El sabor de tu miel

No veo la hora de meterme de nuevo entre tus piernas.

Mmmmm, me muero por ver eso en directo... , muy de cerca... , tanto que aspire todo su aroma enardecedor y me ponga Ia piel de gallina, y tu sientas mi aliento y te estremezcas por Ia caricia de mi Iengua, que estaría muy próxima y, con Ia punta, casi sin querer hacerlo, se deposite sobre tu clitoris y Io vaya recorriendo Ientamente, muy Ientamente, como en circulos, hasta que no pueda resistirme más y te Io abrace con mis Iabios y lo succione a la vez que muevo mi Iengua sobre éI con frenesí ..., que te haga cerrar las piernas y empujar mi cabeza más sobre tí todavia para que no pare de hacerlo...

Mientras con un dedo jugetón empiezo a jugar con tu agujero trasero, en circulos, Ientamente, presionando Iigeramente de vez en cuando, hasta que con Ia cantidad de jugos que salen de ti, mi dedo y tu ano se empapen y el dedo se deslice un poco hacia dentro y te haga exhalar un fuerte gemido a la vez que te contraes en un orgasmo fenomenal que haga que te viertas en mi boca... mmmm, el sabor de tu mieI... creo que me he convertido en tu adicto...

Subiré entonces poco a poco por tu pubis,  pasando por tu terso vientre y haré círculos con mi lengua sobre tu ombligo mientras tu lo escoges para evitar tantas sensaciones y seguiré subiendo contando con mi lengua cada una de tus costillas con mi lengua hasta que llegue a tus pechos,  que comenzaré a chapar con deleite,  centrándome después en esas fresas que tienes por pezones,  mientras pienso que la próxima vez re las chuparé con nata, mmmmm,  te mueves como u a serpiente,  tus piernas no se están quietas e o tengan apresarme para llevarme a ti interior... Pero no,  hoy no te toca eso.  Te lo haré desear... Y subo ahora con los labios por tu cuello,  poniendo toda tu piel de gallina y subo por tu barbilla y alcanzo tus labios,  que me esperan con ansia y nos besamos profundamente,  durante minutos,  en los que doy a compartir el sabor de tu orgasmo.... Y eso te pone a mil.

Confieso que soy adicto a tí,  sobre todo por cómo te veo disfrutar y retorcerte y temblar de placer... Y en eso,  me coges la cara,  me miras a los ojos y ne dices : ¡ TU SÍ QUE SABES SACARLE LA MIEL A UNA MUJER! ....