta creer lo del americano ese, con lo tímida que es...

-        ¿Tímida? ¿Marel? - pregunto.

-        Bueno, sí, mi hermana en el fondo es muy vergonzosa y pudorosa. No la veo ni capaz de ponerle los cuernos a Igor.

Definitivamente Mar no debe saber absolutamente nada del rollo que tenemos Marel y yo... y creo que tiene un concepto lejano de su hermana, que es de todo menos tímida y por supuesto que le puso los cuernos a su esposo, de qué manera y además conmigo, bueno aparte de su secreto de Mayder.

-        Pues tu hermana, la tímida, va a ir a la fiesta veneciana. – digo de repente.

-        ¿Vais a hacer una fiesta veneciana? - pegunta sacando mi polla de su boca un instante y sujetándola entre sus dedos.

-        Sí, vamos a presentar un juguetito revolucionario.

-        Sí, algo me contó Ander de ese nuevo “Leuna”... pero ¿mi hermana se va a despelotar delante de todos en esa fiesta?

-        Claro – digo soltando un largo gemido cuando la mitad de mi verga vuelve a alojarse en su garganta.

Pienso que Marel, no solo se va a despelotar, sino que hará un show en vivo, con el nuevo “Leuna” y que acabará follando con los dos modelos siendo el centro de atención de la fiesta, como la musa a la que todos adorarán y querrán follarse y uno solo, es decir yo, lo haré en privado.

-         ¿Y cuándo va a ser esa fiesta veneciana? - me pregunta ella, al tiempo que pasa su lengua por mi frenillo lo que provoca que el líquido presemeninal embadurne todo el capullo.

A Mar le encantan ese tipo de fiestas, de hecho, siempre las hemos organizado juntos, porque son muy divertidas, como la última que acabó a tope, en la que la mayoría de las modelos terminaron en las habitaciones de nuestros mejores clientes y algunos tríos locos y alguna que otra orgía, por ejemplo, con Ander, Eli, y sus respectivas parejas.  Al tiempo que pienso en eso, mi mano pellizca uno de los pezones de Mar, notando como ronronea con una buena porción de mi polla en su boca, cuando de pronto suena su móvil. Ella estira la mano hasta alcanzarlo, pues está vibrando sobre la cama y al ponérselo en la oreja, aún tiene tiempo de darme unas cuantas chupadas más, hasta que suelta mi polla que queda balanceante delante de sus ojos, a punto de correrme.

-        ¡Huy, cari, es mi jefe, me tengo que ir! - me dice dejándome con aquella verga venosa a punto de explotar.

-        ¡Joder, cielo!

-        Acábatelo tú... mi jefe me va a matar, tenía una reunión a primera hora... - me dice mientras se va vistiendo precipitadamente.

Miro mi propio móvil y veo que yo también he recibido mensajes de Eli, de Ander y de Marel, reclamando mi presencia en nuestra reunión, así que decido meterme en la ducha sin tiempo a aliviarme, intentado pensar en otra cosa y bajar esa excitación por si sola.

-        ¡Adiós, cari! - me dice mi esposa asomando su cara por la mampara de la ducha.

-        ¿Ya te vas?

-        Esta noche termino ese trabajito. - dice riendo señalando mi polla que ha bajado ligeramente con el agua, pero sigue bastante erguida todavía.

-        Entonces ¿Cuento contigo para la fiesta veneciana?

-        Claro, amor, eso no me lo pierdo por nada del mundo y además sabiendo que estará mi hermanita. Anularé  un viaje que tenía programado este viernes.

-        ¿Y eso? - Le digo extrañado.

-        Me había surgido un viaje a Madrid con ese cliente importante, ya le conoces.

-        ¿Y desde cuándo tu empresa te manda hacer este tipo de viajes? Creo recordar que se lo manda a los becarios y tú ya estás más en la posición de ser una jefa que de ser una becaria.

-        Eso es que estás celoso o que me estás llamando vieja, jajaja...

-        Joder, cariño, ya sabes que no soy celoso y respeto a lo de vieja, eres mi niña de siempre, ya quisieran muchas de treinta o incluso menos, tener tu fuerza y tu energía. Pero, además, tú te mereces ser la jefa de esa empresa de una vez, ya que te los has currado mucho.

-        Gracias, amor, pero bueno, mi jefe quería que estuviese yo en esa cita.

-        A saber, lo que querían hacerte esos dos vejestorios.

-        Nada bueno, jajaja... pero bueno, tendrán que hacerlo sin mí. De momento, apúntame a la fiesta veneciana, que a esa no puedo faltar, sobre todo sabiendo que mi hermana se va a despelotar delante de todo el mundo. Estoy flipando.

-        Sí.

-        Me voy que es tardísimo, cielo.

-        ¡Agur!

Mi mujer sale disparada y yo me termino de duchar y me visto a toda prisa, cogiendo mi Ducati, para sortear mejor el tráfico y llegar cuanto antes a la ofi.

Una vez que el ascensor me deja en mi planta veo que la oficina está desierta y entiendo que deben estar todos en la sala de juntas, por lo que me meto y veo que están a media luz, con una presentación en la pantalla gigante estudiando todos los aspectos económicos del nuevo proyecto, concretamente debatiendo sobre los gastos que va a ocasionar la promoción inicial, incluyendo la fiesta veneciana.

Me fijo en todos los miembros del equipo, entre los que está mi secretaria Pili, Eli, Ander y el equipo financiero al completo, así como algún técnico y gente del grupo de marketing. Mi vista se dirige inmediatamente a mi cuñada que nada más verme me sonríe. Está preciosa, con ese modelito con camisa negra, de la que pude ver sus preciosas tetas que hay debajo en la video llamada en el taxi, y un traje de chaqueta y pantalón de color gris, que se ciñe a sus curvas, especialmente remarcando su redondísimo culo y ensalza sus piernas que tiene cruzadas, meneando su taconazo negro que sostiene apenas con la punta de los dedos de su pie. Solo con eso, ya consigue ponerme nervioso, pero más aún, cuando me siento a su lado.

-        Aritz, un poco más y vienes a la hora de comer. - me dice susurrando poniendo sus cálidos labios en mi oreja.

-        Uf, cielo, ya te he dicho soy el jefe. - digo acariciando su muslo sobre esos pantalones y Pili que está al otro lado, desde su posición no pierde ojo y se fija en mi movimiento sonriéndome. Sin duda, mi secretaria sabe muchos de mis secretos, pienso si sabrá todo lo mío con Marel, pero lo bueno es que siempre ha sido muy discreta y le devuelvo la sonrisa cómplice.

Marel me observa y vuelve a acercar sus labios a mi oreja, que, por cierto, están pintados de un rojo intenso.

-        ¿A Pili también te la has tirado? - me pregunta al ver mi comunicación no verbal con mi secretaria.

-        ¿Por? ¿Qué pasa, que estás celosa otra vez? - la digo metiendo ligeramente mi mano entre sus muslos con disimulo, pero Pili sigue atenta a mis movimientos.

-        No, más que nada por saber contra quien compito. - responde mi cuñada, que también se ve observada por mi secretaria.

-        Tú, estate tranquila que eres la reina por encima de todas. Concretamente Pili debe ser de las pocas a las que no me he tirado todavía, pero si te sientes más segura, antes de irte a comer con tu hermana, te hago una lista- la comento riéndome sin dejar de acariciar su pierna.

-        ¡Que bobo eres!... por cierto, ¿sabes que la carrera del taxi me ha salido gratis?

-        No me extraña, pobrecillo el taxista, viéndote, ha debido alucinar... es que eres todo un bellezón. - la digo en voz baja y aprovecho que hay poca luz, para tocarle con disimulo ese culo tan formidable que tiene.

-        Luego tenemos que hablar – vuelve a decirme y esta vez casi por accidente nuestros labios se rozan ligeramente, algo que nos hace sonreír a ambos.

En la reunión, que se alarga por bastante tiempo, no acabamos de ponernos de acuerdo, pero está claro que la empresa tiene que darlo todo en esa fiesta veneciana, sin escatimar en ningún tipo de gasto. Reservar una planta completa de un hotel de lujo, no es precisamente barato, ni contratar varias camareras en fin de semana con el añadido de nuestras y nuestros mejores modelos, con tarifas desorbitantes, sin duda va a resultar un gasto considerable, por no hablar del catering, el champagne y las copas que van a servirse durante esa noche, pero tanto Ander como yo, estamos de acuerdo en pagar esas elevadas facturas, apostando fuerte por ese juguete que revolucionará el mercado mundial, pero claro tanto gasto, incomoda a nuestros financieros, aunque bueno, es su trabajo.

Salimos de la reunión justo a la hora de la comida y Marel, me separa del grupo.

-        ¿Te he dicho que estás preciosa? - la comento agarrando esa cintura y rozando el comienzo de su culo tan bien definido por ese pantalón de ejecutiva agresiva.

-        Calla, bobo, que tu secre no nos quita ojo.

-        ¿Bueno, qué querías contarme? -  la pregunto.

-        Verás, no quería decírtelo por teléfono, ni antes, por si nos oía alguien, pero mi cliente Vip ha contactado conmigo anoche otra vez.

-        ¿Te ha llamado?

-        No, hombre, todo por chat y me ha dicho que si sigue en pie lo de vernos en directo.

-        No sé... ¿tú quieres?

-        Por supuesto, la sola idea de que nos vea a través de un cristal y se esté pajeando mientras nosotros follamos, ¿no te parece morboso?

-        No digo que no. Lo es y mucho...

-        Pues eso, quiere verme follar en directo con el chico de los videos expuestos en mi web.

-        A ese chico le conozco, jeje... - digo yo en plan gracioso.

-        ¿Entonces ya no te parece tan peligroso ni tan alocado?

-        Bueno, como dices, es muy morboso, además, saber que él no va a poder estar dentro de ti, como lo voy a estar yo, da todavía un toque más de excitación al asunto ¿no?

-        Claro, además yo me siento muy segura a tu lado y muy cachonda de que nos vea y para más Inri, ha subido su propuesta al doble y claro, no lo puedo rechazar.

-        No... pero seguramente por ese dinero podría follarse casi a quien quisiera en vivo.

-        Creo que le gusta más mirar... o mejor dicho mirarnos, porque desea vernos en acción.

-        Vale, pues organízalo. Iñaki creo que tiene esa habitación libre para eso.

-        Sí, hablé con él también y lo tiene todo preparado, solo faltaba tu autorización.

-        ¿Entonces Iñaki sabe que voy a follar contigo mientras un desconocido nos mira?

-        No exactamente. Le dije que quien va a follar contigo es Mayder.

-        Joder, nena, tú sí que sabes montar una fiesta. - la digo y aprieto su culo sin poderme contener, pero ella misma retira mi mano con disimulo y continúa contándome.

-        Entonces le dije a mi cliente Vip que el viernes en la empresa donde trabajo vamos a organizar una fiesta privada en donde podrá vernos en acción y así resultará todo más anónimo y discreto, gracias a las máscaras.

-        Es perfecto, cuñada.

-        Está de acuerdo en asistir y le he pedido un pase especial a Eli, que me ha hecho llegar de forma privada por email y se lo he reenviado, porque mi cliente también quiere pasar desapercibido. Creo que me he adelantado un poco, antes de consultarte, espero haber hecho bien y que no te haya molestado - me dice muy mimosa, tirando de mi corbata.

-        ¿Quién puede resistirse a tu belleza y a esos pucheritos que haces cielo? En absoluto cariño, me parece una idea estupenda, de hecho, estoy deseando que llegue ese momento en el que estemos solos tú y yo... bueno y ese cliente VIP que disfrutará viéndonos follar.

-        Y yo también estoy loca porque llegue ese momento, Aritz. - añade ella, acercando su boca hasta un punto de más tensión, sabiéndonos observados.

-        Tu hermana, además está encantada con la fiesta.

-        ¿Mi hermana va a venir?

-        Sí, ¿algún problema con eso?

-        No, bueno... no sé. Es todo muy raro, que ella sepa lo nuestro y no lo podamos contar.

-        No, eso no. - digo muy firme

-        Ya, pero es cortante...

-        Ella me dijo que eras muy tímida, que ni se creía que te atrevieras a desnudarte delante de todos, ni mucho menos que te lo hicieras con el americano.

-        Menos mal que no me conoce del todo... pero ¿cómo vamos a hacer con la presentación y luego irnos tú y yo... ¿tampoco se lo has comentado?

-        Bueno, no exactamente. Ella al fin y al cabo no conoce a Mayder. Tendrás que hacerlo de tal manera que no sospeche.

-        Buf, a ver si no se me nota, como lo de hablarle de ese americano.

-        Seguro que eres resuelta con eso.

-        Sí, la contaré la verdad, de una persona increíble que me ha desvirgado el culo y lo ha hecho como nunca imaginé, con mi marido dormido, haciéndome correrme como nunca.

-        Joder, como sigas, me vas a delatar, que mi polla enseguida se pone a trabajar y hoy tu hermana me dejó con las ganas.

-        ¡Huy entonces habrá que arreglar eso! - añade y mueve su rodilla, de tal manera que la cuela entre mis piernas y me roza con su muslo la entrepierna.

-        ¡Joder, Marel!

En ese momento se acercan Ander y Eli.

-        Hola pareja, ¿qué hacéis? - pregunta Ander guiñándome un ojo con disimulo al tiempo que mi cuñada se separa de mí.

-        Bien. Nada... - respondo - ¿qué tal van los preparativos de la fiesta, Eli? - le pregunto a nuestra directora.

-        Bien, todo sobre ruedas. - responde sonriente.

-        Genial y, dime, ¿cuantos han confirmado que van a asistir a la fiesta? - pregunto

-        Confirmados 60, incluyendo el cliente que me ha pedido Marel.

-        ¿Qué cliente es ese? - pregunta Ander intrigado.

Antes de que intervenga mi cuñada, lo hago yo.

-        Sí, hombre, es un viejo conocido de la empresa. ¿Te acuerdas de John el vejete cachondo inglés?

-        Claro, menudas fiestas montaban en su empresa. - comenta Ander.

-        Pues eso, aunque ya no es cliente actualmente, Marel contactó con él y los nietos insistieron que quería venir y me pareció mal que el abuelo marchoso se lo perdiera. ¿No te importa no?

-        Para nada. No te preocupes Aritz. - afirma mi socio.

Cuando miro a Marel, veo que disimula con una sonrisa y al mirar a Eli, veo que tampoco se traga esa bola del vejete inglés.

-        Queríamos comentar algo contigo, Marel – apunta Eli de pronto.

-        ¿Conmigo?, ¿Ocurre alguna cosa con la fiesta? - pregunta mi cuñadita algo preocupada pues está realmente ilusionada.

-        No, tranquila – interviene mi socio dirigiéndose a ella – es precisamente por eso, se nos había ocurrido una cosa para la presentación, aunque no sé si te va a gustar.

-        ¿No será cambiarme por otra modelo?

-        ¡No, en absoluto! - comenta Eli - ¡Eres perfecta para eso!

A Marel se le ilumina la cara, porque sabe que causa sensación, incluso entre las mujeres. Entonces Ander le explica el plan.

-        No, Marel... la idea es mantener todo igual, que sea algo explosivo, que deje a todos boquiabiertos, aunque solo tu presencia ya será un bombazo.

-        Gracias, Ander. - responde halagada y él continua.

-        Bueno, la idea es de tu cuñado, aunque no sé, si tú...

Marel se gira hacia mí, que la devuelvo una sonrisa juguetona.

-        ¿Es idea tuya? ¿y en que has pensado? - me pregunta ella intrigada.

-        Verás, quizás te parezca una locura, pero lo hablé con mi socio y con Eli, que además   de la presentación prevista de nuestro nuevo juguete “Leuna” que, por supuesto harás tú, Marel y lo harás divinamente, quería proponer algo distinto y es que vayas vestida con el típico traje de veneciana para esa presentación y acompañada de dos modelos.

-        Bien, me gusta. - responde ella.

-        Los dos modelos serían Roberto y Michael, ellos, desnudos, naturalmente, le quitarán la vestimenta, provocando ese impacto mayor a todo el público asistente y cuatro de nuestros mejores clientes tendrán derecho de poder utilizar mediante una aplicación móvil el vibrador mientras vosotros tres hacéis el show.

Marel nos mira a los tres, como queriendo ver en nuestras caras algo que se escape de esa locura o si es del todo cierto, pero tanto Eli como Ander afirman con la cabeza.

-        Entonces ¿Tendré que follar con Roberto y Michael delante de todos?

-        Bueno, eso depende de ti, Marel. - comento.

-        No sé, es un poco fuerte. - dice ella...

-        Me dijiste que tu marido no iba a estar, ¿verdad? - interviene Eli.

-        ¡Naturalmente que no! - responde mi cuñada con los ojos como platos.

-        Bueno, esa es otra cosa que no te había dicho. - le digo.

-        Espera, ¿has invitado a Igor? - me dice ella agarrando mi brazo sin creérselo todavía.

-        Recuerda que irás con máscara, maquillada...

-        A mí me parece genial y original, además de morbosa. - dice mi socio imaginando la escena, como yo, en la que ambos veríamos la cara del gilipollas del marido sin que supiera que esa modelo es su mujer.

-         ¡Ni loca! - dice de pronto Marel y nos deja allí plantados.

La veo avanzar con sus andares firmes, marcando el sonido de sus tacones en el suelo y parece furiosa, pero cuando voy a ir tras ella, mi socio me agarra del brazo.

-        ¡Déjalo de mi cuenta, Aritz! - me dice y es él quién va detrás de Marel.

Eli y yo salimos de la sala de juntas, caminando por el pasillo y me fijo también en ella, sobre todo en sus tacones que resuenan en ese pasillo, además de su blusa ceñida que marca sus curvas y esa falda de tubo azul, tan estrecha, que le hace dar pequeños pasitos con sus tacones. Ella misma intenta tranquilizarme.

-        No te preocupes por tu cuñada, Aritz, que Ander tiene mucho poder de persuasión.

-        No sé, quizás me pasé con mi propuesta y, además, haber invitado a Igor...

-        Bueno, siempre puedes cancelar eso. Tú, tranquilo.

-        Ya. Oye, por cierto, perdona por meterte en un compromiso ya que ese cliente de Marel, es un amigo especial. - digo esto último poniendo los dedos entrecomillados.

-        No tranquilo. En cuanto Marel me contó, ya imaginé todo.

-        Espera, ¿qué imaginaste? - la hago detenerse en el pasillo, sujetándola por el brazo.

-        Nada, lo que es... lo sé absolutamente todo, por eso no preocuparos, que soy una tumba y os guardo el secreto, - dice con una sonrisa picarona.

-        ¿Pero lo sabes todo?

-        Claro. Soy fan de Mayder y de ese nuevo ligue que se ha echado en Japón. ¡Vaya pareja!

-        ¡Joder, Elisabeth!, ¿En serio que lo sabes todo? - pregunto alucinado.

-        Por supuesto y me encanta veros a los dos disfrutando y haciendo disfrutar a miles y miles de seguidores.

-        ¿Lo sabe alguien más en la oficina? - pregunto preocupado.

-        No, que yo sepa. Ni siquiera se lo he dicho a Marel y le he seguido el rollo del abuelo inglés.

-        Uf, te debo una, Eli.

-        Ya sabes me la voy a cobrar en la fiesta. - dice riéndose.

-        Cuando tú quieras, que no hace falta ir de fiesta para darte lo tuyo – digo burlonamente.

-        Con que me des la mitad que a Mayder, me doy por satisfecha. Por cierto, que aparte de devorar los videos de Mayder, tu cuñada, la real, también me pone muchísimo.

-        Lo sé, no hay más que verte la cara.

-        ¿Tanto se me nota?

-        Seguro que te mojas nada más verla y te encantaría follártela.

-        Cómo me conoces. - me dice agarrando mi brazo.

No puedo evitar darle un piquito a Eli y porque estamos en medio del pasillo y alguien nos puede ver, sino, estoy seguro de que la hubiese pegado un morreo ahí mismo, pero al juntar levemente mis labios con los suyos, mi cuñada entra en su despacho y lo ve todo. Me despido de Eli y llamo a la puerta de mi cuñada.

-        ¿Puedo pasar? - pregunto asomando mi cabeza.

-        No sé, te he visto muy ocupado. - responde con cierto enfado.

-        ¡Mujer...!

-        ¿También con Elisabeth? - me pregunta con morritos.

-        ¿Celosa de nuevo?

-        Pues sí.

-        Bueno, a Eli la conozco hace muchos años, además es una fan.

-        ¿Una fan?

-        Bueno, en realidad es una fan de Mayder.

-        ¿Qué? - pregunta alucinada.

-        Ya ves, eres internacional.

-        Pero ella no me ha dicho nada. ¿Es cierto lo que me dices?

-        Claro, me lo acaba de confesar. Por eso que yo la conozco mejor. ¿Sabías que es bisexual?

-        ¿Eli?

-        Sí, le gusta una buena polla, pero también le gustan, como a mí, los coñitos jugosos y húmedos, como el tuyo. De hecho, me acaba de confesar que le vuelve loca el coño de Mayder.

-        Vaya... no paro de recibir sorpresas.

-        Un día la tendrías que dejar que pruebe el tuyo, creo que lo come como nadie. Me contó tu hermanita en una ocasión, que después de unas copas con Eli y su pareja fueron a su casa y fue el mejor polvo de su vida... palabras textuales.

-        Uf vaya, con Mar también... No salgo de mi asombro.

-        ¿Te asusta la idea?

-        Mmm, al contrario, suena muy bien, siempre que sea contigo ese trío. - Me dice con esa sonrisa picarona.

-        Te veo lanzada.

-        Bueno, nunca lo he hecho con una mujer, pero si ella es Eli, no me importaría, irradia sensualidad.

Acaricio su cuello y le doy una pequeña lamida en el lóbulo de su oreja y provoco su risa nerviosa.

-        ¿Ya se te pasó el cabreo? - la pregunto.

-        No, es que es muy fuerte, pero creo que tienes razón... además Ander me ha convencido, porque, como él dice, no deja de ser trabajo, como el que hice en Tokio.

-        Claro... ¿Y lo de Igor?

-        No sé, por un lado, me asusta, que me pueda reconocer, pero por otro... me excita muchísimo saber que está ahí, viendo cómo se follan a su esposa. ¿A ti te gusta?

-        Me vuelve absolutamente loco la idea.

-        ¿Y cómo vas a hacer para invitarle?

-        Bueno, me inventaré algo, pero tendrás que echarme una mano. ¿Vale?

-        Claro, ya estoy cachonda con la idea... - me dice y me abrazo a su cuerpo para morder su cuello al tiempo que aprieto sus posaderas entre mis dedos.

-        ¿Entonces seguimos adelante?

-        Por supuesto.

-        Bueno, he hablado con Eli y aparte de la vestimenta, que tendréis que elegir, además de tacones y la máscara que llevarás, quería enseñarte estos complementos que he encontrado especialmente para ti. - la comento enseñándole unas fotos del móvil.

Marel se queda sorprendida viendo en primer lugar una bonita gargantilla de cuero, con hilos dorados y una gran argolla por delante, después son unos tacones negros de plataforma con cremallera en el talón y una tela de red le sujeta el empeine, y la tercera es una máscara dorada que le cubre los ojos y nariz, con bordados de pájaros ensartado de cristales de Swaroski.

-        ¡Guau, me encanta, Aritz! - dice ella ilusionada.

-        ¿En serio te gustan? ¿Crees que te iría bien para el show con los modelos?

-        Son espectaculares, que ganas tengo de probarlos. - me dice.

-        Cual, ¿los complementos o los modelos?

-        Ambos. - sonríe picarona.

-        Bien. - afirmo, dándole un azote fuerte en su nalga.

Mi cuñada se pasa la mano por la zona dolorida tras mi cachetada.

-        Bueno, guapo, ahora voy con tu mujer a comer y luego me ha dicho Eli que tengo ensayo con los chicos sobre las cuatro.

-        Pues nos vemos luego. - la digo, agarrando su culo y dándole uno de nuestros morreos, calentándome de nuevo.

-        Ya te cuento. Agur...

A las cuatro de la tarde, tal y como me ha indicado Eli, está el equipo preparando la sesión de fotos y el ensayo con los modelos en el set de rodaje. Me acerco allí y veo que está casi todo listo, a falta de que llegue la protagonista,  mi preciosa Marel, pero ya están en el set la maquilladora, la peluquera, el técnico de iluminación, dos fotógrafos, la propia Eli que se va a encargar de hacer ella misma el video de prueba y que por cierto, se ha cambiado la falda de tubo, por una minifalda tipo escocesa, que deja a la vista sus largas piernas y que le permitirá moverse o agacharse con comodidad para poder filmar, pero que además le da un aspecto travieso y muy sexy. Los dos modelos también están preparándose, ataviados con dos albornoces blancos, siguiendo las indicaciones de los fotógrafos para colocarse en uno y otro lugar.

En ese momento aparece Ander y se pone a mi lado, en otra silla junto a la mía, dispuesto a observar bien todo el ensayo.

-        Hombre socio, ¿tú por aquí? - le digo chocando mi mano con la suya.

-        Bueno, Aritz, esto no me lo pierdo por nada del mundo. Tu cuñada es espectacular.

-        Lo sé.

-        Cabroncete... jeje... oye, por cierto, que buena se ha puesto Eli con esa faldita, ya se me está despertando la “bicha”. - añade apretando su polla bajo el pantalón.

-        Yo estoy así, casi desde que he entrado.

-        Voy a saludar a Eli. - me dice levantándose para acercarse a nuestra colaboradora.

Cuando se pone junto a ella, le dice algo al oído que sin duda la hace reír, cuando ella le da un pequeño codazo a mi socio. A saber, qué es lo que la ha dicho, menudo bribón.

De pronto, cuando mi cuñada aparece en el set, es como ver entrar un rayo de luz que ilumina toda la estancia, pues a pesar de ir con un albornoz blanco, sigue desprendiendo sensualidad por los cuatro costados, caminando segura con ese sonido de sus largos tacones sobre el piso, que deja a todos absortos con su caminar, incluso los modelos lo comentan entre ellos, sin duda impresionados como el resto por la aparición de esa diosa.

-        ¡Hola Aritz! - me saluda sentándose a mi lado.

-        Hola preciosa. ¿Todo bien con tu hermana? - la pregunto.

-        Sí... no sé muy bien si se ha tragado todo lo del americano, pero he intentado seguir tu bola y que sepas que yo le he puesto por las nubes, describiendo su gran polla, cómo me folló en volandas, como me puso contra la pared y luego lo hizo en la cama, con Igor dormido... follándome el culo como nunca había imaginado. Creo que se ha calentado mucho con mi relato de lo sucedido, aunque el detalle del americano fuera la excusa, todo lo demás, tal cual.

-        Creo que la has calentado tanto como a mí. - digo apretando mi polla y ella sonríe.

-        Genial. Me encanta verte a tope por mi culpa. - me suelta sonriendo de forma traviesa.

-        Pues aquí estamos esperando para que empiece todo.

-        Mucha gente ¿no?

-        Bueno, acostúmbrate que en la fiesta serán muchos más.

-        Ya...

Eli se acerca a mi cuñada y le va explicando cómo van a ser las tomas y cómo debe colocarse ella para que en el show no haya fallos. Para empezar, harán unos cuantos ensayos, grabarán para ver los errores y tomarán fotos que servirán para el catálogo además de algún video promocional.

Los modelos son los primeros en quitarse el albornoz y aunque tienen sus pollas flácidas, se nota que están muy bien dotados, sobre todo Roberto, ese modelo de origen guineano, que es la sensación de todas nuestras clientas por su físico y su impresionante miembro.

Edurne, nuestra maquilladora y estilista, empieza a darles primero unos toques de maquillaje en la cara a los chicos, para quitar cualquier brillo en las fotos y después hace lo mismo en sus pollas, con una naturalidad tremenda, pero que a ellos hace despertarlas hasta conseguir que se queden en semi erección gracias a los movimientos de los dedos de la chica. A pesar de todo, ellos no son de piedra, claro.

-        Uf, vaya dos pollones. - me suelta mi cuñada, viendo a esos chicos tan guapos, desnudos y con sus trancas cada vez más tiesas.

-        Te vas a hartar, jajaja... - contesto riendo.

-        Me sigue encantando la tuya por encima de todas y además que no tiene nada que envidarles. - me responde con los ojos brillantes.

Edurne, le indica a Marel, que se acerque al centro del set, para proceder a su maquillaje. Entonces mi cuñada se levanta y deja caer el albornoz por su espalda, quedándose completamente desnuda, tan solo con sus tacones.

-        ¿Me sujetas esto, cuñado? - me dice entregándome el albornoz con su sonrisa pícara.

Mi cuñada, sabiendo que es el centro de atención, camina en pelotas marcando el sonido de sus tacones en el suelo, dejando a todos boquiabiertos y en ese momento se produce un silencio sepulcral, pues el perfecto cuerpo de Marel, resplandece con los focos y ese sensual caminar, que hace bambolear sus enormes pechos y su terso trasero. Inmediatamente, las dos pollas de los modelos se ponen a tope en cuanto la tienen desnuda tan cerca.

Al tiempo que Edurne la maquilla la cara y la da algunos reflejos en sus tetas, Ander regresa a mi lado para decirme.

-        Joder, qué pibón, macho... cada vez te envidio más, pensando que te has follado a esa diosa.

Le sonrío y en el fondo me siento pletórico por haber sido ese afortunado y veo que mi socio se acaricia la polla sobre su pantalón, evidentemente cachondo, supongo que tanto como lo estoy yo, esperando ansioso a que comience ese ensayo general.

Continuará...

Raúl & Sylke