El safari de mamás. Nº 12.

Un asalto a una casa. Una madre dispuesta a proteger a su hijo. Un final inesperado para lo asaltantes.

El safari de mamás. Nº 12.

Prologo.

Marta estaba delante del televisor bastante sorprendida. Había traído varias cosas de su anterior casa. Su marido acababa de morir y tras el funeral había decidido pasar unos días en el chalet que tenían en la playa con su hijo Pablo de 15 años antes de volver a la ciudad y preguntar al abogado de la familia por el testamento. El chalet era tranquilo y grande. Dos plantas y un buen garaje con su bodega. Su marido había sido un rico arquitecto y lo había diseñado el mismo. Con una buena zona ajardinada alrededor que le daba la discreción y tranquilidad que quería en estos momentos. Mientras no saliera los vecinos no iban a molestarla.

Entre esas cosas, que pensaba que eran papeles y documentos de su marido, había encontrado varios DVDs bien escondidos al fondo de uno de los cajones de la oficina de su marido. Al principio pensó que serían copias de seguridad de documentos pero al probar a abrirlos en el ordenador vio que eran películas.

Por suerte cuando las puso en el reproductor de DVD su hijo no estaba en casa. Eran películas porno. Pero no el típico porno que una podría imaginarse. En las diferentes películas que su marido escondía en su oficina las protagonistas, por no llamarlas victimas, era sometidas a brutales sesiones de sexo donde eran humilladas de todas las formas imaginables. Siempre una sola chica contra varios oponentes. No podía llamarlos compañeros de sexo ni nada parecido. En esos vídeos la chica acababa sometida sirviendo a varios hombres a la vez con y por todas sus posibilidades sin ningún tipo de miramiento ni respeto.

No pudo evitar ver todas las películas. Aunque le asqueaban era como cuando ves un accidente y no puedes apartar la mirada. No le escandalizaban. No era una mojigata y sabía que estos fetiches existían. Pero si le repugnaban. Le sorprendió ver que su marido disfrutase con estas películas. El sexo entre ellos antes de morir estuvo muy bien. Era un buen amante que la sorprendió en alguna ocasión con algún juego nuevo pero nada que pudiera denotar que su marido era un pervertido que se excitaba viendo a las mujeres ser sexualmente humilladas.

No pensaba que su marido tuviera alguna queja de ella. Bien que le había prohibido el sexo anal. Pero su lengua y la polla de su marido se habían encontrado a menudo. Nunca le había dejado correrse en su boca ni en la cara pero sus pechos si que habían acabado cubiertos más de una vez. Le había hecho pases de lencería y stripteases. Y hasta se había masturbado delante de el. A sus 37 años aun mantenía una buena figura. Tenía un aspecto de morena latina de pelo largo y ondulado que con sus ojos verdes le daban un aire exótico. Un culito respingón y unas tetas del tamaño justo, ni grandes ni pequeñas, justo un poco más del tamaño de las manos de su marido, le daban un aspecto más que deseable. Había sido una mujer florero desde que se casó joven pero esas tardes de gimnasio había valido la pena. Tanto su marido como ella habían podido disfrutar de su vida sexual.

Las estuvo viendo a lo largo del fin de semana, aprovechando los momentos que su hijo salía a jugar con otros amigos de la urbanización. Sorprendida, asqueada y casi hipnotizada. Sorprendida por como esos pequeños cuerpos femeninos podían resistir semejante castigo de hombres que casi les duplicaban en peso, y aun más siendo varios a la vez.

Capítulo 1.

Marta abrió los ojos como platos de repente cuando notó que alguien le estaba tapando la boca con una manaza áspera. Fue una forma abrupta de despertar. Le costó un poco ajustar su vista a la escasa luz pero adivinó la figura de un hombre corpulento que le estaba sujetando con fuerza contra la cama con la misma presa que le amordazaba. Paralizada por el shock apenas se movió cuando adivino, más que ver, que el hombre le hacía una seña llevándose un dedo a los labios para hacerla callar. Apenas unos segundos después descubrió que otros dos hombres también se encontraban en la habitación.

Uno de estos encendió la luz y pudo descubrir a tres hombres fornidos con rasgos extranjeros. Posiblemente de Europa del Este. Los tres llevaban el pelo cortado a cepilló lo que les daba cierto aire militar. El que acaba de encender la luz cruzó los brazos y Marta pudo ver que llevaba una pistola con silenciador en una de sus manos. El segundo hombre parecía desarmado y el tercero que estaba haciéndole la presa que la amordazaba sacó un cuchillo largo, de caza, y con la misma mano que lo blandía volvió a hacerle el gesto para que mantuviera silencio. Lentamente liberó su presa de su boca y se apartó un poco.

Los tres tenían una sonrisa de satisfacción en sus labios y de vez en cuando se lanzaban miradas cómplices entre ellos. No decían nada, solo la miraban, el silencio pesaba sobre Marta como una losa. Apenas acertó después de unos segundos a coger las sabanas para subirlas y taparse hasta el cuello. Le costó unos segundos salir del shock hasta que se dio cuenta de algo.

Pablo ” pensó para si dando un respingo y poniendo cara de sorpresa otra vez y de una preocupación atroz después. Sus ojos abiertos como platos la delataron. El que estaba sentado en la cama con ella sonrió aun más y afirmó vehemente.

“No te preocupes. El chico esta bien” Aunque tenía un fuerte acento del este el tono de condescendencia podía adivinarse perfectamente. “…por ahora” apuntilló al final.

Marta apenas podía balbucear. “Que… ¿Que queréis…? no tengo mucho dinero aquí pero podéis llevaros… todo… lo de la casa… por favor… No nos hagáis nada…“ Marta no podía parar de respirar con fuerza y eso casi impedía que pudiera hablar.

“¿Que querremos?” le respondió el que llevaba el cuchillo de caza. Miró a sus compañeros con cara divertida y luego volvió con Marta. “De momento querremos que nos  hagas de anfitriona. ¿Por qué no bajamos abajo y nos invitas a algo?”

Desde luego que no fue una recomendación. El hombre del cuchillo la cogió por el pelo y lentamente hizo que se levantase de la cama. No lo hizo con fuerza pero si con firmeza. Parece que el objetivo era el tenerla controlada y lo cumplía perfectamente. Marta salió de debajo de las sabanas para mostrar un bonito negligee azul claro transparente que dejaba ver unas braguitas de encaje a juego y, por desgracia, descubrió que no llevaba puesto el sujetador. Como al principio temía que el tirón del pelo fuera más fuerte Marta sujetó con sus manos la manaza que le estaba tirando del pelo y el negligee dejó ver perfectamente sus pechos coronados por sendos pezones redondos. El hombre que aparentemente estaba desarmado le señaló con el pulgar al que llevaba la pistola los bonitos pechos de marta y ambos soltaron una mirada de admiración. En cuanto Marta se incorporó se cubrió los pechos con las manos y por primera vez se arrepintió de las horas que había pasado en el gimnasio.

Bajaron al piso de abajo, hasta el salón, Marta iba delante, sujeta por el pelo e inconsciente del bonito espectáculo que era su culo visto a través del negligee  y que los tres asaltantes estaban disfrutando. Una vez abajo la empujaron en el sofá. Marta pensaba que se iba a abalanzar sobre ella así que se acurrucó en el sofá y espetó… pero no pasó nada.

Despacio Marta se sentó en el sofá volviéndose a tapar los pechos tímidamente y vio que los otros tres hombres se habían acomodado. Dos se habían sentado en los sillones y el tercero estaba detrás del sofá en pie. Se podía ver que Marta estaba muy extrañada. Mientras bajaba las escaleras había asumido que la iban a violar. Imaginaba que siendo la casa tan grande los asaltantes sabían que allí no despertarían  su hijo. Más teniendo en cuenta que su habitación era la más alejada del salón.

El que aun blandía el cuchillo, al darse cuenta de su extrañeza soltó una pequeña risita. “No No… No te equivoques… te vamos a violar. Pero tenemos tiempo para eso.” Marta por reflejo miró el reloj que había en el salón. Apenas pasaban cinco minutos de la una. Quedaba toda la noche por delante. Apretó más sus brazos contra su pecho hasta casi tomar una posición fetal sentada en el sofá.

“Pero primero vamos a dejar algunas cosas claras. Podrías huir… pero tardarías… ¿Cuánto? ¿10 minutos en conseguir que algún vecino te abriera la puerta y te auxiliara?” El que hablaba señaló el reloj que hace un momento había mirado Marta. “Mira. Fíjate…” Marta aun en shock miró al reloj. En ese momento el hombre detrás de ella le tapó la boca con una mano mientras con su brazo la apresaba contra el sofá. “Mirko” El tercer hombre dio un salto y subió corriendo las escaleras. ¡Iban hacia el cuarto de Pablo! Marta intentó forcejear sin éxito. Como el primero Marta pudo comprobar que estos hombres estaban muy en forma. Parecían levantadores de pesas. Durante una eternidad en la que Marta no pudo zafarse y que fue sujetada con insultante facilidad por su captor temió por la vida de su hijo. Después de esa eternidad al que habían llamado Mirko bajó del piso de arriba también corriendo.

“Tranquila. Tu hijo esta vivo. Mirko solo ha subido hasta la puerta de su habitación, ha esperado un rato y luego ha vuelto a bajar… ¿Y cuanto tiempo le ha costado?” Marta miró el reloj. La eternidad había durado menos de dos minutos. “Si hubieras intentado escapar tu hijo estaría ya muerto… Boris…” Le hizo una señal al hombre que la estaba sujetando y este la dejó libre. “Y ahora… ya sabes los nombres de mis compañeros, el mío es Goran. Y el tuyo…”

“M… Marta”

Goran continuó “Bien Marta. ¿Por qué no nos sacas unas cervezas o algún Vodka que tengas por casa y nos sirves como una buena anfitriona?”

Marta dudó durante unos instantes pero un empujón por parte de Boris la hizo reaccionar. Se levantó lentamente aun tapándose los pechos y dubitativa como un cervatillo cegado se quedó de pie. Otro empujón más de Boris volvió a hacerla reaccionar y se dirigió a la cocina. Intentaba encontrar alguna solución pero no se le ocurría ninguna. Si huía matarían a su hijo. En la cocina vio como el cable del teléfono estaba cortado. No tenía cervezas pero en el salón tendría Vodka. Así que cogió unos vasos y volvió asustada y despacio al salón. Allí vio que Mirko estaba mirando por la ventana. Si hubiera intentado salir le habrían visto. Marta se dio cuenta que esto había sido una prueba.

Dejó los vasos en la mesa sin decir una palabra y fue a por el Vodka. Volvió  la mesa y empezó a servirlos. Intentaba taparse con una mano los pechos pero al inclinarse hacia delante notó como Mirko se movía justo detrás de ella. Marta se dio cuenta de que estaba mirando Mirko pero no podía hacer nada por evitarlo. Terminó de llenar las tres copas y se las ofreció a sus ‘invitados’.

Los tres saborearon las copas y Goran volvió a llevar la voz cantante. “No esta mal. Bueno Marta… supongo que te preguntaras porque no hemos saltado ya sobre ti y te hemos reventado ya todos tus agujeros. ¿No?”

A Marta no le gustaba admitirlo pero así era. Volvió a sentarse en el sofá. Acurrucada y asintió sin decir palabra.

“No es porque no estés buena. Joder. No ves la erección que tengo ya solo con verte con ese negligee de puta que llevas” Goran se levó la mano al paquete para reafirmarlo.

Goran tomó otro sorbo y Marta pudo notar que Goran estaba mirándola de arriba abajo relamiéndose. “Veras… Cuando encontramos una putita como tu lo que nos gusta es que… como decirlo… colabores con tu violación”

¿Que? ” pensó Marta.

“Mirra… en Serbia pudimos disfrutar de muchas putitas como tu. No estaba mal. Mientras dos la sujetaban el tercero podía joderla a gusto… pero después del primer o segundo polvo las putitas es que ya ni os movéis!” Goran fingió desaprobación y continuó con su historia “Así que cambiamos de táctica. Buscamos alguna putita que este buena, como tu, y vemos como podemos convencerla para que…” Goran dibujó una tétrica sonrisa mientras señalaba con su puñal escaleras arriba “…coopere”

Marta casi se puso frenética “Dejad a Pablo. ¿Qué vais a hacerle?” Intentó levantarse pero Mirko volvió a sentarla de un empujón.

“¿A Pablo? Nada… aun. Depende de ti. Mira… así es como lo hacemos. Vamos a joderte bien. Pero queremos que tú también participes. Que nos animes a hacerte guarradas. Que te comporte como la puta que queremos que seas y hagas todo lo que queremos… aunque tendrás que adivinarlo. Que nos hagas creer que disfrutas con nosotros. No somos monstruos y tenemos sentimientos. Queremos saber que también te lo pasas bien” Los tres casi al unísono se rieron con la broma. “Y bueno… cuando acabemos… te daremos una puntuación del 0 al 10… Esos serán los dedos que conservara tu hijo cuando nos vallamos. Empezamos cortando los pulgares y los últimos que cortamos son los meñiques” Goran mostró sus manos abiertas con sus diez dedos moviéndose mientras decía lo ultimo.

“¿Qué? ¿Queréis… que haga de… de puta para vosotros…y  que además… disfrute?”

“Bueno…” Le contestó Goran “Te vamos a reventar follando. Eso lo sabemos. Así que no creo que disfrutes pero si disimulas bien, si te muestras como una guarra, si haces de todo y además nos pides que te lo hagamos… bueno… cuanto mejor lo hagas más dedos salvara tu hijo. Y oye… un 10 y los salva todos.”

Marta se hundió en el sofá… estaba bloqueada… no podía ni pensar, ni reaccionar. No sabía que hacer. Boris llenó una copa de vodka y se la ofreció. “Toma. Te ayudara a relajarte”

“Gra… gracias” Le dijo marta.

Boris no pudo evitar reírse. “Jajaja. No es por ti. Si te relajas y te concentras te darás cuenta de lo que tienes que hacer y podré disfrutar más de ese pedazo de cuerpo de puta que tienes. Dios… de todo te voy a hacer”

Marta se dio cuenta que no sus pechos volvían a estar a la vista y volvió a tapárselos. Tomaba el vodka a sorbos. Sabía a rayos pero poco a poco le ayudó a calmarse. Con apenas 55 kilos el vodka le hizo efecto enseguida. No mucho pero le ayudó a relajarse.

Pensó en su situación. Pensó en sus 55 kilos y en los… ¿80, 90 kilos? Que pesaba cada uno de ellos. Todos rondaban el metro ochenta, todos musculados. Parecían mercenarios sacados de alguna película. En las películas que había estado viendo hace poco. Mientras pasaba el tiempo se iba calmando y asumiendo la situación. Recordaba un par de películas particularmente donde la protagonista alentaba a sus compañeros a ‘follarla hasta reventar’. En algunas películas las ‘victimas’parecian forzadas, Otras… parecían disfrutarlo. Y justo eso era lo que le estaban pidiendo ahora. Algo… repugnante y que no sabía si podría soportarlo…

SI! Si que debía soportarlo. Por su hijo. Pablo. Fue tomando más sorbos hasta dejar el vaso casi vació. El alcohol la había envalentonado y desinhibido lo suficiente. Al final Claudico.

“Vale. Lo haré” Ya ni se molestó en cubrirse los pechos. Para que. Dentro de poco se los iban a estrujar como si quisieran reventarlos. Lo sabía. Lo había visto en las películas. Sintió un escalofrió al darse cuenta de todo lo que iba a ocurrir.

“Bien” Goran se levantó de un salto. “Mirko. Saca las cámaras.”

“¿Cámaras?” Preguntó Marta.

“Claro.” Contestó Goran. “Estamos de vacaciones. De cacería. Y tú eres nuestra presa. Nos servirá de souvenir. Nos va a gustar mucho lo que vamos a ver de España. Y se que lo vamos a ver… todo”

Mirko sacó una bolsa grande que había tras el sofá. De allí sacó tres de cámaras con sus trípodes. Luego le tiró la bolsa a los pies de Marta “Tal vez te de ideas”

Marta miró por la abertura abierta de la bolsa que acababa de caer a sus pies. Lo que vio allí no le tranquilizó. Vibradores era lo más normalito que vio. Mordazas para dejarle la boca abierta, esposas, cuerdas, fustas, consoladores del tamaño de un puño, pinzas…

Marta respiró hondo y decidió empezar a ganarse ese 10. Sacó la cuerda y se dirigió a Goran con una sonrisa. “¿Por qué no vamos a la bodega? allí hay unas vigas en el techo que me han dado una idea”

“Bien… Esa es mi puta!” Goran le dio un cachete en el culo. En realidad Marta quería alejarlos de Pablo. El garaje bodega era un antiguo lavadero de pueblo. Habían quitado las cisternas para dejar paso a los coches y dejado las viguetas transversales del techo como decoración. Ahora solo había un coche y mucho espacio libre. Y las paredes eran muy gruesas. Allí Pablo no la oiría gritar… Y Sabía que iba a gritar. Mucho.

Capítulo 2.

“¿Por qué no vais a la bodega mientras me preparo? El garaje hace las veces de bodega y hay allí otro salón comedor al final.” Su marido había dividido el antiguo lavadero en dos partes. Una hacía de garaje y la otra un salón donde podía invitar a un grupo numeroso. Un pequeño salón con un diván y un sofá junto a una amplia mesa de comedor permitía celebrar allí algunas cenas. “Además en el armario encontrareis una barra que podéis ir montando en un soporte que encontrareis en una de las viguetas del techo.”

Una de las aficiones en el gimnasio de Mata era el pole dancing que se había puesto de moda. A su marido le había encantado esa afición suya y por ello instaló esa barra desmontable en la bodega. A menudo le hacía exhibiciones con stripteases que normalmente acaban haciendo el amor en el diván

“Vaya…” Dijo Goran. Parece que la putilla aquí es algo guarrilla… “No me esperaba algo así… bien jugado…” Mirko y Boris le siguieron las risas. “Ya sabes… estaremos vigilando… si te vemos salir al jardín… y te veríamos… solo necesitaremos dos minutos y adiós”

Marta tembló levemente y asintió con miedo para luego esforzarse y devolverle una sonrisa. “Tranquilo semental… estoy deseando bajar con vosotros…”

Si ” Pensó Marta “ Bajar al infierno

Pilló de pasada el medio vaso de vodka que aun le quedaba en la mesa y subió a su habitación. Ni se planteó la posibilidad de escapar o pedir auxilio. Demasiado arriesgado. Allí terminó el vaso de un trago y se paró un momento a pensar… “¿Qué puedo hacer para sacar ese 10…?” repasó mentalmente los vídeos que había visto recientemente y se anotó algunas ideas. Seguro que luego no iba a pensar con mucha claridad… y ligero cuerpo se volvió a estremecer. Abrió su armario y empezó a buscar ropa… empezaría con un striptease. Así no le tocarían al principio y esperaba poder mentalizarse para el infierno que seguro vendría después. Una falda por encima de las rodillas y una blusa que posiblemente tendría una talla menos que la necesaria fueron su elección. A su marido le encantaba ese conjunto. La blusa apretada y con los botones superiores desabrochados le daban un aspecto muy sexy. Lo completó con unas medias blancas de encaje, liguero y un culotte y un sujetador de media copa del mismo color también de encaje con algunas florerillas rosas. El sujetador de media copa hacía que casi se le salieran los pechos. Se vistió con prisas y terminó maquillándose. Rojo pasión en los labios. Algo de sobra azul, rimel, maquillaje… Aun le duraba la pintura de uñas y tenía un pase. No tenía tiempo para eso. Se miró en el espejo antes de bajar. Tenía un aspecto de guarra buscona con el que se moriría de vergüenza si alguien que no fuera su marido la viera. Y ahora tres desconocidos la iban a ver así… aunque por desgracia no sería por mucho tiempo. Terminó el conjunto con unos zapatos negros de  tacón alto. Los más altos que tenía. Sabía que le hacían un buen culo. Ya se lo habían dicho.

Suspiro y bajo rápido. No quería hacerlos enfadar con la espera. El vodka le había ayudado a tranquilizarse y aceptar la situación le había calmado lo suficiente como para controlarse mínimamente. Cuando llegó a la bodega del garaje sus chantajistas habían estado preparándose también. Habían preparado algunas cervezas que había en la bodega, montado la barra de pole dancing y preparado las tres cámaras en triangulo apuntando todas al centro de la bodega donde estaba la barra. Así cubrían toda la bodega.

Y desde luego los tres hombres ya estaban desnudos.

Pudo fijarse en sus cuerpos. Todos bien formados, musculados y altos. Así como se acercaba a ellos casi podía admirarlos. Vio numerosas cicatrices de heridas y pudo ver sus miembros. Aun no estaban erectos pero todos se adivinaban de buen tamaño. Sobre todo el de Goran. Ese miembro prometía dar miedo cuando estuviera erecto.

Marta se acercó. Se esforzó por parecer insinuante. Poniendo un pie delante del otro al andar acentuando el movimiento de sus caderas. “¿Estáis ya listos?”

“No. Aun no…” Contestó Goran. Siempre llevaba la voz cantante. Levantó la mano y mostró una pastilla azul. Claramente viagra. Lo mismo hicieron sus compañeros y sonrieron. “La noche es larga y necesitaremos algo de ayuda. Seguro” Los tres procedieron a tragar cada pastilla con un trago de cerveza.

Marta miró al reloj. Apenas pasaba unos minutos de la una y media de la noche. Si. Sería una noche muy larga.

“Sentaos y prepararos para el espectáculo” Marta le guiñó el ojo y les lanzo un besito. Se recordó mentalmente. Siempre sonreír. Siempre parecer que disfruto. Le iba a costar y por eso se lo repetía una y otra vez.

Se acercó al equipo de música y puso un CD. Ya lo había usado alguna vez. En cuando lo puso se acercó a la barra y espetó a que sonara.

Comenzó su actuación apoyando el culo en la barra con las piernas separadas y con los brazos hacia atrás y bajando el cuerpo hacia delante. Así su canalillo era aun más visible y al final siempre saltaba un botón abriendo aun más su escote. Luego siguió bailando alrededor de la barra insinuante, pegándose a ella, subiendo una pierna y dejando deslizarla por la barra haciendo que la falda se le subiera casi hasta la cintura. Luego desabrochándola y paseando dejando que cayera lentamente al suelo mostrando su liguero que sujeta sus medias y el culotte de encaje. Siguió trabajando la barra, bailando alrededor, subiéndose y dejándose deslizar. Podía ver que sus agresores lo estaban disfrutando. Sus miembros se iban endureciéndose y mostrando su verdadero poder. Los de Mirko y Boris era grandes. Pero el de Goran daba miedo.

Marta reprimió su miedo, mantuvo su compostura y aun casi con toda la ropa puesta se acercó al sofá. Se puso delante de Goran y se inclino apretando sus brazos a los costados de sus tetas. Realzando su canalillo.

“Goran…” trago saliva “cariño… ¿Quieres ayudarme con la blusa?”

“Claro” Sin apenas pensarlo Goran asió de las solapas de la blusa y tiró. Los botones salieron despedidos y el sujetador de media copa quedó a la vista de todos. Marta giro sobre si misma pasando por debajo del brazo de Goran que aun sujetaba la blusa, pasando sus propios brazos por detrás de ella y, alejándose un par de pasos, la blusa quedó en las manos de Goran y ella quedó solo vestida con su sexy lencería. Aprovecho para doblarse y deslizar sus manos por una de sus piernas hasta llegar a su pie. De espaldas a sus captores tenían una excelente vista de su trasero. Volvió a subir llevando sus manos hasta detrás de su nuca y subiendo algo su melena. Volvió a Goran con esa postura que reafirmaba sus pecho y volvió a inclinarse hacia el. “Tal vez quieras ayudarme ahora con el sujetador. “

“Desde luego” Otra vez si miramientos cogió ambas copas y tiró con fuerza. Esta vez le costó algo más pero al final el sujetador se partió por el enganche frontal. Antes que pudiera hacer nada Marta perdió el equilibrio, giro sobre si misma y cayó sobre Goran de espaldas. Sintió su miembro erecto contra su culo por primera vez. Sería la primera de muchas. Antes que pudiera levantarse Goran le cogió desde atrás por las tetas y las apretó sin ninguna misericordia. Dolía y mucho. “ay…” consiguió reprimir Marta el grito de dolor. Se giro y aguantándose su repugnancia le dijo “Chico malo…”

Marta se levantó y volvió a hacer el número de doblarse dejando resbalar lentamente sus manos por su pierna dejando ver su culo apenas a medio metro de Goran. Marta tenía mucha flexibilidad y entre la postura y los tacones su culo era ahora mismo una maravilla. “Bueno… y por ultimo… mis braguitas… ¿Me ayudas también?”

“Encantado.” Y por tercera vez y sin ninguna consideración Goran cogió una prenda de Marta, ahora su culotte y de un tirón se lo arranco para luego tirarlo lejos. Nada más hacerlo Goran le propinó un sonoro y devastador manotazo en el trasero que casi hace que Marta pierda el equilibrio “Que culazo. Que ganas tengo de rompértelo”

Marta ni pudo gritar. Le pilló por sorpresa el golpe pero le dejó la nalga bien dolorida. Miró disimuladamente el miembro erecto e inmenso de Goran y trago saliva. Eso iba a doler de verdad y no el manotazo. Otra vez reunió fuerzas “Ouch. ¿He sido mala?” con tono de falsa inocencia “¿Merezco ser castigada?”

“Pues si” Le contestó Goran. “Eres un pedazo de guarra que merece ser castigada. Si”. La cogió por la cintura y tiró hacia si para ponérsela en el regazo boca abajo. Levantó lentamente la mano y soltó un fuerte y sonoro golpe en las nalgas de Marta. Esta vez si no que no pudo reprimir un grito “Ahhh” Boris que estaba sentado donde esta ahora la cara de Marta la cogió por el pelo y empezó a refrotar su polla por su cara. Goran se estaba llevando lo mejor pero el también quería algo. Goran volvió a alzar lentamente la mano y volvió a dejar caer otro brutal golpe “Ay!!!!” . Notó las manos de Mirko que empezaban a jugar con el interior de sus muslos, muy cerca de su ahora expuesto coñito. Otro lento levantar y otro estruendoso golpe cayo en la nalga de Marta. Sobreponiéndose y recordando siempre a su hijo Pablo ofreció su mejilla a Boris para que refrotara su polla como si fuera una gata y dejó hacer a Mirko mientras Goran dio un curto y ultimo golpe. “Ouch!” para luego empujarla y dejar que cayera al suelo.

Marta se levantó lentamente refrotando su mano contra sus doloridas nalgas. “Me lo merecía…” sacando fuerzas consiguió devolver una sonrisa a los tres hombres que ahora se reían por lo bajo. “Soy una guarrilla muy mala”

Volvió hacia la barra pero paso primero por la bolsa con los ‘juguetes’ De allí cogió un buen consolador y las pinzas para los pezones. Se puso las pinzas y descubrió que aunque dolían se podían soportar mejor de lo que pensaba. Otra vez se acercó a la barra y continuó con su espectáculo. Lo primero fue apoyarse de pie con su espalda contra la barra, viendo a sus asaltantes de frente para poco a  poco resbalar hasta quedarse sentada mientras abría sus piernas mostrando su coñito depilado. Ya no había nada que la tapara. Solo llevaba unos tacones, unas medias y un liguero. Goran y los suyos podían ahora ver perfectamente sus tetas y su coño ahora que estaba abierta de piernas. No puedo evitar ponerse colorada lo que arranco unas risitas de sus captores pero siguió con su forzado espectáculo. Primero simulando una felación al vibrador, luego usándolo en su coñito mientras se masturbaba sin parar de moverse alrededor de la barra, doblándose y buscando posturas cada vez más explicitas y provocativas.

Después de 5 minutos Goran empezó a aplaudir a lo que le siguieron sus camaradas. “Wow! Pedazo de guarra tenemos aquí. ¿Así es como conseguiste a tu marido? ¿Trabajabas en algún bar de alterne?”

“N.. no…Es Pole Dancing… esta de moda…”

“Jajajaj, Que gracia… ya hasta os entrenáis para ser más guarras aun, pedazo de puta”

Había hecho un buen trabajo… las pollas de sus captores estaban erectas y amenazantes. Marta creía que había hecho un buen trabajo pero no es algo de lo que pudiera sentirse orgullosa. Pero el espectáculo tenía que continuar. Se acercó a Goran, lentamente se arrodillo frente a el. Intentó mantenerle la mirada pero le costó dos intentos conseguir la suficiente fuerza de voluntad para mantenerla y al final, ya sin perderle la mirada abrió la boca, cogió aire y se agacho hasta tener el miembro de Goran en su boca. Sabía que a un hombre le gusta que lo miren desde abajo mientras se la chupan así que intentó mantener esa mirada que solo ayudaba a aumentar su sensación de humillación. Al menos sabía que era buena chupándola así que en estos momentos estaba tranquila. Subía con su lengua a lo largo del miembro, chupaba su glande y jugueteaba con la punta de su lengua justo en la punta del miembro de Gora… Craso error. Aunque su técnica era buena empezó a ver que Goran no disfrutaba demasiado de su trabajo. “¿Qué pasa?” intentó ver que hacía mal. “¿Estoy nerviosa? ¿Qué estoy haciendo mal?” Hasta que recordó las películas. Metió las manos debajo de las nalgas de Goran para asirlo, cogió aire y se metió la polla hasta la garganta de un golpe. Estos hombres no querían una artista. Querían una guarra. Y cuanta más guarra mejor.

Intentó mantenerse allí lo que sus arcadas le permitían y luego se la sacó. Vio una inmensa sonrisa en la cara de Goran. Había acertado. Volvió a repetirlo varias veces. No era nada agradable sentir esa polla en su garganta y las arcadas eran horribles pero conseguía recomponerse en cada tragada hasta que al final empezó a mover rítmicamente su cabeza arriba y abajo con la polla metida todo lo profunda que podía. Hacía fuerza con sus manos bajos las nalgas de Goran para conseguir la fuerza necesaria para vencer a su voluntad y meterse esa polla pero Goran lo malinterpreto. Pensó que Marta quería que se levantase y claro. Eso le encantó. Pensó que Marta le esta ofreciendo otra cosa que también le encantaba. Le cogió por el pelo, le sujetó la cabeza y empezó a follarle la garganta con fuerza. Ya no era Marta la que hacía el esfuerzo de metérsela. Goran se la estaba metiendo hasta donde podía y mas. Al principio, asustada, Marta intentó frenarlo poniendo sus manos en los muslos de Goran. Pero era como si una hormiga quisiera parar a un elefante. Marta ya no controlaba los tiempos. Las arcadas eran cada vez más fuertes. Boris y Mirko cogieron las manos de Marta y las llevaron a sus miembros. Marta consiguió un momento de lucidez para comprender lo que querían y empezó a manosearlos, excitarlos, moviendo su mano arriba y abajo mientras que con toda su fuerza de concentración intentaba sobrevivir a la violación de su garganta.

Cuando pensaba que iba a vomitar a o desmayarse por la asfixia, no sabía que iba a ir primero, tuvo un momento de descanso cuando Goran tiró de su pelo hacia atrás y la libero. Aprovecho para mirarla a los ojos. Marta dudo por un instante pero le devolvió una amplia sonrisa que satisfago a Goran. Pero de un empujón envió su cabeza hacia donde se encontraba Mirko. Este le sustituyó cogiéndola del pelo y repitiendo la violación de su garganta que había empezado Goran. Marta comprendió que iba a pasar su boca de uno a otro durante un rato así que se dejó hacer, solo iba pasando sus manos a las pollas que estaban libres para seguir masturbándolos. La falta de aire le preocupaba pero aun más las arcadas. No sabía como reaccionarían si terminara vomitando sobre alguno de ellos.

Mirko tiró de su pelo y la empujo hacia Boris. Esta vez sin soltarla Boris le metió la polla hasta el fondo y la mantuvo allí varios segundos. La mano de Mirko la empujaba con fuerza y no podía moverse, con su nariz pegada al vello púbico de Boris y su polla obstruyéndole la garganta. Después de unos segundos la sacó y volvió a repetir la operación tres veces más. Marta pensaba que se ahogaba cuando se la metía y que iba a vomitar cuando se la sacaba pero después de la tercera Boris empezó con la follada ‘normal’ de su garganta, cogiéndole del pelo y metiendo y sacando la polla de su garganta como si fuera su coño.

Varias veces fue dando saltos de una polla a otra hasta pasar tres veces por cada una de ellas. Pero al final no pudo aguantar más. La arcada se hizo irresistible, consiguió zafarse del que en ese momento tenía su pelo perdiendo un mechón en el intento y se abalanzó tras el sofá. Allí terminó vomitando sin poder evitarlo. ¿Se iban a enfadar Goran y los demás? Tenía que hacer algo.

Se levantó y vio las caras de sus captores. Parecían divertidos pero no sabía si eso le iba a quitar puntos. Tenía que hacer algo. Así que con voz ‘inocente‘ empezó a hablar.

“Vaya… que machotes… vosotros si que sabéis como reventar a una chica. Estoy seguro que lo podemos repetir. Me ha encantaaaaaado.” Se lamió los labios mientras se dirigía al diván. El diván no tenía respaldos y un solo reposabrazos. Se sentó con las piernas cerradas para luego abrirlas lentamente “Pero tengo más agujeros que necesitan de vuestra atención” Se apoyo echando sus brazos hacia atrás mientras arqueaba su espalada para resaltar sus pecho y subió una de sus piernas al diván manteniéndola doblada para dar mejor vista de su coñito.

“¿Venís? Quiero vuestras pollas ya!”

Le sorprendió que Goran no fuera el primero en ir. Mirko se levantó, la cogió por el pelo y se lo tiró hacia atrás para darle un beso metiéndole la lengua hasta donde le placía. Marta abrió la boca y le devolvió el beso. Mirko con facilidad la terminó de levantar y la subió al diván, con las piernas bien abiertas. No paraba de besarla con fuerza mientras la sujetaba asiéndola por el pelo. Marta notó como Mirko iba posicionando su miembro contra su coñito. Notaba el glande de ese miembro subir y bajar por su raja apenas separando sus labios vaginales. Marta cerró con ojos con fuerza. Iba a ocurrir. Una polla de un desconocido iba a violarla en cualquier momento. Y ocurrió. De golpe. Casi ni se lo esperaba. No entró poco a poco. Mirko empezó a empujar con fuerza y el coño de Marta sin lubricar le quemó como si le hubieran prendido fuego. Ahora si que abrió lo ojos y mucho. No pudo gritar porque la lengua de Mirko seguía peleando con la suya bruscamente dentro de su boca pero pudo ver a Goran que empezó a reírse con ganas cuando vio su cara. Cuando al fin Mirko consiguió meterle toda la polla la volvió a sacar y repitió la incursión. Todo sin dejar de besarla con fuerza. Marta abría y cerraba los ojos dolorida por la penetración hasta que su coño consiguió acostumbrarse al nuevo inquilino que tenía en su interior. Cuando Mirko notó que su polla se acomodaba bien la cogió por el culo con su mano libre y empujo hasta conseguir meter su polla hasta todo lo profundo que podía. Marta notó que Mirko podía manejarla como si fuera una muñeca de trapo. Una vez allí dejó de besarla pero sin soltarle el pelo y le apartó la cara.

Mirko le miraba con una sonrisa sádica. “Bien puta. ¿Qué te parece?”

Marta apretaba los dientes aun dolorida. Sorbió aire. “Menuda polla te gastas. Me ha prendido fuego allí abajo” No tuvo que mentir esta vez.

“Jajajaja” Mirko se rió con ganas. “Solo es el principio guarra.” Dejó de cogerla del pelo y del culo y la cogió por las pinzas de los pezones. Las sujetó con los dedos para que no se soltaran y tiró hacia arriba. “Ahhh” acertó a decir Marta. Un quejido que repitió varias veces mientras Mirko, con la polla metida hasta el fondo jugueteaba con las pinzas tirando a un lado y a otro. A marta le daba escalofríos la mirada sádica de Mirko pero le devolvió la sonrisa. Después de juguetear con las pinzas durante un rato Mirko pasó a cogerle los pechos. Mientras con el índice y pulgar sujetaba las pinzas el resto de las manos estrujaba sus pechos sin miramientos. Entonces sacó lentamente casi por completo su polla y sin dejarla de mirar a los ojos a Marta volvió a meterla de golpe mientras le estrujaba las tetas y apretaba las pinzas. Los pezones, las tetas y el coño le dolían. Con cada empujón Marta cerraba los ojos, soltaba un quejido y luego se recomponía y le devolvía una sonrisa a Mirko. Podía ver que estaba disfrutando con su reacción de dolor y sumisión. Mirko fue poco a poco acelerando el ritmo de sacar su polla y volver con una embestida hasta que empezó a follarla regularmente. Al final perdió el asidero de las pinzas de sus pezones pero no paró de estrujarle los pechos en ningún momento. Al final Marta se acostumbro al dolor y pudo tolerarlo.

¿Qué viene ahora? ” Pensó Marta para si. Vio a los otros dos hombres viendo como Mirko la estaba violando como si fuera un pedazo de carne y se fijo otra vez en la enorme polla de Goran. Eso le iba a doler. Tenía que distraerlo de alguna forma.

“Goran. Cariño” Se relamió los labios con su lengua “Esa polla tuya… que rica. Ven aquí. Quiero sentirla en mi boca” Mejor en mi boca que en mi coño. Es lo que pensaba Marta.

“¿Tiene hambre mi zorra? Tranquila Que ahora te sacio” Goran se puso a su lado, la cogió del pelo, algo que parecía que a todos les encantaba, le metió la polla en la boca y empezó a follarse con vigor. Casi no le cabía en la boca. Y pensar que esa polla podía acabar… en su culo! Tenía que hacer algo. Eso le iba a doler como nada. Iba pensando que podía hacer mientras masajeaba las pelotas de Goran y se apoyaba en su otra mano para masturbarle mientras el le follaba la boca.

Al fin Marta tuvo una idea. No era una buena idea pero no encontró otra. Que fuera Boris el que desvirgara su culito. Mejor eso que el enorme miembro de Goran. Aunque el de Boris, como el de Mirko, no eran precisamente pequeños. Consiguió apartarse de la polla de Goran y procedió a masturbarle con sus manos. “Boris… Hombre… no te quedes allí solo. Que esta guarra puede con los tres. ¿No quieres estrenar mi culito?”

“¿Estrenar?” empezó a reírse con ganas. “No sabes lo que has dicho. Tenemos un trato. Todos los culitos vírgenes que nos encontramos los estrena Goran. Cosas del rango. Así que no te preocupes guarra. Que ese pedazo de carne que tienes en las manos pronto te abrirá en canal”

Marta volvió la mirada hacia el miembro de Goran que casi no podía coger son sus manos, luego miró con miedo a Goran y vio a este con una sonrisa de satisfacción mayúscula “Culito virgen. ¿Eh? Hummmm… pronto”

Boris se acercó al diván “Pero gracias por preocuparte por mi, zorrita. No te preocupes que si esta guarra quiere más polla, tendrá más polla. Mirko… dale la vuelta”

Otra vez con suma facilidad y sin llegar a sacarle la polla del coño Mirko levantó a Marta, se dio la vuelta y se tumbó en diván con ella encima. La abrazo y Marta terminó también tumbada boca abajo sobre el.

“¿Qué va a hacer?” intentó imaginas Marta. Si su culo pronto sería desgarrado por Goran ¿Que iba a hacer ahora Boris?

Boris se puso detrás de ella y pronto Marta notó lo que iba a hacer. Le puso una mano en el hombro y con la otra mano posiciono su miembro… en la entrada del su coño ya ocupado por Mirko. Sabía que a eso lo llamaban doble penetración. Por un momento se quedó sin aire al darse cuenta que una segunda polla iba a entrar en su maltrecho coño. Cuando Boris consiguió posicionar su polla empezó a empujar lentamente mientras la sujetaba por el hombro para que no se moviera. Algo innecesario porque Mirko le estaba haciendo un abrazo de oso que no le dejaba mover. Ahora Marta si grito con ganas. Era casi como dar a luz pero sin dilatar primero. Mirko se rió con ganas al ver su sufrimiento. Varios segundo duro si grito hasta que la polla de Boris se acomodó junto a la de Mirko en su coño.

Cuando Boris terminó de meterla tanto el como Mirko la soltaron. Marta, sin poder decir nada cerro los ojos, apretó los dientes y con los brazo libres se sujetó en el reposabrazos del diván. Se mantuvo así un buen rato, concentrándose en aguantar el dolor mientras Mirko y Boris compartían su coño, Mirko pasó a agarrarle, estrujarle, masajearle y pellizcar el culo mientras se la follaba. Boris concentró sus manos libres en estrujarle las tetas y en jugar con esas malditas pinzas de pezones. Cuando consiguió mantener al compostura y acostumbrarse a la situación abrió los ojos y vio a Goran a su lado esperando. Le dedicó una forzada sonrisa picaruela y abrió la boca. Goran procedió otra vez a cogerla del pelo y empezó a follarle al boca.

Un buen rato estuvieron así. Los chicos tenían aguante. Marta se sujetaba contra el reposabrazos. Goran le cogió del pelo y le follaba la boca. Mirko le destrozaba las nalgas, Boris las tetas y entre ambos el coño. Pocas cosas le podían doler más en su pequeño cuerpo. Al final Goran se corrió primero. Cuando iba a correrse Goran apretó la cara de Marta contra su pubis y le metió la polla hasta el fondo. Allí directamente la lleno de semen. No tuvo ni que hacer el esfuerzo de tragar. Estaba ya más allá de la garganta cuando se corrió. Se quedó así durante unos segundos disfrutando del momento mientras Marta se preocupaba por desmayarse pero antes de eso el dejó.

Pocos minutos después Mirko y Boris también acabaron. Ambos la obsequiaron con unos fuertes y prolongados estrujones en nalgas y pechos en el momento de correrse.

La dejaron allí tumbada unos segundos, respirando pesadamente, con casi todo su cuerpo dolorido.

“Genial” dijo Boris. “Es de las mejores putitas que hemos violado. Tal vez esta saque el 10 al fin”

“Si” Dijo Mirko sin dejar esa sonrisa sádica. Realmente había disfrutado cuando la había oído gritar. “Pero ya veremos. Aun queda noche y muchas cosas por hacer”

Marta se dio cuenta que no podía desfallecer ni despistarse. Tenía que esforzarse si quería salvar a su hijo de semejante tortura. Suponía que ahora Goran era el que iba a tener que disfrutar a gusto. Y sabía con que iba a ser.

Se giro y se tumbó boca abajo en el diván. Allí descubrió los restos de sus bragas. En el diván. “Bueno…” intentó mostrarse insinuante aunque le dolía casi todo el cuerpo. “Goran… creo que ya va siendo hora. Este culito virgen te espera. Enséñame como se le revienta el culo a una guarra”

La vitalidad de Goran era asombrosa. En el tiempo que sus compañeros habían acabado de llenarle el coño de semen ya se había recuperado y su enorme miembro estaba ya preparado para destrozarla. “Bien. Va a ser un placer reventártelo, puta”

Marta cogió los restos de sus bragas y los mordió con fuerza, se tumbó en el diván y espetó. Pero Mirko se acercó y le quitó las bragas. “Espera un momento” y procedió a limpiarse la polla llena de semen con sus bragas. Cuando acabo se la paso a Boris que procedió a hacer lo mismo. Cuando acabaron se la devolvieron a Marta. “Gracias, guarrilla”

Marta, que nunca antes se le habían corrido en la boca, ni siquiera Goran que había saltado es parte de su cuerpo para correrse directamente en la garganta, tomo sus bragas empapadas en semen, sudor y sus propios fluidos vaginales  y las mordió con fuerza. El sabor era asqueroso. Cerró los ojos, se sujetó a la base del reposabrazos y espetó.

Goran estaba disfrutando del momento. Se situó entre las piernas de Marta y levantó su pelvis un poco. Marta se quedó arqueada con el culo elevado en pompa. Apoyo la punta de su glande en el ano de Marta. Lentamente paso una mano bajo el vientre de Marta para sujetar, con la otra apunto bien y empujo! Con fuerza. Rápido. El glande aun estaba húmedo por suerte por la garganta de Marta y eso ayudó. La abruta entrada no desgarro su ano pero el dolor fue indescriptible. De un solo empujón el pedazo de carne de Goran entró hasta el fondo en el ano de Marta. Morder las bragas no sirvió de nada. Marta soltó un alarido y las escupió. Instintivamente su cuerpo se levantó pero como Goran la estaba sujetando por el vientre solo consiguió acabar a cuatro patas en el diván. En este momento, ahora que no necesitaba apuntar Goran uso su mano libre para cogerle otra vez del pelo y tirar hacia atrás. La espalda de Marta se arqueo y Goran continúo violando el culo salvajemente, sin misericordia. Entraba y salía como un martillo pilón. Marta gritaba con cada embestida. A base de empujones Marta acabo apoyada en el reposabrazos del diván sin posibilidad de moverse más lejos y Goran siguió embistiéndola sin remisión una y otra vez. Esta vez Marta tardo bastante esta vez en parar de gritar hasta que se acostumbro al dolor.

“¿Que tal zorra?” le preguntó Goran.

“Genial” Dijo apretando los dientes Marta. “No se porque no lo había hecho antes nunca” Mantenía los ojos cerrados porque estaba algo mareada y pensaba que en cualquier momento iba a desmayarse. “Menudo semental estas hecho. Que polla”

Goran se sintió complacido. Le soltó el pelo y paso a cogerle los pechos que aun llevaban las pinzas y procedió a estrujárselo mientras redoblaba sus esfuerzos en reventarle el culo a Marta. Para Marta duro una eternidad y casi lo fue. Goran debió de estar como más de quince minutos disfrutando del culo de Marta. No se privo. No se freno en ningún momento y cuando acabo procedió, como hacían todos, a apretar con fuerza lo que estaba agarrando en ese momento. Las tetas de Marta otra vez sufrieron un prolongado y brutal estrujamiento que las pinzas ayudaban a que el dolor fuera incluso más intenso.

Cuando Goran acabo espetó unos segundos para disfrutar del momento y luego de un empujón tiró a Marta de sus cuatro patas a tumbarla boca abajo en el diván.

Marta apretaba los dientes con fuerza e intentaba acostumbrarse al punzante dolor de su ano. Miró disimuladamente el reloj. Apenas había pasado una hora.

Interludio

Ahora que su culo estaba abierto a cualquiera ya no tuvo que preocuparse de que le metieran otra vez dos pollas por el coño. Aunque en las dos siguientes horas que duro su suplicio descubrió que Goran tenía predilección por su hasta ahora virgen ano. Marta no estaba segura si fueron 5 o 6 veces las que Goran le violó pero todas menos una la inmensa polla de Goran terminó llenando su hasta ahora virgen ano.

Siguiendo con sus esfuerzos de complacer a sus violadores Marta se dedicó al principio a animarlos con frases que había oído en películas porno anteriormente. “Que pedazo de hombre que eres” “Reviéntame con tu polla carbón” o “tu si que sabes como tratar a un zorra” . La mirada de satisfacción ante su sumisión por parte de sus violadores y los comentarios que le devolvían hacía que se sintiera tremendamente humillada. “Como te gustan las pollas, puta”, “Seguro que en el instituto eras la guarra más popular” o “Ya veo porque se caso tu marido contigo. Para ahorrarse una fortuna en putas” . Si en algún momento alguno de los tres no esta disfrutando se sus servicios siempre lo llamaba para que se uniera. Todo le fue pasando factura. Aunque no paso nunca más de unos pocos minutos en los que alguno de sus orificios estuviera sirviendo la polla de alguno de sus violadores ella era solo una y ellos tres. A veces servía solo a uno, a dos o hasta los tres. Pero ellos podían ir descansando y recuperándose pero ella no.

Pudo comprobar que sabían como coordinarse cuando la violaban entre varios. Debían de tener bastante experiencia ya. En particular cuando estaba a cuatro patas con uno en su boca y otra por detrás coordinaban sus empujes para hacerlos a al vez. Así el cuerpo de Marta no tenía ninguna salida a los empujones y cada uno de sus extremos acababa con la polla que la invadía aun más clavada en el fondo

Una de las veces que se quedó libre de estar ensartada por alguna polla cuando ya el cansancio hacía mella en su cuerpo se dirigió a la bolsa para hacer como si buscaba algo y así recuperar algo de resuello.

“Hey. Comepollas, ¿Que miras ahí?” le interrogó Boris. Marta intentó reaccionar rápidamente, miró la bolsa y sacó lo primero que encontró. Un inmenso vibrador.

“Como mis hombres no están dándome caña pensaba darles un espectáculo con…” miró lo que había sacado. Por un momento se asusto. Normalmente ese monstruo no le habría cabido pero sabía a ciencia cierta que ahora su coñito estaba lo suficiente usado como para que le entrara… o al menos eso esperaba. No estaba segura. “… con este pequeñín”

Marta se recostó en el diván, abierta de piernas y con más facilidad de la esperada pero aun así con algo de esfuerzo se introdujo el tremendo vibrador a dos manos. “Hummm… perfecto….” Mintió Marta. Teniendo en cuenta por lo que había pasado hasta ahora esto era de lo más cómodo que había hecho últimamente. Lentamente lo metió y sacó varias veces ante la mirada de sus captores que estaban tomando sus cervezas mientras hacían comentarios jocosos en una lengua que no entendía.

Al final lo introdujo todo lo que podía sin hacerse daño y lo enchufo. Dios! La potencia de ese vibrador era como la de ningún otro que hubiera sentido. Sentía como si le estuvieran golpeando por dentro. La cara de sorpresa y de molestia por parte de Marta regocijo a sus violadores que soltaron una risotada. En seguida Goran dejó su cerveza y se acercó a Marta.

“Me encanta este vibrador. ¿Sabes porque?” La cogió por los tacones de aguja de sus zapatos y le levantó las piernas en alto. Primero con una mano las sujetó ambas piernas mientras con la otra ayudaba a su polla a apuntar a ese agujero que estaba libre y que tanto le gustaba a Goran. Otra vez su ano. Como siempre sin ningún tipo de delicadeza de un empujón se la metió. Ahora tenía un vibrador dos tallas más grandes de lo que normalmente le cabría en el coño y una polla otras dos tallas más grandes de lo que normalmente le cabría en el culo. “Me encanta sentir las vibraciones de ese carbón en mi polla a través de las paredes que separan tus dos conductos del amor”

Efectivamente ese monstruo de vibrador empujaba en todas las paredes de su vagina y seguro que apretaba con fuerza ahora mismo contra la polla de Goran. Semejantes monstruos no dejaban ningún espacio libre en el interior de Marta. Goran paso a aguantar sus tacones en alto con cada una de sus manos separando sus piernas con lo que tenía una vista de primera fila de Marta, abierta de piernas, sujetando un enorme vibrador a dos manos que metía y sacaba con esfuerzo de su coño y con su polla clavada entrando y saliendo también de su culo. Primero la sacaba lentamente para luego clavarle la polla de golpe hasta el fondo de su culo. Así una y otra vez. Con cada golpe Marta cerraba por un momento los ojos por el dolor para luego abrirlos y devolverle una sonrisa a Goran. Lo peor de todo al abrir los ojos era ver la cara de satisfacción y superioridad de Goran mirándole directamente a los ojos. Se sentía humillada, usada, solo era un pedazo de carne para estos animales. Poco a poco Goran fue aumentando el ritmo hasta que empezó a follarla de forma normal y pronto Boris se unió tapándole la boca como todos ellos sabían hacer bien.

Aun siguió tiempo. Sus medias terminaron desgarradas. Por suerte también las pinzas de los pezones terminaron saltando. Su liguero terminó rompiéndose cuando Boris lo uso como riendas mientras la follaba desde detrás jaleando “Venga, yegua, muévete para tu jinete” . Algo que obviamente tuvo que hacer. Hasta soltó un relincho que despertó carcajadas de sus captores. Cuando se rompió Boris le puso el centro del liguero en la boca para que lo mordiera y lo siguió usando como riendas mientras le daba cachetes en el culo como si fuera una yegua.

No siempre tuvo la ‘fortuna’ de ser violada sobre el diván. En su periplo como muñeca de plástico terminó siendo follada en el suelo varias veces. En una de estas Mirko la puso boca abajo con varios cojines bajo su tripa para que pusiera el culo en pompa. Mirko disfrutaba sacando su polla de su culo hasta dejar solo la punta metida y luego dejándose caer para que la polla entrara brutalmente en su culo hasta el fondo. Durante este juego Boris se sentó delante de ella y puso su miembro bajo su cabeza. Fue Marta la que subiendo y bajando la cabeza, tragando esa polla hasta el fondo, mientras Mirko la enculaba, la que se follo a si misma su garganta. En esta ocasión cuando Mirko fue a correrse no tenía donde agarrarse. Así que decidió empujar la cabeza de Marta hasta el fondo mientras el disfrutaba de los últimos segundos de placer al correrse en las entrañas de Marta. Otra vez Marta pensaba que se ahogaba y los espasmos de su garganta alrededor del glande de Boris terminaron por hacer que se corriera. Hasta Boris se sorprendió del repentino y placentero final  Boris apuntilló desde entonces que esa fue una de las mejores mamadas de su vida.

Después de esas horas Marta estaba exhausta. Sus captores no estaban frescos como una rosa pero desde luego mucho más descansados que ella. Y en un momento dado vio que volvían a tomarse otra de esas pastillitas azules. Marta empezó a preocuparse. Sus fuerzas le abandonaban y teniendo en cuenta los comentarios sobre colaborar por parte de sus captores temía que el final de la noche no iban a calificarla muy bien. Temió por los dedos de su hijo y entre violación y violación intentó pensar que más podría hacer para complacer a estos hijos de puta que la estaban destrozado.

Capítulo 3.

Boris acababa de follarla a cuatro patas y cuando había terminado la había tirado de un empujado al suelo. Por un momento se sitió liberada. Ninguno de los otros captores venía a sustituir a Boris.

Estaba exhausta. Tenía problemas para a ponerse en pie pero hacía como media hora que sus captores se habían tomado su segunda viagra. Necesitaba algo que la descansase sin para de complacer a sus violadores. “ Que bajo he caído ” pensó Marta “ Aquí estoy devanándome los sesos para ver como puedo hacer que estos hijos de puta me sigan destrozando ” Se acercó a la bolsa de donde habían salido ya algunos juguetes y rebusco. Pronto encontró la cuerda que buscaba, y poco después unas esposas de cuero.

“Hey, puta” Le espetó Goran “¿Ya te has cansado?”

La voz de Marta era entrecortada pues le costaba respirar por el cansancio. “Claro que no… semental. Buuffff… sabéis como hacer que… que una guarra como yo lo pase bien… pero una cosa…. ¿Piensas que soy un pedazo de carne?”

Goran y sus compañeros se quedaron callados extrañados por la pregunta ¿Acaso después de dos horas de violación ahora tenía fuerza para rebelarse?

“Porque si es… así…” prosiguió Marta “tratadme como un pedazo de carne…” Les mostró la cuerda y las esposas que acababa de sacar de la bolsa y luego miró al techó en forma de picó y a una de las viguetas trasversales que había bajó el techo. Luego miró a sus violadores con lo que esperaba fuera una sonrisa picarona.

La entendieron enseguida. “Que pedazo de puta estas hecha. Mirko, Boris… preparadla” En seguida Boris pilló la cuerda y la lanzó sobre la vigueta, Mirko le puso las esposas de cuero y las enganchó al extremo de la cuerda que colgaba. Solo fue necesario Boris para tirar de la cuerda y alzar a Marta del suelo.

Allí estaba, Estirada, colgando del techo por las muñecas, con sus esplendidas tetas sobresaliendo del pecho por la postura seguro que era un delicioso espectáculo para sus violadores.

Tan pronto aseguró el otro extremo de la cuerda Boris se encaminó hacia Marta. Sin dilación se puso entre sus piernas que sujetó con ambas manos y con insultante facilidad, el coño de Marta estaba bien dado de si, le clavó la polla en su coño. Iba golpeándola a pollazos una y otra vez y aprovechando el movimiento de columpio para recibirla.

Marta tuvo, por primera vez en horas, algo parecido a un descanso. Colgada allí mientras la follaban prácticamente se encontraba en la gloria.

Pero pronto Mirko quiso participar. De la bolsa sacó una fusta. Su favorita. Se puso tras Marta y sin previo aviso, justo tras uno de los empujones de Boris, ¡Zas!, golpeó con fuerza en el trasero de Marta. Marta soltó un gritó sentido y dio un saltito. No se lo esperaba por ni por asomo. ¡Zas! Antes de saber que ocurría recibió el segundó golpe de fusta. Otro gritó y otro saltito. Oyó la risa nerviosa de Mirko tras ella y sobre su hombro pudo verlo con esa mirada sádica en sus ojos. ¡Zas! Otro más. Marta no podía reprimir los gritos. Pero tuvo que soportar los golpes de fusta en su trasero prácticamente en cada empujón de Boris. Cuando Boris acabó corriéndose en su coño, también acabaron los golpes de fusta.

“¿Qué te ha parecido putita?” le preguntó Mirko con esa mirada que asustaba.

Marta cogió aire. Tenía que decirle algo que le gustara. “Hummm… vosotros si que sabéis domar potras salvajes como yo. Primero Boris… ahora tu…. Me encanta que me doméis”

“Jajajaja” ¡Zas! Un último golpe. “Así me gusta, zorra. Que sepáis cual es vuestro lugar. Al final de la polla de un hombre de verdad”

Marta le devolvió una sonrisa forzada y se relajo. Intentó descansar hasta que viniera el siguiente.

Esta vez fue Goran. Pero se trajo el diván que puso bajo ella. Boris la dejó  bajar un poco más hasta que su pubis se encontraba unos 30 centímetros por encima del diván. Goran se tumbó y puso a Marta sobre el en cuclillas. Y por primera vez en toda la noche Goran se “digno” a meterle la polla por el coño. Notaba como prácticamente la polla de Goran le llegaba hasta el fondo del coño. Goran empezó a subirla y bajarla a base de golpes de cadera. Ella se dejó hacer. Volvía a estar tranquila. De vez en cuando le dedicaba una sonrisa a Goran o le decía lo bien que se lo estaba pasando. Cuando de repente. ¡Zas!. Otra vez por sorpresa un golpe de fusta. Esta vez en sus tetas. Marta volvió a soltar un grito y dio un saltito. Miró a Mirko y esta vez no pudo ni sonreírle. Pero el si que le sonrió a ella. ¡Zas! Otro golpe. Marta notó que Mirko apuntaba a sus pezones. Otro grito y otro saltito. Pero esta vez Goran la estaba esperando. Justo cuando Marta caía por la gravedad Goran dio su golpe de pelvis. La polla entrando rápidamente en su coño combinado con su cuerpo bajando rápidamente hizo que la polla le golpeara el cervix. Y eso duele también. Otro golpe. ¡Zas! Y otro grito, otro saltito y otra vez Goran cazándola en su bajada. Mirko parecía un metrónomo. Y Marta saltaba una y otra vez solo para encontrarse a la bajada la polla de Goran subiendo con fuerza. Al final Mirko se ‘entusiasmo’ y empezó a golpearla en los pechos sin orden ni concierto. Rompiendo el ritmo.

“Mirko” le espeto Goran “Cálmate que me estas jodiendo el polvo”

A la orden de Goran Mirko paró y dejó de dar golpes de fusta en las tetas de Marta. Lo que fue un alivio aunque enseguida Mirko buscó donde habían ido a caer las pinzas y se las volvió a poner. Allí estuvo marta, como un trozo de carne recibiendo los empujones de la pelvis de Goran y aguantando estoicamente, recuperando la energía. Y Goran al fin regó el coño de Marta con su semen.

Goran dio un empujo a Marta que quedó colgando y dijo “Siguiente”

“Me tocaría a mi” respondió Mirko “pero entre el trabajo que lleva y que acaba de recibir tu pedazo de polla creo que ya esta demasiado abierta. Menos mal que tengo una solución para eso.”

A que se referirían con una solución, se preguntó Marta. Mirko se acercó a la bolsa y sacó algo que ya había visto pero que no sabía para que se usaba. Parecería un as de picas en tres dimensiones. Una base plana redonda con un pequeño tronco y sobre el tronco una bola puntiaguda de unos 8 centímetros de ancho. Mirko hizo que Marta se pusiera de rodillas sobre el diván y la doblo hacia delante. “¿Quiere meterme eso en el culo? Es imposible”

Casi estuvo a punto de resistirse pero no tenía ya fuerzas. Cerró los ojos y se preparo para lo que iba a venir. Mirko le puso la punta del butt plug en el culo y empujo. Costó pero por suerte el butt plug no era rígido como se temía Marta. Era de goma que se podía apretar. Así que no fue fácil pero entró. Una vez dentro la bola lleno sus entrañas mientras la base se quedó fuera. No fue tan doloroso como pensaba pero ahora la sensación era muy desagradable .Tenía una inmensa bola metida por el culo.

“Bien. Me toca” Y Mirko se tumbó en el diván bajo Marta. La puso de rodillas y dejó que Marta bajara sobre su polla y entrara en su coño. Marta comprendió rápido a que se referían. La bola empujaba en las paredes de alrededor haciendo que la vagina estuviera más cerrada. Así Mirko podía notar las paredes de su vagina apretando firmes alrededor de su polla. Durante la violación Mirko mantuvo la atención de sus manos sobre sus maltrechos pechos que aun llevaban las pinzas en los pezones. Boris intentó unirse a la fiesta pero después de unos cuantos gritos de Marta vieron que con el butt plug metido ahora si que no había sitio para dos pollas en el coño de Marta. Mirko tuvo su parte con Marta y la aparto de un empujón.

Marta quedó colgada. Ya no podía más. Necesitaba acabar esto. Necesitaba un fin de fiesta. Por suerte ya había pensando en eso.

“Bien… ya veo que sabéis tratar a una mujer… pero os debo algo por un fallo mío del principio. ¿Me soltáis?”

Boris soltó la cuerda y Marta se desplomo al suelo. Mirko enseguida le soltó de la cuerda. Tenían ganas de ver a que se refería. Esta putita estaba siendo la mejor que había tenido en sus 12 safaris que habían realizado. Nunca ninguna había sido tan colaboradora.

Marta, aun con las esposas de cuero puestas se acercó de nuevo a la bolsa. Sacó una correa en la que se podía enganchar las esposas y una mordaza de las que fuerza a mantener la boca abierta. “Enseñadme como debo tragar vuestras pollas” .

A sus captores les encantó la idea. Ver cuan sumisa estaba siendo esta victima. Boris dio un paso al frente y le quitó la correa de las manos. En seguida se la puso al cuello y aseguro las esposas de cuero a su nuca. Mirko se encargó de ponerle la mordaza. En cuando estuvo puesta Marta se dejó caer al suelo. De rodillas, con las manos en la nuca y sin posibilidad de cerrar la boca.

Goran fue el primero. Le cogió por el pelo y empezó a follarle la boca como había hecho al principio de la noche, pero aun con menos miramientos. Marta estaba totalmente indefensa y entregada y eso les excitaba aun más. Le cogió por el pelo y empujo su polla a través de la mordaza. Una y otra vez el pelo púbico de Goran golpeaba contra la nariz de Marta. Y eso significaba que su polla había vuelto a entrar en su garganta. Luego empezaron a compartirla. Pasándola de uno a otro cada cierto rato. Esta vez Marta aguanto lo que fue necesario sin vomitar pese a las arcadas y la violación de su garganta se prolongo por veinte o treinta minutos. Iban pasándosela como un pedazo de carne de uno a otro, metiéndole la polla hasta el fondo divirtiéndose cuando Marta empezaba a retorcerse por la falta de aire para luego sacarla y empezar a follarle la garganta. Los ojos de Marta empezaron a llenarse de lagrimones por el esfuerzo.

Cuando Goran y los suyos vieron que les faltaba poco para acabar empezaron a soltarle las esposas y la mordaza. Una vez liberada Mirko la cogió por el pelo y la forzó a poner la cara hacia arriba. Marta vio entones como los res arrimaban la punta de sus miembros a escasos centímetros de su cara mientras se masturbaban. Ya sabía lo que iba a ocurrir. Marta no sabía que lo que le iban a  hacer se llamaba bukkake pero sabía que le iban a cubrir la cara de semen. Pronto uno tras otro fueron corriéndose en su cara cubriéndola con esa materia viscosa, salobre y desagradable.

En ese momento Marta se dio cuenta que era la primera vez que se habían corrido fuera de ella. Por primera vez era consciente de los chorretones que le bajaban por las piernas desde su culo y su coño. Había perdido la cuenta de las veces que la habían follado. Y por un momento se preocupo de que pudiera haberse quedado embarazada. No quedarse embarazada fue el único afortunado que tuvo Marta en toda la noche.

Marta se quedó allí, de rodillas, rodeada por sus captores. Ellos la miraban desde arriba con unos aire de superioridad, satisfacción y menosprecio. Marta se sintió humillada, vencida, allí abajo mientras oía las risitas por lo bajo que le obsequiaban sus violadores.

“¿Esto ha acabado? Tiene que acabar ya” se dijo Marta que ya no le quedaban fuerzas. Recordaba que en todas las películas que había visto el final había sido así. Bueno… todas… menos una. Tenía que acabar con esto ya así que cogió aire, intentó poner una mirada insinuante y se dirigió a Goran desde su posición de sumisa en rodillas.

“Vaya… si que me habéis enseñado a tragar pollas. Esta vez he podido aguantar perfectamente. Pero mirad…” cerro los ojos y movió la cara para hacerles notar todo el semen que el cubría. “Me habéis dejado perdida como una cerda. ¿No podíais ayudarme…” cogió la polla de Goran que aunque ya no estaba erecta aun conservaba un buen tamaño. Tomo algo de aire, cogió fuerzas y continúo. Entreabrió su boquita y movió el miembro de Goran cerca de su cara como si fuera una manguera “…a limpiarme?”

Goran y los suyos estaba encantados. Como se estaba humillando esta puta era algo de lo que hablarían durante mucho tiempo. Había sido la mejor que habían encontrado nunca. Marta no necesito animarles más. Habían estado bebiendo cervezas durante la fiesta y tenían las vejigas más que preparadas para la misión. Los tres apuntaron a la cara de Marta y soltaron con toda la presión que podían sus chorros directos a la cara y a la boca de Marta. Marta notó como los chorros calientes y salados impactaban contra su cara y de vez en cuando se metían en su boca saboreando tanto lo sabores del semen de sus violadores como de sus pises. Hasta ahora, sin excepción siempre se habían corrido directamente en su garganta. Era la primera vez que lo sentía en su boca. Con esfuerzo trago algunos sorbitos de ese asqueroso brebaje para regocijo de sus violadores. Pronto la cara de Marta terminó bastante limpia del semen que la cubría pero no así de sus orines. Cuando acabaron de ‘limpiarla’ Marta se dejó caer al suelo y cerro los ojos. Imito el ronroneo de un gato y les felicito a sus captores.

“Hummmm… De verdad… Que pedazos de hombres… que pollas… nunca antes me habían follado así” Y desde luego que era verdad… pero no significa que ella lo considerara algo bueno.

“Bien!” Oyó que jaleaban mientras se chocaban los cinco “Misión cumplida. Otra puta que aprende cual es su lugar”

Al fin Marta podía dar por finalizada su penosa experiencia. Se quedó allí en el suelo, con los ojos cerrados y esperando.

Interludio

Goran y los demás dejaron en paz a Marta. Esta continúo en el suelo recuperando energías. Temió por un momento que pudiera quedarse dormida pero pronto fue consciente de todos los dolores que sembraban su cuerpo y que era imposible que se durmiera. Pero al menos allí, en el suelo, sin moverse, podía descansar.

De fondo oía a Goran y los demás. Habían empezado a hablar en su propio idioma que desconocía. Hasta ahora casi siempre hablaban en español. Marta creía que era para humillarla aun más, escuchando como la trataban como si fuera una complaciente puta dispuesta a satisfacer todos sus pervertidos deseos. Y no se equivocaba. Después de una media hora Marta abrió los ojos. Había recuperado la suficiente energía como para poder moverse. Se sentó en el suelo y vio a Goran tumbado en el diván en el que tantas veces la habían violado y Mirko y Boris sentados en uno de los dos sofás del salón. Ya estaban vestidos. Gracias a Dios. Podía dar por finalizada su ordalía.

Cuando la vieron levantase y caminar se rieron de sus andares. Primero buscó algo con lo que limpiarse. Solo encontró los restos de su blusa. La uso para limpiarse la cara, algo de sudor de su cuerpo y sobre todo, lo chorretones de semen que le habían escurrido pierna abajo por el interior de sus muslos. Marta se dirigió a la nevera del salón. Allí encontró que solo quedaban dos latas de cerveza pero estaba deshidratada. Cogió una y cuando cerraba la puerta cambio de opinión y cogió las dos. Se dirigió al sofá libre y se sentó. Por un momento parecían un grupo de amigos sentados en un salón si no fuera porque Marta estaba desnuda. Ni se molestó en taparse con algo. Vencida y rendida como estaba ni le importaba.

Lo primero que hizo Marta cuando se sentó fue poner una de las dos latas frías entre sus piernas, en contacto con sus labios vaginales. Algo que volvió a levantar las carcajadas de sus violadores. “¿Qué pasa zorra? ¿Te quema el coño? ¿Necesitas que te lo enfriemos con nuestros mangueras?” . Ignoro los comentarios mientras abría la otra lata de cerveza. Tomo un largo sorbo hasta acabar casi la mitad y luego paso la lata sobre sus pezones doloridos. “jajaja” Mirko la señalaba mientras se reía “!Eso es cosa mía!” y choco los cinco con Boris.

Marta le devolvió una tímida sonrisa. Aun tenía miedo de importunarlos. Aun no sabía la nota pero tenía que haber sacado un diez. Había hecho todo lo imaginable. Había conseguido que fueran ellos los que pararan. No podían tener ninguna queja. Terminó su cerveza mientras miraba inquisitiva a Goran.

Aun tuvo que soportar algunos comentarios sobre sus habilidades sexuales. Sobre lo guarra que había sido y como rememoraban algunas de las mejores jugadas de la noche. Como la imitaban cuando había lanzado sus chillidos de dolos y como la habían meneado como una muñeca rota.

Al final Goran ordenó a sus compañeros que recogieran. Ambos se levantaron y mientras Boris empezó a recoger las cosas de la bolsa Marta no fue consciente que Mirko se había situado detrás de ella.

Goran miró a Marta con una sonrisa. “Vaya… nunca antes una puta nos había secado como tu. Como tragas zorra. ¿No matarías a tu marido a polvos, verdad? O no sabía como tratar a una hembra como tu. Ya sabes…” Por mímica Goran hizo como si cogía a alguien del pelo y le daba unos azotes en el culo “Esta eres tú”

Marta solo acertó a asentir. No haría nada para importunar a Goran ahora que le iba a dar esa nota.

“La verdad… eres la mejor presa que hemos violado desde que empezamos estos safaris. Así que te vamos a dar la nota máxima que nunca hemos dado” Marta se esperanzo. Lo había conseguido. “Un ocho”

El mundo de Marta se vino a los pies. “¿Un ocho? ¿Después de todo lo que he hecho Pablo va a perder dos de sus dedos? Y los pulgares además”

“No!” Grito Marta al intentar levantarse solo para que Mirko la cogiera por los hombros y volviera a sentarla. “No! Carbón! No hay nada más que hubiera podido hacer. He hecho todos lo que me habéis pedido. Me he humillado a y rebajado hasta lo imposible y aun así vais a cortarle dos dedos a mi querido hijo!”

“Bueno” le contestó Goran “Le quedan ocho no te preocupes. Saldrá adelante”

“¿Pero que más tenía que haber hecho? Todo! He hecho todo”

“Bueno, veras… todos menos dos cosas. Te ha pasado lo mismo que a la otra puta que sacó la mejor nota hasta ahora, un siete. Aun claro ella perdió tres puntos porque tenía un perro”

“¿Un perro?” se extraño Marta que no entendía a que se refería.

“Si bueno… pero tu no tienes así que no te lo tenemos en cuenta pero esperábamos…bueno… que hubieras invitado a tu hijo a verte en acción con nosotros, eso es un punto, y  además a participar, eso es el otro punto”

Marta entendió a que se refería con lo del perro y se alegro de no tener uno en casa. No sabía si habría llegado a ese extremo.

“Pero… pero… eso es… pero… no puedes pedirme eso!”

“Bueno…todo lo demás bien que lo has hecho. Ninguna mujer respetable se hubiera prestado ni a la mitad de las guarrerías que has hecho. En serio. La mayoría sacan cincos… seises… solo una un siete y tu ahora un ocho. Deberías sentirte orgullosa. Eres la más puta de todas las que hemos violado hasta ahora… pero no lo suficiente”

Marta estaba frenética. Su cerebro pensaba a toda velocidad intentando encontrar una solución. Vio a Boris meter una de las cámaras en la bolsa y exclamo “La cámara!”

“¿La cámara?” Ahora el sorprendido era Goran que miró a Boris y luego Marta “¿Qué pasa con la cámara?”

Marta respiró hondo. No se creía lo que iba a decir. “La cámara… se puede conectar al disco duro del televisor, descargar el vídeo y… bajare a mi hijo para que la vea” Goran se quedó estupefacto. “Así ganare un punto y luego…” Marta hizo una pausa, se mordió los labios y una lágrima resbalo por su mejilla “…me ganare el otro punto”

Goran mantuvo la compostura pero la sorpresa de Mirko y Boris era aparente. Aunque Marta no se percato por no tenerlos delante. El grupo de Goran había hecho muchos de estos safaris. Doce hasta ahora. Siempre el mismo plan. El mismo chantaje. Y nunca daban un diez. Ese era el plan. Entonces la madre pataleaba, rogaba, suplicaba y al final Goran se mostraba ‘Magnánimo’ y negociaba con la victima que a cambio de no cortarle los dedos ella nunca pusiera una denuncia. Alegres por haber salvado los dedos de sus hijos hasta ahora nunca los habían denunciado. Y así han podido seguir operando impunemente una y otra vez. Nunca habían tenido intención de cortarle los dedos. Eso llamaría demasiado la atención.

Pero esta vez era la primera que una de las victimas les ofrecía algo así. “Bueno… No sería justo para las otras jugadoras… las reglas son las reglas” Goran decía esto sin creérselo. Solo estaba ganando tiempo para sopesar la situación. Boris estaba perplejo y Mirko estaba asintiendo a Goran con una gran sonrisa en la cara para que aceptara. Marta no vio a ninguno de los dos por esta fuera de su arco de visión.

“Venga! Me lo he ganado” espeto Marta. “He hecho todo lo que podía imaginar que queríais. Esto ha sido un error pero puedo subsanarlo… por favor” Marta se puso de rodillas “Por favor”

Goran ya había tomado una decisión. Esta era una oportunidad única que no iba a dejar pasar. Pero quería humillar un poco más a Marta. “A ver… para que me quede claro… ¿De que estamos hablando?”

Marta comprendió enseguida lo que quería Goran. Su más profunda humillación. Así que cerro un momento los ojos, tomo aire, los volvió a abrir con unos pocos jirones de resolución y de rodillas imploro “Por favor, déjame invitar a mi hijo a que vea el vídeo donde los tres me folláis hasta destrozarme como a una puta y luego lo convenceré para que me folle”

Goran sonriente asistió satisfecho. “Me siento magnánimo. Te dejare que te folles a tu hijo pero con la condición de que jures que no nos denunciaras”

Marta asintió.

Capítulo 4.

Marta noto como le temblaba todo el cuerpo. No creía lo que había dicho ni lo que iba a hacer. Pero así era. Por un momento se quedó ensoñando. Oía de fondo a Goran dar órdenes. A Boris que subiera con ella, a Mirko que pusiera las cámaras. El se encargaría de vigilar el jardín por si intentaban escapar.

“¿Y bien?” Marta levantó la cabeza y vio a Goran junto a ella. La estaba esperando.

Marta se levantó y se miró. Estaba totalmente desnuda excepto por dos medias hechas jirones. Buscó algo con lo que taparse y solo encontró la blusa que acababa de usar para limpiarse. Estaba húmeda y olía a semen. Pero no tenía otra cosa a mano. Se la puso encima y noto como la combinación de humedad de la blusa junto con su propio sudor hacía que la tela se le pegara a la piel. Miró hacia abajo y vio como sus pezones de dibujaban perfectamente a través de la blusa trasparentada por la humedad.

Se encamino al piso superior con Boris detrás de ella. Iba pensando a ver que podía hacer, que podía decir.

Terminó frente a la puerta de su hijo. Pasaban ya de las cinco de la mañana. Entró y se lo encontró placidamente durmiendo. Boris esperó afuera vigilando desde la puerta.

Pablo era su debilidad. A sus quince años era un mozo guapo. Con su mismo pelo negro y los ojos negros de su padre. Ya era alto para su edad. Alrededor de metro sesenta. Cierto que lo había malcriado un poco y que era algo egoísta. Siendo hijo único y con una madre que le daba todo lo que quería es normal que hubiera salido así. Su padre no era muy cariñoso con el y nunca habían tenido una relación padre hijo muy fuerte. Así que Marta se esforzó por los dos en cuidar a su hijo. Pero seguía siendo su niñito. Si. Le había dado todo lo que quería… y ahora aun le daría más.

Se sentó en la cama y con ternura lo despertó moviendo su hombro. “Pablo… ¿Pablo?”

Pablo se despertó extrañado de ver a su madre allí. Más se extraño cuando la vio medio desnuda. La blusa tapaba lo justo, pechos, culo, pubis… pero los pezones seguían allí. A la vista. “¿Mama? ¿Qué pasa?”

Ya había pensado mientras subía lo que el iba a decir. “Hola Pablo. Mira… he pensado que ya tienes edad para que te trate como a un hombre. Han venido unos amigos y quiero que los conozcas y que hablemos… de sexo”

Pablo estaba perplejo. Sabía bastante poco de sexo. Había visto algunas revistas. Navegado por Internet. Y aunque tenía la normal curiosidad de un adolescente con las hormonas recién activadas y había explorado ese mundo por su cuenta aun era algo lego en la materia y sin ningún tipo de experiencia más allá de algún beso furtivo o algún tonteo con alguna chica.

“¿De sexo?” Pablo se ruborizo por un momento. En seguida sus ojos se clavaron en los pezones de su madre y aun se ruborizo más apartando en seguida la mirada.

“Si Pablo. Tu padre debería haberse encargado de esto pero como ya no esta he invitado a unos amigos para que me ayuden a explicártelo. Tendrás que bajar conmigo a la bodega”

Pablo estaba perplejo pero lleno de curiosidad. “Claro mama. Lo que tú digas” Se levantó con su pijama de quinceañero y se encamino junto a su madre hacia la puerta. Marta cruzaba la blusa sobre su cuerpo y esperaba que tapara lo suficiente. Se resistía aun a que su hijo la viera como ahora mismo se sentía. Una puta usada.

En la puerta se encontraron con Boris. Como su madre se lo presento con tranquilidad pensó que no era ninguna amenaza. “Pablo. Este es Boris. Un amigo que me ha ayudado con lo que necesitaba para darte la clase de educación sexual”

“Ah. Hola Boris.”

“Hola Pablo. Tu madre es una gran mujer. Vas a aprender mucho de ella hoy”

Marta se ruborizo solo de pensar a que se refería Boris. Los tres bajaron a la bodega. Allí se encontraron con los dos restantes. Nada más llegar, antes de que Pablo se percatara, Goran oculto el arma que llevaba. Mirko ya había descargado uno de los videos al disco duro del televisor  para poder reproducir su contenido.

Todos se sentaron en los sofás Mirko y Boris en uno. Marta en el otro con Pablo a un lado y Goran al otro. Cuando Marta se sentó noto que Goran había puesto la mano donde ella se iba a sentar. Nada más sentarse Goran maniobro y metió dos de los dedos de la mano que tenía bajo el culo de Marta por su ano, fuera de la vista de Pablo. Allí estaba Marta, sentada con sus violadores y su hijo, con dos dedos metidos por el culo mientras hablaba con Pablo y a punto de enseñarle su primer video porno.

“Mira Pablo. Esta noche he invitado a estos amigos para que hagamos algo de sexo” Pablo volvió a ruborizarse. “Me hubiera gustado explicarte como es pero pensé que era mejor enseñártelo. Así que estos amigos amablemente han estado haciendo conmigo todo lo que necesitas saber sobre sexo. Son Goran, Mirko y Boris”

Estos devolvieron los saludos que les hizo Pablo.

“Pondré ahora la película. Todo lo que vas a ver es normal. Es lo que nos gusta a las mujeres que nos hagan los hombres. Si me oyes gritar no es malo. Es solo que cuando algo te da mucho placer a veces gritas”

Marta quería que su hijo pensara que todo era normal. No quería traumatizarlo. Así que tenía que comportarse como si lo que iba a ver era algo que a su madre le gustaba y que era normal. Buscó el mando de la cámara pero vio que lo tenía Goran. Este lo puso en marcha y avanzo hasta cuando se ponía interesante.

Pablo abrió los ojos como platos. Lo primero que vio era como su madre estaba haciendo un striptease. Como poco a poco se iba despojando de su ropa. Sobre todo cuando vio a su madre sentarse y abrirse de piernas para dejar ver su coñito depilado que, tal como estaban puestas las cámaras, se veía de frente perfectamente, ni se dio cuenta pero Pablo pero empezó a tener una erección.

Goran si se percato y enseguida le dio un toquecito a Marta para que se fijara. Pablo estaba absorto en el video y bajo su pijama se levantaba su miembro. Marta se mordió el labio inferior y cerro por un momento los ojos. Goran aprovecho para pasar los dedos que tenía en su culo al coño de Marta y empezó a sacarlos y meterlo con cuidado. Con la mano debajo de Marta, Pablo no podía percatarse del hecho. Pero puede que si Goran no hubiera sido tan discreto Pablo ni se hubiera dado cuenta. Marta tuvo que soportar como ese hombre la profanaba con sus dedos con su hijo al lado viendo la película de su violación.

Goran fue pasando la cámara hacia delante. Fue saltando a las mejores jugadas de la noche. Hubiera sido muy largo ver el video entero. Era como más de tres horas de violación. Pablo pudo ver un par de veces como se follaban la garganta de su madre, la enculaban, humillaban llamándole todo tipo de cosas… Como decía, los momentos más humillantes y penosos de Marta.

Marta también lo vio todo. Otra vez se sentía como si estuviera viendo un accidente solo que esta vez la victima era ella. Y algo más. Había hecho un gran trabajo. Si alguien no sabía lo que había ocurrido pensaría que realmente a Marta le gustaba este tipo de sexo y que estaba allí voluntariamente. Su interpretación de guarra sumisa le había salido genial. Y eso fue otra muesca en su autoestima que se iba derrumbando esa noche.

Después de resumir las más de tres horas en unos treinta minutos de momentos estelares el video llegó a su fin.

“Wow. Mama… entonces… ¿Eso es el sexo?”

“Si hijo. Eso es.”

“Y no te hacía daño”

“Bueno Pablo. A veces cuando algo da mucho placer puede parecer que duele pero te prometo que todo lo has visto en el video me ha encantado. He disfrutado mucho del sexo con estos amigos”

“Vaya… cuando te daban con el palo ese en…” tímidamente señaló sus pechos “… allí pensé que no te gustaba”

Marta se armó de valor. Iba a ocurrir así que mejor ir poniéndolo en marcha. Se abrió la blusa y su hijo pudo ver perfectamente sus pechos. Ya no solo adivinarlos a través de la transparencia. “Se llaman tetas hijo. Puedes llamarlas así. Y si. Aunque me dolía un poco me gustó mucho que me azotaran con la fusta” . Goran sacó disimuladamente sus dedos del coño de Marta. Mirko reprimió a duras penas una carcajada.

“Vaya. Pues as gritado mucho en el video. Has tenido que pasártelo muy bien…” Pablo dudo un instante y repitió algo que había oído en el video “… has disfrutado como una perra” y sonrió orgulloso de haber aprendido esa expresión del video.

Ya esta todo en marcha ” pensó Marta. No podía pararlo ahora. Tocaba ganarse el último punto.

“Bueno hijo… ¿Listo para poner en practica lo que has aprendido?”

“¿Qué?” se sorprendió Pablo. “¿Cómo? ¿Ahora? ¿Con quien?”

“Si. Ahora y conmigo” le dedicó una dulce sonrisa a su hijo y le cogió por la mano para llevarlo al centro de la bodega, justo donde apuntaban las cámaras que volvían a estar preparadas. “Ahora que no esta tu Padre tu eres el hombre de la casa. El tendría que haberte enseñado pero bueno… no estabais muy unidos… y creo que es mejor que aprendas de mi que no vayas a ciegas tu solo”

Pablo le encontraba cierto sentido. Le parecía muy raro pero era su madre. La había visto en el video. Y siempre le había tratado bien. Le daba todo lo que quería. Suponía que esto era algo normal que le tocaba ahora que ya era un hombre. Justo ahora se percato de su erección y se sonrojo mientras intentaba ocultar con la mano el bulto que se notaba en su pijama.

“No te preocupes Pablo. Eso es normal al ver a una mujer desnuda. No te avergüences”

Marta le quitó a su hijo la camiseta del pijama. Luego se arrodillo para bajarle los pantalones pero en ese momento su hijo emitió un ruidito “hummm” . Marta miró abajo y justo donde estaba el bulto apareció una mancha húmeda. Su hijo acababa de correrse.

“Los siento mama” Goran y los suyos reprimieron unas risitas. No querían fastidiar este espectáculo único.

“No te preocupes hijo. Es todo un halago para una mujer que un hombre se corra pensando en ella”

Marta le bajó y quitó los pantalones del pijama a su hijo y el slip manchado de semen. Su miembro ya no estaba erecto pero no tenía un mal tamaño. Lejos de asemejarse al de Boris o Mirko aun así no se podía calificar de pequeña. Marta vio que Goran hacía un falso gesto de aburrimiento al bostezar y comprendió que debía darle algo que verdaderamente les gustara a sus espectadores. Tendría que ponerse las pilas. Así que empezó a comportarse como una guarra. Cogió el slip de su hijo y justo donde se había corrido lo lamió.

“Hummmm… que rico. A las mujeres nos encanta este sabor”

“¿Os gusta la leche que sacamos por aquí?”

“Ese ‘aquí’ se llama polla y la leche se llama semen. Y cuando os sale el semen de la polla eso significa que os habéis corrido. Y si. Nos gusta.”

“En el video no te he visto probarla mucho”

Inocente ” pensó marta para si y luego se lo aclaro. “Siempre que me la metían en la boca al final se corrían y yo me lo tragaba. Hummm… que rico” volvió a dar un lametón a esa asquerosa sustancia.

“Pero la he fastidiado” dijo Pablo mientras se miraba el miembro. “Ahora no esta dura“

“No te preocupes cariño. Para eso esta mama aquí”

Marta se terminó de quitar la blusa. Estaba totalmente desnuda menos por las medias delante de su hijo y de rodillas. Se acercó al miembro de su hijo y empezó a besarlo, a lamerlo, a chuparle la punta… y enseguida reacciono. El miembro de su hijo empezó a crecer. Bendita la energía de los jóvenes. Volvían a estar listos enseguida.

Cuando la polla de su hijo estaba lo suficiente dura y sin previo aviso Marta noto como Pablo la cogía por el pelo y empezaba a follarle la cara vigorosamente. Al principio Marta se sorprendió. Pero cuando oyó a su hijo decir “traga polla, puta” lo mismo que Boris le había dicho una de las veces que la violaba oralmente comprendió. La principal fuente de formación sexual de su hijo era un video donde tres hombres violaban a una mujer, ella misma. Así que Pablo solo estaba imitando lo que acababa de ver y le parecía normal. Así es como le había enseñado ella misma hace un momento. Marta acepto lo que estaba ocurriendo, cogió a su hijo por el culo y le dejó hacer. Por suerte la polla de su hijo no era tan grande como ninguna de as tres anteriores que la habían profanado y podía respirar con más facilidad pero aun así sentir el glande de su hijo golpear su campanilla una y otra vez no era nada agradable. Al final, en apenas cinco minutos Pablo empujo su polla hasta el fondo de la boca de su madre y se corrió, disfrutando allí durante unos segundos del placer que su madre acababa de proporcionarle.

Marta espetó a que su hijo sacara su miembro de su boca para mostrarle su propio semen. Con una polla algo más corta esta vez todo el semen se había quedado allí. Después hizo un esfuerzo y se lo trago “Hummm… tu semen es el más rico que he probado hijo. Buenísimo”

“¿Lo he hecho bien mama?”

“Muy bien hijo. Tu madre a disfrutado mucho de cómo le metías la polla en la boca hasta la garganta”

Marta pudo ver una sonrisa de satisfacción en Pablo por la lección bien aprendida. Se sentía orgulloso de lo bien que lo estaba haciendo.

“¿Y ahora que?” Preguntó Pablo.

“Bueno… ¿De lo que has visto en el video que es lo que más te ha gustado?”

“hummmm… muchas cosas… algunas no me atrevo a hacerlas… pero hay una que creo que te ha gustado mucho. Cuando te han hecho sexo por… ahí detrás”

Marta miró a Goran mientras se tocaba instintivamente el trasero. “ Claro. Cuando más he gritado. ” pensó Marta. Si ahora decía otra cosa Pablo podría sospechar.

“Si hijo. Cuando me dan por el culo me encanta. Como es más estrecho me gusta mas”

Cuando Pablo oyó la palabra ‘Culo’ dejó entrever una sonrisa. Le hacía gracia la palabra. “¿Dar por el culo?”

“Si. Así se llama cuando metes tu polla en el culo de una mujer” Menuda clase de sexo más retorcida le estaba dando a su hijo.

“Pues mama. Quiero darte por el culo”

Marta le sonrió a su hijo. “Adelante” Y se iba a encaminar hacia al diván cuando su hijo le dio un empujón. No consiguió tirar a su madre al suelo pero Marta comprendió que quería tratarla como había visto que Goran y los demás le trataban e intentaba tirarla al suelo. Ni la decencia del diván iba a tener. Su hijo se la quería follar en el suelo.

Como no pudo con el empujón Pablo cogió a su madre por el pelo y la obligo a agacharse hasta que se tumbara en el suelo. Una vez allí le cogió por las caderas para que levantara el culo y lo pusiera en pompa. Era la postura que había usado Mirko.

Marta se mordió el labio. Ahora le tocaba dejar que su hijo le enculara. Pablo cogió sus slips manchados con su semen y se los ofreció a la boca de su madre. Esta los recibió y los mordió con fuerza. El sabor del semen de su hijo impregnaba su boca.

“Vamos a ver que tal lo hago mama” Pablo apoyo el glande de su polla en el ano de su madre y se dejó caer de golpe. Toda la polla de su hijo le entró de golpe en el culo. Volvió a salir despacio y volvió a repetir el movimiento. Dejándose caer de golpe. Después de unas cuantas veces Pablo empezó a follar el culo de su madre rítmicamente y empezó a decirle cosas que había oído en el video. “Toma zorra. ¿Te gusta esto? ¿Eres una de esas putas que le gusta que las enculen?” Cuando dijo lo ultimo pablo dejó salir una risa nerviosa. Como la de un niño travieso diciendo palabrotas.

Físicamente estaba lejos de ser un suplicio como había sido con los bestias que hace unas horas le habían destrozado, pero psicológicamente era un infierno. No solo su hijo le estaba follando sino que además la estaba tratando como a una puta barata y el creía que encima le estaba haciendo un favor.

“Si hijo mío. Dame duro. Me encanta. Dame fuerte”

Goran y compañía no perdían detalle. Estos videos (fue una buena idea usar tres cámaras cruzadas para luego sacar absolutamente todos los ángulos), los iba a ver muy a menudo. Este era un espectáculo increíble y único.

Al oír esto Pablo se sintió orgulloso. Lo estaba haciendo bien esto del sexo. Y además le gustaba. Acelero el paso de sus embestidas en el culo de su madre y en apenas cinco minutos terminó corriéndose. Los jóvenes tienen mucha vitalidad pero poco aguante.

Pablo se levantó y ‘ayudó’ a su madre a levantarse tirándole del pelo. “¿Qué tal lo hago mama? ¿Te ha gustado?” Pablo parecía cada vez más entusiasmado.

“Muy bien hijo. Tu madre esta orgullosa de ti. Me has enculado muy bien. Me ha gustado mucho.”

Pablo no conocía la palabra. “¿Enculado?”

“Si hijo. Es otra forma de llamar a dar por el culo”

“Bien. Y si te ha gustado tanto vamos a repetirlo. Quiero encularte otra vez. Vamos a hacerlo ahora con eso negro que tenías antes dentro”

“¿Eso negro?” Le preguntó Marta mientras esperaba que no se refiera al monstruo que Mirko le había metido por el culo.

“Si. En el video sale. En el diván. Te lo metías allí…” señalándole el pubis “… y mientras estabas tumbada boca arriba te.…” se rió por lo bajo. A Pablo le hacían gracia esas palabras que hasta ahora eran tabú. “… te enculaban. ¿Dónde esta?”

Se refería a cuando uso el vibrador que tenía la potencia de un martillo pilón y Goran le violó por el ano.

“En la bolsa negra que esta ahí cariño” Marta deseaba que Pablo se cansara pronto pero parecía entusiasmado con el nuevo juego del sexo.

Pablo abrió la bolsa y lo primero que sacó fue el temido plug butt. Se lo enseño a su madre y lanzo una exclamación. “Vaya… no me atrevo a meterte esto. Eres increíble mama. ¿Cómo te ha cabido?”

Saltándome lagrimas de los ojos por el dolor ” pensó Marta. Pero no se lo dijo. “No te preocupes por eso hijo. ¿Lo encuentras?” Mientras Marta se tumbó en el diván. Esperaba que esta vez su hijo no la jodiera en el suelo como una perra. Cuando se dio cuenta de lo que acaba de verbalizar en su mente el estomago se le revolvió de golpe.

Pablo al final lo encontró y se encamino en seguida al diván donde se encontraba su madre abierta de piernas esperando que su hijo le diera el vibrador para introducírselo. Pero cuando Pablo llegó enseguida fue él el que intentó meterlo. Marta no se atrevió a negárselo así que le dejó hacer. Su hijo fue bastante torpe y al intentar meterlo sin estar lubricada le hacía daño. Cuando Pablo vio la mueca de dolor de su madre pensó que era una muestra de que su madre estaba disfrutando. Así que lo empujo con fuerza haciendo que su madre viera las estrellas por la repentina invasión.

Aun así Marta tuvo que agradecérselo. “Gracias hijo. Ya estoy listo. ¿Quieres encularme otra vez entonces?”

“Claro mama. Si te gusta a ti a mi también me ha gustado mucho”

Marta se recostó en el diván y se cogió las piernas por las rodillas para dejar mejor acceso a su hijo a su culo. Enseguida Pablo apunto al ano de su madre y otra vez, de un violento empujón, por segunda vez esa noche Pablo empezó a follarse a su madre por el culo.

En ese momento Marta encendió el martillo pilón que se hacia pasar por vibrador y volvió a tener esa sensación de que alguien le golpeaba las entrañas desde dentro. “Wow” Pablo dio un respingo cuando empezó a notar las vibraciones. “Esto es genial. Si, si si sisisisis” y empezó a follar a su madre con más ahínco. La sensación de la vibración le había desbocado. Empujaba con su polla todo lo fuerte que podía en cada golpe. En un momento dado se paró a fijarse que, por desgracia, su madre no llevaba esos zapatos de tacón altos. Goran los había usado para sujetarle en alto las piernas a su madre y a Pablo le había gustado la estampa. Pero a Pablo se le ocurrió otra idea. Había sido un buen alumno al ver el video. Se inclino hacia delante sin dejar de bombear en el culo de su madre y sus manos empezaron a  estrujar las tetas de su madre. Torpemente, dolorosamente y desde luego humillantemente para su madre.

Otra vez Pablo no pudo aguantar más de cinco o diez minutos la involuntaria violación de su madre. Y otra vez, como había visto en los videos, cuando se corrió apretó con todas sus fuerzas las tetas de su madre. Hasta ahora, pese al vigor que ponía su hijo en romperle el culo, no había sufrido demasiado en sendas violaciones anales. Pero ahora su hijo si que el hizo daño. Marta arqueo la espalda al recibir esa brutal presión en sus tetas. Pablo, en mitad de su orgasmo, al ver que le estaba dando ‘tanto placer’ a su madre redoblo sus esfuerzos en apretarle las tetas, con lo que el dolor aun aumento más.

Pablo se quedó un momento allí, esperando a ver que decía su madre.

“Vaya, Pablo. Aprender rápido” mientras se tocaba con una mano los pechos con la esperanza de calmar el dolor y con la otra se sacaba el martillo pilón. “Ya eres todo un experto dando por el culo”

“Gracias mama. Me ha gustado mucho todo esto. No era como me imaginaba pero me lo he pasado muy bien”

Marta miró a Goran con la esperanza de que ya estuviera satisfecho, y este disimuladamente le hizo un gesto de negación con los dedos. Para luego apuntarse al pubis y luego hacer el obsceno gesto que imitaba la practica de sexo.

Marta lo entendió perfectamente. Su vagina no iba a ser un coto vedado para su hijo. Faltaba ese acto al menos para que Goran se mostrara satisfecho. Agacho la cabeza, cerró los ojos y por enésima vez sacó fuerzas de flaqueza para decir lo que iba a decir ahora.

“Aun queda una cosa Pablo”

“¿El que?”

“Mi coño”

Y otra vez una risita nerviosa salió de Pablo. “¿Tu… coño? Menuda clase. Así si que me gusta aprender”

“Si… mi coño” Marta se recostó en el diván bien abierta de piernas. “¿Porque no vienes aquí y te follas bien a tu madre en el coño?”

“Pero mama. A ti te gusta más por el culo. ¿No?”

Humillante. Tener que implorar a su hijo que use su coño para follar. “Si. Me encanta. Pero es bueno que pruebes todo. Y este agujero aun no lo has probado”

“Vale. Si tu lo dices” El vigor de la juventud era portentosos. Marta apenas tuvo que pajearlo media docena de veces antes de que el pene de su hijo volviera a estar erecto. En ese momento terminó de recostarse, puso sus manos en su nuca, y se abrió de piernas. Parecía una zorra preparada para recibir a un cliente. Pero en realidad era una madre desesperada preparada para que su hijo se la follase.

Toda la habilidad que había demostrado apuntando al ano de su madre le estaba faltando ahora que buscaba su rajita. Marta tuvo que bajar su mano para ayudar a su propio hijo a apoyar la punta de su glande entre sus labios vaginales. Pablo se lo agradeció enseguida penetrando de golpe en su coño. Lo repitió varias veces cada vez con más fuerza hasta que conseguía  hacer temblar a su madre. “Quieres mi polla. ¿Verdad? Guarra. Te la voy a meter hasta el fondo”

Marta asintió. “Dale hijo. Enséñale a tu Madre como se folla” psicológicamente Marta estaba hundida, destrozada. Ya ni se planteaba las cosas. “Esta puta necesita que le enseñes para lo único que valen las mujeres. Para ser folladas. Reviéntame hijo.”

Tanto animar puso frenético a pablo. Se abalanzó sobre su madre y empezó a empujarla con ganas con cada entrada de su polla. Con una mano le cogió del pelo a la altura de la nuca, se inclino y le plantó un beso. Un beso torpe, rudo, carente de sentimiento. Con una lengua intrusa que Marta se vio obligada a corresponder con la suya propia. La mano libre de Pablo la empleo en darle a una de las tetas de su madre el tratamiento correspondiente. Cuando noto que al retorcerle los pezones a su madre esta se retorcía de ‘placer’ se concentró en hacer que su madre ‘lo pasara bien’ y empezó a alternar estrujones de pecho con retorcerle el pezón.

Este polvo fue el que más duro y le permitió a su hijo ser más creativo. Después de un rato de combinar besos rudos con estrujamientos de pecho mientras se la follaba paso a cogerle los pezones con cada mano y a usarlos a modo de riendas tirando hacia arriba. La espalda de su madre se arqueaba por el dolor mientras Pablo parecía que la estaba cabalgando. Poco después de esto Pablo volvió a posar ambas manos sobre los pechos de su Madre. Estaba a punto de correrse.

Marta se estremeció. Era la última humillación. Su hijo iba a correrse en su vagina. Pero ya estaba derrotada. Se relajo y dejó que pasar alo que no podía evitar.

Y otra vez brutalmente su hijo apretó sus pechos mientras disfrutaba del placer de llenar el coño de su madre con su semen. “si! Zorra! Tómalo todo! Sisisisis” y después de dejó caer desplomado sobre su Madre aun sin sacar su miembro de su coño.

Pablo miró desde allí a su madre. Esperando su aprobación. “Bufff… Muy bien Pablo. Eres tan bueno así que como cuando me das por el culo. Me ha gustado mucho”

“Gracias mama.” Y pablo se recostó sobre su pecho, sin sacar su miembro y se quedó allí un rato

Ahora si Goran asintió.

Epílogos.

Aun le quedó una humillación más a Marta. Como Goran y los demás estaban de safari querían sus souvenir. Con esto se referían a que cada uno quería una foto con Marta desnuda, sonriente, guarrona y ellos vestidos con su ropa de caza. Por supuesto la idea era humillarla una vez más.

Mirko escogió una postura en la que Marta tenía la espalda arqueada. Para que sus pechos resaltaran mientras lanzaba un beso a la cámara y Mirko a su lado posaba como si estuviera a punto de atizarle con la fusta que llevaba. Ni que decir que cuando hicieron la foto Marta se llevó aun un último fustazo por parte de Mirko.

Boris se sentó en el diván con Marta delante y la cogió por las tetas mientras Marta se sujetaba las piernas en alto por las rodillas mostrando ampliamente su coñito rasurado.

Goran escogió una pose en la que Marta, de cuclillas, volvía a meterse por última vez el vibrador gigante y Goran la sujetaba por el pelo como si fuera una presa abatida.

Usando el ordenador de Pablo las imprimieron y obligaron a Marta a dedicarlas, incluyendo además un beso suyo marcado en carmín después de volver a pintarse los labios. Las dedicatorias fueron respectivamente “A Mirko de tu guarra. Tu si que sabes domar yeguas como yo” . “A Boris de tu zorra. Ningún otro hombre me ha llenado como tu” y “A Goran de tu putilla. Mi culo jamás te olvidará”

También convencieron a Pablo para hacerse una. El de pie, con su madre de rodillas y parte de su miembro en su boca miraban ambos a cámara. Pablo con cara de satisfacción y con los pulgares levantados. Lo de los pulgares levantados fue idea de Goran y Marta comprendía a que se refería.

Y con esto se fueron. Carretera hasta Francia. Allí, en un pueblo pesquero tomarían su velero y volverían a su país. Ninguna policía sabría jamás que habían estado allí en el caso de que Marta los denunciase.

No fue necesario.

Volvieron a la ciudad a la lectura del testamento. Pero no había. Su marido nunca lo redacto. Así que por ley todas sus posesiones pasaban a Pablo y Marta no tenía nada. Solo sería su tutora hasta los 18.

Pablo no comprendía porque su madre no quiso continuar sus enseñanzas sexuales. O porque su Madre le dijo que jamás tendría que hablar de lo que había pasado esa noche.

Intentó un par de veces volver a tener sexo con su madre sin éxito.

Diez días después de la violación Marta se despertó de repente en su cama. Mientras dormía le habían esposado al cabecero de la cama. Había sido su hijo. La amordazó con uno de sus slips, le arrancó la ropa y la violó tres veces. Por supuesto el ano de Marta fue el que más recibió. Luego le soltó las esposas y se fue al salón de la casa.

Marta lo siguió al salón cuando se atrevió a levantarse. Allí lo encontró viendo un video. Era el vídeo del día de la violación. La parte en la que ella había servido como esclava sexual de su hijo. Y otra vez había hecho un gran trabajo. Realmente parecía que disfrutaba teniendo sexo con su hijo.

Un par de días después del safari Goran contacto por Internet con Pablo. Mientras había impreso las fotos había conseguido también su correo y hablaba con el a través de gtalk.

Pablo aun pensaba que eran amigos de su Madre y que todo había ocurrido por el deseo de su Madre. Goran consiguió engañar a Pablo y le hizo creer que lo que realmente le gustaba a su Madre era sentirse forzada. Obligada a hacer sexo. Y que por eso no quería hacerlo otra vez. Si Pablo quería hacer feliz a su Madre tenía que obligarla a ser su puta. Goran le aleccionó para que la chantajeara. Tendría que violarla y luego le enseñaría el video en el que aparecía juntos. Decirle a su madre que si no obedecía entregaría ese video a la policía. Su madre perdería su tutela y se quedaría sin nada, iría a la cárcel y todo el mundo sabría lo guarra que era.

Y así hizo Pablo. Cuando Marta oyó esas demandas por parte de su hijo se rompió definitivamente. Ya no le quedó fuerzas para resistir y claudico. Desde entonces fue el juguete sexual de su hijo.

Si se hubiera negado Pablo jamás habría llevado a cabo su amenaza.

El siguiente verano Madre e hijo volvieron al chalet. Marta quería haberlo vendido pero Pablo se negó. Una vez allí, durante uno de los “juegos” de Pablo con su madre llamaron a la puerta. Marta solo llevaba puesto algo de lencería y una corrida de su hijo en la cara pero aun así Pablo le mandó que fuera a abrir la puerta.

Allí se encontró de nuevo con Goran, Mirko y Boris. Habían mantenido el contacto con Pablo y este los había invitado a que pasaran una semana de vacaciones con ellos. Esta invitación se repitió durante muchos años. En agradecimiento Goran le hizo un regalo a Pablo que Marta tuvo que sufrir.

Pablo desde entonces ayudaba a Goran y los suyos a recabar información sin que tuvieran que desplazarse. Cuando llegaban de vacaciones Pablo ya les había conseguido un buen montón de nombres, fotos e información de posibles victimas.

En particular Pablo obligo a su Madre a conseguir información de sus amigas. Habiendo sido una mujer florero la mayoría de sus amigas también lo eran. Guapas, con algún hijo y con maridos que solían tener que irse por trabajo.

De las ocho victimas que Pablo proporciono a Goran para sus safaris, tres eran amigas de su madre. Una vez realizado el safari Goran enviaba copias de los videos a Pablo que disfrutaba con su visionado. En particular cuando la victima era una de las amigas de su madre. En tal caso le encantaba verlo junto a su madre y luego hacía que invitara a la victima a casa. Pablo disfrutaba viendo como las victimas pasaban por su casa sin saber que poco antes se había masturbado viendo los videos de sus violaciones.

Solo una de las victimas de los safaris de Goran, además de Marta, terminó practicando el sexo con su hijo. Y fue una de la amigas de la madre de Pablo. Su hijo además estaba en la pandilla de Pablo. Eso fue doble deleite. Ver el video donde su amigo se follaba a su madre. Goran intentó el mismo truco que uso con Pablo para que ese chaval siguiera disfrutando de su madre pero no tuvo éxito.

Obviamente Pablo terminó dándose cuenta que lo que había hecho era violar a su madre. Pero no le importó. Sin su padre y con una madre obediente que le consentía todo, Y cuando se dice todo, quiere decir todo, pablo se convirtió en un joven egoísta, malcriado, rudo y caprichoso que disfrutaba con ese tipo de sexo.

Terminó involucrándose con círculos de BDSM y terminó siendo muy popular por tener como esclava sexual a su madre. Así que de vez en cuando invitaba a otros pervertidos a compartir sus esclavas, incluyendo a su madre. Aquí encontró a una mujer que acabaría siendo su esposa. Tenía la dualidad que le gustaba ser dominante y sumisa. Así que con Pablo era sumisa y con la madre de Pablo dominante. Las reuniones familiares eran muy “divertidas” para Marta.

Durante los próximos años Marta probó todos los posibles instrumentos de tortura sexual que fueron apareciendo. Vibradores que se calentaban, pinzas eléctricas para pezones, vibradores de control remoto a través de Internet o robots sexuales programados para violar.

Aun en edad madura en el circulo BDSM de Pablo siempre había alguno que disfrutaba de humillar a señoras mayores. Así que cuando Pablo perdió interés por su madre aun tuvo que contentar a unos cuantos amigos suyos.

Y esta fue la vida de Marta.