El Salvaje - 11
- Mis primas II - En navidades me marché con mis padres a Madagascar. A mi regreso, por si las cosas no las tenía ya bastante complicadas, el primer día lo empeore más aun y encima fue con mi prima Begoña.
El Salvaje – 11
- Mis primas II -
Por fin terminaron las clases empezando las vacaciones de navidad, desde que follé con mi prima Sofía hasta este momento había pasado casi un mes. En este espacio de tiempo no había estado ocioso para nada, me había vuelto a liar una vez más con Tía Inés, y no, no me hizo nada de falta el empujarla ni un poquito, de hecho fue ella quien se me tiro encima un sábado por la mañana en que mis primas por increíble que parezca salieron por ahí dejándonos a los dos solos. Me folló y me la follé hasta terminar ambos medio muertos bajo la ducha, limpiándonos concienzudamente pues nuestros cuerpos quedaron completamente pringosos de esperma y flujos.
También en este tiempo volví a follar otra vez con Sofía, esta vez en su coche, regresando los dos hacia casa, aprovechamos que Begoña había llevado el suyo para que yo dejase ese día la moto y la “acompañase”. A las amigas de mi tía pareció que se les pasó el susto, en este tiempo también había repetido un par de veces con Esperanza y tres más con Aurora, una de ellas por cierto estoy casi seguro que nos vio Auri, o puede que solo fueran paranoias mías tras saber que ella era plenamente consciente de las folladas que nos pegábamos su madre y yo. Repetí una vez también con Trini, incluso en esta ocasión le revente el culo por petición propia, pero aquí sí que estuvimos al borde del desastre, estábamos follando en su casa cuando llegaron sus padres, lo peor es que según me diría luego estábamos en la habitación y sobre la cama de estos, que fue justo donde fueron directamente nada más entrar en la casa... Realmente aun no me explico cómo nos salvamos de que nos pillaran infraganti, o como es que a Trini le dio por semejante estupidez, aunque por lo que se, supongo que fue por morbo.
Otra cosa que pasó en este tiempo, es que confirme que el grupito de mis primitas no estaba nada dispuesto a dejarme escapar, en especial ellas, en los sucesivos fines de semana me “obligaron” a acompañarles todos los fines de semana cuando salían. En general yo me pasaba casi toda la noche entre la pista de baile con todas ellas y medio jadeando mientras me recuperaba apoyado en la barra o bien sentado en algún lado, por donde primero pillaba. La verdad, es que por mucho que me queje, me lo pasaba pipa, aunque yo en esos momentos no me diese cuenta, era como una especie de marioneta en sus manos, entre todas me manejaban como les daba la real gana y no me enteraba ni de media. De entre todo el grupo, la pareja Joanna y Julián se convirtieron en una especie de salvavidas cuando ya no podía mas, cubriéndome y en cierto modo protegiéndome de ellas, especialmente desde que este último se enteró por su “novia” que yo sabía de su secreto pero no había hablado con nadie sobre ello.
Con mi prima Begoña… bueno, era Begoña y parecía seguir teniendo algún serio problema conmigo pese a todos mis intentos de caerle en gracia o hacer las paces por aquello que fuese que había tenido que hacer sin saberlo. Lo cierto es que fuera de que me gruñese, no conseguía nada de nada. Era consciente de lo que me había dicho Joanna sobre ella, eso de que se moría de ganas por follar conmigo, pero la verdad es que yo no lo veía por ningún lado, me parecía más probable que terminase algún día por arrancarme la cabeza de cuajo en alguno de sus arranques de ira contra mí, que por chuparme la polla, hablando mal, claro y pronto.
Otra cosa curiosa para esas fechas, es que llevaba ya seis meses en España, en la "civilización" y que mi forma de ser o actuar había cambiado sustancialmente, en especial en los asuntos relacionados con el sexo. Antes para mí el estar con una mujer era algo agradable de hacer de vez en cuando, pero tampoco pasaba nada si ese de vez en cuando se alargaba mucho, absolutamente nada de nada. Si bien cuando llegué, el sexo era algo que había practicado pero que como digo, tampoco tenía mayor importancia en mi forma de ver la vida o en el modo de mirar a las mujeres, en estos meses eso había variado. Ahora veía el sexo como algo divertido, que me gustaba, que prefería cuanto más y más repetido, mejor. A las mujeres también empezaba en cierto modo a calibrarlas cuando las veía o me relacionaba con alguna, todo en vistas a que pudiese o no pasar algo nada serio entre nosotros.
La parte que más me gustaba de la llegada de las vacaciones de navidad, es que me iría durante diez días de regreso a Madagascar con mis padres, podría volver a verlos y regresar nuevamente "a mi mundo", del que confesare que tenía también algo de morriña. Aclarare para evitar posibles confusiones o que alguien pueda pensar que lo de irme en esas fiestas era una putada, que para mí la navidad no significa lo mismo que para el resto. Veréis, soy católico y creo en dios, pero más que por mí mismo o por mis convicciones reales, porque mis padres desde pequeño me lo inculcaron así, aunque de forma muy deficitaria, tengo también que reconocer. Mis padres en ese sentido eran... digamos que escasamente, muy, pero que muy escasamente religiosos, por lo que yo a ese mismo respecto, lo era aún menos que ellos como podréis comprender. Para mí la Navidad ese año fue un gran momento y unas geniales fiestas por el único mero hecho de permitirme ver a mis padres físicamente, pero nada más.
El caso es que cuando llegué se había producido algunos cambios, seguían en la misma aldea de la que yo salí, con el proyecto en el que en aquellos instantes estaban trabajando, y que para mi sorpresa, se había ampliado. La pequeña excavación arqueológica que tenían prevista, había pasado a ser un gran proyecto en toda regla. De ser solo mis padres y una docena de ayudantes, habían pasado a más de veinte personas trabajando allí y otra docena al menos en diversas universidades como apoyo. Aclaro que la aldea en la que estábamos, pese a ser descendientes "directos" de una antigua tribu hasta hacía pocos decenios aislada, ahora tenía pleno contacto con la civilización, aunque el termino carrera a lo que tenían como acceso era ser muy, muy generosos, los 4x4 eran necesarios para moverse hasta allí sí, sí o también. Cuando por fin llegue y pude descansar el primer día, me encontré nuevamente otra vez a mis anchas allí, volví a cambiar el "chip" para acomodarme a las costumbres, retome el contacto con la gente de la aldea, regrese a tratarme una vez más con los jóvenes que deje cuando me fui a estudiar a España.
Lo curioso que es como digo cambien el chip, sí, pero no por completo, hubo en algo que no lo hice para nada, y fue en materia sexual, reconozco que desde que había regresado veía a determinadas mujeres con otros ojos bien distintos a los de antes, casi incluso ahora diría que con “hambre”. Cuando me marché la primera vez para estudiar en España llevábamos allí ya casi un año, en ese periodo habría echado dos polvos y mal contados, pues tampoco es que demostrase mucho interés en el asunto, lo cual no es que ayudase precisamente a aumentar la cuenta. En esta ocasión fue completamente diferente, esta vez tal y como me habían aconsejado antes de venirme, fui buscando follar con unas y con otras, aceptaba sus tanteos y entraba plenamente en ellos, aprovechando en muchos casos de la libertad que parecían tener para enrollarse... Eso sí, siempre con preservativo, pues el problema es que por allí de píldora nada, de diu nada, de etc. tampoco nada, y como entenderéis, lo último que quería era dejar preñada a ninguna. La única ventaja que existía, es que el termino enfermedades venéreas por allí era, por increíble que suene, prácticamente desconocido...
Pues bien, en esos apenas ocho días en que realmente estuve, follé varias veces con cuatro chicas distintas, con una de ellas por cierto, desde el quinto día de mi estancia allí hasta ultimísima hora. Alison era australiana, rubia, con un par de tetas impresionantes, miembro del personal de la excavación y con la que me pase follando desde el quinto día, a incluso todo el último día de mi estancia allí, menuda fiera que era, nunca parecía estar satisfecha, me pegaba unas palizas que ni os cuento. Si hubiese empezado con ella el primer día creo que me hubiese dejado completamente seco del todo y sin probar a ninguna otra, porque joder la Rubia. Reconozco que gracias a ella me fui de regreso a España de lo más relajadito y físicamente reventadito del todo, menudo trote que me dio. No diré cuantos cayeron en total, pero el gasto de preservativos debo de señalar que fue más que considerable, me lo pase francamente bien con esas chicas, menos mal que me lleve de España varias cajas de preservativos por si acaso, incluyendo una de cien que me regalo la buena de Joanna... Lo que si me dejo matado del todo, tanto a la ida, pero especialmente a la vuelta, fue el vuelo, y principalmente este último pues no fui directo, sino que tuve que ir hasta Londres para desde allí tomar otro hasta Madrid, y luego el viaje en taxi hasta donde mi tía, pues resulto que encima el día que regrese no estaba ninguna de ellas allí para poder ir a recogerme. Entre Madrid y Antananarivo, la capital de Madagascar solo hay una diferencia horaria de una hora por lo que no existe el famoso Jet Lag, pero joder, entre viaje en 4x4 del poblado al aeropuerto por aquellas "carreteras", avión hasta Londres, luego avión hasta Madrid y por ultimo taxi hasta casa, todo seguido y solo durmiendo a ratitos... fue mortal.
Mi primer encuentro con mi Tía y mis Primas fue memorable del todo, especialmente porque fue en mi línea. Por cómo me fue se ve que no había cambiado completamente el chip aun sobre donde estaba ahora y cuando me preguntaron conteste en mi línea. Yo llegué sobre media mañana, no había nadie y me largué directo a la cama.
Cuando me levanté, sobre las nueve de la noche, fui al salón y allí estaban las tres sentadas hablando... Fue llegar y pasarme a darles un beso una por una, mientras lo hacía era consciente de que luego sería sometido a interrogatorio, especialmente mi tía con mi madre. La primera pregunta de mi Tía tras los besos y saludos correspondientes fue la obvia, que tal mis padres, que tal su hermana, de lo que les hice a las tres un extenso resumen. La segunda cayó a cargo de Begoña, que del mismo modo fue perfectamente previsible e inocente del todo y como no había cambiado el chip, conteste a mi estilo... cagandola.
- Bueno primito, y cuéntanos, ¿qué tal te lo has pasado por allí, que has estado haciendo todos estos días?
- Genial, me lo he pasado de vicio, he visto amigos y conocidos, pero hacer poco. La verdad es que no he ayudado casi nada, aunque sí que he estado muy ocupado pues casi no he parado de follar ni un minuto, ha sido increíble... Se me rifaban... he regresado reventado, me han dejado sequito, sequito del todo -dije, usando una expresión que me gusto la primera vez que la escuche.
Y sí, eso justo fue lo que solté completamente en serio y la mar de entusiasmado en la cara de mi Tía y Primas en una pregunta en la que ahora entiendo, que no es que esperasen para nada algo como eso como respuesta. Se quedaron las tres poco menos que con la boca abierta por mi contestación, aunque sin embargo, no todas reaccionaron igual, hubo una de ellas que se lo tomo francamente mal. Si bien mi tía se echó a reír y mi prima Sofía fue de lo más comprensiva uniéndose enseguida a las risas de su madre mientras me amenazaba con sacudirme. Begoña... bueno, ella creo que más que quererme matar, lo que de verdad hubiese deseado en esos instantes probablemente hubiese sido torturarme hasta la muerte y caparme o algo así... porque no la vi nada contenta, no.
- ¡¡¡Iván!!!, pero mira que eres bruto... -me soltó mi prima Sofía haciendo amago de darme un coscorrón, pues estaba sentado a su lado.
- Ya te vale Sobrino, vaya contestación -me replico Tía Inés echándose a reír, contagiando a Sofía.
- No eres más que un puto cerdo de mierda... -soltó de repente Begoña mientras se levantaba con los puños apretados.
- Pero... Bego... -intente hablar, pero no me dejo.
- Vete a la mierda, vuélvete a ese país otra vez con tus putas si también te lo pasas allí... ojala se te caiga a cachos… -me espeto Bego mientras salía del salón a toda prisa.
- Joder... ¿qué le ocurre? -pregunté a las otras dos con la boca abierta.
- Pues que te has pasado con la respuesta Iván, no era eso por lo que te preguntó. Con esa contestación pareces un obseso sexual... -mi tía me miro especulativa, para después sonreír levemente-, ¿no lo entiendes, verdad?
- ¿El que, lo de que se ponga así por lo que he dicho?, la verdad, no...
- Primo, te preguntó simplemente por como lo pasaste y que hiciste, no por cuantas gente te habías follado o dejado de follar. Esa parte normalmente nunca se cuenta salvo que lo pidan específicamente, y aun así, aun pidiéndolo, habitualmente tampoco.
- ¡¡Ohhh!!, lo siento, no sabía... Supongo que claro, si normalmente siempre lo ocultáis normalmente, lo de las vacaciones no será una excepción -dije pensativo.
- No exactamente, pero si, para que lo entiendas sirve... esas cosas son algo que no se cuentan abiertamente, y muchísimo menos a las primeras de cambio.
- Bueno, pero creo que tampoco es para ponerse de ese modo conmigo, ¿o no es así? -pregunté, pero con ganas de saberlo de verdad.
- Mira Iván, no es cuestión de si es para ponerse así o no, simplemente según que cosas no a todo el mundo le sientan igual, y a tu prima Begoña, por lo que sea, este tipo de cosas desde siempre, le molestan -replicó Tía Inés.
- ¡¡Oh!!, claro, en eso no había caído, lo siento... como me he acostumbrado a vosotras tanto algunas veces no pienso las cosas antes de decirlas... Os aseguro que tratare de corregirlo...
- No hace falta tanto, en cualquier otro tema daría igual, pero cuando se trate de esto, ten en cuenta que si bien tanto a mi madre como a mí nos da un poco igual, a Bego no, solo eso -al escuchar esto que me dijo Sofía me quede un momento pensativo.
- Oye Sofía, sin embargo, cuando quisisteis saber sobre mi vida, en que sitios había estado, como era aquello junto con todo lo demás, hable también de estos temas, y sin embargo a tu hermana no pareció importarle en aquella ocasión... -dije curioso.
- Es diferente, aquello era más como... No sé, míralo como aprendizaje de unas costumbres extrañas de otros pueblos, como si fuese una especie de documental o estudio de otras culturas. Esto tuyo de ahora primo, ha sido una burrada en toda regla, has sido más bruto que un llevar un saco de martillos a cuestas para clavar un clavo.
- Bien... lo entiendo...
La verdad es que lamente mucho lo de Begoña, fue algo que no me esperaba, pues además lo había dicho sin maldad ninguna, aunque en cuanto luego tuve tiempo de pensar tranquilamente en mi habitación, llegué a la conclusión, de que mi salida de pata del tiesto, en gran parte se había debido a que por un lado aún estaba medio dormido, y a que al volver de donde mis padres, aun llevaba el chip cambiado. No es que entendiese muy bien el motivo de porque el hablar de sexo con claridad estaba bien en unas ocasiones y mal en otras, siempre refiriéndome con esto a no hablar de cuernos o demás cosas de ese estilo, si no a algo como lo que yo dije esa noche. Creí oportuno discúlpame con Begoña, e inicialmente pensé en hacerlo por la mañana cuando nos levantásemos, pero pensándolo detenidamente y conociéndola, decidí que lo mejor sería hacerlo cuanto antes, no fuese que estuviese dándole vueltas a la cabeza y terminase por empeorar las cosa. No lo pensé dos veces, me levanté, y tal como estaba, con un pantalón corto sin nada debajo como única vestimenta, me fui directo a por mi prima a su habitación...
Cuando llegué, toque a la puerta, escuchándose el típico "¿Quién es?". Le pedí su permiso para poder entrar y hablar con ella unos segundos, cosa que aceptó... Me la encontré tumbada en la cama con unos pantaloncitos cortos de pijama y una camiseta ceñida que destacaba perfectamente sus pechos... Empezamos a hablar en voz baja, e increíblemente, por extraño que pueda parecer, mantuvimos toda la conversación con dicho volumen, pese a que tuvimos algún que otro “desencuentro”…
- ¿Bueno Iván, y que quieres?
- Venía a disculparme por lo que dije, lo siento, no creí que te sentase mal, ya que otras veces había hablado de estas cosas sin que te enfadaste, pero bueno... Sofía me lo ha explicado, así que lo siento, no quería hacerte sentir incomoda.
- Me he enfadado, sí, pero no ha sido solo por eso Iván, es por todo. Es por eso, por lo que dijiste de nosotras tres, por lo de Trini, incluso por lo de la madre de Auri... -con esto último me sorprendí, no pude evitar un leve respingo y además se dio cuenta.
- No te sorprendas, ¿qué pensabas, que no me iba a enterar de que te has estado follando también a su madre?
- Pues... -me quede sin saber que decir.
- ¿Pues qué? ¡¡¡ehhh!!! ¿Pues qué, venga dime?
- No sé, yo... bueno no pretendo hacer daño a nadie, Trini está libre de compromiso. Entiendo que es tu amiga, pero no creo que sea suficiente motivo, especialmente cuando ambos sabemos lo que queremos... y... -me interrumpió.
- ¿Y la madre de Auri? La señora Aurora está casada, te has estado tirando a una mujer casada Iván, a alguien que tiene un marido, una pareja estable... Me dirás que tú tampoco la has seducido a ella, ¿verdad?
- Pues mira no, no la seduje, solo se dio, y no creo que no sepas ya que también informada pareces estar, que yo tan solo soy el último de la lista con el que se está acostando, únicamente eso. Y lo otro que dijiste, lo de vosotras tres, eso ya... -de nuevo me volvió a cortar.
- Con eso no me vengas con escusas, porque también dijiste bien claro que te hubiese gustado follarnos a mi hermana, a mi madre y a mí... ¿o es mentira?
- Pues no, no lo es, y desde luego no es que lo dijese, es que si me vuelves a preguntar, ya te digo que lo mantengo, os follaría a las tres con gran placer -lo siguiente que Begoña hizo me dejo completamente frio.
- Pues venga, no te cortes, ya que todo te da igual, adelante, aquí me tienes, venga... ¡¡¡Que venga coño, que me folles!!! –me dijo aun en voz baja, pero con un tono de mala leche que tiraba de espaldas.
Para mi total y absoluta sorpresa Begoña había perdido los papeles, estaba agresiva, con las manos en las caderas y se había quitado la camiseta quedándose con los pechos al aire. Por lo que mi fije también, sus ojos aunque no parecían perder los míos nunca, me di cuenta de que no perdía de vista mi pantalón, pensé que obviamente eso sería para ver si me empalmaba con el "espectáculo". Inspire fuerte, y luego lentamente exhale el aire, tratando de sosegarme... Me cruce de brazos también a mi vez...
- Lo siento mucho Bego, pero eso conmigo no funciona, y mucho menos ahora mismo que acabo de regresar de estar con mis padres. No eres ni la primera, ni la última mujer que veré con los pechos al aire, hay muchas culturas en que van asi, y yo he vivido con algunas de ellas, en que eso es de lo más normal del mundo –vi que me miraba repentinamente perpleja.
- De modo que no te pongo, ¿es eso lo que me estás diciendo?
- No, no es eso ni muchísimo menos. Lo que te estoy diciendo es que a mí el que me enseñes o me dejes de enseñar los pechos, no me impresiona en absoluto, ya estoy acostumbrado… -me hizo callar.
- ¿Y ahora qué? –replicó interrumpiéndome mientras se bajaba el pantaloncito, quitándoselo, quedándose tal y como su madre la trajo al mundo… completamente desnuda, incluso tuvo la desfachatez de girarse sobre sí misma para que la viese bien vista –me quede con la boca abierta, pero logré rehacerme rápido.
- Muy buena, desde luego eres una chica preciosa, tienes un par de pechos casi perfectos y se aprecia que el coñito no lo es menos, mención aparte tu culo, que es de locura. Y puesto que ya te he dado mi opinión sobre tu “exhibición”, dime, ¿y ahora qué?
- ¿Tú que crees que quiero de ti ahora mismo? –preguntó socarrona.
- No sé bien, ¿quizá algo como esto? –le pregunté mientras me quitaba mi ropa quedándome también en bolas y con la polla, morcillona, aunque sabía que no tardaría muchos segundos en quedar completamente tiesa.
- Vaya, buena herramienta primito… no me extraña que Trini esté tan enchochada contigo… con razón no quiere más que follarte… -sonrió mientras se relamía viendo como esta crecía ante ella.
- Pues me parece perfecto que lo quiera, no te preocupes por ella que cuando me lo pida, me encargare encantado de dárselo, incluso si quieres, le diré que lo hago de tu parte y a tu salud… -sonreí también.
- Eres un hijo de puta… -me dijo apretando los dientes.
- No, lo que soy es sincero, no como tú, que no dices las cosas con claridad, no haces otra que dar rodeos… Aunque reconozco que esto último si ha sido bastante directo y has dejado bastante claro lo que quieres…
- Está bien, contigo seré aún más directa desde ahora… -se acercó hasta mí, entonces me besó-.
- Y ahora, quiero que me folles como te has estado follando a esas dos putas. Me pones caliente como no te imaginas, entre otras cosas precisamente por ser mi primo, que me da un morbo que no te haces una idea, quiero esta ricura dentro de mí ya mismo –dijo mientras me la cogía con la mano-. ¿Te vale así de claro o te lo preciso más? –terminó preguntándome con tono socarrón.
- No prima, para nada, quedo todo muy claro, y no te preocupes, que te pienso follar hasta que revientes. Pero desde luego no ahora, seriamos idiotas si lo hiciésemos en este momento. Estamos entre las habitaciones de tu madre y tu hermana, no creo que fuese una buena idea ponernos aquí a ello, no con las dos durmiendo pared con pared. Esto nos queda pendiente primita, y que te conste que voy a querer cobrármelo, ahora ya sí que te voy a follar, tanto si quieres como si no… incluido ese culo tan duro que tienes…
- A ver si es verdad… -sonrió lasciva.
Después de eso recogí mi ropa y con mucho cuidado de no hacer el menor ruido me marché a mi habitación. Mientras caminaba hacia ella me empecé a dar cuenta del follón en que me estaba metiendo realmente, con Begoña iba a follarme a mis tres parientes, y estando los cuatro juntos en la misma casa. Lo que me empezó a preocupar no era el hecho de follármelas, con eso estaba más que encantado de la vida. El problema es que después de follarme a Begoña también, se enterasen de que estaba tirándome a las otras dos, pero no por lo que me pudiesen decir o no ellas, sino por el hecho de que se pudiese enterar mi madre de algún modo, y eso sí que no quería ni pensarlo…
Mi madre sí que me daba miedo en ese aspecto, la creía muy capaz de cogerse el primer vuelo para venir en persona y partirme la cara antes de caparme con unas tijeras oxidadas muy lentamente de la forma en que más me doliese si se llegaba a enterar de algo de todo esto… pues menuda era… Os juro que me eche a temblar tan solo con pensarlo…
CONTINUARA.