El Santuario submarino (Parte 4)

Lucia, la prima de Cris y Marta, viene pasar unos días con ellas, por lo que acabamos haciendo de guía para ella. Aunque hay sitios que solo se muestran a ciertas personas...

Cuarta parte de esta serie. Diviértanse... Y espero su valoracion y sus comentarios. Gracias.

Aquí esta la primera parte: http://www.todorelatos.com/relato/85904/

Aquí está la segunda parte: http://www.todorelatos.com/relato/85937/

Aquí está la tercera parte: http://www.todorelatos.com/relato/86019/

Hacía dos semanas de la fiesta de cumpleaños de Carla. Nunca olvidé lo allí ocurrido, y mi novia se encargaba de recordármelo si algún día no tenía muchas ganas de tener sexo con ella. Era mala, en ese sentido, me gustaba que utilizase un trió hecho entre los dos y Carla para provocarme.

Llevábamos dos días haciendo de guías para la prima de Cris y Marta, Lucia que tiene un año menos que ellas, que no era de la misma ciudad que nosotros y había venido a visitarlas. No es más alta que sus primas, tenía el pelo rubio y largo, pero hace poco se lo tiño de castaño. Tiene los ojos azules y es delgada. Tiene menos pecho y culo que Cris o Marta pero sus curvas y dependiendo de la ropa que llevasen, la podían hacer más deseable que sus primas.

El tercer día de su visita, hacia un sol increíble y dado que donde ella vivía no había playa, decidimos ir pasar el día allí. Nos hicimos unos bocatas unos bocatas y bajamos sobre las 12:00. La playa estaba llena peor había suficiente espacio para andar entre la gente y para colocar nuestras toallas. Los primeros en llegar fuimos Cris, Lucia y yo. Cinco minutos después apareció un amigo mío y de Cris, aunque para las 4:00 tenía que marcharse, y poco después apareció Marta.

Yo llevaba un bañador azul y blanco, y unos calzoncillos blancos debajo, (Tengo la manía de llevarlos, porque si no, no estoy cómodo) y una camiseta blanca con cuello de pico que me quite por el calor y deje cerca de mi toalla.

Cris llevaba una camiseta bastante fina de color amarillo y unos short vaqueros, que se quito en la playa quedándose con un bikini negro, que contrastaba mucho con su pelo rubio y sus ojos claros. Me excite muchísimo viéndola y me puse a pensar en todo lo que podíamos hacer.

Pero entonces me fijé en Lucia. Ella llevaba un vestido verde liso sin mangas que justo, justo, alcanzaba la mitad de sus muslos. Cuando se desprendió de este, por debajo llevaba un bikini del mismo color que el vestido, que le quedaba muy y estaba muy sexy. Todo ello acompañado por su fina figura, vientre plano y curvas sinuosas, le hacían que atrajera la mirada de varias personas que pasaban por allí. No puedo negarlo, mi excitación aumento y antes de que mi bulto fuese a llegar notable para cualquiera, me acerque a Cris y la besé para que si alguien lo viese, tuviese una escusa.

Después Marta se quito una camiseta del mismo estilo que Cris pero de color rojo y unos short parecidos a los de su hermana, quedando con un bikini parecido al de Cris pero de color rojo, que lo hacía bastante atrayente y le quedaba muy bien a Marta.

Tras insistirme Cris, acabé por ponerle Crema en la espalda, de la cual tuve que desabrochar la parte de arriba del bikini para poner crema en todos los lados y para que no se le quedasen marcas. Aprovechando que estaba poniéndole crema a Cris, Lucia, se desabrochó la parte de arriba del bikini dejando su espalda completamente desnuda.

-Javi, luego a mí, por favor.- Me pidió.

No pude reprimir cierta alegría, al poder tocar a Lucia, aunque fuese en su espalda. Cuando acabé con Cris, me acerque hasta Lucia y le expandí la crema por la espalda, sin dejarme ningún milímetro y disfrutando de su piel. Era muy suave.

-Javiii…- Llamo mi atención Marta. -Yo también quiero…- Me dijo y pude ver como ya tenía la espalda desnuda. Tras finalizar con Lucia, hice lo propio con Marta y al igual que con Lucia aproveché al máximo aquella oportunidad de tocar a mi cuñada.

-Falto yo.- Me dijo mi colega entre risas.

-Pues toma.- Le dije lanzándole el bote de crema a lo que las tres chicas rieron. Como pude me puse crema y me tumbe junto a Cris, y allí estuvimos un buen rato los cinco.

Cerca de las 2:00 Lucia y Cris propusieron comer los bocadillos, pero antes de eso  mi colega y yo nos dimos un baño, ya que seguramente cuando acabásemos de comer el tendría que irse, y no le iba a dejar solo, aunque no me hubiese molestado estar con las tres primas. Cinco minutos después volvimos  las toallas completamente empapados. Pude ver como Cris y Marta miraban mi cuerpo con deseo, claro está Cris no vio la cara de Marta, sino se podría haber armado una buena. Por su parte Lucia, en cuanto nos vio llegar se volvió y comenzó a buscar algo en su bolsa.

Una vez que nos sentamos todos nos pusimos en corro. Yo estaba al lado de Cris y de mi amigo, mientras que Lucia estaba al lado Cris y Marta ocupaba el ultimo hueco entre Lucia y mi amigo. Cris saco de su mochila los bocadillos y entre risas y comentarios de todo tipo comimos. Cuando terminamos los bocadillos, me ofrecí para ir a un bar que había en la playa y comprar un helado para cada uno. Tras memorizar lo que quería cada uno me levanté, pero sabedora de mi mala memoria para estas cosas, Marta, se levantó.

-Voy contigo que seguro que ya se te ha olvidado.- Dijo acercándose a mí.

Sin quejarme por la compañía, nos dirigimos al bar mientras los otros tres hablan y reían, y en el caso de Cris, terminando el bocadillo. A medio camino, Marta rozo su brazo con el mío intencionadamente. No le di mayor importancia hasta que ella habló.

-Desde que Lucia esta aquí, pasas de mi…- Se quejó mirando al suelo.

-No paso de ti, pero delante de Cris, prefiero contenerme.- Le contesté siendo yo esta vez el que le rozaba a ella, a lo que ella me miró y sonrió. No éramos amantes ni mucho menos, pero Marta sí que era un poco celosa.

-Lo pasasteis bien con Carla, ¿No?- Me preguntó de sopetón.

-La verdad es que sí.- Le contesté con total sinceridad. -Pero cuando me dijiste que nos estuviste escuchando, me excité como un loco.

-Vaya…- Se sonrojó Marta. -Nunca me abría imaginado que el escuchar a alguien teniendo sexo, me podría llegar a excitar tanto.- Se sinceró. -Pero admito, que nuestro trió me motivo a escuchar el vuestro.- Esta vez me dirigió una sonrisa. Yo se la devolví y poco después llegamos al bar de la playa. Tal y como Marta había sospechado se me había olvidado parte del pedido, aunque estaba seguro que ella no había venido por eso. Con los helado en la mano, volvimos a las toallas, esta vez hablando de otro temas.

-Ya era hora, tio. Que me voy en nada.- Me gruño mi amigo, cuando llegamos. Repartimos los helados y cada uno comenzó a comerse el suyo mientras seguíamos hablando.

En un momento en el que solo yo miraba a Marta, esta aprovecho para lamer su helado de forma sensual y provocativa, lo que provocó que me excitase mucho. Aunque enseguida tuve que dejar de mirar y ella de provocarme, ya que estábamos en grupo y nos podían haber pillado. Sin querer lo siguiente que mire fue el escote de Lucia, en el cual cayo un poco de helado. Un escalofrió recorrió mi columna vertebral de excitación y deseé limpiárselo con la lengua, pero me reprimí, obviamente y ella se limitó a limpiarse sin que nadie más se diese cuenta.

Llegaron las 4:00 y mi amigo tras despedirse de todos se marchó. Yo llevaba un calentón encima que no lo aguantaba, añadido al calor y que las tres primas estaban increíbles, no hacía más que agravar mi situación. Pero tuve una gran idea.

-¿Os apetece un bañito?- Las invite levantándome y recolocando mi pene para que no se notase mi bulto.

-Bien, vamos Lucia.- Se animo Cris.

-Yo también voy.- Saltó Marta, levantándose rápido y haciendo que sus pechos botasen. Casi me dio un golpe de calor, por lo que me volteé y comencé a dirigirme al agua. Cris pidió a una señora que nos vigilase las cosas si no era mucha molestia y las tres vinieron.

Yo entre al agua rápido, ya que necesita refrescarme y así podría ver a las tres chicas entrar al agua. Cris, entro casi como yo, rápida y directa, mientras que Marta y Lucía iban poco a poco. Aproveche mientras Cris buceaba para mirar a Marta y Lucia, sin que ellas se enterasen. Finalmente acabaron por entrar y nos reunimos todos en un pequeño círculo, hablando. Sus pelos mojados caían por su espalda, dejando a la vista todo el cuello y la zona del escote, la cual me encantaba mirar o les caía por un lateral, me dio tapando provocadoramente, aunque sabía que era sin querer.

Estuvimos un buen rato hablando y moviéndonos por el agua, hasta que Cris quiso salir. Sinceramente a mi me apetecía quedarme y se lo dije, a lo que ella me despidió con un beso y una sonrisa. Marta, a la que no le gustaba mucho el agua también se marchó, no sin antes mirarme. No entendí aquella mirada, y me dejo un poco preocupado hasta que Lucia me habló.

-¿Nadamos un poco hacia adentro?- Me propuso.

-Está bien.- Le contesté y empezamos a nadar, lentamente hacia adentro. Al cabo de un ratillo alcanzamos una red de boyas que separaban la zona de bañistas de la zona por la que podían navegar los barcos, que estaba cerca de una plataforma donde los bañistas pueden subirse y lanzarse al agua desde allí. Aunque ahora estaba vacío, y este nos hizo de pantalla contra la playa, con lo que podíamos hacer lo que sea que nadie nos vería.

Aquella situación me excito bastante sobre todo al mirar el cuerpo de Lucia. Ella se dio cuenta y se rio mirando a otro lado, como si no se hubiese dado cuenta de mis miradas llenas de deseo. Tras un rato en silenció, recuperando el aliento después de haber nadado, Lucia me miró.

-Javi, ¿Me deseas?- La pregunta me pillo de sorpresa.

-Si te refieres a si estas buena… Pues la verdad es que si.- Admití. No podía negarlo, y ya que Cris no estaba no tenía por qué negar la evidencia.

-Gracias…- se sonrojó y desvió la mirada avergonzada. -Pero quiero decir… Si yo ahora… Me desnudase y te dije sé que soy tuya… ¿Qué harías?

Lo primero que pensé fue en Lucia desnuda, cosa que me gusto e hizo que apareciese un bulto en mi bañador, pero que gracias a que de la mitad de mi torso hacia abajo estaba bajo el agua, Lucia no pudo notarlo. Lo segundo que me vino a la mente, fue a Lucia y a mí, teniendo sexo. Aquello hizo que mi bulto aumentase y que si Lucia hubiese mirado lo hubiese podido notar, pero completamente sonrojada y avergonzada, mantenía su mirada en mis ojos mientras yo le devolvía la mirada. Mi tercer pensamiento vino directo desde mi sentido común. Era la prima de mi novia. Por lo que tras unos segundos de silencio bastante incomodo, en el que estuve buscando mi respuesta, por fin hablé:

-Siendo sinceros… No podría resistirme a hacerte el amor.- Le confesé. -Estas buenísima. Tus tetas, tu culo, tu cuerpo entero…- A medida que hablaba miraba aquellas partes del cuerpo que le nombre, para luego volver a mirarla a los ojos. -Pero, al fin y al cabo eres la prima de mi novia. Por mucho que quiera tener sexo contigo y lo disfrutase en grandes cantidades, me sentiría muy mal por Cris.- Esta vez bajé la mirada al agua y la perdí  en la oscuridad del fondo.

-Ya veo…- Contestó Lucia mirando tras de mí al infinito. -Y si... ¿Cris te dejase tener sexo conmigo?- Preguntó retomando el tema.

-Lucia...- Le dije mirándole a los ojos.

-Joder, Javi. Me pones mogollón. Ahora mismo y desde que nos hemos visto a la mañana estoy cachondísima.- Pareció aliviarse a medida que lo iba diciendo. -Quiero que me folles, Javi.- Dijo quitándose la parte de arriba del bikini. Su pechos salieron del bikini con un pequeño bote, tras el cual volvieron a su sitio. No eran tan grandes como los de Cris pero tampoco eran pequeños. Sus pezones, acorde en tamaño con sus pechos, eran sexis. -Son para ti.- Me dijo inclinando el cuerpo hacia mí.

No pude evitarlo y deseé tocárselo por lo que estiré mi brazo hacia sus pechos, pero a mitad de camino paré y un fuerte nerviosismo me invadió. No sabía qué hacer, pero si tenía claro lo que quería hacer. Fueron unos angustiosos segundos, en los que Lucia tomó de nuevo la iniciativa y agarrando mi mano la atrajo hacia sí, para colocármela en su pecho.

Nunca había podido imaginar a Lucia de aquella manera. Las pocas veces que había coincidido con ella la califique como la típica pija. Pero su forma de hablar y actuar ahora mismo me provocó mucho, y añadiendo que ahora tenía mi mano en su pecho... Caí. Antes de que ella se diese cuenta alargue mi otra mano y le agarre el otro pecho y le estimule los pezones, a la vez que le daba un beso que ella me devolvió.

Tras unos increíbles segundos nos separamos, aun con mis manos en sus pechos, y ella me sonrió.

-Mira.- Me dijo y tras agarrarme la mano, me la metió por la parte baja de su bikini. Allí abajo encontré una vagina bien depilada y caliente. -Así llevo todo el rato.

Aquello me excito tanto, que sin pensarlo introduje uno de mis dedos en su vagina, lo que provocó un pequeño gemido de placer en Lucia. Si ya tenía mojado el dedo por estar dentro del agua, pude notar con total claridad como mi dedo se humedecía aun mas dentro de la vagina de Lucia. Esta muy excita. Sin pensármelo comencé mover mi dedo dentro de ella, tanto para sacarlo y meterlo como para hacer círculos dentro de ella, mientras que con otro dedo, estimulaba su clítoris, a la vez que con la otra mano le agarraba los pechos y le pellizcaba los pezones y nos volvíamos a besar.

Un rato después Lucia gemía descontroladamente y finalmente tuvo un orgasmo. Entonces saqué mi mano de ella.

-Volvamos ya, si no Cris podía sospechar algo.- Le dije a Lucia.

-Espera, quiero tu poya...- Contestó ella completamente excitada, cosa que me sorprendió y me excito mucho, ya que como os dije, ella era la típica pijita y escucharla hablar así me excitaba.

-Por favor...- Le insistí.

-Está bien.- Accedió ella no sin antes pasar por mi lado y tocarme el pene, a lo que ella primero se sorprendió y luego sonrió. Deseaba que se hubiese parado y me hubiese empezado a hacer algo, pero las cosas así estaban bien. Así que, después de que se colocara la parte de arriba del bikini, volvimos nadando hasta la orilla. Tuve tiempo suficiente para tranquilizarme y cuando llegué a la toalla me tumbé directamente y suspiré como si hubiese tenido un día muy duro.

-Habéis nadado mucho, ¿No?- Preguntó Cris riéndose.

-Javi, que ha empezado y no ha parado.- Rió Lucia haciéndose la inocente.

Yo no contesté, es más, estaba en un estado en el que no quería hablar con nadie. Tres horas después, recogimos el campamento. Ellas se fueron a su casa, ya que Lucia dormía con ellas, y yo me fui a la mía, pero por petición de Cris, quedamos alrededor de las 10:30 en el mismo sitio donde habíamos estado todo el día. Al parecer a Cris le apetecía enseñarle a Lucia la playa por la noche, y por qué no quedarnos allí tomando algo.

Tal como habíamos quedado allí estábamos los cuatro. Mi novia llevaba unos pantalones negros muy pegados acompañados por unos tacones altos, con una camiseta negra y una chaquetilla por encima, ya que no hacía mucho frio. Marta tenia puesta la minifalda del disfraz de azafata, recordé el momento en el que le introduje la mano por debajo de la minifalda y estimule su clítoris, y por arriba levaba una camiseta azul y un fino jersey por encima. Por su parte, Lucia, llevaba un vestido de color rosa, pero que no era muy chillón, si no que más bien parecía apagado. Al igual que el vestido de la mañana este solo le llegaba hasta la mitad de los muslos y era de un solo hombro, cosa que me excito, ya que tenía el pelo completamente liso y le bajaba por el hombro que tenia la tira del vestido, dejando toda la zona del cuelo y el hombro desnuda, aunque se veía que tenía un sujetador verde debajo del vestido.

Cris me beso para saludarme, mientras que Marta y Lucia simplemente me miraron e hicieron un gesto con la cabeza. Noté algo raro en ellas, pero no sabía qué. Después de los saludos, los cuatro bajamos a la playa. Lucia al ver la costa completamente iluminada por alguna estrella y el mar oscuro le pareció algo realmente bonito, y nos acercamos un poco a la orilla, donde colocamos un par de toallas y sacamos la bebida. Empezamos a beber mientras hablábamos.

-¿Y si nos bañamos?- Preguntó de pronto Cris. Yo no contesté preo claramente quede sorprendido.

-Por mí, bien.- Contestó Marta mirando a Lucia. -¿A ti te apetece?

-Vale.- Contestó Lucia, tras pensarlo o eso pareció que hacía.

-¿Habéis pensado donde vamos a guardar las cosas?- Les interrumpí, justo antes de que se levantaran.

-Sí.- Contestó Cris sacando de su bolsa varias bolsas. -Metemos nuestra ropa aquí, las escondemos bajo la arena en un lugar donde nos acordemos, y ya está.- Explicó Cris.- Además, hoy no hay casi gente, la mayoría están en las discotecas.- Aquello pareció satisfacer las inquietudes de Marta y Lucia y acabaron por levantarse.

-Javi, cierra los ojos, por favor.- Me pidió Lucia como una niña inocente.

-Eso, ciérralos.- Me dijo Cris, para que no mirara a Lucia, lo que ella no sabía es que ya la había visto desnuda. Me tumbe en la toalla y cerré los ojos con resignación, frente al papel que hacia Lucia. Poco después, la voz de Cris me sorprendió. Ellas ya estaban en el agua y tuve que encargarme de esconder las cosas. Por la ropa que vi tirada, todas se habían quedado con la ropa interior a menos que no llevasen nada antes de quitarse la ropa. Yo por mi parte me desnude hasta quedarme con unos calzoncillos de color azul oscuro. Una vez todo bien escondido, fui al agua y vi Marta y Lucia estaban mirando al horizonte, mientras Cris me miraba "Seguramente lo habrá hecho para que no me miren", pensé.

-Las cosas están allí.- Le indique una vez estuve a su lado. Gracias a la oscuridad de la noche y el agua, no se podía ver más que un palmo bajo el agua, lo que relajo a Cris, ya que así ni Marta ni Lucia podrían mirarme. Yo por en cambio, como ya las había visto con los bikinis, no le importo mucho que las viese en sujetador. Lucia llevaba, tal y como deduje, un sujetador de color verde y Marta llevaba uno azul mientras que Cris tenia uno negro.

Al igual que a la mañana, estuvimos hablando, pero la tranquilidad de la noche hacia de aquel momento más especial y mas nuestro ya que estábamos solos. Tras un buen rato, Marta, provocó a Cris para hacer una carrera.

-Te vas a enterar.- Le dijo Cris, preparándose.

-No me hagas reír.- Le contestó Marta, a la vez que Lucia se ponía delante de ellas para hacerles la señal.

-Cris, ¿Te importa, si me llevo a Javi a nadar, como esta mañana?- Aquella pregunta me sorprendió tanto a mí, como a Cris. -Es para que no me ahogue ni nada.- Le explicó.

-Está bien.- Contestó ella, que parecía solo pensar en la carrera con su hermana.

-Gracias.- Contestó Lucia con una sonrisa. -Bueno preparadas... Listas... ¡Ya!- Y según lo dijo Cris y Marta salieron disparadas, dejándonos a Lucia y a mi solos. -Vamos, ¿O qué?- Me invito guiñándome un ojo. Sabía que no era buena ir con ella, pero tal como había dicho, si estaba sola, podría pasarle algo, así que la seguí. Poco después llegamos a la plataforma cerca de la red de boyas en las que habíamos estado esta mañana, y de nuevo Lucia se dirigió allí. Si aquella mañana nadie nos podía ver, ahora mismo éramos invisibles. Lucia se sentó en la red para coger aire y poco después llegue yo, que también me senté en la red para coger aire. Los estuvimos en silencio, ninguno de los dos hablo, pero si me di cuenta que una sonrisa apareció en la boca de Lucia.

-Sabes... Esta tarde en la ducha, me he hecho dedos, pensando en lo que me hiciste esta mañana.- Me comentó sin más. Yo no contesté, es mas, seguí mirando a ningún sitio, pero admito que aquello me excito mucho, sobre todo al imaginarme a Lucia desnuda en la ducha masturbándose. -Javi... Ahora estamos solos...- Ronroneó provocadoramente.

-Lucia...- Su nombre salió de mis labios inconscientemente. Antes de que ella pudiese hacer nada, nadé hasta la plataforma y me subí.

-¿A dónde vas?- Me preguntó Lucia al verme nadar, pero en cuanto vio que subía a la plataforma, ella se también se acercó.

Desde encima de la plataforma, pude ver a Cris y a Marta nadar a los lejos, a la vez que me daba cuenta que si no estaban más cerca no me hubiesen podido ver. Los nervios corrían por mi cuerpo, y a menos que me marchase de allí en aquel instante sabía lo que iba a pasar. Pero era débil. Escuche el gotear del agua de tras de mí y me giré justo para ver como Lucia subía a la plataforma completamente mojada. Su ropa interior transparentaba ligeramente los pezones que ya había visto aquella mañana y por marcaba los labios de su vagina. Parecía una diosa. Las estrellas parecían acompañar su baño nocturno y me había elegido a mí, un simple mortal, para satisfacer sus deseos.

Mi pene creció hasta su forma más grande, haciéndose visible un gran bulto en mis calzoncillos, el cual pudo ver Lucia a lo que sonrió pícaramente.

-¿Te gusta lo que ves?- Preguntó colocándose en un posición sexy y provocadora.

-Demasiado.- Contesté yo sin separar mis ojos de su cuerpo.

-Tómame, Javi.- Me invito con un suave ronroneo a la vez que volvía cambiar de postura. -Hazme tuya, hoy, aquí, bajo estas estrellas.- Me provocó y comenzó a andar sensualmente hacia mí.

Sin poder evitarlo, yo comencé a andar hacia ella. Nos encontramos en un punto medio de la distancia que nos separaba y sin decir nada, comenzamos a besarnos. Ella me abrazó por el cuello y yo la agarre de la cintura. A medida que el beso nos dio calor e intensidad, mis manos bajaron hasta su precioso trasero. Después con una manos busque sus pechos, lo que hizo que Lucia gimiese suavemente y comenzase a respirar agitadamente. Ella por su parte tras acariciarme todo el torso, bajo sus manos hasta mi pene. Lo toco por todos lados y finalmente lo sacó de mis calzoncillos para comenzar a masturbarme. Aproveche ese momento, para introducir yo una mano bajo su braguita y volver a sentir la humedad y el calor de su vagina, la cual acaricie y estimule como a la mañana. Mientras nos masturbamos mutuamente, seguimos besándonos.

-Túmbate.- Le dije mientras seguía acariciándole el clítoris. Ella dejo de masturbarme y dejando sin querer de nuevo mi pene dentro de mi ropa interior, se tumbo sobre la plataforma. LE acaricie la cara y tras darle un pequeño beso en los labios, comencé a descender por su cuello, con suaves besos. Cuando llegué a la zona de sus pechos, le mordisqueé un poco los pezones sobre el sujetador, a lo que Lucia respondió con unos pocos gemidos de satisfacción. Proseguí mi descenso por su terso abdomen bajando por su estomago hasta alcanzar la tela de su braguita. Aproveche ese momento para mirar a Lucia la cual estaba respirando fuertemente y estaba excitada.

Salte directamente desde su estomago hasta sus muslo, los cuales bese, acaricié y morid suavemente, mientras le obligaba a flexionar las piernas y levantarlas un poco para así deslizar las húmedas bragas, tanto por el agua como por su vagina. Abrí sus piernas y deje a mi vista una depilada, rosadita, fina y húmeda vagina, en la que enseguida me hundí. Lamí cada centímetro de su vagina, jugué con su clítoris e introduje mi lengua los más hondo que pude, todo ello mientras Lucia comenzaba a aumentar la intensidad de sus gemidos a la vez que arqueaba el cuerpo de placer. Sus manos me acariciaban la cabeza y de vez en cuando me apretaban contra la vagina, momentos que aprovechaba para introducir mi lengua lo mas profundo que podía.

-Eso es Javi... Umm... Sigue...- Me motivó, a la vez que seguía gimiendo. Pude ver como se apretaba los pechos sobre el sujetador, pero tras ver que le molestaba un poco, se lo quito, y lo dejo junto a sus bragas. Yo seguí a lo mío, pero al ver de nuevo sus pechos y sus pezones, no pude evitar llevar por lo menos una mano y agarrarle los pechos y pellizcarle los pezones, cosa que agradeció Lucia con mas gemidos. Finalmente, tras un buen rato hundido en su vagina, Lucia me entrego su orgasmo con un gran gemidos que me excito muchísimo.

-Lucia... Me pones mucho.- LE dije saliendo de su vagina.

-Me alegro...- Contestó intentado coger aire y recuperarse del orgasmo. -Ahora me toca a mi.- Y sin tiempo a reacción lanzó sus manos en busca de mi pene, el cual encontraron tan gran de como antes. -Tu poya es increíble.- Me dijo, justo antes de comenzar a hacerme una mamada. Estaba en una posición incómoda, tanto para mí como para ella, por lo que tras preguntárselo, Lucia me pidió que me levantase y ella se mantuvo de rodillas, continuando con la mamada. Era buena. Mejor de lo que podía llegar a esperar. Añadido a las vistas que tenía desde allí arriba, fue una mamada increíble. Pude ver como se masturbaba a si misma a la vez que continuaba con mi pene, cosa que me excito muchísimo. Pero algo hizo, que los dos, nos quedásemos quietos como estatuas de piedra.

-¡Luciaaaaa! ¡Javiiiiii!- Era la voz de Cris, que nos llamaba desde algún lugar cercano desde el agua. La busqué, pero no la vi, así que supuse que ella tampoco a mí, por lo que me agache y me coloque al lado de Lucia, la cual tenía en sus manos su ropa interior y la mía. Nos miramos sin saber qué hacer, hasta que se me ocurrió meternos en el agua, en completo silencio, esperando que Cris se marchase.

Ambos desnudos, entramos de nuevo en el agua, y tras pedirle su confianza a Lucia, los dos nos sumergimos bajo el agua. Agarrados de la mano, buceamos y la llevé hasta un lugar bajo la plataforma que pocos conocíamos, y que por circunstancias de la vida y mi falta de memoria en algunos momentos, nunca se lo había enseñado a Cris. Era un hueco en el que entraba el aire y tenía unas barras que unían toda la plataforma pero que nos podían servir para apoyarnos. El espacio era de casi dos metros cuadrados, por lo que Lucia y yo entrabamos perfectamente. Una vez allí dentro, los dos nos quedamos completamente en silencio.

-No están aquí tampoco... ¿Y si les ha pasado algo?- Preguntaba Cris, preocupada.

-Tranquila, ya sabes que Javi es como un pez, así que dudo mucho que les haya podido pasar algo...- Le contestó Marta, dejándonos a Lucia y a mi aun mas sorprendidos, al saber que Marta también estaba allí.

Veía a Lucia muy preocupada, pero yo realmente estaba muy excitado. Tenía a Lucia desnuda delante de mí, y a Cris y a Marta cerca, casi habiéndonos pillado. Por lo que haciéndome el inocente, me acerque hasta Lucia y la abrace por detrás para tranquilizarla. Mientras escuchábamos a Cris y a Marta hablar, yo había introducido mi pene entre sus piernas muy cerca de su vagina, y cuando ella lo noto, cerro sus piernas pegando todavía mas mi pene a su vagina.

-Estas hecho un granuja.- Me susurró Lucia con una sonrisa en la cara.

-Y tu una golfilla.- Le contesté a la vez que le daba pequeños mordiscos en el cuello, a lo que Lucia tuvo que morderse el labio inferior para no gemir.

-Si no están fuera ya, seguro que regresan pronto.- Dijo Marta, justo en el momento en el que gracias un movimiento de Lucia, mi pene entraba en su vagina casi hasta el fondo, lo que hizo que Lucia me clavase las unas en una de mis muñecas, a la vez que se mordía el labio inferior y cerraba los ojos con fuerza para no gritar de placer. Una vez asimilado mi pene dentro de su vagina, se relajo un poco, y me beso.

-Una hora.- Pareció amenazar Cris. -Como tarden más de una hora llamamos a la policía, a la ambulancia y al alcalde para que vengan a buscarlos.- Cris dramatizo un poco la situación pero bien era verdad que algo podría a ver nos pasado. Tras aquello, Amabas saltaron a agua y se fueron nadando. Cuando dejamos de oír sus brazadas, Lucia me sorprendió con un gran gemido que me excito muchísimo y arranque con fuertes embestidas a penetrarla. Era la primera vez que lo hacía en aquel sitio, y que mi novia casi nos hubiese pillado, fue una excitación extra que ambos acogimos con ganas.

-No pares Javi.- Gemía Lucia mientras seguía penetrándola fuertemente. Sus gemidos llenaron el pequeño espacio en el que estábamos y en poco tiempo, Lucia tuvo otro orgasmo. Estaba seguro que si la hubiese soltado en ese momento, ella habría caído como un peso muerto al fondo del agua, pero la mantuve sujeta aun con mi pene dentro de ella, cuando parecía a verse recuperado, volvimos bucear y subimos de nuevo a la plataforma, desde la cual podíamos ver a Cris y Marta en la orilla mirando al mar. -Javi, túmbate aquí.- Me dijo señalándome la zona más cercana a la orilla. -Pero pon la cabeza, casi en el borde.- Obediente me tumbe como ella me pidió, pude ver nuestra ropa interior mezclada y mojada no muy lejos de donde estaba, y me hizo pensar en que dentro de poco nosotros estaríamos parecido.

Como si lo de antes no hubiese sido suficiente, Lucia comenzó con una nueva mamada, que agradecí enormemente. Aunque no fuese mejor que Marta o Carla, debo de admitir que me gustaba que Lucia me hiciese una de sus mamadas. poco después, se sentó sobre mi e introdujo mi pene en su vagina. Al principio tuvo movimientos lentos, pero poco a poco los fue aumentando al igual que sus gemidos.

Yo por mi parte, disfrutaba como nunca y me dedicaba a ver sus expresiones de placer, agarrarle de los muslos o la cintura y mirar como sus pechos botaban. Lucia, estaba tan excitada que de vez en cuando se agarraba los pechos y se los estimulaba sin parar en ningún momento.

-Lo ves...- Al principio la voz de Lucia era baja, pero fui capaz de entenderla. -Mira...- Parecía hablar con alguien, hasta que de pronto grito. -¡Mira como me follo a tu novio, guarra! ¡Nos gusta a los dos y queremos más! ¡Y yo pienso dárselo siempre que quiera!- Lucia miraba a donde estaba Cris, la cual no había oído nada, pero yo debo de admitir que me excitó como pocas cosas. Su cuerpo desnudo y ya lleno de sudor, era muy sexy. Sus pechos seguían botando, y cada vez lo hacían mas rápido, ya que Lucia estaba cada vez mas excitada y aumentaba su ritmo considerablemente. -¡Su poya está hecha para mí!- Grito a la vez que gemía fuertemente y tenía otro orgasmo.

Cayó sobre mi respirando fuertemente, completamente sudada y aun excitada. Nos besamos durante unos segundos, hasta que la coloqué a cuatro patas mirando hacia Cris. Pase mi pene por toda su vagina, y la introduje dentro, acompañado de un gemido de Lucia. Sus pechos se movían con el vaivén de mis embestidas, entonces la agarre de ambos brazos y la incorpore un poco. Lucia estaba más que excitada y no paraba de gemir. Le solté uno de los brazos, y ella lo aprovecho para agarrarse fuertemente los pechos y estimularse los pezones.

-¡No pares Javi!- Me motivaba Lucia. -¡Follate mi coñito, hoy y cuando quieras!- Los gritos de Lucia me excitaban mucho, por lo que aumente el ritmo de mis embestidas, haciendo que ella gimiese aun mas. -¡Mi poya... ¡Para mi... -Lucia casi no podía gritar ya que mis embestidas le obligaban a gemir de placer.

-¿Quieres mi corrida, Lucia?- Le pregunté.

-¡Sí!, ¡Dámela! ¡Solo a mí!- Me contestó llena de energía.

-Pues prepárate que ahí viene.- Le avise a la vez que saca mi pene de vagina y comenzaba a masturbarme. Lucia me obligo a quedar de perfil a la orilla y ella se colocó delante de mi pene.

-¡Mira como se corre tu novio, guarra! ¡Y lo hace sobre mi!- Gritó de nuevo Lucia, lo que me hizo alcanzar mi mayor grado de excitación, y acabar por eyacular en la cara y la boca de Lucia. Tuve la mayor eyaculación de mi vida, y Lucia la recibía deseosa y con ganas. Cuando terminé, ella trago lo que tenía en la boca y se limpio lo de lacara con un manos, cual metió en su boca para beberse todo mi semen. Aquello me excito muchísimo y tuve una nueva erección, que no paso desapercibida para Lucia. -Mira lo que tenemos aquí...- Ronroneó provocadoramente, lamiendo mi pene. -¿Tan cachondo te pongo?- Preguntó ella introduciendo mi pene en su boca de nuevo.

-Y mas.- Contesto yo fuera de mi. A lo que Lucia contestó con una nueva mamada. Estaba tan excitado, que solo con la nueva mamada (pero vaya mamada), volví a terminar, pero esta vez todo a cabo dentro de su boca. Lucia se espacio el semen por los pechos, se levantó y se encaro hacia donde estaba Cris.

-¡Mira como me ha puesto tu novio!- Gritó de nuevo agarrándose los pechos y pellizcándose los pezones mientras se restregaba mi semen por ellos. Después Lucia se volvió a mí y se colocó justo en frente mío. -Gracias, Javi. Lo necesitaba.- Me dijo dándome un beso. -Siempre que quieras podrás hacerme lo de hoy o más cosas. Tu solo pídemelo.- Me dijo guiñándome un ojo mientras comenzaba a ponerse las bragas.

-Lucia...- Ella se volteó aun con los pechos al aire... Los mire, no puedo negarlo. -Te tomo la palabra.- Ella se rio y me lanzó mis calzoncillos.

-Cuando tú quieras.- Repitió ella tras colocarse el sujetador.

Una vez estábamos listos para regresar me detuve un segundo, le conté a Lucia un pequeño plan para que no pensasen que habíamos estado todo el rato juntos. Y mientras ella se alejaba un poco, yo volví a mi "Santuario" submarino, para esperar un rato mientras repasaba lo ocurrido aquella noche. Después de un buen rato, salí y me dirigí a la orilla donde Cris me esperaba con cara de preocupación.

-¿Pero dónde estabas?- Me preguntó entre enfadada y angustiada.

-Perdón... Me quedé medio dormido en la red.- Fingí remordimientos, por haberla preocupado.

Cris, me abrazó soltando un largo suspiro, tras el cual me llevo a la toalla donde me pidió que me secara, ya que nos íbamos a marchar ya mismo. Con Marta y Lucia de espaldas, me vestí. Poco después salimos de la playa y ellas tres se marcharon a su casa y yo a la mía, aun en la menté el sexo mantenido con Lucia.