El Ricachón 3

Ofrecí a mi hijo al Ricachón, aunque sea la tercera parte de un relato intento que pueda entender la trama sin haber leído los anteriores.

EL CHEVROLET IMPALA

La tarde que tenía pensado en terminar la reparación del Ford MUSTANG te llevé conmigo a casa del Sr Juan, no porque me podrías ayudar, si no porque mi mente viciosa me hacía pensar que  al Ricachón le gustaría carne joven  tierna, aunque fuera sutilmente me producía morbo entregarte a ese gordo que días antes me había desvirgado.

Hablo de mi hijo Carlos que ya lo tenía sometido a mis placeres, para él yo era su papi macho dominador y lo estaba doctrinando. Recordais la escena con " Papá y  hijo en la piscina" ? Y " Barbacoa con amigos" pues sí, mi hijo había sido desvirgado sin mi consentimiento, en casa por el bestia de Santi, de mote " el pollita" y no por tenerla como el Sr Juan, todo lo contrario Santi tenía un pollón tan grueso y venoso que dudo que a pocos culos cabía sin desgarrar los. O eso pensaba yo que hasta entonces aún eras virgen  con la rapidez que aprendiste a ser mi zorra o yo era un buen maestro y tú pasión era tan fuerte hacia mi o tenías algún que otros  instructores por ahí que te daban vergas y me inclino más a esta segunda reflexión. A tus 19 años y tal como lo tenéis ahora con las aplicaciones de móviles los jóvenes habéis aprendido y degustado pollas con mucha anticipación.

Aparte del morbo que me producía entregarte a ese Ricachón prepotente, a su vez había sido muy generoso y con tu participación seguro que sería recompensado doblemente , sacaría un buen sueldo extra como hacía José ( Adolfo el mayordomo).

Tenía el teléfono del Sr Juan y antes de ir lo llamé para que me diera su consentimiento para que pudieras venir y aceptó sin ninguna reticencia.

Ya en la mansión cuando te presenté al Sr Juan le noté un entusiasmo  en su cara, a mi me dió la mano pero a tí después  darte un efusivo abrazo en que sus manos recorrieron más que tú ancha espalda puso su mano en tu barbilla y tras revisar te de arriba a bajo dijo:

  • Te pareces mucho a tu padre, eso sí estás más gordote.

Te pusiste colorado y nervioso tu mano rascándome la cabeza sin saber que decir te delató.

  • Si Sr Juan a salido a mi en todo.

Dije al ver que te quedaste mudo sin reaccionar y allanando un poco el terreno para las intenciones del Ricachón. Que sino fuera por esa gran barriga y su pequeñita polla, ya se podría apreciar en su entrepierna que se había empalmado. Sabía que mi plan iba viento en popa. Ese gordo bigotudo estaba deseoso de meterte más que sus manos encima.

  • Ir pasando a la cochera, yo voy a dar cuidades a la pobrecita de mi madre y después paso a ver como la va, que Adolfo salió a comprar.

Mientras íbamos a la cochera me dijiste susurrando:

  • Papá ese gordo me ha tocado el culo!

  • Estamos en su casa hijo, somos sus invitados, no hay que enfadar al Sr Juan.

  • Papá no me gusta! No quiero que...

  • No sigas, calla tu harás lo que te mandé y yo estoy aquí tranquilo!

Me di cuenta que mi hijo aún no lo tenía del todo domesticado y le hacían falta más sesiones seberas. Tras dar las medicinas a su madre que la mayor parte del día se lo pasaba acostada en su habitación sin poder moverse  por su enfermedad,  el Sr Juan se presentó en la cochera con un cubo de agua en la mano.

Mientras yo estaba dando los últimos arreglos al Mustang, tú sentado en ese banco donde me había estrenado mi culo  la pollita del Ricachón, jugabas con el móvil.

  • Eh! Deja el móvil que tengo un trabajo para tí. Ves ese Chevrolet Impala rojo? Quiero que lo laves y lo dejes reluciente.

Con parsimonia dejaste el móvil y fuiste a coger el cubo que te ofrecía el Sr Juan.

Yo tenía un ojo al Mustang y el otro con el rabillo os observaba.

Lavabas el coche  bajo las órdenes del Sr Juan que con sutileza se arrimaba a ti rozando su gran cuerpo al tuyo y te decía, aquí frota aquí que hay una mancha,  aquí hay otra y mientras roce tras roce  y se iba tocando sus huevos. Tu te escurrias de él como podías y el Sr Juan alzando más la voz, te exigía que lo hicieras mejor. Por suerte tuve  el MUSTANG listo en el momento clave, me subí al coche puse la llave en el contacto.

  • siii Sr Juan arrancó.

Salí del coche y vi como el Sr Juan te tenía agarrado por debajo tus sobacos y sacando su pollita te decía ahora yo te voy a meter mi llave dentro, tú al ver esa mini polla se te escapó una risa que enfurismo al Sr Juan. Yo me apresuré a llegar.

-Sr Juan el Mustang arrancó!

  • Ahora arrancó yo ayúdame. Que esta putita es resbaladiza.

Te subió al capo del Chevrolet y te metió su pollita en el culo, vi tu cara insignificante y reaccioné dándote un bofetón.

  • Puta esto te pasa por lavar mal. Y te di otro buen bofetón para que reaccionaras.

Lo pillaste a la primera y aunque ni siquiera sentías nada de placer empezaste a gemir y gritar como una loca y el Sr Juan estaba disfrutando de su poder, se puso las manos detrás de la cabeza y decia:

  • Si mira como te doy pollazos, tu sujeta bien la puta.

  • Si Sr Juan domestique a este mal educado, dale fuerte.

Cómo jadeaba ese gordo, no se si su pollita estaba dentro del culazo de mi hijo, quizás su capullito si y le daba buenas embestidas. Se agarraba su panza para poder perforar más ese ojete tierno. Yo te tenía agarrado por los brazos mientras el ricachón seguía con su recital de jadeos y resoplidos ummm joder! Que culo más abierto nene! Nada a ver con el de tu padre jeje! Te lo abrí bien zorra!

El cabron, ya soltó que me había follado! Me entraron ganas de darle el bofetón a él pero en cambio te lo di a ti, para ver si no escuchabas los comentarios de ese prepotente.

Te daba buenas ostias para que chillaras y menuda actuación hiciste te hubieran dado un Óscar.

No pude aguantar más, dejé de agarrarte, saqué mi polla, no es por vacilar pero mi rabo era cuatro veces más grande que el de ese gordo, la situación me ponía muy cachondo, ver cómo se trincaba a mi hijo me había puesto mi polla dura como una almendra. Me meneaba mi rabo y al dejarte perdisteis estabilidad, el Sr Juan al ver mi rabo me mandó sentarme en el banco.

  • Tu baja del coche y ves agatas a comer la polla de tu padre!

El gordo  esta vez no se había corrido rápido y yo estaba apunto, seguro que se hizo un par de pajas antes de venir a la cochera por el morbo.

Sentado en el banco con las piernas abiertas y mi rabo bien duro te acercaste agatas y ahora sí que podía ver tus ojos deseosos de polla, de esa polla gorda que tanto te gustaba comer, pusiste tus manos en mis muslos peludos y olfateaste mis huevos y la punta de mi capullo sonrosado que albergaba una gota de presemen. Sacaste la lengua y jugaste con  la elasticidad del líquido preseminal y no tardé en segregar más viendo tu cara de vicio y al Sr Juan agarrando su pollita..Que morbo! Noté como tu boca cubría mi grande y tú lengua en su interior daba vueltas, tus labios presionaban el tronco de mi polla y empezaron a bajar lentamente y a subir, nadie me mamá igual, joder que buen hijo tengo!

  • Toma biberón de tu papi, sueltale leche al niño!

Dios ese gordo ya me quería hacer correr! Y yo quería disfrutar del mamón de mi hijo y darle buena polla dura para que el también gozara. Me desabroché la camisa quedando mi pecho peludo al descubierto mis manos agarraron mis pezones que apretaba mientras se escuchaba la mamada frenética que estaba recibiendo, a ese ritmo no tardaría en dar leche. Pero saco la boca de mi polla y mirándome a los ojos, con su lengua le daba fuertes lametones a mi capullo e iba arrimando sus labios carnosos mi capullo estaba apunto de explotar.

  • Mamá fuerte nene! Ordenaba el Sr Juan.

De nuevo se puso a chupar mi polla con ansias, tenía la polla bien babeada y se escuchaba los chupetones entre mis jadeos, joder no puedo más, mmm, dios que descargo mis huevos, uff. Que te doy  leche. No miraba de avisar pero el seguía y no paraba estaba claro que quería la leche de su papi.

  • Vamos alimenta a tu hijo.

  • Que va, joder! Ya! Ohh, ufff, ufff, Dios! Mmm mmm

Fueron más de cinco descargas entre fuertes convulsiones y jadeos, llené la boca de mi hijo que se tragó mi lefa en un plis y antes de sus últimas engullidas me mostró la leche de su boca, joder ver cómo disfrutaba mi hijo me hacía feliz, se relamio sus labios y volvió a ponerse mi polla que aún estaba dura en su boca terminando de dejarla bien limpia, y solté un suspiro largo de placer.

Pude estar cinco minutos recobrando fuerzas hasta que el Ricachón me dijo:

  • Bueno Ángel tu ya terminaste, tienes lo tuyo dónde siempre, está vez hay dos sobres, si os vais coje uno y si te vas tú sólo coje los dos, el nene se irá en una hora, que tiene de terminar de lavar el Chevrolet.

Dudé un poco,  pero un sobre más por esperar una hora! Que cojones! valía la pena, ya que era bastante generoso y esa aportación iría de muerte a las arcas familiares.

  • Dos Sr Juan, me llevaré los dos sobres.

Mi hijo me miró con rencor,  no le gustó mi decisión, en fin solo era una hora!, en que lo más probable tuviera que limpiar un poco el coche mientras el Ricachón se fumaba uno de sus puros y luego le tuviera de limpiar su pollita,  una hora de infelicidad porque por lo visto a mi nene le van los pollones,  ya le compraría un móvil nuevo o otra cosa para hacerle feliz.