El sabor de una deliciosa fantasia

El es mi amigo y mi mas secreta fantasia.

Siempre te he deseado, hemos sido amigos mucho tiempo, pero creo que yo ya no puedo aguantar más mis ansias locas de ser tuya.

Sé muy bien que a ti también te urge estar conmigo, que cada vez que yo me descuidaba o veía hacia otro lado, admirabas mi cuerpo y yo después me daba cuenta de ello, porque tu mirada estaba llena de deseo reprimido.

He decidido que seré yo la que dé el primer paso, te marco a tu celular, pero no me contestas. No importa, se que en cuanto veas que te he llamado, me devolverás la llamada inmediatamente.

No puedo evitar la excitación que me provoca el saber que pronto te tendré, que estaremos juntos como nunca habíamos podido estarlo.

Me recuesto en el sofá esperando tu llamada, y cierro los ojos imaginando como será ese momento. Llego a tu apartamento, vestida provocativamente, toco a tu puerta y ahí estas tu, con tu traje sastre, notando que apenas acabas de llegar del trabajo.

Tu mirada me recorre de pies a cabeza, en tus ojos brillan el deseo y la lujuria. Me das un beso muy leve, casi apenas un roce pero logras hacer que vibre cada rincón de mi cuerpo, me tomas de la mano y me conduces hacia el interior de tu hogar. Ahora que estamos frente a frente no puedo evitar el nerviosismo, pero no voy a desaprovechar esta oportunidad, tomo tu rostro entre mis manos y empiezo a besarte, son besos lentos, tu mano recorre mi nuca y mi cuello con caricias que me estremecen mientras que tu mano libre la ocupas para tomarme de la mejilla.

Los besos van aumentando de nivel, ahora saboreamos nuestras lenguas, acariciándolas, disfrutando del dulce sabor de nuestras bocas. Me tomas por la cintura y me acercas a ti, noto como tu pene esta erguido y me excita saber que soy yo la razón.

Tus caricias van bajando por mi cuerpo, todavía siento tu mano alrededor de mi, como si no quisieras que nunca me separara de ti mientras con la otra recorres mis senos cada vez mas ansiosamente, mientras yo me deleito con tu cuello, lo beso y lo mordisqueo, se que te gusta porque has empezado a emitir leves suspiros de placer.

Cada vez la urgencia es mayor, te deshaces de mi blusa y de mi sujetador y empiezas a lamer mis pezones duros y con tus manos recorres mis glúteos por encima de la ropa, suspirando, llevo mi mano hacia tu pene y lo acaricio suavemente. Diriges tu mano por debajo de la falda y te das cuenta que no llevo nada, me diriges una rápida mirada divertida y yo solo te sonrió, me liberas de la falda y empiezas a recorrer mi coñito ya húmedo y acaricias expertamente mi clítoris.

Me dejas libre un momento y ansiosamente te quito la camisa, quiero besarte y lamerte, quiero hacerte vibrar de placer, como tú lo has hecho conmigo. Bajo lentamente, mientras recorro tu pecho fornido con mi lengua, paso por tu ombligo y desabrocho tu cinturón y te quito el pantalón y la ropa interior. Tu miembro erecto me invita a hacerlo gozar y no rechazo la invitación. Primero tomo tus testículos y los acaricio con suavidad mientras recorro con mi lengua todo tu pene, de arriba abajo, un poco despacio, luego con más intensidad.

Tus gemidos son cada vez mayores, así que decido darte más placer, tomo tu polla y la dirijo a mi boca. Siento como todo tu cuerpo se estremece por este contacto, te como con pasión, con urgencia, disfrutando enteramente de tu pene, que ahora es solo mío.

Me detienes suavemente y me tomas de los hombros y me diriges a la cama. Me recuestas boca abajo y besas mi nuca y cuello, lo mordisqueas un poco mientras acaricias mis senos. Recorres cada centímetro de mi espalda, yo cada vez siento más la urgencia de sentirte dentro de mí. Me pides que me dé la vuelta y una vez así, tomas mis piernas y las abres.

Admiras un poco mi coño, me dice que es precioso, el más bello que has visto, bajas lentamente tu cabeza y hundes tu boca en mi sexo. Lo chupas con suavidad mientras metes tus dedos muy profundamente en mi vagina, siento un gran placer, mis gemidos cada vez mayores, te alientan. Primero eran dos dedos, luego tres y al final cuatro. Suelto un pequeño grito que ya no puedo contener.

Te me acercas y me besas apasionadamente, me susurras al oído que mi sexo huele muy bien y que mi sabor es demasiado rico. Solo te miro y le digo que ya no aguanto mas. Me sonríes, deseo pedirte que me folles como jamás ha follado a nadie, que me penetres hasta el fondo y que nos demos un placer tan grande que nunca podamos olvidarlo.

En ese momento suena el timbre de mi celular, abro lentamente los ojos y me doy cuenta que aun estoy aquí, contesto y concretamos una cita. Nada te digo de lo que acabo de fantasear contigo, porque ahora sé que se volverá una deliciosa realidad.

Es mi primer relato y espero que les guste. Gracias