El Salvaje - 14
- Joanna II - Joanna me presenta a su primo Adler, con quien tengo unas palabritas. Mantengo una conversación un tanto oscura con ella, al final de la cual, acabamos los dos en la cama
El Salvaje – 14
- Joanna II -
Sinceramente, creo que en esos instantes estaba saturado tras todo el revuelo en el grupito de amigos de mis primas por la ruptura de Joanna y Julián tras la conversación con esta. Sumémosle el cabreo que se cogió Joanna, mis peleas con Sofía y Begoña, especialmente con esta última pese a follar recientemente ambos. La aparente pataleta de Trini de ya no querer hacerlo conmigo porque apoyaba a Joanna en su actitud en referencia a Julián. Luego estaba lo de mi Tía, lo de Esperanza, lo de Aurora... Sinceramente ya no sabía ni que pensar, no solo no es que no entendiese casi nada de lo que ocurria, el porqué de todo o que no pareciese avanzar mucho con ello, sino que empezaba a darme cuenta, de que quizá, no fuese nunca capaz de comprender del todo a esta gente. Cuando pensaba que por fin empezaba a sacar la cabeza, ¡¡Pum!!, y mazazo en lo alto.
La cena a la que Joanna me invitó para el viernes, con lo que yo pensaba que era la sana intención de presentarme a su primo, fue de lo más entretenida... o al menos inicialmente, porque después, la cosa se complicó de lo lindo. La verdad es que incluso yo me di cuenta de que Joanna y su primo Adler estaban hablando entre ellos con dobles sentidos casi todo el tiempo, otra cosa es que me enterase. Si bien al principio como digo todo fue bien, al final todo explotó por obra y gracia de la preciosa morena, a quien en un momento dado, su querido primo le dejo de parecer gracioso y prácticamente le salto a la yugular. El primito según me dijo Joanna después, se pensó por algún motivo que yo debía de ser su novio, su amigo especial o como se le quiera llamar, y encontró gracioso hablar con ella con dobles sentidos ante mí del polvo que habían echado los dos el día anterior. Ni que decir, que no me entere ni de media hasta que Joy tuvo a bien explicármelo, y por cierto que incluso me dio un vuelco el estómago al escucharla, supuse que porque me temí la bronca que seguiría a aquello.
El caso es que estábamos riéndonos, yo más por acompañar que porque me enterase de que iba el asunto, cuando Joanna de pronto se puso muy seria con su primo y “saltó”...
- Oye Adler, ya vale, ¿no?, te estás pasando y me empiezas a cansar con tanta tontería... corta... –dijo muy seria.
- ¿Y si no quiero que vas a hacer, vas a explicar algo?... -se rio, justo hasta que Joanna me miró fijamente y empezó a hablarme directamente a mí.
- Veras Iván, lo que ocurre es que ayer al final follé con este idiota. Tenía esa espinita desde niña, le tenía idealizado, era como una especie de príncipe azul de cuento desde que cuando era pequeña, en verano, íbamos de vacaciones a Brasil, donde él vive. Desgraciadamente cuando se le conoce de cerca, te das cuenta de que en realidad no ha resultado ser más que un pobre imbécil y encima de eso, por si fuese poco, un mal amante... que digo malo, pésimo... Si me llega a follar peor, creo que vomito... –el estómago me dio como un pequeño salto al escucharla.
- ¡¡¡¡Pero qué coño dices!!!! -se levantó de un salto Adler, mirando con rabia a su prima.
- Lo que estuchas, la verdad, que has resultado ser patético, tanto de amante, como de persona... mucha fachada y poca sustancia...
- Pero que dices puta... si te corriste como la zorra que eres...
- ¿Qué me corrí?, si claro, por supuesto que me corrí, luego en mi casa, con mi consolador e imaginándome que era Iván quien me follaba bien follada... porque lo que eres tu... ¡¡¡Bahhh!!! A ti te dura tiesa menos que un caramelo a un niño goloso en cuanto te hacen dos tonterías...
- Te voy a partir la puta cara... -se movió hacia Joanna levantando el brazo.
- Si se te ocurre pegar a tu prima, después me voy a poner yo a golpearte a ti, además de hacerte otra serie tonta de cosas... y no creo que te convenga terminar en el estado en que te pienso dejar si te pasas un pelo... –dije inmovilizándole.
En cuanto vi su maniobra me levante de un salto también, logre sujetarle por la muñeca antes de que llegase a lanzar su brazo contra Joanna, retorciéndoselo y haciendo que se inclinase un poco, hasta que finalmente dio con su pecho contra la mesa. Mientras hablaba con él ya controlado, le mostré mi otra mano que sostenía como distraídamente mi cuchillo, el mismo que solo unos segundos antes había usado para cortar la carne del plato, moviéndolo suavemente por delante de su cara, provocando que lo siguiese con ojos ansiosos, completamente nervioso. Confieso que me estaba muriendo de ganas por encontrar la más mínima excusa para poder “tocarlo” sin que Joanna me pudiese mirar mal por ello.
Tras el "malentendido", Adler, el primo de Joanna, tras disculparse con ella por indicación mía, se marchó a casa de los padres de Joy visiblemente contrariado. Una vez más, Joanna volvió a dejarme de nuevo con la boca abierta, pues cuando regresé al salón tras “acompañarlo” a la puerta, me la encontré sentada tranquilamente, con el teléfono en su mano y contándole todo lo ocurrido a su madre. Estaba previniéndola sobre su primo, no se cortó ni medio pelo en sus expresiones, le llamo a cada cosa por su nombre, incluso le admitió a su madre que habían follado los dos. Como digo me dejo de piedra, pues eso sí que era algo que no me esperaba para nada... y solo fue el principio.
- ¿Estás bien?
- Perfectamente, sobre todo ahora que me saque esa espinita que tenía desde niña con mi primo... Bueno, las cosas por su nombre, con el gilipollas de mi primo, porque no tiene otro nombre. Y créeme que dije la verdad, follando ni fu ni fa, mucha fachada con muy poca "chicha", aunque reconozco que si me corrí con él y no como le dije para joderle. Aunque eso sí, dudo que ese momento sea algo que permanezca mucho tiempo en mi recuerdo, posiblemente para mañana ya ni este.
- Ya, bien, creo que esa es mucha información para mí -trate de cambiar de tema-. Por cierto, ahora que lo pienso, entonces si te lo follaste, tal y como decían en el grupo de amigos... que te pusiste de mala hostia por ello...
- Sí, me lo follé, y no te mentí Iván, pero si te das cuenta de lo que hablamos antes, en ese momento, aun no lo había hecho, el polvo lo echamos ayer. Además nunca te dije que no lo hiciese o lo fuese a hacer, únicamente deje clara mi postura sobre hablar a mis espaldas sin decírmelo a mí, que es por lo que me enfade. Adler es mi primo, contigo no me importa hablarlo, pues tú también te has follado a una de las tuyas... o por lo menos, a una segura… Con el resto, obviamente, no pienso reconocerlo.
- ¿Perdona, como que al menos una segura? –dije, centrándome en mis primas y dejando de lado al otro payaso.
- Venga ya... ¿te crees que no me he fijado en Sofía, que únicamente lo hice en Begoña?... No majo, no, lo hice en ambas, y esa también te tiene ganas... o por lo menos antes te las tenía, sin embargo parece que la fase ya pasó, por eso mismo ahora ya no tengo tan claro el que no te la hayas follado -alzó una mano-. Déjalo, de verdad, no me importa si te has follado a una o a las dos y a media docena más de tías, eso en este momento me da absolutamente igual, yo por mi parte tampoco es que haya sido una santa. Desde lo nuestro he follado ya unas cuantas veces... de un montón de estilos y colores además...
- No entiendo... -repliqué perplejo por todo aquello.
- Pues lo he dejado claro, he follado con algunos tíos, incluso he hecho un trio con dos a la vez... o algo así. Por hacer incluso casi he probado hasta a un negro con un rabo enorme, y digo casi porque al final me asuste de semejante monstruosidad. Te aseguro que estas fiestas no he parado quieta.
- Vaya no pensé yo que... como dijiste que… -me interrumpió mientras mi estómago empeoraba tras escucharla.
- Ya te dije en su momento que me pensaba desquitar, también creo recordar que Julián te advirtió de ello. Mira Iván, como sabes lo pase fatal por culpa de los tíos hasta que tú te ocupaste de que eso cambiase. Pero no temas que no es que me haya vuelto loca o una ninfómana, sino que simplemente estoy haciendo realidad algunas fantasías y disfrutando un poco del sexo.
- No, si yo no digo nada... si te gusta follar y lo disfrutas, por mi genial... -dije encogiéndome de hombros, nada seguro de que sentía y ya si definitivamente hecho polvo con el estómago.
- Si bueno, me alegro mucho que te lo tomas así, por lo menos de momento, luego ya veremos si eso me gusta... Pero es igual, de eso ya hablaremos más adelante lo dos... -dijo sonriéndome de oreja a oreja.
- ¿Perdona? -su contestación me dejo un poco confuso, pues no entendía que decía.
- Bueno, como dije no te preocupes ahora de eso. Oye, si no has quedado con nadie para esta noche, ¿qué te parece si después de que terminemos de cenar nos vemos una peli...? -preguntó sonriente a la vez que sacaba sobre la mesa unos DVD,
- Claro, porque no, sin problemas, además mañana no madrugamos, me puedo ir tarde con toda tranquilidad.
- Claro que sí, aunque preferiría que te quedases a dormir aquí, hay sitio de sobra y así no tienes que irte muy tarde con la moto.
- Ya bueno, pero tendría que avisar en casa, no quiero que se preocupen si no vuelvo.
- De acuerdo, si es lo que quieres, aunque por lo que hemos hablado otras veces no creo que se den cuenta, ya que tanto tu tía como tus primas salen, y también regresan generalmente muy tarde
- Si bueno, pero de todos modos prefiero hacerlo así...
- Como tú digas... el teléfono esta tras de ti, ya lo sabes...
- Sí, pero no te preocupes, ya lo hago con el mío -dije sacando mi teléfono móvil.
Saqué el teléfono, busqué en mi corta agenda el número de mi Tía. Tras encontrarlo me lo pensé un instante y dado que no sabía dónde estaría exactamente o haciendo que, preferí mandarle un Whatssap para decirle que esa noche no iría a casa. La verdad es que lo de avisar no lo hacía por eso, sino por todo lo contrario, en otras circunstancias era posible que nadie se diese cuenta de que faltaba hasta mediodía si aún no me hubiese levantado para esa hora. Sin embargo, ahora mismo, follando con las tres, eso era algo que dudaba pues era muy factible que alguna de ellas apareciese por mi habitación con lúdicas intenciones, y no quería que se preocupasen al no encontrarme, pero no por nada más, ingenuo de mí. Tras mi mensaje a mi tía diciéndole donde iba a pasar la noche, seguí charlando con Joanna.
Lo cierto es que la charla que tuve con ella fue de lo más "instructiva", a los treinta minutos de haber empezado ya tenía la polla de dura como el pilar de hormigón de un edificio, con unas ganas locas de saltar sobre ella y follármela allí mismo a lo bestia. Si yo estuve hablando de "mi Australiana", ella me conto casi con pelos y señales como se folló al tío negro de la enorme polla o como hizo un trio con dos chicos, hermanos para más señas, que conoció en una discoteca. Si yo estaba completamente salido por la conversación, no diré que ella lo estuviese menos, pues sus pezones se marcaban contra la blusa que llevaba y sus ojos mostraban deseo... Tan pronto terminamos de recoger la mesa y dejarlo todo en el lavavajillas...
- Bueno Iván, y ahora que hacemos... ¿vemos una de las pelis, o dejamos de hacer el tonto y pasamos directamente a follar los dos en mi cama...?
- Pues... ¡¡uhmmmm!!
No me dio tiempo a decir prácticamente nada, antes de que pudiese decir la segunda palabra, aprovechando que me había apartado de la mesa con la silla para levantarme a ayudarla a recoger la mesa, se había sentado rápidamente sobre mí, besándome de inmediato, introduciendo su lengua en mi boca en busca de la mía, Joanna parecía estar desatada por completo. Por otro lado, mis manos fueron con rapidez sobre su culo, sujetándola de ambas nalgas para evitar que se cayese... aunque no por ello deje de darla unos buenos magreos, amasándoselos con fuerza. Cuando por fin rompió el contacto de nuestros labios...
- ¿Y esto? -pregunté jadeante.
- Decidí no esperar a que respondieses... Eres capaz de no haberme dado lo que yo quería por algún extraño motivo o costumbre de esas tuyas... No quería correr riesgos innecesarios... y ya veo que no los tendrás... Esto de aquí abajo está muy duro... -dijo Joanna tocándome a conciencia la polla.
- Yo también quiero follarte Joanna...
- ¿Entonces eso significa que te gusto, no? -sonrió maliciosa.
- Claro, desde el primer momento en que te puse la vista encima... sabes que eres una mujer preciosa, de las más guapas que he visto -admití.
- De momento con eso... me basta... Anda, ven conmigo... -dijo levantándose de encima de mí.
Una vez de pie tiro de mi para que me levantase a mi vez, cosa que indudablemente hice, ya que confieso que en esos instantes únicamente pensaba en una cosa, en follármela, hubiese ido hasta el mismísimo infierno si me lo llega a pedir. Toda la conversación, todo lo que hablamos, su primo, e incluso todo lo que me conto sobre con quienes follo y como, paso instantáneamente al olvido, y cuando llegamos a la habitación donde se empezó a desnudar, en ese instante creo que ya directamente deje de pensar. Me apresure también a desnudarme, pero cuando intente abrazarla para comérmela a besos me lo impidió poniendo sus manos sobre mi pecho para mantener las distancias entre ambos...
- No tan deprisa Tigre... aquí hoy mando yo, esta es tu noche...
- Pero... -puso un dedo en mis labios.
- Sin peros... hoy soy yo quien va a jugar contigo, y como si te dejo tomar la iniciativa no será así... te siendo mantener a raya te guste o no, así que relájate y déjame hacer a mi... -me soltó según se agachaba, callándose por fin cuando mi polla desapareció en el interior de su boca.
Si, como habéis escuchado, fue hablando mientras se agachaba, para terminar metiéndose mi polla por completo en la boca hasta casi provocarle una arcada. Después de eso, estuvo follándose ella misma la boca, movía su cabeza atrás y adelante con rapidez, todo ello con sus ojos fijos en los míos, algo que os juro que me estaba matando, lograba conseguir así que me pusiese aún más "burro" de lo que ya estaba. Justo en el momento en que note que iba a eyacular, me sujeto con fuerza de los huevos cortando mi orgasmo en seco, logro evitarlo casi diría que "in-extremis". Tras eso se levantó y sus labios terminaron sobre los míos, introduciendo nuevamente su lengua en busca de la mía. Como cosa de un minuto después, ambos jadeantes terminamos sobre su cama, conmigo debajo y ella sobre mí, cabalgándome, con mi polla dentro de su hambriento coño, como ella misma lo definió mientras se empalaba de golpe, en seco, de una sola sentada.
- Joder Iván... de verdad... uhmmmm... el roce de esas cosas que tienes en la base de la polla me vuelven loca... ahhhhhh... ¡¡¡¡DIOSSSSS!!!!
- ¿Te gustan entonces? -pregunté apretando los dientes para evitar correrme pronto.
- Me encantan... me rozan toda... tengo los labios del coño… uffffff… ¡¡¡¡Joder!!!! la sensación es increíble... bufffff... joder... de verdad...
Joanna estaba rotando sus caderas mientras subía y bajaba, con lo que se rozaba por completo contra la superficie áspera de las escaras de la base de mi polla. En un momento dado tuve que abandonar sus preciosos pechos para sujetarla por la cintura, pues acelero la cabalgada y apunto anduvo de caerse de lado, logre sostenerla justo a tiempo. Para tratar de tranquilizarla hice que se tendiese sobre mí y besarnos, aproveche la ocasión de tenerla inclinada de ese modo para perforarla el culito con un par de dedos de golpe, cosa que la hizo soltar un pequeño aullido de dolor, que en unos segundos se transformó en nuevos gemidos, que no cesaron hasta el mismo instante en que se corrió sobre mí, de su coño parecía manar una pequeña fuente de jugos... Yo estaba que ya no me aguantaba ni por casualidad, al final ocurrió lo que me temía, que me corrí en su interior en cuanto sentí como sus músculos vaginales se estremecían con su orgasmo, estrujándome la polla de un modo increíble.
Quedo sobre mi quieta, recobrando la respiración, en cuanto sintió el movimiento que empecé a hacer para quitármela de encima y poder bajarme hasta su sexo se incorporó rauda para impedírmelo…
- No, quédate así, déjalo… si es que no te molesto encima, claro… -me miro con unos ojos que me desarmaron.
- No, estoy bien, no me importa tenerte encima… al menos, mientras pueda abrazarte… -le susurre al oído
- Gracias… -me dijo, dándome un besito en la mejilla.
Lo cierto es que me quede un poco perplejo al ver como sufría una especie de escalofrió al escucharme susurrarle al oído. El problema me vio después, cuando ella me susurro a mí, que luego apoyo su cabeza en mi pecho, restregándose levemente contra mi pecho y haciendo un ruidito que me recordó al ronroneo de una gata. El caso que ese restregarse y el ronroneo, me volvió a poner en forma sin que pudiese evitarlo, y sí, tengo muy claro que lo notó, pues mara mi sorpresa, bajo su mano hasta mi polla, ahueco las caderas y coloco el glande en la entrada de su coño, luego despacio, nuevamente volvió a ensartarse con un nuevo gemido. Eso sí, no se movió, además se situó en una posición que me impedía a mi poder hacerlo… por ello le pregunte sorprendido…
- ¿Es que no quieres que sigamos?
- No… quiero descansar… pero así, sintiéndote bien duro dentro de mi… uhmmmm… eres una gozada Iván… créeme que lo eres… -ronroneo- me tienes loca… -dijo en tono apagado, quedándose traspuesta justo después.
Creedme que me quede mirando al techo sin entender nada de lo que ocurria o había sucedido esa noche, como ya he dicho mil veces, en esa época los dobles sentidos o las situaciones que en teoría se sobreentendían, en su mayor parte se me terminaban escapando, y en esta ocasión, eso no fue ninguna excepción. Para colmo me di cuenta entonces de un pequeño detalle tonto, que no habíamos usado preservativo en esta ocasión y le había llenado de verdad el coño con mi semen, lo que podía ser un problema si no se cuidaba. Otro problema es que supuestamente había ido a cenar, como mucho luego a tomar algo con Joanna y su primo, por lo que debería de dormir en casa, pero desde luego, el irme no me estaba dando la impresión de que Joanna lo me fuese a permitir, más que nada porque como a la hora o por ahí de estar con mi mente perdida divagando, note como lentamente las caderas de mi compañera empezaban nuevamente a cobrar vida. La polla ciertamente se me había bajado en ese tiempo, pero no del todo, simplemente se había quedado en el estado de "morcillona", y en ese momento con ese meneo, estaba nuevamente despertando de su letargo, creciendo otra vez dentro de Joanna, que emitía pequeños gemiditos mientras esto ocurria. Tardo como treinta segundos en dar señales de vida...
- Ya estas duro otra vez... ¿seguimos por donde lo dejamos? -Joanna alzo su cabeza, mirándome sonriente.
- Por supuesto que sí, pero esta vez, quiero pegarte una buena comida de coño... tengo hambre... -le sonreí a mi vez.
- Toda tuya... devórame tigre mío... -replico quitándose de envía mío, sacándose mi polla de su interior y tumbándose a su vez completamente abierta de piernas... mirándome con lujuria.
- ¡uhmmm! que coñito más rico que se ve ahí...
- Todo tuyo... mira como esta... -se lo abrió impúdicamente con una mano-, mira como babea de ganas por ti...
- Ya lo veo... un auténtico manjar... -dije mientras me tiraba casi literalmente a por ese jugoso coñito que me estaba ofreciendo en bandeja de plata.
En este punto se terminó la conversación, se corrió apenas mi lengua se introdujo en su interior con todo el afán de escurrirla de líquido bien escurrida. Desde luego esta Joanna era muy diferente a la que me encontré la primera vez, ahora aparecía completamente desinhibida, completamente entregada al placer, sin temerle o hacerle ascos a nada de nada, incluso pareciendo deseosa de ir siempre un paso más allá del que había dado antes. Sus manos se cerraron sobre mi cabeza, apretándola con fuerza contra ella, ya que cuando note su orgasmo, justo en medio de él, me metí suavemente su clítoris en la boca empezando a hacerle una pequeña succión que era lo que realmente, en esos instantes parecía estar matándola de gusto. Lo cierto es que la comida de coño no fue gran cosa por mi parte, pues estaba tan caliente que se corrió enseguida... pero lo que vino después, y por iniciativa de ella misma... joder como me puso cuando la vi...
Sin decirme ni media, cuando se recuperó se situó sobre la cama a cuatro patas, nuevamente me dispuse a empezar a comerla el coño en esa posición para lubricarla bien y poder volver a follármela, entonces me lo impidió...
- No, deja mi coño quieto. Quiero que me des lengua en el culo... prepáramelo... porque hoy quiero que me lo estrenes...
- ¿Estrenártelo?... pero yo creía que... el trio… -tartamudee algo confuso.
- ¿Que también me la habían metido por ahí en estos días? No, ni de coña, ni con el trio les dejé. Se tuvieron que conformar tan solo con mi coño y mi boca... Mi culo es sagrado... ese no es para cualquiera... solo para los elegidos por los dioses y por mi... -me soltó riéndose, cosa que por cierto, no pillé tampoco.
- Pero entonces yo no debería... -me callé al escucharla soltar un bufido de disgusto.
- Iván leches, deja de darle vueltas a todo y continua con lo que estabas haciendo... Tu limítate a disfrutar de ser el que me lo va a romper... te quiero dentro de mí, quiero que me sodomices, y lo quiero hoy, de modo que esmérate...
- Si, ya, pero es que...
- Iván, déjalo, porque tío, es que no te enteras de nada... anda, tu sigue con eso... que me tienes como una perra en celo de deseo de ser montada por su macho...
- Ya... si... -me corto de malos modos.
- ¡¡¡¡IVANNNNN!!!! ¡¡¡Que lo dejes ya coño!!!, tu a lo tuyo... venga cabrón... rómpeme el culo de una vez... que me tienes perra perdida de deseo... -empezó gritándome y termino jadeando.
No volví a abrir la boca, me centre en dilatarla el culo lo suficiente como para permitir que mi polla se la enterrase en su recto sin un dolor excesivo. Cuando por fin la tuve lista no dude, me situé tras de ella y con mucho cuidado coloque la cabeza de mi polla sobre el agujerito de su culo. Después lentamente fui empezando a empujar despacio pero con fuerza, abriéndoselo lentamente, viendo desde encima suyo como Joanna parecía estar mordiendo la almohada para ahogar tanto los quejidos de dolor como posteriormente los gritos de placer. Me costó casi quince minutos tenerla toda dentro, tiempo empleado en tratar de hacerle sentir el mínimo dolor, una vez completamente en su interior, y cuando ella me dio paso franco, empecé a moverme. Primero lo hice lentamente, despacio, marcando detenidamente los tiempos para intentar acompasarme a sus caderas al moverse. Al final y por expresa petición de ella, me la estuve follando como si tratase de sacarle la polla por la boca desde su culo...
Al final me corrí en su interior, segundos después fue ella quien alcanzo el orgasmo, tras ello nos fuimos a duchar juntos, aunque ya únicamente nos entretuvimos con besitos y caricias, aun estuvimos un buen rato con ellos. Luego nos fuimos a la cama, intente hacer un leve intento de querer irme, pero Joanna no me dejo, me empujo para la cama, la ayude a cambiar la ropa y nos acostamos, durmiendo los dos abrazados, con la cabeza de Joanna apoyada sobre mi hombro... y en esta ocasión, sí que os digo que no me entere de nada, pues también me quede frito en cuanto mi cabeza toco la almohada.
CONTINUARA