El Sabor de tus Labios
Un relato sobre los hijos de Piper en Charmed. Chris tiene sentimiento a su hermano, pero tiene miedo de que Wyatt se entere de ellos. ¿Qué pasará cuando Chris bese inesperadamente a su propio hermano mayor?
El Sabor de tus Labios
Piper tomó uno de los abrigos que estaba colgado junto a la puerta, y permitió que Leo ayudara a ponérselo. Junto a ellos estaba su hija menor, Melinda, disfrazada de princesa agitando una varita mágica de plástico que habían comprado el día anterior.
"¿De verdad no pueden ir al festival de su hermana?", preguntó Piper abriendo la puerta.
Sus otros dos hijos adolescentes estaban acomodados en el sillón, cada uno con un cuaderno abierto. Wyatt, el mayor, estaba en su último año y en unos meses estaría en la universidad estudiando alguna carrera relacionada con economía. Su cabello era rubio y caía en largos rizos hasta los hombros. Wyatt siempre había tenido un cuerpo atlético pues era e capitán del equipo de fútbol y, a decir verdad, no era muy buen estudiante. En cambio su hermano menor, Christopher Perry, era muy diferente a él. Era un joven delgado de cabello negro y ojos verdes, era un buen estudiante que no gustaba mucho de los deportes y era descrito por sus amigos como un hombre extremadamente neurótico.
Leo arqueó las cejas esperando que alguno de sus hijos le contestara a Piper.
"De verdad, mañana tengo un examen de matemáticas muy importante y necesito que Chris me ayude con algunos conceptos que él acaba de ver en clase. Cuando estaba en ese año no le presté mucha atención al profesor."
"Nunca lo haces", lo regañó Leo.
"Hijo, ojalá pudieras subir tus calificaciones. Te ayudaría a entrar a una buena universidad pero bueno, si tu hermano puede ayudarte en eso pues adelante. Melinda estará muy sola."
"Oh vamos, mamá", exclamó Wyatt, "Melinda tiene esos festivales cada tres meses. Si no vamos a uno de ellos o va a pasar nada."
Piper gruñó, abrió la puerta y salió de la mansión Halliwell acompañada de su hija y su esposo. Así quedaron solos dos hermanos.
"Bueno, Wy, ahora sí te puedo explicar eso que querías. Era sobre el teorema de Pitágoras ¿no?"
Wyatt soltó una carcajada profunda que hizo estremecer a su hermano.
"¡Vaya que eres ingenuo, hermanito! ¿De verdad pensaste que yo quería que me explicaras las estupideces de un griego muerto?"
"Pues sí, la verdad yo pues no, creo que no."
Wyatt volvió a dejar escapar una risotada.
"Hice el engaño por los dos, para no tener que aguantar esos estúpidos festivales a los que no obligan a ir siempre. Supuse que estarías agradecido conmigo, pero si te va a empezar a pesar la conciencia por una estupidez así, entonces llévate mi coche y ve a ver a Melinda bailar como una princesa."
"No, está bien así. De hecho quería que estuviéramos a solas para poder platicar contigo. Sabes que siempre hemos estado juntos quiero decir, que hemos crecido uno al lado del otro, compartimos cuarto y cuando uno hacía alguna travesura el otro ha sido el cómplice."
"Por supuesto que lo sé, eso se llama ser hermano."
Chris suspiró tratando de encontrar la fuerza para sacar las palabras de su interior.
"Bueno, siempre has estado ahí para apoyarme y defenderme. Ya sé que sabes esto, pero no está por demás decirlo, te admiro mucho como hermano mayor y como brujo."
"¿De qué se trata esto? ¿Nos vamos a poner cursis toda la tarde?"
"Por favor, Wy, no te interrumpas que esto no es fácil para mí decirlo. Lo que quiero decir es que he tenido ciertas confusiones sobre quién soy y lo que quiero en realidad de mi vida. No estaba seguro de lo que sentía y después de mucho pensarlo, y enfrentarme a mis propios prejuicios supe lo que quería."
"¿Y que era eso?"
Chris acercó su rostro al de su hermano para verlo directamente a los ojos y sentir su aliento. Nunca habían estado tan cerca, en todos los sentidos.
"Hay momentos en la vida en que te das cuenta que en realidad todo lo que buscas siempre estuvo a su lado. Perdóname por lo que estoy por hacer, pero ya no puedo pasar mi vida sin hacerlo sin conocerlo"
"¿De qué hablas? ¿Sin conocer qué?"
"El sabor de tus labios", respondió Chris casi en un susurro mientras se acercaba más a su hermano para darle un beso en la boca, rozando tenuemente sus labios. Quería que ese momento durara para siempre y se prolongara en una eternidad preciosa que no era más que una tonta fantasía para Chris.
Wyatt no pudo soportar ni un instante de aquel acto que encontraba tan horrible e incestuoso, empujó a su hermano y le dio un golpe en el rostro para que cayera de espaldas sobre el tapete.
"¿Eres homosexual? No quiero que no pienses que soy como tú."
Chris sintió que algo pegajoso en su boca y puso saborear su propia sangre. Toda su cara le dolía. Le costó mucho trabajo ponerse en pie.
"Por favor no te sientas decepcionado de mí, te amo."
Wyatt le soltó otro golpe, esta directo a la nariz.
"¡No digas eso! No quiero que pienses eso de mí, somos hermanos y eso vamos a seguir siendo siempre."
"No tienes idea de cuánto te odio", bramó Chris al correr hacia las escaleras.
"Regresa, idiota, no hemos terminado de hablar."
Pero las palabras de Wyatt quedaron perdidas en el vacío de la Mansión Halliwell, porque su hermano menor estaba encerrado en su cuarto llorando. Wyatt nunca se había sentido tan mal en su vida, pero tampoco podía olvidar el beso que había acabado de recibir. ¿Realmente había sido tan malo?
Wyatt se sentía muy mal por haber golpeado a su hermano, pero es que Chris no tenía ningún derecho a besarlo. ¡Por Dios Santo!, todo aquello estaba mal. Era sangre de su sangre y lo que su hermano menor estaba sugiriendo no era más que incesto. Wyatt recordó la escena de algunos momentos antes y supo el dolor que estaba sintiendo Chris al decirle esas palabras, de verdad le había costado revelar esos sentimientos y ese beso. El calor de su aliento, la suavidad de sus labios entregando cada fibra de su ser a un hombre que seguramente lo iba a rechazar por ser su hermano mayor y heterosexual.
¿Por qué hacerlo? ¿Por qué arriesgarse de esa manera tan sólo por un simple beso? Y lo que Wyatt llegó a entender en ese momento lo hizo sentirse aún peor. Chris lo amaba de verdad con todo su corazón. ¿Qué le había impulsado a hacerlo? De nuevo encontró la respuesta en las palabras de su hermano, Chris lo admiraba como hermano mayor y cómo brujo, y por medio de su homosexualidad había llevado a que Chris se enamorara de él. No había ninguna otra cuestión.
Y a pesar de todo eso, Wyatt se había visto lo suficientemente tonto como para golpearlo, insultarlo y alejarlo de sí. Había traicionado la confianza de su hermano por sus propios prejuicios. Ahora se daba cuenta lo mal que se había portado al golpearlo.
¿Qué podía hacer para compensarlo, y para que Chris pudiera ser parte de su vida sin lastimar sus sentimientos? No le quedó más que pensar en su hermano, en lo débil y frágil que se había quedado después de decirle a Wyatt todo lo que sentía, en cómo había quedado dolido y se había ido. Ojalá tuviera una segunda oportunidad volver a vivir ese momento, y no lo golpearía .. y se quedó pensando en lo que haría si pudiera estar frente a su hermano otra vez y éste le diera un beso de improviso. Entonces se imaginó los suaves labios de su hermanito haciendo presión contra los suyos, y Wyatt se imaginó por primera vez cuál sería el sabor de su boca de su aliento. Como sería abrazar el cuerpo desnudo de su hermano y protegerlo de todo mal tan sólo para hacerlo suyo para siempre. En ese momento nació del corazón de Wyatt un sentimiento que no creyó que tenían, una especie de calor que recorrió todo su cuerpo hasta su entrepierna. ¿Por qué se imaginaba el cuerpo desnudo de su hermano, indefenso, protegido por el abrazo poderoso de Wyatt? ¿Es verdad que un solo beso de Christopher lo había hecho cambiar tanto?
Ahora era Wyatt quién estaba confundido con sus sentimientos. Ya no sabía que pensar sobre él mismo, su sexualidad o su hermano; y mientras más trataba de encontrar claridad mental, más recordaba el beso forzado que le había dado Chris. Sería sólo cuestión de tiempo para que se viera forzado a tomar una decisión sobre el futuro y la relación que mantenía con su hermano menor.
Chris se había encerrado en su cuarto, se había sentado en el suelo, junto a la cama, y había empezado a llorar. Aún podía sentir el golpe de Wyatt en su rostro, acompañado de aquellas palabras de duro rechazo. ¿Porqué había tan estúpido para revelarle sus sentimientos a su hermano mayor? ¿Cómo había demostrado tanta debilidad como para decirle que lo amaba? ¡Peor aún! ¿En que momento se le había ocurrido la imbecilidad de forzarle un beso?
Ahora se arrepentía de la conversación que acaban de tener, de cada palabra que había salido de su boca, de siquiera mencionar el amor por su hermano. Chris lloró en silencio, sin curarse la herida sangrante. ¡Maldita la hora en que se había fijado en el cuerpo de su hermano, en sus rizos dorados y en su mirada penetrante! En esa sonrisa deliciosa, en los músculos que brillaban cada vez que se bañaba y entraba al cuarto con sólo una toalla cubriendo su sexo. ¿Cómo podía ignorar Chris esa vista tan apetecible? ¿Cómo ignorar el físico envidiable de un atleta entrenado?
Ni siquiera pudo continuar con sus preguntas, porque la puerta de la habitación se había abierto de golpe, y entre los pocos rayos de luz que aún le quedaban a la tarde, apareció Wyatt más glorioso que nunca. Con la espalda recta y el semblante serio viendo fijamente a Chris con su mirada penetrante, como si analizara el mínimo movimiento de su hermano menor.
"Tenemos que hablar, Chrissy. No podemos quedarnos así."
"¿Por qué? ¿Quieres volverme a golpear? Si así quieres reafirmar tu sexualidad entonces aprovecha que estoy en el suelo y patéame lo más fuerte que puedas."
Wyatt se mantuvo serio, caminó hasta su hermano y delicadamente lo sostuvo la barbilla para que levantara su rostro.
"¿Esa es la opinión que tienes de mí? Yo jamás te haría daño. Lo que pasó hace rato fue una estupidez mí, nunca debí atacarte cuando estabas confiando en mí. Chris, tengo que decirte algo muy importante."
"Yo también, Wy."
"Quiero hablar primero. Chris, he estado pensando mucho en lo que me dijiste, y creo que nunca me había preguntado lo que sentía por ti hasta que me diste ese beso. No sé que me pasó, no puedo explicarlo. Fue demasiado para mí. Y luego me di cuenta que ya no podía verte como un hermano."
"¿De qué estás hablando?", preguntó Chris con la voz entrecortada.
"Estoy confundido porque sé que eres mi hermano y todo esto está mal."
"Sólo dilo", dijo el joven brujo al levantarse.
"Creo que yo también te amo, Chris."
Wyatt dejó que su hermano menor lo tomara de la nuca y lo atrajera hasta sí, y ésta vez sí correspondió el beso.
Wyatt aceptó el gentil beso de Chris, y se estremeció con la lengua de su hermano tocó la suya. Nunca antes había hecho algo así con otra persona, ni hablar de un hombre. ¿Cómo podía llegar a suponer que su primera vez sería con su propio hermano menor, al que tenía que cuidar y proteger porque era inocente e indefenso? El brujo doblemente bendecido estaba asustado y temblaba de miedo sin saber que hacer.
"Chris, yo no sé si pueda "
El joven brujo presionó los labios de su hermano mayor con el dedo y le pidió que callara, que no lo pensara mucho y solamente se dejara llevar. Chris empezó a jugar con la playera de Wyatt revelando por sólo un segundo el torso marcado del atleta.
"¿Puedo?", preguntó Chris en un susurro.
"Tan sólo hazlo", respondió Wyatt.
Entonces Chris le quitó la playera a su hermano y se encontró d frente con un pecho lampiño, sudado y musculoso. Nunca antes lo había tenido tan cerca y Chris no pudo evitar la tentación de acercar su boca a una de las tetillas para lamerla. Wyatt tan sólo gimió de placer y se preguntó una vez más si estaba listo para hacer algo así con su hermano.
"¿Quieres quitarme la playera, Wy?"
"No yo no creo que mejor hazlo tú. No sé como es tu cuerpo. Nunca me he fijado realmente en él, digo sé que eres delgado, pero sólo eso."
"Balbuceas cuando estás nervioso", respondió Chris muy divertido.
Wyatt bajo la cabeza avergonzado, mientras su hermano se deshacía de su playera.
"Ahora siguen los pantalones" aclaró el más joven.
Wyatt se desabotonó y luego tuvo miedo de seguir era un gran paso. ¡Estaba a punto de robarle la virginidad a su propio hermano! Chris no esperó, tiró de ellos y dejó a Wyatt solamente con los bóxers. Hurgando en ellos, se encontró con el pene de Wyatt que, flácido, empezaba a erectarse con suave tacto de Chris. Wyatt estaba por protestar cuando el brujo joven empezó a mamar sin pedir permiso. El mayor echó la cabeza para atrás, dejando que sus rizos se agitaran, y empezó a gemir de placer. Nunca pensó que una mamada le podría dar tanto placer.
Quedaron los dos en esa posición por varios minutos hasta que Wyatt no lo soportó más, y sacó el pene de la boca de su hermano. Chris se levantó y empezó a besar a su hermano con pasión mientras lo masturbaba. En cuestión de segundos, Wyatt se aferró a la espalda desnuda de su hermano y en un gemido largo se corrió sobre la alfombra.
"¿Ves?, No estuvo tan mal, Wy. Ahora tengo que adentrarte al siguiente paso."
"¿Ya has hecho esto antes?", preguntó asustado.
"No, pero he visto mucho videos en Internet. Tal vez porque no te has fijado, pero la computadora que compartimos está llena de pornografía homosexual."
"Temo preguntar cuál es el siguiente pasó. ¿No me va a doler, verdad?"
"Al menos creo que a ti no."
Chris se bajó los pantalones y los bóxers, poniendo a Wyatt aún más nervioso. Nunca antes se había encontrado con su hermano desnudo, y ni siquiera se habría imaginado que sería en esas circunstancias. Chris se recostó boca arriba sobre la cama y levantó las piernas, dándole a entender a su hermano mayor lo que quería.
"No quiero hacerlo, Chris. Tengo miedo."
"¿De qué?"
"Lastimarte."
"Aunque me duela y me la agonía me desgarre hasta el alma, no tengo miedo porque hacer el amor contigo será una ocasión muy especial."
"Tú no me entiendes. No tengo miedo de lastimarte físicamente, sino sentimentalmente. Una vez que haga esto nuestra relación cambiará para siempre."
"Ya ha cambiado para siempre. Yo digo que no lo pienses mucho y solamente me penetres."
Esta última palabra había hecho que Wyatt sintiera un escalofrío corriendo por su espalda. Penetrar.
"¿Qué tengo que hacer?"
"En el baño hay un bote de crema, quiero te llenes los dedos con ella y los metas aquí. Tienes que dilatarme para que tu pene entre bien."
Wyatt asintió nervioso, y siguió las órdenes de su hermano. Su mano temblaba cuando se acercó al trasero de su hermano, y en cuanto metió el primer dedo para dilatarlo, Chris emitió un gemido de dolor. Wyatt, asustado, dio varios pasos para atrás. Quería llorar.
"Perdón, Chris, no lo vuelvo hacer no quería si esto va a lastimarte entonces prefiero no hacerlo."
"Trae tu delicioso cuerpo para acá y sigue con lo que estabas haciendo, Wy"
Wyatt sonrió ante el exceso de confianza de su hermano, y regresó hasta su cuerpo para seguirlo dilatando. Así que hizo lo mismo con un segundo y un tercer dedo hasta que Chris empezó a gemir que estaba listo.
"¿Qué hago, ahora?" preguntó el rubio inocentón.
"Pon tu grueso pene a la entrada mi cuelo y empuja con fuerza."
Así fue como Wyatt le dio la primera tarascada y sintió en su cuerpo un placer que no había sentido ni siquiera cuando mantenía sus relaciones sexuales heterosexuales. Estar con su hermano, penetrarlo, hacerlo suyo y robarle virginidad era una experiencia única que lo llevaba hasta el éxtasis. Era una experiencia lujuriosa que había llevado a los dos hermanos a compartir un pecado que lo uniría por el resto de sus vidas.
Cuando ambos llegaron al orgasmo, Chris cerró los ojos y quedó sumido en una premonición. Al regresar de ella se dio cuenta que su hermano estaba acostado junto a él, acariciando su pecho.
"Fue la mejor experiencia de mi vida, Chris. Pero ¿Qué vamos a hacer ahora que todo ha cambiado?"
"Me imagino que seremos novios, y siempre podrá disfrutar de tus músculos", se burló Chris.
"Eres un poco pervertido a veces hermanito."
"¿Y no te gusta? Es una cualidad que ambos podemos disfrutar aquí juntos desnudos."
"A propósito, ¿que viste en tu premonición?"
Chris sonrió y se acurrucó en su hermano.
"Algo que papá ya nos había comentado sobre las anomalías de la magia en la familia. Vi el momento en que me besabas, luego me penetrabas y luego vi una imagen de mi cuerpo embarazado."
"¿Qué dices?", exclamó Wyatt asustado.
"Que a partir de hoy seré tuyo para siempre; y aunque no te guste. Tú serás mío."