El reto

Vacaciones con la familia compitiendo con la hermana de mi novia en llamar la atención del otro.

El reto.

Aquel verano pasábamos las vacaciones en familia donde habitualmente lo hacíamos en la costa. Estábamos en aquella casa Tania, los padres de ella, su hermana Belén y yo. Por aquellas fechas Tania y yo éramos novios y teníamos 20 y 21 años respectivamente. Intentábamos turnarnos y no coincidir en vacaciones con ninguno de los hermanos de Tania, especialmente con Belén y con su novio ya que Belén es una persona muy variable y tan pronto está de buen humor como es una persona insoportable que te puede complicar mucho la vida. Este año coincidimos con ella porque su novio estaba haciendo el Servicio militar, él estaba en León y como Belén estaba de vacaciones se vino con nosotros. Le gusta que la gente esté pendiente de ella y aquel año jugaba con la pena de tener a su novio lejos por lo que nos la llevábamos a casi todos los sitios de marcha. Belén es una mujer que por entonces tenía 21 años, morena de melena larga, ojos azules, atractiva, mide 1,60 cms.aproximadamente, por aquel entonces decir que no tenía kilos de más, caderas pronunciadas y resaltaban de su cuerpo sus enormes tetas.

Soy una persona muy activa sexualmente hablando y con una gran imaginación en este sentido, a veces pienso que estoy enfermo porque tengo el sexo metido continuamente en la cabeza. De sobra era sabido esto por parte Belén y de su novio porque en algunas ocasiones les había pasado algunas revistas y películas porno a ellos para su disfrute personal. Creo que el que supieran un poco mi interés por el sexo levantaba el morbo de Belén hacia mí y creo que se había propuesto que me fijara en ella a toda costa.

Como acostumbraban en esos días, habían ido a la playa los padres y la hermana de Tania. Nosotros nos hacíamos un poco los remolones, entre otras cosas porque a mí no me gusta madrugar y a parte así podríamos hacer los deberes mi novia y yo. Después de desayunar y de echar un polvo como Dios manda, nos fuimos también a la playa con ellos. Llevábamos pocos días allí por lo que el bronceado no se les notaba apenas a ellas, a parte llevaban aquel verano un bañador de cuerpo entero que para tomar el sol no es el más aconsejado.

Me gusta que Tania vaya provocativa y a parte soy un poco voyeur y también disfruto bastante con la vista. Esto lo digo porque ese tipo de bañador les queda muy bien a las vigilantes de la playa pero en general prefiero los bikinis, los tangas,… Ellas andaban un poco picadas debido a que yo si estaba bronceado debido al deporte al aire libre por lo que quedaron en que esa mañana irían a comprarse cada una un bikini mientras sus padres y yo nos fuimos a tomar una cerveza al chiringuito de al lado.

Cuando llegaron ellas nos enseñaron los bikinis. Ambos eran normalitos y nada atrevidos. El comentario que hicieron era que el de Tania era el que le gustaba realmente a su hermana pero debido al tamaño de su pecho no había podido comprárselo porque le quedaba pequeño. En su familia decían siempre que estaba un poco acomplejada por el tamaño del pecho pero eso era sólo un cuento porque le gusta mucho que le digan que las tiene muy grandes. Cuando llegamos a la casa se los probaron y fue cuando me di cuenta de que era realmente una calientapollas y que le gusta que la miren.

¿Me queda bien? -preguntó Belén a su hermana y a su madre-.

Bien, aunque te sigue quedando como siempre ajustada la parte de arriba, como te descuides se te salen los melones –respondió su madre-.

Decidimos volver a la playa después de comer por lo que para su comodidad se quitó el sujetador del bikini y se puso una camiseta que utilizó todas las vacaciones; esta camiseta era de hombre, de tirantes, le quedaba algo holgada y le llegaba un poco más debajo de la braga. Cuando se movía, se le veía por la parte de arriba los pliegues de las tetas y se le marcaban perfectamente unos grandes pezones que en ocasiones se le erizaban. La verdad es que se hartó todas las vacaciones de repasarme sus melones por delante de las narices.

Después de aquel día me propuse pagarle con la misma moneda. Debido a temas profesionales debo cuidarme mucho y poseo una muy buena forma física, y más con aquella edad que tenía menos masa muscular pero mucho más definida, sobre todo en la zona abdominal (mido 1.75 cms y peso actualmente 77 Kg.de bruto músculo). Esto lo digo porque aquel año llevaba un bañador tipo slip muy ajustado y es la única prenda que decidí utilizar dentro de la casa durante las vacaciones. La provocación empezó a surtir efecto ya que en una ocasión hubo un cruce de miradas y la pillé comiéndome prácticamente la polla con los ojos, cuando se dio cuenta de que la pillé mirando descaradamente se puso roja como un tomate aunque me aguantó la mirada posterior a los ojos.

Esto parecía un pique para ver quien llegaba más lejos. El día siguiente volvimos a bajar a la playa, no sin antes darme un anticipo de exhibicionismo. Llevaba puesta la dichosa camiseta de tirantes sin sujetador y con una braguita blanca de algodón. Os puedo decir hasta de qué estaba hecha porque se recreó y se cebó en enseñármela y vamos que si la vi. Estaba apoyada en la ventana observando (o haciendo que observaba) lo que había en ese momento en la calle. Al inclinarse hacia delante se le subía la camiseta por la parte del culo y se le podían ver claramente las bragas. Estuvo bastante tiempo en esa postura, cuando se hartó y se dio la vuelta pude observar que estaba excitada debido a la dureza que presentaban sus pezones. La verdad que había conseguido excitarme y, antes de que se dieran cuenta de mi erección, tuve que ir al baño a hacerme una soberana paja a su salud.

Ya en la playa, se hartó de exhibirme las tetas. Decidieron jugar con las raquetas de playa. Como éstas estaban bajo la sombrilla, tuvo que agacharse un poco para no darse en la cabeza y las enormes y anchas tetas de Belén estuvieron a punto de desbordar el sujetador del bikini. Como tiene las areolas de los pezones bastante grandes, pude observar que uno de ellos asomaba por la parte de arriba del bikini.

Ella sabía que la estaba observando pero con toda la tranquilidad del mundo se colocó los tetones y se sacó la braga del culo y que la tenía un poco metida en su raja. Acto seguido se pusieron Tania y Belén a jugar con las dichosas raquetas. Cada vez que se movía, saltaba, golpeaba la bola, …, sus tetas botaban y amenazaban con salirse. Tania posee uno de los mejores culos del mundo y cuando se agachaba a coger la pelota era una delicia contemplar sus nalgas duras y bien formadas, ver como se le metía la braga por entre sus nalgas y como ella se metía el dedito bajo la braga para volverlas a sacar. Sin otra opción, tuve que ir a remojarme un poco para aliviar la tensión que acumulaba mi polla ya que de no hacerlo podía delatar mi excitación delante de Tania y de sus padres. Mientras estaba nadando planee como devolverle la pelota a Belén.

Decidí que cuando regresáramos me pondría un bañador tipo pantalón corto que, debido a los años que lo tengo, le he tenido que cortar la huevera que tiene por dentro ya que las gomas estaban muy pasadas. Este pantalón actualmente lo tenía que usar con un slip por debajo ya que sino se me salía el capullo. Me tumbé en la cama alegando que estaba cansado y recostarme hacia atrás comprobé que se ahuecaba el pantalón y por consiguiente quien pasara por la cocina podría verme la polla que debido a la excitación la tenía más bien morcillona. Aquel día era Belén la encargada de poner la mesa, así que me la tuvo que ver por "cojones" y nunca mejor dicho.

Varios viajes tuvo que dar, de reojo pude comprobar que efectivamente me la estaba calibrando con la mirada. Pasados un par de minutos tuve que cambiar de postura porque tenía la polla más dura que un palo y tampoco quería que ella notara mi excitación, lo que quería en principio era que ella se excitase pero debo de reconocer que esto del exhibicionismo excita realmente. Para comer tuve serios problemas ya que al no llevar nada debajo del pantalón hacía que se me marcara perfectamente la figura de mi rabo. Decidí volver al cuarto de baño y aliviar otra vez la tensión acumulada. La paja fue grandiosa y se puede decir que fue doble porque después de correrme inicialmente tenía la polla tiesa y tuve que seguir hasta correrme una segunda vez. Parece que se me bajó un poco el nervio y quedé satisfecho.

Al día siguiente decidimos irnos a una cala que hay en un pueblo de al lado. Esta cala es ideal para la gente joven ya que como está un poco escondida suelen ir pocas familias con niños. Aquí, en alguna ocasión, cuando hemos ido sólos Tania y yo, he conseguido que ella hiciera top-Less pero eso es otra historia. Como digo en este sitio si eres un poco voyeur te lo pasas en grande porque puedes ver de todo, incluso en alguna ocasión hemos visto gente que se cambia de ropa sin pudor mostrando totalmente el cuerpo desnudo. Yo sabía que Belén no sería capaz de quitarse el sujetador pero lo que quería era que ella se calentara observando lo que este sitio le pudiera ofrecer. Cuando fuimos a poner la sombrilla elegí un sitio en el que habían varias mujeres alrededor en top-less y alguna en tanga mostrando su precioso culo.

Tú como siempre en tu salsa – comentó Tania.

Es donde mejores vistas hay – le repliqué.

La mañana resultaba muy sosa para ellas. Decidieron ponerse a jugar a las cartas. Belén, voluntaria o no voluntariamente, empezó con el show. Ambas estaban sentadas al estilo indio. Como he dicho antes, soy un enfermo sexual, por lo que me dediqué a observar todo: la chica del tanga de al lado, las tetas generosas de una rubia cercana, el canalillo de las tetas de Belén, la entrepierna de Tania, algún pelillo del coño que se le escapaba a Belén de su braga,… Me estaba poniendo como un burro por lo que tuve que ir a darme un baño refrescante.

No me sirvió de mucho porque cuando volví la situación era la misma. Pasados unos minutos, y para distraerme un poco les propuse alquilar un patinete acuático de pedales y dar un paseo por la cala. Así lo hicimos, estuve unos minutos junto con Tania dando pedales mientras Belén estaba tumbada en la parte de atrás tomando el sol. Cuando nos habíamos adentrado bastante en el mar, dejamos de dar pedales y aproveché para hacer unas zambullidas tirándome de cabeza desde el patín. No sé como surgió la situación, no sé si fue por hacerme el gracioso o por algún reto de Tania, el caso es que estando en el agua me quité el bañador y se lo tiré a Tania para mojarla. Creo que no se me veía perfectamente la polla pero si que se podía imaginar.

El sol había dejado marca en mi cuerpo y al quitarme el bañador se podía ver que lo que tapaba dicha prenda tenía un tono mucho más claro. Belén no quitaba la mirada de mí para ver si me podía ver claramente algo. Decidí pasar al ataque cuando me cercioré de que Tania no se mosqueaba por lo que estaba haciendo, me subí al patín y dándoles la espalda me puse de pie y me volví a tirar al agua. Unos minutos después me acerque para recoger el bañador y me lo puse bajo el agua. Subí al patín y volvimos a la orilla para devolverlo a su dueño. Como la hora de la comida se aproximaba y teníamos que coger el coche para volver, decidimos recoger y marcharnos.

Mi bañador estaba mojado y así no me iba a subir al coche por lo que me anudé una toalla a la cintura y me quité por debajo esta prenda, todo esto observando que Belén no me quitaba ojo. Así, sin nada debajo de la toalla, me monte en el coche y nos dirigimos a casa, donde el comentario del día era el bonito pero blanco culo que tenía.

Así transcurrieron aquellas dos semanas. No sé quien de los dos ganó el reto de calentar más al otro ya que sólo puedo decir que me hinché a follar con Tania y a hacerme numerosas pajas por culpa de la camiseta de Belén. Después de estas vacaciones todo volvió a la normalidad en el sentido de que hemos intentado no coincidir con ellos de vacaciones y dejar esas vacaciones en un recuerdo.

Autor: joseleitor jose12371@ozu.es