El sabor del deseo

Mi Amo me castiga:Bien, perrita, veo que estás en celo.... Vas a salir de caza. Quiero que te folles a dos hombres esta noche. Mañana te llamaré...

TÍTULO: EL SABOR DEL DESEO ¿Recuerdas? Cuando nos conocimos te dije que el primer día que me dejaras atarte te iba a comer el coño, sin dejarte acabar, hasta que me pidieras, me rogaras, me suplicaras como una perra que te follase. Me lo decía mientras me esposaba a la cama. Primero las manos, luego los pies, despacio, acariciando cada centímetro de mi piel...Y yo, erizada por completo, mojada, deseando esa lengua apasionadamente, subo y bajo mis caderas ofreciéndome... Me despierto con mis propios gemidos de placer. Mi mano toca mis labios abiertos, empapados. Meto mis dedos, acaricio mi clítoris y me invade un placer intenso. Alargo mi mano y cojo del cajón de la mesilla el vibrador que Ël me ha regalado, mientras mis piernas se abren para recibirlo y lo meto de forma salvaje, con urgencia... Oígo mi voz e imagino la suya: -Amo, Amo, no aguanto -¿Qué haces perra? -No aguanto Amo, por favor... Me corro, he querido parar en el último momento pero no he podido. Grito, mi cuerpo se convulsiona en oleadas de placer, de placer prohibido, de deseo no satisfecho. Apenas alcanzo el orgasmo, todavía sintiendo palpitar mis entrañas, soy consciente de mi terrible falta. Lo tenía prohibido. Lloro de rabia, de impotencia. Al poco tiempo de tristeza, me siento pequeña, débil... Le he fallado. ¡Y en que día...! El lunes mi Amo se va de viaje, un viaje largo, puede que un par de meses y este fin de semana era nuestro, para los dos... ¿Me perdonará si se lo digo? ¿Y si no lo hago?,¿Porqué se iba a enterar? No quiero estropear estos dos días, no soportaría verle marchar enfadado, o sentirle defraudado....Me callaré, sí, no diré nada. Me levanto e intento olvidarme. Cuando a medio día suena el teléfono mi estómago se encoge, es Él y se que se lo tengo que decir, es justo que pague mi falta. En cuanto me oye sabe que ha pasado algo, me pregunta y se lo digo. Su silencio duele. -Amo, dígame algo -Sabes que voy a castigarte ¿verdad? -Sí mi Amo -Bien, perrita, veo que estás en celo, hoy no nos vamos a ver. Vas a salir de caza. Quiero que te folles a dos hombres esta noche. Mañana te llamaré para despedirnos. -Amo ¡noooo!, por favor, no me haga eso, Amo, Amo, por favor... Mis súplicas son inutiles, Me ha colgado. Ha tomado una decisión y no hay vuelta atrás, si quiero verle mañana tengo que cumplir mi castigo. No me acostumbro a este tipo de órdenes. Siempre producen en mi desasosiego, generan ansiedad. Por un lado siento el deseo apasionado de complacer a mi dueño por otro me asaltan dudas sobre mi identidad, sobre la persona en la que me estoy convirtiendo. Como siempre vence mi lado sumiso, hace tiempo que mi vida gira en torno a Él y el solo pensamiento de no volver a ser suya me aterra. Haría cualquier cosa que me pidiese así que, ¡venga!, me digo, saca la puta que llevas dentro y a procurar disfrutar, al fin y al cabo a los tíos los va a elegir tú... Me voy a la ducha y mi mente se pone a funcionar.... Pienso en cómo plantear la noche. Lo primero decidir si me quedo aquí o me bajo a Alicante. No lo pienso mucho, aquí me conoce mucha gente, en Alicante estaré más cómoda. El inconveniente es la vuelta pero, cómo espero ver a mi Amo mañana, me quedaré en un hotel. Sólo de pensar en estar a su lado me excita.... De forma casi refleja pongo más presión al chorro de la ducha y lo llevo a mi clítoris.... Ufffff, podría correrme en un segundo, lo separo y acabo de ducharme rápidamente. Mejor ir algo excitada, me digo... Elijo un vestido negro, sencillo y de generoso escote, me maquillo poco, cómo a Él le gusta y salgo de casa ya anocheciendo. Cuando lo hago ya se dónde voy. Si está tendré resuelto el primer polvo de la noche, sino pues a la aventura desde el principio, no arriesgo nada. Llevo el coche al aparcamiento del hotel, recojo la llave en recepción y subo a la habitación a dejar mi ligero equipaje: Ropa para mañana, mi neceser de aseo y mis juguetes. Vuelvo a salir, y por el puerto, me encamino a la Explanada. Entonces me empiezo a poner nerviosa, no se cómo reaccionará cuando me vea, ni cómo le voy a entrar. Si se acordará de mi, ni mi lo planteo, lo doy por supuesto. Hace menos de un mes que me folló en un taburete de la barra del bar dónde trabaja, dónde me dirijo... Por cierto, hago un inciso, ese polvo, bastante morboso, está relatado en estas mismas páginas con el título de "El cuadro" y deseo dejar la imagen que acompañaba a ese relato, la del cuadro que regalé a mi Amo y que entonces no supe poner....

Cuando abro la puerta le veo enseguida, está detrás de la barra y, a juzgar por la de gente que hay, bastante ocupado. Voy directamente al último asiento de la barra, casualmente el único libre y, mientras avanzo, no le quito los ojos de encima. Cuando su mirada se cruza con la mia un gesto de sorpresa acompaña a una enorme sonrisa. Entiendo ese gesto cómo una cálida bienvenida que devuelvo con un beso cuando llego a su altura. -No sabía si te ibas a acordar de mi, miento con una mirada llena de provocativo deseo. Por toda respuesta baja la mirada a su entrepierna, dónde no puede disimular una incipiente erección y, arqueando las cejas con una media sonrisa encantadora, dice: -Vale mas una imagen que mil palabras.... Ambos reimos. Me siento y pido una copa, el vuelve al trabajo. Pasa el tiempo, miraditas, coqueteos, pero yo no tengo toda la noche. No me olvido de quién soy, ni de lo que hago allí... Voy al baño y me quito las bragas. Cuando vuelvo las pongo encima de la barra y le llamo. Las señalo y le miro... -Estoy empapada le digo, pero no tengo mucho tiempo... Se pone nervioso y su erección vuelve a ser bien patente. Se va hacia dentro y regresa con una llave. -Toma, hay una puerta que pone "privado" después del aseo de caballeros. Pasa y espérame. No te las pongas. Es el almacén. No tarda en aparecer. Me agarra del pelo, me muerde la boca, pellizca mis tetas y mientras yo le desabrocho el cinturón dejando caer sus pantalones,cojo su polla entre mis manos, me agacho y me la empiezo a comer mientras le miro. El gime quedamente mientras le chupo, le lamo.... Después me toma la cabeza con ambas manos y me guia con velocidad y fuerza crecientes. Cuando el ritmo se acelera y yo me preparo para recibir su descarga  él se contiene y retira la verga de mi boca. -Puta, mira como me pones -No aguanto, ¡fóllame! Me da la vuelta, sube el vestido hasta mi cintura, me agacha sobre una cajas y, cogiéndome de las caderas me la clava de un golpe, embiestiendome seguidamente de forma salvaje. Gemidos, jadeos...A los pocos minutos nos corremos juntos, en un orgasmo tan intenso como ahogado. Sale rápidamente, tampoco yo tardo mucho. Me despido con un gesto de la mano y lanzo un beso al aire que acompaño con una sonrisilla traviesa. Salgo a la calle y agradezco el aire fresco de la noche. Camino un rato, de nuevo hacia el puerto. Solo pienso en Él, en estar a su lado....Podría ir a ducharme, huelo a sexo...Lo pienso, estoy al lado del hotel, pero no lo hago...Me torturo un poco pensando en que es el precio que estoy pagando por fallarle... Solo deseo que acabe esta noche, dormirme y verle al día siguiente. Entro en uno de los tantos pubs del puerto. La música está muy alta, hay mucha gente. Llego hasta la barra y pido una copa. Me la tomo mirando sin ver, escuchando sin oir, perdida en mis pensamientos, en mis deseos, que no tienen nada que ver con lo que me queda por hacer... Cuando me doy la vuelta para pedir una segunda copa, hay un cuerpo pegado a mi derecha, levanto la vista, me mira con descaro y me sonrie. Acercandose a mi oido, me dice: -¿Obsesión? -¿Qué? -Tu perfume... -Ahhhh sí, le contesto sorprendida sin apartar mis ojos de la camarera. -Te invitaría a esa copa a cambio de saber en que piensas ahora. Le miro con algo más interés, es un candidato. No importa nada más. -¿Estás seguro de que quieres saberlo?, le digo sonriendo. Por toda respuesta acerca su oído a mis labios.... Empieza la función. No han pasado ni veinte minutos cuando nos vamos hacia el hotel. En el ascensor empieza a besarme y yo respondo mecánicamente a sus besos. A mi mente llega la sensación del primer beso de mi Amo, del temblor que produjo en mi cuerpo. Recuerdo cómo estiró levemente de mi pelo hacia atrás poniéndome el collar. Mi mano se enrosca en el cabello del extraño imitando el gesto que ha hecho subir la temperatura entre mis piernas y su excitación crece mientras se aprieta contra mi. El ascensor se para. El desconocido sigue besandome mientras amasa mis pechos con sus dos manos y mueve sus caderas acompasadamente hacia delante y hacia atrás. Muevo la cabeza, casi siento el roce del collar en mi cuello, un suave tirón de la correa y mis piernas se abren siguiendo los toques de la fusta imaginaria. El ascensor se pone nuevamente en marcha. Mis manos se juntan en mi espalda, me imagino atada y entregada a Él mientras mi amante levanta el vestido y acaricia los labios abiertos, húmedos de la perrita entregada... No se las veces que el ascensor subió y bajó. Nos despedimos una de las veces que llegó al zaguán. Fui a mi habitación , me duche y me acosté. Un solo pensamiento ocupa mi mente, cada segundo que pasa me acerca más a Él. Soy su puta, su perra, su sumisa. Tan solo estas palabras me excitan, vuelvo a estar mojada, me toco, me abro, pero no se si tengo permiso...Recuerdo lo que me ha llevado allí esta noche y saco los dedos empapados de mi coño. Los chupo. -¿A que saben?, me preguntaba mi Amo un día en que el placer me había sido negado... Ahora lo se. Es el sabor del deseo mi Amo. Continuará.....