El Reto pepsi

Un solícito tío ayuda a su sobrina a encontrar la ropa, interior y exterior, más adecuada para su fiesta de graduación. Y la sobrinita le pide que le depile el conejito para mejor lucir la tanga.

Mi sobrina mayor Aurora estaba a punto de terminar su bachillerato y se encontraba excitadísima por la fiesta que preparaban con todos sus compañeros del colegio, fiesta que tendría lugar luego de la graduación en una discoteca muy a la moda en el norte de la ciudad.

Una tarde vino a mi casa para consultar con mi esposa que vestido le aconsejaría llevar esa noche ya que quería estar súper, dado que todas las chicas querían ser las más elegante de la noche en cuestión.

Había traído una cantidad de revistas de moda y las dos hojeaban discutiendo que éste es lindo pero le falta algo, no mejor éste otro, en fin. Yo le dije a mi mujer que yo iría a dar una vuelta mientras ellas escogían el vestido ideal para aquella noche.

Cuando regresé mi sobrina que estaba a punto de irse me pidió que si la podía llevar hasta su casa. Entonces llamé por teléfono a mi hermana y le dije que en una hora y media estaríamos por allí. Una vez en camino el tema no fue otro, que el de su fiesta de grado, la ropa que iría a usar, su maquillaje, etc. Hablando del tema yo le dije que en el norte había una boutique en donde yo había visto unos modelos muy bonitos y que deberíamos pasar para verlos.

Mi sobrina es de estatura media de piernas algo flacas, pero de senos abultados, ojos verdes y cabellos rubios como mi hermana, me preguntó que iría a esa boutique pero si yo la acompañaba, entonces yo le dije que al día siguiente la acompañaría a la salida del colegio.

Nos citamos ese día a las tres de la tarde y disponíamos de casi seis horas para recorrer todos los almacenes y elegir el mejor de los vestidos para su fiesta de graduación. Ese día la recogí en la entrada del colegio esos privados en los que no se usa uniforme y mi sobrina estaba vestida de minifalda, una blusa blanca transparente a la moda como lo usan hoy las adolescentes de su edad, debo decir estaba muy linda no provocativa pero sensual.

Con esa sensualidad típica de una adolescente, en la primera boutique no encontró nada de su agrado, en la segunda tampoco en fin ya habíamos recorrido como siete de estos prestigiosos almacenes y le propuse que nos tomáramos un refresco para descansar. En la cafetería le dije que dibujara el vestido que ella soñaba llevar a su fiesta para ver si era más fácil de preguntarlo que caminar por todos esos almacenes pues estaba muy agotado.

Yo le dije que conocía otra boutique donde podríamos encontrar lo que ella buscaba, entonces entramos allí y la vendedora nos mostró muchos modelos hasta que ella encendió sus ojos y vio lo que buscaba, pues era un vestido negro, ajustado con un corte hasta arriba de la cadera y bastante escotado cosa que resaltaría sus senos, era una tela tipo lycra, la ventaja nos dijo la vendedora es que no debería llevar sostén, la desventaja era que con cualquier panty que se pusiera las costuras se marcarían dado lo ajustado del vestido y el tipo de material.

Mi sobrina dijo que no era problema pues ella encontraría la solución.

Salimos de la boutique y le dije compraste un vestido sin probártelo, ¿crees que te quedará bien? Sí, debería habérmelo probado antes. Y si me cambio en el baño de la cafetería donde estuvimos antes, me parece que no es el lugar indicado le contesté yo. Además te falta comprar la ropa interior. Si quieres vamos a la boutique de prendas íntimas, en realidad fui yo quién le sugirió una tanga de seda negra muy delicada con costuras imperceptibles, pagamos la cuenta y le dije bueno sólo faltan tus zapatos, cosa que también le regalé unos tacones altos que resaltarían su figura.

Mientras nos dirigíamos a casa le dije me pregunto cómo te verás vestida con todo lo que compramos. Como te parece si vamos a mi casa y te pruebas todo y si hay algo que arreglar mi esposa te ayudará. O. K vamos dijo ella son las 6:30 voy a llamar a mi mamá para decirle que llegaré más tarde y que estaré en tu casa.

En diez minutos estuvimos en la casa y para sorpresa mí mujer no estaba, había dejado una nota sobre la mesa que decía llegaré pasadas las once de la noche ya que había ido a donde las amigas a jugar cartas y que mi cena estaba en la nevera para que la calentara.

Yo le dije a mi sobrina si quieres te llevo a tu casa pues Marina tu tía no está y ella es quién más te puede ayudar, mañana en la tarde ella estará dispuesta a lo que necesites.

Me muero de las ganas de probarme la ropa déjame cambiarme y me dices qué te parece. Sin darme tiempo a responder se encerró en nuestro cuarto y se cambió a los cinco minutos me llamó cuando le vi de pie, delante del espejo del tocador de mi mujer no lo podía, ¿esa es mi sobrina?. Me acerqué y le dije que no necesitaría peinarse que tan solo con los rizos sueltos y tal vez una hebilla en el costado sería suficiente, abrí una de las cajas de mi esposa y elegí una nácar, se la puse en la parte izquierda de su cabeza y se la levanté para ver cómo le quedaba. Al levantar los hombros pude ver que sus senos casi se escapaban de los tirantes del vestido, la hice girar y me puse detrás de ella delante del espejo y le dije levanta un poco los hombros, le tomé los senos con las dos manos y se los levanté para que los tirantes realzaran su figura, muchas veces la había tocado y no había sentido nada en especial, dado que es la hija de mi hermana, pero era la primera vez que le tocaba una parte tan delicada.

La verdad es que estás espectacular fue lo único que se me ocurrió decirle y me alejé para que no se diera cuenta que estaba súper excitado.

El único problema que tengo es que tengo que depilarme casi toda es muy pequeña esta tanga y los pelos se me salen por todos lados me dijo.

Anda a un instituto de belleza y mándate depilar yo te lo pago. Ella continuaba de pie y yo estaba acostado en mi cama con los brazos cruzados detrás de mi cabeza y mi bulto era imposible de ocultar. Ella me miró y me dijo y si me ayudaras a depilar tío, Yo no podía creer lo que me estaba diciendo, bueno pues yo depilo a tu tía y creo que no tenga ningún inconveniente.

Fui al baño a buscar una máquina, unas toallas, unas tijeras, una bolsa de agua y crema de afeitar de mi esposa cuando entré a la habitación estaba sentada al borde de la cama con el vestido subido hasta sus caderas y tenía razón una cantidad enorme de vello le salía por los costados. Acuéstate y abre un poco las piernas que te voy a recortar con la tijera rebordeándote, la tanga no es necesario que te la quites. Le puse una toalla debajo de sus caderas y empecé a recortarle los pelillos que sobresalían, busqué una aspiradora manual para recoger todo lo que había cortado le pasé un poquito de crema y empecé a rasurarla. Cuando terminé le dije anda y lávate y dime cómo te queda.

Se fue al baño mientras yo guardaba las cosas que había utilizado salió y me preguntó cómo te parece, yo estaba de espalda metiendo todo dentro del cajón del tocador, estaba sin tanga con el vestido subido y me dijo me parece que deberías cortarme un poquito más.

O.K le dije acuéstate nuevamente, me acerqué y comencé a cortar, en ese momento mis ojos no podían salirse de sus labios vaginales de un color rosado y algo brillante, sin querer rocé uno de sus labios e inmediatamente ella brincó de la cama y le dije quédate quieta te puedo cortar, se lo repetí tres veces y mis dedos acariciaron al descuido su vagina, me acerqué para ver mi obra de peluquería y no pude resistir la tentación de pasar mi lengua sobre esos rosados labios brillantes que cada vez que la pasaba se ponían más brillantes y rosados, no dijo ni hizo absolutamente nada así que continúe, mi lengua empezó a introducirse y descubrí su clítoris que metí golosamente en mi boca en ese momento se me olvidó todo, hasta que ella era mi sobrina, le levanté las piernas sobre mis hombros y de rodillas al borde de la cama le empecé a chupar su vagina como un desenfrenado, le fui metiendo un dedo y con la otra mano me empecé a bajar mis pantalones cogí mi miembro masturbándome hasta alcanzar un volumen considerable.

No me hice ordenar dos veces y empezó a levantar las caderas rítmicamente mientras mis dedos y mi mano derecha se hundían en su vagina.

Le hice subirse más en la cama y le empecé a frotar la cabeza de mi verga en sus labios vaginales, ella se mordía para no gritar la calenté durante un par de minutos y de un golpe me atrajo hacia ella cerrando sus piernas en mi cintura y empecé a penetrarla centímetro a centímetro sintiendo como su vagina apretaba mi verga, cuando la tuvo toda adentro se la saqué y se la metí de un solo golpe, sus ojos se pusieron blancos y ella empezó a temblar se aferró a mí como si fuera un naufrago, su orgasmo fue violento y largo, lloraba y reía al mismo tiempo encontramos fácilmente el ritmo y acabamos juntos después de otros tres orgasmos por parte de ella.

Me dejé caer de costado sobre la cama y le acaricié sus pezones con mi lengua y seguí acariciando su culo con las yemas de mis dedos, acariciando su vagina nuevamente le metí dos dedos mientras suavemente le empecé a meter un dedo en su culito virgen, me chupé el dedo para llenarlo de saliva y me di cuenta que su esfínter se dilataba, eso me hizo calentar otra vez, me incorporé y me puse encima de ella, le levanté las cadera y empecé a empujar sobre su ano delicadamente, me costó mucho trabajo pero cuando ya tenía la punta de la cabeza adentro, empecé a bombear poco a poco y mi verga le fue entrando mientras le acariciaba su clítoris con mis dedos. No pude aguantar mucho ni ella tampoco, se la saqué y se la puse en la vagina, se la hundí hasta el fondo moviéndome rápidamente y ella gimiendo como si fuera a morir, su vagina me succionaba hasta la última gota de semen que me quedaba, me tomó la cabeza entre sus brazos y me besó, entrelazamos nuestras lenguas y me dijo ¡gracias!.

Tío.

Ahora el reto Pepsi es levantarte ahora mismo e ir a donde la secretaria o una compañera de trabajo sin cubrirte la tiendecita de campaña que tienes o la carpita de circo del pantalón. Ja. Ja. Ja.