El sauna II

Luego de una discusión con mi pareja, tengo una tarde increíble en un sauna muy particular.

Hace unos días tuve una discusión con mi pareja y quedé muy ofuscado, por lo que decidí salir a dar una vuelta, era cercano al medio día, cuando un amigo me llamó, le conté lo sucedido y este me recomendó un sauna, poco conocido y muy privado, pero que él pensaba sería ideal para relajarme.

Le hice caso y fui a la dirección que me entregó, llegue a un edificio pequeño, de cuatro pisos, no había ningún cartel o indicación que allí funcionara un sauna, pero con lo que habían contado, no me extraño. Al entrar, en la recepción me indican que es un sauna gay, solo se permitían hombres y travestis, pero no así mujeres, me indican que dentro de sus normas estaba el no entregar la dirección a terceros ya que no querían demasiada publicidad, les gustaba guardar discreción, a lo que me pareció muy bien.

Pague mi ingreso y deje reservada una hora para un masaje, paso a los camerinos y me quedo pasmado al ver unas travestis hermosas, desvistiéndose, no puede evitar la mirada, era de las "mujeres" más hermosas que había visto, uno de ellas me regala una sonrisa y luego se retiran. Por mi lado, me desvestí, me puse una toalla y me dirijo al sector del sauna seco, eran 4 saunas, los tres primeros estaban demasiado llenos, pero el cuatro no parecía haber nadie, por lo que opté por ese. Al entrar veo a dos chicas (travestis) Mariana y Fernanda (no son sus nombres reales) besándose y tocándose, quedé helado, me senté en una esquina y trataba de no desviar la mirada. Al rato, Mariana, se pone de pie frente a mí y me dice, con una voz dulce pero firme:

  • Estos pechos fueron hechos para ser chupados, este culo para ser penetrado y esta boca para chupar. Tú vas a partir por mis pechos y veremos si te ganas el derecho a continuar.

No tuvo que repetirlo, eran unos pechos enormes, mientras chupaba uno acariciaba el otro y con la otra mano le acariciaba el trasero, jugando con su agujero. Al rato, Fernanda se acerca y me empieza a chupar el pico, mientras pajeaba a Mariana, al cabo de unos minutos Mariana me pide que se la meta, se siente sobre mí y empieza a cabalgar con locura, mientras ella estaba sobre mí, Fernanda me pide que la chupe, abro la boca empieza jugar con ese pico hermoso, mientras le acariciaba las bolas. Siento acabar, Fernanda le pide a Mariana que se mueva que le toca a ella, y cambian de posición, el culo de Fernanda era más duro, apretado y delicioso que el Mariana, pero esta se pone de cuatro y mientras yo se la metía a Fernanda, esta se la metía a Mariana. Terminamos juntos, los tres, gritando de placer. Seguimos abrazados por unos instantes, hasta que Fernanda se para y me dice:

  • Amor, tenemos que repetirlo, sin duda, pero por ahora tengo que salir. ¿Me la chupas de nuevo, antes de irme?

La mire unos momentos, nos dimos un jugoso beso, y me metí ese hermoso pedazo de carne en la boca, de nuevo, seguí chupando por varios minutos, en eso siento a Mariana que me mete la lengua al culo, una sensación deliciosa, casi acabé ahí mismo, luego de eso me mete todos sus 19 cm de golpe, casi se me caen las lagrimas en una mezcla de placer y dolor. Seguimos por largos minutos hasta que las dos acaban al mismo tiempo, llenando el culo y la boca de semen caliente. Fernanda me besaba queriendo sacar sus jugos de mi boca, Mariana hacía lo mismo en mi trasero.

Compartimos un largo beso los tres, compartiendo todo el semen de mi boca y el que ellas pudieron sacar de mi cuerpo, y nos retiramos de la sala. Yo me voy en dirección a las duchas, era ya necesario un baño frio, para bajar un poco las revoluciones. Luego me voy en dirección a la piscina, quería descansar un poco antes del masaje, que prometía ser excelente, ya que era muy recomendado por el amigo que me recomendó ese lugar.

En la piscina, que er a de buen tamaño, me quedo no más de 10 minutos solo, y llega un muchacho de tez blanca, ojos grises, atlético pero sin ser marcado y con cara de niñito, que se identifica como Raúl. Me pregunta si se puede sentar a mi lado (toda la piscina estaba vacía, no había nadie más), le digo que sí, no pasan 5 minutos cuando me empieza a sacar conversa.

  • ¿Vienes seguido? - pregunta Raúl

  • No - le respondo - Es la primera vez que vengo.

Luego un nuevo silencio, Raúl era un muchacho muy tímido, con facciones finas y lampiño como de una pequeña nena. Yo lo quedo mirando, y le digo:

  • Voy al jacuzzi, ¿me acompañas?

Me responde que sí, se pone de pie y me sigue a unas mini piscinas tipo jacuzzi. Nos ponemos a conversar de cosas banales por varios minutos. En un momento me empiezo a relajar con el agua caliente, luego de mi aventuras con Fernanda y Mariana, y siento el cuerpo descansar. A este momento de debilidad, Raúl me invita a salir y recostarnos en las sillas nuevamente, acepto y lo sigo. No pasan dos minutos que estamos recostados y siento que me corren la toalla con mucho cuidado, entre abro un ojo y veo a Raúl mirándome el pico con cara de goloso, y le digo:

  • Chúpalo, métetelo a la boca, pero de acá no te vas sin que te la meta en ese culito hermoso.

Raúl me mira, como asustado, lo tomo de la cabeza y lo guío a mi pico. Él abre la boca, y empieza a chupar con torpeza al principio, pero cada vez con más ganas y confianza. Le guío los movimientos con mis manos, hasta que siento acabar nuevamente. Raúl sigue chupando, se lo traga todo, luego me chupa las bolas, no pasa mucho hasta que estoy listo nuevamente. Sin decir ni una palabra, Raúl se pone de cuatro en el piso y me dice:

  • Es mi primera vez, hazme tuya, que ser tu putita.

No me lo tuvo que decir dos veces, primero le meto la punta de la lengua, mientras con una mano lo pajeo, a lo que casi me implora:

  • Por favor métemela, no me hagas sufrir, quiero ese pedazo de carne dentro!!!

Le meto la punta, de poco en poco, luego un poco más, a lo que Raúl grita de deseo, se mueve como una putita deseosa y golosa. Luego un poco más, hasta que se la meto de golpe, cuando mis bolas chocan con su culo, Raúl suelta un grito de placer enorme, empiezo un vaivén firme, con fuerza, siento que Raúl acaba en el piso, me pide que me siente, lo hago y él se sienta sobre mío,  empieza a cabalgar despacio, luego más rápido, y más rápido, en un momento siento que me va a sacar el pico de su lugar, estoy a punto de acabar, le digo, a lo que me responde:

  • Por favor, lléname el culo con tu leche calentita, pero déjame algo para mi boca!!! Aaaaah!

A sus palabras se suelto un chorro poderoso en ese culito, hasta ahora virgen, Raúl se para de un golpe y el segundo chorro le da en la cara y pecho. Luego nos abrazamos y besamos, nos vamos a la piscina juntos, por unos momentos, hasta que veo la hora y me tocaba ir al masaje. Nos despedimos con un jugoso beso, compartimos teléfono con la promesa de volver a encontrarnos y nos despedimos.

Me voy a la sala de masajes, a esta altura medio aturdido, entro en el box 4, una vez ahí llega un tipo negro, de brazos fuertes, y me dice:

  • Los masajes que ofrecemos pueden ser de dos maneras, primera opción: te hago un masaje normal, te saco los nudos de la espalada y te relajo las extremidades, si en algún momento deseas podemos jugar un poco, siempre y cuando nos alcance el tiempo; segunda opción, te bajas de esa camilla me la chupas y, si quieres, le pido a mi asistente que se una y armamos un trío que nunca olvidaras. La decisión es tuya, te dejo unos minutos para que la tomes, mientras me voy a preparar.

Sale del box, pienso unos instantes, en realidad me encantaba la idea de que ese negro hermoso me partiera en dos, pero llevaba al menos 5 horas de sexo casi ininterrumpido, no sabía si podía seguir. En unos minutos volvió el masajista y me dice:

  • ¿Ya tomó su decisión? ¿Cómo seguimos?

No alcancé a decir palabra, cuando, para mi sorpresa, Mariana era la asistente de Luciano (el masajista), sonrío y le digo:

  • No perdamos más tiempo, y provechemos una buena dosis de sexo.

Mientras digo esto, me bajo de la camilla y me arrodillo para tomar ese pedazo de carne negra, y empezar a chupar esos 25 cm de "chocolate". Mariana hace lo mismo y entre los dos no peleamos por poder tener cada vez más de ese hermoso pico en nuestras bocas, nuestras lenguas se cruzaban, mientras yo le acariciaba las tetas a Mariana. Luciano gemía de placer, mientras nos dice:

  • Que boquita más linda tienes, chico. Si no te estuviera viendo diria que eres una nena, chupas como la putita que eres..., aaaaah!!!

Luego nos pide que paremos y que sigamos en el sofá. Mientras me levanto, Luciano me toma entre sus brazos fuertes, me lleva al sofá, donde me recuesta, Mariana empieza a chuparme el pico mientras yo hago lo mismo con Luciano.

Al cabo de unos minutos, Luciano me da la vuelta de un solo movimiento quedo frente a Mariana, le empiezo a chupar el pico mientras juego con sus tetas y Luciano me mete sus 25 cm de un solo golpe. Grito de placer:

  • Aaaaaaaaaaaaaaah!!! Métemela entera, sigue así, no pares, aaaaaaaaaaaaah!!!

Eso lo pone loco, empieza un vaivén feroz, siento que me rasga pero me encanta, tengo una sensación  indescriptible mientras me la meten y la chupo a la vez. En eso Luciano me toma por la cintura y me levanta, me pone de rodillas mientras me la mete cada vez con más fuerza, Mariana se recuesta abajo mío y empezamos un 69, mientras Luciano me la sigue metiendo. A los pocos minutos acabamos los tres juntos, Luciano llenándome de su semen caliente, Mariana en mi boca y yo en la suya. Nos quedamos rendidos, recostados en el sofá, Mariana me sigue acariciando el pico y las bolas, mientras yo le devuelvo el favor en sus hermosas tetas y Luciano me acaricia la cabeza, con dulzura, luego me dice, con su acento cubano:

  • Que culito más apretado y hermoso me acabo de comer. La próxima vez no tendrás que pagar el masaje, solo dices que vienes de parte mía.

Mientras Luciano se viste para retirarse, Mariana me da un jugoso beso, la mezcla de mi semen y el suyo me provoca un placer enorme. Luego compartimos teléfonos y se va.

Luego de esta increíble tarde de sexo y placer, me voy a las duchas, aún exhausto y un poco mareado. Luego de una ducha de agua fría, me voy a los camerinos y me encuentro con una orgía de cuatro tipos, los que me invitan a participar, pero ya no doy más del cansancio y la tengo que rechazar. Mientras me visto, aparece Fernanda, quien luego de un beso me dice:

  • Este es mi teléfono, tengo una amiga que le encantaría conocerte, ¿qué te parece que nos veamos el sábado? Tu solo llámame y yo te prometo una noche que no olvidaras.

Acepto, nuevamente me besa y se va.

Salgo del sauna prometiendo volver pronto, fue un día increíble y una tarde inolvidable. Al llegar a mi casa, mi pareja estaba con cara de preocupada, me pregunta donde estuve, me estuvo llamando toda la tarde, pero sin respuesta. Le digo que fui a un sauna, que necesitaba relajarme y ahora solo quería descansar. Ella lo entiende (soy bisexual), nos vamos a la cama, vemos una película ala rato nos dormimos abrazados. Me duermo con una sonrisa, recordando esa tarde increíble y deseando que llegue luego el sábado para reencontrarme con Fernanda y su amiga.

Espero les haya gustado.

Saludos.