El secador
En un micro un encuentro muy caliente y sexo a pleno en un asiento.
El secador
Subí al micro que me llevaría a la costa, tenía el asiento 43, atrás de todo. Me senté y el bus arrancó, quedaban dos paradas más antes de que agarrase la ruta, en la parada siguiente subieron varias personas más, entre ellos un chico de unos 16 años que se sentó junto a mí, saludándome.
Luego de un rato el micro finalmente agarró la ruta y yo pensaba dormir, pero el muchacho me dio charla y comenzamos a dialogar. Se llamaba Axel, vivía en Liniers y sus padres ya estaban en la costa, él se había quedado unos días más para dar unos exámenes en el colegio. Mientras hablaba noté que se la caían algunas plumas, había gestos que por momentos lo hacían parecer una mujercita y si así era, tenía que ser mía. Como es de esperar llegó el tema del sexo y con él la noche el micro quedó prácticamente a oscuras. Hablamos un buen rato sobre el cine porno y ahí aproveché y le pregunté si le gustaba todo lo porno o solo lo hetero. Me respondió que todo Igual yo, le dije y ahí mandé "¿No te gustaría participar en una peli porno?" Por supuesto,dijo él
Y ahí comenzó mi mentira le dije que yo trabajaba para un productor de cine condicionado, que filmaba videos que vendía por Internet, y que si él quería podía recomendarlo. La idea lo intrigó y comenzó a preguntarme que cosas tendría que hacer y yo ya sin tapujos le dije que tenía que chuparse unas cuantas pijas y entregar la cola.
El chico se quedó sorprendido ¿Ah no te avisé que eran videos gays? Axel se quedó callado un rato y después preguntó: ¿pagan bien?
Sí, claro, le dije ¿pero vos tenés experiencia en esto, conmigo podés hablar claramente, trabajo de esto así que quedate tranquilo...ok? le dije.
Y me confesó que sí, que ya había chupado un par de vergas, y que le gustaba mucho hacerlo. Además agregó "dicen que lo hago muy bien".
Yo sonreí y le dije que eso lo iba a averiguar el día que lo cite para el casting, si se animaba. Entonces Axel, sin perder más tiempo, me puso la mano sobre la verga y me dijo que por qué no lo averiguaba ahora. Me bajó el cierre y metió la mano dentro. Acarició mi verga por encima del bóxer, yo me estiré un poco para comprobar que nadie podía vernos. La mayoría del micro dormía y el asiento de al lado estaba vació. Así que me relajé y lo dejé hacer. El chico me desabrochó el pantalón y yo ayudándolo un poco me lo bajé unos centímetro, mi pija estaba que explotaba y deseosa de ser chupada por ese pendejo glotón. Axel sacó mi pija del bóxer y comenzó una paja suave, mientras me decía que le encantaban las vergas gordas como la mía. Poco a poco se fue inclinando hasta que su boca quedó a escasos centímetros de mi glande, sacó su lengua y lamió los líquidos que ya humedecían mi verga, para luego abrir un poco la boca e ir metiéndose centímetro a centímetro toda mi verga en la boca.
La sensación era impresionante, la posibilidad de ser observados o descubiertos me calentaba como nada lo había hecho en mis 30 años. Puse una mano sobre la cabeza del chico y le obligué a permanecer con toda mi verga dentro de su boca, para luego tomarlo suavemente de los pelos y obligarlo a deslizar su lengua por todo mi tronco, en un sube y baja grandioso. Axel realmente la mamaba bien, dejaba salir su lengua por debajo de mi tronco y mientras subía y bajaba con sus labios apretándome, me lubricaba bien con la lengua.
Estiré mi mano y manoseé su orto, metiéndola por el hueco que queda entra el pantalón y la espalda. El chico reaccionó de inmediato y se desabrochó el pantalón, facilitando el ingreso de mis dedos a su culito. Me llené dos dedos de saliva y se los fui metiendo en el culo, mientras él seguía su laboriosa mamada. Ya no nos importaba ser descubiertos, mis pantalones estaban por el piso y Axel lamía mis bolas con devoción y mis dedos entraban y salían de su culo con total facilidad.
Le dije que se la quería meter, sin dejar de chuparme me dijo que sí. Axel se puso de costado contra la ventanilla del micro y dejó su culito a mi entera disposición, solo tenía que inclinarme un poco para penetrarlo y así lo hice. Me puse de costado y tomando mi verga con una mano se la pasé bien por toda la raya del culo hasta que le apoyé la cabeza en el orificio que ya pedía a gritos ser penetrado. Poco a poco le enterré la verga, primero entró la cabeza con bastante dificultad, ya que la tengo bien gorda, su culito apretaba mi glande y eso me volvía loco. Así le fue mandando cada centímetro de mi verga, Axel en voz baja se quejaba del dolor, pero al rato ya pedía que lo serruchara con fuerza. Mi verga entraba y salía de su culo violentamente, mientras lo tomaba de un lado de su cadera para apretarlo aún más contra mí.
Tomé con mi mano una de sus nalgas y la separé bien para poder observar como mi carne entraba en su culo. Le dije que le iba a llenar el orto de leche, y me pidió que no lo haga, que quería que la leche se la ponga en la boquita. Eso me calentó, era un putito vicioso.
Lo cogí un buen rato hasta que sentí que me venía, entonces salí de él y le ordené que me la mamara. Axel se arrodilló entre mis piernas y tomándome la verga entre las manos apoyó sus labios rodeando mi glande y comenzó una mamada suave, húmeda que me llenó de placer finalmente exploté y el pendejo se tragó toda mi leche, lamiendo bien hasta la última gota, secándome por completo.
Esa noche me la mamó dos veces más, era un lujo ser mamado por ese pendejo.
Cuando llegamos a destino le pasé una tarjeta con mi celular y le dije que me llamara para arreglar lo del video.
Axel me sonrió y me dijo que no quería hacerlo, pero que me llamaría al día siguiente para pasar un buen rato en la playa. Me saludó con un abrazo y se marchó yo tomé un taxi en la terminal para ir a mi departamento. Al rato sonó el celular era Axel, "mis papás salieron, ¿puedo ir?"
Claro, le dije y le pasé la dirección.
El Gato.-